Mi achuchable osito de peluche

Título: Mi achuchable osito de peluche

Pareja: KaiGi (Kai x SeulGi) (REDEXO – Red Velvet x EXO)

Clasificación: G

Géneros: romance, humor, fluff

Número de palabras: 2.278 palabras

Resumen: Kim JongIn y las chicas nunca se habían llevado bien (y todo era debido a que era demasiado tímido y huía de ellas) pero cuando llegó Kang SeulGi con un osito de peluche a su vida todo cambió.

Avisos: demasiada ternura os puede hacer vomitar arcoíris y unicornios, leedlo bajo vuestra responsabilidad, luego no me echéis a mí las culpas de vuestras subidas de azúcar.

Notas: historia escrita para celebrar el cumpleaños de SeulGi. Felicidades mi niña preciosa (en realidad la debería tratar con respeto, es mayor que yo, pero es tan cuqui que no puedo hacerlo).

Aclaraciones: JongIn y SeulGi son amigos desde antes de que debutara el chico y tienen algunas fotillos juntos y aw~ ¡que digan ya que están saliendo! *reza para que sus deseos de shipper sean concedidos como le pasó con BaekHyun y TaeYeon*.

Comentario de autora: debido a que ambos protagonistas parecen dos ositos de peluche achuchables, no he podido resistirme a hacer esto. En fin, me dejo de gilipolleces y os dejo leer. Espero que os guste <3

            JongIn siempre se ha llevado bien con ChanYeol, porque… ¿quién no se lleva bien con él? Es un chico que contagia su sonrisa a todo el mundo y al que le gusta integrarse en cualquier lugar. Pero, a veces, el chico desea tirarlo por las escaleras que conducen al sótano donde se encuentran algunas de las salas de práctica. Generalmente, JongIn no tiene muchos pensamientos homicidas, pero en los últimos tiempos ha comenzado a desarrollarlos porque aunque ChanYeol sea un gran tipo, también es muy pesado.

            El mayor lleva muchos meses acosándolo con que debería tener novia y salir de vez en cuando, vivir su vida y perder su virginidad, pero lo único que JongIn quiere es ensayar y ensayar para poder mejorar y así debutar en un grupo lo más pronto posible, como le ha pasado a su mejor amigo TaeMin. Por este motivo, más de una vez ha pensado que un “desafortunado accidente” sería algo bueno para su tranquilidad. No obstante, con la cabeza fría lo piensa y sabe que un asesinato lo llevará a la fama, pero no es esa clase de fama la que desea.

            Así que, normalmente lo ignora. Sin embargo, ChanYeol tiene otro nombre por el que es conocido y ese es el de cansino, por lo que hay días, como ese, en los que de verdad JongIn quiere tirarlo por las escaleras porque es demasiado incluso para él.

            —Ven al karaoke esta noche conmigo, Nini —le dice—. Habrá muchas chicas que rondan tu edad allí y lo mismo encuentras a alguna dispuesta a acostarse contigo. Eres guapo, deberías sacarte partido y llevártelas de calle, como hago yo.

            —No tengo tiempo para eso, ChanYeol —le contesta. Hace tiempo que los formalismos entre ellos han dejado de ser importantes y ninguno de ellos lo echa de menos, así puede mandar a la mierda al mayor cuando quiera sin que este se le ofenda demasiado.

            —Deberías dejar de ensayar tanto o cuando tengas veinte años estarás como un viejo de sesenta —reprocha el chico. Ha comenzado a dar el estirón y ahora es un poquito más alto que JongIn, así que este deja de hacer el movimiento que lleva practicando un rato y que aún no le sale del todo fluido para alzar su cabeza y poder mirarlo a los ojos.

            —No quiero ir, ChanYeol, ¿cuántas veces te lo voy a tener que decir? —cuestiona. A pesar de tener tan solo quince años y de ser un chico más bien infantil, esboza una expresión seria en su rostro que hace que el mayor le ponga morritos e intente comprarlo con aegyo.

            —Oh, venga, lo pasaremos bien —rezonga, colgándose de su brazo—. Y Kang SeulGi vendrá también.

            JongIn se queda helado al escuchar el nombre de aquella chica, pero también decide desde ese momento que, pase lo que pase, no irá esa noche al karaoke con ChanYeol.

~.~.~

            Horas después, Kim JongIn se halla sentado en uno de los sofás de una ruidosa sala de karaoke en la que han metido bebidas alcohólicas (cortesía de los mayores de edad que las han comprado y escondido para poder entrarlas allí) y justo al lado de SeulGi, que lo mira de vez en cuando de reojo y eso hace que se ponga muy nervioso.

            El chico nunca se ha llevado muy bien con las chicas, generalmente huye de ellas porque es demasiado tímido, y ha pensado varias veces huir desde que entró en aquel lugar, pero no ha podido llevar a cabo su plan y está frustrado. No sabe qué es lo que le pasa, pero con SeulGi, sus ganas de escapar aumentan y no es porque la chica le haya hecho nada malo (puede que solo hayan intercambiado un par de frases largas desde que ambos entraron a la empresa en el 2007), de hecho, se evitan lo máximo que pueden. Y eso hace que JongIn se sienta confundido.

            —¿Quieres cantar? —el chico oye aquella pregunta por encima del gentío y se gira para ver a SeulGi con el panel en el que se eligen las canciones en su mano. JongIn niega con la cabeza, incapaz de contestar algo porque siente su garganta muy seca de repente—. Oh, vale —murmura ella antes de centrarse en el aparato, frunciendo su ceño y sus labios en un gesto adorable.

            JongIn niega con la cabeza porque de repente le ha parecido adorable una cosa que es normal que la gente hace al concentrarse y siente su garganta más seca que nunca. Por eso el chico agarra una de las latas que se amontonan sobre la mesa y bebe para calmar su sed. La cerveza es amarga en su boca, pero muy refrescante, y el chico bebe y bebe hasta que un agradable zumbido se instala en su cabeza y decide que es mejor que no coja la segunda lata o puede acabar muy mal la noche.

~.~.~

            Un par de semanas después, JongIn está harto de ver las fotos que ChanYeol le hizo con su móvil de última generación cuando estaba un poco borracho y por encima de su piel morena se veía claramente el sonrojo provocado por el alcohol. Así que se va, dejando al mayor riéndose escandalosamente a la hora de comer y se esconde en un lugar en el que cree que nadie lo va a encontrar: un recoveco al final de uno de los pasillos de la empresa en el que hay una puerta que guarda el cuarto de las escobas.

            El chico se sienta en el suelo e intenta calmar sus instintos asesinos de nuevo, pero le es imposible estar completamente a gusto porque antes de lo que esperaba, alguien lo encuentra.

            A JongIn se le acelera el corazón al ver a Kang SeulGi, mirándolo con una expresión interrogante en aquel rostro que le recuerda rilakkuma, a un osito de peluche achuchable y que, de hecho, la chica aprieta fuertemente entre sus brazos.

            —JongIn… ¿qué haces aquí? —le pregunta. El chico mira hacia abajo porque siente que sus mejillas arden y no quiere que ella lo vea así—. ¿Algún problema con algún profesor? Porque si es eso creo que no deberían regañarte, eres el mejor bailarín que he visto en mi vida.

            JongIn está seguro de que esa es la frase más larga que SeulGi le ha dirigido en los dos años que llevan siendo aprendices de la empresa y también está seguro de que debe contestarle también algo con más o menos los mismos caracteres.

            —No… —comienza—. Es simplemente ChanYeol, que no para de darme la lata con algunas cosas —explica y, tras unos segundos de silencio, añade—: y gracias por pensar eso, creo que aún tengo mucho que mejorar.

            Ella le sonríe, un poco tímida, y JongIn siente que su corazón puede estallar en cualquier momento por lo rápido que va. El chico puede que sea un poco lento para entender las cosas, pero sabe que probablemente, SeulGi le haga tilín y quiere huir… pero a la vez quiere quedarse y hablar con ella, saber más, conocerla y, en un futuro, poder ser amigos, quizás. JongIn piensa que ha malgastado dos años de su vida huyendo de SeulGi, pero ya no quiere hacerlo más.

            —Tú cantas muy bien.

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            No pasan muchos días antes de que ChanYeol se dé cuenta de que JongIn ha comenzado a acercarse a SeulGi y el chico tampoco tiene que esperar demasiado para escuchar sus consejos sobre cómo tratar a las chicas (que, por supuesto, no va a utilizar) y soportar sus bromas al respecto. Kim JongIn a veces quiere que de repente se abra un agujero en la tierra justo bajo los pies de ChanYeol y que este caiga por ahí hasta el centro de la tierra, un lugar muy calentito del que no pueda escapar.

            —La verdad es que creía que eras gay —le comenta—, porque si hay algo que me enseñó la película Billy Elliot es que los tíos que hacen ballet son gays… pero ahora que estás acercándote a Kang SeulGi creo que me siento un poco más tranquilo.

            —No todos los que bailan ballet son gays, ChanYeol —le replica—. A mí me gustan las mujeres.

            —Cualquiera lo habría dicho, huyes de ellas.

            —Eso es porque es muy tímido —dice JunMyeon, que ha estado escuchando la conversación de ambos chicos y no ha podido evitar inmiscuirse en sus asuntos (como siempre)—. ¿Verdad JongIn?

            —Dejadme en paz ya los dos.

            Quizás ha sido algo irrespetuoso con sus mayores, pero en serio odia que lo molesten con aquellos temas y ChanYeol ya es demasiado pesado como para que ahora se le una JunMyeon también.

~.~.~

            Kang SeulGi entra en su vida sin prisa pero sin pausa. Hablan de vez en cuando, los días que sus horarios de clases coinciden y también en otras ocasiones al cruzarse por los pasillos. A veces, quedan en alguna sala y JongIn le muestra a la chica los pasos de baile de alguna de las canciones de sus sunbaes mientras que ella le canta otras y él cree que algún día le gustaría formar parte de alguna actuación junto a ella, cuando los dos hayan debutado.

            También se ha sorprendido varias veces mirándola a lo lejos y quedándose embobado al verla caminar o hacer pucheros en su rostro, alrededor de alguna de las chicas con las que se lleva bien y que ha intentado presentarle en más de una ocasión, pero como siempre, JongIn sigue huyendo de las mujeres y no ha podido hacerlo por el momento. El chico sabe que se siente atraído por ella y los sueños eróticos que tiene por las noches se lo confirman al cien por cien.

            Sin embargo, sigue siendo un chico tímido que jamás daría el primer paso porque no está para nada seguro de que SeulGi pueda sentir algo por él.

~.~.~

            Es la chica quien un día de principios de 2010, el día del cumpleaños de JongIn, da el primer paso y se acerca a él con la intención de darle un regalo. El chico no sabe cómo ha podido averiguar cuando es su cumpleaños y lo achaca a que ChanYeol es un bocazas porque no encuentra otra explicación más plausible que esa.

            —Espero que te guste —dice SeulGi y JongIn está seguro de que aunque sea una cosa completamente horrorosa le gustará porque se lo ha dado ella. Sin embargo, cuando rompe el papel de regalo y descubre un peluche de rilakkuma en una caja de cartón, el chico cree que es lo mejor que ha recibido en toda su vida—. ¿Te gusta? —pregunta ella al ver que no le responde—. Si no es así yo…

            —Me encanta —la corta—. Es absolutamente precioso —ver la sonrisa que se extiende en el rostro de la chica hace que JongIn se sienta un poco valiente y añada—: la verdad es que me recuerda a ti.

            En ese momento, sus miradas se encuentran y ambos se sonríen tímidamente antes de apartar sus ojos de los otros por vergüenza. Sin embargo, JongIn siente las manos de la chica tomando una de las suyas y jugando con sus dedos.

            —La verdad es que lo compré para que tuvieras algo que te recordara a mí —el chico conecta sus ojos de nuevo con los de SeulGi y ve que un sonrojo precioso se ha extendido por sus mejillas y que le parece más guapa que antes, aunque eso pudiera parecer imposible—. Me gustas, JongIn.

            Escuchar aquellas palabras de los labios de la chica hace que la valentía que siente desde hace unos momentos aumente y que corra por sus venas, invitándolo a hacer algo que nunca antes se ha atrevido a hacer. Con lentitud, y vigilando que SeulGi no quisiera apartarse, el chico se acerca a su rostro parecido al del osito de peluche hasta que sus labios chocan contra su mejilla y le da un breve beso.

            —Tú también me gustas —susurra, apretando la caja en la que sigue guardado el peluche como si fuera realmente la chica que se lo ha regalado y teniendo muy presente que no se va a separar de este porque de esa manera es como si tuviera siempre entre sus brazos a la verdadera SeulGi.

Notas finales:

—Foto predebut para que los shippeis a gusto, como hago yo (son tan adorables~ <3). PD: SeulGi es la chica que sale en el centro.