Título:
Wedding bouquet
Autora:
Riz Aino
Pareja:
JeongSa (JeongYeon + Sana) (TWICE)
Calificación:
PG
Géneros:
AU, romance, fluff, humor
Número de palabras:
924 palabras
Resumen:
JeongYeon nunca ha sido demasiado amiga de las bodas, pero cuando se casan sus
amigos tiene que ir y hacer el paripé.
Notas: historia
escrita para el #Fictober2k18.
Comentario de autora:
la realidad tras esta historia es que era algo que tenía empezado desde el principio
de los tiempos y que tenía a falta de darle un final coherente, así que,
aproveché para terminarla. Espero que os guste.
Wedding bouquet
—¿Y esa cara de limón agrio? —le pregunta Sana, sentándose
sobre sus rodillas, en lugar de en la silla vacía que hay al lado—. Estamos en
una boda, hay que beber, comer y, sobre todo, ser felices por el novio y la
novia, que para algo son nuestros amigos.
—Más que ser feliz —comienza JeongYeon—, estoy aliviada
porque por fin, después de diez años, se han casado y han dejado de ser
gilipollas.
—Que fueran lentos no es nuestra culpa —murmura Sana—. Ahora
ya está bien y no volverán a venirnos con cuentos sobre estar enamorados el uno
de la otra, pero sin saber si declararse por si las moscas.
—Sí, por eso es por lo que estoy aliviada —responde ella.
JeongYeon coge una de las copas que
hay sobre la mesa con vino y bebe un trago, mirando hacia el lugar en el que se
encuentran sus dos amigos, aquellos que se han casado y que están siendo el
alma de la fiesta mientras hablan con los demás invitados, contando y
escuchando anécdotas. La realidad es que JeongYeon es feliz por ellos porque ha
visto durante muchísimo tiempo cómo los dos bebían los vientos por el otro y
cómo su relación había avanzado paso a paso, de forma irritantemente lenta,
hasta que finalmente habían acabado en aquella boda. La chica está feliz por
sus amigos, pero nunca ha sido muy amiga de las bodas, no le gusta el jaleo, no
le gusta el protocolo, no le gusta nada de aquello… pero bueno, son sus amigos
y tiene que hacer el paripé.
—¿No te vas a animar siquiera a coger el ramo de la novia? —pregunta
Sana, mirándola fijamente con aquellos ojos brillantes que le recuerdan a los
del gato con botas cuando hace pucheros—. ¿Por mí?
—Sabes que no me voy a levantar de aquí ni para coger el ramo
ni para bailar —responde—. Soy una siesa que tiene ganas de volver a casa y
echarse a dormir.
—¿Te irías sin mí? —le cuestiona la chica.
—No… —murmura, suspirando—. Estoy aquí porque sé
perfectamente que a ti te encantan este tipo de cosas y no voy a hacer que
vuelvas sola a casa cuando las dos vamos para el mismo lado.
Sana le dedica una sonrisa
encantadora después de escuchar sus palabras y le da un pequeño beso en los
labios antes de saltar de su regazo como si tuviera un resorte y correr después
lo más rápido que le permiten sus tacones de aguja hacia el lugar en el que se
encuentra la pareja que se acaba de casar para susurrarle algo a la novia.
JeongYeon vuelve a beber un trago de su copa de vino y observa un poco el salón
donde se está celebrando el banquete, un salón que no es demasiado grande y
que, por eso, está lleno hasta los topes de familiares y de amigos. Todas las
personas están bullendo de felicidad y se dejan llevar por la suave música que
suena en el lugar, moviendo algunas partes de sus cuerpos al ritmo de ésta y
JeongYeon puede ver entre todas estas personas a la gente que le es demasiado
conocida, disfrutando del jolgorio. Si las bodas y las fiestas en general
fueran algo que le gustara, ella estaría junto a ellos, pero ese tipo de
eventos nunca habían sido cosas que la emocionaran.
De repente, el salón se queda por
completo en silencio y JeongYeon ve cómo era porque la novia se ha subido al
pequeño escenario que hay en una de las paredes de la estancia.
—Ha llegado la hora de algo que todos estabais esperando —anuncia—.
¿Quién cogerá el ramo y será la próxima persona en casarse?
Vítores y gritos se escuchan en ese momento y la novia se
gira para quedar de espaldas al público de chicas jóvenes —y no tan jóvenes,
porque la abuela del novio también se acerca— preparándose para tirar el ramo
hacia atrás. JeongYeon puede ver cómo entre ellas se encuentra Sana y desea que
su novia no coja el ramo porque sabe que si lo hace le dará la lata para que se
casen lo más pronto posible. Sin embargo, aunque JeongYeon lo desea, cuando el
ramo sale de las manos de la novia, sabe perfectamente que va a acabar en las
manos de Sana… como finalmente acaba pasando. Y JeongYeon se prepara entonces
para recibir entre sus brazos a la chica que corre hacia ella completamente
emocionada para darle un beso en los labios con el que parece sellar una
promesa que no ha sido hecha todavía, pero que desea que sea hecha en un futuro
cercano. Aunque JeongYeon no quiere casarse todavía, recibe todo aquello,
reciba a Sana y le devuelve aquel beso lleno de emoción… quizás, comience a
mentalizarse después de aquello sobre la boda.
Notas finales:
—La parejita que se casa son JiHyo y Bang Chan,
porque sí, porque me mola un mundo.
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