Pareja: KrisHan (Kris x LuHan) (EXO)
Géneros: AU?, drama, superación personal
Número de palabras: 1.031 palabras
Resumen: tras la marcha de YiFan, LuHan se cuestiona si de verdad hay un mundo más
allá del que ellos conocen.
Notas: historia inspirada en el mito de la caverna de Platón.
Comentario de autora: podéis tirarme todas las piedras que queráis por esto, pero es lo que
realmente pienso de todo. Como EXO-L seguiré apoyando a EXO y a los miembros
que dejen de ser parte del grupo. Gracias YiFan y LuHan por dejarme conocerlos,
gracias por salir de la oscuridad hacia la luz.
"Hay algo más
allá, LuHan, un mundo alejado del que nosotros realmente vemos, algo allí
arriba que está lleno de luz y color".
LuHan recuerda las palabras de YiFan como si las hubiera
escuchado solo unos minutos atrás, pero han pasado varios meses desde que las
pronunció y varios meses desde que se fue al mundo exterior del que tanto
hablaba. LuHan lo echa de menos, lo extraña y piensa mucho en él, en si está
bien, en si de verdad afuera había algo como aquello de lo que hablaba. Tiene
mucha curiosidad por saberlo, pero sus otros diez compañeros siempre lo
disuaden.
"YiFan ha
muerto", "No hay nada más allá de la caverna", "Este mundo
que conocemos es el único que existe", "Si sigues sus pasos también
morirás".
Palabras como esas son las que escucha cada vez que
menciona el tema, en contraposición con la llenas de esperanza que poblaban sus
oídos cuando YiFan se susurraba con su voz grave que fuera estaba el mundo
real.
LuHan mira con tristeza las sombras de personas
proyectadas en la pared de enfrente. Fuera debe de haber algo, no sabe lo que
será, pero el mundo exterior existe y quiere conocerlo, quiere regresar junto a
YiFan, quiere salir de las sombras en las que se encuentra, romper sus
ataduras. Así que no lo piensa más.
Con muchísimo esfuerzo, logra romper las cadenas que lo
mantienen preso en la oscuridad y se levanta. Las piernas no sujetan su peso
porque lleva demasiados días pensando sin moverse del sitio y se le han
dormido, pero no le importa el doble esfuerzo que le supone caminar, quiere
salir, quiere ir con YiFan. Sin embargo, al oír un sonido de cadenas, se gira,
advirtiendo la silueta de YiXing muy cerca de él.
—¿Dónde vas LuHan? —le pregunta—. ¿Tú también te vas
hacia lo desconocido?
—Sí —contesta con firmeza—. Me voy hacia el mundo de la
luz.
—Dale recuerdos a YiFan de mi parte si lo ves —lo oye
murmurar con algo de tristeza.
—Ven conmigo al mundo de la luz —propone—. Ven conmigo y
con YiFan.
—No —la respuesta es clara y resuena en la caverna en la
que se encuentran—. El mundo de la luz es peligroso y la caverna es lo único
que he conocido.
—No le temas a lo desconocido, YiXing, no le temas a la
luz —LuHan extiende su mano para que YiXing la tome, pero este niega y se aleja
de él, internándose en las sombras de nuevo.
A LuHan le duele no poder ayudarlo y piensa que es así
como se debió sentir YiFan cuando se fue dejándolos atrás. Intenta detener las
lágrimas que quieren escapar de sus ojos y alza la cabeza. Debe salir de allí
lo más pronto posible, antes de que el pensamiento de todo lo que deja atrás
haga tambalear su decisión.
Avanza a través de la oscuridad, avanza por los numerosos
pasillos de la caverna, siempre hacia arriba porque sabe que el mundo de la luz
es superior a aquel en el que se encuentran, así que asciende, asciende hasta
que un pequeño rayo de luz real lo avisa de que ya está cerca. En ese momento
comienza a correr porque quiere llegar a la superficie lo más pronto posible,
quiere ver la luz con sus propios ojos, quiere volver a encontrarse con YiFan.
Sigue el rayo de luz hasta que deja de ser un rayo y se
convierte en un haz de luz cada vez más grande hasta que prácticamente estuvo
rodeado de luminosidad y tiene que cerrar sus ojos cegado por esta. LuHan
siente calidez, allí donde la luz lo toca y poco a poco vuelve a avanzar,
escuchando también sonidos que antes solo había oído en el eco de la caverna.
Lentamente, a medida que avanza, va abriendo sus ojos con cautela,
acostumbrándose a todo aquello que es nuevo para él y, una vez están
completamente abiertos, siente cómo las lágrimas que llevaba conteniendo todo
el tiempo, finalmente corren por sus mejillas.
Todo es tan colorido y tan luminoso, tan claro a sus ojos
que incluso le hace un poco de daño, pero lo soporta, porque ese es el mundo
real, no el mundo que había estado percibiendo desde el interior de aquella
oscuridad.
LuHan mira a su alrededor, confuso y algo asustado, pero
muy seguro de que no quiere volver al lugar del que procede porque ante él hay
un mundo nuevo lleno de posibilidades.
—Bienvenido —escucha que alguien le dice muy cerca de él.
LuHan no puede verlo, porque la luz todavía es demasiado
fuerte para sus ojos, pero la silueta ante él es algo que reconocería en
cualquier momento y la voz grave que lo invita a este nuevo mundo le hace
recordar sus susurros sobre el exterior tanto tiempo atrás. Así que, aunque no
lo ve, LuHan sabe que es YiFan y da varios pasos hacia él antes de saltar a sus
brazos, derramando aún más lágrimas porque está bien, el mundo exterior no lo
ha matado y parece ser feliz.
—Te he echado mucho de menos —susurra contra su pecho y
YiFan lo aprieta más fuerte entre sus brazos—, pensaba que algo malo te había
pasado.
—El mundo real no nos hace ningún daño, LuHan —le
contesta, separándose de él y el chico puede ver por primera vez sus rasgos—.
Solo nos hace ver que la oscuridad en la que estábamos era todo una mentira y
que aquí fuera podemos ser felices.