Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 12. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 12. Mostrar todas las entradas

jueves, 19 de enero de 2017

[Capítulo 12] El Instituto de la Muerte {Varias}



            ZiTao estaba impaciente después de escuchar la conversación que estaba teniendo lugar en el sótano entre el espíritu que los mantenía retenidos y sus amigos que habían bajado a aquel lugar para intentar liberarlos. Parecía que finalmente iban a poder salir de aquel lugar, que ya no iban a tener que pasar más días a base solo de beber pequeños sobros de agua y barritas energéticas, viviendo con miedo a morir cualquier día. Sin embargo, no podían cantar victoria todavía, no hasta que el fantasma por fin hiciera algo.

lunes, 20 de julio de 2015

Triwizard Tournament

Capítulo 12
¿Qué sientes?

            Cuando TaeMin entró en el camarote que compartía no esperaba encontrarse allí a JongIn, tumbado sobre su cama, con un montón de envoltorios de bombones de chocolate rodeando su cuerpo. Por este motivo, el chico se quedó en el umbral de la puerta, sin saber si entrar o no a aquel lugar que parecía bastante sombrío.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

EXO 3ª Temporada

Capítulo 12
Día a Día


            Se me había olvidado completamente que había quedado con Tao, por eso no había estado pendiente a más que a bailar y bailar para intentar aclararme. El baile era lo que a veces me hacía poder elegir el camino que tomar. Por eso, me asusté un poco cuando lo vi en la sala de baile ante mí, y me tensé un poco cuando avanzó hacia donde yo me encontraba para besarme, pero después, por primera vez, me dejé llevar y correspondí el beso con ganas.

            —Tao… —suspiré contra sus labios.
            —Hum…
            —¿Cómo has llegado hasta aquí?
            —SeHun me dijo que si no habías venido a nuestra cita era porque te habías puesto a bailar y se te había olvidado —contestó separándose un poco de mí—. Me dijo dónde estaba y vine para estar un rato contigo —me dio otro beso, pero esta vez muy corto—. Bailas muy bien.

            Aquel halago hizo que mi corazón se saltara un latido y luego se pusiera a latir con rapidez, demasiado acelerado. También sentí el calor asomar a mis mejillas y por una vez me alegraba ser tan moreno de piel porque así se notaba menos mi sonrojo.

            —Gracias —dije—. Ya que ha sido mi culpa no recordar que habíamos quedado —comencé, titubeante—. ¿Puedo hacerte un baile en compensación?
            —Puedes —sonrió Tao.

            Asentí y pulsé sobre la siguiente canción del reproductor, comenzando a bailar inmediatamente, intentando que todo aquello que estaba dando vueltas en mi cabeza, mis sentimientos, mis problemas y mis inseguridades salieran a la luz y poder de una vez por todas aclararse. Viendo la sonrisa en los labios de Tao y su mirada quemando mi cuerpo, lo tuve claro.

-oooOOOooo-

            Cuando MinSeok me había mandado aquellos mensajes me había asustado bastante y no me quedé tranquilo hasta que llegué sin aire al lugar en el que me había dicho que me esperaba. Mi chico estaba sentado en el suelo y parecía agotado. Corrí los últimos metros que me separaban de él y me agaché a su lado. MinSeok me dirigió una sonrisa cansada antes de comenzar a hablar.

            —Gracias por venir —murmuró—. No tengo fuerzas para moverme.
            —¿Qué te ha pasado? —pregunté algo preocupado.
            —La universidad es agotadora y… encontrarte con un enemigo al final de la jornada no hace más que empeorar el cansancio —respondió con calma.
            —¿Estás bien? —mi tono fue de alarma, sin embargo—. No te ha pasado nada, ¿verdad?
            —Estoy perfectamente —susurró—. Solo quiero meterme en la cama y dormir hasta que llegue el día del Juicio Final.
            —Exagerado —murmuré.
            —No tanto. Y ahora ayúdame a levantarme y llévame a una cama, por favor —pidió, y yo no pude negarme a su petición.

            Con una sonrisa en los labios lo ayudé a levantarse y luego le cogí la mochila de la universidad y afiancé su posición, agarrándolo firmemente por los hombros para que pudiéramos caminar a la residencia. Parecía demasiado agotado, así que durante el camino me mantuve en silencio y cuando llegamos a casa simplemente lo ayudé a desvestirse y a meterse en la cama para que descansara.

            Estaba bien, no tenía por qué preocuparme, pero aun así, me pasé prácticamente toda la noche en vela con su cuerpo entre mis brazos, protegiéndolo de cualquier cosa porque no podría soportar que le pasara algo parecido a lo que ocurrió en China y no estuviera YiXing con sus poderes o aquella agua milagrosa cerca.

-oooOOOooo-

            Estaba sentado al escritorio, terminando de hacer algunos test para las clases que tenía a la mañana siguiente, cuando la puerta de la habitación se abrió y por ella entró alguien. No le hice el más mínimo caso y terminé aquello que me ocupaba antes de volverme a averiguar quién era la persona que había entrado.

            Unos minutos después, por fin podía dejar de clicar respuestas una tras otra porque había finalizado mi tarea, así que hice girar la silla de mi escritorio, encontrándome a LuHan tumbado en la cama, observándome.

            —Hola —le dije.
            —Hola, YiXing —contestó, esbozando una sonrisa—. ¿Estás muy ocupado?
            —No, acabo de terminar.
            —¿Te gustaría escuchar un cotilleo sobre nuestro pequeño panda? —preguntó y a mí me faltó tiempo para asentir. LuHan sonrió más ampliamente—. Tao y JongIn por fin están saliendo —abrí mis ojos como platos, si poder creerme aquella noticia.
            —¿En serio?
            —Sí, sino por qué crees que Tao se va la mayoría de las tardes por ahí y no vuelve hasta las tantas.
            —No sé, creía que tenía cosas que hacer de sus clases.
            —¿Qué va? —respondió—. Se pasa las tardes pegado a JongIn como una lapa.
            —La verdad es que me alegro —murmuré—. Llevaba un tiempo bastante decaído.
            —Todo culpa de JongIn, tengo que torturarlo un poco más con el tema para que así vea que tiene que pensar más en cómo se siente —contestó—. Hasta hace unos días se negaba a aceptar que era gay.
            —Bueno, es algo complicado de aceptar, además es joven y debe de estar confundido con todo —dije.
            —Es mayor que SeHun y mi chico lo aceptó hace cuatro años.
            —Vaya… —murmuré—. Un momento… ¿Llevas saliendo desde hace tanto con SeHun?
            —Sí.
            —¿No era menor en ese entonces?
            —Bastante menor —contestó con una sonrisa—. Pero como tengo esta cara de adolescente nunca nadie sospechó que yo estuviera en la universidad —amplió su sonrisa—. Además, últimamente ha crecido mucho y ahora parece que ronda mi edad, aunque yo siga pareciendo un adolescente.
            —Eres un caso LuHan.

-oooOOOooo-

            —¿Qué somos? —le pregunté a JongIn mientras tomábamos un café en una cafetería del centro.
            —¿Qué somos de qué? —respondió con otra pregunta, poniendo cara de confusión.
            —¿Amigos, amigos que se besan, novios? —le di varias opciones y él casi se atraganta, llamando la atención de las personas que se encontraban en la mesa de al lado.
            —Tao no…
            —Tendremos que ser algo, pienso yo, ¿no? —JongIn me miró mientras cogía una servilleta y se limpiaba el café que prácticamente había escupido antes.
            —Sí… tenemos que ser algo —murmuró.
            —¿Y bien? ¿Qué somos?
            —Por ahora… amigos que se besan —contestó. Su respuesta me desilusionó un poco, porque yo esperaba que me contestara con la tercera opción que le había dado, pero al parecer aún no estaba preparado para ella.
            —Bien —asentí—. Amigos que se besan.

            JongIn se sonrojó un poco y luego volvió a su café, como si yo no me encontrara allí. Por lo menos por ahora había aceptado algunas cosas y eso me hacía bastante feliz, pero necesitaba que hiciera lo mismo con lo que le faltaba para así poder disfrutar del tiempo que nos quedara juntos. Los enemigos eran cada vez más fuertes y no teníamos asegurada la supervivencia. Probablemente no nos quedaba demasiado tiempo, aunque eso fuera una ironía porque yo tenía el poder de detenerlo y alargar el momento durante horas.

-oooOOOooo-

            Habían pasado varios días del ataque que había sufrido tras las clases. No me había sucedido nada grave, solo me había cansado un poco, pero JongDae se había pasado todo el tiempo preguntándome una y otra vez si estaba bien o si necesitaba algo. Me gustaba que fuera atento, pero a veces se pasaba de atento y me ponía de los nervios.

            —JongDae, si me vuelves a preguntar si estoy bien por enésima vez en el día te juro que acabaré metiéndotela y sin lubricante —amenacé. Él me miró con los ojos como platos, porque generalmente me mostraba como una persona tranquila y dulce, pero ya me estaba cabreando.
            —Bueno, MinSeok, no te enfades —se acercó a mí y me pasó un brazo por los hombros—. No volveré a preguntarte —me dio un beso en el hueco entre la oreja y la mandíbula—. Solo estaba preocupado por ti, pero si no quieres no lo haré más —esta vez me dio un beso en la mejilla—. Pero si quieres probar el sexo de esta forma me dejaré, aunque agradecería el lubricante —susurró con voz ronca en mi oído.
            —¿Seguro?
            —Sí.

            Esbocé una sonrisa maliciosa, como las que él me dedicaba de vez en cuando y lo tomé del brazo para hacer que se sentara sobre la cama. Después, tomé el lubricante y un paquete de preservativos y los dejé al alcance de mi mano para cuando JongDae se extendiera desnudo ante mí, preparado para que lo penetrara.

            —Prometo que te va a encantar —murmuré.
            —No puedo esperar.

            Sonreí, animado por sus palabras, y no tardé en abalanzarme sobre él, comenzando a quitarle la ropa mientras lo besaba en cada parte del cuerpo que quedaba expuesta, mordiendo en ocasiones y lamiendo de vez en cuando. JongDae, debajo de mi cuerpo, gemía y gemía, pidiendo por más, rozándose contra mi entrepierna y haciéndonos suspirar a ambos por más.

            La ropa pronto desapareció y poco después me encontraba echando el gel lubricante en su entrada y preparándolo para cuando me internara en su interior. Quería hacerlo bien, hacerlo para que no tuviera ninguna incomodidad más tarde, pero lo necesitaba, necesitaba sentir sus paredes apretando mi miembro, por lo que en cuanto sentí que varios de mis dedos se movían bien en su interior, guie mi miembro hacia allí y me hundí en él con un gemido ronco. Seguidamente, comencé a moverme y no paré hasta que me corrí.

-oooOOOooo-

            Me encontraba en el salón haciendo un poco de zapping después de la cena. Yo había hecho la comida (sí, fideos instantáneos se consideraban comida en mi idioma cuando no sabías cocinar) y a YiXing le tocaba fregar los pocos platos que habíamos utilizado. LuHan se había ido a cualquier lugar y Tao todavía no había regresado.

            La situación de este último me tenía un poco mosca porque había pasado unas semanas muy callado y metido en su mundo, pero de buenas a primeras había comenzado a salir prácticamente todas las tardes y a llegar bastante tarde. Estaba preocupado por él, por si le podía pasar algo. ZiTao no era muy dado a hablar de sus problemas, y probablemente lo aprendiera de mí, pero a veces estaba bien confiar en la gente, YiXing me lo había enseñado.

            Escuché la puerta principal abrirse y miré hacia allí para ver quién era la persona que entraba. Era Tao, así que lo siguiente que hice fue llamarlo para que se acercara a donde yo me encontraba y se sentara a mi lado.

            —¿Querías algo, gege? —preguntó.
            —Últimamente pasa mucho tiempo fuera —comencé—. ¿Pasa algo?
            —No —dijo, negando también con su cabeza.
            —¿Entonces?
            —Solo estoy saliendo con un amigo a diferentes sitios —respondió con una sonrisa—. No tienes que preocuparte.
            —¿Amigo?
            —Sí, JongIn.

            JongIn. Uno de los otros, el chico que se teletransportaba. Debía haberlo supuesto. Respiré hondo y simplemente lo dejé estar, no me iba a llevar más disgustos, ni me iba a enfadar más por ese tema. Al menos no vagaba solo por las calles y eso era un alivio, además, JongIn era el que más fácil podía sacarlo de una situación de peligro y aunando sus dos poderes podían escapar fácilmente y llegar a un lugar seguro.

            —¿Es un buen chico? —le pregunté y él asintió.
            —Por supuesto.
            —Entonces nada.
            —¿Nada? ¿No te vas a enfadar? —me puso el dorso de su mano en mi frente—. ¿Tienes fiebre? ¿Quién me ha cambiado al siempre malhumorado Kevin?
            —Muy gracioso —le retiré la mano y le indiqué que me dejara tranquilo con la mirada, pero él tuvo que ponerle la guinda al pastel antes de salir huyendo del salón.

            —Le daré las gracias a YiXing por amansar a la fiera.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Vampire Stories

Capítulo 12
El Parque Parte I


   -*¿Me queréis recordar por qué estamos aquí?- preguntó Lourdes cuando acababan de montarse en el bus.
   -*Por quinta vez- comenzó Lorena- hemos quedado con los chicos para hacer algo de deporte.
   -*¿Y por qué tengo que ir yo?- se quejó de nuevo la chica- yo no dije que sí a ir con ellos.

   Todas la miraron mal porque ninguna quería estar allí, habían sido ellos los que habían decidido por si mismos el día anterior todo y les habían dicho dónde, cuándo y cómo tenían que ir al parque al que ahora se dirigían en autobús.

   -*Vale, vale...- dijo- sigo sin entender el porqué- pensó para ella.

   Pasaron en silencio unos momentos, mientras las conversaciones del bus a aquellas horas de la mañana las entretenían. De vez en cuando, cuando paraba el vehículo se fijaban en los alrededores para no equivocarse de parada, pero nada más.

   En una media hora más o menos, divisaron un parque cerca de la parada y rápidamente se bajaron del bus. Se acercaron a la entrada de este y efectivamente, vieron que no se habían equivocado al leer el cartel y ver que este ponía el nombre que los chicos les habían dicho.

   Miraron a su alrededor en busca de los cuatro con los que habían quedado, pero allí no había nadie más que ellas, así que se pusieron a esperar.

   -*Tengo que conseguir que DaeHyun me haga caso y se fije en mi...- comenzó a murmurar Ana y las demás la miraron- quizás si…
   -*Nada de fingir que te tuerces el pie para que te cargue- cortó Lourdes antes de que la chica terminara de hablar.
   -*No era eso- dijo con mala cara- mierda- pensó.
   -*No lo niegues- comentó Lourdes- te conozco como si te hubiera parido y se en que piensas... aunque es extraño porque aquí la bruja eres tú y no yo.
   -*¿Nos habrán dejado plantadas?- dijo de pronto Inma, cambiando de tema.
   -*No lo creo, fueron ellos los que insistieron en venir aquí- contestó Lorena.
   -*¿No son aquellos?- dijo Ana señalando disimuladamente hacia la izquierda y todas se volvieron.

   Efectivamente, eran ellos. Ana tenía muy buen ojo para localizar buenorros entre la multitud y ellos eran los más buenorros del lugar. Las chicas casi no podían creerse lo que veían. Eran cuatro dioses bajados directamente del Olimpo.






   Las cuatro chicas se permitieron babear por unos segundos mientras los veían acercarse, acaparando miradas de todos los transeúntes, tanto público masculino como femenino, aunque más de este último. Cuando llegaron al lado de ellas, fueron estas las que pasaron a ser el punto de mira, aunque más bien las de ahora eran de envidia.

   -¿Habéis esperado mucho?- preguntó MinHyuk y todas negaron.
   -Acabamos de llegar- dijo Inma con una sonrisa.
   -Entonces vámonos a jugar- propuso ChunJi todo emocionado.
   -Primero deberíamos decidir cómo nos vamos a dividir y a qué hora vamos a volver- dijo Joe.
   -¿Y a qué esperamos?- dijo el chico con una gran sonrisa.

-oooOOOooo-

   Una vez decididos los deportes y las parejas cada uno nos dirigimos a las distintas zonas del recinto habilitadas para cada deporte. Así pues, Joe, que sería mi compañero, y yo nos dirigimos a las canchas de tenis.

   Era uno de los deportes que más me gustaba practicar... bueno, uno de los únicos deportes que me gusta practicar.

   Soy de ese tipo de chicas que odia sudar, y el deporte es todo sudor, sudor y más sudor. Además de que soy un pato con dos pies izquierdos. Siempre he sido más de quedarme viendo como juegan los demás haciendo de árbitro o simplemente de animadora.

   Pero el tenis es uno de esos que me gusta disfrutar participando, más que nada porque misteriosamente es uno de esos pocos que se me da bien.

   A diferencia de España, aquí las cosas están bien organizadas, así que puedes alquilar el material que vayas a utilizar como las raquetas y las pelotas de tenis en nuestro caso.

   Al llegar a las pistas vimos que estaban vacías. No había nadie jugando allí, lo que en cierto modo me alegro porque podría jugar tranquila, pero también me ponía nerviosa estar completamente sola con él.

   -¿En qué piensas?- me preguntó Joe haciendo que me sobresaltase, especialmente porque estaba más cerca de lo me esperaba.
   -Yo... en... en nada, ¿por?- respondí visiblemente nerviosa.
   -No sé, pareces distraída.
   -No es nada. Me paso así la mayor parte del tiempo. Las chicas dicen que vivo en las nubes y yo siempre les respondo que si el suelo fuese tan cómodo como las nubes, pasaría más tiempo aquí- reí.

   Pensar en las chicas me calmó. Ellas no estaban muy lejos así que en cualquier momento podría ir con ellas.

   -Supongo que tienes razón- dijo con una sonrisa.

   Dios, este chico era guapísimo. Por lo visto me quedé un buen rato mirándole como una boba porque volvió a llamarme la atención.

   -¿Jugamos? ¿O prefieres quedarte ahí parada mirándome?
   -¿Eh? Sí, sí. Perdona.

   Estuvimos un buen rato jugando y nos sentamos un rato para descansar antes de ir con el resto a comer.

   La verdad es que él también era bastante bueno. Se movía muy rápido y no perdía ni una de las bolas que le tiraba. Además parecía no cansarse.
Tendría que pedirle que me contase su secreto...

-oooOOOooo-

   Genial, ahora tenía que aguantar a ChunJi toda la mañana. ¿Por qué hemos venido a hacer deporte un domingo? Ahora podría estar durmiendo tranquilamente; y no, tengo que jugar al fútbol con él, porque él quiso.

   -Venga, no te preocupes, como el caballero que soy me portaré bien- dijo pasándome el balón como si se lo tirase a un niño pequeño- tú tiras y yo paro.
   -¿Estás seguro de que quieres ser portero?
   -Segurísimo- dijo casi riéndose de mí.

   Seguro que pensaba que no podía darle a la pelota y que si le llego a dar la echaré fuera. Babo.
   -Vale, tú lo has querido- sonreí de manera triunfal. Si quiere guerra, la tendrá.

   Cogí un poco de carrerilla, solo unos pasos, los suficientes para poder darle con mayor fuerza a la pelota. Miré hacia la portería pensando por donde entraría el balón, y cuando lo tuve claro, chuté.

   Como medio experta que era en el tema, le di a la pelota justo debajo para que se elevara y así pudiera entrar por la escuadra. Era un tiro difícil pero desde que tenía 5 años ha sido mi deporte favorito y aunque nunca he estado apuntada a ningún club ni equipo, he pasado buenos ratos practicando.

   Gracias a esto conseguí que la pelota entrase por la escuadra con bastante potencia y que ChunJi se quedase mirando la pelota sin poder hacer nada.

   -¿Aún quieres ser portero?- le pregunté con arrogancia.

   Él me miró y sonrió, pero esta vez fue más una sonrisa de adoración que de arrogancia. De verdad que no entiendo a este tío y sus cambios de humor. Y además me siento rara cuando me mira así.

   Después de la demostración ya no volvió a reírse de mí, de hecho, me pidió que le enseñara algunas cosas. Al final pasamos un buen rato y la verdad, hacía tiempo que no me divertía tanto.

   Cuando ya nos cansamos, nos sentamos en el césped y estuvimos hablando hasta que vimos que casi era la hora, por lo que recogimos las cosas y fuimos al sitio en el que habíamos quedado con los demás para ir a comer.

-oooOOOooo-

   Al final nos separamos todas y cada una acabó en una punta del recinto. A mí no me hubiera gustado separarme de las locas, pero todas parecían muy interesadas en estar solas con aquellos chicos. No era tonta y podía darme perfectamente cuenta de cómo se ponían al estar con ellos, me recordaban a mí en la clase del profesor YeSung. Por eso, había acabado yo allí sola con el chico del culo bonito que no hablaba así lo matasen. ¡Por Dios, pero qué sieso era!

   Caminábamos por el parque en busca de algo que poder hacer cuando de repente vi una cancha de baloncesto y sonreí. Adoraba el baloncesto tanto como adoraba a los hombres (y eso ya era decir), además, siempre me habían gustado los hombres muy altos y fuertes (que yo fuera alto tenía que ver).

   -¿DaeHyun-shi?- dije y él paró de andar para mirarme. No habló, pero ya me lo esperaba, así que seguí- ¿te gustaría jugar un poco al basket?- se encogió de hombros y yo tomé eso como un sí.

   Salí hacia la cancha con una sonrisa, llevaba demasiado tiempo sin jugar y era como si mi cuerpo me lo pidiera. Había un carrito con pelotas y me acerqué a él para coger una. La mayoría estaban medio deshinchadas, pero encontré una que estaba medio decente. Sonreí y me volví con ella en la mano.

   -¡Cógela!- le dije al chico y le lancé la pelota directa al pecho. Él la cogió a duras penas, pero la cogió- ¿un uno contra uno?- pregunté y él asintió- empiezas tú.

   Apenas llevábamos unos minutos jugando y yo ya podía ver que a él se le daba de pena. Apenas sabía botar la pelota y cada vez que me acercaba a él para marcarlo, él parecía bloquearse y le quitaba la pelota en un pispas y anotaba. Aquello era aburrido.

   Paré de jugar, pero seguí botando la pelota y me giré hacia él.

   -¿No te gusta el basket?- pregunté y él me miró unos segundos antes de negar con la cabeza- haberlo dicho antes- dije- ¿te gusta algo de lo que hay por aquí?- DaeHyun miró a su alrededor y luego negó con la cabeza- entonces… ¿te gustaría tomar un helado?- asintió lentamente.

   Dejé la pelota en el carro del que la había cogido y luego eché a andar. Él me siguió por todo el parque donde pudimos ver a los demás divirtiéndose con los deportes que habían elegido. Busqué el puesto de helados y me acerqué a él. Una chica castaña y de ojos oscuros, que me sonaba de algo, era la que lo atendía.



   Pedí dos helados de vainilla, ya que él, aunque se acercó bastante a mí, tanto como para poder pedir, pero no lo hizo. Después de esto, le entregué su helado y él inclinó su cabeza, agradecido. Comenzamos a comernos los helados mientras caminábamos al lugar de encuentro que habíamos fijado con los demás antes de irnos cada uno por un lado.

   Todo iba bien hasta que comenzó a derretírseme el helado. Ni siquiera hacía mucho calor, no estábamos en Verano ni nada parecido, pero a mí los helados me duraban una eternidad y parecía que aunque estuviera metida en un congelador el helado se me derretiría.

   Comencé a buscar en mis pantalones algún pañuelo para poder limpiarme, pero no daba con nada. De repente, vi que DaeHyun me tendía un pañuelo de papel y lo cogí.

   -Gracias- dije con una sonrisa y limpié todo el estropicio que había liado en un momento. Cuando acabé, me pareció apreciar una sonrisa en su rostro, pero inmediatamente deseché la idea y seguí caminando.



sábado, 21 de septiembre de 2013

EXO

Capítulo 12
Rápido



   Ayudamos a recoger a JunMyeon rápidamente todo lo que se había mojado y gracias al poder de ChanYeol, que secaba las cosas, pudimos terminar en apenas media hora. Menos mal que a nadie se le ocurrió pasar por allí, hubiera sido muy difícil de explicar lo que había pasado.

   Apenas terminamos, cuando una chica bajita entró desde la parte trasera del local y nos sobresaltó a los tres.

   -Oppa- le dijo a JunMyeon- ya está todo listo allí atrás.
   -Gracias, Luna- ella le sonrió y luego se giró hacia nosotros.
   -¿Sois amigos de JunMyeon oppa?- nos preguntó y ambos asentimos, aunque fue ChanYeol el que contestó por los dos.
   -Yo soy ChanYeol y él BaekHyun.
   -Encantada, yo soy Luna- se presentó ella- a partir de ahora trabajaré en este turno- miré rápidamente al otro trabajador.

   Kevin era el que tenía ese turno, ¿qué era lo que había pasado? JunMyeon se encogió de hombros y luego bufó, eso me dio a entender que él tampoco sabía nada y que por eso era por lo que estaba tan apurado antes. La chica no tenía nada que ver y era mejor que no se enterase de nada o se podría armar una bastante gorda.

-oooOOOooo-

   -¿Al final qué hicisteis cuando os encontrasteis?- le pregunté a SeHun y él me sonrió tristemente.
   -La verdad no mucho- contestó- nos escondimos detrás de una estantería, me dio un par de besos y tras decirme que me quería salió corriendo para que Tao no lo pillara conmigo.
   -Debe ser emocionante- dije y él me miró mal- ¿qué? Es como si estuvierais viviendo un amor prohibido, debe ser algo intenso y emocionante.
    -No te creas, prefiero que vuelva a ser todo como antes y poder estar a su lado a cada momento sin que nadie nos esté buscando.

-oooOOOooo-

   -Menos mal que aquí ninguno es un Vampiro- murmuré mientras él sacaba los pequeños botecitos identificados cada uno con una etiqueta con el nombre del propietario que contenían la sangre de todos nosotros.
   -¿Por qué lo dices?- preguntó.
   -Por la sangre- le aclaré. Zhang YiXing era inocente y despistado. Y me gustaba que fuera así.
   -Oh- lo pilló y su cara me hizo esbozar una pequeña sonrisa.
   -¿Crees que podrías hacerlo?- le pregunté acercándome a él y tomando el bote que llevaba la etiqueta de ChanYeol- quiero decir, descubrir todo lo que pueda haber en la sangre para ayudarnos a entender algo más… y recordar también lo que pasó.
   -No sé si podré- contestó tomando mi rostro entre sus manos y colocándolo a su altura- pero lo intentaré- y me dio un pequeño y dulce beso.

-oooOOOooo-

   Nada más llegar a casa después de aquel día tan movidito que habíamos tenido nos metimos en la cama, agotados. Había utilizado demasiado mis poderes para poder ayudar a JunMyeon y casi no sentía mis músculos. Lo que sí que sentí fue cómo BaekHyun comenzaba a besarme la nuca, ya que me había tumbado de espaldas a él. Solté un suspiro y lo escuché reír. El pelo de mi nuca se erizó cuando su aliento me rozó la piel.

   -BaekHyun…- murmuré mientras me giraba y me quedaba cara a él- no comiences algo que luego no vayas a terminar.
   -Esta mañana tú has comenzado algo- me dijo con una sonrisa pícara mientras su mano comenzaba a tocar mi pecho- yo sólo lo intento terminar.
   -Mmm… está bien…

   Atrapé sus labios con los míos antes de que pudiera hacer nada y comencé a besarlo, al principio suavemente, de una manera remolona, pero también algo intensa. Sin embargo, el beso se tornó completamente desesperado cuando él me mordió el labio inferior.

   En ese momento olvidé lo cansado que estaba, que me dolía todo el cuerpo y que probablemente, pudiera hacerle algo de daño. Comencé a besarlo, introduciendo mi lengua en su boca, moviéndola hasta haber llegado a todos los rincones, jugando con la suya, enredándola, sintiéndola. Mis manos empezaron a moverse sin permiso por su cuerpo, tocando lugares que nunca antes me había atrevido a tocar y que ahora, como en trance, sí que tocaba, arrancándole gemidos que quedaban ahogados dentro de nuestro beso.

   Me separé de sus labios en busca de aire de una manera algo brusca y luego comencé a bajar, besando su mentón, su mandíbula, su cuello. Cuando llegué a este lugar lo escuché jadear y supe que ahí debía entretenerme.

Pasé mi lengua por su níveo cuello y luego volví a besarlo, al principio besos pequeños y cortos, luego comencé a succionar y a morder levemente, arrancando gemidos cada vez más fuertes. Mis manos empezaron a bajar cada vez más por su cuerpo y le levanté la camiseta, para llegar a sus pezones. Los gemidos intensificaron su volumen, y esta vez, estaban acompañados de mi nombre.

-Channie… ahh… mmm… Channie…

Eso me hizo perder el control todavía más si era posible. Ahora le mordía el cuello sin compasión y bajé mis manos hasta encontrar la cinturilla de sus calzoncillos. No hice más que rozar su miembro por encima de la tela cuando él me apartó de golpe y me dio la espalda, respirando entrecortado. En ese momento me di cuenta de que íbamos demasiado rápido para él.

-Lo siento- murmuré y deposité un pequeño beso en su nuca antes de abrazarme a él- lo siento mucho.
-No te disculpes…- dijo- tenías razón… no debí empezar si no podía terminarlo…
-Tranquilo, BaekHyunnie, tendré mis manos quietecitas hasta que me des permiso para moverlas- él rio un poco y su cuerpo tembló entre mis brazos.
-Gracias.

-oooOOOooo-

   -Tú estás bien, ¿verdad?- fue lo primero que KyungSoo me preguntó tras haberle contado lo que había sucedido aquella mañana en el Burger.
   -Sí, yo estoy bien- contesté y él soltó todo el aire de golpe.
   -Menos mal- murmuró- ¿la chica se enteró de algo?- negué con la cabeza- habéis tenido mucha suerte, muchísima suerte.
   -Lo sé.
   -Pero me alegra que no haya pasado nada- paró de andar y se giró a mirarme- me alegra mucho que estés bien y que no te haya pasado nada.

   Alzó su mano y rozó mi mejilla unos segundos, para luego retirarla rápidamente y seguir andando. Lo seguí casi sin ser consciente, su toque en mi mejilla había hecho que mi corazón se acelerara y mi mente se nublara. ¿Por qué me pasaba eso?

-oooOOOooo-

   -Salgamos mañana a la Discoteca- propuso JongIn nada más llegamos a la habitación.
   -Mañana es Martes, ¿por qué deberíamos salir un Martes a la Disco?- pregunté y él se encogió de hombros.
   -Hace tiempo que no me enrollo con una tía- contestó.
   -¿Y para eso quieres que vaya contigo?- alcé una ceja. Para eso no me necesitaba, es más, cada vez que se quería enrollar con alguna desaparecía de nuestro lado y no le veíamos el pelo en un buen rato.
   -Será más divertido contigo allí- respondió.
   -JongIn- dije poniéndome muy serio- yo no hago tríos.

   Durante unos minutos estuvo en silencio, mirándome de manera fija, pensando en mis palabras, hasta que de repente comenzó a reírse de una manera exagerada, tan exagerada que parecía algo así como una hiena en celo. Pero su risa de hiena se me contagió y al momento ya estaba yo riendo con él. No sé cuánto tiempo pasamos muertos de risa, pero cuando pudimos parar, me dolía el estómago.

   -Eres un cachondo- murmuró.
   -Era en serio, no hago tríos- contesté de nuevo y él me miró mal.
   -Está bien… lo recordaré para la próxima vez.

-oooOOOooo-

   Estaba tranquilamente tumbado en la cama escuchando música en mi MP4 con los ojos cerrados. No había nadie más en la habitación, no sabía dónde estaba JongDae y eso me preocupaba un poco, un poco bastante. Quizás podría haberle pasado algo y por eso no llegaba, algún enemigo podría haberlo atacado. O quizás me estaba volviendo un poquito paranoico y solo estaba terminando algo.

   Me sobresalté cuando sentí un peso en mi cama y abrí mis ojos rápidamente, para encontrarme con mi compañero medio subido sobre mí y con su cara a escasos centímetros de la mía. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y de una manera muy sonora dentro de mi pecho, recé porque él no lo escuchara, él no podía darse cuenta. Sin embargo, el sonrojo se apoderó de mis mejillas y contra eso no pude luchar.

   -Me… me has dado un susto de muerte…- susurré y él sonrió. Mi corazón se aceleró más todavía. ¿Por qué me pasaba aquello? Normalmente podía controlar mis reacciones cuando estaba a su lado, ¿por qué ahora no?
   -Lo siento- murmuró- pero quiero que veas algo.
   -¿Qué es?- pregunté extrañado mientras él se comenzaba a alejar de mí y se bajaba de mi cama.
   -Ven- lo miré a los ojos durante unos momentos, evaluándolo. Era un Troll de primera y sabía que al pobre e inocente de YiXing lo molestaba bastante. Conmigo también se ponía a veces así y no me fiaba ni un pelo. Además, la sonrisa que tenía en esos momentos no me gustaba nada.
   -No sé yo si debería ir- comenté y él hizo un puchero.
   -¿No confías en mí?- me pensé mi respuesta. Para las cosas serias era la mejor persona en la que podías confiar… pero para los días de diario era mejor mantenerte alejado de esa sonrisa.
   -Depende del día- contesté sinceramente.
   -¿Hoy te fías de mí?
   -No mucho- suspiró y volvió a subirse en la cama, justo como había estado antes. Demasiado cerca.
   -¿Qué puedo hacer para que confíes en mí?
   -No lo sé…- contesté tragando saliva. Estaba demasiado cerca de mí.
   -Entonces confía en mí- acarició mi mejilla con su mano y yo cerré los ojos para disfrutar del contacto. Cuando los abrí, una sonrisa tierna se extendía por su rostro.
   -Confío en ti- murmuré.

   Lo siguiente pasó muy rápido. Apenas dije esas palabras ya estaba siendo levantado de la cama y sacado de la habitación recorriendo los pasillos de la Residencia. No tardamos mucho en bajar del todo y llegar al Sótano. Me quedé parado y JongDae se volvió hacia mí para sonreírme.

   -Aquí nadie nos molestará- dijo.
   -¿Para qué necesitamos que nadie nos moleste?- pregunté y él sonrió mientras abría la puerta.
   -Para entrenar.

-oooOOOooo-

   Llegamos al piso y lo primero que nos encontramos fue a YiXing y a Kevin en la cocina con botes de sangre. Eso me dejó plantado en la puerta, pero un empujón de Tao me hizo avanzar hasta el lugar.

   -¿Qué es esto?- preguntó el chico y los otros dos se volvieron hacia él.
   -Vamos a averiguar las respuestas a todos los porqués.