viernes, 21 de diciembre de 2012

Yours Baby


Yours Baby


   Allí se encontraba la causa de mis torturas, como siempre, y yo, no podía hacer nada más que admirarlo, admirar su belleza, admirar cómo hablaba con su chico, pensando que era yo, admirar cómo besaba aquellos labios, que fervientemente deseaba que fueran los míos. Todo era así, desde que lo había visto entrar en la cafetería en la que trabajaba.

   -Vamos, HanKyung, deja de estar en las nubes- me regañó mi jefe.
   -¿Eh?- lo miré sin entender hasta que mi mente tradujo sus palabras- sí, lo siento mucho, JungSoo hyung- hice una reverencia y volví a mi trabajo.

   Siempre era lo mismo. Llevaba sufriendo por todo esto desde hacía un par de meses. Me desvelaba por las noches pensando en él. Cuando dormía, soñaba con él y cuando estaba en el trabajo, me distraía constantemente, más cuando él entraba al lugar, contoneándose y siendo tan jodidamente sensual. La verdad, lo estaba pasando mal, muy mal.

   De repente, unos gritos me alertaron y me giré al reconocer la voz, era su voz. Él estaba de pie frente a su novio, tenía sus puños apretados, el cuerpo le temblaba ligeramente, y las lágrimas caían de sus ojos.

   -No puedes hacerme esto- lo escuché decir- no, no, SiWon, no me dejes- abrí los ojos como platos, ¿estaba cortando con él? Una extraña sensación se apoderó de mi cuerpo. Tenía ganas de pegar a ese tipo, pero por otro lado estaba muy feliz.
   -Lo siento, pero es lo mejor para los dos…
   -No, por favor…- se agarró al brazo del otro chico, pero éste negó con la cabeza- te lo suplico…
   -Lo siento…

   Se soltó del agarre y se levantó dirigiéndose al mostrador a pagar lo que ambos habían tomado, y salió del lugar, dejando a aquella persona que ocupaba mi corazón, destrozado, llorando ya sentado, con la cabeza sobre la mesa. Miré a mi jefe para pedirle permiso para acercarme y éste asintió con la cabeza, entonces me dirigí hacia él.

   -¿Se encuentra bien, señor?- pregunté y él alzó la cabeza, mirándome mal.
   -¿Acaso no es obvio que no?- bufó como un gato airado.
   -Lo siento…- me puse nervioso y comencé a titubear, saliéndome así un par de palabras en chino- lo siento- volví a decir cuando me medio controlé- solo quería ayudarlo…
   -Si quieres ayudarme, mata a ese gran hijo de puta- propuso con una sonrisa macabra que me hizo sentir escalofríos- el mundo estaría muchísimo mejor sin él.
   -No creo que sea lo correcto matar a alguien- dije- el asesinato no soluciona los problemas, los aumenta y agrava- él me miró con un brillo en los ojos que no pude identificar- pero si puedo ayudarlo de alguna otra manera…
   -Ayúdame.

   Sonreí y él me devolvió una media sonrisa. Jamás podría habérseme ocurrido en ese momento que ayudar a la persona que ocupaba mis pensamientos, me iba a hacer sentir más mal y más miserable de lo que ya me sentía.

   Kim HeeChul, que así era cómo se llamaba, me estaba utilizando como su juguete sexual para poder olvidar a su antiguo novio. Del sexo no me quejaba, era lo que siempre había deseado, poder metérsela hasta el fondo. Pero me quejaba de su actitud fría para conmigo, antes, durante y después de hacerlo. Sólo me utilizaba, pero yo quería algo más, desde que lo vi la primera vez, siempre lo había querido. Quería llegar a su corazón. Quería quitarle esa capa de hielo que se había instaurado a su alrededor, y envolverlo con mi calor.

   -HeeChul…- susurré cuando él me tiró sobre la cama y se sentó sobre mí.
   -¿Hum?- comenzó a desabrochar los botones de mi camisa.
   -Quiero decirte algo…
   -Dime- acabó de desabrochar los botones y pasó las manos por mi torso hasta llegar a mis hombros y deslizar la camisa por mis brazos.
   -Para- le cogí las manos.
   -¿No puedes hablar mientras te toco?- dijo alzando una ceja.
   -Sí, pero quiero que prestes atención- contesté y él se zafó de mi agarre cruzándose de brazos.
   -Habla.
   -Te amo, HeeChul- sus ojos se abrieron a más no poder durante unos momentos, y luego esbozó una sonrisa de satisfacción.
   -Ya sabía yo que este día llegaría- dijo- nadie se puede resistir al gran Kim HeeChul- su ego había salido a la luz, su maldito ego- pero déjame decirte, que esta gran persona no volverá a ser de nadie- entorné los ojos.
   -Eso ya lo veremos…

   Lo giré y lo dejé tumbado sobre el colchón, conmigo encima. Me miró asustado, y yo le acaricié el rostro de la forma más dulce que pude, después, comencé a besar sus labios, lentamente, sin prisa, sólo ejerciendo una leve presión sin profundizar, sin llegar más allá, moviendo mis labios sobre los suyos, delicadamente. Mi mano derecha acariciaba su mejilla y mi mano izquierda, recorría su torso, por encima de su camisa, desabrochando los botones, tocando al hacerlo su suave y blanca piel.

   -Te amo…- susurré al separarme de sus labios y bajar a su cuello, recorriendo su mentón, la línea apenas marcada de su mandíbula, besando casi sin besar, rozándolo sólo como el ala de una mariposa- te amo…- terminé de desabrochar la camisa y la abrí, retirándola a sus costados para tener mejor acceso.

   Dejé su cuello y recorrí su pecho, lamiendo un poco sus pezones, soplándolos y besándolos, viendo cómo la persona a la que amaba, se arqueaba ante el contacto y jadeaba. Mis manos se dirigieron hacia la parte baja de su cuerpo y comenzaron a retirarle todas las prendas, dejándolo sin nada que tapara su miembro, levemente despierto. Mis labios bajaron, besando su abdomen, entreteniéndose en su ombligo y jugueteando con mi lengua en él, después me levanté y lo volví a besar en los labios, esta vez más demandante, pidiendo acceso a su boca, rozando sus labios con mi lengua, y luego introduciéndome en el interior de aquella cavidad y jugando con la lengua ajena.

   -Te amo…- dije al separarme para coger aire. Él iba a contestar algo, pero no lo dejé. Mis manos rápidamente volaron sobre su miembro y comenzaron a tocarlo, sacándole suspiros y gemidos de esos labios tan deliciosos. Cuando su pene estuvo erecto, dejé de tocarlo y me incliné sobre él, para darle una serie de lamidas desde la base hasta la cabeza, y jugando con sus testículos. Sentía el sabor del pre-semen en mi boca cuando me separé de él y me levanté de la cama. HeeChul tenía cara de reproche, pero lo ignoré y me quité rápidamente la ropa, volviendo después a la cama- te amo…- le abrí las piernas y coloqué mi cuerpo entre ellas. Mis manos buscaron su entrada y la encontraron caliente y dilatada, producto de nuestra sesión de sexo salvaje de la noche anterior. Me incliné sobre él y comencé a besarlo dulcemente a la vez que lo penetraba. Dio un quejido de dolor que inmediatamente después se transformó en un gemido- te amo…- comencé a embestirlo, lentamente al principio, entrando y saliendo casi del todo en aquella cavidad. Escuchaba sus gemidos en mi oído, mi nombre saliendo una y otra vez de sus labios. Sentía sus dientes contra la piel de mi hombro, mordiéndome, sentía sus uñas clavarse en mi espalda. De repente, él se arqueó a la vez que un sonoro y ronco gemido que me hizo abrir los ojos de par en par, mientras su semen bañaba nuestros estómagos.
   -¡HanKyung!- fue lo que gritó en medio de aquel éxtasis.
   -Te amo- susurré contra sus labios. Los espasmos de su cuerpo apretaban mi miembro en su interior de una manera tan deliciosa que cuando sentí que iba a correrme, tras embestir un par de veces más, salí de él y lo hice sobre las sábanas, cayendo luego sobre él, besando y lamiendo su cuello mientras me reponía, dispuesto a marcarlo en un lugar visible para que todo el mundo viera que era mío, pero él no era mío.
   -HanKyung… soy… tuyo…- lo escuché decir mientras sentía sus manos sobre mi cabeza, enredando sus dedos en mi pelo- me da… igual todo… quiero ser tuyo…
   -HeeChul…- dije alzando la cabeza- yo…- pero él me calló con un beso dulce, tierno, como los que le había dado mientras hacíamos el amor.
   -No digas nada…
   -Pero…
   -Ya has dicho demasiado hoy…- volvió a rozar mis labios con los suyos- te felicito… has conseguido hacer caer al gran Kim HeeChul…- me miró a los ojos tiernamente, de una manera que nunca antes había visto- te amo HanKyung… sé mío…
   -Soy tuyo desde siempre… te amo…


2 comentarios:

  1. Has conseguido hacer caer al gran Kim Heechul jajaja. Shippeo demasiado a esta pareja.

    Te vuelves a releer las cosas que has escrito? Como te sientes al respecto? Porque... me imagino, y bueno.. me has dicho, que escribias horrible jjaja. Pero todo es malo? O te gusta algo mucho mucho?

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    Respuestas
    1. Sí!! El gran Kim HeeChul debía caer (?) LOL Son/Eran muy cucos ^^
      Sí, de vez en cuando me releo algunas cosas cuando estoy sin ideas y/o desocupada. Pues dependiendo del tiempo que tenga la historia y de cuánto me esforcé en el momento por ella. No me siento muy bien con muchos de mis fics de antes del verano de 2013, pero algunos de ellos sí que me siguen gustando y que me provocan recuerdos bonitos y eso. No todo es malo, aunque la redacción es mejorable y mi yo de ahora veces quieres sacarse los ojos por algunas cosas que escribí XD
      Ayer, Hoy, Mañana; Wo Ai Ni; Amante Secreto, Profe Indiscreto... Son de mis primeros fics y, aunque están fatal expresados, me siguen trayendo buenos recuerdo (de hecho el último quiero reescribirlo haciéndolo bien).

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