KyungSoo dudaba mucho que esa vez
fueran a obtener algo más del fantasma, pero por intentarlo que no quedara,
debían hacer todo lo que pudieran ayudar a SeHun y ZiTao y si eso incluía ser
pesados con el espíritu que los tenía retenidos, lo harían.
Los chicos se dirigieron al agujero en la valla por el que se habían
estado colando de forma asidua en los últimos tiempos y después ingresaron a
los terrenos del instituto, dirigiéndose al sótano. El camino ya le era más que
conocido a KyungSoo, así que no le prestó ninguna atención a este. Sus ojos
estaban fijos en la espalda ancha de ChanYeol ante él, en el brazo que tenía
extendido hacia atrás y cuya mano grande se agarraba a la suya, envolviéndola
completamente y llevándolo hacia delante.
KyungSoo se sentía un poco confuso
acerca de sus sentimientos todavía, pero la confusión ya no era tan grande y
tenía muy claro que no se quería separar de ChanYeol en ningún momento.
Al igual que el día anterior, los
chicos hicieron un círculo en el centro de la gran sala, donde había más
espacio despejado de chismes y el tablero en el que estaba dibujada la ouija
fue sacado por YiXing de su mochila. Se sentaron alrededor de ella y esperaron
unos momentos hasta que todos estuvieron colocados perfectamente.
El aire era frío en el lugar y
KyungSoo se pegó un poco más a ChanYeol para así mantener un poco más tiempo el
calor de sus cuerpos. Afuera ya había anochecido y por eso la temperatura había
bajado unos pocos grados más, aunque también se debía a que ese día había hecho
más frío que el anterior. Probablemente, alguno de sus amigos achacara aquel
cambio de temperatura a la acción del fantasma, pero para KyungSoo no estaba
para nada claro, así que seguiría pensando que era parte del clima hasta que se
demostrara lo contrario.
—¿Estáis listos? —cuestionó YiFan y
todos asintieron—. Recordad lo que os dije ayer, ¿vale?
Justo después, el chico colocó uno
de sus largos dedos en el vaso que había sido sacado junto con el tablero y los
demás siguieron su ejemplo lentamente hasta que hubo ocho dedos sobre el culo
del vaso. KyungSoo inspiró hondo, preparándose para todo lo que pudiera ocurrir
a partir de aquel momento. El fantasma los había amenazado el día anterior y
nadie tenía la certeza de que realmente no pudiera hacerles nada.
—Allá vamos —murmuró ChanYeol a su
lado, esbozando una sonrisa lánguida justo cuando todo comenzaba de nuevo.
—Kim JongIn, ¿estás ahí? —cuestionó
YiXing—. Necesitamos que vuelvas a presentarte ante nosotros.
Una vez terminó de hablar, el sótano
se quedó en un silencio absoluto que no fue roto aunque pasaron varios minutos.
Los chicos comenzaron a mirarse los unos a los otros, un poco angustiados,
porque si el espíritu no aparecía no tenían oportunidad de hacer absolutamente
nada.
—¿No está? —murmuró Lu Han.
—Sí, debe de estar aquí —respondió
YiFan—. No puede salir de este lugar y si hubiera vuelto a donde pertenece
habríamos encontrado a ZiTao y SeHun.
—¿Entonces? —cuestionó JunMyeon.
—Juega con nosotros —contestó
YiXing—. Quiere desesperarnos, quiere que nos vayamos de aquí sin conseguir
nada. Él puede tener mucha paciencia, pero nosotros no nos vamos a rendir hasta
conseguir lo que queremos.
El sótano se volvió a quedar en
comleto silencio después de aquello, lo único que se podía escuchar era el
sonido de sus respiraciones, y eso solo era posible cuando se agudizaba el
oído. Tenían que esperar de aquella guisa hasta que finalmente al espíritu
quisiera acercarse a ellos y contestar a sus preguntas como había hecho el día
anterior.
YiXing estaba metido en sus propios
pensamientos, así que casi con se dio cuenta de que el vaso comenzó a moverse
lentamente hasta que no escuchó cómo sus compañeros se inquietaban y llegó a
entender solo la parte final del mensaje.
—¿Qué ha dicho? —le susurró a YiFan.
—Pregunta qué queremos —contestó su
chico y él asintió, aclarándose la voz para volver a tomar el control de
aquello.
—Hablar —dijo—. Queremos hablar
contigo.
Inmediatamente comenzó a moverse el
vaso sobre el tablero, guiado por aquella fuerza sobrenatural, deletreando su
siguiente respuestas: “¿Sobre qué?” Aquel era un tema que se tenía que tocar
con delicadeza, como el de su muerte, o incluso con mayor de licadeza porque
involucraba al chico con el que había salido y que también había muerto junto a
él en aquel sótano hacía ya tantos años. Sin embargo, YiXing sabía que aunque
fuera delicado, la respuesta que obtendría sería bastante brusca y acompañada
de una amenaza como el día anterior.
—Sobre Byun BaekHyun.
“No tienes derecho a decir su
nombre” fue la rápida respuesta que obtuvieron en aquel momento.
Al leer la frase que había formado
el fantasma tan rápidamente JunMyeon sintió que un escalofrío recorría su
espalda de arriba abajo. Por las palabras que había usado se notaba que estaba
enfadado, mucho más de lo que pudo haberlo estado el día anterior y un espíritu
enfadado no era lo que más le gustaba al chico —aunque en realidad no le
gustaban los espíritus ni enfadados ni tranquilos—.
—BaekHyun y tú estuvísteis saliendo
juntos —afirmó YiXing con mucha entereza a pesar de la respuesta que había dado
antes el espíritu.
La verdad era que JunMyeon lo
admiraba. Si hubiera sido él quien le hubiera estado preguntando al espíritu,
habría tenido que abandonarlo después de la primera respuesta. De hecho,
JunMyeon estaba tentado a quitar el dedo del culo del vaso cada vez que este
comenzaba a moverse porque estaba muy asustado; sin embargo, no lo hacía porque
tenía que quedarse allí con todos los demás y así poder tener más cerca de
algún modo el regreso de SeHun y ZiTao.
El vaso se movió de nuevo, yendo
directamente a la casilla del "Sí", si articular ninguna respuesta
más elaborada.
—Vuestra relación fue difícil,
¿verdad?
Otra vez, el vaso se movió sólo unos
centímetros antes de volver a dejarse caer sobre la casilla en la que se
encontraba. JunMyeon sabía que aquella iba a ser la respuesta. Si en los
tiempos en los que estaban ellos la homosexualidad aún no estaba bien vista por
la sociedad no se quería imaginar siquiera cómo debió haber sido de difícil
para aquellos dos chicos que habían vivido a principios de los sesenta.
A JunMyeon se le daba bien la
historia y sabía que en aquella época, aunque Corea del Sur estaba en un
apoteósico ascenso y dejando atrás todas sus tradiciones para poder abrirse
paso en el mercado global, todavía las costumbres estaban muy arraigadas.
—¿Fue por ese motivo por el cual
ahora quieres venganza? —le preguntó YiXing—. Por qué los demás no entendieron
vuestra relación y le hicieron daño a BaekHyun.
JunMyeon no esperaba que el vaso
comenzara a moverse tan rápido justo después de que amigo y compañero de clase
terminara de hablar, así que casi se le escapó el dedo, pero finalmente pudo
mantenerlo sobre el culo del vaso mientras la frase se iba formando.
—Asesinaron a BaekHyun —fue leyendo
JongDae quedamente a su lado—. Nos dejaron morir en este sótano y se rieron de
todo.
—Esos chicos no tenían derecho,
JongIn —contestó YiXing—. No tenían ningún derecho… pero el pasado ya no se
puede cambiar y no deberías utilizar a chicos inocentes para saciar tus ansias
de venganza —se calló unos segundos y luego volvió a hablar—. ¿No crees que
BaekHyun se habrá sentido solo todo este tiempo porque tú decidiste quedarte
aquí?
Después de que YiXing dijera aquello
el vaso no se volvió a mover y el chico indicó que se podían quitar los dedos
de la superficie del vaso. Los chicos lo miraron confusos, pero él simplemente
negó con la cabeza y luego se levantó del suelo, seguido rápidamente por YiFan
y comenzó a caminar hacia la puerta. con grandes dudas sobre lo que sucedía,
los demás hicieron lo mismo y salieron del sótano en pos de los chicos, dejando
sus pertenencias y la ouija allí abajo.
MinSeok estaba bastante confuso,
pero suponía que YiXing les diría lo que sucedía en cuanto estuvieran todos
fuera.
—¿Qué sucede? —cuestionó Lu Han,
acercándose al lugar en el que se encontraba el chico, apoyado en la blanca
pared del pasillo del instituto.
—Cuando estuvimos buscando
información YiFan y yo encontramos una página que decía que una vez se había
encontrado el motivo por el cual el fantasma había decidido quedarse y decirrle
que sería mejor que regresara a donde pertenece hay que dejarlo solo unos
momentos —le respondió.
—Es… extraño —murmuró ChanYeol.
—Aunque… ¿tiene sentido? —comentó
JongDae—. Quiero decir, es como si relexionara para ver si puede irse o no al
otro mundo.
—Exacto —dijo YiFan—. Han pasado
muchos años desde que sucedió todo y probablemente el espíritu de Kim JongIn se
sienta vacío porque realmente la única venganza que lo ayudaría sería contra
aquellos que lo mataron, pero eso no es posible.
—Por eso nombraste a BaekHyun y le
has dicho eso —murmuró MinSeok—, porque de esa forma él podría intentar llegar
hasta donde se encuentre ahora y dejar este mundo de una vez por todas.
—Exacto.
MinSeok asintió, satisfecho con su
deducción, aunque en realidad antes de entrar allí abajo YiFan y YiXing habían
estado hablando de algo sobre aquello, pero él no había prestado mucha
antención porque estaba más pendiente de Lu Han que de otra cosa. Su novio tenía
los nervios a flor de piel aquel día y todo se debía a que ya había pasado más
de una semana desde que su hermano y ZiTao habían sido secuestrados por aquel
fantasma.
Habían salido hacía unos minutos del
sótano para dejarle espacio y tranquilidad al fantasma para que así pudiera
darse cuenta de que aquel no era realmente su lugar, pero los chicos parecían
estar algo impacientes por volver dentro. YiFan también estaba impaciente, pero
sabía que aquello no era algo que debieran apresurar. Aquel fantasma había
estado cincuenta años en el sótano de su instituto buscando venganza por su
asesinato y por el de su novio, no iba a ser fácil que finalmente viera el
camino hacia el otro mundo y se alejara de allí, dejándo libres a ZiTao y
SeHun.
—¿Cuánto más vamos a tener que
esperar? —le cuestionó JunMyeon, después de haberse echado contra la pared a su
lado—. Hace ya un rato que salimos.
El chico sacó su teléfono móvil y
miró la hora. Solo habían pasado quince minutos desde que salieron y, ni
siquiera era había llegado la noche aunque el cielo se hubiera teñido de color
azul oscuro y las farolas iluminaran la ciudad afuera.
—No lo sé —le respondió—. Es YiXing
quien está llevando todo esto. Parece que tiene una afinidad con los fantasmas
que hasta ahora desconocía.
—Entonces le preguntaré a él —comentó.
—¿Tantas ganas tienes de volver allí
dentro? —preguntó JongDae con una sonrisa diabólica en su rostro.
—No. Solo quiero que todo esto acabe
pronto para volver a casa —respondió JunMyeon.
YiFan se alejó de aquellos dos
porque JongDae ya había comenzado con sus juegos y no tenía ganas de
escucharlo. Se pegó un poco más al cuerpo de YiXing y luego le pasó un brazo
por la cintura para apretarlo contra si y tenerlo mucho más cerca, después, le
dio un breve beso en la sien que esperó que no hubiera sido visto por ninguno
de los allí presentes. A YiFan no le gustaban las muestras de afecto públicas,
ni aunque fuera delante de sus amigos.
—Los chicos se impacientan —murmuró
contra el cabello oscuro de su chico y este asintió lentamente.
—En unos momentos —le respondió.
—¿Cómo sabes cuándo es el momento
indicado? —preguntó, bastante sorprendido porque su chico estuviera manejando
todo aquello con tanta tranquilidad y normalidad, como si para él no fuera nada—.
¿No serás un médium profesional y no me lo habías dicho antes?
—La verdad es que no lo sé —contestó,
girando su rostro para mirarlo—. Simplemente lo siento pero no entiendo el por
qué —YiXing sonrió, haciendo que un holluelo se formara en su mejilla y YiFan
no tardó ni un segundo en apuntar con su dedo aquel lugar de su rostro—. Y no
soy un médium —aseguró, riendo más libremente.
—Me lo creeré —murmuró YiFan—,
aunque no lo tengo muy claro del todo.
Por aquel último comentario se llevó
un golpe en el estómago que no fue demasiado fuerte, pero al menos parecía que
había conseguido que YiXing dejara de estar tan serio.
JongDae todavía estaba dándole la
tabarra a JunMyeon cuando finalmente YiXing anunció que se podía volver a bajar
al sótano, así que tuvo que dejar su pasatiempo favorito para volver a ponerse
serio y jugar su papel de protector de su novio contra los espíritus. JunMyeon
le había dicho en incontables ocasiones que tenía muchísimo miedo de diversas
cosas y él había estado intentando que les hiciera frente desde que habían
comenzado a salir juntos el año anterior. A veces el chico lo pasaba mejor y
otras peor, pero al menos luego ya no le seguían dando miedo y si, después de
todo aquello dejaba de temerle a los fantasmas, JongDae le tendría que dar las
gracias incluso a Kim JongIn por lo que había hecho.
—Kim JongIn… ¿sigues ahí? —cuestionó
YiXing cuando ya todos estuvieron sentados alrededor del tablero de la ouija y
con el dedo colocado sobre el culo del vaso, que empezó a moverse rápidamente
hasta el “Sí”—. ¿Lo has pensado? ¿Has pensado en todo lo que te he dicho? —otra
vez fue directo al “Sí”—. Si dejas este mundo… podrás reunirte de nuevo con
BaekHyun.
El vaso comenzó a moverse de nuevo,
formando la siguiente frase que el fantasma les quería transmitir: “Pero no
obtendré mi venganza”.
—De todas formas esta no es la
manera correcta de vengarse —apuntó YiXing—. Los chicos a los que retienes
simplemente quieren vivir como tú quisiste un día… amando a sus parejas sin
temor a nada más.
El silencio que prosiguió a la
última frase dicha por YiXing hizo que ChanYeol se sintiera un poco incómodo,
aunque no tenía ningún miedo de aquello. Miró a KyungSoo para tranquilizarse y
el perfil del chico le resultó demasiado agradable, tanto que si no hubieran
estado en aquel momento y en aquella habitación se lo habría comido enterito a
besos. KyungSoo se giró hacia él, como si hubiera notado que lo estaba mirando
y ChanYeol le dedicó una pequeña sonrisa antes de volver a prestar atención a
lo que sucedía en la sala, ya que YiXing volvía a hablar.
—¿No crees que es mejor dejar que
los chicos que se aman puedan hacerlo para que así puedan ser felices? —preguntaba—.
BaekHyun no habría querido que te conviertieras en esto.
El vaso comenzó a moverse, formando
otra frase: “Baekkie era demasiado bueno con todo el mundo”.
—Por eso… ¿no crees que él querría
que dejaras libres a los chicos que mantienes bajo tu encanto y volvieras junto
a él?
Durante unos minutos, el vaso no se
movió de su sitio… pero después, comenzó a hacerlo poco a poco, como si el
fantasma estuviera dudado sobre decir aquello o no decirlo.
—“Tienes razón” —leyó YiFan y YiXing
esbozó una sonrisa satisfecha.
Cuando Lu Han escuchó aquellas
palabras sintió que su corazón comenzaba a latir a un ritmo frenético. El
fantasma había cedido, el fantasme volvería al otro mundo, dejando libres a su
hermano y a ZiTao. El chico no se lo podía creer y casi estuvo a punto de
gritar de júbilo, pero se contuvo porque todavía no había sucedido aquello y no
sabía si con sus acciones haría que el fantasma se echara atrás en su decisión.
Por ese motivo, Lu Han esperó muy
quietecito dónde se encontraba sentado a que finalmente este cumpliera su
palabra porque en cuanto lo hiciera no tardaría en apretujar a su hermano entre
sus brazos y no lo iba a soltar nunca más.
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