Título:
Spark of flames
Autora:
Riz Aino
Parejas:
2Park (Park JiHoon + Park WooJin) (Park JiHoon | AB6IX)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, college, smut, pwp, humor?
Numero de palabras:
1.876 palabras
Resumen:
su cuerpo siendo tratado de aquella forma provoca que JiHoon solo necesite de
una pequeña chispa que encienda las llamas (o JiHoon necesita marcha después de
acabar un estresante semestre y queda con un tío).
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas, personas que sean sensibles a este tipo de
material, absténganse de leerlo, no quiero traumatizar a gente (bastante lo he
hecho ya).
Notas: banda sonora
que escuchaba mientras escribía esta historia, mi PWPlaylist, llena de
canciones maravillosamente sensuales.
Comentario de autora:
básicamente, bloqueo de 3000 pares de narices y lo primero que se me ocurre
escribir en semanas es esto. Espero que os guste.
Spark of flames
JiHoon estaba nervioso. Hacía bastante tiempo que no
había hecho uso de aquella aplicación porque la universidad no le había dejado
ni un solo momento libre en los últimos meses ni para buscar un polvo rápido a
través de ella. Se había ayudado él mismo a rebajar la tensión de las fechas de
entrega, los trabajos en grupo que se multiplicaban más rápido que las ratas y
los exámenes continuos, pero después de que aquel semestre finalizara, el chico
necesitaba el contacto con otra persona, alguien con quien poder echar un rato
follando y no verlo nunca más. Para aquello, la dichosa aplicación era lo
mejor; no obstante, también sabía que debía tener cuidado porque le habían dado
más de un susto por ella —por eso había sido extremadamente cuidadoso cuando le
había hablado a un muchacho que decía ser de su edad y muy guapo, pero, aun
así, estaba nervioso por lo que se podía encontrar—.
La dirección que le había marcado el chico para su
encuentro era un pequeño hostal, uno de los que se encontraban rondando el
campus de la universidad y que básicamente vivían de eso, de universitarios
cachondos que no podían meter en sus residencias o pisos a sus parejas para
echar un buen rato. Así que, JiHoon se dirigió hacia allí, aprovechando que su
residencia no se encontraba especialmente lejos, y avisó a su amigo DaeHwi de
lo que iba a hacer por si en un par de horas no daba señales de vida —DaeHwi
era el mejor para poner el grito en el cielo y no se callaría hasta que
comenzaran a moverse para buscarlo—. Nada más llegar a la puerta del hostal, el
chico se encontró cara a cara con la persona con la que había quedado.
Era un muchacho un poco más alto que él, de piel mucho
más morena, pelo oscuro, ojos afilados y de color chocolate y un colmillo
montado que asomó por sus labios cuando le dedicó una sonrisa al saludarlo.
—Eres mucho más guapo en persona —fue lo que le dijo
éste, tras mirarlo de arriba abajo. Un escalofrío recorrió el cuerpo de JiHoon,
un escalofrío que juró que era de placer contenido—. He reservado una
habitación para una hora porque me tengo que ir a casa para las vacaciones y mi
autobús sale esta tarde —añadió.
JiHoon asintió. Él tampoco esperaba mucho más, aquel era
tiempo suficiente para echar un polvo rápido y asearse antes de salir a la
calle de nuevo. Después de aquel breve intercambio de palabras entraron al
hostal y el chico confirmó su reserva en recepción antes de recibir la tarjeta
para abrir la habitación. Apenas tardaron unos minutos en entrar a ella,
desarmar la cama, colocar una de las toallas del hostal sobre las sábanas y
desnudarse, tumbándose JiHoon sobre el colchón, de espaldas y con sus piernas
abiertas, esperando aquello que le había sido prometido y que tanto necesitaba.
El chico se echó en las manos un aceite y comenzó a
tocar, tocar y tocar todo el cuerpo de JiHoon. Sus muslos, su pecho, sus
pezones, su miembro, su miembro, sus testículos, tanteando incluso su trasero,
tocando una y otra vez, de forma suave debido al aceite, pero totalmente firme,
mirándolo fijamente a los ojos, provocando que JiHoon se sintiera cada segundo
más excitado. Su cuerpo siendo tratado de aquella forma, provocaba que JiHoon
sintiera que solo necesitaba de una pequeña chispa para estallar en llamas, a
pesar de que con aquello simplemente estuviera estimulándolo. Perdido en sus
pensamientos y en el placer que todo aquello le estaba proporcionando, el chico
casi ni se da cuenta de que uno de los dedos del otro se acababa de colar en su
interior, tocando su próstata de inmediato y provocando todo tipo de reacciones
en el cuerpo de JiHoon que éste no puede ni quiere controlar.
Su espalda se levanta levemente de la cama, su interior
se aprieta en torno al dedo del chico, los dedos de sus pies se encogen
mientras hunde los talones en el colchón y los de sus manos se cierran en puños
que agarran las sábanas, sus ojos se cierran y de su boca sale un gemido
profundo que no puede ni quiere detener.
—¿Te ha gustado? —le cuestionó el chico, esbozando una
sonrisa pícara que dejó ver aquel colmillo que en aquellos momentos a JiHoon le
pareció de lo más sexy. JiHoon tuvo que enfocarse en cómo responder su
pregunta, porque su cabeza volaba en todas direcciones y al final simplemente
pudo asentir—. ¿Quieres que siga haciéndolo?
—Dios… sí…
La sonrisa del muchacho se hizo más amplia y después se
recolocó sobre la cama para tener una mejor postura y un mejor acceso a su
interior, tocando su próstata con su dedo cada vez que movía sus ahora dos
dedod, provocando que erección palpitara con cada toque, a veces casi a punto
de estallar, otras veces pareciendo disminuir, pero consiguiendo que el cuerpo
de JiHoon se fuera acumulando poco a poco de tensión, una tensión que por una
parte estaba deseando soltar, pero por otra no quería, porque aquello le estaba
provocando demasiado placer y quería seguir experimentándolo una y otra vez
hasta el infinito.
Cuando el chico finalmente sacó sus dedos, JiHoon no pudo
evitar dejar escapar un ruidito de disconformidad de sus labios, provocando una
pequeña risa en su acompañante. JiHoon le dedicó una mirada de odio infinito
mientras el chico se masturbaba para hacer que su erección se endureciera lo
suficiente para colocarse el condón. En ese momento, se dio cuenta de que él no
había hecho absolutamente nada por el otro, para excitarlo, pero aun así, éste
tenía una leve erección entre sus piernas. JiHoon se incorporó en la cama,
alargando su mano hacia el miembro del chico para ayudarlo en aquella tarea,
pero éste lo detuvo.
—No es necesario —le dijo—. Túmbate de nuevo y disfruta.
JiHoon asintió, pero no se tumbó inmediatamente, primero
se inclinó hacia éste, llevando sus labios a su cuello, justo debajo de su
oreja, besando y mordiendo levemente aquel lugar y luego el contorno de su
marcada mandíbula. Solo después de aquella pequeña incursión, volvió a echarse
sobre el colchón, mirando fijamente los ojos del otro y abriendo sus piernas al
máximo y esperando. El chico no tardó en recomponerse de la sorpresa por su
acción y terminó de endurecerse su propio miembro y colocarse el condón, para
después inclinarse sobre JiHoon, guiando su erección a su trasero, empujando su
punta dentro de su cuerpo con lentitud, provocando que JiHoon soltara un
pequeño “au” por la intrusión.
—Si te duele, dímelo y paro —murmuró el chico,
deteniéndose por completo—. No quiero hacerte daño.
—No… no… —replicó él, jadeando—. Puedes seguir, solo
necesito acostumbrarme de nuevo a la sensación.
El chico asintió y después, lentamente y con todo el
cuidado del mundo, comenzó a internarse de nuevo en su cuerpo, llenándolo por
completo y moviéndose lentamente dentro y fuera de él, llevando la mano con la
que no se estaba apoyando en el colchón al miembro de JiHoon y comenzando a
tocarlo por primera vez en mucho rato. No tardaron mucho en llegar ambos al
orgasmo, primero JiHoon por la fricción de las grandes y huesudas manos del
otro, después su acompañante, probablemente por la contracción de su recto
debido al clímax, ambos lanzando gemidos al caldeado ambiente de aquella
habitación del hostal.
JiHoon tardó en recomponerse del orgasmo y, para cuando
lo hizo, el otro chico ya se estaba levantando de la cama, condón atado en una
mano y dirigiéndose al baño. No pudo evitar fijarse en aquella espalda
trabajada, una espalda en la que le habría gustado hundir sus dedos si hubieran
tenido una postura un poco más íntima, una espalda ancha que se perdía en sus
estrechas caderas. JiHoon sacudió su cabeza, no quería pensar en eso en aquel
momento, porque si iba a ponerse así, en primer lugar, no tenía que haber
entrado a aquella aplicación y, en segundo lugar, no tenía que haber quedado
con un chico tan guapísimo y tan increíble en la cama. ¡Por el amor de Dios,
había encontrado su próstata con sus dedos y lo había hecho sentir en el cielo!
Volvió a sacudir su cabeza y cerrar sus ojos para tratar de pensar en otra
cosa.
Una
vez su corazón y su mente se calmaron, se sentó sobre la cama, notando una
pequeña incomodidad al hacerlo que se iría probablemente en unas horas y
después comenzó a recoger su ropa de donde la había ido dejando para tenerla
toda a mano cuando se diera una rápida ducha antes de salir por la puerta de
aquel hostal, despidiéndose del chico con el que había pasado aquel buen rato.
La puerta del baño se abrió en ese momento y por ella salió el otro chico,
completamente desnudo y su piel todavía goteando agua, una visión que hizo que
JiHoon tuviera que tragar lentamente. Aquello era demasiado para él, así que
decidió que lo mejor que podía hacer era meterse él en el baño sin cruzar
mirada o palabra con el otro, pero éste no parecía tener los mismos planes,
porque cuando pasó por su lado, lo retuvo, tomándolo por su brazo, haciendo que
JiHoon parara en seco su escape hacia el baño.
—¿Puedo contactarte cuando vuelva a Seúl? —le cuestionó
y, antes de pensar siquiera, JiHoon ya había movido su cabeza de forma
afirmativa—. Perfecto —respondió éste, esbozando una amplia sonrisa, para
después soltar el brazo de JiHoon y empezar a vestirse.
JiHoon volvió a tardar unos momentos en procesar lo que
acababa de pasar y a lo que acababa de acceder… y cuando lo hizo se metió
corriendo en el baño, cerrando la puerta fuertemente a sus espaldas y queriendo
morirse muy fuertemente. Ni siquiera sabía el nombre de aquel chico y había
esperado no saberlo y despedirse de él sin conocerlo, un simple polvo después
del semestre para desestresarse y descargar toda la tensión que había
acumulado… pero parecía que no había conseguido solo eso esa tarde, pensó
mientras se metía en la ducha para quitarse todo el aceite del cuerpo.
Notas finales:
—Quiero expresar que el
nombre de esta historia es “Spark of flames” porque “Spark” si giras la S es un
2 y entonces pone “2Park” (insertar aquí el meme de la mente cósmica).
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