Título:
The Princess
Autora:
Riz Aino
Pareja:
MiJeong (MiMi + SeJeong) (Gugudan)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, historical, romance, drama, fluff
Número de palabras:
640 palabras
Resumen:
como princesa, MiMi tiene ciertas obligaciones… pero sus sentimientos por
SeJeong son mucho más importantes.
Notas: drabble
escrito para Tania, que me ganó uno de mis juegos de twitter y quería algo
cuqui.
Comentario de autora:
no estoy totalmente familiarizada con Gugudan, pero poco a poco saco cosas de
ellas y voy sabiendo más poquito a poquito. Espero que os guste.
The Princess
—¡Princesa MiMi!
Aquella llamada era
repetida una y otra vez, pero la aludida no iba a salir de su escondite, no por
el momento al menos. Ella había expresado claramente que no estaba dispuesta a
pasar el resto de su vida en un país desconocido y rodeada de personas que la
iban a considerar una extraña toda su vida. No quería casarse con ningún
príncipe o noble extranjero y acabar como su hermana Hana, quién en casa carta
que le enviaba era más y más desgraciada. No. MiMi no quería vivir de aquella
forma y, aunque su destino fuera casarse con alguien a quien no iba a querer
jamás, preferiría casarse con algún noble de su país… incluso aceptaba casarse
con alguno de sus primos… pero jamás lo haría con alguien extranjero.
Porque MiMi no quería
abandonar su tierra, pero, sobre todo, MiMi no quería abandonar al amor de su
vida. No quería abandonar a SeJeong.
SeJeong.
La única persona que
realmente la había apoyado siempre, la única persona dentro de los muros de
palacio en la que ella confiaba. Al principio no había sido más que un guardia
de palacio que todavía no había finalizado su entrenamiento, pero desde que la
había salvado de un pequeño complot palaciego en contra de la familia real, se
había convertido en su guardia personal primero y, después, en su mejor amiga, terminando
como el amor de su vida.
MiMi era la única que
sabía sobre el gran secreto de SeJeong, MiMi era la única en palacio que
conocía a SeJeong como mujer y no como el hombre que aparentaba ser y se sentía
profundamente agradecida por saberlo.
Con SeJeong había
compartido un montón de vivencias y de experiencias y, por mucho que su deber
fuera casarse en una familia de bien que trajera beneficios a la familia real,
MiMi no iba a permitir que la separasen de SeJeong. Por ese motivo se había
escondido y, por ese motivo, no iba a salir por mucho que la llamasen. No se
presentaría ante el mensajero que había llegado desde el país vecino para pedir
su mano en nombre del cuarto o quinto príncipe en la línea de sucesión del país
vecino.
Tan perdida en sus pensamientos
se encontraba, que no se dio cuenta de que alguien había entrado a su
habitación y, menos, que ese alguien había encontrado su escondite, hasta que
la puerta oculta tras la pared falsa de su dormitorio, se abrió, desvelando que
quién la había encontrado era SeJeong. Tenía sentido que la hubiera encontrado
ella, puesto que ellas dos eran las únicas personas en todo el palacio que
conocían aquel estrecho espacio, que debía de haber sido construido cientos de
años atrás y que ellas habían encontrado por casualidad.
—Sabía que estarías
aquí —le dijo la chica.
—Yo también sabía que
en algún momento me encontrarías —respondió ella.
—Deberías salir —le
pidió SeJeong.
—Sabes que, si salgo,
acabaré casada en el extranjero y no podremos vernos nunca más —murmuró MiMi.
—No, mi princesa
—dijo su guardia—. Nunca te dejaré sola, adónde vayas yo iré contigo, porque
moriría sin poder estar solo un día sin ti. Te quiero.
Y MiMi se lanzó a los
brazos de SeJeong, confiando en lo que ella le había dicho. Jamás se separarían.
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