Título: DESIRE
Autora: Riz Aino
Pareja: LoveJung (Love + Yoojung) (OnlyOneOf)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, smut, pwp
Número de palabras: 3.529 palabras
Resumen: Jisung no entendía
por qué solo escuchaba hablar sobre Taeyeob y lo increíble que este era para
que todo el mundo lo deseara… hasta que un día el chico apareció ante él y lo
entendió perfectamente.
Advertencias: relaciones sexuales
explicitas.
Notas: tal día como hoy hace tres años OOO
debutaba y a mí me dejaban calva al escuchar Savanna por primera vez.
Comentario de autora: LoveJung es
uno de mis mayores guilty pleasures porque son lo más estúpido del
universo juntos y adoro escribir de ellos un montón. Espero que os guste.
“Taeyeob”.
Jisung había escuchado ese nombre en
un montón de ocasiones a su alrededor y todas las veces en las que era
mencionado el tono de voz y el brillo en los ojos de aquellas personas
cambiaba. Una noche junto a él provocaba ese efecto en las personas y Jisung
realmente no lo entendía porque por muy bueno que el tal Taeyeob fuera en la
cama, no podía ser tan increíble como para que todo el mundo lo deseara y
hablara maravillas sobre él. Jisung no lo entendía, pero tampoco tenía
realmente interés en comprobarlo, él no era como aquella gente que buscaba en
el placer del sexo dejar de ahogarse en sus propios problemas, Jisung lidiaba
con ellos, a veces mejor, a veces peor, pero no se dejaba llevar por aquello
para olvidarse de todo lo que tenía en la cabeza. A veces le apetecía
encontrarse con alguien alguna noche, a veces tenía ganas de pasarlo bien sin
ningún tipo de ataduras, pero no buscaba desesperadamente acostarse con nadie,
por eso no entendía por qué el resto de las personas con las que se
relacionaba, con quienes salía, o con quienes se cruzaba en su camino no podían
dejar de hablar de Taeyeob y lo increíble que había sido estar con él o lo
mucho que deseaban pasar una noche junto a él.
Por ese motivo, cuando escuchó aquel
nombre salir de los labios de su amigo Kyubin, Jisung simplemente suspiró
profundamente y puso los ojos en blanco antes de anunciarles a todos que esa
noche no tenía ánimos para estar en aquel bar y que volvía a casa. No había
tenido mucho ánimo de salir aquella noche, pero entre todos sus amigos lo
habían tratado de convencer para salir un rato y al final había acabado
accediendo. Obviamente todos trataron de hacerlo desistir de aquella idea tal y
como lo habían convencido para salir, sobre todo Kyubin, quien quería que
escuchara la maravillosa historia de cómo se había acostado con Taeyeob y lo
bueno que éste era en la cama, pero Jisung se despidió de sus amigos tras
beberse el último trago que le quedaba en su vaso. Había escuchado varias veces
historias sobre cómo algunos de sus amigos se habían acostado con aquel chico y
no tenía ganas de escuchar otra más porque simplemente no le interesaba. Caminó
por el local esquivando los cuerpos de la gente que bailaba sin ser conscientes
de lo que pasaba a su alrededor, demasiado metidos en su propio mundo, deseando
llegar lo más rápido posible a la salida para poder llegar a casa y descansar,
que era lo que realmente necesitaba. No obstante, cuando estaba a punto de
salir de entre la maraña de gente, Jisung chocó contra un cuerpo y un segundo
después notó cómo un líquido frío y pegajoso comenzó a caer por su cuerpo,
manchando y mojando rápidamente su camiseta, llegando hasta sus pantalones. Un
escalofrío recorrió su cuerpo cuando el líquido frío llegó hasta su miembro y
tuvo que apretar los dientes con fuerza para no dejar escapar un solo sonido de
su boca.
—Lo siento, lo siento, lo siento
—dijo una voz extrañamente dulce y a la vez algo grave, unas manos de dedos
largos y delicados rozando su pecho, la zona en la que la bebida le había caído
en un inicio, como si tratara de limpiarlo de aquella forma—. Lo siento mucho,
de verdad, no estaba mirando por donde iba y no te he visto, lo siento un
montón.
Jisung alzó su cabeza para
replicarle a la persona que le había tirado toda su bebida por encima que “tenía
que tener más cuidado”, pero cuando lo hizo, se quedó completamente paralizado
y con la boca abierta, sin poder decir nada. Ante él se encontraba un chico un
poco más bajito que él, no mucho, solo unos centímetros, de pelo castaño, algo
largo, enmarcando un rostro precioso con rasgos que podían pasar por femeninos
en un primer vistazo, bajo la extraña luz de aquel lugar, pero que, si te
fijabas bien, podías distinguir perfectamente que se trataba de un chico, su
complexión, su voz, sus manos evidenciando que lo era en último lugar. El chico
más guapo que Jisung se había encontrado ante él en toda su existencia y eso
que, él era también alguien bastante guapo.
—Lo siento, de verdad, lo siento —el
chico seguía disculpándose, pero en esa ocasión sus manos ya no se encontraban
sobre su pecho, sino que habían bajado hasta su estómago, hasta su entrepierna,
rozando aquel lugar, su mano caliente contrastando terriblemente con el frío
que se había instalado en aquel lugar debido a la helada bebida. Otro escalofrío
recorrió todo el cuerpo de Jisung en ese momento y se separó del cuerpo de
aquel chico y de su mano—. Lo siento, te he puesto perdido, vivo a cinco
minutos de aquí, déjame que te preste algo de ropa para que no tengas que irte
de esta forma hasta casa.
Jisung observó al muchacho, que
parecía extrañamente preocupado por él porque era su culpa que se hubiera
manchado de aquella forma tan aparatosa y que quería compensarlo por ello. En
su rostro lo único que podía ver era un sentimiento de culpa y Jisung no supo
por qué exactamente, pero decidió que no era mala idea ir con él hasta su casa
para cambiarse. Él vivía lejos y tenía que coger un taxi para volver a casa
porque había ido en el coche con Kyubin, no podía atravesar media ciudad de
aquella forma tampoco.
—Si no es mucha molestia, estaría
bien poder cambiarme de ropa.
—No es molestia ninguna —respondió
el chico, una sonrisa adorable apareciendo entonces en su rostro, sus ojos
volviéndose dos medias lunas y haciéndolo parecer un conejito—. Ha sido mi
culpa, tengo que hacer lo posible por remediarlo.
Y después de aquello se acercó a
algunos chicos con los que parecía estar allí bailando para probablemente
contarles lo sucedido porque señaló en su dirección e hizo algunos movimientos
explicando el incidente, despidiéndose de ellos justo después y volviendo junto
a Jisung, murmurándole un “sígueme” antes de echar a andar en dirección a la
salida. Jisung lo siguió inmediatamente después, no queriendo perderlo entre la
multitud, aunque pelo largo, su altura y su figura delgada lo hacían
prácticamente inconfundible. Al salir del local, el chico esperó a que llegara
a su altura y ambos caminaron el uno al lado del otro, sin realmente decir
nada, solo dirigiéndose a su destino, con Jisung tapándose lo mejor que podía
la enorme mancha que cubría prácticamente toda la parte frontal de su cuerpo
con su chaqueta y sus brazos hasta que se detuvieron frente a un edificio tan
solo unos pocos minutos después. El muchacho le había dicho que vivía cerca,
pero el camino se le hizo cortísimo a Jisung, aunque igualmente agradecía que
el camino hubiera sido tan corto porque así no había estado mucho tiempo en la
calle de aquella forma. No se había cruzado prácticamente con nadie durante el
trayecto y con aquellos que se habían cruzado estaban bastante borrachos, así
que no creía que alguien se hubiera dado cuenta del estado en el que se
encontraba.
—Espera un momento aquí —le dijo el
muchacho cuando entraron a su piso, un lugar bastante pequeño y con muy pocos
muebles, con una cocina y un salón nada más entrar y una puerta al fondo que
debía de ser el dormitorio—. Voy a traerte mi ropa.
Jisung asintió a aquello y simplemente
se quedó allí de pie, en mitad del salón, esperando. Había sido un poco
desafortunado que aquel chico le hubiera tirado toda su copa encima porque
estaba completamente empapado, apestaba a alcohol y todo su cuerpo se había
enfriado bastante debido al líquido y el fresco que hacía en la calle por la
noche a pesar de estar a las puertas del verano. Se sentía también bastante
pegajoso, así que, esperaba que el chico, del que ahora se percataba que no
sabía el nombre, volviera rápido con su ropa. Como si lo hubiera invocado con
su pensamiento, este apareció de nuevo en el salón, con unos vaqueros y una
camiseta en su mano, dejando la ropa en el brazo del sofá y acercándose a él
con un andar casi gatuno, sin quitarle los ojos de encima, algo que provocó que
Jisung tuviera que tragar saliva por la intensidad de aquella mirada sobre él.
—Ya que ha sido mi culpa que te
hayas empapado —comenzó—. Deja que te ayude cambiarte de ropa.
Jisung parpadeó un par de veces muy
rápido, sin dar crédito a lo que acababa de escuchar y su cerebro le gritó a su
cuerpo que hiciera algo, que se alejara del chico que estaba a punto de llegar
hasta él, que le dijera que no hacía falta, que el podía cambiarse solito y que
le dejara unos momentos a solas… pero no, su cuerpo no reaccionó, su boca no se
movió y lo único que pudo hacer fue suspirar cuando la mano de aquel muchacho
de repente se coló dentro de sus pantalones, dentro de sus calzoncillos,
tocando su miembro fresco debido al accidente con su caliente mano de dedos
largos. El contraste era increíble entre el frío y el calor y aquello provocó
que Jisung sintiera cómo su miembro daba un pequeño tirón, endureciéndose un
poco. No debería estar poniéndose caliente, debería estar alejando a aquel
chico de sí mismo porque en ningún momento había pensado que sus intenciones al
llevarlo hasta allí eran aquellas, pero los movimientos de su mano contra su
miembro y sus ojos castaños clavados en los suyos no lo dejaban hacer nada más
y Jisung simplemente se dejó llevar sin poner resistencia alguna. Le gustaba
aquella mano, le gustaba aquel chico porque era precioso y se estaba poniendo
muy caliente muy rápido, tan rápido que quizás sería un poco vergonzoso que se
corriera en tan solo un par de minutos, pero aquella mano era tan increíble, aquellos
dedos sabían dónde debían de tocarlo exactamente para que todo su cuerpo se
llenara de placer y su miembro se volviera más y más caliente dentro de sus
calzoncillos, más y más grande y duro. Jisung comenzó a jadear, faltándole el
aliento, sintiéndose a punto de llegar, casi a punto, solo necesitaba un poco
más y con tan solo un par de roces más de aquellos increíbles dedos, acabó
corriéndose dentro de sus calzoncillos, en la mano de aquel desconocido,
sintiendo cómo la debilidad se apoderaba de su cuerpo y teniendo que plantar
bien sus pies en el suelo para no caerse, sintiendo cómo lo recorría por todo
su cuerpo una corriente eléctrica que de placer que lo dejaba sin aire y casi
sin sentido.
—Ha estado bien, ¿verdad? —le dijo
el chico—. Aunque ahora tienes la ropa mucho más manchada que antes… quizás sea
mejor que te la quites toda.
Jisung no pudo evitar abrir los ojos
como platos ante aquello. Todavía se sentía como en una nube por el reciente
orgasmo que acababa de tener, pero esas palabras lo devolvieron a la realidad.
Lo único que pudo hacer, no obstante, fue observar al otro con los ojos muy
abiertos porque las palabras no querían salir de su boca. Ni siquiera lo había
impactado tanto, el chico lo acababa de dejar seco tan solo con su mano y le
había hecho tener el mejor orgasmo de su vida. Había sido extraño porque
realmente cuando había ido hasta aquel lugar, Jisung solo había tenido en mente
aceptar el amable ofrecimiento del otro, pero la noche había dado un giro de
180 grados y en esos instantes estaba caliente, cachondo y quizás necesitaba un
poco más para dejar de estarlo. Ya estaba allí y aquel chico era completamente
precioso y tenía una boca para el pecado y no había podido evitar fijarse en
que tenía unas caderas increíblemente estrechas y estaba totalmente seguro de
que iba a pasar una noche maravillosa con él… así que Jisung no puso ninguna
pega a lo que el chico le había dicho, no se opuso a absolutamente nada y dejó
que éste comenzara a desnudarlo. El chico le sacó primero los pantalones,
bajándoselos por las piernas casi de una forma sensual, y después los
calzoncillos manchados de semen, dejando su miembro, ahora flácido, pero
todavía sensible y con demasiadas ganas de mucha más acción, completamente
visible y ante el rostro del otro, que se había agachado para quitarle la ropa.
—Tengo muchísimas ganas de comerte
la polla —dijo el chico.
—Hazlo.
Su voz sonó como un jadeo ahogado,
desesperado, necesitado. Jisung habría jurado que aquella voz que había salido
de su boca no era la suya, que él jamás habría podido decir algo de esa forma.
No obstante, no tuvo mucho tiempo para poder dedicarse a pensar sobre aquello
porque las manos del otro chico ya se encontraban de nuevo sobre su sensible
miembro, tocándolo, usando el semen con el que se había manchado enterito para
que el roce fuera mucho más fácil, dejando que el tren de pensamientos de
Jisung se diluyera de momento y solo pudiera pensar en lo mucho que le gustaba
aquello, las manos de aquel chico obraban maravillas, sabían qué hacer, dónde
tocarlo, para llevarlo al borde del abismo, una y otra vez… no obstante,
aquello no fue nada comparado con lo que sintió cuando éste decidió comenzar a
usar su lengua, lamiéndolo de arriba abajo, envolviendo su glande con lengua,
metiéndoselo en la boca hasta el fondo de la garganta, apretando sus labios
alrededor de su erección, provocando que Jisung sintiera que se derretía por
completo. Era increíble, su cuerpo temblaba de placer y cada vez se sentía más
cerca del orgasmo gracias a aquella boca que realmente era un pecado. Sin
embargo, Jisung no pudo llegar al orgasmo porque el otro chico se detuvo,
sacándose su miembro de su boca, dejándolo completamente duro y apuntando alto,
dejando a Jisung también con ganas de muchísimo más.
—Mi culo te va a gustar más que mi
boca —le dijo éste, levantándose del suelo y volviendo a ponerse a su altura,
lamiéndose los labios—. Y te va a gustar mucho más que esté totalmente
preparado para ti.
El chico le guiñó un ojo y después
echó a andar por el lugar, comenzando a desnudarse mientras se contoneaba ante
él, dirigiéndose hacia la puerta tras la que debía de encontrarse su habitación.
Jisung parpadeó un par de veces y tuvo que tragar saliva porque la boca se le
había quedado completamente seca después de aquellas palabras y después de ver
cómo éste se iba quitando toda su ropa, dejándola por cualquier lado del piso
sin preocuparse por ella, en el suelo, en el sofá, sobre la mesa, terminando de
desnudarse justo antes de llegar a la puerta, bajándose los calzoncillos y
revelándole a Jisung el motivo por el cual le había dicho que estaba
completamente preparado para él. Durante todo aquel rato —y a saber desde
cuándo— había llevado un butt plug dentro de él que lo debería de haber
estado excitando y con el que tenía espacio suficiente para que Jisung entrara
en él sin ningún problema, simplemente echándose un poco de lubricante… algo para
lo que Jisung no podía aguantar. La mamada que le había hecho había sido
increíble y lo había dejado a punto de caramelo, necesitaba correrse pronto y
sabía que esas caderas estrechas iban a ser su absoluta perdición.
Sin pensárselo ni un segundo más,
echó a andar tras él, siguiéndolo hasta la habitación y entrando a ella,
cerrando la puerta a sus espaldas, viendo al otro sacar de su mesita de noche
unos condones y un bote de lubricante y coger del armario una toalla enorme y
cubrir la colcha de la cama con ella. Una vez lo tuvo todo listo, se subió
sobre la cama de rodillas y abrió sus piernas, enseñándole a Jisung su miembro
completamente erecto, llevando su mano izquierda hasta su trasero y cogiendo
con sus largos dedos la parte inferior del butt plug, tirando de ella
lentamente para sacársela, con una expresión de absoluto placer en su rostro,
sus ojos medio cerrados, fijos en Jisung, mordiendo su labio inferior y
escapándose de su boca unos leves gemidos que resonaron en la habitación e
hicieron que Jisung casi se corriera del gusto por verlo de aquella forma. No
podía esperar más a estar dentro de su cuerpo. Por ese motivo, apenas esperó a
que el chico terminara de sacarse el butt plug cuando ya se estaba
subiendo sobre la cama junto a él, cogiendo uno de los condones y abriendo el
plástico para sacarlo y ponérselo.
—Te necesito dentro ya… —jadeó el
otro, soltando el juguete sexual sobre la cama, gateando hasta él, colocándosele
encima, con sus rodillas a cada lado de sus caderas, provocando que Jisung
tampoco se pudiera aguantar más las ganas.
Simplemente echó un poco de
lubricante sobre el condón, esparciéndolo bien, justo antes de sentir cómo las
paredes del recto del chico comenzaban a envolver su erección, apretándola de
una forma deliciosa mientras éste comenzaba a moverse lentamente hacia abajo,
engulléndolo completamente hasta llegar a la base. Gemidos leves escaparon de
sus labios al unísono y Jisung sintió que casi perdía la cordura solo con
aquello, pero cuando el otro comenzó a moverse, arriba y abajo, lentamente,
cabalgándolo, con sus manos sobre sus hombros, mirándolo a los ojos fijamente y
con su miembro moviéndose y golpeando contra sus estómagos al mismo ritmo,
decidió que la debía de haber perdido por completo porque aquello era una
locura y se estaba sintiendo demasiado bien, intensas oleadas de placer
recorriendo todo su cuerpo que lo derretían por completo. La forma en la que el
recto de aquel chico lo apretaba era deliciosa y Jisung juraba que no podía
aguantar más y que acabaría corriéndose en tan solo un par de minutos, pero el
otro cambiaba el ritmo como si sintiera que estaba a punto de correrse, movía
sus caderas muchísimo más lento, de deleitaba en el placer y lo alargaba hasta
el infinito, sabiendo con exactitud qué debía de hacer y el momento de hacerlo.
Aun con una nube de placer anulando todos sus sentidos y sus pensamientos,
Jisung no pudo evitar preguntarse quién era aquel chico y por qué no lo había
conocido antes porque era lo que siempre había necesitado, alguien que supiera
cómo llevarlo hasta el orgasmo y dejarlo necesitado de más.
Cuestionándose aquello, Jisung ya no
pudo aguantar más por más que el ritmo del otro chico cambiase y acabó
corriéndose sin poder evitarlo, sintiendo cómo el orgasmo recorría todo su
cuerpo de arriba abajo, dejándolo jadeando y con completamente débil mientras
el chico seguía cabalgándolo, una y otra vez, prolongando su placer y buscando
su propio orgasmo hasta que lo consiguió, su miembro temblando entre sus
cuerpos y manchándolos a ambos con su semen, su cuerpo completamente laxo, sentado
sobre los muslos de Jisung con una expresión de satisfacción en su rostro enmarcado
por su flequillo largo, que se le había pegado a la cara por el sudor. Jisung,
terminando de notar las últimas oleadas de placer en su cuerpo, le dedicó una
sonrisa al chico y le retiró el pelo detrás de la oreja, provocando que éste
abriera sus ojos y lo mirara intensamente casi sin pestañear, con un velo de
placer sobre ellos, pero con un fuego que ardía en ellos y que no estaba
próximo a extinguirse.
—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó
Jisung en ese momento, siguiendo el tren de pensamientos que había tenido
antes—. Creo que es la primera vez que me acuesto con alguien que no sé
siquiera cómo se llama.
Sus palabras provocaron que una
sonrisa apareciera en el rostro del chico antes de responderle un nombre que
hizo que Jisung se sintiera entre confuso y estúpido por un momento, pero toda
su confusión se convirtió entendimiento justo después. Ahora entendía
perfectamente por qué todo el mundo no paraba de hablar de él y por qué lo
único que querían era volver a estar con él, que los volviera a tocar. En ese
momento, Jisung entendió perfectamente el por qué todo el mundo deseaba a
Taeyeob… y él mismo deseó no volver a separarse de aquel chico que había hecho
lo que había querido con el esa noche y lo había dejado de aquella forma.
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