domingo, 21 de octubre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 6
La Cita


   Habían pasado tres días desde que BaekHo me dijo que me iba a conquistar. Apenas se acercaba a mí, pero, cada vez que nuestras miradas se encontraban, me sonreía, y hacía que dentro de mí una tormenta de sentimientos comenzara a descargarse. Pero lo peor no era comenzar a intuir que el chico me gustaba, lo peor era saber que a mi “príncipe”, también le gustaba y que el novio de mi amiga, porque sí, ya consideraba a Rose una amiga, muy loca, pero amiga, sentía celos de mí. Mi vida pendía de un fino hilo que yo sabía que algún día se rompería, porque a cada segundo que pasaba, notaba cómo se resquebrajaba cada vez más. Pero yo no podía hacer nada.

   Mis días pasaron muy rápidamente entre todas las preocupaciones y el viernes llegó casi sin que me diera cuenta. Había quedado con las locas en quedarme a dormir en casa de Rose, y esperaba a ésta en la puerta del instituto cuando sentí una mano que me agarraba delicadamente el brazo. Me volví, y allí me encontré a BaekHo, sonriendo tímidamente.

   -Ya está todo listo- me susurró- te importaría pasar la tarde conmigo.

   Abrí los ojos tanto que seguramente podrían salírseme de las cuencas. No me esperaba que fuera tan pronto. No había planeado nada con Rose ni JieHee, de hecho lo íbamos a planear esta noche. ¿Qué podía hacer? ¿Negarme? No, no podía, yo le había dicho que le daba otra oportunidad… pero… tenía miedo de lo que pudiera pasar. No porque BaekHo fuera a hacerme algo, parecía una persona decente, pero… ¿qué pasaría conmigo después de ver lo que me tuviera preparado? La verdad es que durante toda esta semana había estado ansioso y…

   -Ha… ha… había… quedado con… unas… amigas…- conseguí decir mi excusa, que realmente no era una excusa, era la verdad, pero al ver cómo su cara se tornaba triste, mi corazón dio un vuelco- pe… pero…puedo… cancelar… lo…- sonrió ampliamente y yo sonreí también- un momento…- cogí el móvil y le mandé un Kakao a Rose y a JieHee en el grupo que teníamos creado los tres- listo…- dije y él me cogió de la mano.
   -¿Estás lista para todo lo que tengo preparado?- preguntó.
   -No lo sé…
   -Entonces cuando acabemos la velada, espero que sí lo estés.

   Me llevó de la mano todo el camino a Dios sabe dónde. Me gustaba la sensación que me producía su mano apretando suavemente la mía, el calor que me transmitía, la tranquilidad, era muy agradable. No hablamos, sólo nos dedicábamos tímidas miradas de vez en cuando.

   En poco tiempo, llegamos al lugar al que BaekHo me quería llevar. Era un lugar hermoso, tanto que casi se me salen los ojos de las órbitas.

   Una cafetería que parecía muy cara y muy elegante. Estaba ricamente decorada por todas partes. Los suelos de mármol, las paredes pintadas en colores pastel y decorada con maravillosos cuadros y fotografías de vistas y paisajes espectaculares. Las mesas, con manteles bordados con hermosos dibujos. Todo aquello era demasiado.
 Miré al chico a mi lado, que estaba observándome muy fijamente.

   -¿Te gusta?- preguntó. ¿Acaso no veía en mi cara que estaba tan asombrado que eso no podía significar otra cosa más que me gustaba, y mucho?
   -Sí…- susurré.

    Él me sonrió ampliamente y me guió hasta una mesa. Al llegar, retiró la silla por mí, me hizo sentarme y luego me empujó suavemente hacia la mesa, como todo un caballero. Luego, se sentó frente a mí.

   -Me alegro que te guste este lugar, me ha costado bastante encontrarlo- comentó con una sonrisa.
   -¿Por qué haces esto?- pregunté sin más.
   -Por ti- su respuesta me dejó sin palabras y sin aliento- te dije que lo había hecho todo mal y que tenía que conquistarte, así que… aquí estamos.
   -Gracias- susurré avergonzado.
   -No me las des todavía- contestó- hazlo cuando terminemos la cita.

   La palabra cita me dejó descolocado, pero la verdad es que eso es lo que era, una cita, entre un chico y otro chico, porque aunque todos pensaran que era una chica, no lo era. Me sentía muy mal por mentirle a BaekHo, pero no podía decirle nada, no me atrevía.

   La tarde pasó muy rápidamente. Tomamos unos pasteles muy ricos mientras hablábamos sobre nosotros y nos contábamos las cosas que nos gustaban y las que no. Todo era muy agradable. La conversación, el lugar, la comida, la compañía. BaekHo, aunque tuviera la apariencia de un pandillero, y también la personalidad, a veces, me había demostrado anteriormente, y ahora todavía más, que no era lo que aparentaba. Era un chico muy dulce y muy simpático.

   Algo se movía en mi interior diciéndome a gritos que aquello que estaba haciendo con él no estaba para nada bien, pero cada vez que él me miraba o me sonreía, todo pensamiento se iba, dejándome sólo su presencia.

   Salimos de la cafetería después de que BaekHo pagara la cuenta. No me dejó ver cuánto le había costado, pero seguro que había sido una cifra desorbitada. Estuvimos paseando por las calles, cogidos de las manos, y se estaba bastante bien así.

   Tras bastante rato, cuando ya casi estaba anocheciendo, BaekHo se detuvo en un parque y nos sentamos en un banco. El silencio nos envolvió como un manto mientras la noche caía, y un precioso atardecer se vislumbraba a través de las siluetas de los enormes edificios de la gran ciudad.

   -Yo…- susurró de repente el chico a mi lado- me… gustaría decirte algo…- se giró hacia mí. Tenía las mejillas adorablemente teñidas de rojo- llevo mucho tiempo dándole vueltas a cómo decirlo y tengo que hacerlo ya porque se hace tarde y… y tendrás que volver a tu casa, sino tus padres se preocuparán y…- estaba muy nervioso porque no paraba de mover las manos inquietas y dijo todo lo anterior casi sin respirar- me estoy desviando del tema…- suspiró- Ren…- cogió mis manos y las apretó mientras me miraba fijamente a los ojos- me gustaría que aceptaras salir conmigo…

   No sé por qué me sorprendió su confesión, porque ya sabía a qué había ido a la cita, pero aun así, un calor agradable se extendió por mi cuerpo y una sonrisa asomó a mis labios sin que pudiera detenerla.

   Todo estaba mal, nada era lo correcto, pero no podía pensar con claridad, sabía que me iba a arrepentir por todo lo que pasaría después, pero no podía dejar de admirar su rostro, su sonrisa, y tampoco podía para de escuchar sus palabras en mi mente una y otra vez.

   -Sí.

jueves, 18 de octubre de 2012

Vampire Stories



Capítulo 1
Comienzo de una nueva vida


   Salimos del aeropuerto tras casi un día de viaje y unas cuantas escalas en medio. Llevábamos las maletas y los bolsos de mano llenos hasta los topes, y pesaban tanto que casi no podíamos con ellos, más los abrigos, porque hacía un frío de mil demonios. Todo era engorroso. Teniendo en cuenta que habíamos cruzado de una punta a la otra del globo terráqueo, llevábamos pocas cosas. El taxi llegó, y como pudimos, metimos las cosas dentro del maletero, luego, entramos al coche.

   ¿El motivo de este largo viaje? Una beca.

   Estábamos en nuestro último curso de instituto cuándo de pronto la directora del instituto nos hizo llamar. Esto nos pareció muy extraño ya que nosotras nunca hacíamos nada malo y nuestras notas eran altas. Al llegar al despacho la vimos sentada con un señor, que llevaba un sobrio traje negro con corbata y parecía bastante caro.

   La directora nos presentó. Parecía ser que este señor era el director de la Universidad de Artes de Seúl y venía a darnos una beca para que estudiásemos allí. Nos sorprendimos mucho, pero no tardamos en aceptar. Poder estudiar en Seúl era un sueño hecho realidad.

   Inmediatamente después de que terminase el curso, nos pusimos a preparar todo lo necesario para el viaje. Desde pasaportes y permisos hasta aprender el idioma, que por cierto, era bastante complicado. Aunque nosotras podíamos mantener una pequeña conversación, necesitábamos un nivel mayor para la Universidad, y además aprenderlo a escribir correctamente, que era lo que más nos costaba.

   Y a mitad de enero cogimos el avión que nos llevaría hasta nuestro nuevo hogar.

   Después de que el taxi nos dejara en nuestra nueva casa, tras dar mil vueltas por la ciudad y quedarnos atascados en varios atascos, soltamos las cosas, y comenzamos a gritar y saltar de alegría.

   La casa, aunque era algo pequeña, había suficiente espacio para las cuatro. Después de gritar lo suficiente alto como para que todos los vecinos se enteraran de que habíamos llegado, llamaron a la puerta. Lourdes, la mayor, fue a abrir. Ésta se encontró con un chico cercano a los treinta (muy guapo, por cierto) que decía ser nuestro casero, y lo hizo pasar.

[N. A: Cuando aparezcan * hablamos en español y cuando no en coreano ^^]

-*Lourdes, ¿quién es? -preguntó Ana apareciendo por la esquina - oh que guapo- comentó al verlo.
-*Dice que es nuestro casero- contestó Lourdes- y que viene a presentarse y decirnos donde están las cosas.

   Mientras el pobre buenorro, seguía en la puerta con cara de seta, ya que no se enteraba de lo que nosotras decíamos, Inma y Lorena llegaron a la puerta corriendo y gritando. Cuando vieron al casero, derraparon en el suelo y se pararon en seco.

-Mmm... esto... soy Choi SiWon, vuestro casero- dijo llamando nuestra atención.


           

   Era tan guapo… La primera en reaccionar fue Lorena que le ofreció ir a la cafetería de la esquina ya que no habíamos podido ir a comprar nada. Él aceptó encantado su ofrecimiento y nos dirigimos allí. Al llegar, todas nos sentamos alrededor de él igual de embobadas que antes.
   Mientras nosotras le mirábamos babeando, él nos lo explicaba todo, desde el funcionamiento de la lavadora hasta donde se encontraba casa tiende en el vecindario. Realmente, su casa era la de debajo de nuestro piso, así que tampoco estaba muy lejos.

   Estuvimos mucho rato hablando con nuestro guapísimo casero. Nos estuvo explicando algunas costumbres básicas en Corea para no meternos en ningún problema. Aunque ya nos sabíamos algunas cosas, no éramos expertas y escucharlas de primera mano de parte de un coreano, nos hizo saber que no teníamos ni idea de la mitad de las costumbres. Así que nos vino muy bien.

   SiWon también nos dio indicaciones sobre cómo movernos por Seúl y cómo llegar a la Universidad, que estaba muy cerca, por cierto. Sólo tras varias horas de cháchara, volvimos al piso.

-Si necesitáis algo- dijo el casero- podéis bajar y pedirme lo que queráis. Mi casa es la puerta de la derecha.
-Muchísimas gracias- le contestamos todas a la vez mientras nos inclinábamos.
-Así me gusta, vais captando lo que hay que hacer- nos alabó y entró en su casa.
-*Dios, que bueno está el casero- dijo Lorena agarrándose al brazo de Ana.
-*¿Cuántos años le echáis?- preguntó Lourdes.
-*Ni idea- contestó Inma.
-*Yo creo que ni debe llegar a los treinta- respondió Ana- Aish si tuviera diez años menos me lo comería- todas la miraron alzando una ceja- bueno, vale, me lo comería de todos modos, me da igual la edad.
-*¿Nos vamos al piso?- propuso Lourdes ignorando a la pervertida.
-*Sí, mejor será- contestó Lorena- y comenzaron a subir las escaleras.
-*Hey, pero no me dejéis atrás- dijo Ana subiendo tras ellas medio corriendo- que si queréis lo comparto- la ignoraron por completo- jo nadie me hace caso- se quejó y entro al piso.

   Vivíamos en un gran apartamento. Según nos había comentado el casero, anteriormente, habían sido dos pisos, pero hizo reformas y los juntó, porque allí, normalmente, lo alquilaba a grupos de estudiantes para la Universidad.

   Nada más entrar, te encontrabas con la cocina, que daba al lavadero; la puerta de después, llevaba al baño grande, y justo al lado, estaba un gran salón. Había una terraza desde el lavadero hasta el salón, donde seguramente nos pondríamos a mirar a si pasaba algún muchacho guapo. El pasillo giraba a la derecha y ahí se encontraban las habitaciones y el baño pequeño.

   Estuvimos discutiendo durante un rato, y al final, nos pusimos de acuerdo en el reparto de habitaciones, que quedó así: Inma, se quedaba con la más cercana al salón; Lorena con la de enfrente, que era la más grande e incluía entrada propia al baño pequeño. Decidimos que como era el más grande, meteríamos allí todo lo que no cupiera en nuestras habitaciones. Ana se quedó con el de al lado de Inma; y Lourdes con el último, que era más estrecho, pero más alargado también.




   Resuelto el conflicto, cada una cogió sus cosas, que estaban tiradas por el salón, y comenzamos a organizarlas por las habitaciones. Todavía faltaban cosas por llegar, pero no se podía tener todo.

   Lourdes como era la más ordenada, fue la que terminó primero. Se dirigió a la cocina y comenzó a hacer una lista de lo que había que comprar. La segunda en terminar fue Ana, que asomó por la cocina, curiosa por ver lo que hacía su unnie.

-*¿Que haces?- preguntó.
-*La lista de la compra- dijo Lourdes.
-*¿Puedo ir contigo?- dijo Ana emocionada- quiero ver si hay algún chico guapo.
-*Haz lo que quieras.
-*¡Inma, Lore!- gritó la otra- nos vamos a comprar, ahora venimos.
-OK- contestaron las dos a la vez.

   Tras terminar la lista, Lourdes y Ana salieron del piso.

-*¿Dónde vamos?- preguntó Ana.
-*Antes he visto al pasar una tienda "24h"-  contestó Lourdes.
-*¿En serio? Ni me había coscado- dijo la otra chica rascándose la cabeza distraídamente.
-*Niña, ¿tu en que mundo vives?- preguntó la mayor-si había un cartel enorme y con lucecitas.
-*¿No será un prostíbulo?
-*Anda, cállate.

   Caminamos por la calle durante unos minutos hasta encontrar la tienda "24h" y entramos. El lugar no era demasiado grande, pero había un montón de productos. Aunque en lo único que se fijó Ana cuando llegó, fue en el guapo dependiente.




   Cuando Lourdes vio la cara que había puesto Ana, dijo:

-*Ahí te quedas.
-*¿Eh?- dijo Ana desorientada- Uhm, hola- saludó al dependiente con una pequeña inclinación y en perfecto coreano. (Hombre, si solo ha dicho hola, para matarla sino lo dice bien.)- y salió en busca de Lourdes, que estaba echando productos de primera necesidad a una cesta.
-*Oye, ¿has visto que chico más guapo?
-*Anda coge- y le soltó la cesta sin miramientos e ignorándola por completo.


   Ana siguió dando la lata con lo guapo que era el muchacho mientras Lourdes cogía las cosas y la cargaba cada vez más.


-*¿Qué paquete de servilletas cojo?- preguntó Lourdes- ¿El de 100 o el de 200?
-*El más grande- contestó. Y así pasaron diez minutos más. Después de terminar se dirigieron al mostrador para pagar.

-¿Sois nuevas?- preguntó el guapo dependiente mientras cogía los productos y comenzaba a cobrar- no os he visto en el barrio antes.
-Sí- contestó Ana- acabamos de llegar hoy para comenzar a estudiar en la Universidad.
-¿En la que hay aquí al lado?
-Sí, vivimos aquí cerca, también.
-Entonces voy a veros mucho por aquí- dijo el muchacho- Son 26.534 wons.
-Aquí tienes. -dijo Lourdes entregándole el dinero.
-Adiós- se despidió Ana tras recoger el cambio.
-*Y además de guapo, majo- comentó al salir de allí- si es que lo tiene todo.
-*Oh, buscan dependiente- murmuró Lourdes leyendo un cartel, pero Ana no la escuchaba.

   Apenas unos minutos más tarde, llegaron al piso, donde Inma y Lorena, tenían una buena montada. Ana y Lourdes ignoraron lo que estaban haciendo las otras dos en ese momento y empezaron a guardar la compra en la despensa. Mientras, Inma había desordenado su habitación porque había perdido el móvil y un libro, al que le tenía mucho cariño y aprecio.

-*¿Dónde diablos los he metido?- farfullaba Inma mientras daba vueltas por la habitación.
-*¿Que haces?- preguntó Lorena entrando por la puerta.
-*Es que no encuentro el móvil y mi libro favorito- explicó Inma haciendo un puchero- ¡Ahrg! siempre me ocurre lo mismo- se quejó desesperada.

  Lorena entró por completo en la habitación y echo un vistazo rápido por encima. Todo estaba patas arriba: los zapatos por un lado, camisetas por el otro... Parecía que había pasado un tornado. A continuación Lorena vislumbró una cosa brillante en el escritorio. Se acercó, apartó el montón de libros y papeles que había sobre la mesa y encontró el móvil y el libro.

-¡Ejem!- tosió Lorena para que Inma se diese la vuelta, y efectivamente, ésta lo hizo.
-*Están aquí- dijo Lorena con una sonrisa divertida en los labios.
-*¡Anda!- exclamó Inma.
-*Lo que no te pase a ti...- y las dos rieron por lo ridículo de la situación en la que se habían envuelto.
-* Te ayudaré a ordenar- dijo Lorena.
-*¡Gracias!- agradeció Inma.

   Mientras todo esto pasaba, Lourdes y Ana habían metido en el microondas los paquetes de fideos instantáneos que habían comprado y así, ya tenían la cena preparada. Ana, fue la que fue a avisar a las otras dos locas.

-*Niñas- dijo- que vamos a cenar- anunció.
-*Oh, ¿ya habéis vuelto?- preguntó Lorena.
-*Hace un rato.
-*Pues vamos a cenar- dijo Inma soltando su móvil y su libro y saliendo de la habitación.

   Lourdes ya había llevado los vasos de fideos a la mesa cuando las demás entraron al salón. Todas nos sentamos y comenzamos a comer. Cuando casi habíamos acabado, surgió el tema, ¿cómo ganar dinero para pagar los gastos?

-*Yo pienso que por lo menos dos deberían trabajar- dijo Lourdes.
-*Sí- dijo Ana- ¿pero quienes?
-*Yo no- dijo Lourdes.
-*Yo no dijo Inma.
-*Mierda- se quejó Ana.
-*Jo-dijo Lorena- que asco.
-*Ah- gritó Ana de repente asustando a las demás.
-*¿Que pasa loca?- preguntó Lourdes.
-*Me pido trabajar en la tienda "24 h"- dijo la chica- que ya que buscaban dependiente...
-*¿Y tú cómo lo sabes?- dijo Lourdes.
-*Pues, ¿no me lo dijiste tú?
-*Y yo que pensaba que ni me escuchaba- murmuró ella.
-*Bueno, ya que está decidido...- comenzó Inma.
-*Ni hablar- protestó Lorena- no está decidido.

  Mientras estas dos se peleaban, Ana acabó de comer y fue hacia el sofá, allí, agarró el mando y puso la tele. De repente, gritó.

-*¿Que haces loca? - preguntó Lourdes.
-*¡SHINee! ¡SHINee!

   Las demás de acercaron a la tele, y cuando los vieron se quedaron pilladas.

-Gira SHINee por Corea- decía la tele - el 8, 9, 10 y 11 de junio en Seúl... - la tele seguía hablando, pero ninguna le hizo caso, ya habíamos escuchado lo que teníamos que escuchar.

-*Ya sabéis que vamos a hacer esos días, ¿no? - dijo Lourdes.
-Of course - contestaron las demás.

   De repente, el teléfono que había en la pared del salón, junto a la puerta, comenzó a sonar. Lorena, aún con la emoción de haber visto a los SHINee, lo cogió.

-¿Si? - preguntó.
-¿Sois las chicas del intercambio?- dijo la voz de un hombre al otro lado de la línea.
-Sí, ¿quién es?- dijo ella extrañada y las demás se acercaron al teléfono.
-Soy Park JungSoo- le contestó- el director de la Universidad.
-Ah, encantada, ¿pasa algo?
-No, solo quería que vinierais la Universidad- dijo- así podremos conocernos y os enseño el lugar.
-¿En serio?
-*¿Que pasa?- preguntó Ana.
-*Nada, nada- le contestó ella- estaremos encantadas de ir- dijo en coreano al interlocutor.
-Nos vemos a las 11 en la puerta de la Universidad- propuso él.
-Claro, allí nos vemos- y colgó.
-*¿Quién era?- preguntó Lourdes.
-*El director
-*Ah, ¿a ella si le contestas?- dijo Ana, molesta, haciendo un puchero.
-* Y quiere que mañana vayamos a la Universidad para que nos conozca y para ver el sitio- contestó ignorando a la loca.
-*Oh, que bien- dijo Inma.
-*Pues, ya está- dijo Lorena- Ana y yo nos vamos a dormir, y vosotras os quedáis aquí recogiendo ya que sois tan listas de no querer trabajar fuera, lo haréis en la casa.

   La chica se fue del salón y Ana también tras desear las buenas noches, dejando a las otras dos en el salón.

-*Pues a limpiar se ha dicho - dijo Inma.
-*Jo.

   Tras recoger, las dos fueron a sus habitaciones, y poco después, solo se escuchó el silencio en el piso. Lo que no sabíamos en ese momento, era que nuestras vidas, a partir de ese día iban a cambiar completamente.


Espero que os guste este nuevo fic ^^. Las autoras somos: Lou, Lore, Inma y yo ^^

lunes, 15 de octubre de 2012

Una Bolsa De Cheetos


Una Bolsa De Cheetos


Nos quedamos encerrados en la sala de ensayo. ¿Cómo pasó? Pues ni idea. JongUp hyung y yo ensayábamos en el  lugar muy entretenidos y concentrados y cuando terminamos para volver a casa, no pudimos salir. Era bastante tarde, pero tampoco tanto, muchas veces nos habíamos quedado hasta mucho más tarde que hoy y nunca había pasado nada.

 -¿Hyung?- llamé- ¿qué hacemos ahora?- pregunté algo angustiado.
 -Tranquilízate, pequeño- me dijo- llamaré a casa.
 -¿Por qué a casa?- pregunté- ¿no deberías llamar a alguien de aquí?
 -¿Puede ser por qué el único que tiene los números de contacto es YongGuk hyung?- contestó algo molesto. Cogió el móvil y llamó al líder- ¿Hyung? Sí, soy yo. De eso era de lo que quería hablarte. No. No. Que no. Hyung, hazle caso a HimChan hyung y no te alteres. Sí. Respira hondo. Vale, ¿ya estás más calmado? Pues la cosa es... que nos hemos quedado encerrados en la sala de baile. Sí. Lo siento muchísimo- por primera vez durante la conversación, en vez de seguir dando vueltas, se paró y me miró- sí, está bien. ¿Quieres hablar con él? Vale- y me entregó su móvil- YongGuk hyung quiere hablar contigo.
 -¿Hyung?- pregunté, pero ya no me dio tiempo a decir nada más, YongGuk empezó su monólogo.
 -¿Estás bien, pequeño? Sino es así dímelo que le hago entender a JongUp que con mi pequeño espárrago subido no se juega. Le retorceré el pescuezo como si fuera una asquerosa gallina para el puchero y... no, HimChan, no te doy el teléfono. Déjame. Cómo no te estés quieto te meto. Sí, eso es una amenaza- viendo el peligro que el pobre HimChan hyung corría, corté el monólogo.
 -Hyung, ¿me pasas con HimChan hyung?- dije con la voz más dulce que pude.
 -Si me lo pides así...- no tuvo más remedio que aceptar.
 -JunHong- escuché decir a HimChan al otro lado del teléfono.
-Sí, soy yo- contesté- necesitamos que llaméis a alguien de la compañía para que vengan a abrirnos.
-Lo sé, pequeño- dijo él- ¿estáis bien?
-Sí.
-En poco tiempo llegaremos, estad tranquilos y no os preocupéis por nada.
-Muy bien, hasta ahora, hyung- colgué y le di el móvil a JongUp.
-¿Qué dicen?- me preguntó.
-Pues… YongGuk hyung te quiere matar- él puso mala cara- y HimChan hyung dice que en breves vendrán a sacarnos de aquí.
-Oh, bien- dijo- menos por lo de morir- se tocó la garganta con las manos- soy muy joven todavía.

Reímos durante un buen rato y luego, sin saber qué hacer, nos sentamos en el suelo a descansar un poco, echados contra la pared. Yo sostenía mi cabeza con el hombro de JongUp, y tenía los ojos cerrados, en cualquier momento podía quedarme dormido, porque a pesar del cansancio de todo el día bailando, mi hyung mesaba mi cabello con delicadeza. Mi corazón latía a mil por hora, porque sí, me gustaba JongUp, me gustaba mucho. El bonito momento se vio truncado cuando mi estómago comenzó a rugir como un león que llevara varios días sin comer. Mi hyung se sobresaltó.

-¿Tienes hambre?- me preguntó. ¿Acaso no era obvio que sí? A veces podía ser un poco bastante lento.
-Un poco.
-Lo siento.
-¿Por qué te disculpas?- pregunté sin entender.
-Porque es mi culpa que estemos aquí- contestó- sino te hubiera pedido que te quedaras conmigo esto no habría sucedido.
-Babo- dije sin nada de respeto- entonces estarías tú aquí solo, mejor acompañado que solo, ¿no?- le di un golpecito en el brazo y él sonrió.
-Está bien, entonces, déjame que mire una cosa- se levantó del suelo y fue hacia su mochila, estuvo rebuscando allí bastante rato, hasta que dio con lo que quería- ta-dah!!- me enseñó una bolsa de cheetos- comida.
-Wow.

Me levanté corriendo del suelo y me eché sobre él como si fuera mi presa. Estuvimos forcejeando durante un rato, yo intentando quitarle la comida, y él intentando que yo no la alcanzara, hasta que perdió el equilibrio y los dos caímos al suelo, conmigo sobre él.

Nos miramos a los ojos bastante rato, yo no podía apartar la mirada y él, parecía que tampoco. Notaba mucho calor en mi cuerpo, y más aún en mi cara. JongUp estaba sonrojado y su pecho subía y bajaba muy rápidamente. Sin saber lo que hacía, me fui acercando lentamente a su rostro y rocé sus labios con los míos. Me separé muy rápido, pero mi hyung me detuvo. Estaba sonriendo.

-Hazlo de nuevo- susurró.

Me volví a acercar a él, y ésta vez, lo besé, lo besé durante mucho tiempo, no me podía separar de JongUp, sus labios eran adictivos y sólo lo hice cuando ya no podía respirar. Nos separamos y nos volvimos a mirar a los ojos. Abrí la boca para hablar, pero en ese momento, unos ruidos provenientes de la puerta nos alertaron y nos separamos.

Unos segundos después, entraron los demás miembros del grupo atropelladamente y comenzaron a hablar todos a la vez diciendo incoherencias. Después de que se calmaran, salimos de la sala y por el pasillo, conecté mi mirada con la de JongUp.

No hicieron falta palabras. Lo que tuviéramos que decirnos, ya lo haríamos cuando llegáramos al apartamento, pero tuve el presentimiento, de que todo sería bueno, tan bueno como quedarnos encerrados, y tan bueno como pelearnos por una bolsa de cheetos.



El Último Día de Descanso


El Último Día De Descanso



-Al fin en casa.

DongHae estaba tumbado en el sofá del salón común. No tenía nada que hacer ese día, raro, porque siendo uno de los miembros más popular de Super Junior, siempre tenía muchísimas cosas que hacer. Pero la verdad era que había vuelto a casa un día antes de que terminaran sus vacaciones, para descansar como era debido. Debía haberla llamado, pero estaba tan cansado que pensó en dejarlo para más tarde. No esperaba a nadie allí, pero poco después de tumbarse, escuchó la puerta, y por ella entraron EunHyuk, RyeoWook y KyuHyun, riendo y haciendo ruido. Cuando vieron que DongHae estaba allí, callaron de momento.

-¡Hae!- gritó EunHyuk y se le tiró encima para abrazarlo.
-Para, para- dijo el pobre que estaba siendo espachurrado contra el sofá.
-Te he echado de menos- continuó sin hacerle caso.
-Pero si tú ya no vives aquí, ¿cómo puedes echarme de menos?
-Bah…
-No sabíamos que estabas aquí, hyung- dijo RyeoWook- pensábamos que estabas en Los Ángeles.
-Tú mismo lo has dicho, estaba- contestó intentado quitarse al mono de encima, pero no podía- ahora estoy aquí.
-¿No te fue bien por aquellos lares?- preguntó KyuHyun mientras agarraba al mono por atrás para levantarlo, pero se había aferrado bien al pobre DongHae.
-Me fue bien, pero quería tranquilidad- dijo el aludido pasando sus brazos por la espalda del mono- Hyukkie, quítate, anda.
-No me quitaré hasta que me digas que me has echado de menos- dijo EunHyuk.
-No pienso decirte que te he echado de menos.
-¿Por qué no?
-Hay veces que no nos vemos durante más tiempo y no estás así de pegajoso- contestó DongHae.
-Hoy estás igual de arisco de solía estarlo HeeChul hyung- comentó el mono.
-Soy su sustituto ahora que no está.
-Me gustaba más el pececito pegajoso…- lo abrazó más fuerte.
-¡¡¡Hyukkie!!!- gritó moviéndose de un lado a otro, pero el otro no se quitaba, así que miró a sus dongsaes pidiendo ayuda.
-A mí no me mires- dijo KyuHyun- yo ya te lo he intentado quitar de encima y no he podido- Hae miró entonces a RyeoWook poniendo cara de pena.
-Si Kyu no ha podido yo tampoco- sentenció- además, esa carita sólo te funciona con SiWon, prueba con él cuando vuelva.
-Me voy a mi habitación- dijo KyuHyun. Pero antes de que diera un paso, la puerta se abrió y por ella entró un YeSung muy sonriente.
-Hola, chicos- dijo acercándose a donde estaban todos.
-Hola- contestaron todos.
-¿Ya está el mono liado?- preguntó al verlo encima de DongHae.
-Y no me suelta- contestó el prisionero- me siento cómo la rubia de King Kong, capturada por un mono gigante- todos se rieron ante el comentario, pero ninguno ayudó a la damisela en apuros.
-Es genial veros de nuevo- el recién llegado abrazó a RyeoWook por la espalda- ¿qué tal habéis estado sin mí?- tocó su labio superior con los dedos durante un segundo.
-En la gloria- respondió el maknae- sin ti observándonos dormir y tocándonos hemos estado en la gloria.
-Wookkie- llamó y le dio la vuelta en sus brazos- tú me has echado de menos, ¿verdad?- el pequeño asintió- este es mi pequeño adorable- y lo abrazó fuertemente.
-¿Alguien ha dicho adorable?- preguntó SungMin desde la puerta.
-Yo me voy a jugar- dijo KyuHyun.
-¿No me recibes como es debido?- dijo corriendo hacia el pequeño y colgándose de su cuello.
-Minnie…- solo le hizo falta decir eso para que el mayor lo soltara- gracias.
-¡Hola!- llamó DongHae desesperado llamando a los demás- tengo un gran problema- señaló a EunHyuk sobre él.
-Hykkie- dijo SungMin y el aludido volvió la cabeza para mirarlo- sigue así.
-¡SUNGMIN!- gritó Hae- me has traicionado.
-Yo nunca dije que te ayudaría.
-Te estás volviendo malvado, hyung- dijo RyeoWook- te hace mal juntarte con Kyu.
-A mí no me metáis en nada- contestó el maknae- y me voy a jugar, no lo digo más- comenzó a irse.
-Espera- SungMin lo siguió.
-Me dejan a mi suerte…- murmuró DongHae.
-Tranquila, damisela en apuros- dijo YeSung- ya te rescatará cuando venga tu príncipe azul, SiWon.
-Yo soy su príncipe azul- se quejó EunHyuk.
-No, tú eres el malvado mono del que tienen que rescatar a la princesa- dijo el mayor.
-¡No soy una princesa en apuros!- gritó él- la princesa es HeeChul hyung.
-No digas cosas de quien no está aquí para defenderse- regañó YeSung.
-¿Qué te apuestas a que ni le molesta?- dijo DongHae.

De repente se escucharon unas risas muy escandalosas que no podían pertenecer más que a KangIn y a LeeTeuk cerca de allí y poco después se abrió la puerta apareciendo ellos en una posición algo extraña. KangIn agarraba a LeeTeuk como si fuera un saco de patatas. Los que estaban dentro se quedaron pillados, y KangIn se quedó callado y quieto.

-YoungWoon- dijo el líder- ¿qué pasa?- el aludido lo dejó en el suelo y éste vio a los demás.
-Ah, hola, chicos- dijo sonriendo nerviosamente arreglándose la ropa- ¿qué hacéis aquí hoy? Todavía no se han acabado las vacaciones.
-Hemos vuelto antes- contestó YeSung- y… ¿qué hacíais vosotros…?
-Pues… mmm… esto…- comenzó el mayor, pero no sabía qué decir.
-Nada que os interese- contestó KangIn- esas cosas no se les preguntan a vuestros padres.
-Eso, sois muy pequeños todavía- dijo LeeTeuk.
-Ejem…- tosió YeSung- yo soy mayor que él- señaló a KangIn.
-Yo he estado en el Ejército- contestó el aludido.
-Pero…
-Va, va, dejadlo- dijo el líder- no os esperábamos aquí tan pronto, nos vamos, y así no molestamos.
-Papá- llamó DongHae- sálvame del mono- KangIn se acercó y le tocó la cabeza a EunHyuk.
-Tiempo sin vernos- y se fue con LeeTeuk.
-¿Por qué nadie me ayuda?
-Porque realmente no quieres que nadie te ayude- dijo SiWon entrando por la puerta.
-¡AYÚDAME!- gritó- eres mi última esperanza.
-Vamos Hyukkie- lo agarró- estás molestando a Hae- lo levantó como si fuera una pluma y lo desenganchó de DongHae, que respiró tranquilo.
-No- dijo EunHyuk intentando zafarse- mi tesoro- alargó la mano hacia Hae, pero estaba fuera de su alcance.
-Me lo llevo fuera de aquí- dijo SiWon.
-Mamá debe estar preocupada por ti- dijo DongHae.
-Es verdad, mi madre- se volvió hacia SiWon- me llevas a mi casa, que no le he dicho a mi madre que estaba bien.
-Vale- y los dos salieron por la puerta, y cuando todos creían que el peligro había pasado, EunHyuk volvió.
-Ahora me voy- dijo- pero esta noche hazme hueco en tu cama, pez- y se fue definitivamente.
-Ains… ¿qué voy a hacer con él?- se preguntó DongHae y suspiró.
-Si lo tuvieras satisfecho esto no pasaría…- dijo YeSung.
-¿¡What!?- Hae casi se cae del sofá- ¡Hyukkie y yo no estamos liados!- aclaró.
-Pues sinceramente, hyung- comentó RyeoWook- lo parece.
-No soy gay, tengo novia.
-Oh… ¿y quién es ella?- preguntó SungMin apareciendo de repente.
-No os importa.
-Aish… que borde es este niño- murmuró YeSung.
-Además, ¿tú no te habías ido con KyuHyun?- preguntó al recién llegado.
-Me ha echado- se sentó al lado de Hae en el sofá- y DongDong me ha mandado un Kakao.
-¿Qué dice?- preguntó RyeoWook.
-Dice que está aquí y que llegará para la hora de la cena, pero que prefiere pasar la tarde con su chica- contó.
-Bien, comida para diez, entonces- dijo el más pequeño- ¿me ayudas?- preguntó a YeSung, que lo llevaba abrazando por la cintura desde que llegó.
-¿Quieres que queme la cocina?
-No, por favor- contestó el otro y los dos salieron de allí.
-Esos dos están liados, yo lo digo- comentó SungMin.
-Como tú con Kyu y Teukkie con KangIn, ¿no?- dijo DongHae.
-Y como tú con Hyukkie- contratacó el otro.
-Que no estoy liado con él, ¿cuántas veces lo tengo que repetir?- se levantó.
-Pues hasta que no nos presentes a tu chica misteriosa, para mí, sigues liado con el mono.
-Me voy a mi habitación.
-No- lo agarró de la muñeca- no me dejes solo.

Forcejeando llegaron hasta el dormitorio de DongHae, que se zafó en el último momento del otro y entró al lugar, cerrando con llave. Fue directo a la cama y se tumbó.

-Por fin paz… y yo que pensaba que iba a estar tranquilo si regresaba un día antes…- sonrió- debo llamar a Blanca- y agarró el móvil.

Porque sí, Lee DongHae había encontrado por fin a su chica perfecta, y no quería presentársela a los demás, aunque EunHyuk si la conocía, porque seguro que se la intentarían ligar. Y aunque no dudaba de ella ni de sus sentimientos, no quería correr riesgos, por el momento.





jueves, 11 de octubre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 5
Sentimientos


   -¡NO ME JODAS!- me gritó la loca de mi vecina fujoshi- yo quería verlo- hizo un puchero y se me lanzó encima- un trato era un trato…
   -¿De qué habla?- preguntó Rose. Sí, Rose estaba en mi casa. Sí, conocía a mi vecina fujoshi… y sí, ahora eran inseparables e intentaban por todos los medios arreglar mis problemas amorosos.
   -Hicimos un trato- contestó JieHee- MinKi me prometió cuando me contó que era gay, que podría presenciar su primer beso con un chico.
   -¿De verdad?
   -Éramos pequeños, unos críos- contesté.
   -Fue el año pasado, querido- ellas rieron, yo no.
   -Yo sólo hay un par de cosas que quiero saber- dijo Rose muy seria de repente- la primera, ¿cómo sois amigos si no tenéis nada en común? Y la segunda, ¿por qué no nos dijiste antes lo que había pasado?
   -A lo primero te respondo yo- dijo JieHee- compartimos nuestro amor por los hombres homosexuales.
   -¿Y a lo segundo?- me miró fijamente hasta que suspiré.
   -Pues… es que estaba muy confundido…- contesté.
   -¿Más de lo que ya lo estás? Porque sinceramente, y te lo digo con cariño, muy bien de la cabeza no puedes estar si te haces pasar por chica- contestó la loca.
   -Gracias- dije- y tú tampoco puedes estar muy bien si te gusta que dos tíos se lo monten, con cariño- e hice una mueca parecida a una sonrisa sarcástica.
   -Dejad de deciros sarcasmos y vamos a solucionar el problema- dijo Rose y ambos la miramos- ¿qué piensas hacer ahora?
   -Pues no lo sé, no sé cómo comportarme delante de él- contesté sincero.
   -DongHo lleva sin venir a clase desde ese día, y antes de irse le dijo a mi hermano que no te dejara solo en ningún momento, ¿se puede saber por qué?
   -Es que… Ara, Alice, Lime, YooYoung, YoonJo y Nara… las chica de mi clase- aclaré cuando las dos me miraron sin comprender de quién les hablaba- tú las conoces- le dije a Rose.
   -¿Las Venus?- preguntó.
   -No lo sé, yo las llamo por sus nombres.
   -Sí, son ellas, las Venus, ¿qué pasa con ellas?
   -Pues… me intimidaron… y…
   -¡SERÁN PUTAS! ¡LA MADRE QUE LAS PARIÓ! ¿¡QUIÉRES QUE ME LAS CARGUE!? POR MÍ NO HAY PROBLEMA- comenzó a despotricar Rose.
   -Querida, tranquila- JieHee la intentó aplacar y cuando se calmó, proseguí.
   -No hace falta que les hagas nada, BaekHo ya las acojonó un poco cuando me salvó.
   -Manga Shojo- murmuró mi vecina.
   -Lo sé, déjame.
   -Pero falta el otro chico que pelee por la protagonista…- murmuró la loca sin hacerme ningún caso.
   -Mi hermano, mi hermano está loquito por su “princesa”- dijo Rose.
   -Oh… ya lo tenemos todo, sólo faltan algunos detalles- de repente se levantó, cogió un folio y se puso a hacer garabatos.
   -No, JieHee, otra vez no- murmuré con las manos tapándome la cara, avergonzado.
   -¿Qué pasa?- preguntó Rose.
   -Esta loca, es una dibujante de manga yaoi- contesté.
   -¿Cómo?
   -Sí, es la autora del tomo único “Tú, yo y mis juguetes” y del manga “Love Outside Logic”- dije- basado en mi historia…
   -Me encantaron esos mangas- Rose se puso como loca y ya nadie me hizo caso.

   No sabía por qué les había contado todo, de todas maneras me habían ignorado y no habían solucionado mis problemas. ¿Qué haría la próxima vez que me encontrara con BaekHo? Lo supe a la mañana siguiente cuando me escondí detrás de Rose al verlo aparecer por el pasillo. Mi corazón latía fuertemente dentro de mi pecho, y mis mejillas estaban coloradas a más no poder.

   Al entrar en clase, noté cómo tenía su mirada fija en mi nuca y no la apartaba, me ponía nervioso, pero a la vez… me hacía sentir como cuando estaba con JongHyun… ¿podría ser que pudiera estar sintiendo algo por él? Imposible, todavía tenía a JR muy metido en mi cabeza y en mi corazón… ¿o no? Cuando salía de la clase para refugiarme con Rose, una mano me agarró el brazo delicadamente y me detuvo. Al volverme, me encontré con BaekHo.

   -¿Podemos hablar?- estaba muy nervioso, pero asentí.

   Me cogió de la mano y me llevó por los pasillos, tal y como hizo el día que me besó. Nos encontramos con Rose a mitad de camino y con la mirada le pedí ayuda, ella simplemente sonrió y moviendo los labios me dijo: “Suerte”. BaekHo me siguió guiando por los pasillos y al final acabamos en la azotea de nuevo. Me solté de su mano al llegar allí, asustado por el recuerdo del beso. Él se volvió hacia mí, avergonzado y con la mirada triste. Nunca hubiera pensado que un pandillero fuerte como él, también podría verse como un cachorrito abandonado.

   -Lo siento- murmuró- el otro día lo hice mal- agachó su cabeza- me había prometido a mi mismo conquistarte como a una dama y apenas llevas un mes aquí y ya te he besado… y sin tu permiso, además- soltó seguido, casi sin respirar- no sabes cuanto lo siento, yo… no sé cómo hacer esto…

   ¿Estaba disculpándose por haberme besado? Eso era algo… no sabía ni cómo definirlo. Mi corazón latía más rápido que si me acabara de bajar de una montaña rusa, y también sentía un cosquilleo en mi estómago. No sabía que decir. Solamente miraba incrédulo a la figura que tenía delante.

   -Yo…- titubeé, ¿qué iba a decir?- podrías comenzar… de nuevo…- What? ¿Pero qué digo? Un momento, ¿le estoy dando una oportunidad de conquistarme como él cree que es debido? ¿Pero qué hago? Mi debate interno se vio interrumpido por la hermosa vista que se alzaba ante mis ojos. BaekHo sonreía muy feliz y el sentimiento se me contagió, haciéndome sonreír a mí también. ¿Cuánto tiempo llevaba sin sonreír sinceramente? Desde que pasó todo lo de JR.
   -Te conquistaré como una señorita como tú se merece- dijo- espera y verás, caerás rendida ante mis encantos- y se fue de allí, dejándome sintiéndome un poco raro por dentro.

   Si él supiera que en realidad no era una chica… un momento…

   Y allí estaba de nuevo, con las dos dementes que ahora ocupaban mi vida, encerrado en mi habitación y contándoles mis problemas mientras ellas divagaban con otras cosas y se ponían como locas cada vez que nombraba mis sentimientos por BaekHo o JR.

   -¿Qué puedo hacer?
   -Cariño, disfruta de la vida- dijo JieHee- hay un chico que quiere conquistarte, déjate llevar.
   -Ya, pero él cree que yo soy una chica.
   -Como todos en el instituto- comentó Rose- ¿sabéis que MinHyun tiene celos de ti?
   -No tendría por qué, cree que soy una chica.
   -Min no es tonto como mi hermano, y se huele algo.
   -Y, ¿qué hago ahora?- pregunté- no tenía ya bastante con el problema de mis sentimientos por BaekHo y JR, que ahora tengo que lidiar con un MinHyun mosqueado y celoso.
   -Tranquilo- dijeron las dos poniéndome las manos en los hombros, dándome apoyo- seguro que todo se soluciona- casi estuve apunto de agradecerles cuando…
   -Ahora, cuéntame todos los detalles de tu encuentro con BaekHo, que la segunda temporada de “Love Outside Logic” comenzará a publicarse en apenas unas semanas.

   Realmente no sabía por qué les contaba mis problemas a ellas, si primero, las chicas no me agradaban demasiado y, segundo, no me solucionaban nada.

Love Outside Logic



Capítulo 4
Oppa, oppa

   Salí de la casa de Rose muy confundido. Le había contado mi vida a una persona que conocía desde hacía unas horas, y encima, esa persona era una chica. Sin prestar mucha atención a nada, fui hacia mi casa.

   No llevaba ni diez minutos andando cuando ya había notado que me había perdido. Intenté volver por donde había venido, pero no lo recordaba exactamente. No sabía qué hacer. Mis padres no estaban en casa, ambos trabajaban y no podían venir a por mí. Rose no me había dado su número de teléfono, tampoco podía llamarla, no tenía saldo. ¿Qué podía hacer?

   -¿Estás perdida, preciosa?- me giré y lo vi. Allí estaba el pandillero, BaekHo. Mi corazón comenzó a latir rápido, sentía cómo miedo. No sabía por qué, yo era un chico, pero él creía que era una chica y… menudo lío…- ¿estás bien?
   -Sí, sí- contesté.
   -¿Entonces no estás perdida?- no sabía que decir… podría decirle que sí y que me intentara ayudar él o que me ayudara un desconocido que no sabía si tenía buenas o malas intenciones. Me liaba a mi mismo…
   -La verdad sí… estoy algo perdida, ¿me puedes ayudar?
   -Claro que sí, ¿dónde vives?

   Y me llevó hasta mi casa. Casi no hablamos durante el camino, sólo nos dedicábamos miradas tímidas, nada más. Pero, al despedirnos, él me besó el dorso de la mano como un caballero europeo de otra época y luego se fue. Me quedé pillado unos momentos y cuando iba a entrar en casa, escuché a la puerta de al lado abrirse y sabía que mi perdición había llegado.

   -¿Quién era, quién era?- preguntó la loca de mi vecina fujoshi.
   -No es nadie- contesté.
   -Nadie no te da un beso en la mano al despedirse- dijo- no, mejor dicho, tú no dejarías que nadie te diera un beso en la mano al despedirse- rectificó- no eres así.
   -¿Y cómo soy?
   -Pues un chico confundido que no abre su corazón a nadie desde unos meses, que odia a las chicas y que ahora, para no sufrir, se hace pasar por una chica.
   -Song JieHee- respondí- estás muy loca, eres una flipada del yaoi y esas cosas, pero me conoces muy bien.
   -Es lo que tiene ser tu mejor amiga.
   -¿Quién te ha dicho que tú seas mi mejor amiga?
   -Tenemos un pacto.
   -No me lo recuerdes- y entré a mi casa.

   A la mañana siguiente, nada más llegar al instituto, Rose me abordó por los pasillos y me dio un gran abrazo. Me solté de ella como pude y la miré con mala hostia. Era demasiado cariñosa para mi gusto. Miré detrás de ella y descubrí a su hermano y a su novio, que sí estaban en mi clase, ella no, por lo menos me iba a librar de tenerla a cada segundo pegada a mí.

   -Buenos días- saludó ella. Incliné la cabeza a modo de saludo- ains, pero qué tímida eres, Rennie- dijo y me volvió a abrazar. Casi me ahoga, de no ser porque los otros dos chicos la apartaron ahora mismo estaría muerto. Sí, soy un exagerado, lo sé.
   -Déjala, hermana- dijo Aron- que la asustas.
   -Tienes razón- coincidió MinHyun- y ahora tienes que irte a tu clase o llegarás tarde.
   -Pero…- puso cara de pena- yo no quiero separarme de ti…
   -Yo tampoco, pero es lo que hay…
   -Min… ¿ya no me quieres?- preguntó ella compungida. Cuando el chico iba a responder sonó el timbre.
   -Muy bien, en el descanso ya os diréis lo mucho que os queréis- cortó Aron- ahora, debemos entrar en clase- los separó- ¿vienes, princesa?- me dijo. Nadie nunca me había llamado así antes, claro, que nunca antes me había hecho pasar por una chica y queda un poco raro decirle “princesa” a un chico, pero yo soy un chico… por lo que… me estoy liando…
   -Claro que sí, príncipe- respondí.
   -Ten cuidado, hermano- gritó Rose- te puedes llevar una paliza como intimes mucho con Rennie.
   -¿Por qué dice eso?- preguntó el chico.
   -Por él- dijo MinHyun y señaló hacia un lugar detrás nuestra, nos giramos y vimos a BaekHo, que le echaba una mirada asesina a Aron.
   -Voy a tener que aplacar al tigre…- murmuró él y fue en busca del otro.
   -¿Aplacar al tigre?- pregunté confundido.
   -No debería contarte esto… pero… supongo que Rose no te dejará marchar y serás una de nosotros, así que…- titubeaba a cada frase que decía.
   -Oh, por favor, no será tan difícil- le dije.
   -Pues… es que realmente… nosotros somos amigos del pandillero…
   -O.O- me quedé muy sorprendido, no podía articular siquiera palabra.
   -Pero no digas nada- se acercó un poco más a mí- es un secreto. Asentí con la cabeza- vamos a clase.

   Los días pasaban monótonamente. Cada día estaba con Rose, MinHyun y Aron. Hablaba con ellos y me divertía mucho, realmente creía que si estaba con ellos podría volver a ser como antes. A veces se nos unía BaekHo, pero sólo cuando estábamos en la azotea y sin que nadie lo supiera, era un buen chico, aunque por su tamaño y sus pintas, podía dar miedo, era muy buena persona. Todo parecía ir bien, pero los problemas no tardaron en llegar.

   -Todos los días estás con MinHyun y Aron oppa- me dijo Alice. Me estaban intimidando. Lo había visto en mi anterior colegio, las chicas hacían eso mucho, cuando alguna no encajaba con las demás. Y yo no encajaba.
   -Sí- contesté.
   -MinHyun oppa tiene novia, pero Aron no quería saber de ninguna chica hasta que tú llegaste- siguió Lime.
   -Y te llama princesa- dijo Ara.
   -Es algo desesperante verte siempre rodeada de chicos guapos- prosiguió Nara.
   -Siempre oppa, oppa…- dijo YooYoung.
   -Me pones enferma- terminó YoonJo.

   Ya no pudieron decir nada más porque un brazo musculoso las apartó a las seis de un empujón y me sacó de allí delicadamente. Me llevó por los pasillos del instituto y me guió hasta la azotea, una vez allí, cerró y atrancó la puerta.

   -¿Estás bien?- preguntó.
   -Sí.
   -Creía que estarías… triste…
   -Para nada- contesté.
   -¿Quieres que les haga algo?
   -No, no hace falta, las chicas son así, y… creo que ya las asustaste un poco.
   -Me alegra haberte ayudado- dijo sonriendo, su sonrisa era muy amplia y bonita.
   -Muchas gracias, BaekHo oppa- todavía no me acostumbraba a decir esa palabra, me sonaba algo rara.

   Nos quedamos en la azotea aun cuando el timbre que anunciaba las clases sonó una y otra vez. Me habían intimidado unas chicas, el pandillero guapo, todo hay que decirlo, me había salvado de ellas, y ahora, estábamos los dos en la azotea, hablando. Mi vida parecía la de una protagonista de un manga shojo malo… sólo faltaba el beso y sería completamente igual. Pensando en eso, no vi cómo BaekHo se acercaba a mí lentamente y posaba sus labios sobre los míos delicadamente. Se alejó de mí una vez detuvo el beso y con las mejillas sonrojadas me dijo:

   -Lo siento- y se fue del lugar.


(N.A.: LO SIENTO UNNIES!!!! Ahhh, me siento fatal por poner a mis locas de malas… pero es que me venían al pelo… lo siento muchísimo…)