domingo, 27 de octubre de 2013

The Ballad

The Ballad


1/2 Preparación

Doce chicos ensayaban los difíciles pasos de baile de la nueva canción que presentarían dentro de poco, aun cuando todavía no habían finalizado las actuaciones de la anterior. El año pasado habían disfrutado de una vida más o menos cómoda debido a los retrasos de su ComeBack, sin embargo, en esos momentos estaban completamente saturados.

Entre los programas de televisión, los de radio, las entrevistas, las presentaciones, los fanmeetings y los viajes de un lado a otro, pensaban que morirían de un momento a otro.

Pero que no tuvieran apenas tiempo para nada no quitaba que no lo tuvieran para el amor.

En esos momentos se habían desarrollado varias parejas dentro del grupo, claro que, con tanto roce no era de extrañar, vivían doce en un apartamento, era lo normal.

Sin embargo, había un chico que no había desarrollado sentimientos por alguno de los de dentro -aunque pretendientes no le faltaban-, sino fuera de él -aunque pareciera que todo hombre homosexual de Corea estuviera enamorado de el- pero tampoco fuera de la empresa. Él estaba enamorado de un sunbae que era demasiado bueno con él, que lo cuidaba y que lo quería como una madre a su hijo.

Pero Do KyungSoo no quería a Kim RyeoWook como si fuera una madre, lo quería como algo más, como algo más que un amigo, algo más parecido a un amante.

La coreógrafa los dejó por fin terminar de ensayar por ese día tras recordarles que debían practicar en sus ratos libres también para que todo fuera perfecto y todos ellos asintieron aunque sabían perfectamente que las dos únicas personas que le harían caso serían YiXing y JongIn.

En cuanto la puerta de la sala se cerró tras la mujer, todos se dejaron caer hasta el suelo. Les vendría muy bien algo de comer, llevaban son hacerlo desde el mediodía y ya eran las tantas de la noche.

Cuando creían que morirían de inanición, como un ángel caído del cielo, RyeoWook apareció en la puerta de la sala de baile portando unas cuantas de bolsas de comida de un restaurante cercano. Todos sonrieron, babeando con antelación por los suculentos manjares que comerían en breves momentos. Pero el más feliz era KyungSoo, ya que había sido la persona que más quería en el mundo, después de su familia, quien había aparecido allí.

–¿Tenéis hambre, chicos? –preguntó el recién llegado con una sonrisa.
–Eso ni se pregunta, sunbae –contestó JunMyeon y Tao corriendo avanzó hasta RyeoWook y las pizzas.
–Gracias sunbae –tomó las cajas en sus fuertes brazos dejando descansar al otro chico y las llevó dónde estaban los demás chicos.

Inmediatamente todos se abalanzaron sobre ellas y comenzó la lucha por la comida. Parecían lobos salvajes atacándose entre sí por el mejor trozo de la presa que habían cazado. Sin embargo, uno de ellos, bajito, con el pelo tintado de castaño, se acercó a RyeoWook con una tímida sonrisa.

–Gracias, RyeoWook –dijo y el otro sonrió.
–No hay de qué –contestó–. Estáis en medio de un ComeBack y además, ensayáis la coreografía de vuestra siguiente canción, es muy cansado y apenas tenéis tiempo para comer.
–De todas formas, gracias –KyungSoo quiso inclinarse un poco para mostrase todavía más agradecido, pero el mayor no lo dejó, simplemente lo rodeó con sus brazos y lo apretó fuertemente contra su cuerpo.

El corazón del menor latía fuerte y rápidamente contra su pecho. Deseaba con todas sus fuerzas que aquel chico no se diera cuenta de ello y que si lo hacía, lo achacara a que acabada de bailar. A KyungSoo le gustaba RyeoWook, pero no por ello podía ir haciendo que se enterase todo el mundo, sobre todo él. Era demasiado importante para él y no podía permitirse perderlo.

–Ni se te ocurra hacerme una reverencia –murmuró RyeoWook en su oído, haciéndolo estremecer–. Si quieres agradecerme algo, con un abrazo basta –se separó de él y lo miró a los ojos–. Qué aproveche, yo tengo que irme –le deseó y tras una encantadora sonrisa, salió por la puerta de la sala de ensayos.

Durante unos segundos, KyungSoo se quedó estático. No podía moverse. Su corazón bombeaba tanta sangre que parecía que su sistema se había sobrecargado. Tuvo que esperar un tiempo para calmarse y así poder volver a ser una persona normal que se movía y pensaba.

Se dio la vuelta y vio cómo sus compañeros de grupo casi habían acabado con todo y se hizo una nota mental para no dejarlos nunca comer solos a ellos porque si no se quedaría sin nada para él.

–Vamos, Soo –dijo ChanYeol con la boca llena–. Sino vienes Tao se comerá tu parte.
–Ya voy –murmuró antes de sentarse junto a ellos y atacar la presa.

Durante unos minutos, las conversaciones cesaron y solo se oían el sonido que hacían sus bocas al masticar. Las pizzas volaron en poco tiempo y los cansados y ya saciados lobos se dejaron caer sobre las tablas de madera del suelo.

–¿Cuándo piensa contarle a RyeoWook que estás enamorado de él? –se escuchó de pronto preguntar a JongDae.

No podía quedarse callado y aunque a KyungSoo le daba igual porque ya todos lo sabían, con esas cosas se debía tener mucho cuidado. Las paredes tenían unos oídos muy finos.

–Sinceramente no lo sé –contestó.
–Podrías intentarlo para su cumpleaños –propuso JunMyeon y KyungSoo lo miró.
–¡Pero eso es dentro de una semana! –respondió mirándolo alarmado.
–Nosotros te ayudaremos –dijo Kris.

~.~.~

Tras llevarles las pizzas a los hambrientos miembros de EXO, RyeoWook salió del edificio de la SM, se montó en su coche y se dirigió a los apartamentos en lo que ahora vivían los miembros de Super Junior. No tardó mucho en llegar puesto que no estaban demasiado lejos del lugar.

Subió en el ascensor hasta la planta en la que estaba su apartamento y tras introducir la clave que abría la puerta, ingresó al piso.

Un fuerte olor le taladró las fosas nasales y supo que HyukJae había subido para hacerle una visita, pero no lo había hecho solo, unas zapatillas con los cordones rosas le hizo averiguar que SungMin también había subido a aquel lugar desde el apartamento de abajo en el que ahora que JongWoon se había ido al ejército vivían junto a KyuHyun.

El chico se tapó la nariz y rápidamente se deshizo de sus zapatos entrando rápidamente al piso para dejar aquel insoportable olor tras él. En cuanto llegó al salón se encontró a los dos chicos tumbados en los sofás, como si fuera su casa, viendo la tele.

No se dieron cuenta de que RyeoWook había llegado hasta que este se puso delante de la pantalla de plasma, impidiéndoles ver el programa que estuvieran viendo a aquellas horas.

–Hola –saludó HyukJae moviendo su mano derecha alegremente y SungMin hizo lo mismo segundos después.
–Hola –contestó el chico–. ¿Qué hacéis aquí? –preguntó.
–Queríamos pasar a saludarte –contestó SungMin–, últimamente no paras quieto y apenas te vemos.

RyeoWook sonrió agradecido. Sabía que había algún motivo oculto tras aquella visita. A SungMin se le había pegado hacer aquellas cosas después de tantos años viviendo con KyuHyun y HyukJae se apuntaba a todo, así que lo más probable era que dentro de poco supiera el motivo real de aquello.

El chico fue a ducharse y a cambiarse de ropa y luego salió de la habitación. Hizo a SungMin sentarse correctamente para poder tener un lugar donde sentarse él también y en ese momento se enteró de lo que los dos chicos querían.

­–¿Has pensado con quién vas a pasar tu cumpleaños? –preguntó HyukJae.
–No. Aun no lo he hecho, no sé cuánto tiempo voy a tener libre ese día –contestó RyeoWook y la conversación quedó ahí.

Pasaron algunos minutos haciendo zapping, ya que el programa que antes estaban viendo los dos invitados antes, al parecer había acabado.

En un momento dado, la barriga de HyukJae hizo un sonido demasiado fuerte como para ser humano y se empezó a reír a carcajadas mientras se sujetaba la barriga.

–¿Tienes hambre? –preguntó RyeoWook y el otro asintió–. Creo que es hora de ir haciendo la cena entonces.

El inquilino del apartamento se levantó del sofá y SungMin lo siguió mientras el otro seguía partiéndose de risa. Simplemente a HyukJae a veces se le iba la pinza de aquella manera.

Ninguno de los dos que estaban en la cocina tenían muchas ganas de cocinar, por lo que sacaron pan y algunas cosas más y se pusieron a preparar sándwiches. Podrían haber pedido algo para que les llevaran, pero tardarían demasiado y lo mismo HyukJae se moría de hambre.

Mientras untaba un poco de mantequilla en uno de los sándwiches, RyeoWook notó que alguien lo miraba fijamente y alzó la vista para encontrase a SungMin mirándolo de forma intensa.

–¿Qué pasa, SungMin? –preguntó.
–¿De verdad no sabes con quién vas a pasar el día de tu cumpleaños? –preguntó.
–No. ¿Por qué? –preguntó extrañado.
–Porque yo sé de una persona que querría estar contigo ese día –contestó el chico y RyeoWook frunció el ceño.
–¿Quién?
–Do KyungSoo.

Nada más escuchar el nombre de la persona de la que estaba enamorado RyeoWook salir de los labios de SungMin, su corazón se aceleró y sus mejillas se tiñeron de un adorable tono rojizo.

–No creo que pueda venir… está muy ocupado con el ComeBack, apenas tiene tiempo para respirar –murmuró–. No quiero que el tiempo que tiene para descansar lo utilice estando conmigo en una fiesta que tampoco es tan importante.
–Ryeo… es tu cumpleaños, ¿cómo no va a ser importante?
–Para él no lo es.
–¿Y tú como sabes eso? KyungSoo te quiere mucho.
–Sí… como hyung.
–Nada de eso… -comenzó a protestar SungMin, pero RyeoWook lo detuvo.
–Déjalo. No voy a ilusionarme con algo que sé que tengo que dar por perdido –el chico suspiró y siguió haciendo sándwiches para que HyukJae no se muriera de hambre.

Acabaron de preparar la comida en silencio y luego la llevaron al salón, donde estaba el otro chico viendo la televisión. Al parecer había dado con alguna película empalagosa occidental y la estaba viendo con las lágrimas saltadas. Sin embargo, en cuanto vio los platos de los sándwiches se lanzó hacia ellos, olvidándose de todos y de todo.

La comida fue agradable, ya que ninguno habló, solo se limitaron a comer. Bueno, RyeoWook se dedicó a pensar en lo que había estado diciendo SungMin antes en la cocina. No tenía sentido lo que le decía. KyungSoo solo lo veía como a un hyung aunque para él, el chico fuera la persona más importante del mundo.

~.~.~

El Domingo de aquella semana por fin llegó y aprovechando que no tenían actividades, ya que habían grabado el Inkigayo hacía unos días y EXO-M estaba en China para lo del partido de fútbol en el que iban a participar MinSeok y LuHan. EXO-K aprovechó para idear un plan con el que llevar a cabo lo que querían: hacer que KyungSoo se declarara a RyeoWook el día del cumpleaños del mayor, dentro de cuatro días.

Los seis estaban desperdigados por el salón. Unos jugando a la play otros viéndolos y JunMyeon y KyungSoo pensando, sentados el uno al lado del otro, con un papel en blanco frente a ellos y un boli de tinta líquida.

–Lo primero que tenemos que ver es cómo hacer que te quedes solo con él el día –comentó el líder–. ¿Pero cómo?
–Déjalo, JunMyeon –murmuró el chico–. No va a salir bien.
–Claro que va a salir bien, verás como… –la frase del chico fue interrumpida por la música que salía de su teléfono móvil. Inmediatamente lo sacó de su bolsillo y lo descolgó, frunciendo el ceño–. ¿Sunbae?
–JunMyeonnie –dijo una voz muy conocida al otro lado del teléfono.
–KyuHyun… ¿qué haces llamándome con el teléfono de SungMin sunbae? –preguntó y el otro se rio.
–Mi móvil no tenía batería –dijo simplemente–. Además, es él quien quería que yo hablara contigo.
–¿De qué se trata? –preguntó JunMyeon bajo la atenta mirada de cinco chicos, ya que al escuchar el nombre de KyuHyun todos giraron captar algo de la conversación.
–Es sobre el cumpleaños de RyeoWook –contestó y JunMyeon se retiró el móvil de la oreja y le dio al altavoz–. Nos gustaría que KyungSoo le diera una sorpresa en su cumpleaños.
–¿Ves cómo todo iba a salir bien? –comentó JunMyeon hacia KyungSoo, que bufó apartando la mirada–. ¿Qué tenéis preparado, sunbae?




miércoles, 23 de octubre de 2013

EXO Ficha de Personajes. Enemigos

EXO Ficha de Personajes. Enemigos




















Choi SiWon
Fecha de Nacimiento: 07-Abril-1986
Certificado: 10-Febrero-1987
Lugar de Nacimiento: Seúl, Corea del Sur
Estatura: 183cm
Grupo Sanguíneo: B
Signo Zodiacal: Aries
Idiomas: Coreano, Chino e Inglés.
Curiosidades:
Es experto en taekwondo. A sus 14 años, fue el más joven en Corea en obtener la cuarta fila en el cinturón negro, cambiando la regla que existía en ese momento de obtenerse a los 18 años.

Toca la batería.

EXO

Capítulo 18
Donde Menos Lo Esperas



   La canción Day by Day – T-ara sonando en el móvil de SeHun, me hizo abrir los ojos como platos. Estaba profundamente dormido y la puñetera canción me había despertado. Me giré en la cama y divisé a mi amigo profundamente dormido en la otra. No se daba ni cuenta de que lo estaban llamando.

   Suspiré y al final me levanté en busca del puñetero móvil. Lo encontré cuando la canción ya iba por el estribillo y miré el nombre que aparecía en la pantalla, asustándome inmediatamente y descolgando.

   -¿JunMyeon hyung, ha pasado algo?- pregunté rápidamente.
   -Tengo que hablar con todos vosotros de algo muy importante, JongIn- dijo seriamente.
   -¿Qué ha pasado?- volví a preguntar.
   -Os lo contaré cuando estemos todos.
   -Está bien- suspiré- ¿dónde y cuándo?
   -En mi casa dentro de dos horas- contestó- os dejo la dirección en un Kakao.
   -Allí estaremos.

   Colgué el teléfono y luego me dirigí a la cama de SeHun. Me senté sobre él y comencé a hacerle cosquillas. En apenas unos segundos ya tenía los ojos abiertos y se reía bajo mi cuerpo, retorciéndose como si fuera una serpiente y chillando como una rata.

   -Joder, JongIn- dijo cuando paré, respirando entrecortado- ¿a qué viene esto?
   -Tenemos reunión en casa de JunMyeon hyung, ha pasado algo- contesté- así que levanta, que no hay tiempo.
   -Está bien…- murmuró levantándose de la cama.

-oooOOOooo-

   Me desperté al sentir unas leves caricias sobre mi cuerpo. Abrí mis ojos lentamente y me encontré con unos grandes ojos observándome con cariño y una gran sonrisa que me daba los buenos días. Le sonreí, devolviéndole el saludo y me pegué un poco más a su cuerpo.

   En ese momento, sentí su piel contra la mía, su miembro erecto contra el mío, igualmente duro y me tensé. De repente, flashes de lo que habíamos hecho la noche anterior vinieron a mi cabeza y sentí cómo mis mejillas se ponían rojas a más no poder. ChanYeol y yo… lo habíamos hecho.

   -BaekHyunnie…- susurró- ¿estás bien?
   -Sí…- pude decir- solo… impresionado…
   -Entonces… lo de anoche… ¿te gustó?- preguntó tímidamente contra mi frente y yo asentí levemente- ¿de verdad?
   -Sí- él suspiró tranquilo y me apretó fuertemente contra su cuerpo. Se sentía muy bien estar entre sus brazos.
   -Te quiero.
   -Yo también te quiero- se separó un poco de mi cuerpo para mirarme a los ojos y luego comenzó a acercarse lentamente a mis labios.

   En ese momento, Badman – BAP comenzó a sonar y él frunció su ceño con disgusto. Suspiró y se levantó de la cama, dejándome ver su cuerpo desnudo de buena mañana y haciendo que me pusiera más duro de lo que me había levantado. Descolgó el teléfono con cara de fastidio y se giró hacia mí.

   -Kim JunMyeon tienes el don de la inoportunidad- dijo y yo sonreí- ¿ha pasado algo?- se puso serio de repente- sí, sí, a esa hora estaremos allí- y colgó.
   -Chan…- antes de que pudiera terminar de decir su nombre ya se había lanzado sobre mí y me besaba salvajemente- wow…- pude decir cuando se separó.
   -JunMyeon quiere que estemos en su casa en dos horas, pero podemos llegar en media porque no está muy lejos- contó- no sé lo que ha pasado, no me lo ha querido contar- aclaró ante mi mirada de confusión- así que tenemos hora y media para hacer el amor como locos- y tras decir esto, me mordió el hombro.

-oooOOOooo-

   No quería salir de casa pero JunMyeon me había sacado a rastras, de hecho no quería hacer nada más que quedarme en la cama, sin pensar, sin comer, sin vivir. Prefería eso a estar rodeado de cinco chicos que me observaban fijamente.

   -¿Por qué estamos aquí, JunMyeon?- preguntó ChanYeol- dijiste que era algo urgente.
   -Es algo muy urgente- contestó este.
   -¿De qué se trata?- dijo SeHun, impaciente.
   -Se trata de la muerte de RyeoWook.

-oooOOOooo-

   Me pasé toda la mañana con las muestras mirando una y otra vez los resultados obtenidos de estas en las gráficas sin sacar mucho en claro. Ya sabía que había un gen dentro del ADN que había mutado al desarrollarse nuestro poderes, pero no podía llegar a saber el cómo o el por qué y eso me estaba matando.

   Quería ayudar con lo que mejor se me daba, la ciencia. Sin embargo, esta me estaba fallando en la cosa más importante para la que la estaba utilizando.

   Me dolía la cabeza, así que dejé los papeles y el ordenador y me levanté del sofá en el que había estado todo el rato sentado junto a Kevin, que me miró interrogante por mi repentina acción. Le sonreí tranquilizadoramente antes de comenzar a hablar.

   -No pasa nada, no saco nada en claro y quiero darme un baño para relajarme y aclárame las ideas- él asintió y tiró de mi brazo para que me agachara a su altura y poder darme un pequeño beso en los labios.

   Sonreí cuando nos separamos y aprecié una pequeña sonrisa en sus labios. Kevin estaba cambiando, y mucho. Salí del salón y me dirigí al baño, obviando deliberadamente que Tao y LuHan últimamente pasaban demasiado tiempo juntos como para ser normal.

   Entré al baño y me desnudé, mientras el agua tibia caía a la bañera, llenándola y haciendo que el lugar se llenara un poco de vapor. Me metí en el agua y dejé descansar mi cabeza sobre el filo de la bañera. Casi sin proponérmelo, me quedé dormido.

   -Se acercan tiempos oscuros- escuché decir a un chico a mi lado y me giré hacia él, encontrándome a MinSeok al hacerlo.
   -¿Por qué dices eso?- pregunté.
   -¿Ves aquellas nubes oscuras?- dijo señalando el horizonte y yo asentí- me dan muy mala espina.

***

   Sentí un frío enorme, en comparación a aquel calor que siempre había estado presente en mi cuerpo y supe inmediatamente que le había pasado algo.

   Intenté salir de aquel lugar en el que me había encerrado con todas mis fuerzas, pero no tenía ningún poder que me ayudara a hacerlo. Comencé a llorar de impotencia, quería ayudar, debía ayudar, tenía que ayudar.

   De repente, aquel lugar se abrió completamente y salí corriendo en la dirección en la que notaba que todo nuestro mundo comenzaba a marchitarse. Cuando llegué, sentí que todo lo que había conocido y amado estaba muerto y grité, transformándome sin querer en aquel ser que era mi verdadera forma ante aquella nube oscura.

-oooOOOooo-

   En el momento en el que terminé de explicar lo que YiXing me había dicho, KyungSoo salió corriendo de la habitación y tras mirar a los demás unos segundos, salí corriendo tras él. Entendía aquella reacción, pero no podía dejar que se volviera a sumir en la desesperación. No otra vez.

   -KyungSoo- lo llamé y aceleré un poco más al verlo saliendo por la puerta de mi casa hasta detenerlo antes de que pudiera salir a la calle, dándole un abrazo por la espalda- por favor, Soo… por favor… tienes que entenderlo…
   -No puedo…- su cuerpo comenzó a convulsionar y supe que estaba llorando.
   -Soo…

Unos aplausos a nuestra espalda hicieron que tensara todo mi cuerpo. Lentamente, me fui girando hasta acabar cara a la persona que estaba allí, dejando a KyungSoo tras mi cuerpo, a salvo de aquel enemigo.

   -Qué conmovedor- dijo con una sonrisa burlona, preparando sus manos para lanzar un ataque.
   -¡JONGIN!- grité y un segundo después apareció a mi lado- llévate a KyungSoo y trae a ChanYeol y a SeHun- murmuré, con mis ojos fijos en el enemigo.
   -Entendido- tocó a KyungSoo y ambos desaparecieron.
   -¿Quién eres?
   -En este lugar me llaman SiWon- contestó.
   -¿ÉL sigue con sus juegos?- pregunté burlón y su sonrisa desapareció en el momento en el que a mi lado aparecieron ChanYeol, SeHun y JongIn.
   -¿Cuáles son sus poderes?- susurró el más alto en mi oído y me encogí de hombros.
   -Pronto lo averiguaremos.

-oooOOOooo-

   No podía entender cómo JongDae podía ser tan desordenado a veces, tenía su parte de la habitación que compartíamos como una especie de leonera. Aquello me molestaba un poco bastante. Yo era una persona bastante ordenada.

   Comencé a intentar ordenar un poco las cosas por encima para que por lo menos pareciera una habitación, cuando me tropecé con cualquier objeto que había por el suelo y caí sobre la cama de JongDae, en la que yacía boca arriba, dormido. La suerte no estuvo de mi parte cuando mis labios chocaron contra los suyos de manera brusca y él se despertó por el dolor del golpe.

   Inmediatamente me separé de él, mirándolo asustado. No había sido mi intención. Yo no quería, bueno, sí quería, pero no de aquella forma.

   -Lo siento…- murmuré- yo… me he tropezado.

   Y tras decir estas palabras me levanté rápidamente de la cama y salí de la habitación sin darle tiempo a articular siquiera una palabra. Mi corazón bombeaba sangre a la velocidad de la luz y mis mejillas parecían los farolillos rojos que se colgaban en las puertas de los restaurantes chinos.

-oooOOOooo-

   Una llamarada casi me da de lleno en mi cuerpo, sin embargo me desaparecí en el momento justo y el enemigo frunció el ceño cuando aparecí en otro lado. La llama fue apagada por JunMyeon antes de que hubiera algún estropicio y justo después, era ChanYeol quien atacaba con una poderosa llama al enemigo. Pero este ataque no surgió ningún efecto.

   -¿Qué podemos hacer?- preguntó ChanYeol- nada funciona.
   -Tu poder es el del viento, ¿verdad SeHun?- dijo JunMyeon y este asintió- vamos a intentar hacer algo, entonces.
  
   Se inclinó sobre el oído de mi amigo y unos momentos después hacía lo mismo con ChanYeol. Tras acabar todos sonreían triunfalmente y JunMyeon se acercó a mí.

   -Intenta distraerlo- murmuró- pero ten mucho cuidado.

   Asentí y desaparecí justo a la espalda del enemigo. Este se giró rápidamente hacia mí y en ese momento, vi como ChanYeol y SeHun combinaban sus poderes para lanzar un mejor ataque, mucho más fuerte. Cuando el enemigo se dio cuenta de lo que pasaba, ya era demasiado tarde y el fuego, amplificado por el viento lo consumía.



martes, 22 de octubre de 2013

Los Verdaderos Protas de Vampire Stories

Bueno... en la entrada anterior os hablé de que al principio había unos protagonistas que no eran los que están ahora. Sí, un lío, lo sé.

Así que cómo sé que la mayoría no los conoceréis... pues os voy a hablar de ellos y os pondré fotillos ^^

El primer personaje masculino que aparece en el fic (el taxista... ok, no) es SiWon, nuestro casero, sin embargo, en la idea original era Matsumoto Jun quien ocupaba ese cargo.



Este morenazo (ains omá qué rico) es uno de los integrantes del grupo japonés Arashi, toda una celebridad en el mundo nipón. También es actor y encarnó a uno de los F4 en Hana Yori Dango, la versión japonesa del drama que todas conocéis como Boys Before Flowers o Boys Over Flowers.

El siguiente personaje es el chico de la tienda, aquí es Lay quien hace el papel, pero en el original era Takahiro Nishijima.


Este muchacho tan alknsckjanvbadvjbad (sí, parece gay, lo sé) es un actor no muy conocido, pero que a nosotras nos encantó cuando lo vimos en el drama Tumbling (drama que recomiendo muy mucho) y pues lo pusimos como el dependiente.

Ya en el capítulo siguiente aparece nuestro LeeTeuk, que es el hijo del Director de la Universidad y el que nos guía a través de los intrincados pasillos del lugar. Pero en la versión original, fue Araki Hirofumi quien lo hacía.


El nene aquí presente es un cantante/actor... ya sabéis, como todos en Asia hace de todo. Es el líder del grupo japonés D-DATE, grupo que las cuatro adoramos como si fueran dioses o algo.

A partir de aquí comienzan a aparecer nuestros chicos. En la versión original eran otros, pero estaban igual de buenorros que los que pusimos después.

El primero de ellos es MinHyuk de BtoB. Quien iba a ser este personaje originalmente era Arata Horii, también integrante del grupo D-DATE y del que Inma estaba enamoradita XD


El siguiente es DaeHyun de B.A.P., que originalmente era encarnado por Yanaguishita Tomo... Mi Tomo lkansacbajvdbavbdaj. También integrante del grupo D-DATE (no se nota que nos gusta el grupo, ¿ a qué no?)


Más tarde aparece ChunJi, de Teen Top, pero al principio fue Koji Seto quien aparecía en la historia. Igualmente integrante de D-DATE y actor de doramas, como Tomo, de hecho, ambos aparecen en Tumbling, el dorama en el cual nos enamoramos de ellos.


Y por último, aunque no por eso menos importante (era porque no tenía fotos de él y he tenido que buscar) quien ahora es L.Joe, antes era Yuichi Nakamura. Actor y cantante. Iba a formar parte de D-DATE (como no), pero finalmente, por una enfermedad que lo ha retirado indefinidamente de la vida pública, no pudo ser miembro del grupo.


Y bueno... hasta aquí los entresijos de Vampire Stories. No puedo hablar de más personajes porque básicamente cuando cambiamos de opinión, no teníamos más personajes definidos XD

Nos leemos en la próxima entrada. Ya veré qué se me ocurre ^^

domingo, 20 de octubre de 2013

Jealousy

Jealousy


–Bien. Hemos terminado –dijo el director y todas las cámaras se apagaron inmediatamente.

Los dos chicos que estaban siendo antes el foco de atención dejaron de serlo entre todo el ajetreo que comenzó a haber en la casa. Ambos se miraron y se sonrieron tímidamente, después de todo que estuvieran “casados” para aquel programa no quería decir que en la realidad se tuvieran tanta confianza. Aunque, de hecho, se llevaban bien y tenían personalidades muy parecidas, de ahí, que por su timidez y por miedo a poder propiciar algún escándalo no se trataran mucho.

–Has… estado… muy bien –murmuró el chico y ella asintió, aun con aquella sonrisa en su rostro.
–Gracias… tú también has estado… muy bien –él le devolvió la sonrisa y ambos agacharon la cabeza, sin saber muy bien qué hacer, dejando que el ruido del lugar llenara su silencio.
–TaeMin-shi, NaEun-shi –los llamó uno de los productores del programa e inmediatamente, ambos le prestaron atención–. Vuestros managers no van a poder venir a por vosotros ahora mismo, así que, si no os importa quedaros aquí solos un par de horas, el equipo se va.
–Oh… bueno… –TaeMin comenzó a tartamudear–. Yo… por mí… –miró a la chica a su lado y esta le sonrió.
–No hay problema –dijo ella–. Veremos la tele o algo mientras esperamos.
–Genial, entonces –el hombre sonrió–. Nos vemos en la próxima grabación –y se fue.

El equipo no tardó mucho en terminar de recoger todos los cables, las cámaras y los micros, dejando a los dos chicos solos en el salón de la que era “su casa”, con la tele encendida y sin saber qué hacer. Ambos estaban sentados en las puntas del sofá, para no rozarse ni siquiera por accidente.

–¿Qué te apetece ver, NaEun-shi? –le preguntó el chico tomando el mando de la tele, ya que las noticias no eran muy interesantes de ver.
–Lo que pongas está bien –contestó ella y TaeMin asintió.

El chico comenzó a pasar de un canal a otro buscando algo que fuera por lo menos divertido. No veía mucho la tele, porque con los ensayos y todo lo demás, apenas podía, pero podía jurar que JongHyun le había comentado que ese día había algo muy interesante que ver. Aunque no recordaba lo que era.

Había varios programas de risa, sin embargo, TaeMin no tenía muchas ganas de reír, por lo que siguió cambiando hasta que encontró el programa al que se refería su hyung.

Se celebraba el concurso de Miss Corea y eso era todo un acontecimiento. JongHyun debía estar en casa, con la cara pegada al plasma y babeando mientras Key le regañaba, Onew sonreía de manera pervertida y MinHo agrandaba sus ojos hasta límites insospechados cada vez que veía a alguna de las chicas en bikini.

Eso era lo que debía estar pasando en casa… o por lo menos eso era lo que se imaginaba TaeMin que estaba pasando.

El chico se acomodó en el sofá para poder ver el programa sin que hubiera algo que lo pudiera molestar, ignorando deliberadamente a la chica sentada a su lado.

NaEun no podía creerlo. Todos los tíos eran iguales, en cuanto les ponías a cualquier chica medio en bolas la miraban con cara de bobos y babeando, tal y como estaba el chico en ese momento.

Ella se sentía herida y celosa. También era guapa y además dulce, ¿por qué a ella nunca la había mirado de esa manera? A la chica le gustaba aquel inútil que tenía enfrente casi desde el primer momento en el que lo vio y no podía permitir que aquellas chicas del otro lado de la tele se llevaran esas miradas de parte de TaeMin.

–Deja de mirarlas así –aquella simple frase era más una orden que un ruego.
–¿Por qué?
–Porque estoy celosa.
–¿Por qué?
–Porque eres mío.

La sorpresa de TaeMin en un primer momento paso a un segundo plano en cuanto NaEun rozó sus labios y comenzó un tímido pero a la vez posesivo beso. Cuando se separaron, el chico aún mantenía los ojos cerrados y una expresión idiota en su rostro.

–Wow…
–Yo… yo…
–No volveré a mirar a ninguna otra chica así –murmuró TaeMin–. A partir de ahora solo te miraré a ti así.
–Tae…
–¿Puedo besarte?
–Sí.

Tímidamente, se acercaron el uno al otro y volvieron a rozar sus labios. En cuanto hicieron contacto, el beso se volvió más desenfrenado, más desesperado. Las manos no pudieron quedarse quietas y comenzaron a tocar el cuerpo ajeno. Era la primera vez que entre ellos pasaban de simples roces ante las cámaras y todo lo que habían guardado por miedo, ahora lo liberaban, dando rienda suelta a los sentimientos que tenían el uno por el otro.

No pasó mucho tiempo para que comenzara a hacer calor en aquel salón y la ropa comenzara a sobrar. Los roces piel con piel los excitaban y nada ni nadie podría parar aquello. Poco importaba el mundo exterior, ahora eran solo ellos, dándose placer el uno al otro y sintiéndose correspondidos.





jueves, 17 de octubre de 2013

Dragons' Slayers

Título: Dragons’ Slayers
Pareja: TaoHun (Tao x SeHun), leve KaiBaek (Kai x BaekHyun) (EXO)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, romance, fantasía.
Número de palabras: 24.080 palabras
Número de partes: 3 partes
Resumen: Los Cazadores de Dragones son aquellos que mantienen la Paz, aquellos que se encargan de acabar con los Dragones que amenazan la región. ZiTao es un Cazador de Dragones, sin embargo, no puede cazar a ese Dragón Arcoíris.
Notas: side KaiBaek “Feel the Heat (Of the Dragon’s Breath)”.
Comentario de Autora: la fantasía siempre ha sido un género que quería probar escribir ya que es el que más me gusta leer y siempre he tenido predilección por los Dragones. Espero que os guste.


Dragons’ slayers







Parte I

            Al Oeste de las Montañas de Fuego, en el valle formado por el río Sif que discurría a sus pies,  se encontraba una pequeña aldea de casas circulares de barro con techos bajos de paja. En esa aldea vivían los hombres más fuertes y más temidos de toda la región, los Cazadores de Dragones.

            Era un poblado en el que solo habitaban hombres. Para las mujeres estaba prohibido entrar a aquel lugar y los hombres que vivían en él habían sido tomados de sus casas a la tierna edad de 7 años, para someterlos a un duro entrenamiento. Aquel que podía aguantarlo todo se quedaba en el poblado y los demás, eran devueltos a sus casas para que vivieran sus miserables vidas.

            Todas las aldeas permitían que sus hijos pasaran por estos tormentos, porque esa era la única forma que tenían de protegerse de los dragones que los acechaban casi cada día y que, de vez en cuando, masacraban aldeas enteras. Por esta simple razón, los Cazadores de Dragones eran las personas más respetadas de la región y podían hacer casi cualquier cosa sin impunidad alguna. Por ese mismo motivo, a veces saqueaban aldeas cuando estas no podían pagarles el tributo requerido por protegerlas.

            Todos tenían miedo a los Cazadores de Dragones. Eran hombres altos, imponentes, de músculos marcados y de piel curtida por tanta penuria y sufrimiento. Sin embargo, entre ellos también se encontraban hombres astutos, aunque más débiles, que eran mucho más peligrosos.

            La aldea estaba gobernada por un gran jefe. Era el más fuerte del poblado y todos acataban sus decisiones, sin embargo, había un consejo de varios ancianos —grandes cazadores que habían logrado sobrevivir y llegar hasta una edad avanzada—, al que debía rendir cuentas y/o pedir opinión sobre los asuntos de la aldea.

            Todos los días eran igual en aquel lugar. Los hombres se levantaban con el sol y comenzaban a entrenarse, para siempre estar en forma. Más tarde, comenzaban a darles instrucciones a los niños. Los dividían según edad y capacidades físicas para conseguir un mayor rendimiento hasta que llegaba la hora de la comida. A partir de ese momento, los aspirantes a Cazadores de Dragones se dedicaban a estar juntos y a aprender lo máximo posible de sus compañeros. Iban a ser compañeros durante toda su vida, por lo cual, debían saberlo todo.

            ZiTao era uno de los pequeños de su grupo en edad, puesto que en altura y en músculo, les ganaba a la mayoría de los allí reunidos. Solo había un chico que era menor que él, pero éste era un fiera y había impresionado incluso a los mejores cazadores del poblado. Se llamaba Kai, y siempre tenía una expresión de mal humor en su rostro, seguramente copiada de la del guerrero que los instruía en el combate mano a mano, Kris.

            Los chicos del grupo estaban sentados en torno a una hoguera en la que despejaban el frío de la fría primavera. El invierno parecía que no los quería dejar escapar de sus garras. Esos meses habían sido los más duros que los ancianos del poblado recordaban. Nunca antes había sido tan difícil poder entrar en calor. Las Montañas de Fuego habían tenido sus cumbres nevadas durante toda la estación, e incluso en estos momentos, en los picos más altos aún se podía apreciar algún que otro rastro de nieve. El poblado también había sido afectado por estas nieves y habían muerto varios niños que jamás hubieran llegado a ser Cazadores y algunos de los ancianos.

            ZiTao, que venía de un lugar muy al Norte, no había sentido tanto el invierno como sus compañeros, procedentes de lugares más cálidos. Todavía dormían todos apiñados en aquella pequeña cabaña en la que vivían para mantener el calor.

            Sin embargo, ese frío no era nada normal. Todos lo sabían y los ancianos más sabios se reunieron un día en torno al lugar Sagrado, en el que veneraban al Dios Guerrero Nuth, para buscar entre los antiguos escritos alguna referencia a un invierno tan crudo como el vivido. No pasó mucho tiempo cuando los reunieron a todos en la cabaña del Jefe XiuMin para explicar aquel suceso.

            El anciano SuHo les había explicado todo. Les había contado una leyenda. Una historia tan antigua que se remontaba a los orígenes de aquella tierra que habitaban. Un relato que hablaba sobre el descenso del Dios Guerrero Nuth de los cielos para combatir con aquella raza de lagartos alados, llamados Dragones. Una leyenda que hablaba de la Creación de los Cazadores, pero que también explicaba el porqué de ese invierno tan duro. ZiTao aún recordaba las palabras exactas de aquel sabio anciano.

             “Cuando las cumbres de las Montañas de Fuego se apaguen, cuando el agua caiga del cielo en copos, cuando se pueda caminar por los ríos, cuando la tierra no dé sus frutos, cuando el viento del Norte corte la respiración de los habitantes de estas tierras habrá nacido el más temible de los Dragones, el Dragón Arcoíris”.

            Todavía sentía escalofríos en su cuerpo cuando alguien mencionaba al Dragón Arcoíris, al igual que los había sentido cuando escuchó las palabras del anciano varias semanas atrás.

            —ZiTao —escuchó que lo llamaban y salió de sus pensamientos para volver a la realidad y girarse en dirección a la voz.

            Era BaiXian quien lo llamaba. El chico era menudo y realmente no parecía un muchacho. Tenía los rasgos finos de una mujer y una personalidad bastante accesible. Sin embargo poseía una gran inteligencia y gracias a él, muchas veces habían salido de situaciones en las que podrían haber perecido. ZiTao lo tenía en gran estima.

            —¿Sí?
            —Pareces perdido —comentó—. Hoy no participas mucho en la conversación.
            —No tengo mucho que aportar a ella —contestó. BaiXian lo miró alzando una ceja.
            —Pero si estamos hablando de tu tema favorito últimamente: el Dragón Arcoíris.

            ZiTao asintió lentamente a la vez que sus mejillas se colorearon levemente de rojo. No les estaba prestando la más mínima atención y ni siquiera se había dado cuenta de que estaban hablando de aquello que lo había obsesionado desde el momento en el que aquel anciano había hablado de ello.

            —No prestaba mucha atención —admitió al final—. Estaba pensando en el día en el que el anciano SuHo nos contó la leyenda —en ese momento, vio cómo Kai ponía una sonrisa extraña.
            —Os lo dije —el chico se volvió hacia sus otros compañeros con aquella sonrisa—. La próxima vez tenéis que cumplir lo prometido.
            —Claro, nosotros siempre cumplimos con nuestra palabra, somos Cazadores —contestó Chen.

            A partir de ahí, la conversación fue por otros puntos y ya no volvieron a tocar el del Dragón Arcoíris. ZiTao se sentía un poco perdido, porque no sabía qué era lo que realmente había pasado allí y ni siquiera se había enterado de lo que sus compañeros le habían prometido al otro chico. Se acercó a BaiXian y pegó su boca a la oreja del otro para poder hablar sin que nadie los escuchara.

            —¿Qué es lo que le habéis prometido a Kai y por qué? —preguntó y el otro chico sonrió.
            —Le hemos prometido que en la próxima misión nos guiará él —le contestó BaiXian al oído—. En cuanto a por qué —lo notó sonreír—. Habíamos apostado sobre lo que estarías pensando y él ha acertado de pleno.

            En esos momentos iba a replicarle a su compañero, pero alguien se interpuso en su camino. El Cazador Kris entró en el círculo que formaban los cuatro chicos y todos enmudecieron. Él era el mejor Cazador del poblado y seguramente sucedería al jefe XiuMin en un par de años. Un tipo imponente que inspiraba miedo nada más con su presencia. Era muy alto y tenía una expresión de mal humor constante en su rostro, estas dos cosas hacían que a su alrededor no pudieran estar más que sus dos compañeros de armas, LuHan y YiXing.

            —Mañana vamos de caza —anunció—. En cuanto os acabéis la cena id a dormir, al amanecer debemos estar al pie de las Montañas de Fuego y no podéis estar agotados.
            —¿Qué vamos a cazar? —preguntó Kai—. ¿Otra vez uros? —el Cazador esbozó una sonrisa macabra.
            —Felicidades grupo, acabáis de ser ascendidos —anunció—. Mañana vamos a ir a la caza de un Dragón —y se largó de allí.

            Los cuatro chicos se quedaron en silencio, mirándose los unos a los otros sin saber qué decir. Llevaban esperando aquel momento toda su vida. Iban a una cacería, a una real. Acabarían con un Dragón.

            Pasaron la tarde arreglando el equipo que deberían llevar a la mañana siguiente: la armadura de cuero reforzado, las hachas y las espadas del único material que podía atravesar la piel de un dragón y algunas provisiones para la aventura. Cuando acabaron, cenaron con los demás habitantes del poblado y luego fueron a su cabaña, a dormir.

            ZiTao se tumbó en el suelo de espaldas, notando cómo BaiXian se apretujaba contra él en un lado y Chen lo hacía en el otro. Kai se abrazó a BaiXian y así, apretujados bajo las mantas, intentaron conciliar el sueño en aquella fría noche de primavera.



            Antes de que el sol se alzara sobre el Bosque de las Almas, los chicos ya estaban completamente despiertos y terminando de colocarse correctamente sus armaduras. Sus corazones latían aceleradamente. Tenían miedo, pero eso siempre pasaba cuando ibas a tu primera caza, por lo que eso no les preocupaba realmente. También estaban ansiosos, sería el primer reconocimiento de valentía que recibirían de la aldea y, si iba bien, serían enviados en misiones como aquella más asiduamente.

           Cuando salieron de su cabaña, Kris ya los esperaba en los límites del poblado, junto al Santuario, por lo que se apresuraron a ir hacia allí. En cuanto estos estuvieron a su lado, confirmó que estuvieran bien equipados y luego depositó una ofrenda al Dios Nuth.

            —YiXing y LuHan nos esperan en el lugar en el que vive el Dragón —anunció—. Es un Dragón bastante joven y muy impetuoso. Atacó hace un par de días la aldea de Kirmt y provocó algunas muertes, por lo que no podemos dejarlo en libertad.

            Todos asintieron y echaron a andar, guiados por Kris. Atravesaron el límite del poblado y se dirigieron al río Sif. Caminaron a lo largo de su rivera hasta encontrar el vado que les permitiría cruzar al otro lado y adentrarse en el territorio de los dragones. Tomaron sus armas por encima de sus cabezas para mantener el equilibrio mientras atravesaban el río y cuando llegaron al otro lado, las volvieron a colocar en su cuerpo.

            Siguieron la marcha, calados hasta los huesos. El agua seguía demasiado fría aun cuando la Estación fría ya había finalizado. En un momento de la marcha, ZiTao notó cómo BaiXian se pegaba a él en busca de calor y él lo abrazó para transmitírselo. No tenían una buena formación por si eran atacados por sorpresa por algún dragón, pero Kris los estaba llevando por caminos ocultos. Además, todavía estaba algo oscuro, por lo que no debían preocuparse por eso.

            El sol hizo su aparición cuando llegaron al pie de las Montañas de Fuego. Los cuatro chicos alzaron su cabeza y miraron cómo los altos picos se alzaban hasta el mismísimo cielo. Pararon unos momentos para tomar agua de sus cantimploras y en cuanto se refrescaron un poco, Kris reemprendió la marcha.

            Si antes habían avanzado por senderos ocultos, ahora lo hacían por lugares en los que ni siquiera había un sendero. Sus pies se encontraban con piedras enormes, agujeros y mil cosas más que debían evitar para poder llegar a su destino sin un rasguño. Kai avanzaba tras el Cazador, Chen tras éste y ZiTao al final, ayudando a BaiXian a avanzar por aquel tramo. BaiXian no era tan fuerte como ellos, pero sin él estarían perdidos.

            En todos los equipos de Cazadores debía haber alguien con un cerebro extraordinario aunque con un cuerpo mucho más delicado. Ese era BaiXian, en el equipo del Cazador Kris, LuHan era quien ocupaba ese puesto. También debía haber alguien versado en el manejo del arco, que normalmente se ocupaba de atender las heridas del grupo, Chen era el que se encargaba en un equipo y YiXing en el otro. También estaba el guerrero, la persona más fuerte, ZiTao y Kris. Por último, debía haber un líder nato, alguien a quien seguir siempre, ese era Kai. Aunque todos lo molestaban, él era quién los guiaría siempre, aunque era el menor, tenía las mejores capacidades para ello. En el otro equipo habían perdido a su líder en una lucha con el Dragón más terrible que se recordaba en las últimas décadas. Era un buen hombre, según recordaba ZiTao, aunque todavía era un niño cuando el Cazador murió.

            De repente, ZiTao vio cómo BaiXian dio un traspié y rápidamente reaccionó, tomándolo por los hombros para que no cayera. Al principio de la marcha, Kris se volvió para ver lo que había pasado y al averiguarlo, su rostro se volvió mucho más duro. ZiTao agarró fuertemente a su compañero y aguantó la mirada del otro hasta que se volvió de nuevo hacia el frente y reemprendió la marcha.

            —Gracias —murmuró BaiXian.
            —No hay de qué —contestó ZiTao—. Pero a partir de ahora no te sueltes de mi mano.

            Siguieron caminando hasta que llegaron a una pequeña arboleda. Los cuatro chicos agradecieron estar a cubierto, aunque aún hacía bastante frío. El sol había salido y comenzaba a picar en sus pieles. El Cazador les hizo una señal para que se mantuvieran quietos y en silencio y ellos así lo hicieron, conteniendo la respiración. De repente Kris hizo un sonido con su boca, parecido al de un pájaro acuático que vivía por aquellas tierras. Pasados unos momentos dos siluetas se acercaron a donde estaban todos y los chicos pudieron comprobar que se trataban de las de YiXing y LuHan.

            —¿Dónde está la cueva del Dragón? —preguntó Kris en cuanto los otros dos estuvieron a un par de pasos de él. ZiTao pudo ver, gracias a su altura, cómo LuHan ponía los ojos en blanco y una expresión de hastío en su rostro antes de contestarle.
            —Está en un saliente a un par de kilómetros de aquí.
            —El acceso es algo complicado —comentó YiXing—, pero una vez allí, tenemos varios lugares donde poder escondernos y preparar todo lo necesario para acabar con él.
            —Bien —Kris se giró hacia el otro equipo—. En marcha.

            Con las protestas de Chen de fondo, los cuatro comenzaron de nuevo a caminar. Al principio del grupo se encontraban LuHan y YiXing, que habían empezado a contar el plan que seguirían durante la caza y que habían estado elaborando durante el par de días que habían estado allí. Acechando a aquel Dragón.

            —Es un Dragón bastante joven —contó LuHan—. No debe tener más de un par de años. Es algo menudo, sus escamas son de un negro muy brillante y sus ojos son también de ese color.
            —Parece ser un Dragón solitario —añadió YiXing—. Lo que nos hará más fácil acabar con él.

            En ese momento un rugido cortó el aire. Los siete se pusieron en guardia, mirando al cielo, esperando. Todo estuvo en calma hasta que un destello dorado los cegó y otro rugido se dejó escuchar. Lo siguiente que vio ZiTao fue al Cazador Kris agarrando a sus compañeros y tirándolos al suelo. Una gran llamarada atravesó las copas de los árboles y acabó cerca del lugar en el que ellos habían estado segundos antes.

            —¡DISPERSAOS! —gritó LuHan desde el suelo.

            ZiTao buscó con la mirada a BaiXian y lo vio más cerca de Kai que de él, por lo que agarró a Chen por la muñeca y comenzó a tirar de él hacia cualquier lugar, lejos de los demás. Ambos corrían por aquella arboleda mientras sentían como aquel Dragón Dorado volaba por encima de sus cabezas. Siguieron corriendo hasta que las piernas no les dieron más y tuvieron que echarse a descansar contra el tronco de un árbol, intentando quedar fuera de la vista de cualquier dragón. Hacía ya tiempo que habían dejado de escuchar los rugidos del dragón, pero aún seguían con el miedo en el cuerpo.

            Era la primera vez que salían de caza, la primera vez que eran atacados por un Dragón, la primera vez que el grupo se dispersaba y no era en un entrenamiento.

            —Espero que Kai y BaiXian estén bien —murmuró ZiTao y Chen cerró sus ojos, mientras apoyaba su cabeza contra el tronco de aquel árbol.
            —Tranquilo, esos dos sabrán cuidarse solos, como nosotros —contestó.

            Los dos chicos descansaron de la carrera, luego comieron un poco de lo que habían llevado y bebieron algo de agua. No sabían cuánto tiempo iban a permanecer en aquel lugar y debían administrar sus reservas, guardando lo más posible para no agotarlas en poco tiempo. Sería muy triste para un Cazador —aunque ellos todavía no lo fueran oficialmente—, morir de inanición.

            —Creo que deberíamos ubicarnos —murmuró Chen—, saber dónde está el Norte, en qué lugar estamos más o menos y buscar por los alrededores por si encontramos a nuestros compañeros, a los Cazadores o algún peligro.
            —Me parece bien —dijo ZiTao levantándose del suelo—. Quédate aquí y hazme saber si me necesitas.
            —De acuerdo.

            ZiTao comenzó a caminar, alejándose de su compañero y memorizando cada pequeña cosa del lugar que lo rodeaba para más tarde encontrar el camino de vuelta hacia Chen. Los árboles no eran muy altos, ni tampoco muy frondosos. Había grandes claros entre ellos y el cielo azul podía apreciarse por estos. El chico encontró un árbol algo más grande que los demás y con algunas ramas bajas que lo ayudarían a encaramarse para poder lograr ubicarse y volver junto a su compañero.

            Estiró un poco sus doloridos músculos para ir agarrándose a las ramas que podían aguantar su peso e ir subiendo poco a poco. Escaló hasta la copa del árbol y antes de asomar su cabeza entre las hojas, agudizó su oído en busca de cualquier indicio de peligro. Cuando se cercioró de que estaba todo en orden, sacó su cabeza y miró a su alrededor.

            Estaban en aquella arboleda, bastante cerca del río Sif, quizás a un par de horas de camino. ZiTao miró al cielo y descubrió el sol sobre su cabeza, lo que indicaba que era medio día. Se dio la vuelta y vio las grandes e imponentes Montañas de Fuego. Desde aquel lugar se podían apreciar diversas oquedades a distintas alturas. En ellas era donde habitaban los Dragones. El chico respiró hondo y cerró sus ojos aliviado. Si iban en aquella dirección, siempre con las montañas al frente, llegarían al lugar en el que ellos se habían separado de sus compañeros.

            Un rugido lo hizo abrir los ojos de golpe y esconderse de nuevo entre las ramas de aquel árbol. Desde su escondite pudo distinguir la figura de un Dragón, uno muy hermoso. El Dragón Arcoíris.

            Sus escamas eran del color del arco iris y brillaban de manera espectacular gracias a la luz del sol. Sus movimientos eran gráciles, tomaba las corrientes de aire y se sumergía en ellas para descansar sus alas. ZiTao se quedó embelesado. La leyenda no hablaba de lo hermoso que era el Dragón, sino del peligro que representaba. Pero viéndolo, el chico podía decir que sólo era una cría que acababa de aprender a volar y se cansaba con bastante frecuencia.

            El chico salió de su escondite casi sin darse cuenta de lo que hacía. Para poder admirar, sin que las ramas y las hojas se lo impidieran, aquel hermoso Dragón. Lo vio subir y luego descender en picado, probando sus alas. Después se introducía en una corriente de aire para descansar y se dejaba llevar por esta. ZiTao no supo cuánto tiempo estuvo observando al Dragón Arcoíris, si fueron horas o minutos, sólo despertó de su embobamiento, cuando escuchó un sonido muy conocido. La señal de Chen.

            Bajó rápidamente del árbol, tras echarle un último vistazo a la criatura y salió corriendo en la dirección inversa al camino que antes había tomado. Cuando estuvo cerca del lugar en el que lo esperaba su compañero, dejó su carrera y comenzó a moverse sigilosamente. Si Chen estaba en peligro y se delataba, podría provocar una catástrofe. Se acercó de una manera lenta y cuidadosa, hasta colocarse en una posición ventajosa. Entonces se asomó y vio la escena.

            ZiTao respiró tranquilo y destensó sus músculos. Después, salió de su escondrijo y se plantó ante las seis personas que estaban en aquel lugar. Pisó una rama con su pie deliberadamente y todos se volvieron para verlo. El chico comprobó que todos estaban a salvo, aunque con diversos pequeños cortes por todo su cuerpo. Al igual que estaban él y Chen, producto de la carrera.

            —ZiTao —dijo BaiXian y salió corriendo hacia el chico para lanzarse a sus brazos—. Pensé que te había pasado algo… —susurró—. He pasado mucho miedo…
            —Tranquilo, estoy bien —le contestó apretándolo contra su cuerpo. Luego miró a Chen—. Te dije que utilizaras la señal si estabas en peligro —el chico se encogió de hombros.
            —Estaba en peligro —contestó—. BaiXian me iba a asfixiar con su abrazo mortal.
            —Dejaos de idioteces y volvamos al poblado —dijo Kris—. Hoy no podremos seguir con la caza.

            El Cazador se dio la vuelta y echó a andar, seguido por sus dos compañeros. BaiXian se separó de ZiTao con una sonrisa y después lo cogió de la mano para ponerse en marcha tras Chen y Kai, mientras el primero se quejaba de que podría haber muerto a manos de su propio compañero de equipo.

            Utilizaron otro camino para el regreso al poblado, igual de escarpado y peligroso, al igual que difícilmente visible por cualquiera que no fuera un experto. Se escondieron lo más posible del cielo, para que el sol del mediodía no los quemara y para que los Dragones no los divisaran. Llegaron a la aldea cuando el sol estaba por ponerse y una de las dos lunas se podía divisar por el horizonte.

            Nada más llegar, se quitaron las armaduras en su cabaña y los cuatro fueron a cenar, ese día de manera más abundante. Llevaban todo el día caminando y estaban hambrientos como lobos. Al acabar, volvieron a su cabaña para curarse las pequeñas heridas y que estas no se infectaran. Vieron cómo los tres Cazadores que los habían acompañado en su viaje se dirigían a la del jefe XiuMin, seguramente para darle explicaciones sobre el fracaso de la caza.

            —Tienes una herida bastante fea en el brazo —murmuró Chen cuando Kai se quitó su rasgada camisa—. ¿Por qué no me lo dijiste antes? —el otro chico se encogió de hombros—. Ahora se ha infectado y tardará más tiempo en curar.
            —Pero se va a curar, así que da igual —contestó Kai. ZiTao pudo ver como su compañero bufaba a la vez que le echaba un poco de agua para desinfectar la herida. Kai apretó los dientes por el dolor.
            —¿Cómo te hiciste eso? —preguntó ZiTao y el herido simplemente giró su rostro. El chico pudo ver cómo un leve rubor se extendía por su rostro y sonrió levemente antes de acercarse a BaiXian y preguntarle a él sobre lo ocurrido. Él sí le contestaría—. ¿Cómo se lo hizo? —su compañero hizo un leve puchero antes de susurrarle.
            —El Dragón Dorado que nos atacó nos persiguió a ambos —contó—. Acabamos en un pequeño claro sin darnos cuenta y él se lanzó a por nosotros —sonrió y miró al líder—. Kai me tiró al suelo y sacó su espada para atacar al Dragón —el chico comenzó a jugar con sus dedos, algo avergonzado—. La herida se la hizo el Dragón.
            —¿Conseguiste darle aunque fuera un pequeño tajo a ese gigante? —le preguntó Chen a Kai, que había oído la conversación, por lo que el otro también la habría oído. La cabaña era demasiado pequeña—. Por honor, vamos —Kai lo miró mal, pero luego asintió.
            —Le hice un corte en la pata trasera izquierda —contestó y luego volvió a apretar los dientes al sentir cómo Chen le ponía sobre la herida algunas hierbas, que había estado machacando durante la conversación.
            —Lo siento —BaiXian se levantó del lado de ZiTao y fue hasta su líder—. Por mi culpa… —iba a seguir, pero este lo cortó, tapándole la boca con la mano.
            —Todo equipo debe proteger a su cabeza pensante y a su curandero —dijo Kai—. Sólo he hecho lo que debía —BaiXian asintió lentamente.
            —Deberíamos descansar —propuso Chen tras colocarle un trapo sobre el mejunje al líder para que no rozara con nada y los demás asintieron.

            Esa noche también durmieron unos sobre los otros. Pero no por el frío que hacía, aunque este era uno de los factores, sino por el miedo que habían pasado los unos por los otros.

            A la mañana siguiente se despertaron en cuanto los primeros rayos de sol comenzaron a colarse por la pequeña ventana de la cabaña. ZiTao se desperezó y movió a Chen, que se quejó y se dio la vuelta para seguir durmiendo. BaiXian también se movió, en concreto su brazo, y le pegó en la cara a Kai. Hizo que éste se despertara de golpe y comenzara a gritar, levantando a toda la aldea en el proceso. Los miedos de la noche anterior habían desaparecido y ahora volvían a estar como siempre.

            Salieron de la cabaña y tras comer algo se dirigieron a la zona del poblado en la que los Cazadores instruían a los aspirantes. Sin embargo, nada más ingresar en la zona, CanLie se colocó frente a ellos y no los dejó pasar. Él era otro de los Cazadores. Podía ser un tipo imponente cuando quería pero normalmente era la alegría en persona.

            —¿No podemos pasar? —preguntó Kai y este negó con la cabeza a la vez que esbozaba una pequeña sonrisa.
            —Después de una caza no se entrena —contestó.

            Los chicos se miraron los unos a los otros sin saber qué hacer o qué decir. Ellos ya tenían una rutina fijada todos los días y en ese momento ya no podían hacer lo que siempre habían hecho. Estaban perdidos y CanLie lo notó, porque amplió su sonrisa y de un momento a otro ya estaba riendo abiertamente. Kai frunció el ceño y adoptó la expresión del Cazador Kris para mirarlo.

            —No te enfades, pequeño —le revolvió el cabello y el líder le apartó la mano rápidamente—. Como ayer fue vuestra primera caza no sabéis muy bien qué hacer, por lo que si vais a mi cabaña con QuingZhu él os lo explicará.
            —QuingZhu me da grima —murmuró Chen y el Cazador le echó una mirada muy fría.

            QuingZhu y él también eran compañeros de equipo. Junto con un par más que no se encontraban en ese momento en la aldea, sino que estaban de viaje por los demás poblados para recoger a los niños que cumplían 7 años esa primavera. BaiXian le dio un coscorrón en la cabeza al chico y esbozó una sonrisa incómoda.

            —No le hagas mucho caso —dijo—. Hoy no es su día.
            —Vamos —dijo ZiTao dándose la vuelta, seguido por sus otros compañeros.

            De nuevo atravesaron el poblado. Chen refunfuñaba porque no quería ir con el Cazador, siempre había dicho que sus ojos saltones mirándolo fijamente le ponían los pelos de punta. Kai también se quejaba, pero porque había sido tratado como un niño cuando —aunque era menor que sus compañeros—, era el líder de su equipo, el encargado de protegerlos a todos. Y por último, BaiXian murmuraba por lo bajo lo críos que podían llegar a ser todos y que él era el único sensato allí.

            En apenas unos minutos llegaron a su destino. Tuvieron que saludar a diversas personas, tanto Cazadores como aprendices de los que habían sido compañeros hasta el día anterior. Todos los saludaban de una manera más respetuosa a cómo ellos estaban acostumbrados ser tratados.

            ZiTao llamó a la puerta de madera de la cabaña y apenas pasaron unos segundos cuando esta ya se abría y aparecía por ella QuingZhu. Con un movimiento de la mano los invitó a pasar. El lugar era bastante más grande que el que compartían los chicos, claro que el tamaño de las cabañas era proporcional al de los logros del equipo como Cazadores. Teniendo en cuenta que su primera caza había sido el día anterior —y, de hecho, no muy exitosa—, tampoco podían quejarse.

            —CanLie os ha enviado aquí, ¿cierto? —dijo sentándose en el suelo y los chicos, tras asentir, hicieron lo mismo—. Bien, todos los que ascienden a Cazadores tienen que venir por aquí, para que los vaya informando sobre las nuevas actividades que deberán realizar por la comunidad y los rituales que deberán seguir para formar parte de ella —los chicos asintieron—. ¿Estáis preparados para vuestra nueva vida?
            —Sí —dijo Kai y todos asintieron.
            —Estamos prepararos —fue la respuesta unánime del grupo.
            —Está bien, entonces comenzaré —QuingZhu  se acomodó un poco y miró a los chicos antes de hablar—. Como ya sabéis, los Cazadores son una pieza muy importante en esta tierra. Nuestro origen se remonta al momento en el que el Dios Guerrero Nuth descendió de los Cielos para combatir a los Dragones que amenazaban nuestra tierra. Desde aquel momento, somos los encargados de protegerla. Por eso los hombres más fuertes —miró a BaiXian—, o los más inteligentes, son los elegidos para convertirse en Cazadores. Vosotros ya sois Cazadores y a partir de ahora deberéis seguir la rutina de un Cazador.
            —¿Cuál es esa rutina? —preguntó ZiTao sin poder contenerse y QuingZhu sonrió.

            Si hubiera sido Kris el encargado de explicar aquello, ZiTao estaría estampado contra el suelo por haber interrumpido. Pero QuingZhu era alguien más calmado, tenía un carácter parecido al de YiXing.

            —La paciencia es una gran virtud para un Cazador, recuérdalo —fue  lo que dijo—. Esta noche empieza vuestro rito de iniciación, tras la primera caza es la costumbre —todos asintieron—. Seréis marcados como Cazadores para que todos los habitantes, ya sean de esta aldea o de las otras, os puedan distinguir como tales. Además, podréis comenzar a dar instrucciones a los aspirantes más pequeños en cuanto realicéis vuestra primera caza con éxito.

            Los cuatro chicos agacharon la cabeza, avergonzados. La primera caza que habían realizado el día anterior había sido un completo fracaso. Aunque ellos no habían tenido la culpa, sino aquel Dragón Dorado. Aquello seguía siendo una misión incumplida y comenzar su andadura cómo Cazadores de esa manera no era una buena forma.

            Sin embargo, ZiTao no pensó en aquel Dragón Dorado, sino en el pequeño Dragón Arcoíris danzando en el cielo.

            —No importa que vuestra primera caza no haya ido bien —murmuró QuingZhu adivinando los pensamientos de los chicos—. Las siguientes irán muchísimo mejor.
            —¿El Dragón Negro? —susurró BaiXian—. ¿Lo cazarán? —QuingZhu asintió.
            —Hoy han salido de nuevo de caza Kris, LuHan y YiXing —contestó y los chicos asintieron.
            —Nosotros les estorbábamos —comentó Kai cabizbajo y sus chicos se acercaron a él para apoyarlo. Era su líder y había recibido su primera herida por proteger a otro miembro, sin embargo la caza…
            —Nada de eso —la dulce voz de QuingZhu los hizo salir de su ensimismamiento y lo miraron—. Si ellos decidieron que erais lo suficientemente buenos como para que los acompañarais en la caza, es porque lo sois —los miró de una manera muy penetrante con sus ojos saltones y Chen se escondió levemente en el hombro de ZiTao—. Sois dignos de llevar el nombre de Cazador y desempeñar ese cargo. Un contratiempo provocado por otro Dragón es algo común en las cazas.
            —¿Por qué no nos han llevado hoy con ellos? —preguntó Chen y el Cazador señaló el brazo de Kai.
            —Vuestro líder está herido, vosotros estáis cansados y era vuestra primera caza –explicó—. Además, el jefe os quería aquí esta noche.
            —¿Por qué el jefe…? —comenzó a preguntar ZiTao, pero BaiXian le tapó la boca con su mano esbozando una pequeña sonrisa.
            —Porque esta noche es nuestro rito de iniciación —contestó el chico.

            Después de eso, se despidieron de QuingZhu y salieron de su cabaña. Los cuatro caminaron por el poblado de nuevo, esta vez en dirección a ningún lugar. Tenían el día libre y sin preocupaciones. Llegaron de nuevo a la cabaña que compartían y se sentaron en el suelo, sin nada qué hacer. Chen volvió a curar el brazo del líder, que ya tenía mejor pinta que la noche anterior.

            —¿Qué hacemos, chicos? —preguntó BaiXian y todos lo miraron encogiéndose de hombros, todos menos ZiTao, que estaba en su mundo.
            —No lo sé —dijo Kai—. Aquí el listo eres tú —el chico bufó y se giró a ver a ZiTao, por si él tenía algo en mente. Pero al encontrárselo con la mirada perdida hizo un puchero.
            —¿ZiTao? —llamó—. ¿ZiTao? —tuvo que llamarlo un par de veces hasta que el chico por fin le miró.
            —Lo siento, ¿qué decías? —preguntó intentando volver a la conversación con sus compañeros, aunque no podía concentrarse del todo.
            —¿Otra vez pensando en el Dragón Arcoíris? —adivinó esta vez Chen y ZiTao asintió.
            —Pensaba… Si… Si ese Dragón… No sería algo hermoso de ver —los chicos se quedaron de piedra al escuchar esas palabras y él supo que no debía contar lo que había visto a nadie o saldrían a cazarlo inmediatamente y era una criatura demasiado hermosa para sufrir aquel destino—. Quiero decir, sé que es una leyenda, pero los Dragones son criaturas de belleza excepcional —tragó saliva e intentó armar algo creíble—. Una belleza mortífera, pero al fin y al cabo belleza —vio cómo BaiXian asentía levemente, de acuerdo con él y respiró tranquilo—. No vi muy bien al Dragón Dorado de ayer… Pero me pareció hermoso —Kai bufó, pero él no le hizo caso—. Por eso me preguntaba cómo sería de hermoso el Dragón Arcoíris.
            —Vaya… —murmuró Chen—. ¿Quién hubiera dicho que los hombretones del Norte podían admirar la belleza?
            —No te burles —BaiXian le dio un manotazo en la nuca—. ZiTao tiene razón.
            —A mí no me lo parecen —dijo Kai—. Yo pienso que los Dragones son unos monstruos con los que hay que acabar.

            Esas contundentes palabras provocaron que un silencio incómodo se instalara entre los cuatro chicos en la cabaña. Cada uno tenía su opinión y respetaban la del otro, pero aquello los había dejado sin nada que decir. Ahora eran Cazadores, su deber a partir de ese momento, sería cazar a los Dragones que estuvieran sembrando el pánico en las aldeas a las que debían proteger. Sin embargo, ZiTao no paraba de pensar que él no podría hacerle ningún daño a aquel Dragón Arcoíris.

            El resto del día fue incómodo, pero intentaron pasarlo medianamente bien y de forma entretenida. Cuando cayó la noche, los chicos se vistieron con la ropa de Cazadores y avanzaron por el poblado en medio de un silencio sepulcral. Sin más luz que la que les ofrecía la primera luna, la segunda todavía tardaría varias horas en salir.

            Cuando llegaron frente al altar del Santuario del Dios Nuth, se inclinaron ante él. Hincándose de rodillas en el suelo y esperaron, tal y como les había dicho QuingZhu, a que los Cazadores del poblado aparecieran ante ellos. No pasó mucho tiempo cuando de entre las cabañas empezaron a surgir figuras, vestidas de cuero, como ellos.

            Los chicos se alzaron cuando una mano se lo indicó y pudieron ver que todos a su alrededor portaban máscaras. El Cazador les había dicho que no se asustaran de nada de lo que pudiera pasar y que lo que sucediera esa noche no podría ser contado jamás. Fueron guiados al río Sif, sin decir ni una palabra, y allí los hicieron introducirse en el agua helada.

            Ninguno supo cuánto tiempo estuvieron metidos allí. Solo cuando sus músculos comenzaron a agarrotarse, fueron sacados del agua. ZiTao sintió cómo BaiXian se acercaba a él en busca de un calor que no podía brindarle, pero aun así, lo apretó fuertemente contra su cuerpo. Debía cuidar de él.

            Caminaron de nuevo, esta vez de regreso a la aldea. Junto al Santuario se detuvieron y los hicieron sentarse en el suelo, cerca de una hoguera que antes no estaba allí. Los cuatro agradecieron el calor que esta les proporcionaba, pero con sus ropas mojadas no entraban en calor y no les habían indicado que se las quitaran. La única norma que QuingZhu les había dicho que debían de seguir al pie de la letra era la de no  hacer nada que no les marcaran hacer.

            Las figuras enmascaradas los rodeaban y les ponían los pelos de punta. Se sentían amenazados por ellas, incómodos. Pero sabían que no les harían ningún daño.

            De repente, ante ellos se colocaron dos figuras. Cada una portando dos cuencos con un líquido espeso y de olor fuerte que ellos nunca habían visto ni olido, ni siquiera habían oído hablar de él. Las figuras les tendieron los cuencos y ellos los tomaron entre sus manos. El barro cocido estaba caliente y levemente humedecido. Les indicaron que bebieran y así lo hicieron.

            Rápidamente el calor comenzó a inundar sus cuerpos, a la vez que aquel líquido con sabor amargo bajaba por sus gargantas. Cuando se acabaron esos cuencos, otras dos figuras aparecieron ante ellos con otros más y bebieron de nuevo. El proceso se repitió varias veces.

            Los chicos comenzaron a sentirse levemente mareados. El calor los abrasaba por dentro y les sobraba hasta su propia piel. Las figuras danzaban a su alrededor, al igual que las llamas lo hacían frente a ellos y los hipnotizaban. Sentían el frío de la noche, pero el calor era más fuerte. Notaban cómo sus cuerpos picaban, pero no podía rascarse.

            La segunda luna asomó tras las Montañas de Fuego, haciendo el camino inverso a todos los demás astros. Saliendo por el Oeste y teniendo su ocaso en el Este. De repente, el silencio de la noche fue interrumpido por bramidos, por gritos, por gente cantando. Los chicos miraron a su alrededor, desorientados.

            Todo daba vueltas. Todo estaba borroso.

            Las figuras dejaron de danzar a su alrededor y se acercaron a ellos. Los levantaron del suelo como si fueran muñecos de trapo y los guiaron hacia otro lugar, hacía un lugar que ellos jamás habían visto. ZiTao intentaba enfocarse en lo que estaba pasando, pero su mente no tenía conexión alguna con su cuerpo. Solo podía dejarse guiar, al igual que sus compañeros. Miró a BaiXian y este le devolvió la mirada. Sus ojos estaban rojos.

            Entraron a una cabaña y los sentaron en el suelo. El lugar era grande, bastante grande, tanto que allí estaban todos los enmascarados que los habían acompañado todo ese tiempo. También había luces que danzaban y que los confundían y mareaban más todavía.

            ZiTao de repente sintió algo en su brazo izquierdo. Un pinchazo, un leve dolor. Se giró lentamente, intentando enfocarse, pero solo pudo notar a una figura haciéndole algo a su brazo. Intentó moverse, apartare de lo que le hacía daño. Pero no podía, su cuerpo no le respondía. Buscó a sus compañeros, ellos también intentaban lo mismo que él.

            Otra figura se colocó ante él y le tendió otro cuenco con ese líquido espeso. Quiso rechazarlo, pero no podía hacer nada. La figura lo advirtió y le abrió la boca, haciendo que bebiera todo el contenido. Durante unos segundos, ZiTao sintió que volaba, para luego caer en la oscuridad.



            Cuando despertó de nuevo estaba desubicado. Ya no había nadie. Las luces ya no danzaban y se encontraba en su propia y pequeña cabaña. Giró su cuello a un lado y a otro haciendo un gran esfuerzo y vio a sus compañeros junto a él, durmiendo sobre el suelo. Tenía mucho calor, la ropa le sobraba y se la quitó, no podía tenerla más tiempo encima.

            Se colocó de rodillas y comenzó a gatear hacia sus compañeros, para despertarlos. Todavía era de noche, las lunas no se habían escondido y poca luz era la que entraba por la pequeña ventana. Sin embargo, ZiTao necesitaba despertarlos. Comenzó con Chen, que abrió sus ojos con pocos roces. El chico movió sus labios intentando hablar, pero ningún sonido salió de estos.

            ZiTao buscó a Kai e hizo lo mismo. De reojo pudo ver cómo Chen se quitaba también su ropa. Hacía demasiado calor en aquella cabaña. Cuando consiguió que el líder despertara fue hacia BaiXian. Comenzó a mecerlo para que abriera sus ojos al tocar su cara, pero nada daba resultado. El chico se intentó levantar. Pero aún seguía mareado y cayó sobre su compañero, que lo atrapó entre sus brazos y con un rápido movimiento se giró y quedó sobre él.

            BaiXian abrió sus ojos y vio a ZiTao bajo él. Pero no se levantó, como habría hecho normalmente, solo se quitó su ropa y se tumbó de nuevo sobre él. ZiTao intentó moverlo, pero sus fuerzas lo habían abandonado. Sólo podía sentir cómo las pequeñas manos de su compañero volaban por su cuerpo, quemándole la piel. Hasta que sus manos fueron relevadas por sus labios.

            En esos momentos todo se desvaneció para ZiTao, sólo se dedicó a sentir. A sentir como todo se nublaba, como la racionalidad se iba, cómo todos los prejuicios los abandonaban y cómo los cuatro danzaban los unos con los otros sin que importara nada.



            Cuando a la mañana siguiente todos despertaron de nuevo y se encontraron en aquella situación, no pudieron evitar que el color rojo cubriera sus mejillas. BaiXian, que había despertado sobre Kai, se intentó levantar de su cuerpo. Pero en eso quedó, en el intento, ya que un gran dolor en el trasero lo hizo gritar y caer de nuevo sobre el líder.

            —Brutos —murmuró—. Duele muchísimo.
            —Lo siento —dijo ZiTao acercándose al chico.
            —Pues anoche no decías que dolía —comentó el líder con una sonrisa pícara.

            Un flash de BaiXian saltando sobre el miembro de Kai y del suyo, mientras lamía el miembro de Chen atacó la mente de ZiTao y este abrió sus ojos sin poder creérselo.

            —¿Cómo…? —comenzó a preguntar, pero Chen lo cortó.
            —Anoche nos dieron algo de beber que nubló nuestra racionalidad —dijo—. No sé lo que sería, pero solo así pudimos hacer algo así con BaiXian —este se encogió entre los brazos de Kai y el otro lo abrazó fuertemente.
            —Es parte del ritual —murmuró BaiXian—. Que los cuatro integrantes del grupo hagan eso
            —¿Lo sabías? —preguntó Kai.
            —Alguien me lo dijo anoche mientras me daban de beber —contó.

            El silencio cayó sobre los chicos tras aquellas palabras. Todo lo que habían hecho en esa cabaña, lo que le habían hecho a BaiXian y entre ellos, había sido parte del ritual. Pasaron unos cuantos minutos así hasta que Chen se decidió a levantarse y a ir hacia BaiXian.

            —Intentaré hacer algo para que no te duela mucho —dijo.
            —Primero deberías ver cómo tenemos los brazos —le contestó el chico y los demás miraron sus respectivos brazos, viendo aquel tatuaje que los marcaba como Cazadores.
            —Está rojo —murmuró ZiTao.
            —Os pondré algo para que no se infecte —Chen se vistió y salió de la cabaña. ZiTao aprovechó para acercarse más a los otros dos chicos, que aún seguían tumbados uno encima del otro.
            —¿Cómo estás? —le preguntó a BaiXian.
            —Horrible —el chico escondió su cara en el pecho del líder—. Me da vergüenza que me veáis así… Después de anoche…
            —No tengas vergüenza —dijo Kai—. Era parte del ritual para convertirnos en Cazadores, puede que para hacernos más unidos, más cercanos —comenzó a tocar el cabello rizado del chico hasta que este hizo un ruidito que venía a decir que estaba conforme con eso, pero que por el momento lo dejaran tranquilo.
            —Chicos —llamó Chen entrando por la puerta—. Creo que con esto estaréis listos en un pispas —dejó unas hierbas en un cuenco que tenía por allí y otras las plantó en el brazo izquierdo de ZiTao, haciendo que este siseara—. No te quejes que no duele, yo ya me las he puesto —enseñó su brazo que ya tenía esas hierbas sujetas a la piel con unas tiras de lino.
            No es que me queje porque duele contestó—. Es que no me lo esperaba y pica se intentó rascar, pero Chen le dio un manotazo.
            Ni se te ocurra rascártelo o te daré palazos por todo el cuerpo amenazó.
            Chen advirtió Kai, que ayudaba a BaiXian a levantarse de su cuerpo intentando que no le doliera.
            Está bien, está bien… murmuró y acabó de ponerle las hierbas y amarrarlas—. Listo, ya te puedes vestir y hacer lo que te dé la gana.
            Pero yo me quiero quedar aquí contestó.
            Mejor que no estéis aquí cuando comience a curar a BaiXian comentó.
            ¿Y eso? dijo el nombrado, que había acabado tumbado con la cara pegada al suelo.
            Te va a doler un poco y tendré que hacer algo un poco desagradable a la vista, mejor que no haya mucha gente por aquí pululando.
            Entonces iros.

            ZiTao buscó su ropa entre la maraña de trapos y se vistió mientras Chen le ponía aquellas mismas hierbas a Kai. Cuando acabó se despidió de los chicos con la mano y salió a la luz del sol. No esperó al líder, de todas maneras ambos irían luego por caminos diferentes, por lo que no pasaba nada porque se separaran desde el principio.

            El chico caminó por el poblado, saludando a todos aquellos a los que se encontraba en su paseo y luego salió de allí. No hacía mucho que había salido el sol y todavía no hacía calor, de hecho, seguía haciendo bastante fresco a pesar de la época en la que estaban. Tras un buen rato dando vueltas de un lado a otro, ZiTao se dirigió al Santuario del Dios Nuth y le presentó sus respetos como Cazador.

            Poco después, llegó hasta las riberas del río y se tumbó en la orilla a descansar y a pensar. Todavía no podía creer cómo su vida había cambiado en apenas dos días. Antes era un aprendiz y ahora ya era Cazador, había tenido su primera caza y hecho el ritual. Pero además de eso, había hecho otra cosa que sus compañeros no, había visto al Dragón Arcoíris.

            No tenía muy claro qué hacer con aquella información. Podría decirle a los demás Cazadores lo que había visto y que lo cazaran porque era un ser peligroso, pero a él no le había parecido nada peligroso. Solo era una criatura hermosa e inofensiva.

            De repente, sintió la enorme necesidad de volver a ver a aquel Dragón y poder seguir admirando su belleza. Sin pensarlo, se dirigió al vado del río y cruzó al otro lado. Siguió el curso del agua en sentido inverso al que corría, en busca de aquella arboleda en la que se habían internado el día que fueron de caza, pero por aquel camino.

            Ese camino estaba más desprotegido que el que habían recorrido, cerca de las Montañas de Fuego, pero era mucho más corto. En poco tiempo, ZiTao encontró el lugar y se adentró en él. Buscó un árbol que tuviera ramas bajas y fuera alto. En cuanto lo encontró, subió a él y escaló hasta la copa. Asomó su cabeza entre las ramas y recorrió el cielo azul con su vista. No había ni rastro del Dragón Arcoíris.

            Pero ZiTao no se iba a rendir tan fácilmente. Algún día, volvería a verlo, daba igual cuanto tardara en hacerlo. Volvería a ver al Dragón Arcoíris, eso lo tenía muy claro.





Aclaraciones finales:
—BaiXian: nombre chino de BaekHyun.
—CanLie: nombre chino de ChanYeol.
QuingZhu: nombre chino de KyungSoo. (D.O.)