Capítulo 7
¿Preparados?
—JunMyeon —murmuré, haciendo que él
dejara de ver la televisión para mirarme a mí.
—¿Sucede algo? —preguntó y yo asentí
levemente—. ¿Qué es?
—Tu madre nos mira raro —dije.
JunMyeon alzó una de sus cejas y
luego giró lentamente el rostro hacia su madre, pillándola en medio de una de
aquellas miradas. La señora Kim nunca nos había mirado de aquella forma y por
eso estaba bastante desconcertado, porque no sabía qué era lo que podía haber
cambiado para que lo hiciera.
—¿Por qué nos miras así, mamá?
—cuestionó su hijo y ella sonrió afablemente antes de responderle.
—Me preguntaba cuál era el motivo
por el que no me decíais que estabais saliendo juntos.
Abrí mis ojos como platos y la mujer
sonrió más ampliamente, a la vez que JunMyeon me miró a mí, preguntándome con
la mirada qué habíamos hecho para que nos hubiera descubierto. Negué casi
imperceptiblemente porque no habíamos hecho nada fuera de lo normal en su
presencia, así que ella no tenía por qué saberlo.
—Si os asusta que me moleste por
ello o algo, tranquilos —dijo, rompiendo el silencio—, prefiero que sea
KyungSoo quien esté al lado de mi hijo ya que sé que nunca hará nada que le
haga daño.
—Mamá… ¿cómo…? —empezó a hablar
JunMyeon, pero ella lo cortó.
—Hace tiempo que miras a KyungSoo
como si fuera la persona más importante para ti y recibes esa misma mirada
—sonrió—. No hay que ser demasiado listo para atar todos los cabos —y tras
decir esto, se levantó del sillón y se fue, dejándonos solos.
—Esto ha sido totalmente inesperado
—murmuré.
—Mucho —respondió JunMyeon,
esbozando una sonrisa—, pero… al menos, ya sabemos que no tenemos por qué
escondernos cuando estemos en casa —dijo antes de besarme levemente, beso que
respondí con una pequeña sonrisa en mis labios.
-oooOOOooo-
—¿Cuánto llevamos sin ser atacados?
—me cuestionó YiFan y yo comencé a pensar en el tiempo que llevábamos sin tener
avistamiento de ningún enemigo.
—¿Algo más de un mes? —murmuré, sin
estar realmente seguro si eran seis o siete semanas las que habían pasado desde
entonces.
—Correcto —dijo—. Y eso es algo
bastante raro.
—¿Qué crees que puede estar pasando
para que ahora ya no seamos atacados prácticamente cada semana? —pregunté,
echando mi cabeza sobre su hombro.
—Puede que ÉL esté utilizando a sus
últimos esbirros para fortalecerse antes de atacarnos —murmuró—, puede que esté
esperando a que nos confiemos y bajemos la guardia… o puede que esté trazando
otro plan ahora que ZiTao no se encuentra en su poder.
—Son muchas probabilidades…
—susurré.
—Lo sé… —me apretó contra su cuerpo
y me acomodé sobre él como si aquello fuera algo natural—. ¿Estaría bien hacer
otra reunión?
—Creo que sí.
-oooOOOooo-
Llegué a la casa donde se había
programado la reunión, donde siempre, vamos, y al hacerlo me senté junto a Lu
Han, tomando su mano entre las mías y mirándolo a los ojos con una pregunta
muda que él no supo responderme. Ninguno de los que estábamos allí parecíamos
saber qué era lo que debíamos esperar de aquella reunión porque en los ojos de
todos estaba aquella misma duda. Ya habíamos hablado mucho sobre nuestra
situación y Kevin ya nos había explicado lo ocurrido en el pasado porque nadie
más había recuperado sus recuerdos, quizás eso solo venía con el tiempo, y dado
que ninguno de nosotros llevaba más de un año con los poderes, tampoco era de
extrañar.
—¿Por qué estamos aquí? —cuestionó
JongDae, aunque por su voz parecía que había dejado de querer un enfrentamiento
directo con Kevin.
—Quiero que entre todos
intercambiemos opiniones sobre el periodo de tiempo tan tranquilo que hemos
tenido —respondió él—. Casi vamos a empezar el segundo semestre y no creo que
los enemigos nos estén dejando descansar así porque sí.
Esa tarde se habló mucho, tanto que
había ya anochecido y pasado la hora de cenar cuando dejamos de intercambiar
opiniones y llegamos al consenso de que eso solo podía significar una cosa: que
el final estaba cerca. Con esta idea latente en mi cabeza de que no nos quedaba
demasiado tiempo, quise aprovechar al máximo lo que me quedaba junto a Lu Han,
porque aunque fuera nuestra última vez, quería compartirlo todo con él.
—Lu… —lo llamé, haciendo que se
girara hacia mí y me prestara atención—. ¿Querrías venir conmigo a la
residencia?
—¿A pasar la noche? —preguntó.
Asentí en respuesta y él me sonrió de una forma muy dulce—. Claro que sí,
pequeño —murmuró, acariciándome con cariño infinito la mejilla.
-oooOOOooo-
Le había dicho a JongIn que se
quedara en casa después de la pequeña reunión que habíamos tenido hacía algunos
minutos y él había aceptado gustosamente porque SeHun le había comentado algo a
Lu Han sobre ir a la residencia juntos. Por eso, en aquel momento, se encontraba
sentado sobre mi cama, con unos pantalones de chándal míos y una camiseta de
manga corta que se le pegaba demasiado al cuerpo y… hacía mucho calor en la
habitación de repente.
—Hum… Tao —murmuró y centré mi
completa atención en lo que tenía que decirme y no en lo que me gustaría
hacerle si él me dejara—. ¿Puedo abrir la ventana? Hace calor.
—Tranquilo, ya la abro yo —le
contesté, dirigiéndome hacia ella para abrirla, al menos, él también sentía
tanto calor como yo—. ¿Mejor?
—Sí…
Me senté con él en la cama
incómodamente, pero apenas estuve un par de segundos sentado a su lado cuando
ya me encontré tumbado sobre el colchón, con JongIn encima de mi cuerpo,
mirándome con deseo contenido. Tragué saliva ante aquella penetrante mirada y
jadeé porque no pude soportar aquello durante mucho más tiempo antes de alzar
mi rostro para besar sus labios con furia y desesperación. Hacía demasiado que
no estábamos de aquella forma, o quizás no era tanto, pero a mí me había
parecido mucho.
—Quiero estar contigo de todas las
formas —murmuró, una vez nos separamos lo mínimo para poder respirar.
—¿Eso qué significa? —cuestioné,
respirando entrecortado.
—Necesito… estar dentro… de ti…
—Esto no lo habíamos hablado
—susurré—. No… habíamos llegado a un acuerdo…
Las últimas palabras las jadeé
contra su boca porque JongIn me había metido la mano dentro del pantalón y
había comenzado a tocar mi miembro sin mi permiso, calentándome muchísimo más
de lo que ya estaba y haciendo que mi mente comenzara a dejar de pertenecerme.
—Sabes que no me voy a abrir de
piernas… —respondió, besando mi mandíbula.
—Por ahora… —gemí, dejando que por
esta vez ganara aquella batalla.
-oooOOOooo-
Quizás no fuera lo más adecuado
aquello de ir a una actuación de un grupo idol cuando la tensión podía cortarse
con un cuchillo, pero me había parecido la mejor manera de desestresarnos, pero
era la única manera que se me había ocurrido para hacer que ChanYeol dejara de
comerse la cabeza, como últimamente hacía. No le tenía que haber dicho lo
asustado que estaba por todo hacía unos días, porque eso lo único que había
hecho era tensarlo mucho más y cuando las cosas se tensaban más de lo que se
debía acababan rompiéndose, pero eso había pensado que aquello sería lo mejor
que podía hacer para que se relajara y dejara de pensar.
Había sido difícil reservar nuestros
sitios en la presentación del grupo que tanto le gustaba a ChanYeol, pero lo
había conseguido y, ahí estábamos, en la puerta del edificio de la cadena,
enseñando los pases para poder asistir a la pre-grabación. Lo había llevado
engañado, pero una vez llegamos al lugar no pude hacer más que sonreír y
admitir que lo había hecho todo por él.
—No te merezco, Byun BaekHyun —me
susurró en el oído, solo para que yo lo pudiera escuchar y no las cientos de
chicas que estaban a nuestro alrededor—. Cuando lleguemos a casa te lo
recompensaré.
—Espero que sea una gran recompensa
—le contesté.
Estuve tentado a darle un beso, pero
estábamos rodeados de chicas que se volvían locas al ver cualquier indicio de
una pareja gay, así que era mejor no hacerlo por nuestra integridad física y
simplemente agarré de la mano a ChanYeol para llevarlo al frente, a un lugar en
el que vería de muy cerca a aquellos seis chicos que hacían canciones revolucionarias.
-oooOOOooo-
El cuerpo de ZiTao estaba a mi lado
y ambos respirábamos entrecortadamente por el esfuerzo físico que acabábamos de
realizar. Me sentía increíblemente bien después de haber estado de aquella
forma con él, jamás había pensado que pudiera sentirse tan bien, incluso mejor
que con una mujer. Aproveché que ZiTao seguía disfrutando de las sensaciones
del orgasmo para alzarme sobre él y besar sus labios. Inmediatamente, él me
respondió al beso con una sonrisa satisfecha que yo mismo tenía.
—¿Ha estado bien? —me cuestionó una
vez abandoné sus labios.
—Ha estado increíble —susurré,
dándole un pequeño beso en la mandíbula—. Has sido muy bueno, para nada
quejica.
—No como alguien que yo me sé
—replicó, moviéndose lentamente sobre la cama para colocarse sobre mí.
—No soy un quejica —contesté,
dejando que sus labios recorrieran mi mandíbula y mi cuello, notando cómo algo
comenzaba a despertar levemente.
—¿Quieres que lo comprobemos?
ZiTao llevó una de sus manos a mi
entrepierna, tal y como había hecho yo anteriormente para doblegar su voluntad,
pero estaba seguro de que con eso no iba a conseguir nada. Sin embargo, en
cuanto comenzó a tocarme, mi voluntad empezó a flaquear levemente, como si en
realidad quisiera probar aquello como parte de una sexualidad que acababa de
descubrir.
—Lo dejamos mejor para otro día,
estarás cansado y sentirás molestias si te mueves mucho —intenté disuadirlo,
pero una vez la sangre se iba acumulando allí abajo no podía pensar con toda la
claridad que debía.
—No siento ningún malestar
—respondió, sus labios ya estaban recorriendo mi pecho con una lentitud
pasmosa, deteniéndose un poco más en mis pezones.
—ZiTao… —advertí, pero mi
advertencia sonó más como a un gemido que a otra cosa.
—Vamos, JongIn… —dijo—. Yo me he
abierto de piernas para ti, ¿por qué no puedes hacer lo mismo por mí?
—ZiTao…
—Las rotaciones son buenas, para
experimentar qué es lo que siente el otro, para poder tener confianza mutua en
el otro —murmuró, mirándome muy seriamente con sus rasgados ojos oscuros.
Quería y no quería. Era algo extraño
lo que estaba sintiendo en aquellos momentos, pero la mirada que estaba
recibiendo de ZiTao decía que si no lo hacía se enfadaría conmigo y yo no
quería por nada del mundo que se enfadara conmigo, no quería perderlo de nuevo
y por una tontería, aunque quizás no era una tontería. Le iba a entregar
voluntariosamente mi virginidad trasera.
—Te quiero —dije, casi sin poder
creerme la confianza que había mostrado al decir aquello que en otra época me
había costado tanto—. Así que lo haré.
Una gran sonrisa se extendió por sus
labios a la vez que yo abría mis piernas para darle cabida a su cuerpo, para
que de esa forma comenzara una placentera tortura que nos hizo llegar a ambos
al paraíso. Quizás me quejara bastante al principio, pero no pude evitarlo. La
siguiente vez intentaría hacer todo lo posible para no protestar.
Hola~ ^w^ ¿Cómo has estado?
ResponderEliminarAigooo, éste cap se me pasó volando :v
Sinceramente, no me imagino que ukeen (? A Jongin xD pero bueno, casos se ven xD
Desde el comienzo del fic, me he preguntado quién podría ser "ÉL" :v cuando aparezca, sí es quien yo creo, te diré xD
Creo que me acostumbraré a leer esto de madrugada xD
Que tengas un lindo día, o tarde, o noche xD no sé qué horas serán por allá ^^ (Las 5 ¿Tal vez?)
Nos estaremos leyendo :3
¡Fighting! :3
Holi~ Bien, como siempre, con mis más y mis menos XD
EliminarLos capítulos son muy cortitos, lo sé, pero como se suele decir "lo bueno si breve, dos veces bueno" LOL
¿No? Pues a mí me encanta que todo el mundo lo ukee, no sé, es como muy cuqui y adorable <3
Bueno, era la cosa, que no supiérais quién era hasta la última temporada (?) Okey, cuando quieras me puedes decir tus sospechas XD
De madrugada siempre se lee mejor, creo yo (?) XD Muchas gracias ^^ Qué tengas un bonito día tú también ^^
Besitos <3
Lo de la madre ha sido demasiado lol xD Me la imagino ahí mirandolos a los dos en plan... a ver si me dicen algo ya, que lo se todo... jajaja
ResponderEliminarLa típica madre que lo sabe todo XD Hay muchas de esas por el mundo XD
Eliminar