Título:
Hunch
Autora:
Riz Aino
Pareja:
Tendery (Ten + Hendery) (NCT – WayV)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, college, romance, pseudo fantasy, drama
Número de palabras:
1.019 palabras
Resumen:
Ten siempre ha tenido visiones de cosas que sucederían en el futuro y ha vivido
su vida entorno a estas visiones; no obstante, nadie sabe que las tiene.
Notas: historia
escrita para Dahiro, que ganó uno de mis infames juegos de tw.
Comentario de autora:
no sabía realmente qué era lo que podía escribir, pero mientras miraba el
documento en blanco se me ocurrió esto y me gustó, así que me puse manos a la
obra con ella. Espero que os guste.
Hunch
Frío.
Oscuridad. Olor a tierra mojada. Gotas de lluvia que caían sobre él y lo
calaban hasta los huesos. Unos pasos resonaron en la oscuridad, reverberando en
el silencio de la noche. Cerca. Cada vez más cerca. Miró su móvil. 10 de
septiembre de 2019, 21:03. Un escalofrío provocado por un aliento en su nuca.
Ten se despertó de golpe con el
corazón en la boca y la sensación en su piel de aquella respiración contra su
nuca todavía presente. Tratando de recuperar un ritmo normal de respiración el
chico parpadeó varias veces y miró a su alrededor, descubriéndose en la
biblioteca, con un libro gigantesco abierto ante él en el cual se había quedado
profundamente dormido. El chico cogió su botella de agua y bebió un poco porque
la garganta se le había quedado seca y, cuando tragó, buscó en su memoria
reciente el sueño que acababa de tener… un sueño que no era como los demás, un
sueño que sabía que se iba a hacer realidad porque siempre había sido así.
Ten tenía visiones cuando dormía. No
siempre que dormía las tenía, pero sí en ocasiones. Y las visiones siempre eran
sueños mucho más vívidos que los normales, por lo que podía diferenciar unos de
otros. Aquel sueño que había tenido iba a suceder sí o sí, porque cada vez que
había tenido una visión, aunque hubiera tratado de evitar que sucediera lo que
había visto, aquello siempre le acababa llegando antes o después. Ten había
aprendido a vivir con ello… pero no quitaba que no le gustara lo que la visión
le había mostrado que le pasaría aquel día.
El chico miró su teléfono móvil
cuando vibró por una notificación, dándose cuenta de que en la pantalla se
encontraba aquel día que había visto en su visión. Solo le quedaban unas horas
para que lo que había visto sucediera y Ten inspiró hondo para tratar de calmar
de nuevo su corazón, que había vuelto a latir rápidamente por el miedo.
—¿Pasa algo? —escuchó en ese momento
una voz junto a él. Ten se giró para encontrarse a su lado a KunHang—. Tienes
mala cara.
—No es nada —murmuró en respuesta—.
Solo… he tenido un mal presentimiento hoy.
KunHang lo conocía desde siempre, pero aún así,
éste no sabía lo de sus visiones porque Ten se lo había guardado para él. No
quería ser un bicho raro. No quería que la gente lo abandonara si les contaba
aquello.
—Me da mala espina cuando dices eso
—replicó el chico—. Siempre aciertas con tus malos presentimientos.
—Espero que este no sea más que eso,
un mal presentimiento —dijo Ten, deseándolo de verdad, aunque supiera que
aquello no estaba en su mano.
~
Cuando salió de la facultad eran
pasadas las nueve menos cuarto de la noche y el cielo que por la mañana era
claro cuando había salido de la residencia, en aquellos momentos estaba
completamente encapotado con una densa capa de nubes. Ten no se había llevado
paraguas y, por la escena que había visto en su visión esa tarde, sabía
perfectamente que iba a acabar calado hasta los huesos, así que, simplemente
suspiró y se resignó a que su destino lo llevara hasta su visión, echando a
andar hacia la parada del metro más cercana para volver a su residencia. Apenas
había salido del campus de la universidad cuando el agua comenzó a caer con fuerza
sobre él.
Ten echó a correr, no queriendo
estar demasiado tiempo bajo la lluvia y pasó calles y calles y a gente
corriendo igualmente a refugiarse o abriendo sus paraguas. La lluvia se fue
haciendo cada vez más fuerte, más intensa… y un rayo cayó del cielo, provocando
una luz cegadora y un estruendo demasiado intenso justo después. El chico se
detuvo por la impresión de que aquello hubiera pasado bastante cerca de él y,
unos segundos después, las luces de la calle y de los edificios circundantes comenzaron
a apagarse.
Su visión estaba a punto de hacerse realidad.
Frío. Oscuridad. Olor a tierra
mojada. Gotas de lluvia que caían sobre él y lo calaban hasta los huesos. Unos
pasos resonaron en la oscuridad, reverberando en el silencio de la noche. Cerca.
Cada vez más cerca. Miró su móvil. 10 de septiembre de 2019, 21:03. Un
escalofrío provocado por un aliento en su nuca.
—¿Estás bien? —una pregunta jadeada
contra su cuello por una voz que Ten conocía a la perfección a la vez que sobre
él dejaba de caer la lluvia—. Me di cuenta de que estaba lloviendo y me acordé
que habías tenido un mal presentimiento, así que, salí de la facultad para ver
si podía pillarte de camino a casa y que no te empaparas.
Ten se giró, sintiendo cómo su
acelerado corazón por el susto iba calmándose poco a poco hasta quedarse
totalmente tranquilo cuando vio a KunHang tras él, con una expresión de
preocupación en su rostro. Sin pensarlo dos veces, echó sus brazos al cuello
del chico y se abrazó fuertemente a él notando el alivio recorrer todo su
sistema nervioso al saber que la visión que había tenido se había hecho
realidad de la mejor forma que podía haberlo hecho.
—¿Tanto te alegras de que esté aquí?
—le cuestionó KunHang, con un tono divertido.
—Ni te lo imaginas —murmuró Ten en
respuesta, apretándose mucho más contra el cuerpo de su chico y dejando un leve
beso en su cuello.
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