Título: The misty’s truth
Autora: Riz Aino
Pareja: YeJin (Hwang YeJi + Shin RyuJin) (ITZY)
Clasificación: PG
Géneros: Hogwarts!AU, romance, fluff
Número de palabras: 1.435 palabras
Resumen: en un día de niebla espesa, YeJi acaba
confesando lo que ha empezado a sentir por RyuJin.
Notas: continuación y final de las historias “Something to say” y
“Aparecium”. No es obligatorio leerlas antes, pero es recomendable si quieres enterarte
de qué va la cosa.
Comentario de autora: al principio tenía la intención de
hacer toda esta historia de un tirón, pero al ver que se me iba alargando y
alargando, decidí que era mejor dividirla en tres partes. Espero que os guste.
The misty’s truth
—¡Es imposible ver nada con esta niebla! —gritó
el capitán del equipo de Gryffindor mientras salía del campo de Quidditch,
pisando fuerte y enfadado, seguido de su equipo.
El equipo de Slytherin se encontraba en la entrada del
campo, preparado para su turno de entrenamiento, que era justo después del de
la otra Casa, pero visto cómo habían salido estos del lugar, tenía pinta de que
no iban a poder hacer mucho y mejor lo dejaban para otro día con mejor tiempo y
ese día lo aprovechaban para hacer cualquier otro tipo de entrenamiento, en
lugar de subirse a las escobas, al menos eso era lo que YeJi pensaba que era lo
mejor. Su capitana se acercó al capitán de Gryffindor, probablemente para
averiguar cómo estaba el panorama exactamente y YeJi no pudo evitar buscar entre
la multitud vestida de rojo y dorado, encontrando inmediatamente a RyuJin, con
su bate en la mano. Una sonrisa que no pudo detener apareció en el rostro de
YeJi cuando sus ojos se encontraron y su corazón se saltó un latido al mismo
tiempo, algo que hacía algún tiempo que le pasaba, no mucho, solo un par de
semanas, pero YeJi sabía perfectamente lo que aquello significaba.
Habían pasado varios meses desde aquella
primera vez en la que, en una aburridísima clase de Historia de la Magia, YeJi
le había enviado una nota para saciar su curiosidad y saber el motivo por el
cual la otra chica decía que le gustaba. Después de aquella primera nota,
habían venido muchas más y YeJi había mantenido pequeñas conversaciones con
RyuJin de aquella forma, sin que nadie se enterase realmente de qué era lo que
ambas estaban haciendo, todos sus demás compañeros de clase demasiado
enfrascados en bien prestar atención o dormirse sobre sus pupitres. De aquella
forma, YeJi había aprendido algunas cosas de la Gryffindor que no había
aprendido antes mientras la observaba de forma disimulada para decidir qué
respuesta debía de darle, tal y como le había prometido a su amiga JiSoo y,
cada pequeña cosa que había descubierto de RyuJin, por alguna extraña razón, la
agradaba.
Era curioso porque, aunque las
asperezas entre Gyriffindors y Slytherins se habían limado muchísimo en los
últimos tiempos y ya no había ninguna guerra en el mundo mágico —aunque siguiera habiendo
personas que no estaban especialmente de acuerdo con cómo se estaban
desarrollando los acontecimientos y a veces hubiera pequeños intentos de
sabotear todo lo que se había conseguido
y avanzado en los últimos años, no obstante, los Slytherin como grupo, ya no se
asociaban con aquellas prácticas— a YeJi le seguía resultando bastante curioso
que dos personas como ellas, con intereses y personalidades tan diferentes, se pudieran
sentir atraídas hacia la otra.
Porque sí, le había costado unas semanas admitirlo, pero
YeJi se había visto a sí misma, prendándose de RyuJin, de la misma forma que
suponía que la otra bruja se había prendado de ella y el rápido aleteo de su
corazón mientras se observaban la una a la otra desde la distancia, era una
clara muestra de ello. Quizás había llegado la hora de, tal y como le había
prometido a JiSoo, darle una respuesta a la confesión que RyuJin le había hecho
en la Enfermería, después de romperle los huesos del brazo mientras jugaban un
partido… quizás, aquel momento, dentro de aquella niebla espesa que las
ocultaría de todas las miradas indiscretas de sus respectivos compañeros de
Casa y equipo, podía ser la mejor oportunidad para ello.
YeJi desvió su mirada de RyuJin a los capitanes de sus
diferentes equipos, viendo cómo estos estaban enzarzados en una conversación
que los estaba manteniendo muy entretenidos, una conversación que sus compañeros
en la que sus compañeros estaban muy entretenidos y a la que estaban prestando
toda su atención. Sí. Quizás era aquel el mejor momento para darle a RyuJin su
respuesta.
Por ese motivo, la bruja volvió a fijar sus ojos en RyuJin
y con un par de movimientos de su mano, le hizo unas señas para que la siguiera
dentro de la niebla, alejándose de los demás para poder estar a solas. Después de
aquello y de que la otra asintiera a su petición, YeJi simplemente echó a
andar, con lentitud, alejándose de los demás sin llamar la atención de nadie,
viendo cómo RyuJin también comenzaba a moverse a la par que ella y a seguirla
dentro de la niebla inmediatamente después. YeJi anduvo durante algunos
minutos, bordeando el campo de Quidditch, prestando atención a los sonidos de
las voces que cada vez se alejaban más y se opacaban por el horrible clima de
aquel día y solo se detuvo cuando las voces no eran más que un lejano eco en
sus oídos y ya no podía ver a ninguno de sus compañeros en la densa niebla. Apenas
tuvo que esperar unos segundos para que RyuJin apareciera entre aquellas nubes
bajas frente a ella, con una sonrisa encantadora sonrisa en su rostro.
—¿Querías algo? —le preguntó en cuanto la vio—. No es muy
común que hablemos directamente… me he acostumbrado a tus notas y es incluso
raro ahora mismo —dijo.
La realidad era aquella. No habían hablado muchas veces
cara a cara y, aunque los Gryffindor se caracterizasen por la valentía, los
Slytherin lo hacían por la astucia… con lo cual, YeJi no estaba especialmente
segura de cómo poner en palabras lo que quería decir, a pesar de que el momento
era más que adecuado para lo que quería hacer. Por ese motivo, pasó unos
momentos en silencio, poniendo en orden sus pensamientos, hasta que finalmente
sintió la valentía necesaria para llevar a cabo lo que quería.
—Te he hecho señas para que vinieras conmigo porque tenía
algo que decirte —comenzó—, no era algo que pudiera decirte en forma de una
nota en la próxima clase de Historia de la Magia… y he pensado que este momento
quizás era el más propicio para hacerlo… aunque… sí que es… raro hablar contigo
directamente.
—Y… ¿sobre qué era lo que querías decirme? —le preguntó
RyuJin, sumamente interesada, dando un par de pasos hacia ella en la espesa
niebla, probablemente para verla mejor.
—Cuando me visitaste en la Enfermería me
dijiste que te gustaba —dijo, provocando que RyuJin asintiera lentamente—, y
cuando te mandé la primera nota me explicaste el motivo por el cual te gustaba —añadió.
RyuJin volvió a asentir—. Bien… llevo todo este tiempo tratando de conocerte un
poco y eso… porque le prometí a JiSoo que te daría una respuesta a tu confesión
y no lo tenía nada claro… hasta ahora… por eso, quería hablar contigo ahora.
—Si es para decirme que me sigues odiando… ¿podrías no
hacerlo? —le dijo RyuJin, en un tono de voz tan bajo que casi era inaudible—. No
quiero escucharlo.
A YeJi se le encogió el corazón
después de escuchar aquello. Quizás no se había relacionado con la chica de la
forma más adecuada para comprobar qué era lo que sentía por ella, pero por
aquello mismo debía de haber hecho que las pocas esperanzas que RyuJin tuviera,
se hubieran ido desvaneciendo poco a poco.
—No… en realidad… no —dijo YeJi, inmediatamente—.
No iba a decirte que te seguía odiando —aquello provocó que los ojos de RyuJin
comenzaran a brillar esperanzados y YeJi sonrió antes de añadir—: en realidad
quería decirte que creo que tú también me gustas y… que me gustaría empezar por
ser tu amiga.
RyuJin sonrió ampliamente a aquellas
palabras y después se lanzó sobre ella para darle un abrazo de oso que YeJi
devolvió con gusto, sintiendo su cuerpo mucho más ligero después de haberle
dado su respuesta a la chica, esperando que el tiempo que les quedaba en
Hogwarts, pudieran aprovecharlo.
Notas
finales:
—Y ya está, ha sido un
fanfic dividido en tres partes que me ha costado escribir un poquito, pero que
creo que ha merecido mucho la pena.
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