Mostrando entradas con la etiqueta Two Shot. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Two Shot. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de agosto de 2013

Idol Asian Awards 2013

Idol Asian Awards 2013



1/2


   Estaba caliente, demasiado caliente, no podía contenerme. No tenía por qué haberle hecho caso a JongIn. No tenía por qué haber visto aquel vídeo porno que se había descargado en el móvil en el vuelo hasta Beijing, pero no me había podido negar a ello. Y ahora estaba muy caliente.

   No me había podido desahogar, vamos, masturbar, porque apenas bajamos del avión fue ir de un lado a otro rápidamente sin descanso.

   Por eso ahora estaba así. Sabía que no era ni el momento ni el lugar, pero necesitaba que me dieran mimos, me daba igual quien fuera y donde fuera. Bien podría hacerme una paja yo mismo, pero estaba tan necesitado que lo que me hacía falta era una buena mamada.

   Estábamos sentados en aquella mesa viendo la entrega de Premios, pero yo no podía fijar mi vista en nada, era demasiado el calor que palpitaba en mí como para prestar atención. Cerré mis ojos fuertemente intentando pensar en cualquier cosa que me enfriara, pero nada lo hacía.

   Casi pego un brinco y me levanto de mi asiento cuando en un momento dado sentí una respiración en mi cuello que me hizo estremecer y me puso el vello de punta de la nuca. Abrí mis ojos para encontrarme que era Lay hyung, que me quería susurrar algo. Acerqué mi oreja para escucharlo bien.

   -¿Te pasa algo?- me preguntó. Su voz sonaba preocupada, pero no podía decirle que estaba bien, que sólo necesitaba un polvo. No a él.
   -Estoy bien- le dije al oído. Él asintió, aunque no muy convencido.

   Me giré hacia el otro lado y así no verlo o seguro que me empalmaba más de lo que ya estaba, aunque eso era casi imposible. Sin embargo, él ya lo había logrado otras veces, como cuando bailaba con los ojos cerrados, sintiendo la música, con el sudor recorriendo su piel de caramelo…

   Un tirón en mi entrepierna me hizo dejar que esos pensamientos murieran en mi mente. No necesitaba más imágenes eróticas para encenderme, ya lo estaba, y bastante, además.

   Me fijé mejor en ChanYeol hyung, que estaba intentando captar la atención de BaekHyun hyung a su lado. Habían tenido otra pequeña pelea en la furgoneta de camino a la Gala y ahora el mayor lo ignoraba. Últimamente tenían muchas peleas sin sentido que duraban un par de días y luego estaban como siempre.

   Imaginaba que era por las reconciliaciones. Aquellos dos eran unos viciosos y muchas veces Tao había venido a dormir conmigo debido a estas, lo que no sabía era a qué cama acudía XiuMin hyung.

   Sonreí. Podría matar dos pájaros de un tiro si lo que mi mente planeaba funcionaba a la perfección. Me quitaba el calentón y hacía que aquellos dos tuvieran una noche de lo más movidita.

   -Hyung- susurré acercándome a su oreja- me aburro…- intenté poner mi voz más melosa y cuando él se giró para mirarme, le sonreí tiernamente.
   -Yo también me aburro- me dijo suspirando- ¿qué podemos hacer?

   Le sonreí malvadamente, tal y como hacía Chen hyung a todas horas, y comencé a jugar con su oreja. Él me sonrió, parecía un perrito al que le gustaba que le coscaran las orejas.

   Miré un poco más allá de él para encontrarme con una mirada asesina de BaekHyun hyung, pero no le hice caso y seguí jugueteando con ChanYeol hyung hasta que volvió su cabeza en otra dirección, dejándome apreciar las cositas brillantes que le habían colocado en su cuello. Seguro que ChanYeol hyung se estaba muriendo por despegárselos a lametones y mordiscos.

   En ese momento decidí que era hora de llevar todo más lejos y así obtener lo que quería.

   Dejé de jugar con la oreja de ChanYeol hyung y llevé mi mano a su cuello, rozándolo. Después de notar cómo se estremecía ante mi tacto, seguí mi camino por su brazo, hasta acabar con mi mano posada en su pierna izquierda. Le sonreí antes de seguir con mi exploración.

   Moví mi mano lentamente hacia su entrepierna y la toqué durante un segundo antes de que él se tensara y apartara mi mano de aquel lugar, lanzándome una mirada de reproche. Inmediatamente después, y aun agarrando mi mano para que no pudiera volver a tocarlo, se giró hacia BaekHyun, pero este lo ignoró completamente. En ese momento me incliné hacia él para volver a susurrarle.

   -Hyung…
   -¿Estás loco?- me espetó volviéndose hacia mí- estamos rodeados de gente y BaekHyun…
   -Eso nunca te ha importado- murmuré.
   -Estás caliente.
   -Lo sé… y quiero que me enfríes…
   -No puedo… BaekHyun…
   -Si metes la mano por debajo del mantel no se dará cuenta… ni él ni nadie…
   -No…

   Se estaba negando, pero nadie se negaba a mí. Ni siquiera Kris hyung podía negarse si me acercaba a él, caliente. Así que, menos podía hacerlo ChanYeol hyung, con quien ya había tenido mis más y mis menos, eso sí, siempre cuando BaekHyun hyung estaba lejos y no podía enterarse de nada.

   Llevé mi mano de nuevo a su entrepierna y esta vez lo pude manosear durante unos momentos antes de que volviera a apartar mi mano, con sus mejillas rojas como si fueran tomates y su polla despertando levemente.

   -SeHun- me regañó y yo sonreí pícaro, dispuesto a hacerlo caer en mis encantos hasta que él me tocara y por fin se acabara mi tortura.

   Pero hubo algo que me detuvo. Una mano me agarró mi brazo izquierdo y me giré rápidamente, apartando mi atención de la polla de ChanYeol hyung. Me encontré a Lay hyung mirándome entre preocupado y asustado. Él era el único que no me había visto cuando entraba en ese estado y parecía sorprendido, pero cuando me calentaba, me daba igual todo, debía tener lo que quería.

   -SeHun…- murmuró y se inclinó sobre mí para llegar a mi oído- ¿qué te pasa?

   Lo miré durante un buen rato mientras él se retiraba. No podía decírselo o me tomaría por un adolescente hormonado que lo único que pensaba era en tener relaciones sexuales con quien fuera, cuando fuera y donde fuera. Claro que, eso era lo que era. Pero él no podía saberlo.

   Él era la única persona a la que no quería hacerle pasar por uno de mis calentones. Él era la persona que más apreciaba. Él no era como LuHan, siempre dispuesto a ser mi follamigo cuando lo necesitaba, ni tampoco era Tao o JongIn, que con unas cuantas palabras calientes y un par de manoseos caían rendidos a mis brazos. Bueno… o como los demás, que simplemente tenías que ir hacia ellos con la polla apuntando al frente y te complacían como querías.

   Lay hyung no era como ellos y yo no quería que dejara de ser tan tierno e inocente. Además, no quería que viera mi verdadera cara. ¿Por qué? Porque me gustaba... pero no como los demás… él me gustaba de otra manera.

   -No es nada- acabé diciendo, pero él no se lo tragó, aunque a mí lo que me gustaría era que alguien se tragara mi polla un rato. Negué con la cabeza alejando esos pensamientos de mi mente.
   -SeHunnie, no me mientas…- dijo- he visto cómo tocabas a ChanYeol…
   -¿Quieres que te diga lo que me pasa, hyung?- pregunté y él asintió.
   -Por favor…- llevó su mano a mi mejilla y la rozó uno momento- no me gusta no saber qué le pasa a mi dongsaeng favorito…- sonreí tristemente antes de inclinarme hacia él para contarle toda la verdad.
   -Estoy muy caliente y necesito tu boca en mi polla.

   Nada más decirlo me arrepentí y me alejé rápidamente de él, abochornado. No tenía que haberlo dicho, pero su mirada, sus palabras y mi necesidad no me habían dejado otra opción. Él abrió sus ojos de una manera desmesurada, pero luego recordó que no estábamos solos, sino que había muchos artistas a nuestro alrededor y muchas fans con sus cámaras apuntando bien a cada mínimo detalle o movimiento que hiciéramos.

   Pasó un buen rato mirándome, en silencio, como si estuviera pensando mil cosas y atando cabos sueltos que antes no sabía no por dónde coger. Hasta que de repente, me sonrió y se volvió a inclinar sobre mí para hablar en mi oreja.

   -Cuando quieras- fue lo que dijo.

   Esta vez fui yo quien se quedó en el sitio, con los ojos como platos mientras él se alejaba de mí. No podía creerlo. ¿Mi hyung se me acababa de insinuar? A ver… ¿me acababa de declarar que cuando quisiera podría follarle la boca? ¿Estaba soñando o algo?

   -Hyung…- murmuré pasándome la lengua por los labios antes de tragar saliva fuertemente. Se me había quedado la boca seca- si lo que dices es en serio… no sabes lo que dices…
   -Claro que lo sé- contestó- y no sabes cuánto lo deseo- y me enseñó una sonrisa pícara.

   En ese momento pensé que moriría, pero me repuse y una vez más me acerqué a él para susurrarle.

   -Tú, yo y el baño en cuanto hagan una pausa- mi voz sonó demasiado ronca y demasiado cargada de placer- piénsalo- y me retiré de él guiñándole un ojo.










lunes, 10 de junio de 2013

Perro Abandonado Busca Dueño que le dé AMOR


2/2

   Apenas habían pasado un par de meses desde el primer encuentro entre JinKi y JongHyun. Ambos se llevaban bastante bien, congeniaban y se hicieron amigos muy pronto, pero nada más que eso había pasado, ya que ninguno quería forzar la relación. JinKi quería conocer al otro antes de dar el siguiente paso y JongHyun quería estar seguro de que sentía algo por JinKi antes de lanzarse de cabeza a una relación.

   Porque ambos sentían un escalofrío recorrer su cuerpo cada vez que se tocaban accidentalmente. Ambos se miraban de reojo esperando o quizás deseando que el otro no se diera cuenta de esa mirada. Ambos sonreían como bobos tras haber pasado un rato juntos. Y ambos esperaban ansiosos la llegada del momento en el que se volverían a encontrar. Pero esas no eran pruebas concluyentes para saber si en una relación, tendrían futuro.

   Por eso, ambos esperaban a estar seguros, a que el momento llegara, porque aunque el motivo por el que ahora fueran amigos fuera extraño, no quitaba que algún día, pudieran ser algo más.

   -JongHyun- llamó MinHo a su amigo, pero este no lo escuchaba, estaba más pendiente de que la pesa de 50 kl que movía no cayera sobre su cabeza- JongHyun- volvió a llamar y el otro por fin reaccionó y dejó la pesa sobre las barras para mirar a su amigo.
   -¿Qué quieres?- preguntó- estoy ocupado- MinHo frunció el ceño, pero luego suspiró. Molestar a JongHyun mientras hacía ejercicio no era muy recomendable y menos ahora, que hacía ejercicio para impresionar al hyung de TaeMin.
   -Pues… quería preguntarte cómo te iba con JinKi- murmuró MinHo rascándose la cabeza. En realidad no tenía por qué preguntar, radio patio lo tenía muy bien informado, pero si no lo hacía, sería muy sospechoso. La sonrisa boba que se instaló en la cara de JongHyun lo dijo todo.
   -Somos buenos amigos- contestó sin embargo- pero todavía no sé si podemos ser algo más.
   -Por la cara que acabas de poner me parece que tú sí lo tienes claro, pero que no te atreves a seguir adelante- el mayor hizo un mohín y se cruzó de brazos. Su amigo tenía razón. A él le gustaba JinKi, pero no quería precipitarse, no otra vez.
   -La última vez no me fue muy bien.
   -Olvida a KiBum- dijo MinHo poniendo mala cara al saber que su amigo todavía tenía pensamientos sobre la relación que había acabado hacía ya un año con aquel tipo que le hizo tanto daño- que saliera mal con él, no quiere decir que con JinKi sea igual.
   -¿Cómo puedes estar seguro?- preguntó receloso JongHyun.
   -Vamos… JinKi es el hermano de mi novio… lo conozco casi tanto como a él y nunca te haría sufrir- contestó- su naturaleza no es esa… antes de hacer sufrir a una persona que aprecia, es capaz de sufrir él mismo.
   -Tampoco quiero que sufra él- murmuró el mayor- yo quiero que esa sonrisa brillante que tiene siempre esté en su rostro- MinHo puso cara de asco al escucharlo hablar y JongHyun le pegó en el brazo.
   -¿Por qué me pegas?
   -¿Por qué pones esa cara?
   -¿Por qué eres tan cursi?
   -No soy cursi…
   -Ya…

-oooOOOooo-

   JinKi caminaba despreocupadamente por la calle junto a su hermano menor, que hablaba y hablaba de su novio MinHo y de lo maravilloso que era. La verdad, MinHo era alto, guapo, tenía buen porte, era cariñoso y además, quería a TaeMin más que a nada, así que, era un buen partido. Pero JinKi no prestaba mucha atención a las palabras de su hermano, ya sabía todo aquello que le decía, por lo que, ¿para qué prestar atención? Además, su mente espaciada tenía algo más importante en lo que pensar, o más bien, alguien.

   Habían pasado ya dos meses desde que conocía a JongHyun y se habían hecho grandes amigos, pero el otro estaba buscando una relación, de ahí que pusiera el cartel y JinKi todavía no sabía si lo que quería era una relación o no. Había tenido varias relaciones y en todas y cada una de ellas había sufrido demasiado.

   Antes de conocer a JongHyun estaba muy bien solo, pero ahora, ahora solo esperaba con nerviosismo los momentos en los que estaba con él, en su apartamento, hablando de una y mil cosas, viendo películas o jugando al Monopoly.

   -Hyung… ¿me estás escuchando?- dijo TaeMin viendo que su hermano mayor parecía estar en la Luna, como mínimo.
   -¿Eh?
   -Me parece que no me prestabas atención- el chico hizo un puchero y JinKi se rascó la cabeza, avergonzado.
   -Lo siento- dijo- tenía la cabeza en otro sitio- se disculpó- ¿qué decías, TaeMinnie?
   -Te preguntaba si ya habías decidido quedarte con el perro o no- contestó el menor y JinKi se sonrojó hasta las orejas.
   -Pero TaeMinnie…- intentó protestar, pero el otro no lo dejó.
   -A ver, te gusta, le gustas, ¿hay algo más?
   -Claro que hay más cosas, TaeMinnie- contestó el mayor.
   -No, no las hay- dijo muy convencido cruzándose de brazos- lo único que te pasa es que tienes dudas.
   -Es normal tener dudas.
   -Pero no tienes por qué tenerlas.
   -¿Por qué?
   -Porque le gustas mucho- dijo- MinHo dice que está todo el día hablando de ti y que cuando sale tu nombre en alguna conversación, pone una sonrisilla tonta- miró a su hermano- exactamente igual que tú.

-oooOOOooo-

   Esa tarde iban a pasarla juntos viendo una película. Una película de acción, con mucha sangre y mucha violencia llamada Ninja Assasin, pero que a ambos les gustaba en demasía. Aun así, no pudieron concentrarse mucho en el argumento de la película, aunque esta tampoco gozara de mucho, ya que estuvieron pensando en las conversaciones que habían tenido esa mañana y también se dedicaron miradas intensas y evaluativas, de reojo, mientras la sangre casi salía por la pantalla.

   Cuando la película acabó, ambos se miraron y sonrieron. JongHyun se levantó del sofá y sacó el DVD del reproductor, para guardarlo en su carátula mientras era observado atentamente por JinKi. Al girarse, descubrió al mayor lanzándole aquella mirada penetrante y se sintió un poco cohibido, pero a la vez, otro sentimiento recorrió su cuerpo. Un sentimiento que le decía que aquel era el momento.

   -Me gustas- soltó sin meditarlo. Pero ya lo había dicho y había creado en JinKi una reacción que no se esperaba, una sonrisa.
   -Tú también me gustas- contestó el mayor y JongHyun sonrió, acercándose de nuevo al sofá y sentándose en él, junto al otro, muy cerca.
   -Me gustas mucho y quiero que intentemos ser más que amigos- dijo mirando fijamente los ojos castaños de JinKi, que se convirtieron en una fina línea cuando la sonrisa de su rostro se amplió.
   -También me gustaría intentarlo- coincidió. JongHyun se acercó más a él, observando detenidamente el rostro del mayor y quedándose atrapado en el contorno de sus labios, que al hablar, creaban un efecto extraño en él, lo dejaban absorto.
   -¿Puedo besarte, JinKi?- preguntó y obtuvo un leve asentimiento por parte del otro.

   Entonces, lentamente se fue acercando al rostro del mayor, hasta que solo estuvieron a un par de centímetros de distancia. Ambos se miraron a los ojos unos segundos, mientras sentían la respiración del otro contra sus labios y después, salvaron la distancia que los separaba.

   Los labios de JinKi eran suaves, dulces, cálidos, los de JongHyun, firmes, deliciosos, adictivos. Solo se separaron cuando la falta de aire los obligó a hacerlo, pero en ningún momento dejaron de rozar los labios del otro.

   -Me gustaría pasar el resto de mi vida besándote- murmuró JinKi.
   -Y a mí me encantaría que lo hicieras- y volvieron a besarse.

-oooOOOooo-

   -Te dije que había sido una buena idea- murmuró MinHo sin apartar la mirada de sus prismáticos.
   -Hacen muy buena pareja- comentó TaeMin con una sonrisa, pero de repente puso un puchero- ¿cuándo me tocará mirar a mí?- su novio sonrió y le tendió los prismáticos para que pudiera ver lo que pasaba en el apartamento de enfrente.
   -¿Por qué no corren las cortinas?- preguntó SooJung- ¿es que les gusta que los vean o qué?
   -Que no corrieran las cortinas nos ha hecho el trabajo más fácil- contestó SeolRi- y ahora…- fue hacia TaeMin y le quitó los prismáticos, ignorando el puchero que este hizo- es mejor que dejemos de mirar… sabemos que está todo bien.



martes, 19 de febrero de 2013

LETTERS FOR A STRANGER


LETTERS FOR A STRANGER


2/2


   Estaba nervioso a más no poder, incluso más nervioso que el día que la conocí, cuando por la culpa de correos, casi ni llego a nuestra cita. Pero bueno, todo aquello ya había pasado, y hacía ya un par de meses de eso. Ahora, ahora era tan feliz que casi no cabía en mí.

   Tenía un trabajo, que aunque a veces me matara, me encantaba. Tenía unos amigos, que aunque a veces fueran un poquito cabrones, me querían y yo a ellos. Y lo más importante, tenía una chica a la que amaba con locura.

   Lo mejor de todo era, que mi amor por carta se había acabado, y ahora, ella se había podido mudar a Seúl, su apartamento no era de lujo, pero era lo que se podía permitir con su trabajo de camarera en aquella cafetería en la que nos conocimos. Obviamente, tampoco la podía ver cada día, por eso de las giras, los ComeBacks, mis ensayos extra por mi torpeza, pero me sentía muy bien al saber que ella estaba muy cerca de mí.

   Las cartas, las cartas no las había tirado, las había guardado todas, como un tesoro precioso.

   Bueno, pero a lo que íbamos, ahora todo eso había pasado, y en estos momentos, estaba de pie, en nuestra sala, agarrando la mano de mi chica, bajo la atenta mirada de cuatro personas más, que no podían creerse lo que veían. ¿Qué pasaba, qué no podía tener novia? ¿Acaso era asexual?

    -¿Lo sabe el manager, hyung?- preguntó KiBum tras salir el primero del shock y yo negué con la cabeza y tragué saliva antes de hablar.
    -Quería que primero lo supierais vosotros- contesté.
    -Wow, hyung, enhorabuena- dijo TaeMin levantándose del sofá y viniendo hacia mí para darme un abrazo, que le agradecí enormemente.
    -Esto... si... es genial, hyung- siguió MinHo, y el único que faltaba por darme su opinión, era JongHyun, que se levantó y fue hacia mí.
    -Hablemos, JinKi. 

   Me cogió la otra mano y tiró de mí, dejando a los chicos y a Naye en la sala, y me guio por todo el lugar hasta mi habitación, donde, tras cerrar la puerta me encaró.

    -¿Tú estás seguro de esto?- preguntó y yo asentí con una sonrisa- sabes todo por lo que pase yo, ¿verdad?- volví a asentir, esta vez más serio- y… ¿estás seguro?
    -Sí, Jjong.
    -Bien, entonces yo no soy nadie para decirte nada- se acercó a mí y me abrazó- que seas muy feliz, hyung.
    -Sí. 

   Después de eso, salimos de la habitación y nos dirigimos de nuevo a la sala. Allí, parecía que Naye había caído perfectamente bien, porque hablaba tranquilamente con KiBum mientras que MinHo y TaeMin revoloteaban por allí, diciendo alguna cosa que otra.

   Cuando mi chica me vio, se separó de KiBum y se acercó a mí a la carrera, casi se mete el guarrazo del siglo, pero la sujeté y entonces ella se abrazó a mí fuertemente.

    -¿Algún problema?- murmuró.
    -No... ninguno...- le contesté- sólo que Jjong es muy sobreprotector...
    -Mentira- comentó el pasando por nuestro lado y dirigiéndose junto a los otros.
    -Entonces... ¿todos me aceptan?- me preguntó con sus ojos brillando de emoción.
    -Sí- ella esbozó una gran sonrisa y yo le di un pequeño beso en los labios.
    -Iros a un motel- escuché decir a MinHo, pero pasé de él.
    -¿Sabes que a partir de ahora todo será muy complicado?- le pregunté y ella asintió- ¿superarás todas las pruebas que nos pongan?- volvió a asentir- ¿aguantarás a la prensa, a las fans locas...?
    -Déjame recordarte que yo soy una fan loca- me cortó y le sonreí.
    -Ah, entonces estarás bien...- le di otro beso.
    -Oh, pues si no queréis un motel, iros por lo menos a la habitación- comentó JongHyun.
    -Estáis traumatizando a TaeMinnie- secundó MinHo.
    -Ahrg... me voy a hacer la cena- dijo KiBum pasando de todos.
    -Espérame- grito Jjong mientras salía tras él.
    -Y vosotros a la habitación- ordenó MinHo- que nos hemos dejado el Pro en pausa- sonreí y cogí a Naye de la mano.
    -Entonces nos vamos.

   Y salimos de allí, habiendo dado el primer paso para que nuestra relación fuera aceptada por el resto del mundo. A partir de ese momento vendría lo difícil, pero lo conseguiríamos, juntos, porque habíamos superado muchas cosas, la distancia, y un idioma y cultura diferentes.




jueves, 7 de febrero de 2013

Maknae Rebelion


Maknae Rebelion


 2/2


    Carretera hacia Seúl, furgoneta de 12 plazas con los cristales tintados.

   Mientras los dos maknaes de ambas sub-unidades estaban demasiado ocupados devorándose el uno al otro, sus otros diez compañeros debatían que podían hacer para no seguir presenciando aquel espectáculo.

   -¿Qué podemos hacer?- preguntó Kai- me están poniendo de los nervios.
   -Tranquilo, no eres el único- comentó Chen, señaló a Lay, que estaba escondiéndose entre los brazos de Kris para no ver nada.
   -Están traumatizando a mi conejo puro e inocente- murmuró el líder y LuHan se echó a reír.
   -Por los ruidos que se escuchan a veces salir de tu habitación, puedo jurar que el conejo de puro e inocente ya no tiene nada- contestó y los demás se echaron a reír también.
   -Bueno, dejemos eso- dijo SuHo intentando poner orden al desmadre que se estaba produciendo en la furgoneta- ¿qué es lo que vamos a hacer?
   -Propongo dejarlos en el apartamento y que follen- dijo ChanYeol y BaekHyun asintió, de acuerdo con esa decisión.
   -Sería lo mejor- dijo éste- que se desahoguen y luego ya podremos estar cerca de ellos.
   -Sí, porque como sigan así, creo que les va a dar exactamente igual que nosotros estemos aquí y se pondrán a follar como locos- comentó XiuMin.
   -Ah… sí, lo que sea- murmuró D.O. tapándose los oídos con sus manos- esos ruidos que hacen me están volviendo majareta.
   -Decidido- dijo Lay- dejémoslos ya en el apartamento.

   Corea, apartamento de EXO-K.

   Habían sacado a los dos chicos de la furgoneta y los habían dejado en el apartamento, hartos de las carantoñas, pero ellos apenas se dieron cuenta de todo eso, puesto que estaban más ocupados en ellos mismos que en otra cosa. Nada más entrar en el apartamento, volvieron a besarse. Tao empotró a SeHun contra la pared, acorralándolo y besándolo de una manera mucho más demandante.

   Las manos de ambos chicos comenzaron a volar por el cuerpo ajeno, haciendo que suspiraran y gimieran dentro del excitante beso que se estaban dando en aquellos momentos y no sabiendo que no iban a aguantar mucho más vestidos, porque la necesidad tras dos meses sin verse era mucho mayor, se separaron unos momentos, y corrieron a la habitación que SeHun compartía con el líder.

   Fue ingresar a la habitación y Tao cargar con el menor hasta su cama, para comenzar a devorarlo en una posición menos incómoda, mientras SeHun gemía y gemía una y otra vez su nombre con cada beso, mordisco o lametazo que daba a cada trozo de piel que iba descubriendo de éste. Pronto la ropa comenzó a sobrar y ambos la retiraron de los cuerpos ajenos, rodando sobre la cama una y otra vez, hasta acabar desnudos.

   Un rato de juegos, de besos y de toqueteos, y estaban completamente duros y listos para lo que vendría después, pero Tao se extrañó mucho al sentir que la entrada de SeHun estaba demasiado dilatada como para haber estado a dos velas desde hacía dos meses.

   -Hunnie…- murmuró tocando su interior- ¿me has engañado?- y su novio negó con la cabeza, sonrojado de una manera adorable, antes de contestar algo que hizo que Tao ya no lo viera de forma adorable, sino como el gran pervertido que era.
   -Me sentía solo sin ti y no podía evitar tocarme e intentar reemplazar tu miembro con mis dedos- dijo muy avergonzado.

   En ese instante ya no hablaron más, puesto que Tao ya había introducido su miembro de golpe en SeHun, y ahora lo embestía como si su vida se le fuera en ello, masturbando el miembro de su novio a la vez. Lo único que se escuchaba ahora en aquella habitación eran los gemidos de ambos y los chirridos de los muebles de la cama, hasta que ambos se corrieron.

   Se abrazaron después de hacerlo, cariñosamente. Ahora que la necesidad se había ido, podían actuar como las personas racionales, amorosas y tímidas que eran, en vez de las bestias hambrientas de sexo en las que se habían convertido. Se miraron tímidamente y se sonrieron.

   -Te amo, ZiZi…- murmuró el pequeño, acurrucándose en él.
   -Yo también te amo, Hunnie- contestó el mayor, para después arroparlos a ambos entre las sábanas y quedarse dormidos.

   En algún lugar de Seúl, Corea.

   -¿Creéis que habrán terminado ya?- preguntó Chen.
   -Ni idea- murmuró ChanYeol.
   -Pues yo tengo hambre- comentó XiuMin.
   -¿Y si cenamos fuera?- propuso SuHo.
   -Claro… así les daremos más intimidad- coincidió D.O.
   -Es verdad… que se tenían ganas- dijo LuHan.
   -Pues yo tengo sueño y quiero volver a mi cama- murmuró Kai cruzándose de brazos y poniendo un puchero, aprovechando que era ahora el maknae.
   -No hagas, eso, no te queda- dijo BaekHyun tirándole de los mofletes.
   -Ah… lo que sea… pero vayámonos ya- dijo Kris ganándose las miradas de todos, que comenzaron a discutir sobre dónde ir, pero como ninguno se ponía de acuerdo, Lay halló la solución.
   -¿Y si lo echamos a piedra papel o tijera?- propuso y todos estuvieron de acuerdo.

   Al final salió que volverían al apartamento, suspiraron y desearon que por favor, se hubiera acabado el espectáculo, no querían más traumas.



domingo, 3 de febrero de 2013

What’s The Name Of The Game?


What’s The Name Of The Game?




2/2 Primera Vez


   Estábamos tumbados en la cama de su habitación, sus padres no estarían esa noche, y nosotros íbamos a llevar nuestros juegos más allá.

   Nos besábamos, lento, disfrutando de nuestros labios, de nuestras lenguas, de nuestras bocas enteras. Nuestras manos no se podían estar quietas, y acariciaban cada trozo de piel que ya estaba descubierto. Llevábamos horas así, besándonos, y ya estábamos desnudos, y nos rozábamos, pero ninguno seguía con el juego más allá. Yo quería ir más allá, pero era un inexperto y no sabía qué hacer.

   -Hyung- dije separándome de su boca unos momentos- quiero… seguir…
   -Deseo concedido.

   Atacó mis labios de nuevo, esta vez con furia, con hambre, mordiéndolos, lamiéndolos y a la vez, llevó sus manos a mi pene y comenzó a masturbarme. Gemí dentro del beso, me estaba sintiendo tan maravillosamente bien allí abajo, siendo tocado de aquella manera que me estaba volviendo loco.

   Sentí cómo me corría en sus manos y una debilidad enorme se apoderaba de mi cuerpo, dejándome exhausto, tumbado sobre la cama, sin poder moverme, mientras que mi hyung había dejado mi boca libre para que pudiera respirar con normalidad, y ahora eran mi cuello y mi pecho los que se estaban llevando todas las atenciones.

   Las delicadas manos de mi hyung, pringosas de mi semen, recorrían mi cuerpo de arriba abajo, dejando un camino blanco a su paso, y mandándome escalofríos a mi columna vertebral. Comencé, con algo de miedo, ya que era la primera vez que tocaba a alguien, a palpar su cuerpo. Estaba musculoso, me sorprendí, porque su rostro era muy aniñado, pero no debía sorprenderme, hacía artes marciales, claro que tenía que estar fuerte.

   Descendí por su cuerpo rozando con la punta de mis dedos su miembro y él emitió un gemido en mi oreja, puesto que me estaba chupando y maltratando esta. Seguí tocando, aventurándome un poco más cada vez, yendo un poco más rápido, más lejos y con más energía, hasta que de repente, mi hyung me paró.

   -Para… para…- dijo respirando entrecortado.
   -¿Por qué?- pregunté- quiero que te corras.
   -También me correré… tú tranquilo…

   Y de repente, sin saber cómo pasó, porque todo fue muy rápido, estaba de rodillas en la cama, con el culo en pompa, ofreciéndole una buena vista de este a mi hyung. Lo noté abrazarme por la espalda y una de sus manos se dirigió a mi pene semierecto, para comenzar a darle vigor de nuevo, mientras que la otra fue a parar en el cajón de su mesita de noche, de donde sacó un bote de color rosa.

   -¿Qué es eso?- pregunté.
   -Para que no te duela.

   Dejé de notar su mano en mi pene y su calor envolviendo mi cuerpo, así que me volví para ver cómo abría el bote y un líquido espeso y rosa salió de él. Mi hyung se lo untó en una mano y vi cómo esta se dirigía a mi trasero. Giré mi rostro para no ver más.

   Sentí en ese instante una presión en mi entrada, haciéndome dar un respingo al notar un dedo travieso colándose por ahí. Lo noté moverse en mi interior entrando y saliendo, luego otro dedo más se sumó  la fiesta, haciéndome gritar de dolor y gemir de placer, a la vez. Unas pequeñas lágrimas traicioneras, y un pequeño tambaleo de mi cuerpo, hicieron que mi hyung parara de mover sus dedos y se abrazara a mi cuerpo.

   -No llores… no quiero hacerte daño…- acarició mi pelo con su mano libre y besó mi nuca- no quiero que sufras…

   Intenté calmarme, lo intenté por todos los medios, y lentamente, fui liberando toda la tensión que tenía en mi cuerpo. Volví a notar los dedos juguetones de mi hyung en mi interior.

   -Ahh… ahh… ahh…- gemí cuando sus dedos llegaron a un punto en mi cuerpo que hizo arquearme- ahh… hyung… más... ahh…

   Los dedos de mi hyung salieron de mi cuerpo, y noté la punta de su miembro empujando contra mi entrada, intentando entrar. Lentamente, muy lentamente, fue ingresando en mi interior, y mis manos dejaron de sujetarme, por lo que tuve que apoyarme en mis antebrazos mientras jadeaba.

   Cuando estuvo por completo dentro, comenzó con los vaivenes, lento, torturante. Una mano agarraba mi miembro desde atrás y la otra se apoyaba en la cama, para poder llegar más profundo, para llegar a ese punto que me volvía loco. El ritmo se volvió de repente desenfrenado, nos movíamos tan rápido en la cama, que pensaba que se rompería.

   Gemí de nuevo, esta vez diciendo el nombre de mi hyung mientras me corría de nuevo en su mano. Caí sobre la cama, agotado, pero mi hyung aún no había acabado y me agarró fuerte las caderas mientras se movía locamente en mi interior, hasta que gimió roncamente y un líquido recorrió mi interior.

   Él salió de mí y se tumbó en la cama a mi lado, boca arriba, mientras yo estaba bocabajo. Lentamente, de mi trasero comenzó a salir un poco de líquido, lo noté bajar caliente por mis muslos a la vez que el aire frío entraba por mi ano abierto. Mi hyung nos tapó a ambos con las sábanas y se pegó a mí.

   -Kyu-ah…- susurró.
   -¿Sí, hyung?- pregunté medio dormido.
   -No quiero que esto siga siendo un juego…
   -Yo tampoco…




miércoles, 30 de enero de 2013

Maknae Rebelion


Maknae Rebelion



   China, un día cualquiera de 2012, apartamento de EXO-M.

   -No- decía una y otra vez Tao- no, no y no.
   -¿Desde cuándo se nos ha vuelto tan caprichoso este niño?- le preguntó Kris a Lay.
   -Desde que lo consientes y le das todo lo que te pide- contestó éste.
   -Es que es demasiado tierno…- murmuró Kris.
   -Ah… haced que se calle- dijo Chen- me tiene la cabeza loca.
   -¿Y cuándo tienes tú la cabeza bien?- se escuchó murmurar a LuHan.
   -Desde que a ti te ponen de uke con todos nosotros- respondió éste y LuHan se indignó yendo hacia XiuMin haciendo pucheros.
   -Baozi… hazle artes marciales a Chen… que es malo conmigo…- dijo en coreano, y XiuMin pasó de él y solo le acarició la cabeza como si fuera un perrito.
   -Bueno, ¿y qué hacemos?- preguntó Kris- si él se niega no podemos hacer nada más aquí.
   -Pues no tenemos más remedio que volver a Corea- dijo Lay.
   -¡SÍ!- se escuchó gritar a Tao e hizo el signo de la victoria con sus dedos.

   Había conseguido su objetivo después de una semana quejándose y haciendo pataletas. Volverían a Corea… y lo volvería a ver a él.

   Corea, ese mismo día cualquiera de 2012, apartamento de EXO-K.

   -SeHun…- decía SuHo- vamos SeHun… levanta ese trasero respingón de la cama, que llegamos tarde al ensayo- pero el chico sólo se arrebujó más en las sábanas y pasó de él- me rindo… que lo saque otro.
   -Hunnie…- llamó Kai, pero no tuvo reacción- vamos… como no te levantes te quedas sin Bubble Tea…- el chico que estaba en la cama asomó su cara por entre las sábanas y puso un puchero adorable.
   -No serás capaz de hacerle eso, ¿verdad?- se escuchó a BaekHyun- es muy tierno… no tienes corazón…- Kai suspiró y le dejó paso al siguiente.
   -SeHun…- dijo D.O.- te quedarás sin comer una semana como no muevas el culo- otra vez esa mirada tierna y otro que se derritió, pero todavía faltaba ChanYeol, que se acercó a la cama y tiró rápidamente de las sábanas dejando destapado al maknae.
   -Levanta ya- dijo solamente.

   De repente, el teléfono móvil del líder comenzó a sonar y éste lo cogió, deseando que no fuera el mánager y que los regañara. Suspiró tranquilo cuando vio en la pantalla “Kris”, pero se volvió a tensar, pensando que a lo mejor les había ocurrido algo a los de la unidad China, así que, descolgó rápidamente ante la atenta mirada de los demás chicos.

   -¿Ha pasado algo?- preguntó.
   -Volvemos hoy a Corea- dijo el otro como única respuesta.
   -¿A qué hora?
   -Llegaremos en un par de horas, estamos por embarcar, recogernos en el aeropuerto.
   -Entendido- y colgó.
   -¿Qué pasa, hyung?- preguntó D.O.
   -Nos vamos al aeropuerto, los chicos regresan.
   -¡SÍ!- escucharon gritar al maknae mientras salía de la cama a toda pastilla para vestirse.

   Incheon Airport, ese mismo día cualquiera, en la furgoneta de cristales tintados de 12 plazas.

   La puerta de la furgoneta se abrió y el primero en entrar al lugar fue Tao, lanzándose inmediatamente hacia el maknae para comerle la boca ante la estupefacción de sus otros diez compañeros, que se metieron rápidamente en la furgoneta para que las fans no vieran nada.

   -Acabáramos…- murmuró LuHan- era por eso…
   -Pues que lo hubiera dicho y nos hubiera ahorrado una semana de sufrimiento- comentó Chen.

   Mientras, los dos tortolitos, no paraban de saborearse mutuamente la boca, hasta que se separaron para respirar, y ajenos a todo lo demás, comenzaron a darse cariños acariciándose cada parte de piel que veían libre.

   -No sabes cuánto deseaba volver a verte- murmuró Tao.
   -Ni tú las ganas que yo tenía de tenerte de nuevo entre mis piernas…- contestó el maknae antes de volver a atacar los labios del panda.


martes, 15 de enero de 2013

SuHo (The Guardian)


SuHo
(The Guardian)



2/2


   Me desperté con dolor por todas las partes de mi cuerpo, me estiré como un gato y me levanté lentamente del incómodo sillón de la sala de espera del hospital en el que había dormido. Me dirigí hacia la máquina de bebidas y me saqué un té de burbujas, después, volví a aquel sillón, a la espera de noticias.

   La tarde anterior habían apuñalado a mi hyung, por defenderme y casi muere, bueno, todavía estaba en peligro, por eso no me dejaban visitarlo, pero si no llega a ser porque un chico se bajó de su coche y nos llevó al hospital, mi hyung ya no estaría aquí… y seguramente yo tampoco.

   Aunque todo aquello había sido horrible, y deseaba olvidar todo lo ocurrido, había una única cosa, bueno dos, que no me gustaría olvidar por nada del mundo, ese te amo y el roce de sus labios contra los míos. Eso me avergonzaba, pero a la vez me hacía sentir la persona más feliz del mundo, dentro de la preocupación que ahora sentía por él.

   Tan sumido en mis pensamientos estaba, que no vi la bata verde del médico de urgencias hasta que no lo tuve prácticamente delante.

   -¿Familia de Kim JunMyeon?- me preguntó y yo negué con la cabeza.
   -Pareja… creo…- murmuré. El hombre me miró de una manera extraña, pero siguió hablando.
   -¿Conoces a algún familiar suyo?- negué.
   -Sólo lo conozco a él.
   -Entendido- el hombre iba a retirarse, pero no lo dejé, el que no me hubiera comentado su estado de salud y sólo preguntara por su familia, me hacía pensar en lo peor.
   -¿Cómo está?- pregunté desesperado.
   -Su vida no corre peligro- contestó- deberías irte a casa, pequeño, tus padres deben de estar preocupados y por lo que veo no tienes pinta de ser mayor de edad.
   -Quiero quedarme aquí hasta que se despierte y pueda verlo- dije seguro de mí mismo. El hombre esbozó una pequeña sonrisa.
   -No podrás pasar a verlo hasta que su situación se normalice- respondió- será mejor que te vayas a casa, deja un número de contacto en recepción y ya te contactaremos- iba a protestar, pero sabía que él tenía razón, así que simplemente asentí y me levanté apesadumbrado.
   -Gracias por todo, ajussi- me incliné y me fui.

   Pasé una semana en blanco, sin saber nada de JunMyeon. En el colegio ya no me molestaban, sino que me miraban con miedo y no se acercaban a mí. En casa, varios vecinos bajaron a preguntar por él, ya que lo necesitaban para hacer unos arreglillos, y cuando les conté la situación, todos y cada uno de ellos fueron a visitarlo al hospital, pero tampoco los dejaron pasar a la habitación en la que estaba, como a mí, que me pasaba todas las tardes allí para que sólo me dijeran que evolucionaba. Cómo si fuera un Pokemon. Eso me ponía de los nervios.

   Y allí estaba, de nuevo en aquel hospital. Los enfermos y personal del hospital pasaban a mi lado casi sin mirarme, a lo suyo, porque la mayoría, ya me conocían y sabían por qué estaba en aquel lugar. De repente, un muchacho se acercó a mí y yo alcé la cabeza.

   -¿Eres Oh SeHun?- me preguntó y yo rápidamente asentí- no sé si debería decírtelo o no- murmuró- tampoco sé si está bien, pero…- miró a un lado y a otro y se acercó a mí- el paciente al que estoy ayudando a tratar pregunta por ti, se ve muy preocupado y está desesperado por verte- mi corazón comenzó a dar botes de alegría dentro de mi pecho- yo… si vienes conmigo… te llevaré a su habitación.
   -Iré contigo- dije y él sonrió.

   Me llevó por los pasillos, cuidándose de que nos vieran las menos personas posibles. Parecía que todavía no podía recibir visitas, pero mi hyung había ablandado el corazón de ese muchacho de prácticas que lo cuidaba y así podía ir a verlo. Llegamos a un pasillo, él abrió la primera puerta a la derecha y me hizo pasar rápidamente al interior.

   Era una habitación blanca muy pequeña, con una cama en el centro, en la que me esperaba mi hyung, con una sonrisa hermosa en su rostro y con una bata de hospital, de estas horrorosas que te dejan la espalda y el trasero al aire. Fui corriendo hacia él y lo abracé por el cuello, mientras comenzaba a llorar.

   -Hey… tranquilo…- pasó sus brazos a mi alrededor- no llores, pequeño… estoy bien…
   -Hyung…- fue lo único que pudo salir de mis labios.
   -No sabes cómo me alegra estar vivo- susurró y yo me aparté un poco para mirarlo a los ojos.
   -Yo… hyung…
   -No recuerdo mucho lo que pasó- dijo- pero recuerdo lo que te dije… y tu respuesta…- mi corazón comenzó a latir rápidamente- quiero saber… sino lo dijiste porque me… moría… porque yo…-lo callé tapándole la boca con mi mano.
   -Te amo… hyung- me sonrojé al decirlo, pero era la verdad y él tenía que saberlo. Me apartó la mano de su boca y mis labios fueron atrapados por los suyos.
   -Yo también te amo… Hunnie…- susurró contra mis labios al separarnos, íbamos a comenzar otro beso, pero una tos incómoda nos hizo separarnos y girarnos hacia el lugar de donde procedía. En la puerta estaba el chico que me había llevado allí.
   -Siento interrumpir este momento tan bonito y eso…- dijo- pero tengo que sacarte de aquí antes de que alguien te descubra y me suspendan las prácticas- asentí y sentí un suave beso contra mis labios al separarme.
   -Gracias, YiXing- dijo mi hyung.
   -No hay de qué- y el chico me sacó de allí. Salimos al pasillo y nos dirigimos de nuevo a la sala de espera, sin cruzarnos con apenas nadie.
   -Muchísimas gracias- me incliné y él sonrió.
   -Ha sido sólo por esta vez- contestó- en un par de días lo dejaran tener visitas, así que, podrás visitarlo más a menudo- sonreí- y para la semana que viene le darán el alta.

   Me alegró mucho el poder escuchar eso, pronto podría verlo cada día y también muy pronto podría estar de nuevo junto a él y en alguna de esas ocasiones, le daría las gracias, por hacerme sonreír cada día, por salvarme la vida y por amarme, porque nunca nadie había sido capaz de hacerlo, y nunca nadie más que él, sería capaz de volver a hacerlo.



viernes, 11 de enero de 2013

SuHo (The Guardian)


SuHo
(The Guardian)


1/2


   Dejé la maleta sobre la cama y luego comencé a explorar el lugar que sería mi hogar por un buen tiempo. No era excesivamente grande, ni excesivamente pequeño, además, estaba tirado de precio cuando lo alquilé, debido a que el anterior chico que vivía aquí, murió, o algo así. Me tiré en el sofá, cansado del viaje, y cuando estaba a punto de quedarme frito, sonó el timbre de la puerta. Me levanté desganado a abrir, y allí me encontré con un chico, que parecía mayor que yo.

   -Hola, soy el conserje- se presentó- ¿eres el nuevo chico?
   -Mmm sí… soy yo…
   -Kim JunMyeon- me tendió su mano y la acepté.
   -Oh SeHun- él sonrió ampliamente.
   -Para lo que necesites, aquí me tienes- y se despidió.

   Me dejó sumamente confuso la aparición de este chico. Notaba como algo raro a su alrededor, pero debía ser mi imaginación. Apenas en una semana y ya se me había roto un grifo, atrancado el fregadero, partido una pata de la cama y la tele no pillaba la señal. Ahí descubrí que el piso no estaba tirado de precio por la muerte del anterior inquilino, sino porque estaba hacho mierda.

   En aquella semana, el conserje se pasó más tiempo en mi piso que en cualquier otro sitio, y al final, casi sin pretenderlo, comenzamos a hacernos muy amigos. Resultaba que él estaba en la Universidad, y que se pagaba los estudios, trabajando de conserje de día, y estudiaba de noche. Yo todavía estaba en el instituto, pero como mis padres pasaban de mí y tenía dinero, me fui a vivir solo.

   JunMyeon hyung se pasaba las tardes conmigo, ayudándome en todo lo que podía. Decía que los vecinos ya sabían que él estaría allí siempre y que sólo tenían que tocar a mi puerta si lo necesitaban. Al final, después de un tiempo, la amistad se fue convirtiendo en cariño, y el cariño en amor, por lo menos por mi parte, porque él me trataba como a alguien a quien cuidar.

   Su presencia me hacía calmarme, ser feliz y disfrutar de la vida, en cuanto se iba, mi vida se desmoronaba. En el instituto no tenía un in amigo y sino todos, casi todos los días, me llevaba un par de golpes, que con mucho atino, le ocultaba a JunMyeon hyung para que no lo notara. Pero un día, no lo pude ocultar.

   -¿Qué te ha pasado, Hunnie?- peguntó preocupado nada más verme. Tenía un ojo algo hinchado y el labio partido, ése día me habían dado fuerte.
   -Yo… pues… en el instituto… me maltratan…- y antes de que mediera cuenta ya estaba entre sus brazos, sollozando como el niño pequeño que era mientras él me consolaba.
   -¿Por qué no me contaste nada?
   -No quería preocuparte…
   -Yo estoy aquí para protegerte…- acarició levemente mi rostro- descansa- me tumbé sobre su pecho- yo te cuidaré.

   El color rojo dominó mis sueños esa noche y cuando me desperté por la mañana, me encontré en mi cama. Me levanté y me arreglé para ir otro día a aquel lugar infernal. La mañana la pasé tranquila, pero cuando me disponía a volver, los chicos que siempre me atacaban, me rodearon en un callejón y comenzaron a pegarme de nuevo. Me encogí y dejé que lo hicieran, si me defendía, sería peor.

    De repente, sentí cómo dejaban de golpearme. Alcé la cabeza y vi una figura entre ellos y yo. Era JunMyeon. Forcejeaba con los cuatro chicos, hasta que uno se separó y sacó una navaja. Intenté alzarme, pero las piernas me fallaron, intenté gritar, pero la voz no me respondía y antes de que pudiera hacer nada, ese trozo de metal, ya estaba clavado en el cuerpo de la persona que amaba.

   Los chicos se miraron asustados y luego, tras dejar caer la navaja al suelo, salieron corriendo. Atrapé el cuerpo de mi hyung antes de que cayera al suelo. La herida de su abdomen sangraba en abundancia y yo intenté taponarla. Las lágrimas caían de mis ojos sin que yo pudiera detenerlas.

   -No… hyung…- susurré.
   -¿Estás bien… Hunnie?- dijo con una voz casi inaudible.
   -¡AYUDA!- grité, pero nadie me hizo caso- hyung…- él llevó una mano a mi rostro y me secó las lágrimas- ¿por… por qué…?
   -Porque soy tu guardián… yo… tenía que protegerte…
   -No… hyung… no…
   -Te amo… Hunnie… te amo… mucho…
   -Yo también te amo…- sentí sus labios sobre los míos y cuando nos separamos una sonrisa apareció en sus labios, justo antes de que sus ojos se cerraran y su cabeza dejaba de sostenerse, cayendo hacia atrás. Comencé a llorar desconsoladamente sobre su cuerpo- te amo… hyung…