miércoles, 15 de mayo de 2013

Vampire Stories


Capítulo 7
Lo que pasó


    Después de que Ana despotricara y se quedara a gusto mientras Lourdes cocinaba, ésta la mandó a que avisara a las demás de que la comida estaba casi lista y así lo hizo. Primero pegó en la puerta del baño pequeño, donde Lorena debía estar duchándose.

   -*Lore, sal- dijo- que la comida está prácticamente lista.
   -*¿Qué dices?- gritó por encima del sonido del agua correr- no te escucho.
   -*¡Pues cierra el grifo!- gritó Ana y la otra chica lo hizo.
   -*¿Qué querías?- preguntó.
   -*Que termines de ducharte que ya mismo cenamos- contestó Ana y luego se giró hacia la habitación de Inma y llamó.
   -*Adelante- escuchó decir y entró, encontrándose a Inma tumbada en la cama mirando a la nada de manera perdida.
   -*La cena está- le dijo y la chica asintió mientras se levantaba de la cama.
   -*¿Qué hay de cena?- Ana se encogió de hombros.
   -*Ni idea- contestó- Lourdes sabrá.

   Ambas salieron de la habitación cuando Lorena justo salía también de la suya. Así que, todas fueron a la cocina, donde Lourdes las esperaba a las tres con tareas listas para cada una.

   -*Ana, lava la ropa- mandó y la chica se resignó a meter la ropa en la lavadora, ahora que estaba arreglada, haciéndolo bien- Inma, ayúdame con la cena y Lore, pon la mesa.

   Todas hicieron lo que les mandó y en un periquete ya habían acabado sus tareas y por fin, la cena estaba lista, así que nos pusimos a comer.

   -*Tengo que contaros una cosa que os vais a quedar muertas- dijo Lorena.
   -*La verdad es que yo también- comentó Inma.
   -*Y nosotras- dijo Lourdes, también por Ana, que asintió.
   -*¿Puedo empezar yo?- preguntó y las demás asintieron- ok, pues he estado intentando insinuarme al casero, lo malo es que tiene novia- contó.
   -*Ya me parecía a mí extraño que ese bombón no estuviera pillado- comentó Lorena.
   -*Yo pensaba que era gay- dijo Inma.
   -*Pues no- contestó Ana- tiene novia… y además es española, como nosotras.
   -*Eso sí que es potra- dijo Lorena.
   -*Bueno… lo mío es mejor- empezó Lourdes- ¿os acordáis del chico guapo de esta mañana?
   -*¿Cuál de ellos?- preguntó Ana- todos eran guapos.
   -*El del reflejo rojo- todas asintieron- pues resulta que me pinché con algo tirando la basura y apareció él y me vendó la mano- enseñó la mano y todas nos quedamos con la boca abierta.
   -Wow- dijo Inma- *como en un libro.
   -*Bah, eso no es nada- comentó Lorena- lo mío ha sido espectacular.
   -*Cuenta- pidió Ana.

    Flash Back Lorena

   Cuando Ana y Lourdes se fueron recordé que tenía que ir a la biblioteca a echar un vistazo. Soy la viciada de los libros. Desde que era muy pequeña mientras el resto de niños jugaban al pilla pilla o saltaban a la comba, yo estaba viviendo las miles de aventuras que se encontraban entre las páginas de los libros que leía. Pero a medida que crecía muchas de esas historias me parecían incompletas, por lo que decidí terminarlas yo. Fue entonces cuando decidí que de mayor quería ser escritora.

   Le pregunté a Inma si quería venir conmigo a la biblioteca, pero esta ni siquiera me escuchó, estaba entretenida en su mundo interior pensando en dios sabe que, aunque mucho me temía que sería por algún chico.

   Me costó un buen rato encontrar la biblioteca. Además de ser nueva y que la universidad es bastante grande, mi sentido de la orientación está algo atrofiado. Por suerte me crucé por los pasillos con un hombre que parecía ser uno de los profesores.

   -Perdone- pregunté armándome de valor, pues soy bastante tímida- ¿podría decirme cómo puedo llegar a la biblioteca?
   -Por supuesto, de hecho, voy hacia allí, así que si quieres podemos ir juntos-contestó con una agradable sonrisa.

   Al principio no me había fijado, pero ese hombre era realmente guapo y apuesto. Aunque llevaba traje, un precioso traje negro, por cierto, se podía ver que era bastante fuerte. Su pelo era castaño oscuro, igual que sus ojos y tenía una sonrisa que podría levantar a los muertos de sus tumbas. 



   Íbamos caminando por el pasillo en dirección a la biblioteca mientras él me hablaba de lo importante que esta era ya que tenía ejemplares únicos que no se podían encontrar en ningún otro lugar, pero yo no prestaba atención. Estaba demasiado ocupada admirando su precioso rostro y embobada escuchando su hermosa voz.

   -Ya hemos llegado, espero que hagas un buen uso de ella- dijo cuando llegamos a la puerta de la biblioteca haciéndome volver a la realidad.
   -¿Qué?- pregunté confusa.
   -La biblioteca- repitió- que espero que la uses bien y saques un buen provecho de ella.
   -Oh, por supuesto, amo los libros como a mi propia vida, son lo que más me gusta de esta vida- conté- mis amigas dicen que exagero un poco, pero es la verdad...- dije con nerviosismo.
   -Tranquila, tranquila, si sigues hablando tan rápido y sin respirar terminarás ahogándote- rio.
   -Perdón- murmuré- soy muy tímida y me pongo muy nerviosa con facilidad.
   -Entiendo... ¿así que te gustan los libros...? ¿Me permitirías recomendarte algunos? 
   -Emm... ¡sí, claro!- contesté entusiasmada. Así pasaría un rato más con él además de saber qué tipo de libros le gustaban, lo que me daría algunas pistas sobre él.
   -La verdad es que yo también amo leer, de hecho soy el profesor de Literatura.
   -¿En serio? Yo estoy en esa clase- ¡Bien! Esto cada vez iba a mejor.
   -Entonces supongo que nos veremos muy a menudo.
   -*“Eso espero”- pensé.
   -Por cierto, me llamo Lee DongHae- se presentó- encantado.
   -Encantada- sonreí- yo me llamo Lorena.
   -Un placer conocerte, Lorena. 

   Estuvimos un rato hablando del tipo de libros que nos gustaba a cada uno y me recomendó varios que yo, extrañamente, aún no había leído. Además de enseñarme toda la biblioteca, la cual era bastante grande.

   -Bueno, me temo que tengo que dejarte- murmuró- tengo reunión de profesores, además, he de preparar mi próxima clase- ¿Qué? ¿Por qué? Si estábamos muy bien...
   -Oh, entiendo- contesté.
   -Bueno, ya nos veremos. 
   -Sí, claro. Adiós.

   Estuve mirando en su dirección hasta que la puerta se cerró. Había algo extraño en él que no me permitía dejar de mirarle y pensar en él. Como si no hubiese nada más a mi alrededor y solo estuviésemos él y yo... Espero no estar volviéndome más loca de lo que ya estoy.

   Cómo aún faltaba un buen rato para la hora de cenar y hoy no tenía que ir a trabajar a la tienda, ya que era nuestro día libre, decidí buscar uno de los libros que DongHae me había recomendado.
 
   Decidí comenzar con una novela romántica, puesto que son las que más me gustan. El problema es que esta se encontraba en lo alto de una de las estanterías y no había nadie alrededor al que pedirle que me ayudase, así que tuve que hacerlo yo sola y teniendo en cuenta mi torpeza podría ser un suicidio.
Cogí una de las escaleras que estaban cerca y subí hasta llegar hasta la estantería que me interesaba, que resultó ser de las que estaban más arriba.
En cuanto encontré el libro lo cogí y me dispuse a bajar lo antes posible. Cuanto más tiempo pasase en esa escalera más peligro había para que perdiese el equilibrio y me cayese.

   No había bajado un par de escalones cuando de pronto pisé mal en uno de ellos y perdí el equilibrio cayendo de espaldas hacia el vacío. Ya me veía convertida en tortilla de persona en el suelo de la biblioteca cuando sentí que unos fuertes brazos me sostenían.

   -¿Estas bien?- escuché que me preguntaba una voz, pero no sabía de donde venía.
   -Eh... ¿qué?- pregunté confundida, abriendo los ojos con miedo.
   -¿Que si estás bien? Acabas de caerte de la escalera, has estado a punto de matarte si no llego a cogerte a tiempo...- decía mientras me dejaba con cuidado en el suelo.
   -¿Qué? ¿Pero si no había nadie? ¿Cómo es que...?- le corté.
   -Sí, sí que estaba- respondió nervioso- lo que pasa es que no me viste.
   -¿Qué? Para nada, estoy segura que no había nadie- dije enfadada. ¿¡Es que acaso cree que habría subido allí sola si no tuviese otra opción!?
   -Lo que tú digas...- dijo ignorándome por completo- adiós.
   -¡Oye! ¡Espera!...- le llamé pero ya se había ido- no te he dado las gracias...-dije casi en un susurro.

   Apenas había aparecido y ya no estaba. Aún en ese pequeño espacio de tiempo su rostro y su voz se me habían quedado grabados en la mente. 

   Llevaba el pelo rubio platino y sus ojos eran negros como la noche. Sus labios eran finos y de un color rosa chicle muy apetecible. Si no hubiese estado tan asustada por la caída probablemente me habría quedado tan embobada como con DongHae.



   En cuanto llegase a casa tenía que contárselo a las demás, y seguro que no me creerían. ¡He conocido a dos guaperas sacados del mismísimo Olimpo!... además de que casi me mato, pero eso no tiene mucha importancia.

   Espero volver a verlos pronto...

    Fin Flash Back Lorena

   Todas nos quedamos de piedra al oír lo que Lorena nos había dicho… bueno, todas no, Lourdes estaba como siempre.

   -*Bah, eso no ha sido nada - comentó.
   -*¿Cómo qué no?-  preguntó Lorena- casi me mato.
   -*Una caída así no te mata- contestó la otra.
   -*Si me hubiera pegado en la base de la cabeza ya no estaría aquí- respondió Lorena cruzándose de brazos. (NA: Esta conversación pasó de verdad)
   -*¿Inma, por qué sonríes?- preguntó Ana de la nada cortando la conversación de las otras dos.
   -*Porque a mí también me pasó algo…

    Flash Back Inma

   Todas me dejaron sola en la cafetería, sin saber qué hacer. Lorena se fue a la biblioteca y Ana y Lourdes se fueron a casa, porque habían acabado su jornada.

   Me levanté de mi lugar y me dirigí a la barra para pedir un refresco, y una vez que la camarera me lo puso encima de la barra, lo cogí y me senté de nuevo en mi respectivo lugar. Tomé mi mochila y empecé a sacar mis libros para repasar las pocas lecciones que había dado esa mañana. Debía aplicarme desde el primer momento.

   De repente, vislumbré por el rabillo del ojo como MinHyuk, acompañado de dos amigos, se acercaba a la cafetería. Se detuvieron en el vano de la puerta y miraron a ver dónde se iban a sentar. Una vez que lo decidieron, cogieron la mesa que tenía a mi lado. Hablaron unos minutos sobre algo de ir aquella tarde a jugar un partido de fútbol y después sus dos amigos se levantaron de sus sillas y se dirigieron a la barra para pedir algo.

   Inmediatamente, MinHyuk, sacó su portátil y lo encendió. Sacó una de sus libretas y se puso a hacer la tarea mientras sus dos amigos se sentaban y sacaban las suyas también. Yo seguí haciendo mi trabajo, pero no pude, ya que la presencia de MinHyuk a escasos metros, me desconcentraba.

   Al cabo de una hora más o menos, los dos amigos de MinHyuk se levantaron, se despidieron de él y se fueron. Tardaron unos segundos en abandonar la cafetería. Me dije a mi misma que a lo mejor tenían prisa.

   Yo, como siempre necesitaba una mesa para mi sola, ya que la atestaba de cosas: lápices por una esquina, folios por otra. Y la goma siempre la perdía debajo de mi libreta o libro. Mi estuche había llegado al otro extremo de la mesa, y ahora mismo no tenía ganas de levantarme para cogerlo.
Miré la hora.

   -*¡Se me hizo tarde!- me dije a mi misma.

   Empecé a recoger mis cosas y vi que MinHyuk también recogía sus materiales. Su portátil lo guardó con gran rapidez y solo le quedo el estuche en la mesa. Fue increíble como despejó la mesa de un plumazo. Se colgó la mochila al hombro y pasó al lado de mi mesa, tirándome el estuche lleno de bolis a reventar al suelo.

   -*¡Vaya!- murmuré malhumorada para mis adentros y levantándome de la silla para recogerlo.

   MinHyuk se dio cuenta de lo que había hecho sin querer y se dio la vuelta, dispuesto a recoger los bolis. Yo me agaché también y fui guardando los bolis en mi estuche mientras él me los daba. Vi aquellos ojos castaños, parecían chocolate, y aquella camiseta negra con dibujos blanca pegada al torso de aquel dios. Podía oler su perfume. ¡De verdad que me iba a dar algo! Iba a sangrar por la nariz o a desmayarme.

   -Per...- fue a disculparse pero de repente su ojos se abrieron como platos y no lo hizo, se fue rápidamente sin acabar de decir nada.

   Me extrañe bastante y me quedé con las ganas de hablar con él. ¿Qué le había pasado para que se fuera así de repente? ¿Acaso había visto algo desagradable?

   Miré mi ropa, pero no vi nada que pudiera sorprender ni desagradar a nadie. Todo estaba en su sitio. La segunda cosa que pensé fue que la había cagado sin yo haberme dado cuenta. Acabé de recoger los pocos bolígrafos que había por el suelo, desparramados y lo introduje todo en mi mochila. La cerré, me la colgué en los hombros, me acerqué a la barra para pagar y me fui de la cafetería. Acto seguido me dirigí a casa.

   Finalmente, llegué a casa, dejé mi mochila en mi habitación y me tumbé en la cama pensando qué es lo que podría haberle molestado a MinHyuk para que se fuera de aquella manera tan brusca. Había pasado las mejores horas y minutos que jamás en mi vida había pasado en una cafetería.

   -*“Menudo día”- pensé. A los cinco o diez minutos me llamaron para cenar.

    Fin Flash Back Inma

   -*Oh… ¿así que eso fue lo que pasó?- comentó Lorena.
   -*Sí- dijo Inma.
   -*¿Por qué todas habéis interactuado con buenorros y yo no?- dijo Ana haciendo un puchero- no es justo.
   -*No te quejes- comentó Lourdes- que tú casi te violas al casero- todas sonrieron, incluso la enfadada- y ahora, vámonos a dormir, que es tarde y mañana hay que madrugar.

   Y tras recoger, nos fuimos a dormir.





2 comentarios:

  1. Pobre Ana xD ya no podrá pescar a Siwon lol, yan ojalá yo tuviera chicos así de guapos en mi universidad.

    Me gusta leer tanto estas historias cruzadas pero me hace falta algun beso (?)
    Suerte a las escritoras, bye.

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    Respuestas
    1. No... a SiWon no... pero ya pescará a algún maromo... eso seguro ^^
      Bueno... para eso queda un poquito... los acabamos de conocer XD
      Gracias, la necesitamos... y mucho... Besos <3

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