domingo, 28 de octubre de 2018

[Drabble] 奇跡 (Miracle): 너라고 (It's U) {YoonChan}


Título: 너라고 (It's U)
Autora: Riz Aino
Pareja: YoonChan (Y + JooChan) (Golden Child)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, high school, romance, drama, fluff
Número de palabras: 920 palabras
Resumen: por muchas veces que SungYoon le repitiera que estaba enamorado de él, JooChan no podía creerlo.
Notas: historia inspirada en la letra de la canción homónima del grupo.
Comentario de autora: llevaba desde el debut de Gol–Cha queriendo escribir de esta otp porque son mis dos niños y me encanta juntar a mis biases en los fanfics. Espero que os guste.

너라고 (It's U)

            —Me estás tomando el pelo —murmuró JooChan, sin dar crédito a lo que acababa de oír. Era imposible, tenía que estar soñando… o alucinando, pero lo que había dicho SungYoon era algo que jamás podría pasar en la realidad—. Tienes que estar tomándome el pelo.
            —No —respondió el mayor—. Es completamente en serio.


            JooChan tuvo ganas de reírse, pero a la vez de llorar. Tenía que estar soñando, era completamente imposible que SungYoon, quien llevaba siendo su amigo demasiado tiempo, quien siempre lo había cuidado y tratado como si fuera su hermano pequeño, le estuviera diciendo en aquel momento que sus sentimientos hacia él habían cambiado por completo y que ya no lo veía como a un hermano menor y había empezado a verlo con un interés amoroso. Le tenía que estar tomando el pelo muy fuertemente, pero para el día de los inocentes faltaba muchísimo tiempo, todavía estaban en invierno, de hecho, la nieve caía abundantemente todavía sobre el patio del instituto, cubriéndolo todo de blanco. Pero la mente de JooChan no concebía que aquello fuera otra cosa aparte de una broma, una broma de mal gusto, porque no podía calificarla de otra forma.

            JooChan llevaba años enamorado de su amigo, años en los que no había hecho ningún movimiento porque no había querido que su amistad se truncara por algo como aquello y SungYoon no podía decirle aquello de repente y esperar que todo fuera perfecto, realmente, SungYoon no podía decirle aquello, provocar que su corazón quisiera salirse por su pecho de lo rápido y fuerte que estaba latiendo, decir que todo aquello era serio y luego retractarse, no podía hacerlo. No podía jugar con los sentimientos de JooChan de aquella manera, no se lo podía permitir.

            —Sé que no puedes creerme —murmuró el mayor—, pero es la verdad, JooChannie.
            —Pero yo no te creo —le replicó él—. No puedo creerte.
            —¿Por qué no puedes creer que hayan cambiado mis sentimientos? —le preguntó SungYoon—. ¿Por qué no puedes creer que te quiero, que me he dado cuenta de que no puedo vivir sin ti y que estoy completamente seguro de que, si no eres tú, no puede ser nadie más el amor de mi vida?

            El corazón de JooChan volvió a latir fuertemente dentro de su pecho, tan fuerte que el chico podía sentir perfectamente cada uno de los latidos en su cerebro. SungYoon lo volvía a repetir y lo decía como si aquello fuera la cosa más fácil y más natural del mundo, como si un día se hubiera levantado por la mañana y en su mente hubiera aparecido aquello; pero para JooChan no era nada fácil de creer que la persona de la que llevaba demasiado tiempo enamorado le correspondiera de aquella forma y no era nada fácil creer en las palabras que SungYoon le decía.

            —En serio, hyung, no tengo tiempo para gilipolleces —dijo finalmente—. Si es una broma o una apuesta con DaeYeol o JangJun, puedes decirles perfectamente de mi parte que se vayan a la mierda.

            JooChan tragó saliva y trató de que las lágrimas que parecían querer aparecer en sus ojos, se quedaran sin hacerlo, pero su visión se fue haciendo cada vez más borrosa así que, antes de que SungYoon lo viera de aquella forma, llorando por algo que le había dicho que no era verdad, antes de que lo viera llorar porque era una broma muy cruel decirle que lo quería cuando JooChan estaba enamorado de él, se giró y emprendió su camino hacia su clase, antes de llegar tarde. No obstante, no llegó muy lejos. Solo le había dado tiempo para dar un par de zancadas en el desierto pasillo en el que se encontraban cuando el mayor lo agarró del brazo e hizo que se girara hacia él, mirándolo fijamente a los ojos de forma seria antes de volver a hablar.

            —No es ninguna broma —fue lo que dijo—. Te lo voy a demostrar.

            Inmediatamente después, SungYoon cruzó la distancia que los separaba, tomó su rostro con sus manos y después rozó los labios de JooChan con los suyos en un beso suave, delicado, tierno, lento que hizo que las piernas del menor se volvieran de mantequilla. JooChan tuvo que agarrarse a los brazos del otro para no caerse y, en ese momento, éste separó sus labios y lo miró a los ojos con dulzura.

            —JooChannie… créeme, por favor —murmuró—. Créeme porque te quiero y quiero pasar el resto de mi vida contigo y lo único que necesito que me digas es “sí, te creo”.

            JooChan le devolvió la mirada y deseó con todas sus fuerzas que el mayor le estuviera diciendo la verdad porque después de aquello había caído completamente rendido en sus brazos.

            —Sí, te creo —respondió, antes de darse cuenta de que lo hacía siquiera, añadiendo algo más a su respuesta—. Y yo también te quiero, hyung.



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