Título: 너라고 (It's U)
Autora: Riz Aino
Pareja: YoonChan (Y + JooChan) (Golden Child)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, high school, romance, drama, fluff
Número de palabras: 920 palabras
Resumen: por muchas veces que SungYoon le repitiera que estaba
enamorado de él, JooChan no podía creerlo.
Notas: historia inspirada en la letra de la canción homónima del
grupo.
Comentario de
autora: llevaba desde el debut de
Gol–Cha queriendo escribir de esta otp porque son mis dos niños y me encanta
juntar a mis biases en los fanfics. Espero que os guste.
너라고 (It's U)
—Me
estás tomando el pelo —murmuró JooChan, sin dar crédito a lo que acababa de
oír. Era imposible, tenía que estar soñando… o alucinando, pero lo que había
dicho SungYoon era algo que jamás podría pasar en la realidad—. Tienes que
estar tomándome el pelo.
—No
—respondió el mayor—. Es completamente en serio.
JooChan
tuvo ganas de reírse, pero a la vez de llorar. Tenía que estar soñando, era
completamente imposible que SungYoon, quien llevaba siendo su amigo demasiado
tiempo, quien siempre lo había cuidado y tratado como si fuera su hermano pequeño,
le estuviera diciendo en aquel momento que sus sentimientos hacia él habían
cambiado por completo y que ya no lo veía como a un hermano menor y había
empezado a verlo con un interés amoroso. Le tenía que estar tomando el pelo muy
fuertemente, pero para el día de los inocentes faltaba muchísimo tiempo,
todavía estaban en invierno, de hecho, la nieve caía abundantemente todavía
sobre el patio del instituto, cubriéndolo todo de blanco. Pero la mente de
JooChan no concebía que aquello fuera otra cosa aparte de una broma, una broma
de mal gusto, porque no podía calificarla de otra forma.
JooChan
llevaba años enamorado de su amigo, años en los que no había hecho ningún
movimiento porque no había querido que su amistad se truncara por algo como
aquello y SungYoon no podía decirle aquello de repente y esperar que todo fuera
perfecto, realmente, SungYoon no podía decirle aquello, provocar que su corazón
quisiera salirse por su pecho de lo rápido y fuerte que estaba latiendo, decir
que todo aquello era serio y luego retractarse, no podía hacerlo. No podía
jugar con los sentimientos de JooChan de aquella manera, no se lo podía
permitir.
—Sé
que no puedes creerme —murmuró el mayor—, pero es la verdad, JooChannie.
—Pero
yo no te creo —le replicó él—. No puedo creerte.
—¿Por
qué no puedes creer que hayan cambiado mis sentimientos? —le preguntó SungYoon—.
¿Por qué no puedes creer que te quiero, que me he dado cuenta de que no puedo
vivir sin ti y que estoy completamente seguro de que, si no eres tú, no puede
ser nadie más el amor de mi vida?
El
corazón de JooChan volvió a latir fuertemente dentro de su pecho, tan fuerte
que el chico podía sentir perfectamente cada uno de los latidos en su cerebro.
SungYoon lo volvía a repetir y lo decía como si aquello fuera la cosa más fácil
y más natural del mundo, como si un día se hubiera levantado por la mañana y en
su mente hubiera aparecido aquello; pero para JooChan no era nada fácil de
creer que la persona de la que llevaba demasiado tiempo enamorado le
correspondiera de aquella forma y no era nada fácil creer en las palabras que
SungYoon le decía.
—En
serio, hyung, no tengo tiempo para
gilipolleces —dijo finalmente—. Si es una broma o una apuesta con DaeYeol o
JangJun, puedes decirles perfectamente de mi parte que se vayan a la mierda.
JooChan tragó saliva y trató de que
las lágrimas que parecían querer aparecer en sus ojos, se quedaran sin hacerlo,
pero su visión se fue haciendo cada vez más borrosa así que, antes de que
SungYoon lo viera de aquella forma, llorando por algo que le había dicho que no
era verdad, antes de que lo viera llorar porque era una broma muy cruel decirle
que lo quería cuando JooChan estaba enamorado de él, se giró y emprendió su
camino hacia su clase, antes de llegar tarde. No obstante, no llegó muy lejos.
Solo le había dado tiempo para dar un par de zancadas en el desierto pasillo en
el que se encontraban cuando el mayor lo agarró del brazo e hizo que se girara
hacia él, mirándolo fijamente a los ojos de forma seria antes de volver a
hablar.
—No
es ninguna broma —fue lo que dijo—. Te lo voy a demostrar.
Inmediatamente
después, SungYoon cruzó la distancia que los separaba, tomó su rostro con sus
manos y después rozó los labios de JooChan con los suyos en un beso suave,
delicado, tierno, lento que hizo que las piernas del menor se volvieran de
mantequilla. JooChan tuvo que agarrarse a los brazos del otro para no caerse y,
en ese momento, éste separó sus labios y lo miró a los ojos con dulzura.
—JooChannie…
créeme, por favor —murmuró—. Créeme porque te quiero y quiero pasar el resto de
mi vida contigo y lo único que necesito que me digas es “sí, te creo”.
JooChan
le devolvió la mirada y deseó con todas sus fuerzas que el mayor le estuviera
diciendo la verdad porque después de aquello había caído completamente rendido
en sus brazos.
—Sí,
te creo —respondió, antes de darse cuenta de que lo hacía siquiera, añadiendo
algo más a su respuesta—. Y yo también te quiero, hyung.
No hay comentarios:
Publicar un comentario