Título:
Tomorrow
Autora:
Riz Aino
Pareja:
TenCas (Ten + Lucas) (NCT)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, historical, vampires, romance, angst
Número de palabras:
1.113 palabras
Resumen:
en sus incontables siglos de vida, Ten no ha deseado con tanto ahínco como en
aquellos momentos, tener la habilidad de detener el tiempo para que el mañana
no llegara nunca.
Advertencias:
muerte de personajes principales, solo eso.
Aclaraciones: el
fic está ambientado en un tiempo concreto en la historia de Tailandia, por lo
que en las notas finales habrá unos
cuantos datos históricos.
Notas: historia
escrita para Kira, que me lo pidió hace mucho tiempo y yo no había podido
ponerme antes a escribirlo.
Comentario de autora:
no soy la persona más indicada para escribir este tipo de historias para llorar
a lágrima viva… pero lo he intentado llevándolo un poco a mi terreno. Espero
que os guste.
Tomorrow
—Mañana será el día de mi muerte.
Aquellas palabras, dichas en un tono
sobrio, apenas murmuradas, se clavaron como estacas en el corazón mustio de
Ten, que llevaba demasiado tiempo sin latir. Aquellas palabras le hicieron un
profundo daño, mucho más profundo de lo que el impertérrito vampiro jamás
habría imaginado, pero aquel corazón marchito que portaba en su cuerpo y desde
hacía siglos, se encogió lleno de dolor por ellas. Porque, a pesar de todo, Ten
le había cogido cariño a aquel joven que formaba parte de un grupo de oficiales
y militares que se había opuesto al estado y no deseaba que muriera. Su parte
racional le decía que no deseaba su muerte porque no volvería a encontrar una
sangre tan sabrosa como la suya en demasiados siglos y él quería seguir
bebiendo de ella durante algunas décadas más; su parte emocional, aquella que
no quería escuchar, le decía que era porque no quería que se fuera de su lado
el único ser que lo había amado de verdad en mucho tiempo.
—¿Tienes que morir por la causa? —le
cuestionó al joven, sin dejar de darle la espalda.
—Si no muriese… —comenzó el chico,
caminando hacia él—, traicionaría al resto de mis camaradas. Además —añadió—,
si no muriese y las fuerzas del país me detuvieran, encontraría un destino
mucho más horrible que la muerte.
El vampiro cerró sus ojos y suspiró
de forma profunda, apretando sus ya de por sí finos labios en una fina línea.
Los humanos y sus guerras. ¿Cuándo aprenderían a convivir? ¿Cuándo dejarían de
matarse los unos a los otros por ideales? ¿Cuándo aprendería a dejar de sumarse
a aquellos ideales y morir por ellos como si fuera lo correcto? Ten jamás lo
comprendería, pero no podía hacer demasiado por aquel joven humano con el que
había compartido los últimos años. Si tratara de retenerlo para que no fuera hacia
su muerte, éste lo odiaría más de lo que odiaba a los gobernantes de aquel país
y Ten no deseaba retenerlo si los recuerdos que iba a obtener de aquello le
iban a hacer daño por el resto de la eternidad. El vampiro no deseaba que los
grandes ojos llenos de amor y calidez que lo miraban se volvieran fríos y
cargados de odio, no quería aquello.
—¿Puedes… pasar la noche aquí…
conmigo? —cuestionó Ten, decidido al menos a poder pasar una última noche junto
a él.
—Por supuesto —le respondió éste,
pasando sus largos y fuertes brazos por su cintura y atrayéndolo a su cuerpo.
Ten notó cómo el enorme corazón que se encontraba dentro del pecho del chico
latía fuertemente contra su espalda—. Pero al alba debo dirigirme al cuartel de
operaciones.
—Al alba yo deberé dirigirme a mi
ataúd —murmuró el vampiro, en apenas un susurro.
La barbilla del joven humano se
instaló entre el hueco de su cuello y su hombro y sus manos se entrelazaron en
su cintura, el vampiro se reclinó contra el trabajado cuerpo de éste y volvió a
lanzar un profundo suspiro. Nunca en sus demasiados siglos de vida, Ten había
deseado tener la habilidad de detener el tiempo… pero aquella noche, no podía
evitar desearla una y otra vez simplemente para que el mañana nunca llegara,
para no tener que separarse de él de aquella forma, sabiendo que cuando la
noche cayera, no volvería a tenerlo entre sus brazos nunca más, sabiendo que
había muerto por una guerra estúpida. El vampiro siempre se había jactado de
ser mejor que los humanos porque sus habilidades iban más allá de las de ellos
en todos los campos… pero en esos momentos, ante la muerte de la persona amada
se sentía débil e indefenso.
—Si te pidiera que te quedaras
conmigo para siempre… —murmuró, sin poder evitarlo—. ¿Lo harías?
Era una esperanza vana, una pregunta
de la cual sabía la respuesta, pero el vampiro necesitaba escucharla de la voz
del joven humano que lo acunaba en sus brazos. Lo necesitaba para que su
corazón dejara de doler de aquella forma tan exacerbada y para saber que, aunque
quisiera hacer algo por evitar aquella muerte, no tenía ni una oportunidad de
hacerlo.
—Siempre que me has hecho esta
oferta la he rechazado —respondió él chico—. Prefiero una vida efímera, una
vida corta pero llena de vivencias y recuerdos a una vida larga en la que mis
vivencias y recuerdos me angustien y acosen.
—Tenía que intentarlo —susurró Ten.
Después de aquella breve
conversación, ninguno de los dos alzó la voz de nuevo en la solitaria y oscura
morada del vampiro; ninguno de los dos quiso estropear aquel momento y la noche
fue dando paso al día lentamente hasta que las primeras luces del alba
comenzaron a disipar la oscuridad y ambos se debieron separar, con un beso
amargo cargado de sentimientos y de recuerdos. El joven humano se alejó de él y
caminó hacia su muerte, mientras el vampiro no podía dejar de observar su
espalda desde el quicio de la puerta, esperando que los primeros rayos de sol
llegaran hasta aquel lugar. Porque si Ten no podía tener unas décadas más de
vida junto a aquel joven, sentía que ya no merecía la pena seguir viviendo
aquella estúpidamente larga y angustiosa vida que había llevado durante los
últimos siglos.
—Quizás no seamos capaces de
encontrarnos en el otro mundo —murmuró, sintiendo cómo los primeros rayos de
sol comenzaban a rozar su piel, quemándola—. Te echaré de menos, YukHei.
Notas finales:
—En
1912 hubo una revuelta en el palacio realizada por jóvenes oficiales militares,
que intentó sin éxito derrocar y reemplazar al rey. Sus objetivos eran cambiar
el sistema de gobierno, derrocar al antiguo régimen y reemplazarlo con un
moderno sistema constitucional occidentalizado. En este incidente está basado
el fanfic.
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