Capítulo
4
Inseguridades
JongIn se despertó aquella mañana
solo porque escuchó algunos golpecitos rítmicos en el cristal de la ventana.
Con los ojos todavía sin abrir del todo y caminando por la superficie un poco
tambaleante del barco en el que se encontraba, se acercó a la ventana circular,
pero para poder llegar hasta ella y abrirla tenía que subirse a la cama de su
compañero de habitación, que dormía a pierna suelta sobre esta, sin enterarse
de los golpecitos. Por eso, simplemente se montó sobre él, despertándolo en el
proceso y abrió la ventana, dejando que la lechuza NaEun entrase en el camarote
y se posase sobre su jaula, mostrando la carta que llevaba su pico.
—Kim JongIn, te voy
a matar —escuchó murmurar a TaeMin, pero no le hizo ningún caso y se quiso
bajar de la cama. Sin embargo, cuando intentó hacerlo, su amigo no lo dejó,
agarrándolo del pie y, al final, JongIn acabó dándose de bruces contra el suelo
de madera—. Por las barbas de Merlín, ¿por qué te me subes encima?
—NaEun —señaló el chico desde el
suelo, frotándose con la otra mano su nariz chata, en donde se había llevado
todo el golpe—. Ha traído la respuesta de mis padres y tenía que abrirle la
ventana.
—¿La habías enviado tú? —cuestionó
su amigo, mientras el otro gateaba hasta donde se había posado la lechuza y
extendía la mano para que le dejara la carta
—¿Quién sino? —dijo—. Obviamente era
yo, no iba a ser JunMyeon, que ni sabrá que tienes una lechuza.
—¿Y yo qué sé? —tras escuchar estas
palabras, JongIn dedujo que todavía era demasiado temprano para que su amigo coordinara
bien y que era mejor dejarlo estar antes de que este siguiera diciendo una
tontería tras otra.
Al ver que NaEun no dejaba la carta
en sus manos a no ser que se acercara más, el chico se levantó del suelo y le
quitó cuidadosamente el pergamino a la lechuza del pico, que protestó,
pidiéndole algo de comer. JongIn se giró y buscó las golosinas del animal por
el lugar y cuando las encontró le dio unas cuantas y luego le acarició la
cabeza. Era una buena lechuza y muy bonita. Después de esto, se dirigió hacia
su cama y se sentó en ella para abrir la carta de sus padres.
Querido
Nini,
No
sabes cuánto nos alegra que hayas sido elegido para representar a Hogwarts en
el Torneo de los Tres Magos, es un gran honor para la familia Kim. Sin embargo,
también estamos bastantes preocupados por tu seguridad ya que es algo muy
peligroso. Esperamos que puedas hacerlo correctamente y si necesitas ayuda con
algo, no dudes en pedírsela a tus mayores, no estás solo en esto.
Nos
gustaría ir a verte competir, pero el Instituto Durmstrang está demasiado lejos
y no podemos permitirnos los billetes de avión, pero intentaremos ahorrar para
estar contigo en la última de las pruebas.
Recuerda
que tanto tu madre como yo te queremos mucho.
PD: deja
de enviar esos malditos bichos – mamá.
JongIn se sentía muy inseguro desde
que había recibido la noticia de que sería uno de los campeones, pero tras leer
las palabras de sus padres y el orgullo que sentían se notó un poco mejor.
Incluso aquella posdata de su madre en la que le pedía aquello lo había hecho
sonreír, cosa que no hacía desde algunos días atrás.
—¿Por qué no vienen
tus padres con un traslador o con polvos flu? —cuestionó TaeMin, leyendo la
carta por encima de su hombro. JongIn rápidamente dobló el papel y miró a su
amigo, con los ojos como platos y el corazón bombeándole sangre a toda
velocidad.
—Bueno… a mi madre
nunca le han sentado bien ese tipo de viajes… —comentó—, se pone muy enferma
cuando hace uno.
—Tu madre debe ser una bruja muy
débil —dijo el otro.
—No… simplemente… está delicada de
salud.
TaeMin pareció aceptar aquella
respuesta y se retiró de nuevo a su cama para seguir durmiendo como si nada de
aquello hubiera sucedido. JongIn maldijo internamente por no ser capaz de
decirle muchas de las verdades de su vida a su mejor amigo solo por lo que este
podría llegar a pensar de él.
★★★
JongIn aprovechó aquella tarde en la
que se cruzó con la directora McGonagall para hablar con ella sobre el asunto
que lo estaba llevando por la calle de la amargura. Probablemente la Copa
hubiera visto algo en él, un potencial que ni él mismo sabía que pudiera tener,
pero precisamente por eso, como no sabía cuál era, necesitaba un poco de
consejo para ver qué era lo que debía hacer.
—¿Directora? —la
llamó para que no pasara de largo en aquel estrecho pasillo del interior del
barco.
—Señor Kim —lo saludó ella—. ¿Quería
algo?
—Sí, la verdad es que sí —respondió.
—Dígamelo rápido, tengo algunas
cosas que hacer.
—No sé qué hacer para prepararme
para el Torneo —reconoció, agachando su cabeza, un poco avergonzado.
—Eso es algo que no sabe ni usted,
ni los otros dos participantes —contestó la mujer, severamente—. El Torneo de
los Tres Magos lo pone a prueba de diferentes maneras para sacar a relucir cada
una de sus habilidades, señor Kim, y solo debe seguir su instinto y sobrevivir
—el chico asintió—. Muy bien, si me disculpas, debo hacer algunas cosas —tras
decir esto, la directora McGonagall siguió su camino, sin haberlo ayudado en lo
más mínimo.
JongIn se sintió un poco
decepcionado, pero quizás la mujer lo había hecho de esa forma porque por el
reglamento no podía ayudar al representante de su colegio. Eso fue lo que se
obligó a pensar el chico para no hundirse de nuevo, porque tenía que ser fuerte
por sus padres, ser fuerte para que se sintieran orgullosos.
★★★
Varias semanas antes de que la fecha
de la primera prueba se fijase en el calendario escolar, JongIn tuvo que
asistir con los demás campeones a una entrevista obligatoria que debían hacer
los tres chicos para darse a conocer en el mundo mágico y para generar
expectación por el Torneo de los Tres Magos, que llevaba sin celebrarse desde
la participación del mismísimo Harry Potter, dieciséis años atrás, cuando
JongIn ni siquiera había nacido.
(El chico se había informado y se
había enterado de que Harry Potter había sido aquel que había vencido al Señor
Oscuro y que había salvado al mundo mágico de una era de oscuridad y de magia
negra. Lástima que jamás hubiera viajado a Durmstrang para deshacerse de esta
magia que poblaba el ambiente y que a veces no lo dejaba respirar con
normalidad).
JongIn fue guiado por los pasillos
del Instituto Durmstrang por su directora hasta llegar a una estancia que el
chico no había visto nunca, aunque no era de extrañar porque no llevaba ni un
mes en aquel castillo y cuando había estado dando vueltas con TaeMin, hasta que
este se perdió, y luego con ZiTao, intentando encontrarlo, no lo vio todo. La
mujer lo dejó allí, junto a los demás campeones y con un par de hombres que no
había visto en su vida. El chico se acercó a ZiTao y a SeHun, mirándolos
interrogante. El segundo desvió su mirada y JongIn no pudo evitar admirar aquel
perfil de rasgos algo afilados, aunque suaves todavía y un poco redondeados por
la adolescencia.
—Nos ha dicho que
es el que va a hacer la entrevista —le contó ZiTao cuando salió de su
ensimismamiento por la belleza del otro chico de la sala, respondiendo a su
muda pregunta.
—Oh… vaya… —murmuró de forma
completamente incoherente.
—Buenos días, campeones del Torneo
de los Tres Magos —dijo el hombre, era menudo y tenía el pelo muy oscuro, o
quizás era de tamaño normal y eran ellos tres los que medían un poco más que la
media—. Mi nombre es Do KyungSoo y soy el encargado de haceros la entrevista
—le estrechó las manos a los tres chicos con una pequeña sonrisa y luego se
puso serio inmediatamente—. Vamos a haceros unas fotos y luego tendréis que
contestar a las pertinentes preguntas para que la gente sepa más sobre
vosotros.
Los tres chicos asintieron y luego
el otro hombre que se encontraba en la habitación comenzó a hacerles fotos en
diferentes posiciones y desde ángulos distintos. Quizás estuvieron más de mediar
hora solo echándose fotos, en grupo, individuales y por parejas, pero cuando
finalmente acabaron y tuvieron que ponerse a contestar las preguntas que
KyungSoo les había dejado escritas en un papel, JongIn estaba sumamente harto
de todo aquello y solo quería regresar al barco y meterse debajo de las sábanas
para no salir de allí ni aunque un troll apareciera allí y quisiera matarlo
lenta y dolorosamente.
Cuando llevaba como trescientas
preguntas, el chico notó un movimiento a su lado y se giró con rapidez,
descubriendo que era ZiTao quien se le había acercado. Intentó esbozar una
sonrisa, pero estaba demasiado cansado como para ser cordial.
—¿Cómo lo llevas? —le preguntó.
—Mal —señaló JongIn—. Creo que aún
me quedan cerca de quinientas preguntas que responder —ZiTao rio y eso hizo que
al chico se le crispara la vena de la frente.
—Normal que te quede tanto si te
afanas en responder con sinceridad y pensando mucho las cosas —dijo—. Intenta
poner lo primero que se te venga a la cabeza, será más rápido y acabarás más
pronto.
—Pero…
—Si eres completamente sincero desde
el principio y no dejas a las demás personas descubrir poco a poco cosas sobre
ti, no harás el juego interesante ni divertido —le aconsejó—. A veces… —murmuró
inclinándose sobre su oreja—, es mejor que haya un poco de misterio —y sin más,
se separó de JongIn, guiñándole un ojo y saliendo de la estancia.
JongIn vio cómo ZiTao se alejaba
sintiendo cómo su corazón volvía a recuperar su ritmo normal después del bote
que había pegado cuando sintió el aliento cálido del chico de Durmstrang
rozando su oído. Tras unos momentos, en los que se quedó completamente en
blanco, JongIn negó con su cabeza y comenzó a responder a las respuestas sin
darles demasiadas vueltas para poder terminar lo más pronto posible y salir de
aquella estancia en la que se sentía demasiado acosado por la mirada de
KyungSoo.
★★★
En los últimos días, JongIn se había
descubierto varias veces buscando con la mirada en el comedor a ZiTao cada vez
que iba allí a comer hasta que lo encontraba. No sabía exactamente por qué lo
hacía, si era porque quería ver cómo se comportaba para analizarlo como a su
rival o si era por otra cosa completamente diferente por la que el chico lo
hacía. Fuera como fuese, ese extraño comportamiento, había llamado la atención
de su amigo TaeMin, que no perdió oportunidad de cuestionarle por qué hacía
aquello.
—En serio, JongIn
—comenzó, llamando su atención—. Si no fuera porque estás analizando a tu
rival, pensaría que lo que quieres es comértelo entero y no solo con la mirada
—el chico se atragantó con el zumo de calabaza que estaba bebiendo y casi se
ahoga, pero no lo hizo finalmente.
—¿Por qué dices eso? —le preguntó
tosiendo y un poco asustado por lo que su amigo pudiera pensar de aquello.
—Bueno, porque no paras de
observarlo fijamente —le contestó—. Si quieres que te ayude a analizarlo para
que no sea tan cantoso me avisas.
—¿Se nota mucho que lo miro?
—cuestionó con algo de angustia en su pecho por si el otro se había dado cuenta
de su penetrante mirada.
—Creo que todos en el comedor se han
dado cuenta de ello —bromeó TaeMin.
—Mierda… —el chico echó la cabeza
contra la mesa y comenzó a darse pequeños golpecitos contra esta.
—No te pegues más, o te quedarás más
tonto de lo que ya eres —su amigo hizo que dejara de darse golpes sujetando su
cabeza con sus manos—. Pero tranquilo, él también te observa mucho cuando tú no
lo estás mirando.
—¿De verdad? —preguntó JongIn,
quizás demasiado rápido de lo que debería. No tenía que parecer interesado de
otra forma en ZiTao, pero por algo que no llegaba a comprender, sentía que el
Torneo le importaba menos que descubrir cosas del chico de Durmstrang para su
propio interés.
—A veces pienso que eres muy gay
cuando haces cosas como estas —murmuró TaeMin y JongIn tuvo que serenarse un
poco.
—Dejaré de mirarlo tan
descaradamente —comentó—, pero es que me da la sensación de que él sabe cosas
que yo no.
—No debería darte esa sensación
—dijo su amigo—. Es que sabe más
cosas que tú.
—Gracias por animarme, TaeMin, muchas
gracias, te debo una —dijo irónicamente, levantándose de la mesa y caminando
hacia la salida, dejando allí plantado a su amigo.
JongIn salió del comedor resoplando.
Estaba demasiado agobiado con lo del Torneo de los Tres Magos y lo que menos
necesitaba era que TaeMin le dijera cosas como aquellas que hacía que todo
fuera mucho peor. Tan metido iba en su mundo, que el chico no se dio cuenta de
que caminaba en dirección a un chico alto de cabello plateado hasta que su boca
no chocó contra la clavícula ajena y se mordió la lengua por el impacto.
—Lo siento —se disculpó JongIn,
alejándose un poco del desconocido, dándose cuenta de que no le era para nada
desconocido. Aquel chico siempre se encontraba junto a ZiTao, y JongIn no lo
sabía porque se pasaba demasiado tiempo mirando al moreno, no, no era para nada
por eso.
—No es nada —respondió el otro. Su
voz era bastante grave y tenía un acento muy marcado, por lo que apenas pudo
entenderlo. Sin embargo, el chico le sonrió y luego quiso seguir su camino,
pero el otro lo agarró del brazo antes de que pudiera dar siquiera un paso y se
acercó a su oído para susurrarle—. ZiZi me ha pedido que sea yo quien te lo
diga para no levantar sospechas —murmuró, haciendo que un escalofrío recorriera
la columna vertebral de JongIn—. En la primera prueba habrá que utilizar la
fuerza para conseguir algo —y tras decir esto, soltó el brazo del más bajito y
se adentró en el castillo.
★★★
—¿Fuerza?
—cuestionó TaeMin por enésima vez.
—Sí, fuerza —volvió a responder
JongIn, cansado de repetir lo mismo una y otra vez porque su mejor amigo no se
creía que el chico hubiera recibido un chivatazo verdadero por parte de un
alumno de Durmstrang.
—Pero… ¿estás seguro de que…?
—Maldita sea, TaeMin, sí —dijo, ya
bastante enfadado.
—A ver, JongIn, que no lo digo por
hacerte enfadar ni nada de eso, ¿vale? —su amigo se acercó a él y lo cogió por
los mofletes—. Solo es que no me fío mucho de lo que te han dicho —JongIn puso
morritos—. Quiero decir, ZiTao es tu rival… ¿por qué te iba a ayudar con esto?
—No lo sé… parece buen tío…
—Además, ¿por qué no te lo ha dicho
él y ha mandado a otro? ¿Y por qué no te ha dicho exactamente qué es lo que
habrá en la prueba y solo te ha dicho que hay que utilizar la fuerza para coger
algo?
—TaeMin… no lo sé, sé exactamente lo
mismo que tú de todo esto y solo podemos confiar en que me hayan dicho la
verdad —se separó de su amigo y echó a andar hacia el campo de quidditch, lugar
al que se dirigían antes de que el mayor hubiera comenzado a hacer las mismas
preguntas una y otra vez. Sin embargo, se detuvo al dar unos cuantos de pasos y
no sentir al otro caminar detrás de él—. ¿Me vas a ayudar o se lo voy a tener
que pedir a JunMyeon?
—Te ayudaré… aunque no sé cómo…
—respondió su amigo, llegando hasta él—. Te ayudaré porque eres el campeón de
Hogwarts, porque perteneces a Slytherin y porque después de todo eres mi mejor
amigo.
★★★
La fecha para la primera prueba del
Torneo de los Tres Magos fue fijada para finales de aquel mes y JongIn estaba
de los nervios y se ponía peor con cada día que se acercaba. Las pociones
tranquilizadoras que le preparaba JunMyeon, el chico de Ravenclaw, comenzaban a
no hacerle efecto y el chico sabía que era porque su cuerpo ya se había
acostumbrado a tomarlas y necesitaba otra cosa más fuerte para poder calmarse.
Pero todo empeoró el día antes de la
primera prueba.
JongIn no sabía por qué, pero la
única manera que había sabido encontrar para quitarse aquella mala sensación
que tenía en su cuerpo había sido llorar, a pesar de que llorar delante de su
amigo TaeMin era someterse a sus burlas durante el tiempo que el mayor
quisiese. Por eso, aunque sabía el resultado de aquella llantina, el chico no
había podido evitarlo y llevaba derramando lágrimas en su cama desde que se
había despertado horas atrás.
No estaba preparado para aquello,
JongIn lo sabía y no entendía cómo los demás no lo veían. Él simplemente quería
haber podido pasar su sexto año en Hogwarts sin ninguna gran molestia que lo
alejara de los libros de texto y de las clases prácticas y no vivir una
aventura. Las aventuras estaban reservadas para gente capacitada para
sobrevivir a ellas y el chico no se veía capaz de acabar siquiera con vida la
primera de las tres pruebas.
JongIn sintió un peso sobre su cama
y se asustó, para luego relajarse al notar las manos de TaeMin recorriendo su
espalda de arriba debajo de forma tranquilizadora.
—¿Qué te pasa,
JongIn? —le preguntó en un tono de voz bajo y suave que casi nunca había
escuchado salir de sus labios.
—Tengo miedo —susurró, encogiéndose
un poco más dentro del bulto de sábanas que ya formaba.
—No tengas miedo, enano…
—Soy más alto que tú… —apuntó el
chico, sorbiéndose los mocos.
—Dejando eso aparte… —rio el otro—,
eres un maldito enano, un crío, porque solo los niños tienen miedo.
—Todavía no soy mayor de edad, así
que sí, soy un niño —razonó JongIn, haciendo pucheros.
—Vamos… JongIn… no seas así… —TaeMin
comenzó a moverlo encima de la cama—. Lo que quería decir es que esta es tu
oportunidad de ser un hombre, de crecer, de demostrarle al mundo que lo vales.
—Pero yo no quiero demostrar nada
jugándome la vida.
—Hemos estado practicando miles de
hechizos en las últimas semanas, puedes hacer casi cualquier cosa que te
propongas, así que deja de pensar que vas a morir nada más poner un pie ahí
fuera —lo animó su amigo—. Mañana vas a triunfar como solo los héroes lo hacen,
JongIn.
—¿Tú crees? —cuestionó el chico,
girándose para ver a TaeMin con la expresión más seria en su rostro que jamás
había visto.
—Claro que lo creo —respondió
sinceramente—, y si yo creo que puedes hacerlo y soy la persona que mejor te
conoce, es porque vas a salir victorioso.
—Gracias… TaeMin…
—murmuró, atrapándolo entre sus brazos y volviendo a llorar.
—No hay de qué, no hay de qué —dijo
el otro—, pero suelta, sabes que odio las muestras de cariño.
JongIn lo dejó libre, pero solo
después de unos minutos en los que se sintió mucho más confortado por el abrazo
a regañadientes de su amigo. Este tenía razón, podía hacerlo y como podía, lo
haría, así que a la mañana siguiente se levantaría dispuesto a comerse el
mundo.
Me emocione muchisimo cuando vi nuevas entradas �� y ¡¡!POR LOS CALZONES DE MERLIN!! estuvo I N C R E I B L E!
ResponderEliminarNo sé, siento que en algún punto Tao y Kai se enredaran en el baño�� (Ojalá*-*) y Kai es hijo de Muggles (creo XD)... y gay pfff pobre Tae, tremenda sorpresa se va a llevar cuando se entere jajaja
En fin, actualiza pronto
Besos!
PD: Creo que soy la única que shippea hardmente a Suho y Tae��
Aw~ >_< Me alegra mucho que te gustara <3
EliminarJajajajajaja XD Bueno, no creo que en el baño sea apropiado... los verán si lo hacen en el baño (?) Kai tiene un batiburrillo de familia y de cosas suyas (?) Tremenda, ya verás cuando se entere, sí <3
Una vez a la semana es la actualización, estate atenta a ellas ^^
Besitos <3
PD: ¿Taem y SuHo? Nunca lo había imaginado... pero bueno, una couple como cualquier otra (?)
Pobre bebé jaja
ResponderEliminarMe ha dejado mal imaginandome como lo estaba pasando de mal. Menos mal que su befe esta ahí para apoyarle...
Ah, y me hace pensar que sus padres son muggles porque si no le ha dicho nada a Taemin y al ser de la casa que es...
El pobre lo está pasando mal porque ni siquiera quería ir allí, así que imagínate... ;;____;; Sí, menos mal que por allí anda Taem ^^
EliminarBueno... sus padres... ya verás qué es lo que pasa con ellos