Título: 4 Walls
Autora: Riz Aino
Pareja: WonEun (Joo
WonTak + Hong EunKi) (RAINZ)
Clasificación:
PG
Géneros:
romance, drama, fluff
Número de palabras:
771 palabras
Resumen:
estar encerrados entre cuatro paredes es la única solución a la tensión entre
WonTak y EunKi.
Notas:
drabble escrito para euneun.
Comentario de autora:
no he visto muchos fics de esta pareja, por lo que al final me decidió por
ellos para hacer esta historia. Espero que os guste.
4 Walls
Los miembros de RAINZ se habían dado cuenta
de la tensión que existía entre WonTak y EunKi, una tensión que cada día se
acumulaba más y más en ellos conforme se acercaba la fecha del debut y que era
algo que los perjudicaba a todos y no solo a ellos dos, una tensión que tenía
mucho que ver con que ambos estaban enamorados del otro pero eran incapaces de
confesar sus propios sentimientos, una tensión que los hacía ser torpes el uno
con el otro y una tensión que había hecho que todos estuvieran hasta las
narices de ella y que por eso se aliaran con su manager para encerrarlos en la
sala de ensayo durante toda una noche para que resolvieran aquella tensión.
Seguramente, una noche entre cuatro paredes
lo arreglaría todo y haría que por fin el grupo pudiera debutar tranquilamente,
sin nada que hiciera que la relación entre todos ellos fuera rara. Por eso, con
aquella mentalidad habían dejado solos a EunKi y a WonTak, practicando la
coreografía de su canción y se habían ido a casa, encerrándolos. Ninguno de los
dos se había dado cuenta de que habían sido encerrados, demasiado volcados en
la coreografía, pero cuando tiempo después trataron de salir y no pudieron
hacerlo. Trataron de llamar a sus compañeros de grupo, trataron de contactar con su manager, trataron de poder
salir de allí por sus propios medios, pero no pudieron hacerlo y entonces, solo
entonces, ambos se sentaron en el suelo, con sus espaldas apoyadas contra la
pared, derrotados.
Ninguno entendía por qué había pasado todo
aquello, pero sobre todo, ninguno de ellos quería pensar que había sucedido
porque quisieran que resolvieran sus problemas amorosos, porque eso significaba
que los demás se habían dado cuenta de sus sentimientos y eso era algo que les
daba mucho miedo a ambos. Sin embargo, conforme pasaban las horas, el silencio
pesado se acumulaba sobre sus hombros y el sueño no venía, ambos sabiendo que
tenían que hablar, pero sin querer hacerlo… al menos hasta que EunKi por fin
rompió aquel silencio que se había instalado entre las cuatro paredes de su
sala de ensayo.
—Hyung…
—dijo, llamando la atención de WonTak—. Creo… creo que estamos aquí por una
razón.
—¿Por qué razón? —le preguntó el otro, sin
querer dar a conocer qué era lo que él sentía.
—Porque los chicos están hartos de lo que
sucede entre nosotros y deben querer que lo arreglemos —replicó EunKi—. No creo
que haya otra razón.
—Entre… nosotros… —comenzó el mayor, pero no
pudo seguir, porque EunKi lo cortó.
—Sé que puede sonar raro, hyung, muy raro —dijo el menor—. Pero de
alguna forma, me he enamorado de ti y, aunque tú no correspondas mis
sentimientos, al menos me gustaría que pudiéramos hacer como si mis
sentimientos no existieran y pudiéramos ser amigos.
WonTak, al escuchar aquellas palabras, por
primera vez rompió el silencio de sus sentimientos y también dejó que EunKi
escuchara cómo se sentía con respecto a él. Había tenido miedo, mucho miedo de
lo que el menor pudiera pensar sobre él y sobre sus sentimientos, pero viendo
lo valiente que éste había sido, él mismo se sintió valiente.
—EunKi… —lo cortó, antes de que pudiera
seguir por aquel camino—. Yo… tenía mucho miedo de ver cuál podía ser tu
reacción si te contaba cómo me sentía… mucho miedo… pero también estoy
enamorado de ti y no quiero que finjamos ser amigos o que obviemos tus
sentimientos.
El rostro de EunKi se le iluminó, se iluminó
debido a la felicidad que aquella declaración le había provocado y le faltó
tiempo para echarse a los brazos de WonTak.
Muchas horas después, cuando sus compañeros
de RAINZ regresaron a la empresa para ensayar, abrieron la sellada puerta y se
encontraron a las dos personas que habían dejado allí la noche anterior,
durmiendo al uno en brazos del otro, con amplias sonrisas en sus rostros y a
ninguno de ellos se les escapó que, gracias a que los habían dejado encerrados
entre aquellas cuatro paredes, por fin habían acabado con aquella tensión que
había lastrado sus vidas en los últimos tiempos.
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