martes, 26 de julio de 2022

[Two Shot] Rain on me {KyuMill} (Part One)

 


Part One: Rain

 

            Lluvia. Yongsoo odiaba la lluvia. La odiaba con todas sus fuerzas cada día de su vida, pero la odiaba aún más en aquellos momentos, cuando en un día completamente soleado había decidido hacer su aparición justo en medio del evento al aire libre al que estaba asistiendo… y sin que él tuviera paraguas. No podía irse porque si no perdería su oportunidad de conocer personalmente a su grupo favorito y no podía hacer algo como eso después de lo mucho que le había costado conseguirlo. Tenía que aguantar como un campeón bajo la lluvia durante todo el evento, después correr a una farmacia para medicina para el resfriado que estaba seguro que iba a tener al día siguiente y volver a la habitación del hostal en el que se estaba quedando durante aquella micro estancia en la capital para ducharse con agua caliente y quitarse la ropa empapada. Yongsoo miró a su alrededor y vio a todas las chicas que se encontraban allí, sentadas en sus sillas, tapadas con sus paraguas, algunas moviendo nerviosamente sus piernas mientras repasaban una y otra vez qué era lo que iban a hablar con su favorito, otras intentando que sus cámaras caras no se mojasen envolviéndolas en plásticos y tapándolas bien para que no les cayera ni una sola gota. Toda la situación era extraña para él, pero casi podría acostumbrarse a ella, incluso al incesante y rápido golpeteo de su pecho por los nervios y a la lluvia que lo calaba hasta los huesos, le empapaba los rizos y le manchaba las gafas.

 

            Yongsoo solo salió de sus pensamientos cuando escuchó las voces de aquellos a quienes había ido a ver, su grupo favorito de toda su existencia y por los que había viajado desde su Gwangju natal hasta Seúl para poder verlos después de haber ganado aquel evento de firmas. Aquella misma madrugada los había visto en la pregrabación de su actuación en Music Core y se había desgañitado gritando el fanchant a todo pulmón, demasiado excitado por la experiencia de verlos en directo después de tantísimo tiempo siguiéndolos. Casi podía sentir todavía la música vibrando en su cuerpo, pero en esos momentos, teniéndolos tan solo a unos pocos metros de distancia, sin los focos y las cámaras de la cadena, con sonrisas de oreja a oreja, parecían brillar todavía más de lo que lo habían hecho durante la actuación, sobre todo Kyubin, su favorito, que no paraba de sonreír mientras Jisung y Hojin se dirigían al fandom allí presente, interrumpiéndolos de vez en cuando y aportando sus chascarrillos mientras esperaban a que el staff terminase de organizar las mesas donde iban a estar sentados firmando y la forma en la que iban a ir subiendo para que les firmasen, los clics de las cámaras haciendo fotos no parando de resonar sin descanso alrededor de Yongsoo. El chico había visto muchas fancams, seguía a todas las fansites que podía en sus redes sociales para no perderse ni una sola cosa de aquellos eventos… pero estar allí, incluso con aquella horrible lluvia, no se podía comparar, y Yongsoo quería que aquello durase toda su vida.

 

            Los minutos fueron pasando rápidamente para su desgracia. Los tres miembros de OOO sentándose y comenzando a firmar a las personas que el staff iba indicando que podían subir al pequeño escenario en el que habían colocado a los chicos, guarecidos de la lluvia, interactuando con ellas, sonriendo, hablando como si las conocieran de toda la vida —algo que era probable porque muchas de ellas eran las fansites que día tras día, evento tras evento, iban a verlos— sin olvidarse tampoco del fandom que todavía seguía sentado, esperando por su turno, sonriéndoles, dedicándoles algunas palabras para hacer la espera más amena, pero sobre todo mandando muchos corazones con sus manos. El chico aprovechó que su móvil tenía una buena funda y protector de pantalla para hacer algunas fotos de aquellos momentos, intentando que se le mojase lo mínimo posible y que las manos no le temblasen demasiado para que no le salieran movidas, chillando internamente cada vez que Kyubin miraba en su dirección porque casi parecía que lo miraba directamente a él y solo a él, aunque a su alrededor había muchas más fans.

 

            El evento siguió adelante poco a poco y Yongsoo comenzó a ponerse mucho más nervioso cuando la fila de delante de él se levantó y las chicas comenzaron a desfilar hacia el escenario porque toda aquella situación todavía le parecía muy irreal, sus manos sudando y su cuerpo temblando porque por fin iba a poder conocer personalmente a los miembros de su grupo favorito, por fin iba a poder hablar directamente con Kyubin después de todo aquel tiempo, no solo intentar que le hiciera caso a través de las redes sociales del grupo, algo que solo había sucedido una vez y lo había dejado en estado catártico durante varios días, de hecho, así que, no sabía cómo iba a poder sobrevivir a hablar con él de aquella forma. Cuando un chico del staff de OOO tocó su hombro, indicándole que se levantase, a Yongsoo le temblaron las piernas y casi dio un espectáculo cayéndose, menos mal que el pobre staff lo sujetó del brazo para que no lo hiciera y Yongsoo se le agradeció varias veces mientras caminaba hacia las escaleras que llevaban al escenario. Casi se sentía como una especie de sentenciado a muerte caminando hacia el patíbulo de lo nervioso que estaba y ni siquiera sabía cómo iba a sobrevivir, pero tenía que hacerlo, tenía que hacerlo porque tenía que contarles a sus amigos —sobre todo a Wookjin, que también era parte del fandom y no lo había podido acompañar en aquella aventura de fin de semana a Seúl— cómo había sido todo aquello con pelos y señales… y para eso tenía que volver a casa, vivo a ser posible.

 

            Esperar impacientemente su turno al pie de la escalera viendo cómo las personas de delante pasaban unos minutos con cada uno de los miembros de OOO casi fue un suplicio para él porque estaba allí, a punto de cumplir su sueño en los próximos instantes, pero el momento no terminaba de llegar… hasta que llegó. El mismo chico del staff que lo había sujetado para que no se cayera al suelo antes, le dijo que podía subir y Yongsoo subió las escaleras mirándose los pies para no tropezar, alzando su cabeza justo al llegar sobre el escenario, encontrándose frente a frente con Kyubin, quien lo esperaba con un rotulador permanente en la mano y una pequeña sonrisa en su rostro. Yongsoo tuvo que inspirar hondo un par de veces para que el oxígeno le llegara al cerebro y después caminó hacia él, sentándose en la silla que tenía frente a su mesa, tratando desesperadamente de seguir respirando mientras los rápidos latidos de su corazón resonaban en su cabeza, tendiéndole al dios griego que tenía delante el último álbum del grupo con las páginas marcadas en las que quería que le firmasen cada uno de los miembros y algunos post-its con preguntas por si sus nervios le jugaban una mala pasada y no podía decir ni una sola palabra.

 

            —Hola —dijo Kyubin—. Es la primera vez que nos encontramos, ¿verdad? —Yongsoo no pudo hacer otra cosa más que asentir porque las palabras no salían de su boca—. Tenemos pocos fans chicos, tiendo a recordaros por eso, pero estoy completamente seguro de que de ti no me habría olvidado porque eres adorable.

 

            Yongsoo enrojeció de los pies a la cabeza y su cuerpo se calentó tanto al escuchar aquello que casi sintió que hervía y el agua que le había calado hasta los huesos se secaba de su piel, su pelo y su ropa. En sus veintitrés años de vida había escuchado muchas veces que era adorable, pero que se lo dijera su idol favorito a la cara después de verlo era algo que no iba a superar en la vida. Intentó decir algo en respuesta, pero después de abrir y cerrar su boca un par de veces como si fuera un pez fuera del agua, al final acabó solamente diciendo un “gracias” tan bajito que ni siquiera estuvo seguro de que el otro lo escuchara.

 

            —¿Cómo te llamas, cuqui? —le preguntó, haciendo que su corazón latiera igual de rápido que si acabase de correr una maratón.

            —Y-Yongsoo —tartamudeó—. Lee Yongsoo.

            —Un nombre precioso —comentó, guiñándole un ojo y buscando el lugar que había señalado en el álbum para que le firmase él—. Oh… una página encantadora.

 

            Kyubin agachó su cabeza durante un par de segundos para escribir y Yongsoo volvió a sentir cómo su cuerpo ardía por el comentario, tanto de su nombre como de la página que había decidido utilizar para la firma. La foto de la página era una en la que este salía tumbado sobre la cama, con la camisa resbalándosele de los hombros, enseñando un poco la piel de estos y de su espalda y una expresión sensual y traviesa en su rostro. Era una de sus fotos favoritas de todo el álbum y, aunque no era una en las que más desnudo salía, era bastante sensual y sugerente.

 

            —Estás completamente empapado —le dijo Kyubin cuando dejó de firmar, mirándolo de nuevo.

—Oh… mmm… no me… traje paraguas… —respondió, su voz apenas saliendo de su cuerpo.

—No es bueno estar bajo la lluvia tanto tiempo —replicó, levantándose de su silla y quitándose la chaqueta que llevaba, bordeando la mesa y después colocándole la chaqueta sobre los hombros a Yongsoo—. He estado preocupado durante todo este rato porque no tenias paraguas y estaba lloviéndote encima, y aunque se lo he comentado al staff no me han hecho caso.

            —Yo… —murmuró a pesar de no saber qué quería decir ni qué quería hacer porque el roce de las manos de Kyubin sobre sus hombros le acababa de provocar un cortocircuito.

            —Úsala para cubrirte cuando vuelvas a sentarte ahí afuera —le dijo una vez estuvo de nuevo sentado frente a él—. Es impermeable.

            —Oppa- digo… hyung —estaba tan nervioso que ni siquiera sabía lo que decía—. No puedo…

            —Claro que puedes —le respondió Kyubin con una sonrisa de oreja a oreja—. Puedes llevarte la chaqueta y no tienes ni que devolvérmela, solo tápate bien con ella para que no te mojes más, no quiero que cojas un resfriado tan grande que no podamos vernos nunca más —el idol le dedicó un pequeño guiño travieso y después volvió a agachar la cabeza sobre su álbum para escribir algo en el post-it—. También puedes llamarme “oppa” si quieres, me ha gustado la forma en la que lo has dicho.

 

            Yongsoo volvió a enrojecer por completo tras aquello y al final no pudo seguir manteniendo su cabeza erguida de la vergüenza, subiéndose con los dedos las gafas por el puente de su nariz cuando éstas empezaron a deslizarse por él. Había oído lo mucho que Kyubin flirteaba con sus fans, lo había visto flirtear en sus lives, pero jamás se había esperado que lo hiciera con él como llevaba haciendo desde que se había sentado frente a él. No estaba preparado para todo aquello. No estaba preparado para que el idol le dijera cosas bonitas y, sobre todo, no estaba preparado para que éste le dejara su chaqueta para que no se siguiera mojando con la lluvia y encima le dijera que se la podía quedar, que no se la tenía que devolver. Solo había estado un par de minutos allí sentado, pero ya sentía que estaba a punto de combustionar. Aquello estaba siendo toda una experiencia, aunque no en el sentido en el que Yongsoo había esperado que lo fuera.

 

            —Me gustaría volver a verte, Yongsoo —le dijo Kyubin en el momento en el que el staff tras él comenzó a gesticularle que debía terminar la conversación y pasar al siguiente asiento, donde lo esperaba Hojin mirando con algo de incredulidad la chaqueta que llevaba sobre los hombros—. Espero que sea lo más pronto posible —le tendió su álbum y le guiñó por última vez un ojo—. No te olvides de tu álbum, es importante.

 

            Yongsoo acabó simplemente asintiendo, notando cómo le daba un pequeño ataque al corazón cuando tomó el álbum y los dedos de Kyubin rozaron los suyos. Las rodillas se le volvieron de gelatina y tuvo que apoyarse en la mesa para caminar los escasos dos pasos que lo separaban de la silla frente a Hojin, todavía demasiado en shock por todo como para que su mente funcionara de forma correcta. Hablar con Hojin y con Jisung al menos no fue tan difícil como lo había sido con Kyubin, ninguno flirteó con él, pero si fueron agradables y lo hicieron reír mientras le firmaban el álbum, sus conversaciones siendo como una especie de bruma en su cabeza porque lo único en lo que podía pensar era en Kyubin. Cuando se bajó del escenario y volvió a la silla en la que había estado sentado antes recibió algunas miradas poco agradables debido a la chaqueta que estaba usando para cubrirse de la lluvia, pero intentó simplemente guardar su álbum lo mejor posible para que no se mojase y sentarse de nuevo atendiendo al resto del evento con la mente envuelta todavía en nubes.

 

~

 

            —No me creo que esa sea su chaqueta —fue lo primero que le dijo su amigo Wookjin cuando la videollamada se conectó—. Me tienes que estar vacilando.

            —Ojalá te estuviera vacilando.

 

            El evento había terminado horas atrás y Yongsoo había vuelto al hostal en el que se estaba quedando después de pasar por la farmacia, se había duchado con el agua mas caliente que había podido y después le había respondido a Wookjin los mensajes que éste le había mandado preguntando por lo que había pasado y cómo había sido todo. Apenas había mandado el mensaje resumiendo brevemente todo, había recibido aquella videollamada en la que su mejor amigo no dejaba de tener los ojos abiertos como platos.

 

            —Es que no me lo puedo creer —volvió a decir su amigo—. Pero buah, eres el tío más afortunado que conozco, no todos conocen a su idol favorito por primera vez y éste les regala una de sus chaquetas.

            —Algún día conocerás a Jisung y seguro que en cuanto te vea se quedará prendadísimo de ti —contestó Yongsoo.

            —Eso espero, porque estoy seguro de que no tiene un fan más increíble que yo —replicó, con una sonrisa pícara. Yongsoo no pudo evitar reír—. Deja de reírte y enséñame qué es lo que te han escrito todos en la dedicatoria.

            —Ni siquiera he tenido tiempo de verlo yo —le dijo, dejando el móvil sobre la cama y levantándose para coger el álbum de su mochila—. Como estaba lloviendo simplemente lo guardé para que no se mojase y como he llegado hace un rato al hostal y lo único que he hecho ha sido ducharme y responder tu llamada —cogió el álbum y se dirigió de nuevo a la cama, sentándose sobre el colchón y abriéndolo por la página en la que Jisung le había firmado, que era la primera de todas—. Me ha puesto “para Lee Yongsoo, muchas gracias por seguirnos, I love you” y un corazón.

 

            Giró el álbum para que Wookjin lo viese y después cogió el post-it en el que le estaba la respuesta a su pregunta sobre si prefería tratar con un Kyubin de 5 años o 5 Kyubin. Jisung había respondido que prefería irse a vivir a una isla desierta antes de tener que tratar con cualquiera de las dos opciones. Después de la página de Jisung estaba la de Hojin, así que Yongsoo miró qué era lo que éste le había escrito en la dedicatoria y en el post-it también, leyéndoselo y enseñándoselo a Wookjin como acababa de hacer con el de Jisung, buscando después la página de Kyubin y quedándose con los ojos como platos.

 

            —¿Qué pasa? —le preguntó Wookjin—. ¿Qué te ha escrito? —Yongsoo abrió y cerró su boca varias veces, pero ningún sonido salió de ésta y, al final, acabó girando el álbum para que su amigo lo leyera por él—. “Para mi adorable Lee Yongsoo, espero que nos volvamos a ver pronto” —dijo el chico, leyendo la dedicatoria—. A tu pregunta sobre qué es lo que preferiría hacer en una cita —comenzó a leer lo del post-it pero se calló a mitad—. Yongsoo… eso después de su “averígualo” no es su número de teléfono, ¿verdad?

            —No puede serlo —respondió él.

            —Pero tiene pinta de que es su número de teléfono… —dijo Wookjin leyendo los números después—. Joder Yongsoo… Shin Kyubin te ha dado su puto número de teléfono para que lo llames y tengas una cita con él.

 

            Yongsoo se quedó completamente paralizado porque al verbalizarlo su amigo parecía que era todavía más real y no sabía qué hacer, no sabía cómo reaccionar. Ni en sus más salvajes y estúpidas fantasías como fan se había imaginado que algo como aquello le pudiera suceder de verdad y estaba quizás un poco en shock. Kyubin, su idol favorito, al que había podido ver después de todos los años que llevaba siguiéndolo en directo, hablando con él y pasando unos minutos junto a él, aquel que había flirteado con él durante ese rato y le había dejado su chaqueta para que no se siguiera mojando, le había dado su número de teléfono para que lo llamase también y tuvieran una cita. Yongsoo no podía evitar pensar que todo aquello sonaba surrealista porque era surrealista, era lo más surrealista que le pasaría jamás.

 

            —Yongsoo… llámalo inmediatamente —dijo Wookjin, sacándolo de sus pensamientos.

            —¡No! ¿Cómo lo voy a llamar? ¿Estás loco? —le replicó a su amigo.

            —Joder, Yongsoo, ahora mismo estás viviendo la vida que cualquier fan querría para él, aprovecha la maldita oportunidad todavía que estás en Seúl porque mañana por la tarde estarás en un puto autobús volviendo a casa —le contestó.

 

            Yongsoo sintió cómo su cabeza comenzaba a doler y no estaba seguro si era por la situación en la que se encontraba o porque al final con la lluvia que le había caído encima durante un par de horas se había resfriado de verdad, pero se llevó las manos a la cabeza igualmente, dejando tirado el móvil y el álbum sobre la cama y queriendo ahogar la voz de Wookjin. Por una parte, quería chillar, quería correr de un lado a otro de la habitación porque Kyubin, el tío con el que había tenido un crush durante muchísimo tiempo, y por eso se había enganchado en un primer momento a OOO, le había dado su número de teléfono insinuándole que quería que tuvieran una cita, pero por otra parte lo único que quería era hacerse una bolita en la cama, debajo de las sábanas, donde nadie pudiera verlo ni encontrarlo.

 

            —Yongsoo —lo llamó Wookjin, haciendo que el chico volviera a prestarle atención y recogiera el móvil de la cama—. Si no quieres llamarlo, al menos mándale un mensaje, dile que eres tú, pregúntale qué era lo que quería decir con su mensaje, lo que sea, pero no vayas a desaprovechar esta oportunidad única.

 

            Yongsoo tragó saliva y al final asintió, sabiendo que, en el fondo, tenía que aprovechar aquello porque era una oportunidad única, de la misma forma que había aprovechado su tiempo en el evento para conocer a OOO, a pesar de que la lluvia le había estado cayendo encima porque era algo que no sabía si podía volver a tener. Wookjin se despidió de él después de aquello y después de desearle suerte y Yongsoo abrió sus contactos para añadir el número que Kyubin le había dejado, guardándolo inmediatamente después. Pasó bastante tiempo mirando la pantalla de su móvil, debatiendo internamente qué es lo que debía hacer, si debía de llamar al número o si debía buscarlo en alguna de las aplicaciones de mensajería para escribirle algo… pero no pudo llegar a ninguna conclusión, al menos no hasta que le llegó una notificación, una notificación de la aplicación de la membresía del grupo, una notificación de un mensaje del mismo Kyubin diciendo que aquella noche estaba aburrido. En ese momento, Yongsoo se decidió a mandar un mensaje al número de teléfono que Kyubin le había dejado escrito en el post-it, un mensaje simple en el que solo dejó un saludo y su nombre, un mensaje simple que recibió una respuesta inmediata, una respuesta que provocó que el corazón de Yongsoo latiera rápidamente dentro de su pecho, un “me alegra que me hayas contactado, Yongsoo, creía que nunca lo harías” que puso su vida completamente patas arriba en un instante sin que él pudiera hacer absolutamente nada para detenerlo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario