The Promise
Dos
niños corrían por un parque. La niña, de unos cinco años, con un vestido blanco
de tirantes con pequeñas margaritas bordadas por toda la falda, escapaba de un
niño de ocho, que la perseguía por el lugar. Jugaban al pilla pilla, reían,
tropezaban con todas las personas que había allí, pero no les importaba,
estaban felices y eso era todo. De repente, el niño la atrapó por la espalda y
la abrazó por la cintura, alzándola unos centímetros del suelo y dando unas
vueltas con ella en el aire mientras reía.
-Te atrapé- dijo.
-No es justo…- contestó la niña haciendo un
puchero.
-Soy mayor, corro más que tú- la dejó en el
suelo y ella se volvió hacia él.
-Algún día seré más grande que tú- dijo muy
convencida con una sonrisa maliciosa- y entonces te ganaré al pilla pilla y me
casaré contigo.
-Nunca serás mayor que yo- se burló
sacándole la lengua- pero cuando seamos más grandes nos casaremos- dijo más
serio.
-¿Lo prometes, YiXing?- la niña alzó su dedo
meñique.
-Lo prometo, Fabiana- y entrelazaron sus
dedos meñiques, haciendo una promesa para toda la vida.
Una promesa para toda la vida, una promesa
que no se cumpliría, una promesa que pesaba sobre el pecho de ambos porque
querían realizarla pero no podían, una promesa que los estaba consumiendo
lentamente.
YiXing yacía sobre la cama del hospital,
rodeado de tubos y de máquinas que pitaban, máquinas que decían que seguía
vivo, pero que poco a poco su vida se iba apagando. Fabiana lloraba, con la
cabeza apoyada sobre la cama en la que se encontraba él.
Trece años tenía ya YiXing en el momento en
el que llegó a casa de Fabiana con un regalo. No era el cumpleaños de la niña
de diez, pero aun así aceptó el regalo que él le ofrecía. Se sorprendió
muchísimo al ver que era un collar de cuentas de colores.
-Muchas gracias, pero ¿por qué?- preguntó
ella muy desorientada- no es mi cumpleaños.
-No es por eso boba- contestó él con la
mirada baja- es porque te quiero…- y le dio un pequeño beso en la mejilla, tras
el que salió corriendo, dejando a la chica sonrojada y con una amplia sonrisa
de felicidad.
YiXing abría los ojos lentamente y como cada
vez que lo hacía, veía el dolor en el rostro de su amiga, de su compañera y de
su amor de por vida. Alzó una mano hacia su rostro, acariciándoselo,
limpiándole las lágrimas que tanto daño les hacían a los dos. La chica tomó su
mano, aferrándose con fuerza.
-No llores, por favor…- pidió él- no llores
por mí.
-YiXing te amo…- susurró ella.
-Fabiana… sonríe… sonríe para mí estos
últimos días… quiero que seas feliz…
-No seré feliz si no es contigo…
Dos meses antes YiXing se había desmayado
durante un partido de fútbol con sus amigos. Todos ellos fueron a ayudarlo. En
donde jugaban el partidillo entre barrios no había ningún médico, por lo que lo
primero que hicieron fue cargarlo hasta el coche sin moverlo demasiado. Fabiana
fue con él durante todo el rato, hasta que llegaron al hospital y metieron a
YiXing en una sala a hacerle pruebas.
Pasaron mucho rato allí, los once amigos de
YiXing intentaban consolarla, los padres de ambos también. De repente, salió un
médico de la sala y lo explicó todo. Tenía un tumor maligno y debían
extirpárselo, pero estaba en un lugar de difícil acceso y en la operación
peligraba su vida, pero si no se lo extirpaban, moriría.
Fabiana corría por el hospital. Le daba lo
mismo que el personal la regañara, sólo que ría llegar lo más pronto posible al
lugar. Los padres de YiXing la habían llamado diciendo que en cuanto ella se
fue el día anterior para ducharse y descansar, él había pedido que le hicieran
la operación.
La espera. La espera la estaba matando por
dentro. No había ni una sola noticia de él, y ya llevaban cinco horas dentro de
aquel quirófano. Cuando el doctor salió, todos se levantaron rápidamente y
fueron hacia él.
-¿Cómo está?- preguntó Fabiana muy
angustiada. El silencio del médico le hizo pensar en lo peor, pero luego el
hombre esbozó una pequeña sonrisa.
-Se pondrá bien- y la chica pudo respirar
tranquila de nuevo después de dos meses.
-oooOOOooo-
La chica se adentró en la habitación de él
lentamente, intentando no hacer ruido para no despertar al chico que dormía en
la cama blanca tranquilamente, o eso parecía, porque él abrió sus ojos, nada
más la sintió a su lado.
-Fabiana…- susurró- podré cumplir… la
promesa que te hice…
-Estás muy loco- dije.
-Por ti, te quiero.
-Yo también te quiero.
eso fue super cute ;_;
ResponderEliminarWow, no sabía que tenía aquí estos comentarios
EliminarQue bonito ;3;
ResponderEliminarMe halaga mucho encontrarlos porque no me había dado cuenta
Eliminarque hermoso :,)
ResponderEliminarMe alegra que os gustara a todas ^^
EliminarTTnTT hermoso unicornio <3
ResponderEliminarEl unicornio sobrevivirá <3
Eliminar