Título: 하울링 (Howling)
Autora: Riz Aino
Pareja: 2Seung (Han SeungWoo + Kang SeungSik)
(VICTON)
Clasificación: NC–17
Géneros:
AU, pseudo-abo, romance, fantasy, fluff, slight drama, smut
Número
de palabras: 4.083 palabras
Resumen:
SeungWoo no era el típico alfa… SeungSik tampoco lo era…
Advertencias:
llegará un momento de la historia en la que acabarán habiendo relaciones
sexuales explícitas y… leed bajo vuestra responsabilidad, you know, no quiero
más traumas en mi conciencia.
Notas:
dedicado a todas personas a las que les gusta este ship bonito.
Comentario
de autora: con el comeback en proceso y el tema
furro de éste (?) me puse a escribir esto porque era necesario (además llevo
una temporada que no hago más que pensar historias abo XD). Espero que os guste.
—Anda, calla —replicó el otro,
esbozando una pequeña sonrisa tímida—. No seas tonto.
—No soy tonto —respondió,
acercándose un poco a él sobre la cama y tomando su rostro entre sus manos
grandes y de dedos largos—. De verdad que eres precioso —afirmó—. Tu nariz es
preciosa, pequeñita, encantadora —dijo, inclinándose hacia él pada dejar un
corto beso sobre la punta de su nariz, provocando una sonrisa más amplia en el
rostro del otro—. Tus ojos castaños son preciosos, tienen un encanto especial
sobre todo cuando sonríes y se convierten en medias lunas —continuó,
acercándose de nuevo para darle un beso cerca de su ojo derecho—. Tus labios
también son preciosos —murmuró, llevando su pulgar a ellos, para rozarlos
levemente—. No son ni gruesos ni finos, tienen el tamaño exacto que hace que se
ajusten perfectamente a los míos —SeungWoo sonrió al notar cómo las mejillas de
la hermosa persona que se encontraba ante él se coloreaban de un rosa leve que
acabaría siendo rojo por completo si seguía haciendo aquello y después acercó
su rostro de nuevo para besar la comisura de los labios ajenos—. No existe una
persona más preciosa en este mundo que tú —acabó diciendo.
—Me vas a sacar los colores al final
—le dijo el chico, dándole un pequeño golpe en el pecho.
—Es lo mínimo que puedo hacer por ti
—contestó—. Sacarte los colores de vez en cuando y recordarte lo maravilloso
que eres… ¿te he dicho ya que eres la persona más maravillosa que he conocido
nunca jamás? —el otro puso sus ojos en blanco al escucharlo decir aquello—. No,
no pongas los ojos en blanco, es la verdad —dijo, y comenzó a enumerar—:
primero, lo obvio, eres precioso y eso se ve a tres kilómetros de distancia;
luego, hueles demasiado bien como para que yo pueda mantenerme cuerdo a tu
lado; y por último eres la persona más amable y encantadora que he conocido
nunca jamás.
—También conoces a Chan, que es
igual de amable y encantador que yo —replicó el otro.
—Pero no es tan encantador como tú —dijo
SeungWoo, mirándolo fijamente a los ojos durante unos momentos, desviando
después su mirada de forma irremediable hasta sus labios cuando éste se los
lamió—. Realmente tú eres la persona más encantadora que conozco.
—SeungWoo… —murmuró—. Si quieres
besarme no hace falta que me llenes de halagos antes de hacerlo.
—Lo sé, lo sé —replicó—, pero
también me gusta llenarte de halagos.
Una encantadora sonrisa se extendió
por el rostro ajena, que provocó que sus ojos se curvaran en dos medias lunas y
SeungWoo no pudo resistir la urgencia de volver a acercarse de nuevo a él, para
dejar un corto beso sobre sus labios, aquellos labios que tantísimo adoraba.
Después de sus labios besó sus mejillas, su mentón, su nariz, su frente, sus
labios otra vez, llenándolo de besos cortos y amorosos que no hacían más que
sacar la hermosa risa del otro a la luz una y otra vez, provocando que el
corazón de SeungWoo latiera rápidamente dentro de su pecho y que su lobo
aullara contentísimo en su interior, adorando aquel tipo de relación que
mantenían, dulce y suave como ellos.
Porque Han SeungWoo no era el típico
alfa. Aquello era algo que se podía ver a simple vista, no había que ser muy
avispado para darse cuenta de ello. A pesar de haber sido presentado como alfa
a la edad de diecisiete años, un poco más temprano de lo que solía ser habitual
en los jóvenes lobos, porque su lobo era fuerte en su interior… el chico que
portaba aquel lobo no podía ser más distinto en comparación. SeungWoo era
alguien amable y encantador, con una sonrisa fácil que no dudaba en mostrar la
mayor parte del día, además, le gustaba rodearse de gente y, sobre todo, el
contacto físico con todo aquel que considerara adorable; por el contrario, los
alfas solían ser solitarios y solo mostraban su amor y cariño a la persona con
la que compartirían el resto de sus vidas, además, se mostraban territoriales y
celosos, por lo que no solían dejar que otros alfas rondaran su pequeño círculo
de amistades.
Su carácter era completamente
opuesto a lo que estaba clasificado como el comportamiento normal de un alfa,
pero no solo era eso lo que lo hacía diferir de los demás, ya que, a pesar de
poseer el cuerpo y las habilidades atléticas y la fortaleza que caracterizaba a
los alfas, nunca usaba sus capacidades para imponerse sobre alguien, más bien,
al contrario… SeungWoo nunca usaba su fuerza en nada ni en nadie para demostrar
que era el más fuerte y que era merecedor de la admiración de los demás, como
el resto de los alfas.
Aquello le había ocasionado algún
que otro problema a lo largo de su vida, ya que mucha gente esperaba de él que
se convirtiera en un alfa “de verdad” y que fuera como todos los demás,
despreciándolo por no ser así y comportarse de una forma única. Muchos habían
tratado de buscar pelea con él a lo largo de sus años en la universidad para
demostrar que no era merecedor de ser un alfa… y SeungWoo había aguantado todo
aquello lo mejor que había podido, sin entender realmente qué tenía el mundo en
contra suya solo por ser algo diferente a los demás, encontrando gran consuelo
en su reducido grupo de amistades, que lo comprendían a la perfección y lo
apoyaban en su forma de ser y en su forma de vivir la vida como alfa.
SeungWoo, no obstante, se había
sentido siempre, de alguna forma, solo en su diferencia. A pesar de que las
personas con las que se relacionaba lo querían un montón, sentía que no
terminaba de encajar en un mundo en el que lo único que se esperaba de él era
que encontrara a alguien omega con quien tener una relación perfecta de por
vida, porque se había dado cuenta desde el principio de su presentación como
alfa, que el olor que desprendían las personas omega, no le atraía en lo más
mínimo; ni siquiera el olor que desprendían las beta le apasionaba. Su lobo
siempre se había sentido atraído hacia el olor que los otros alfas desprendían…
algo que lo hacía todavía más único, más extraño y raro de lo que ya era. Las
relaciones entre alfas eran algo que estaba muy mal visto por la sociedad, de
la misma forma que las relaciones beta-beta y omega-omega, llegándolas incluso
a condenar en algunos países del mundo.
Por todo aquello, SeungWoo no era un
alfa al uso… por todo aquello, el joven era único y diferente a todos los demás
que había conocido a lo largo de su vida… hasta que apareció alguien ante él
que tampoco era como los demás, otro alfa que no se adecuaba a la “norma” que
dictaba cómo se debían comportar los alfas.
Kang SeungSik tampoco era el típico
alfa. Era amable, de sonrisa fácil y con una personalidad bastante suave y
fácil de llevar, un carácter muy diferente a lo que se esperaba que fueran los
alfas en aquella sociedad, por lo que también había tenido muchísimos problemas
por ello a lo largo de su vida. Ambos habían estado sufriendo el mismo destino
hasta que se conocieron en el último año de universidad, cuando por fin dejaron
de sufrirlo en soledad para empezar a tenerse el uno al otro.
Al principio simplemente se habían
hecho amigos y para SeungWoo había sido como un soplo de aire fresco tenerlo en
su vida, porque enfrentarse al mundo que los consideraba menos que nada por ser
simplemente diferentes a la norma, junto a él ya era algo completamente
distinto a tener que hacerlo solo. Tener a alguien que lo comprendía a la perfección
y que había pasado por lo mismo que él, ya era más que suficiente porque se
sentía mucho mejor… pero después de pasar un tiempo así, haciéndose cada vez
más y más cercanos, lo inevitable había sucedido y finalmente habían acabado
buscando más en el otro, aparte de amistad, algo mucho más allá y mucho más
profundo. Sintiendo atracción el uno por el otro desde prácticamente el primer
momento, era casi imposible que no acabaran así.
Dos alfas juntos casi era imposible
de imaginar porque sus caracteres fuertes y sus lobos luchando por dominarse el
uno al otro no era una relación precisamente sana; no obstante, debido a que
ninguno de ellos tenía este tipo de carácter, había sido muchísimo más fácil,
tan fácil que no habían tenido absolutamente ningún problema. Ellos se llevaban
bien y adoraban estar el uno junto al otro… y sus lobos interiores también
estaban contentos con aquella situación, rugiendo y aullando de placer cada vez
que se acercaban, cada vez que se tocaban. Las miradas que la gente les dedicaba
cuando los veían juntos, cuando olían el aroma de otro alfa sobre sus pieles
eran siempre hostiles, casi intimidantes, pero ellos ya habían decidido que
nada ni nadie iba a cambiar cómo eran ni cómo se relacionaban con el resto del
mundo o cómo se relacionaban entre ellos, por ese motivo, habían dejado de
esperar que el mundo los reconociera por lo que eran, porque realmente les
bastaba con las personas cercanas a ellos y lo más importante había pasado a
ser ellos mismos y sus sentimientos para con el otro.
Pero aquello había quedado muy lejos
ya, habían pasado más de dos años desde que habían comenzado a salir juntos y
se habían encargado durante todo ese tiempo a olvidar lo duro que había sido el
pasado con ellos y simplemente se habían dedicado a hacer sus vidas y a vivir
contentos con ellos mismos, siendo honestos con ellos y con sus respectivos
lobos interiores, que no querían a nadie que no fuera el otro.
Los besitos cortos de SeungWoo sobre el
rostro de SeungSik finalmente habían escalado en extensión y en intensidad y
habían acabado por abandonar su rostro y comenzar a dejar pequeñas marcas sobre
el cuello del otro chico, besando cada zona expuesta de su cuerpo, tumbado
sobre él en el colchón, desnudándolo, poco a poco, a medida que su boca buscaba
diferentes zonas para explorar. En dicha exploración, SeungWoo acabó quitándole
la camiseta totalmente acelerado a SeungSik porque le molestaba para seguir su
camino descendente de besos por su cuerpo, arranando una pequeña risa en este
que hizo que su pecho vibrara contra sus labios.
—No hace falta que vayas con prisas —le
dijo, haciendo que SeungWoo alzara su cabeza para mirarlo a los ojos, dándose
cuenta de que tenía las mejillas de un leve tono rosado—, tenemos toda la
noche.
—Lo sé —replicó SeungWoo—, pero cada
vez que mi lobo te huele de esta forma, medio excitado, no puedo evitar darme
prisa porque está hambriento de ti y quiere más.
—¿Tu lobo… o tú? —le cuestionó
SeungSik alzando una ceja.
—Ambos.
SeungWoo sonrió de forma pícara después
de contestar a la pregunta e inmediatamente después se inclinó de nuevo sobre SeungSik
para comenzar a lamer y besar el pezón izquierdo del otro, notando a través de
la mano que mantenía sobre su pecho cómo su corazón se aceleraba más y más,
conforme su boca jugaba con su pezón. Antes de separarse de éste, lo atrapó
entre sus dientes, provocando que un suspiro abandonara los labios de SeungSik.
Con una sonrisa, se dirigió hacia su otro pezón para darle el mismo
tratamiento, recorriendo con su mano la parte central de su estómago, sintiendo
sus músculos con las yemas de sus dedos, bajando más y más hasta que se
encontró con la cinturilla de sus pantalones y se introdujo dentro de estos,
rozando por encima de la tela de sus calzoncillos el miembro ajeno. El roce
provocó que el cuerpo de SeungSik se tensara bajo él y SeungWoo esbozó una
sonrisa contra su pezón antes de alejarse finalmente de él y trazar con sus labios
el mismo camino que acaba de trazar con su mano izquierda. Su lengua se entretuvo
en el ombligo de SeungSik unos momentos mientras su mano seguía tocando el
miembro del chico, endureciéndolo poco a poco por el roce.
El olor que desprendía el cuerpo de SeungSik
comenzó a volverlo un poco más caliente de lo que ya estaba. Aquel aroma a
menta mezclado con excitación hacía que se estuviera volviendo completamente
loco por él y que su lobo le gritara dentro de su cuerpo que siguiera, que
fuera más y más allá… y SeungWoo no estaba en condiciones de llevarle mucho la
contraria a su lobo porque él mismo lo quería. Así que, sintiendo que el
miembro de SeungSik ya estaba lo suficientemente erecto como para seguir con
otro tipo de juegos, SeungWoo sacó la mano de su pantalón y, tras esto, llevó
sus labios a su entrepierna, allí donde su erección era ya notable. Su aliento
cálido chocó contra ella por encima de la ropa y el cuerpo del otro se
estremeció cuando dejó un corto beso sobre su erección.
Separarse de SeungSik era un suplicio
para él porque necesitaba meterse debajo de su piel para calmar su deseo, pero
en aquellos momentos se separó de él porque el calor no lo dejaba en paz y la
ropa le molestaba —la suya y la de SeungSik— así que se puso de rodillas sobre
el colchó y se quitó su camiseta rápidamente, tirándola por cualquier lado de
la habitación como había hecho antes con la de SeungSik, desabrochándose
también los pantalones y quitándoselos porque eran una prisión que no dejaba
que su miembro creciera todo lo que debía dentro de ellos, dejándose tan solo
los calzoncillos, antes de volver a acercarse a SeungSik para hacer lo mismo
con él, pero desnudándolo por completo, levantándole las caderas del colchón
para ello, dejando a la vista por fin su miembro prácticamente erecto. SeungWoo
le dedicó una mirada al rostro del chico, encontrándolo con los ojos cerrados,
completamente sonrojado y respirando de forma entrecortada.
El mayor acabó inclinándose para
tomar los labios de SeungSik durante unos momentos, jugando con su lengua en la
boca ajena y separándose de él para dirigirse esta vez directamente hacia su
miembro. Sus labios solo tuvieron que rozar la punta de su miembro para que un
sonoro gemido se escapara de los labios del chico y SeungWoo no pudo evitar
sonreír contra aquella zona tan sensible de él antes de sacar su lengua y
comenzar a lamer toda su extensión de arriba abajo, con los jadeos de SeungSik
como banda sonora que lo animaba a seguir haciendo aquello. Cuando se introdujo
la mayor parte del miembro del chico en su boca, un sonoro gemido abandonó sus
labios y SeungWoo notó en su boca el sabor del pre semen de éste, un indicativo
de que no estaba muy lejos de alcanzar el orgasmo y de que él se debía de
detener si quería que aquel juego durase un poco más.
Por ese motivo, SeungWoo se separó de
SeungSik con un sonoro “pop” cuando dejó de tener su miembro dentro de su boca
y después gateó sobre el cuerpo de SeungSik para besarlo de nuevo, pero aquella
vez el que llevó el ritmo del beso fuera el otro alfa, quien comenzó a buscar
con su lengua la ajena y lo dejó completamente sin respiración y con su cabeza
en otro mundo, porque cuando SeungSik llevaba el ritmo de sus besos, SeungWoo
siempre acababa de aquella forma, entre débil y mareado. Por eso, el otro
aprovechó para comenzar a hacer todo lo que quería con su cuerpo —de la misma
forma que había estado haciendo SeungWoo con él hasta el momento—.
El mayor acabó en un momento con la
espalda apoyada contra el cabecero de la cama y SeungSik sobre él. Una sonrisa
pícara se extendió por el rostro del chico cuando llevó sus manos a la
cinturilla de sus calzoncillos y, sin dejar de mirarlo fijamente a los ojos,
acabó quitándole la prenda. SeungWoo tuvo que tragar saliva de forma bastante
clara porque aquello lo dejó completamente sin aliento y con la boca seca. Inmediatamente
después, sin dejarlo procesar nada de lo que estaba sucediendo todavía, el meno
se subió sobre sus piernas, dejando sus rodillas a cada lado de sus caderas y
comenzó a rozar sus miembros el uno con el otro, agarrándose fuertemente a sus
hombros como apoyo. SeungWoo se agarró a la cintura de SeungSik con fuerza
también y se mordió el labio inferior con fuerza cuando un gemido quiso abrirse
paso a través de su boca, pero él no quiso dejarlo escapar. El gemido acabó
siendo un leve y grave gruñido que provocó que SeungSik se detuviera, dejara de
mover sus caderas y lo observara fijamente.
—¿Quieres meterlo? —le cuestionó.
SeungWoo asintió con la cabeza, incapaz de hablar para expresarse—. Pero no va
a ser ahora… —replicó el chico.
Guiñándole un ojo, SeungSik se
separó de él, de su cuerpo, dejándole una sensación de frío allí donde su piel
había estado ardiendo en contacto con la del menor. SeungWoo no entendió por
qué este se alejaba de él cuando lo que ambos más querían lo tenían que hacer
juntos, prácticamente volviéndose uno, pero tras ver cómo el chico se abría de
piernas en el final de la cama y se lamía su dedo índice y corazón de la mano derecha,
entendió que aquella era su pequeña venganza por antes haberse separado de él,
haber dejado de tomar con su boca su miembro, antes de que terminara de
correrse. Al lobo de SeungSik no le gustaba que lo dejaran a medias y SeungWoo
lo acababa de recordar… por aquel pequeño error, le iba a tocar sufrir.
Se dio cuenta de que estaba muy en
lo cierto cuando vio cómo SeungSik llevaba los dedos que acababa de chupar a su
propia entrada, comenzando a penetrarse con ellos de forma leve, tanteándose a
sí mismo un par de veces antes de introducirse los dedos una y otra vez,
gimiendo de forma dulce y muy alto, mirándolo a los ojos fijamente mientras lo
hacía. SeungWoo no pudo evitar el gruñidito de disconformidad con aquella
tortura, sin poder quitarle los ojos de encima a SeungSik mientras se hacía
aquello él mismo. Una sonrisa pícara apareció en el rostro del chico cuando
introdujo aun más sus dedos en su interior y SeungWoo quiso abalanzarse sobre
él para que fuera su miembro lo que estuviera dándole placer; no obstante, no
lo hizo, como si una especie de hechizo hubiera caído sobre él y este no le
dejara hacerlo, embelesado observando cómo los dedos de SeungSik desaparecían
una y otra vez en su interior, deleitado escuchando los gemidos del menor
resonar en la habitación y resonando en sus oídos, agudizando sus sentidos aún
más y provocando que su cuerpo se sintiera cada vez más al límite.
—SeungSik… por favor… —acabó
diciendo, ya había llevado sus manos a su propio miembro y se había comenzado a
tocar, endureciéndose más de lo que ya estaba y sintiéndose prácticamente al
límite. Si no se introducía inmediatamente en SeungSik, iba a acabar
corriéndose allí mismo antes de poder detenerse—. Lo necesito ya…
Otra sonrisa pícara apareció en el
rostro de SeungSik, pero finalmente el chico sacó sus dedos de su interior y
gateó de nuevo por la cama para acabar sobre las largas piernas de SeungWoo,
colocándose justo encima de su miembro, sujetándolo con su mano izquierda y
abriéndose de nuevo con sus dedos de la mano derecha, dejándose caer lentamente
rozando la punta de su miembro con su trasero hasta que, poco a poco comenzó a
introducirse en su interior, abriéndose paso hasta lo más profundo que podía
llegar, cuando toda su extensión estuvo dentro de SeungSik. El aire que ambos
habían estado conteniendo durante toda aquella delicada operación escapó a la
vez de sus labios, mezclado con un débil suspiro de placer.
SeungWoo se sentía siempre de forma
increíble dentro del cuerpo de SeungSik, con las paredes del chico apretando su
miembro cada vez que se movía levemente sobre él, introduciéndolo y sacándolo
de su recto. Las manos de SeungSik habían viajado hasta sus hombros,
sirviéndose de apoyo en ellos para poder realizar el movimiento continuo y
lento sobre su cuerpo y SeungWoo no había podido evitar llevar sus manos hasta
sus muslos, clavando sus largos dedos en su carne, ayudándolo también con el
movimiento hasta que poco a poco éste se fue volviendo automático. SeungSik no
paraba de emitir pequeños gemidos que no hacían más que hacer que SeungWoo se
sintiera cada vez más caliente y, para acallar aquellos gemidos que lo tenían
al borde de la locura, el mayor acabó por llevar sus labios contra los de
SeungSik, besándolo en un beso completamente arrítmico y descompasado pero que
solventó aquel problema durante unos momentos, ya que, solo unos segundos,
SeungSik se separaba de él para volver a gemir fuerte y alto y, con una de sus
manos, buscar la derecha de SeungWoo y llevarla hasta su miembro para que éste
lo tocara. SeungWoo no pudo evitar sonreír porque él también se sentía muy
cerca.
Comenzó a tocarlo, a la vez que el
movimiento de SeungSik sobre él se hizo mucho más rápido y errático, sus
gemidos resonando uno sobre otro entre aquellas cuatro paredes, hasta que
finalmente dejó de moverse, en el mismo instante en el que su miembro se
sacudió en la mano de SeungWoo y aquel líquido blanco y viscoso llenó sus
cuerpos. Inmediatamente después, su cuerpo comenzó a tener aquellos espasmos
post clímax que apretaron el miembro de SeungWoo deliciosamente en su interior
varias veces hasta que él también acabó corriéndose en su interior, dejando
escapar un gemido al hacerlo y dejándose caer sobre el hombro del menor, en
aquel lugar en el que hacía ya mucho tiempo había dejado aquel mordisco que
señalaba que SeungSik le pertenecía, un mordisco que tenía su gemelo en su propio
hombro, dejado por el otro para reclamarlo también como suyo.
Pasaron unos momentos sin decirse
absolutamente nada, solo tratando de recuperar la respiración, el ritmo normal
del latido de sus corazones y la fuerza en todos sus músculos, que los había
abandonado en el momento en el que el clímax los había sobrevenido.
El primero en comenzar a moverse fue
SeungSik, levantándose un poco de su cuerpo y sacando su miembro, ya flácido,
de su interior para después levantarse de la cama y tenderle la mano a SeungWoo,
invitándolo a tomarla y salir él también de la cama. SeungWoo negó con la
cabeza porque no se sentía con fuerzas de salir de allí en aquellos momentos,
pero ante la insistencia muda de SeungSik al final acabó levantándose y siguiendo
al menor hacia el baño para lavarse después de aquello, ambos con enormes
sonrisas en sus rostros, sabiendo que, dijeran lo que dijeran los demás, los
dos alfas estaban hechos el uno para el otro y simplemente se adoraban.
Notas
finales:
—Pues no sé qué deciros, la verdad… aparte de que se suponía
que yo quería que esto hubiera estado listo para el cumpleaños de SeungSik pero
como estoy de bloqueo escritoril con escasos momentos de lucidez pues… ha
estado para tres mil años después… lo siento.
—Y
bueno, que no tengo remedio y parece que lo único que me saca de los bloqueos
es escribir perversiones… bregad conmigo hasta que se me pase esto, que espero
que sea pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario