martes, 27 de febrero de 2018

[One Shot] Ask Drabbles 5: Sugar, Sugar {WonTaek}



Título: Sugar, Sugar
Autora: Riz Aino
Pareja: WonTaek (Leo + Ravi) (VIXX)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, drama, fluff
Número de palabras: 1.602 palabras
Resumen: TaekWoon, como dueño de la cafetería, pasa más tiempo en la cocina de lo que debería.
Notas: historia escrita para WonTaek Shipper.
Comentario de autora: tenía demasiada azúcar en mi vida y necesitaba compartir todo ese azúcar para hacer vuestras vidas más dulces. Espero que os guste.

Sugar, Sugar

Kim WonSik se encontraba demasiado concentrado en su labor, sin prestar atención alguna a lo que sucedía a su alrededor. Siempre era así cuando comenzaba a decorar los pequeños pastelitos que servían en aquella cafetería o las tartas que les eran encargadas para cumpleaños o aniversarios. El maese pastelero del lugar nunca atendía a nada cuando se enfocaba en aquello, así que, TaekWoon aprovechaba algunos de esos instantes para pasarse por la cocina del establecimiento que llevaba y, con la excusa de picotear algo para probar si estaba bueno o no, observaba desde la distancia al chico. Probablemente alguno de los camareros o de los demás chicos que trabajaban en la cocina se habrían dado cuenta de que sus extrañas incursiones se producían siempre a la misma hora en la que WonSik trabajaba en sus creaciones, pero ninguno había dicho nada al respecto. Era mejor para todos que no dijeran una palabra sobre ello.


Aquella tarde de domingo, recién abiertos tras el parón del medio día, TaekWoon decidió pasarse por la cocina y observar la escena de siempre, aquella en la que WonSik se volvía increíblemente sexy mientras decoraba pastelitos. No estaban un día demasiado ajetreado porque había un partido de fútbol importante y lo que la gente encargaría más que nada sería pollo frito, así que, la cafetería estaba muy vacía, pero el dueño había esperado que su empleado siguiera su rutina; sin embargo, cuando llegó, se encontró a WonSik sentado tranquilamente, hablando con HakYeon y SangHyuk. Al parecer el día estaba siendo tan tranquilo que ni siquiera tenía que reponer pasteles.

TaekWoon, al ver aquello, simplemente se detuvo un segundo antes de disponerse a salir. No obstante, no pudo llegar muy lejos porque una voz profunda lo llamó desde lejos.

—¡Hyung! ¿Por qué no te quedas un rato con nosotros?

Era WonSik quien lo había llamado, reconocería aquella voz en cualquier lugar del mundo. Pero a pesar de que TaekWoon se detuvo unos segundos, ni siquiera contempló la idea de quedarse unos momentos con sus empleados, por más que estuviera tentado a quedarse para siempre con WonSik. El jefe solo siguió su camino hasta su despacho, dándose una vuelta antes por la zona de la cafetería para ver cuántos clientes tenían en aquellos momentos. En el gran salón pudo ver simplemente a HongBin detrás de la barra, atendiendo al chico de la nariz grande que siempre iba por allí a la misma hora, y a un grupo grande de chicas que suspiraban desde su mesa por el camarero guapo.

TaekWoon decidió que lo mejor que podía hacer en aquellos momentos era dirigirse a su despacho y ponerse a hacer cuentas para ver qué podía hacer por su negocio. A la mañana siguiente tendría que hablar con un par de proveedores, pero era algo que pudiera captar su atención tanto como para olvidarse de WonSik.

La realidad era que no sabía desde qué momento su empleado se había convertido en un pensamiento siempre presente en su mente. Quizás había sido desde el día en el que lo había contratado después de hacerle la entrevista y probar uno de sus dulces o quizás había sido desde que hacía unos meses se habían encontrado solos en la cocina y WonSik se había acercado a él sonriéndole de forma encantadora antes de darle un azucarado beso en los labios.

Unos repentinos golpes en la puerta de su despacho lo sacaron de sus pensamientos y TaekWoon sacudió su cabeza para dejarlos ir rápidamente antes de darle paso a la persona que había llamado. Al abrirse la puerta, apareció HakYeon con un café humeante en sus manos y una sonrisa que no presagiaba nada bueno en su cara. Quizás no lo debía haber contratado a pesar de que su amigo de la infancia fuera todo un experto en hacer todo tipo de bebidas.

—¿Qué quieres? —le preguntó.
—Solo dejarte un café para que no te duermas sobre los papeles —contestó, acercándose a la mesa—, ya que hoy no has tenido tu dosis diaria de azúcar ni te has alegrado la vista con cierto maese pastelero haciendo su trabajo he pensado que lo necesitarías.

HakYeon dijo todo aquello con una sonrisa en su rostro y TaekWoon quiso hacerle beberse el café hirviendo y meterle después la taza por la boca para que dejara de reírse de él.

—No necesito nada —dijo en cambio.
—Oh, vamos —HakYeon dejó la taza sobre la mesa y se sentó en una silla que había frente a su escritorio—. Deja de poner esa cara de mala hostia cada vez que intento que muestres tus sentimientos.
—Sabes perfectamente que yo no tengo de eso —respondió, desviando su vista hacia los papeles que tenía sobre la mesa.
—Los tienes —aseguró el otro—, como todo el mundo, lo que pasa es que eres idiota y no te das cuenta de que vas a perder al único chico que se ha interesado por ti por ser así.
—Tengo mucho trabajo que hacer —quiso que con aquellas palabras su amigo entendiera que se tenía que ir de allí, pero HakYeon nunca había sido bueno para leer lo que quería o no.
—Sabes que le estás mandando señales confusas, ¿no? —le preguntó—. A veces eres amable con él, otras veces lo ignoras, pero siempre vas a observarlo mientras trabaja concentrado para que no se dé cuenta de que lo estás mirando. ¡El pobre WonSik tiene la cabeza hecha un lío!
—¿Debe interesarme la vida personal de mis empleados? —cuestionó, alzando su cabeza, su rostro expresando total indiferencia, pero su corazón encogido.
—Debería —sentenció HakYeon levantándose de la silla—. Porque si no HongBin va a aprovechar su oportunidad con WonSik y éste no te va a esperar.

Después de decir aquellas palabras, HakYeon se fue de su despacho y TaekWoon echó su cabeza sobre los papeles que había estado fingiendo leer. Nunca se le habían dado bien las relaciones personales, él siempre había sido más de encerrarse en su habitación y ver por la ventana cómo los niños de su barrio corrían por la plaza. HakYeon había sido la única persona con la que se había relacionado realmente y solo había sido porque el mayor había ido presionándolo una y otra vez, así que, no sabía realmente qué era lo que debía hacer con respecto a WonSik.

¿Le gustaba? Suponía que sí, pero no podía decirlo con seguridad porque nunca antes le había gustado una persona. ¿Se estaba replanteando despedir a HongBin para que no se le ocurriera acercarse a WonSik? Probablemente.

Al final de la tarde, TaekWoon decidió que lo mejor que podía hacer era comenzar a cerrar la cafetería e irse de allí, con suerte, solo quedaría SangHyuk en el establecimiento, terminando de limpiar. Sin embargo, cuando entró al local, allí ya no había nadie. Todas las sillas habían sido puestas sobre las mesas y las luces estaban apagadas. Le extrañó bastante aquello pero no le dio mucha importancia, así que, sin pensarlo demasiado se dirigió a la cocina, donde se encontraba la puerta de atrás, la que era utilizara para salir. Al llegar allí, vio que WonSik estaba sentado en una de las sillas, como si estuviera esperándolo. El chico alzó la cabeza al escucharlo entrar en el lugar y lo miró fijamente a los ojos, haciendo que TaekWoon quisiera salir corriendo de allí.

—Hyung —dijo—. No quería hacer esto, pero HakYeon me estaba volviendo más loco de lo que ya lo estaba haciendo yo solo —se levantó de la silla y caminó hacia él hasta que se quedó a un par de metros. TaekWoon se encontró deseando que quería que aquella distancia se acortara—. Sé que besarte sin tu consentimiento estuvo mal —murmuró—, pero me gustas mucho, hyung, y pensaba que yo también te gustaba —WonSik suspiró—. Si no piensas en mí de esa forma, por favor, dilo —le pidió. Una mirada angustiada cruzó sus ojos y el mayor sintió cómo su corazón se encogía por segunda vez en aquella tarde—. Creo que puedo soportar tu rechazo, lo prefiero a soportar tu indiferencia.

TaekWoon nunca había sido bueno con las palabras, nunca se había expresado demasiado bien delante de las personas y siempre había esperado que sus acciones hicieran a la gente comprender qué era lo que quería o no; sin embargo, el mundo parecía no darse cuenta nunca de nada. Realmente, el mayor no sabía si lo que sentía por WonSik era lo mismo que el otro sentía por él, pero lo que sí sabía era que no quería que HongBin se lo arrebatara o que estuviera triste y sufriendo por su culpa. Por todo aquello, TaekWoon solo dio unas zancadas hasta dejar atrás toda la distancia que los separaba y tomó el rostro de WonSik con una de sus manos, lo miró a los ojos durante unos instantes y después buscó sus labios para hacerle entender todo lo que no sabía cómo decirle.

A partir de aquel momento, TaekWoon se pasaría mucho tiempo en la cocina, con la misma excusa de siempre, probar los dulces, solo que ahora también probaba los labios de WonSik de vez en cuando.





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