Al final, KyungSoo había decidido
quedarse en su casa a pesar de que RyeoWook y HyoYeon no parecían estar todavía
de muy buen humor para que al chico le fuera bien quedándose y ChanYeol no
sabía cómo tomarse aquello. Sabía que su decisión de quedarse la había tomado
después de que él lo besara repentinamente en mitad de la calle y el chico se
arrepentía a medias de aquello.
En el momento, no había pensado con
claridad y simplemente había hecho aquello por impulso, pero una vez sus labios
se tocaron y KyungSoo le correspondió el beso, se sintió completo y feliz. Por
eso no se arrepentía del beso, se arrepentía de haberlo hecho de aquella forma
tan brusca que al parecer había asustado a KyungSoo una vez se separaron.
ChanYeol suspiró, dejándose caer
sobre la cama de su habitación, cama que había compartido con KyungSoo los
últimos días y que todavía olía a él. El chico no se había dado cuenta hasta el
momento de que lo que sentía por KyungSoo no era solo amistad, pero ahora que lo
sabía, no iba a dejar escapar a aquel enano gruñón.
Su móvil vibró y el chico
rápidamente se incorporó de la cama y lo buscó por la habitación, viéndolo sobre
el escritorio. Con el corazón latiéndole al ritmo de varios tambores, se acercó
pensando que quizás fuera KyungSoo. Sin embargo, lo que se encontró al desbloquear
la pantalla y entrar a la aplicación fue un mensaje de YiFan en el grupo que
los diez tenían.
"Preparaos para ir esta noche a
cazar fantasmas. Nos vemos a las 23:00 en el agujero de la valla".
Lu Han había salido de su casa
corriendo y sin darles explicaciones a sus padres aunque estos parecieron preocupados,
pero MinSeok le había dicho que tenía información que podía ayudar a encontrar
a su hermano y el chico no se lo pensó ni un segundo en vestirse e ir a su
encuentro. Llegó a la casa de MinSeok en pocos minutos, a pesar de que no
estaba precisamente cerca de la suya, y jadeando, se acercó a su chico para
preguntarle qué era lo que había encontrado.
—Cuando íbamos a devolver los
periódicos sentí que necesitaba encontrar lo que había sucedido en el 83, así
que me puse a buscar por aquella corazonada —le explicó—, y vi que de los dos
chicos que desaparecieron, uno sobrevivió: Kim KiBum.
—¿Y por eso...?
—Creo que conozco a ese KiBum —lo
cortó—, por eso estamos aquí.
Lu Han no entendía muy bien lo que
sucedía pero sabía que si su novio había llegado a aquella conclusión era por
algo y que confiar en él era acertado. Por ese motivo, simplemente asintió y
dejó que el chico se adelantara y llamara al timbre de la puerta de enfrente de
su casa. Pasaron unos segundos hasta que la puerta finalmente se abrió y por el
hueco apareció un hombre que rondaría los cuarenta.
—MinSeok-ah, ¿que te trae por aquí?
—dijo al verlos allí.
—Mi madre ha cambiado la clave de
acceso y no puedo entrar a casa —respondió. Si Lu Han no conociera a su novio
tanto como lo conocía, se habría tragado aquella mentira—. ¿Podemos quedarnos en
tu casa hasta que llegue? Hace demasiado frío en la calle y Lu tiene un resfriado
bastante gordo.
El hombre los miró de arriba abajo
unos momentos y luego asintió, echándose a un lado para que pasaran.
—Está todo un poco desordenado, pero
la pequeña no para y no me da tiempo a poner las cosas bien cuando ya ha
desordenado algo —les advirtió.
En ese instante, una niña que no
tendría mas de tres años apareció corriendo desde el salón y el hombre la cogió
en brazos, aupándola para que viera a los dos chicos y presentándoselos.
Después, los invitó a pasar al salón y los hizo sentarse en el sofá. Una vez
estuvieron todos instalados, el hombre volvió a hablar.
—Ahora que estamos fuera de los
oídos indiscretos de vecinos —dijo—, contadme la verdadera razón por la que
habéis venido a verme.
Lu Han vio cómo su chico se removía algo
incómodo en el sofá, así que fue él quien tomó la palabra en aquel instante, a
pesar de que no sabía exactamente qué sucedía.
—¿Ha oído lo de la desaparición de
dos chicos en la Shindongshin
Industrial High School? Uno de ellos es mi hermano menor.
—¿Dónde están MinSeok y Lu Han? —preguntó
JunMyeon, llamando la antención de los demás chicos que se encontraban con él
junto a la valla rota del instituto—. Deberían de haber llegado ya.
—MinSeok me mandó un mensaje
diciendo que tardarían un poco, pero que venían para acá —le respondió YiFan—.
Al parecer han estado hablando con alguien sobre esto.
—Estuvimos buscando hoy información
sobre los chicos desaparecidos del 1983 y MinSeok encontró que uno de ellos
había sobrevivido —contó JongDae a su lado—. Decía que lo conocía, así que
probablemente haya ido a hablar del tema con él.
—Vaya —murmuró YiXing—. Eso no me lo
esperaba.
—Nosotros tampoco —reconoció
JunMyeon, esbozando una pequeña sonrisa.
Todos se quedaron en silencio de
nuevo, meciéndose de de un lado a otro para así intentar entrar en calor.
JunMyeon veía que YiFan y YiXing parecían ocupar prácticamente el mismo espacio
que una sola persona de lo pegados que estaban, al igual que él y JongDae; pero
también advirtió cómo KyungSoo y ChanYeol a pesar de estar tan helados como
ellos no habían buscado en el otro calor. Eso lo extrañó, porque aunque no se
sabía si realmente aquellos dos eran pareja, pasaban la mayor parte del tiempo
pegados el uno al otro.
La voz grave de una de las personas
que observaba lo sacó de sus pensamientos y lo hizo prestar atención.
—Creo que sería mejor entrar —dijo
ChanYeol—. Avisad a los chicos de eso y listo, así dejaremos de estar a la
interperie.
Todos estuvieron de acuerdo con
aquellas palabras y YiFan se encargó de mandarle un mensaje a MinSeok con su
nueva situación para cuando llegaran.
Después de pasar por el agujero de
la valla con mayor o menor dificultad según sus tamaños, los chicos se
dirigieron hacia el interior del edificio, guiados por KyungSoo y ChanYeol, que
eran los únicos que sabían cómo entrar a aquel lugar. YiFan
iba a la zaga de los demás, en la retaguardia, observando a su alrededor
atentamente por si aparecía alguien que pudiera interponerse en los planes que
tenían. Al chico le había dado un poco de neura con aquello, pero una vez
entraron a través de la ventana que estaba abierta, se le pasó un poco y se
dedicó a seguir a los demás chicos lo más silenciosamente que pudo.
Algunos minutos más tarde, llegaban
al sótano y abrían la puerta con un chirrido, para después ingresar en la gran
sala. No habían encendido las luces al entrar porque no querían que nadie
pudiera advertir su presencia allí dentro y, porque para lo que tenían que
hacer, no eran necesarias las luces. Por ese motivo avanzaban con lentitud
ayudados solo por las linternas de sus respectivos teléfonos móviles. Había un
montón de cosas allí abajo, la mayoría trastos viejos e inútiles que no servían
para nada y podían chocar en cualquier momento, así que se mantuvieron todos
ojo avizores hasta que finalmente se encontraron en el centro de la gran sala,
donde estaba un poco más despejado.
—¿Y bien, YiFan? —comenzó JongDae—.
¿Qué es lo que vamos a hacer aquí?
—Os lo dije en el mensaje
—respondió.
—Pues no veo cómo vamos a hacer eso
—murmuró el chico.
—Muy fácil —dijo, esbozando una
sonrisa—. Tenemos que invocar al espíritu que aquí se encuentra para hablar con
él.
—¿Invocar...? —JunMyeon era el que
había preguntado aquello y ya se encontraba temblando de miedo.
Aquella actividad no era apta para
personas miedosas, pero era lo único que podían hacer para comunicarse con
aquel fantasma y para pedirle que les regresara a ZiTao y SeHun lo más pronto
posible.
—Dicen que están ya en el sótano
—murmuró MinSeok mientras miraba su teléfono.
Los dos habían llegado a la valla
metálica hacía unos segundos y, al no ver a sus amigos allí habían dado por
supuesto que debían haber entrado y que los estarían esperando allí, pero hasta
que no tuvieron la confirmación no se atrevieron a adentrarse en los terrenos
del instituto aquella noche. MinSeok todavía le estaba dando vueltas a lo que
acababa de escuchar y sabía que lo primero que tenían que hacer cuando llegaran
allí abajo era hablarlo con los demás.
MinSeok y Lu Han caminaron por el
patio hasta llegar a la ventana y luego se colaron por esta para después
dirigirse al sótano. La puerta estaba abierta cuando llegaron al lugar, así que
simplemente entraron y buscaron a sus amigos allí. No tardaron más que dos
minutos en dar con ellos porque estaban en el centro de la habitación, sentados
sobre el suelo de hormigón, formando un círculo en el que faltaba ellos dos
para que estuviera completo.
—¿Qué hacéis? —cuestionó MinSeok al
llegar hasta ellos.
Sus amigos se giraron hacia él y
algunos levantaron la mano a modo de saludo, aunque silencioso. MinSeok
aprovechó aquel momento para sentarse junto a YiFan y ayudar a Lu Han a hacerlo
entre él y KyungSoo.
—Ya que estamos todos podemos ir
empezando —dijo YiFan.
—Preferiría que escuchárais antes lo
que nos ha dicho el superviviente del 83 —lo cortó y el más alto se giró hacia
él—. Resultó ser mi vecino, así que hemos estado hablando un rato con él antes
de venir.
—¿Qué os ha dicho? —preguntó
JunMyeon frente a él.
—Nos ha contado que el fantasma los
mantuvo presos a él y al que en aquel entonces era su chico durante tres
semanas —comenzó—. Él pudo sobrevivir porque estaba acostumbrado a comer poco y
porque el otro hizo todo lo posible para que él pudiera salir con vida de
aquello —MinSeok vio cómo todos estaban atentos a sus palabras, así que
prosiguió—. Su chico murió varios días antes de que los encontraran y él se
desmayó por culpa del hambre, por eso cree que el fantasma lo dio por muerto
también y dejó de ocultarlo.
—También nos contó que el sótano se
convirtió en un lugar cerrado para ellos, que aunque entrara alguien y ellos
pudieran ver a todas las personas, no podían interactuar con ellos porque el
fantasma se lo impedía —completó Lu Han—. Así que probablemente SeHun y ZiTao
nos estén viendo en estos momentos aunque nosotros no a ellos.
—Entonces tenemos que ir haciendo
esto rápidamente —murmuró YiXing—. Así conseguiremos contactar con el fantasma
y ayudarlo a él y a los chicos.
Todos asintieron y se acomodaron en
el suelo. Frente a ellos había un tablero de algún juego dado la vuelta en el
que había sido dibujada con bastante precisión una ouija con una tiza de color
blanco. MinSeok sospechó que había sido YiXing quien había hecho aquello porque
los demás que allí se encontraban no tenían talento alguno para el dibujo. El
chico vio cómo YiFan sacó un vaso pequeño y de cristal de uno de los bolsillos
de su abrigo y lo colocó bocabajo sobre el centro del tablero.
—Poned todos vuestros dedos índices
sobre el culo del vaso —dijo y todos hicieron aquello sin perder un solo
segundo—. Ahora, recordad que no debéis mover el vaso, sino que será el vaso
solo siguiendo la voluntad de Kim JongIn el que se moverá por el tablero.
—¿Hay algún espíritu en la
habitación?
YiXing hizo aquella pregunta de una
forma sencilla y en un coreano bastante más claro que el que solía hablar
normalmente, además de hacerlo en un tomo más alto que el que acostumbraba a
utilizar. Durante unos segundos, el vaso que sujetaban no se movió ni un solo
milímetro, pero después de algo de tiempo, comenzó a moverse lentamente hasta
llegar a la casilla que ponía "Sí". YiXing tragó saliva antes de
seguir preguntando.
—¿Tú nombre es Kim JongIn?
El vaso se movió unos milímetros
hacia atrás antes de regresar a la casilla del "Sí", lugar en el que
había quedado anteriormente. Al parecer sí que se trataba de Kim JongIn, el
chico que había muerto hacía tantos años en aquel lugar, y no se habían
equivocado con eso. YiXing esperaba sinceramente que no se hubieran equivocado
con lo demás para así poder ayudarlo a él y hacer que dejara libres a SeHun y
ZiTao.
—¿Cuándo moriste?
En aquella ocasión no hubo ningún
lapso de tiempo entre la pregunta y la respuesta del fantasma, que comenzó a
mover el vaso por el tablero deletreando lentamente el día, el mes y el año que
había muerto hasta que completó su mensaje: 5 de noviembre de 1963. Aquella era
la fecha que aparecía en el artículo del periódico que contaba la noticia sobre
su muerte. Ahora solo quedaba la pregunta más importante.
—¿Cómo moriste?
YiXing cerró los ojos porque no
quería ver aquella respuesta y simplemente dejó que su dedo se moviera con el
vaso hasta que se detuvo. En aquel momento, abrió sus ojos, a la vez que
escuchaba la voz de YiFan a su lado decir lo que había sido deletreado.
—"Me asesinaron".
Cuando YiFan dijo aquellas palabras,
JongDae sintió a JunMyeon temblar a su lado, así que usó el brazo que tenía
libre para apretar su cuerpo contra el suyo y transmitirle seguridad. En los
últimos tiempos su chico había sido tan valiente como para atreverse incluso a
hacer aquella sesión de espiritismo con ellos, todo para ayudar a SeHun y
ZiTao... pero todo aquello era demasiado para él.
—Tranquilo —le susurró—. Yo estoy
aquí contigo.
JunMyeon asintió y se recargó en él,
buscando algo de seguridad al hacerlo, así que JongDae se prometió que haría
todo lo posible por no asustarse sucediera lo que sucediese porque debía
proteger a JunMyeon de todo aquello.
—¿Quiénes te asesinaron? —siguió
preguntando YiXing al fantasma.
Aquella vez tampoco tardó nada en
comenzar a moverse el vaso hasta formar las palabras: "Mis compañeros de
equipo". JongDae se figuró cuál iba a ser la pregunta de su amigo antes de
que este la realizara incluso porque era de lo más obvia, aunque también era la
única forma de llegar a conocer los motivos del fantasma por mantener
secuestrados a SeHun y ZiTao.
—¿Por qué?
El vaso comenzó a moverse
rápidamente por el tablero de nuevo y JongDae no pudo evitar ir murmurando las
letras una a una hasta que la frase estuvo formada.
—P-O-R-S-E-R-H-O-M-O-S-E-X-U-A-L.
—Dios mío... —jadeó Lu Han, que
parecía no creerse aquello.
—Ten en cuenta que aun estando en
pleno siglo XXI las relaciones homosexuales no están bien vistas —comentó
KyungSoo—. Imagina cómo sería en los '60.
—Pobrecillo —murmuró sin embargo el
chico.
—¿Por qué retienes entonces a dos
chicos homosexuales ahora? —preguntó YiXing al fantasma, sin dejar que los
comentaros de los demás arruinaran el ambiente que se había creado y asustaran
a Kim JongIn ahora que estaba siendo bastante cooperativo.
Una vez más, casi antes de que
YiXing terminara su pregunta el vaso comenzó a moverse, formando unas palabras
que JongDae sabía que aparecerían: "Por venganza".
KyungSoo se sentía bastante
asombrado por todo lo que estaba sucediendo en aquel sótano. Jamás había
pensado que algo como aquello pudiera suceder y además de su asombro tenía algo
de miedo por lo que el fantasma pudiera hacer o decir. Aun así, no quería
reconocerlo abiertamente ni buscar el cuerpo de ChanYeol como había hecho
JunMyeon con JongDae porque se sentía bastante violento con él desde que se
habían besado antes. A KyungSoo le había gustado aquel beso, pero estaba muy
confuso acerca de sus sentimientos por el mayor.
—Ellos son como tú, ¿por qué los
retienes?
La pregunta de YiXing lo sacó de sus
pensamientos y el movimiento del vaso formando la respuesta lo dejó de piedra:
"Quiero que sufran como yo. Quiero que todos vosotros sufráis como
yo".
KyungSoo estuvo tentado a retirar el
dedo del vaso inmediatamente, pero ChanYeol lo retuvo posando su otra mano en
su brazo. El chico se giró hacia él y vio en sus ojos oscuros una negación. No
podían retirar el dedo hasta que YiXing no lo indicara y tenían que hacerlo
lentamente.
—Creo que no vamos a conseguir nada
más de él hoy —murmuró YiXing—. Quiere venganza y hasta que no la obtenga no va
a parar. Parece estar bastante enfadado por su última respuesta —añadió—. Es
mejor que lo dejemos por hoy.
Los dedos comenzaron a ser retirados
lentamente del vaso hasta que ya no quedó ninguno sobre él y luego comenzaron a
recogerlo todo. KyungSoo se preparó para levantarse del suelo de hormigón
cuando de repente notó las conocidas manos de ChanYeol en su cintura, alzándolo
sin problemas. Se giró hacia él y éste lo miró con una sonrisa triste antes de
comenzar a seguir a los demás, que empezaban a salir del sótano. KyungSoo solo
había visto aquella mirada triste una vez en ChanYeol y había sido cuando lo
había decepcionado profundamente unos días atrás con lo de la pelea. En ese
momento, el chico decidió que no quería volver a ver aquella mirada triste,
significara lo que significase aquello en la conformación de su relación.
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