Título: 몸 (Body)
Autora:
Riz Aino
Parejas:
KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, pwp, smut
Numero de palabras:
3.504 palabras
Resumen:
mientras se desarrolla la sesión de fotos de aquel día, TaeYeob no puede dejar
de pensar en el tío al que le está haciendo las fotos.
Advertencias:
preámbulo de relaciones sexuales, bastante explícito.
Notas: todos sabemos
que KyuBin tiene un cuerpo escultural, así que, creo que no tengo que explicar
el por qué tuve esta idea.
Comentario de autora:
los pensamientos impuros de YooJung son solo suyos y no son ningún reflejo de
los de la autora… para nada. Espero que os guste.
몸
(Body)
1 Corintios 6:18
(Flee immorality. Every other sin that a man commits is
outside the body,
but the immoral man sins against his own body.
1 Corinthians 6:18)
—Muchas gracias por contar conmigo para esta sesión de
fotos —dijo TaeYeob, sintiéndose totalmente agradecido porque él, en su pequeño
estudio, todavía no había tenido demasiados encargos ni demasiadas
oportunidades de lucirse—. Es un verdadero honor trabajar con vuestra revista.
—El placer es nuestro —le aseguró el joven que había ido
a su estudio en representación de la revista y con el que había estado hablando
en las últimas semanas sobre el plan de la sesión de fotos y cómo ésta debía
desarrollarse.
Una vez dicho aquello, TaeYeob se alejó de él y fue hasta
donde había dejado una de las cámaras que iba a utilizar para aquella sesión,
comprobando que todo estaba bien con ella. Después escaneó la escena que tenía
ante él, recolocándose las gafas sobre el puente de su nariz, para ver si todo
estaba cómo debía mientras esperaba a que llegara el modelo con el que iba a
trabajar aquel día. No quedaba demasiado para que la sesión de fotos comenzara
y TaeYeob estaba totalmente ilusionado por poder trabajar en aquel proyecto por
lo que no podía parar quieto, así que lo comprobó todo varias veces antes de
que alguien lo llamase porque el modelo con el que iba a trabajar aquel día ya
había llegado y estaban listos para comenzar la sesión de fotos con la primera
de las ropas que iba a vestir aquel día.
—Lee TaeYeob, el fotógrafo con el que vas a trabajar hoy —dijo
alguien del staff, presentándolo. TaeYeob supuso que era el manager del
modelo—. Shin KyuBin, el modelo para la sesión de fotos.
TaeYeob giró su rostro hacia donde el manager había
señalado en la presentación, encontrándose a su lado a un joven un poco más
alto que él, pero de complexión mucho más fuerte, de espalda ancha y cuerpo
trabajado, con el pelo castaño y un rostro completamente atractivo. TaeYeob
tuvo que recordarse que tenía que respirar para seguir viviendo y, además, tragó
saliva porque se le había quedado la boca seca antes de obligarse a hablar, tendiéndole
la mano al modelo, porque tenía que hacer su trabajo y ser profesional y no podía
quedarse embobado mirándolo.
—Encantado de conocerte —le dijo—. Espero que trabajemos
bien juntos.
—Lo mismo digo —respondió éste, con una voz grave, pero a
la vez suave y acaramelada.
TaeYeob asintió y, sin hablar, porque dudaba de su
capacidad de hablar en aquellos momentos, le indicó con un gesto que pasara al
primer set preparado para la primera tanda de fotos. El modelo le dedicó una
sonrisa totalmente encantadora que casi le provocó un mareo, dejándolo
aturdido, mientras pasaba por su lado para colocarse en el set. TaeYeob respiró
hondo una y otra vez, tratando de no parecer un pervertido absoluto ni una
quinceañera cachonda. Aquello podía pasar por estar nervioso por la sesión
porque era algo importante y era la primera vez que trabaja en algo así… o al
menos eso era lo que él esperaba. Una vez se le pasó un poco todo, trató de
enfocarse y cogió la cámara, comenzando de aquella forma la primera parte de
aquella sesión de fotos.
Trabajar con el modelo Shin KyuBin fue fácil y difícil a
la vez para TaeYeob porque éste entendía a la perfección sus demandas y posaba como
si hubiera nacido para ello sin que le tuviera que dar demasiadas
instrucciones, a pesar de que los tres sets de ropa con los que debía hacerle
las fotos tenían estilos y conceptos muy diferentes, pero también, debido a eso
y a aquellos ojos oscuros que se fijaban en la lente de su cámara, a TaeYeob a
veces le costaba respirar. KyuBin era demasiado guapo, demasiado atractivo.
Llevaba el pelo un poco más largo de lo normal, pero tampoco mucho, castaño y
se lo habían arreglado para que estuviera levemente rizado, enmarcando su
rostro ovalado, de ojos grandes, oscuros y mirada intensa, su nariz era recta,
no muy grande, pero tampoco demasiado pequeña y sus labios eran algo gordos,
bien definidos y el gloss que llevaba los hacía muy apetecibles; su
cuerpo estaba muy trabajado, tenía una espalda ancha y musculosa que terminaba
en una cintura delgada y un trasero plano, unos pectorales y bíceps fuertes y
grandes, sus manos también eran grandes y huesudas y tenía los abdominales
bastante marcados. TaeYeob había trabajado con muchos modelos, tanto femeninos
como masculinos y no había habido nadie que lo hubiera hecho sentir de aquella
forma, faltándole el aire o quedándosele la boca seca cada poco tiempo, sintiendo
calor a pesar de que los focos no estaban dirigidos a él y notando cómo su
corazón a veces se detenía o se aceleraba.
Las horas pasaron y el día se fue haciendo noche y para
cuando acabaron con el último set de fotos, la noche había caído ya en Seúl.
Mientras todos los objetos y escenas que habían sido
utilizados para la sesión se fueron retirando del estudio de TaeYeob, éste se
sentó a monitorizar cómo habían salido todas las fotos que había hecho aquel
día, junto con varios staffs tanto de la revista de moda como del
modelo, comentándolas. En cada descanso o cambio de ropa lo habían hecho para
comprobar que las fotos tenían la calidad que deseaban, pero antes de irse cada
uno a su casa, después de aquel arduo día de trabajo, se debían de asegurar de
que todo estuviera como debía. TaeYeob recibió bastantes elogios por su trabajo
y se sintió bastante satisfecho consigo mismo porque, a pesar de que se había
pasado toda la sesión de fotos conteniéndose para no saltarle encima al modelo ante
él, había hecho un trabajo increíble.
Entre agradecimientos, formalidades para seguir
manteniendo el contacto durante el trabajo que todavía quedaba por hacer antes
de que las fotos de aquella sesión acabaran en la revista y despedidas, muchas
despedidas, el estudio de TaeYeob se acabó quedando vacío de cosas y de
personas, hasta que simplemente quedaron él y sus equipos de fotografía. No
tardó mucho en salir del lugar para dirigirse a casa porque el día había sido
largo y bastante duro para él. Todavía seguía sin poder dejar de pensar en
KyuBin y sabía que iba a seguir haciéndolo mientras trabajara en aquel proyecto
y muy probablemente después, porque en cuanto tuviera unos momentos iba a
buscarlo en Instagram y a seguirlo para poder estar al día de lo que hacía y
poder seguir viéndolo… porque la verdad era que TaeYeob se contentaba con
aquello, simplemente babear un poco por él en la distancia segura que le daban
las redes sociales, porque como tuviera que estar con el modelo delante más
tiempo, no sobreviviría a ello. Pensar que podía acceder a él era, además de
estúpido, una fantasía. TaeYeob se consideraba guapo, pero tampoco estaba a
aquel nivel de escultura del renacimiento italiano que había cobrado vida.
Perdido en sus pensamientos, TaeYeob recogió su equipo y
salió de su estudio, bajando a la calle deliberando entre derrochar un poco y
pedir un taxi para volver a casa o simplemente coger el bus como todos los
días; no obstante, antes de que pudiera tomar una decisión, justo frente a la
puerta del edificio, se encontró con un coche negro, de marca, carísimo,
aparcado en doble fila, con los intermitentes puestos y una figura conocida
dejada de caer sobre éste, con sus brazos cruzados sobre su pecho, esperando,
una figura que se había pasado todo el día fotografiando y que provocó que el
corazón de TaeYeob se saltara un latido cuando el otro lo vio y le dedicó una
sonrisa encantadora antes de separarse del coche para caminar hacia él.
—Hola —le dijo KyuBin.
—Hola —respondió TaeYeob, todavía un poco impresionado
porque no se había esperado al otro allí—. ¿Qué haces aquí todavía? —le
preguntó—. ¿Has olvidado algo en el estudio?
—A ti —contestó el otro, con una sonrisa que hizo que a
TaeYeob le diera algo. Trató de contestarle, de preguntarle qué había querido
decir con eso, pero las palabras no le salían y, antes de que pudiera decir
nada, KyuBin rio—. Quería invitarte a una copa, si no te parece mal, porque la
sesión ha ido de maravilla y no quería irme sin agradecértelo debidamente.
—Ahh… —murmuró TaeYeob sin saber qué más decir. Su mente estaba
trabajando a toda velocidad sin encontrar ninguna frase propicia para
contestarle a aquello porque no se lo había esperado, sin poder creerse tampoco
que aquel pedazo de tío que tenía allí delante lo estuviera invitando a una
copa—. ¿Nos está esperando tu equipo también en el coche? —acabó preguntando.
—No… mi equipo se ha ido hace un rato —le dijo el modelo—.
Solos tú y yo, si te parece bien.
—Me parece bien —respondió rápidamente, quizás demasiado
rápido.
KyuBin le dedicó otra de aquellas sonrisas que le
provocaban taquicardias y después le indicó que podía subirse al coche,
caminando ante él y abriéndole la puerta incluso. TaeYeob sentía sus orejas y
sus mejillas arder, por lo que las tenía que tener completamente rojas, así
que, trató de esconderse tras su flequillo, un poco más largo de lo habitual,
para que el otro no viera que acababa de encenderse como un farolillo. Una vez
sentado en el coche, trató de inspirar hondo para calmarse mientras el modelo
le cerraba la puerta y daba la vuelta para sentarse en el asiento del
conductor. No se podía creer que estuviera allí ni tampoco podía creerse
aquella situación porque… parecía que KyuBin también estaba interesado en él…
aunque TaeYeob tampoco se quería hacer ilusiones porque lo mismo simplemente
quería invitarlo a una copa para agradecerle su trabajo y no para nada más,
pero su mente estaba yendo a toda velocidad y teniendo pensamientos demasiado
salvajes sobre cómo podía acabar aquella noche y eso no lo ayudaba a calmarse.
—¿Dónde vamos a ir? —le preguntó cuando el otro arrancó
el coche—. Espero que no sea un sitio muy fancy porque no llevo ropa muy
apropiada —añadió. Normalmente tenía bastante estilo, pero cuando trabajaba le
gustaba ir cómodo y los vaqueros y la camiseta simple que llevaba no eran muy
adecuados para ir a ningún lado—. Si es algún sitio así, ¿podríamos pasar por
casa para soltar mis cosas y cambiarme?
—Oh… no te preocupes por eso, vamos a mi casa, no suelo
salir a beber fuera —respondió KyuBin, dedicándole una mirada rápida—. Y estás
muy guapo.
A TaeYeob le dio un vuelco al corazón y no supo si fue
porque el otro le había dicho que iban a beber en su casa, porque lo había
llamado guapo o por ambas cosas a la vez. Estaba seguro que era la tercera
opción, a la cual le tenía que añadir la confirmación de que KyuBin también
estaba interesado en él y muy probablemente se hubiera dado cuenta de cómo lo
había estado mirando durante toda la sesión de fotos. TaeYeob tuvo un poco de pánico
porque si su modelo se había dado cuenta del estado catatónico en el que lo
había dejado echarle fotos, estaba seguro de que todas las personas presentes
en su estudio tenían que haberse dado cuenta de aquello también.
KyuBin, por su parte, no paró de observarlo de reojo
durante todo el trayecto, sonriendo ampliamente cada vez que lo miraba, como si
estuviera dentro de su cabeza y pudiera escuchar todo lo que TaeYeob estaba
pensando y lo mucho que se estaba avergonzando de sí mismo.
Cuando llegaron al bloque de pisos en el que el modelo
vivía, KyuBin aparcó el coche en la cochera comunitaria y después guio a
TaeYeob hasta el ascensor, donde se montaron en silencio, como si decir algo
fuera a romper la burbuja en la que se encontraban en aquellos momentos, al
menos en la que se encontraba TaeYeob. No habían tampoco hablado demasiado en
el rápido trayecto en coche hasta el lugar, el silencio había sido en parte
cómodo y en parte incómodo, pero hablar probablemente lo volvería todo más
extraño. Solo se conocían desde aquel día y, aunque habían pasado varias horas
juntos, las únicas palabras que se habían dedicado habían sido
profesionalmente, así que, era normal que hubieran caído en aquel silencio.
En
apenas unos momentos llegaron arriba, aunque el corto viaje se le hizo eterno a
TaeYeob porque en aquel cubículo cerrado y no muy grande, sus cuerpos
prácticamente se rozaban y TaeYeob pudo sentir cómo la temperatura ambiente
subió. Cuando salieron del ascensor, KyuBin delante suyo, guiando el camino, no
pudo evitar hacerse aire con la mano como si de aquella forma pudiera paliar
aquel calor que se había apoderado de su cuerpo y que aumentaba poco a poco.
Quizás, todo aquel calor acumulado finalmente tuviera que descargarlo solo en
su apartamento y se estuviera haciendo demasiadas ilusiones, pero TaeYeob no
podía controlar las reacciones de su cuerpo.
—Bienvenido a mi apartamento —le dijo KyuBin, abriendo la
puerta de ésta y echándose a un lado para que TaeYeob pasara—. No es una gran
maravilla porque no paso mucho tiempo aquí, pero cumple su función.
TaeYeob se quitó los zapatos en la entrada y observó la
vista que tenía ante él. No era un lugar demasiado amplio, pero era bonito y
estaba decorado con bastante estilo. En comparación al lugar donde él vivía,
era un sitio increíble. Tenía una pequeña entrada que se abría a un salón y
cocina de concepto abierto, el dormitorio debía de quedar oculto tras una de
las dos puertas que se veían en la pared del fondo. Mientras observaba su
entorno, TaeYeob no se dio cuenta de que KyuBin se había colocado a su lado y
solo se percató de su presencia cuando éste le puso su mano en la cintura, para
invitarlo a terminar de entrar al lugar. TaeYeob casi dio un salto porque no se
había esperado aquel roce que, además, le provocó un escalofrío que le recorrió
toda la columna vertebral de arriba abajo. No pudo evitar dirigir su mirada
hacia el otro, para ver si éste había notado su reacción, encontrándose con los
ojos de KyuBin, observándolo, con una sonrisa en su rostro que evidenciaba que
había notado aquel escalofrío y un brillo salvaje en sus ojos oscuros que
provocaron una subida aún mayor de la temperatura del cuerpo de TaeYeob.
—Si te digo que mi intención principal al traerte aquí
era acostarme contigo porque me he sentido atraído por ti desde el primer
momento, ¿saldrías huyendo o me besarías? —cuestionó KyuBin.
TaeYeob se sorprendió por enésima vez en aquel día porque
acababa de ser totalmente sincero y muy directo con él y con lo que quería y,
sobre todo, se sorprendió porque todavía había partes de su cerebro que no
terminaban de procesar que aquel dios se pudiera haber sentido atraído por él
de la misma forma que TaeYeob se había sentido por KyuBin.
No obstante, a pesar de la sorpresa y del lío que TaeYeob
tenía en su cabeza, no tardó en tomar una decisión y dar una respuesta. Llevó
sus manos hasta el rostro de KyuBin y se acercó a su cuerpo para plantar un
beso en sus labios, corto, pero a la vez intenso. TaeYeob notó contra su boca
la sonrisa del modelo e inmediatamente después la mano que todavía seguía en su
cintura, se agarraba de forma mucho más firme a su cuerpo, haciendo que
estuvieran ambos pegados el uno al otro. El corto beso que TaeYeob había
pensado en darle como confirmación a su pregunta, no fue para nada corto porque
en el momento en el que trató de alejarse de los labios de KyuBin, este siguió
el movimiento de su rostro y profundizó el beso, inclinando su cabeza, buscando
un mejor acceso, provocando que un suspiro abandonara los labios de TaeYeob y
aprovechando aquella oportunidad para meterle la lengua, esa lengua suave que
reptó en su boca, hábil y larga que no se dejó ni un solo rincón por explorar,
haciéndolo deliciosamente bien, siendo sensual y cautelosa, caliente, dentro de
su boca. Cuando dejaron de besarse, TaeYeob jadeó en busca de aire, notando
cómo su corazón no paraba de latir como loco dentro de su pecho y sintiendo sus
orejas y mejillas arder, además del calor generalizado que se había instalado
en todo su cuerpo.
—No sé si ahora quiero la copa que te he ofrecido antes —murmuró
KyuBin, acercándose a su rostro para dejar un beso corto en sus labios—. Creo
que quiero pasar directamente a la habitación.
—Yo creo que tampoco quiero esa copa… —replicó TaeYeob.
—Perfecto.
Las manos de KyuBin viajaron de su cintura hasta su
trasero y le dieron un pequeño impulso para que envolviera sus piernas
alrededor de su cuerpo y TaeYeob lo hizo, agarrándose con fuerza a aquel cuerpo
musculoso, rodeando su estrecha cintura con sus piernas y sujetándose con sus
manos en sus hombros, aunque con aquellos brazos fuertes sujetándolo
firmemente, TaeYeob tenía claro que no se caería. KyuBin avanzó por el
apartamento con él subido a su cuerpo, dedicándole de vez en cuando miradas
fijas que provocaban que el fotógrafo sintiera cómo se derretía de dentro a
fuera.
Al
entrar en la habitación, KyuBin lo soltó con cuidado sobre la cama y después se
quitó la chaqueta, dejando al descubierto su cuerpo trabajado a través de
aquella camiseta de rejilla que había llevado bajo ella. TaeYeob no pudo evitar
llevar las manos hacia aquellos pectorales fuertes, rozándolos con las yemas de
sus dedos mientras llevaba sus manos hasta sus hombros y atraía a KyuBin hacia
su cuerpo para atrapar de nuevo sus labios en un beso húmedo y desenfrenado,
metiendo los dedos en su pelo, agarrándolo con fuerza para que no pudieran
separarse mientras el beso subía de intensidad, sus lenguas se encontraban la
una contra la otra y sus dientes chocaron en alguna ocasión. Cuando se
separaron para respirar, KyuBin lo miró a los ojos durante unos segundos antes
de inclinarse sobre su cuello, provocando que un jadeo saliera de los labios de
TaeYeob, metiéndole las manos también por debajo de la camiseta, tocando su
cuerpo delgado, aumentando la temperatura de cada zona que sus dedos rozaban.
TaeYeob también comenzó a mover sus manos, tocando y tocando
allí donde éstas llegaban, agarrándose a sus hombros y pegando sus cuerpos
mucho más, metiéndolas por debajo de aquella camiseta de rejilla que poco
dejaba a la imaginación, tocando aquellos músculos fuertes y tensos, sintiendo
ese cuerpo de ensueño contra el suyo, sus entrepiernas chocando la una con la
otra, jadeos saliendo de sus labios una y otra vez cada vez que los roces cada
vez eran más intensos, sin orden ni concierto, demasiado excitados como para
poder coordinarse de alguna manera. Caos de besos, mordiscos, roces, caos de
lenguas, de dedos traviesos, de miembros cada vez más duros debajo de la ropa
una ropa que ya comenzaba a sobrarles porque el calor de sus cuerpos y la
temperatura de la habitación había subido demasiado como para no estar ya
desnudos.
Con el corazón desbocado, la respiración irregular y
comenzando a sudar, TaeYeob tuvo que pedir que pararan un segundo y KyuBin se
separó de él en cuanto se lo pidió.
—Creo que… nos… lo podemos tomar… con más… calma… —murmuró,
provocando una sonrisa pícara en los labios hinchados de KyuBin.
—Podemos tomárnoslo con toda la calma que quieras —le
respondió éste, inclinándose de nuevo hacia él, dándole un beso lento y perezoso
en los labios—. Tenemos toda la noche.
TaeYeob
sonrió dentro de aquel beso, coincidiendo con aquello. La noche iba a ser larga…
muy larga… pero él estaba dispuesto a no dormir por seguir explorando el cuerpo
KyuBin, porque sabía que no se iba a arrepentir de ello.
Notas finales:
—No, esta vez no hay
relaciones sexuales explícitas porque el fic se me estaba yendo de madre y no
podía permitirme escribir algo de 6k cuando la media que tengo programada son
3-3.5k, pero no os preocupéis, todavía quedan tres fics más para acabar esta
colección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario