Please Don’t Go
Otra vez le tocaba irse a mi compañero de
habitación. Malditas promociones de SuJu-M en China que lo obligaban a alejarse
de mí cada dos por tres. Odiaba eso, odiaba tener que separarme de él durante
tanto tiempo. Estar tanto tiempo sin él, sin sentir su presencia a mi lado, sin
oír su risa, sin ver su perfecto rostro. Todo eso, hacía que lentamente, algo
en mi interior sufriera y cada vez que lo veía marchar, siempre mis labios
pugnaban por hacerle aquella petición, que no estaba en mis manos ni en las
suyas.
Lo veía poner la ropa encima de la cama para
elegir qué llevarse a China. Lo veía meter las prendas elegidas en la maleta.
Lo veía ir de un lado a otro cogiendo, guardando y sacando todo tipo de cosas
de su lado de la habitación. A medida que su maleta se iba llenando más y más,
mi corazón dolía cada vez más y se encogía dentro de mi pecho.
Cuando se giró para verme, ya habiendo
terminado de arreglar lo que necesitaba, su mirada estaba triste y no pude
resistirme a estirar mi mano hacia él, que la tomó sin dudarlo y se acercó a
mí, sentándose en mi cama, pero yo no quería que se sentara solo, así que lo
hice tumbarse a mi lado, y luego me tumbé sobre su pecho, a la vez que él me
abrazaba.
Nos quedamos así bastante tiempo, sin hacer
nada, sólo disfrutar de la compañía que en pocas horas ya no íbamos a tener.
Noté sus manos sobre mi cabeza, jugueteando con mi pelo, como si estuviera
acariciando a un gatito y yo lo dejé, así se estaba bien.
-Hyung…- lo oí murmurar.
-¿Sí, pequeño?- me acomodé mejor sobre su
pecho para ver su rostro.
-Voy a echar de menos estar así contigo
durante estos meses- dijo y sentí cómo mi corazón paraba de latir al
escucharlo.
-“Por
favor, no te vayas”- pensé, pero no lo dije- yo también te echaré de menos-
acabé por contestar- esto no será lo mismo sin ti pululando por aquí- escuché
su risa y su pecho vibró por tal acción.
-Me gustaría quedarme a dormir aquí hoy- me
propuso y me sentí muy feliz, así que, lo abracé fuertemente y lo atraje más a
mí.
-Me parece bien.
-Buenas noches, Minnie- me dio un beso en la
frente.
-Buenas noches, Kyu- y besé su cuello.
Cuando me desperté a la mañana siguiente,
KyuHyun ya no estaba a mi lado, pero su maleta seguía en la habitación, por lo que
no había podido marcharse todavía. Me levanté y lo busqué por todos lados hasta
que lo encontré, sentado en la cocina, tranquilamente hablando con los demás
chicos. Los saludé a todos y me senté a su lado, dispuesto a pasar el poco
tiempo que me quedaba junto a él.
-¿Cómo has dormido, hyung?- me preguntó.
-Perfectamente- contesté con una sonrisa- ¿y
tú, Kyu?
-Muy calentito- dijo, y mi sonrisa se hizo
más amplia.
Pasamos un rato agradable de desayuno, hasta
que el mánager llegó y los chicos que tenían que viajar fueron a sus
habitaciones a recoger sus cosas. Llegó la hora de la despedida y los abrazos y
besos se extendieron por la entrada del apartamento, al igual que las lágrimas
contenidas y las palabras de ánimo, de apoyo, los deseos de que les fuera bien
y las promesas de que volverían pronto.
Me abracé fuertemente a mi pequeño y sollocé
un poco en sus brazos, sin que nadie más que él, lo notara, y estuvimos así
hasta que él tuvo que separarse de mí para irse.
-Volveré pronto- “no te vayas”- antes incluso de que te des cuenta, estaré aquí- “por favor, no te vayas”- nos vemos…- “no me dejes”.
Pero yo nunca dije esas palabras en voz alta
y él salió por la puerta del apartamento. Dejándome solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario