miércoles, 29 de mayo de 2013

Vampire Stories


Capítulo 8
Segundo Día

   A la mañana siguiente nos levantamos, nos arreglamos y salimos por la puerta del piso armando un jaleo enorme. Éramos muy escandalosas. Nos dirigimos a la Universidad (esta vez sin perdernos por el camino) y una vez allí, tres de nosotras miramos a una con ojos de perrito.

   -*Dejad de mirarme así- dijo Lourdes- que parece que tengo comida y vosotras sois perros muertos de hambre.
   -*Pero es que nos abandonas- dijo Ana colgándose de su brazo.
   -*Ahrg… quita, bicho- se la intentó sacar de encima pero no pudo. Cuando Ana se enganchaba, no había nada que la pudiera quitar de encima, bueno, había una cosa.
   -*Oppa buenorro- dijo Lourdes y la otra se separó de ella y comenzó a buscar con sus ojos radar.
   -*¿Dónde?- preguntó.
   -*Se fue por allí- dijo Lorena señalando un lugar cualquiera.
   -*¿Lo seguimos?- propuso Ana e Inma secundó la moción con un asentamiento de cabeza, ero Lourdes las agarró por el cuello de las camisetas antes de que salieran pitando en busca del buenorro perdido.
   -*Quietas ahí- dijo- Lorena, te las encargo.
   -*A la orden mi comandante- hizo el saludo militar.
   -*Me voy a mi clase, procurad llegar a la vuestra sin perderos- y después de decir eso, se dio la vuelta y se fue.
   -*¿Dónde tenemos la clase?- preguntó Inma.
   -*Me parece que es en el Auditorio III- contestó Lorena- pero no estoy muy segura- comenzó a rebuscar en su mochila hasta que sacó un papel, el horario, y lo abrió- sí, Auditorio III- confirmó y guardó el horario.
   -*¿Y eso queda…?- preguntó Ana.
   -*¿Le preguntamos a aquel hombre tan guapo?- propuso Inma señalando a un hombre.

   El hombre era moreno, alto, delgado y tenía los ojos castaño oscuro. Su rostro era fino, como el de una mujer, pero debido a que llevaba un traje, no podía haber confusión con su género.



   -*¿Quién se acerca?- preguntó Lorena, pero Ana ya había salido en su dirección.
   -*No sé ni para qué preguntas- comentó Inma echando a andar tras la loca.
   -*También es verdad- murmuró Lorena yendo con ellas.
   -Esto… perdone…- dijo Ana y él se giró hacia ella con cara de malas pulgas.
   -¿Qué quieres, niña?- preguntó cortante.
   -Saber dónde está el auditorio III- contestó Ana.
   -Somos nuevas y no tenemos mucha idea de donde están todas las cosas- añadió Lorena.
   -Oh- dijo- pues… seguid ese pasillo todo recto- nos señaló el lugar- y llegaréis.
   -Gansamida- dijo Inma y las tres nos fuimos del lugar siguiendo sus indicaciones tras inclinarnos.
   -*Era guapo, ¿verdad?- dijo Ana.
   -*Muy guapo- secundó Lorena.
   -*Pero se le veía mayor- comentó Inma.
   -*¿Qué más da?- contestó Ana- estaba bueno y eso es lo que cuenta.

   Las tres avanzamos por aquel pasillo hasta que este llegó a una puerta abierta. Nos miramos y luego, tras asentir, entramos en el lugar. Aquello era un espacio enorme. A la derecha estaba la pizarra y la tarima con una mesa y a la izquierda una grada escalonada en la que se encontraban hileras de mesas con sus sillas.

   -Wow- murmuró Inma.
   -*¿Dónde nos sentamos?- preguntó Ana, viendo que el Auditorio estaba medio vacío, por suerte.
   -*Atrás- dijo Lorena- así cotilleamos.
   -*Pero… ¿atrás del todo?- dijo Inma.
   -*No, dejamos una fila y listo- contestó Lorena con una sonrisa.

   Entonces nos dirigimos a través del auditorio hasta aquel lugar, subiendo las escaleras. Cuando llegamos, nos instalamos y nos quitamos las chaquetas. Después, nos dedicamos a cotillear observando a cada tío bueno que veíamos. Ya llevábamos allí un rato, cuando de la nada, Lorena se levantó y abrió la boca para decirle algo a un chico rubio platino, tintado claramente, que pasaba por su lado, pero este simplemente siguió su camino y se sentó en la fila de atrás.

   -*Lore… ¿qué haces?- preguntó Inma.
   -*Es que…- se sentó y llamó con el dedo para que se acercaran las otras dos- ese chico fue el que ayer me salvó de morir- susurró- las otras dos iban a mirar hacia atrás, pero Lorena no las dejó- ni se os ocurra mirar.
   -*Pero queremos verlo, que no lo hemos visto bien- dijeron las dos a la vez.
   -*Es que sois muy descaradas si miráis.
   -*Ya sé- dijo Ana- tengo una idea.
   -*Miedo me dan tus ideas- murmuró Lorena y la otra le sacó la lengua. Luego se puso a rebuscar en su mochila hasta que sacó su portátil. Lo colocó en la mesa y lo abrió. En la pantalla oscura se veían reflejadas a las personas que había atrás. Ya que no sólo había una, sino tres.
   -Et voilà- susurró Ana- ¿es el rubio?- Lorena asintió.
   -*¿Cuál rubio?- preguntó Inma- hay dos.
   -*El de la derecha- contestó Ana- el de la izquierda es el dueño del culo.
   -*¿No jodas?- dijeron las otras dos a la vez.
   -*Sí, es él, guapo, ¿verdad?
   -*Pero si está MinHyuk también- murmuró Inma.
   -*¿El moreno?- preguntó Ana.
   -*Sí.

   Y ya no pudimos seguir mirando a través del reflejo, porque de repente toda la clase se calló y supimos que había entrado el profesor. Cuando alzamos la vista, casi nos da un ataque a las tres. El profesor estaba buenísimo. Tenía el pelo castaño algo alborotado, los ojos castaños claros y su piel era blanca.



   -Hola, mi nombre es Cho KyuHyun y a partir de ahora seré vuestro profesor de Historia- se presentó- bien, voy a pasar lista para ir quedándome con vuestras caras- tomó un papel y comenzó- Ahn Daniel.
   -Yo- contestó un chico muy alto y delgado, con la piel clara y el pelo castaño claro, tan claro que casi parecía pelirrojo. Otro tintado. Parecía que en Corea no podías ser persona si no te tintabas el pelo.



     -¿Jung DaeHyun?- preguntó el profesor y hubo unos momentos de silencio hasta que una voz proveniente de atrás de donde nos encontrábamos contestó.
   -Aquí- las tres miramos a través del reflejo del portátil y vimos quien era el propietario de aquel nombre.
   -*Si es que hasta su nombre es bonito- murmuró Ana- al igual que su culo.
   -Kim HyeLim- llamó el profesor y una chica de la primera fila se levantó. Tenía el pelo tintado de blanco y corto. Su rostro era un poco redondeado y ese corte de pelo la hacía parecer adorable.



   -Me gustaría que me llamaran Lime- dijo ella.
   -Muy bien- contestó KyuHyun- ¿Kim JongIn?
   -Yo- un chico moreno de piel oscura y ojos igual de oscuros y penetrantes, contestó. Su voz era grave e incitadora- pero me dicen Kai- se volvió hacia atrás mirando al auditorio y se mordió el labio inferior de una manera provocadora.



   -*¿Ana, has muerto?- preguntó Lorena al verla casi con un paro cardíaco.
   -*Como vuelva a morderse el labio de esa manera te juro que me lo tiro- contestó.
   -Kwon SoHyun.
   -Yo- una chica con el pelo castaño claro ondulado y flequillo recto fue la que contestó. Sus ojos eran oscuros y su piel algo bronceada, aunque no mucho.



   -Lee ByungHun- siguió.
   -Aquí- y Lorena inmediatamente se volvió para constatar que el dueño de aquella voz era el chico que la había salvado. Y efectivamente, lo era.
   -Lee MinHyuk.
   -Yo- y nada más ver la cara de Inma, las otras dos supieron que se trataba de aquel chico del que esta se había prendado.
   -Oh SeHun- llamó KyuHyun y el chico que estaba al lado del provocador, el tal Kai, se levantó. Era alto y tenía el pelo castaño y algo largo. El flequillo le caía por la cara y le tapaba los ojos. Parecía muy avergonzado, por lo que nada más decir que era él, se sentó, con las mejillas encendidas.



   -Yoo Ara- dijo por último.
   -Soy yo- contestó una chica con el pelo castaño muy largo y ondulado. Su rostro era fino y su piel blanca. Sus ojos eran oscuros y contrastaban enormemente con el resto de ella.



   -Bien- dijo el profesor tras terminar la lista- comencemos con la clase.

-oooOOOooo-

   Mi primera clase esta mañana era Música. La verdad es que estaba un poco nerviosa porque a esta iría yo sola, ya que las otras tres tenían clase de Historia. Llegué bastante temprano, pero ya había gente en la clase. Allí no conocía a nadie así que decidí irme al final de la clase, así, si me aburría podría coger el móvil sin que el profe se diese cuenta.

   Mientras este y el resto de alumnos llegaba, decidí ponerme a escuchar música, total, no tenía nada mejor que hacer. Entonces, mientras estaba en mi mundo, vi un reflejo rojo en la pequeña ventana de la puerta. Pero cuando miré más detenidamente no había nada.

   -*Serán imaginaciones mías- pensé.

   Yo seguía en mi mundo cuando el profesor entró en el aula. Parecía bastante joven, unos veinte-pocos quizá. Tenía el pelo castaño y corto, unos ojos oscuros y muy rasgados, que cuando sonreía apenas quedaban en una línea y, además, tenía una sonrisa preciosa.

   -*Parece que hay que ser supermodelo para trabajar aquí- me dije a mi misma y me reí de mi propio chiste.



   El profesor se situó delante del atril y comenzó su presentación.

   -Buenos días a todos, este curso yo seré vuestro profesor de Música. Me llamo SungKyu, pero podéis llamarme simplemente Kyu, no me gustan las formalidades- sonrió- antes de explicaros en qué consistirá mi clase debo pasar lista- entonces comenzó a nombrar a todos los alumnos. Alguno de ellos ya me sonaban de otras clases y otros no habían venido. Parece que a la gente se le han pegado las sábanas.

   El resto de la clase fue muy tranquila y amena. Todos nos presentamos en voz alta y hablamos del tipo de música que nos gusta a cada uno y que esperamos aprender de esta asignatura.

-oooOOOooo-

   Cuando sonó el timbre, Ana e Inma se dirigieron al salón dónde se juntarían con Lourdes para su primera clase de baile, mientras que Lorena iba en solitario a su clase de Literatura.

-oooOOOooo-

   Había salido antes de clase de música y estaba esperando en el salón mirando mi móvil cuando sentí a alguien a mi espalda. Alcé la vista para mirar en el espejo y ver quien era, pensado que serían mis amigas. Pero me equivocaba...

   -Veo que me hiciste caso y te pusiste un vendaje mejor- dijo el chico del pelo rojo.

   Reconozco que por un momento me asusté, porque me esperaba a cualquiera menos a él. Por suerte pude disimularlo, aunque no sé por qué, pero juraría que se dio cuenta porque se alejó un poco.

   -Sí- dije dándome la vuelta- gracias.
   -¿Por?- preguntó algo extrañado.
   -Por vendarme la herida y recomendarme que la curara- sonreí.
   -No es nada- dijo con una sonrisa de medio lado, mostrando levemente sus dientes.

   No puedo negar que casi me derrito, pero eso duró poco, porque de repente se puso muy tenso y se alejó yéndose a la otra punta del salón. Me sorprendí y pensé que había sido por algo que había dicho o hecho que le hubiese sentado mal, ya que la educación en corea es muy diferente a la española, pero lo olvidé rápido porque vi a mis amigas acercarse y al profesor entrar.

   Vale reconozco que a este profesor sí que no me lo esperaba, tampoco es que quisiera a uno viejo y calvo, pero uno tan joven, y como decirlo finamente, tan condenadamente perfecto. Y además la ropa que llevaba no dejaba mucho a la imaginación.


   -Hola, me llamo Lee Howon, pero todos me llaman Hoya, asi que llamarme así. Yo os daré clases de baile.

-oooOOOooo-

   Al terminar la clase de Historia me dirigí rápidamente a mi siguiente clase, Literatura. Desde que conocí a DongHae en la biblioteca me moría de ganas de volver a verlo, no podía sacármelo de la cabeza, y el hecho de que fuese mi profesor, era prácticamente un sueño.

   Llegué de las primeras, y sin embargo, las primeras filas ya estaban completamente ocupadas. Por lo visto no era la única que se había fijado en la belleza del profesor... Con todo mi pesar tuve que sentarme en una de las filas del centro de la clase y comencé a sacar mi material, que estaba compuesto únicamente por mi preciado portátil.

   Estaba concentrada en la pantalla de mi PC cuando de pronto él apareció atravesando la puerta de la clase. ByungHun, el chico rubio que me salvó la vida, también estaba conmigo en Literatura. En cuanto vi que se acercaba me levanté de mi asiento para intentar darle las gracias, otra vez, pero seguía tan esquivo como antes. Esta vez incluso me giró la cara. ¿¡Cómo pude ser tan maleducado!?

   Y al igual que la hora anterior se sentó al final del aula. Parecía como si no quisiera relacionarse con nadie. ¿Es que le da miedo la gente o qué?

   Intenté prestar atención a la clase, sin embargo no lograba de dejar de pensar en el chico del cabello rubio. Me habían educado para dar las gracias siempre que me ayudaban y no poder hacerlo con él me estaba poniendo de los nervios.
   Al finalizar la clase, cansada ya de que me evitase continuamente, me planté en medio del pasillo de modo que no podía salir de clase a no ser que hablase conmigo, o de que me empujase escaleras abajo...

   -Ahora vas a tener que escucharme- le dije enfadada.
   -¿Qué quieres? - respondió el chico de mala gana y girándome la cara.
   -Podrías mirarme cuando te hablo, es de mala educación...- le regañé mientras con mi mano intentaba cogerle por la barbilla para que me mirase, pero este se apartaba de mí. Entonces me di cuenta de que tenía una herida en el labio inferior.
   - ¡Oh dios mío! ¿Pero qué te ha pasado? ¿No me digas que te di al caerme? Oh, lo siento mucho, yo no quería...- le dije realmente preocupada.
   -Déjalo, no es nada...

   Entonces escuchamos como alguien carraspeaba detrás de nosotros. Al girarme me di cuenta de que había sido DongHae. Al hacerlo ByungHun aprovechó para pasar por mi lado y huir nuevamente.

   Justo antes de que este saliese por la puerta del aula el profesor lo agarró por el brazo y parecía como si le estuviese regañando, más que nada por la cara de cabreo que tenían ambos. Me entrañó bastante pues el chico no parecía haber hecho nada...

   Resignada recogí mis cosas y me dispuse a irme a casa cuando DongHae se acercó a mi lado.

   -¿Puedo hablar contigo un momento?- preguntó este.
   -Claro- respondí.
   -He visto como antes hablabas con ese chico, ByungHun.
   -Sí, bueno, si a eso se le puede llamar hablar- contesté- es imposible mantener una conversación de más de dos palabras con él.
   -Mejor. Ese chico no es bueno... Ni él ni sus amigos, cuanto más alejada de él estés mejor para ti.
   -Bueno, pero...
   -Lo digo muy en serio. Aléjate de él- dijo de forma autoritaria.
   -Está bien. -respondí algo asustada y me fui. Parecía que hoy le había dado por regañar a todo el mundo. Bueno, todos tenemos un mal día. Espero que la próxima vez sea más amable.

-oooOOOooo-
 
   -Bueno, voy a pasar lista- dijo el profesor tras haber explicado que materiales deberían llevar para la siguiente clase.

   Ellas estaban distraídas hablando mientras les tocaba o no, pero Lourdes si prestaba atención, quería saber el nombre de aquel chico que tanto la intrigaba.

   -Lee ChanHee
   -Aquí- respondió
   -*Bien, así se llama...bonito nombre- pensó Lourdes, mientras el profesor terminaba de pasar lista.
   -Podéis iros si queréis, pero no hagáis mucho ruido- nos dijo el profesor
Todos comenzaron a recoger sus cosas y a levantarse.
   -¿Nos vamos a la cafetería?- pregunto Ana
   -Sí, y esperamos a Lorena- dijo Inma
   -Yo ahora os alcanzo, tengo que hacer algo -  dijo Lourdes cogiendo la mochila y caminando hacia el otro extremo de la clase.
   -¿A dónde va? - preguntó Inma
   -Ni idea- dijo Ana, encogiéndose de hombros

   Lourdes estaba decidida a hablar con él, y a conseguir que confesara algunas cosas que la intrigaban: ¿cómo sabía que estaba tirando la basura? ¿Pasaba por allí? ¿Por qué tanto interés porque se curara la herida con rapidez? Y lo más importante, ¿por qué se había alejado de ella?

   -Oye, Lee ChanHee- dijo Lourdes, pero él no la escuchó porque había mucho ruido, o al menos fingió que no la había escuchado.
   -ChanHee, conmigo- dijo el profesor.
   -Sí- contestó él y le siguió a una pequeña habitación que había allí.

   Lourdes se quedó parada y decidió volver con sus amigas, pero ni mucho menos dejaría esas preguntas sin respuestas.

   -*¿A dónde habías ido?- preguntó Inma.
   -*¿Qué más te da cotilla?- dijo Lourdes e Inma le sacó la lengua- ¿vamos a la cafetería?
   -*Sí- dijo Ana.

   Cuando llegaron a la cafetería, vieron que Lorena aún no había llegado, por lo que se sentaron y pidieron algo, mientras la esperaban. En cuanto esta llego todas se fueron a casa, aunque Lorena solo iría para comer y cambiarse de ropa pues tenía que ir a trabajar a la tienda 24H a las 3.

-oooOOOooo-

   -*“No entiendo por qué tengo que trabajar”- pensé- “es injusto, deberíamos trabajar todas, no sólo Ana y yo”.
   -Bienvenida- me saludó YiXing, el dependiente de la tienda en cuanto entré al establecimiento.
   -Buenas tardes- le respondí.

   Y comencé mi jornada de trabajo. Ese día por suerte no hubo mucho jaleo así que pude salir temprano e ir a casa, aun así ya era de noche cuando salí. Llegué a casa reventadísima, así que simplemente me duché, cené y me fui a dormir mientras las otras se quedaron en el salón viendo la tele, muertas de la risa por aquel programa de variedades al que estaban enganchadas.








4 comentarios:

  1. Pondre mis sexys comentarios aqui para dar de comer a Lay (?)
    Sabes cuando leo tus fics mi mejor aliado es wikidrama para buscar alguien que no conozco. No entiendo como todas tienen algun chico menos Ana u:u
    Yo quiero ser Imma y su Lee MinHyuk (ese muchacho es hermoso) xD
    Un beso Minako y compañia n_n

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    Respuestas
    1. Es que al pobre me lo tienen en los huesos...
      Bueno... es que en este fic aparecen demasiados grupos... a veces nos liamos nosotras mismas -.-
      Ahh... bueno... eso es porque ella está demasiado obsesionada con los chicos, pero nunca ha mirado a ninguno de forma especial... cuando lo haga ya verás ^^
      Sí, Min es alksjkdsacndkjbc
      Besos <3

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    2. Ana va a tener una difícil elección... ¿Con que guapo me quedo? xD
      Dentro de muy poquito comenzará lo interesante, verdad que si ana? ^^

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    3. Exacto... demasiados guapos para mí ^^
      Of Course, dentro de nada

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