sábado, 14 de mayo de 2022

[One Shot] NCT Drabbles 4 (Yuta Edition): 10 out of 10 {YuTen}

Título: 10 out of 10

Autora: Riz Aino

Pareja: YuTen (Yuta + Ten) (NCT)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, romance, drama, fluff

Número de palabras: 1.071 palabras

Resumen: Ten, el amigo de la infancia de Yuta, vuelve de Tailandia varios años después de irse, estando fuera de la liga de todo el mundo y sabiéndolo.

Notas: esta historia la vi por primera vez como un prompt de NCT Prompts que quise reclamar, pero al final no sé si fue borrado o algo porque después de verlo un par de veces ya no me apareció más cuando lo busqué.

Comentario de autora: quería hacer algo de estos dos sí o sí después de sus momentos de tontísimos durante NCT 2020 porque se quieren un montón y llevaban mucho tiempo sin trabajar juntos y se echaban de menos *lloro por lo bonitos que son*. Espero que os guste.

 

10 out of 10

 

            Cuando su madre le dijo que había visto a su amigo Ten porque éste había vuelto de Tailandia después de varios años, Yuta se sintió realmente feliz porque cuando el chico se había ido al comenzar el instituto ambos habían llorado mucho y habían prometido que seguirían siendo amigos por el resto de su vida. Obviamente, al final no había sido de esa forma porque habían perdido el contacto con los años y al final aquella promesa había quedado en nada, pero el hecho de que hubiera vuelto a Japón después de unos pocos años, lo alegraba, sobre todo porque según su madre había sido el chico quien la había reconocido y le había pedido encontrarse con él para hablar de los viejos tiempos y ponerse al día. A Yuta le había hecho mucha ilusión… pero cuando Ten entró en la cafetería en la que habían quedado, a Yuta se le quedó la ilusión por el camino y fue otro sentimiento el que se instaló en su cuerpo: la atracción.

 

            Ten se había ido a Tailandia varias años antes siendo un preadolescente delgaducho y desgarbado con una sonrisa brillante que le ocupaba toda la cara, pero había vuelto siendo un joven, con un rostro bastante más adulto, con las líneas de su rostro bien definidas y la redondez de la niñez perdida, un cuerpo delgado, pero ya no parecía desgarbado, había encontrado un equilibrio y el chico tímido y con los ojos llorosos del que se había despedido era todo sonrisas y guapo y abierto, con un estilazo increíble y atrayendo todas las miradas del mundo. Ten había vuelto de Tailandia fuera de la liga de todo el mundo y además sabiéndolo.

 

            —¡Yuta! —lo llamó al verlo, dirigiéndose hacia él, todo sonrisas. El chico se levantó para saludarlo y lo que se encontró fue con Ten entre sus brazos al siguiente instante—. Qué ganas tenía de verte, probé a llamar al número que tenía guardado, pero ya no estaba operativo, así que me encantó ver a tu madre el otro día.

            —Yo también me alegro de verte —respondió.

 

            Ten se alejó de él y de su abrazo y lo miró de arriba abajo, esbozando una sonrisa completamente encantadora después.

 

            —Ahora eres más alto que yo y mira esos músculos —le dio un pequeño golpe en el pecho—, cuando me has abrazado no sabía si estaba abrazando a una roca o a mi amigo.

            —El futbol me mantiene en forma —comentó.

            —¿Sigues jugando? —Yuta asintió—. Buah, me encantaría ir a verte a un partido, como en los viejos tiempos —Ten se sentó a la mesa y Yuta lo siguió inmediatamente después—. Seguro que ahora eres mucho más bueno que antes y eso que antes eras increíble.

            —Hago lo que puedo —murmuró, encogiéndose de hombros—. ¿Tú sigues bailando?

            —¡Sí! —respondió Ten, encantado—. De hecho, he vuelto por eso, porque me han cogido en un estudio de baile aquí en Osaka.

            —¡Oh eso es genial!

 

            Ten le sonrió y ambos siguieron hablando, mientras pedían sus bebidas y mientras las esperaban y luego se las tomaban, pasando la tarde juntos. Yuta había estado nervioso y había pensado mil veces que quizás el encuentro no saldría bien porque ya no tuvieran nada en común o porque hubieran cambiado demasiado, pero al pasar el tiempo se dio cuenta de que, por mucho que ambos hubieran cambiado y por mucho que Ten se hubiera vuelto guapísimo y su corazón saltara dentro de su pecho cuando éste le sonreía de forma encantadora, el chico no dejaba de ser Ten, su amigo de la infancia, con el que podía hablar y hablar durante horas sin que ninguno de los dos se sintiera incómodo. Se pusieron al día de todo lo que habían estado haciendo en los años en los que no se habían podido ver y en los que no se habían contactado y al final la tarde se les pasó realmente volando, al menos a Yuta, que cuando llegó el momento de despedirse por aquel día, no quiso dejar ir a Ten todavía y cuando éste se acercó a él para abrazarlo con fuerza, Yuta lo estrechó entre sus brazos más tiempo quizás del necesario.

 

            —¿Me has echado de menos? —le preguntó Ten en ese momento y Yuta no supo cómo podía mentirle y no decirle que no era solo que lo hubiera echado de menos, sino que quería pasar el resto de su vida junto a él, así que, solo asintió a su pregunta para ocultarlo lo mejor que pudo—. Yo también te he echado mucho de menos —le dijo—. Como ahora voy a estar por aquí, podemos quedar cada vez que tengamos un rato libre, tengo muchas cosas que comprar porque me he venido solo con una maleta y ya no recuerdo donde están la mitad de las cosas en esta ciudad, puedes hacerme de guía.

            —Me parece una buena idea —murmuró Yuta.

 

            Y, al final, acabó dejando ir al chico, despidiéndose de él con la promesa de volver a encontrarse al día siguiente, sintiendo cómo su corazón no dejaba de dar saltos de alegría porque Ten, a pesar de que su apariencia hubiera cambiado y se hubiera convertido en un tío perfecto del que cualquiera podría quedarse prendado —incluido él— seguía siendo el niño con el que había compartido su infancia, con el que había crecido y del que años atrás no se quiso separar. Y Yuta aquella vez haría todo lo posible para que no se separasen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario