Tengo frío (así que mantenme caliente)

Título: Tengo frío (así que mantenme caliente)

Pareja: TaoKai (Tao x Kai) (EXO)

Clasificación: PG

Géneros: romance, fluff

Número de palabras: 1.114 palabras

Resumen: durante el fansign al aire JongIn tiene demasiado frío y Tao se convierte en su estufa humana.

Notas: todo vino a mi mente a raíz de este vídeo del fansign de Nature Republic el 31/01/2015 y después de una noche sin dormir.

Comentario de autora: cuando se trata de TaoKai necesito realmente poco para inspirarme y desde que empezó el 2015 han tenido muchos momentos juntos y yo ya no podía ir dejando pasar más sin escribir nada sobre estos dos cuquis. Espero que os guste ^^

            Acabábamos de volver de la última gala, de hecho, no hacían más que unas pocas horas que habíamos pisado de nuevo Seúl cuando ya estábamos siendo llevados la mayor parte de nosotros a una firma de Nature Republic. Éramos las caras de aquella marca de cosméticos desde hacía más de un año y, de vez en cuando, teníamos que hacer aquello para la promoción de las cremas y demás cosas que vendían. Normalmente hacía las cosas con gusto, pero en aquel momento lo único que quería era llegar al piso y meterme en mi cama a dormir.

            Estaba muy cansado y, además, comenzaba a sentirme mal, con dolor de cabeza y un poco de congestión nasal, así que no dudé en ponerme una mascarilla para no contagiar a nadie más porque el resfriado probablemente me lo había pegado MinSeok hyung, quien no había podido asistir el día anterior a la gala de los Gaon Chart Awards por este motivo, pero que ahora se encontraba en el fansign con JunMyeon hyung, JongDae hyung, ZiTao y conmigo.

            Hacía demasiado frío en la ciudad y el abrigo que llevaba no era muy caliente, así que, aunque tenía un montón de bolsas de calor por todo mi cuerpo y, sobretodo en mis manos, no conseguía entrar en calor y sabía que eso me iba a pasar factura y que el resfriado iba a ir a peor, pero no podía hacer nada más que esperar a que todo terminara lo más rápidamente posible. Todos estaban muy metidos en lo que había que hacer para terminar pronto y volver a casa, donde estaríamos calentitos. Sin embargo, noté cómo ZiTao estaba bastante pendiente de mí en todo momento y eso me hizo bastante feliz.

            En un momento, temblé de frío sin poderme contener y él se inclinó hacia mí para susurrarme al oído:

            —¿Estás bien, Nini? —asentí lentamente, pero él no me creyó—. De verdad, hoy no pareces estar bien y, además, tienes mucho frío, cuando tú siempre eres como un horno andante.

            —Creo que me estoy resfriando —le confesé.

            —En cuanto lleguemos a casa métete bajo las mantas y no salgas de ahí —murmuró—. Yo te cuidaré.

            Sonreí por sus palabras aunque él no lo pude ver porque llevaba mi boca cubierta con una máscara negra para no contagiarle mis virus a nadie y después continué con lo que estábamos haciendo para terminar lo más pronto posible. Una hora más tarde, o así (perdí consciencia del tiempo que pasamos allí en el frío ambiente de la ciudad de Seúl), finalmente nos levantamos de aquellas silla en las que llevábamos demasiado tiempo sentados para decir unas palabras y por fin largarnos.

            Estando de pie y dándome el aire frío en todas las partes de mi cuerpo, calándome la ropa, me hizo tener incluso mucho más frío que antes. Sin embargo, ZiTao se presentó voluntario, sin que yo se lo pidiera, para mantenerme caliente. Pasó su brazo por mis hombros durante algunos segundos para que sintiese el calor de su cuerpo varias veces y otras me agarró del brazo y me apretó contra él, haciendo ver que estábamos helados.

            El evento terminó poco después y nos despedimos de las fans que también habían aguantado aquel frío de mil demonios. No tardé demasiado en meterme en la furgoneta que tenía la calefacción puesta y no me quejé en absoluto cuando fue ZiTao quien se dejó caer a mi lado en los asientos de atrás y me apretó fuertemente contra su cuerpo. Sonreí debajo de la máscara que llevaba y recargué mi cabeza en su hombro, dejando que el calor que manaba de él me calentara a mí también.

            —Gracias —murmuré.

            —¿Estás calentito o necesitas más? —preguntó en un tono de voz igual de bajo.

            —Por ahora estoy bien…

            No obstante, a pesar de mi respuesta, él hizo que me pegara mucho más a su cuerpo para poder rodearme completamente con sus brazos y nos echó una manta por encima. El trayecto a casa no duró mucho, pero dormité durante un buen rato en los brazos de ZiTao porque allí me sentía demasiado bien. Cuando tuve que salir del coche al frío garaje casi me da algo y me abracé a mí mismo con fuerza para mantener el calor que ZiTao me había proporcionado, pero no tuve que hacerlo más que dos segundos porque él volvió a abrazarme de forma protectora hasta que entramos en el apartamento.

            Los demás ya se encontraban allí cuando nosotros entramos, algunos estaban en sus habitaciones y otros en el salón, pero no me fijé bien quienes, ni siquiera saludé a mis mayores y simplemente pasé de largo, acompañado por ZiTao a mi habitación. El piso tenía calefacción, pero seguramente la habrían puesto los otros miembros cuando llegaron y no debería de hacer mucho tiempo, porque todavía no había calentado el ambiente, así que fue una verdadera tortura desnudarme y luego ponerme el frío pijama para meterme entre las frías sábanas.

            —¿Necesitas algo? —me preguntó ZiTao, agachándose a mi altura y retirándome el flequillo de la frente para poder mirarme correctamente a los ojos—. ¿Una pastilla? ¿Vitaminas? ¿O algo? —negué con la cabeza. Solo necesitaba dormir y una fuente de calor para recuperarme.

            —Sólo entra a dormir conmigo —murmuré.

            ZiTao sonrió y me indicó que esperara unos segundos mientras iba a su propia habitación para quitarse la ropa y ponerse el pijama antes de volver conmigo. Aproveché ese tiempo que tardó para acomodarme en la cama y para hacerle un poco de hueco porque esta no era muy grande, pero eso no me importaba, lo único que necesitaba era el cuerpo de ZiTao pegado al mío y para aquel menester la estrecha cama era perfecta. El chico volvió unos minutos después con su pijama ya puesto y se metió conmigo bajo las sábanas. El calor me inundó al instante y sonreí satisfecho.

            —Buenas noches, Nini —susurró contra mi nuca.

            —Buenas noches, Zizi —respondí bostezando, adentrándome a un calentito y completamente reparador mundo de los sueños.