viernes, 17 de mayo de 2013

Perro Abandonado Busca Dueño que le dé AMOR



Perro Abandonado Busca Dueño que le dé AMOR


   JinKi paseaba por la calle tranquilamente, iba perdido en su mundo, como siempre. Había quedado con su hermano pequeño, TaeMin, en una cafetería, para hablar con él. Llevaban mucho tiempo sin verse, ya que ambos eran adultos y habían salido ya del nido.

   De repente, algo en una farola, llamó la atención del chico despistado y se acercó curioso a ver qué era aquello. Resultó ser un cartel, con unas letras en negro sobre el fondo blanco de un folio.

   -Perro abandonado busca dueño que le dé amor- leyó y encaró una ceja. Seguro que alguna perrera había colocado aquello allí. Suspiró y siguió andando, aquello no era problema suyo.

   Poco después, llegó a la cafetería en la que había quedado con su hermano pequeño y lo buscó por el lugar, pero no estaba. Seguro que llegaría tarde, como siempre. Se sentó en una de las mesas y esperó. Estuvo esperando bastante rato, hasta que por fin TaeMin llegó, con casi una hora de retraso.

   -Lo siento, lo siento- dijo una y otra vez el menor haciendo pequeñas reverencias a JinKi.
   -No pasa nada, TaeMinnie- contestó.
   -No, de verdad, lo siento mucho- se sentó en la silla que había frente a su hermano- es que MinHo cuando esta mañana se fue al gimnasio no me despertó- JinKi rio y su hermano lo miró mal- no te rías, hyung, ¿por qué te ríes?
   -Bueno… es que a tu novio no le gusta despertarte- dijo el mayor- dice que eres tan tierno dormido que no es capaz de hacerlo- TaeMin abrió mucho sus ojos mientras sus mejillas se coloreaban de vergüenza- por eso siempre llegas tarde.
   -Vaya… no… no lo sabía…- JinKi volvió a reír- no te rías- TaeMin hizo un puchero y su hermano dejó de reír escandalosamente, pero siguió haciéndolo por lo bajo- si tú también tuvieras un novio te pasaría lo mismo- el chico se cruzó de brazos mientras mantenía el puchero- deberías dejar de ser un pollo solitario.
   -Estoy muy bien solo, gracias- contestó JinKi con una sonrisa.
   -Pero te tienes que aburrir mucho solo en ese apartamento tan grande- comentó TaeMin- deberías comprarte una mascota que te dé compañía, ya que no quieres un novio…
   -Sabes que le tengo alergia a los gatos- dijo JinKi.
   -Eso ya lo sé, hyung- el pequeño sonrió- un gato no, porque le tienes alergia… pero… ¿y un perro?- propuso, y entonces JinKi recordó el cartel de la farola, algo convencido por su tierno hermano y porque su apartamento era bastante grande y estaba bastante solitario.
   -Quizás me compre un perro- murmuró y una sonrisa de satisfacción cruzó el rostro de su hermano pequeño sin que el despistado de JinKi lo supiera.

   Después de una larga charla con su hermano pequeño, JinKi volvió a casa, por el mismo camino de ida y buscó el cartel. Cuando lo encontró, lo miró de nuevo detenidamente. Además del anuncio, tenía un número de teléfono y una dirección. Escribió el número en su móvil, cuidando no equivocarse en ningún dígito y marcó, todavía no muy convencido de lo que iba a hacer. Escuchó varios pitidos antes de que una suave y dulce voz contestara.

   -¿Sí?- JinKi se sintió cohibido por la voz, pero tragó saliva y habló.
   -¿Usted ha puesto un cartel sobre un perro en una farola?- preguntó. Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea.
   -Sí, he sido yo… ¿le interesa?- preguntó el chico.
   -Creo que sí- contestó JinKi- ¿le importaría que me pasara por la dirección y así poder hablar en persona?
   -No, claro que no, eso sería lo mejor.
   -Está bien, en unos momentos estoy allí- dijo JinKi.
   -Lo espero.

   JinKi colgó con el corazón latiéndole rápidamente en el pecho debido a aquella voz. Se había alterado mucho y no sabía por qué, pero aun así, apuntó la dirección en su teléfono y comenzó a caminar. Una media hora después, llegó a su destino, tras perderse varias veces en el camino, no tenía muy buen sentido de la orientación. Se colocó ante la puerta del apartamento y llamó. Unos segundos después, una chica más o menos de su altura, morena y de pelo corto, salió a recibirlo. Él conocía muy bien a esa chica, SeolRi, la hermana de MinHo. JinKi se había equivocado en la dirección.

   -JinKi oppa, ¿qué haces aquí?- preguntó ella sorprendida.
   -Creo que me he equivocado- murmuró el chico y SeolRi sonrió.
   -¿Dónde ibas, oppa despistado?- él le enseñó la dirección en el teléfono móvil- oh, eso es allí enfrente- giró a JinKi y le señaló los apartamentos que había enfrente de donde ellos estaban.
   -Muchas gracias, SeolRi.
   -De nada, JinKi oppa- el chico sonrió y echó a andar de nuevo.

   Cruzó la calle y fue hacia el otro edificio de apartamentos, el que le había señalado la chica, llamó a la puerta y esperó. Cuando esta se abrió, por ella apareció un chico más bajito que él, de piel tostada y bastante musculado. JinKi se dio cuenta de esto último debido a que la camiseta negra de tirantes ajustada del chico, dejaba muy poco a la imaginación.

   -¿Eres el chico que llamó antes?- preguntó con una sonrisa.
   -Sí- contestó JinKi y el chico se hizo a un lado.
   -Pasa- lo guio hasta una sala y lo hizo sentarse en el sofá- ¿quieres algo de beber?- JinKi negó- bien- se sentó a su lado- mi nombre es Kim JongHyun y soy el que ha colocado el cartel.
   -Lee JinKi- se presentó y tomó la mano que el otro le tendía. Estuvieron unos momentos en silencio, mirándose a los ojos y escuchando el golpeteo rítmico de sus corazones hasta que JinKi lo rompió- y bien… ¿dónde está el perro?- preguntó y JongHyun sonrió.
   -Yo soy el perro.

   JinKi casi se cae del sofá al escuchar aquello. No podía ser verdad, el chico le había visto cara de buena persona y seguro que aquello era una broma, seguro que se estaba burlando de él. Pero el chico estaba muy serio… ¿entonces?

   -¿Me estás tomando el pelo?- preguntó al final y el chico negó. JinKi se sentó derecho en el sofá, intentando volver a comportarse educadamente.
   -Tranquilo- dijo JongHyun al verlo- todos reaccionan así, si quieres irte, no te detendré- JinKi lo sopesó durante unos momentos, pensando si debería irse, pero luego negó con la cabeza.
   -Me gustaría saber la historia del por qué ese anuncio tan extraño- JongHyun sonrió.
   -Eres raro- le comentó.
   -Me lo dicen mucho- el dueño de la casa pareció dudar unos segundos, pero luego se decidió.
   -Entonces será mejor que te sirva un té, la cosa va para largo- comentó.
   -Me parece bien.

   JongHyun se levantó del sofá y fue a la cocina para preparar el té y JinKi tuvo que esperar unos momentos hasta que estuvo todo listo, momentos en los que se entretuvo mirando a su alrededor. cuando el chico regresó con una bandeja con dos tazas de humeante té, un plato con pastas y un azucarero, se volvió a sentar junto al otro.

   -¿Azúcar?- preguntó y JinKi asintió.
   -Sí, por favor, me gusta lo dulce.
   -Yo soy dulce- murmuró JongHyun.
   -¿Has dicho algo?- preguntó el chico que se había despistado unos momentos, pero el dueño del apartamento negó con la cabeza.
   -No me hagas caso- dijo echando el azucarillo.
   -Está bien- murmuró JinKi y tomó la taza entre sus manos, cuando el chico se la tendió- cuando quieras- invitó- te escucho.
   -Bien- JongHyun dio un sorbo a su té y comenzó a hablar- mi novio me dejó hace un tiempo… maldita diva caprichosa- murmuró por lo bajo- y bueno… quería encontrar a alguien porque no me gusta estar solo y ya ha pasado bastante tiempo.
   -¿Y se te ocurrió esto?- preguntó JinKi interesado.
   -Bueno… después de buscar y buscar mucho… pues… un amigo del gimnasio me dio esta solución, como siempre dice que me parezco a un perro…- contó- así que… me animé y bueno… un montón de personas han pasado por aquí, pero todas han salido corriendo al momento… menos tú- un incómodo silencio llenó el salón durante unos segundos- ¿tú… por qué estás aquí?
   -Oh pues… mi apartamento es demasiado grande para mí solo y mi hermano pequeño me aconsejó que tuviera un perro…- contó JinKi abreviando- vi tu cartel y… aquí estoy…
   -¿Qué piensas de todo esto?- preguntó JongHyun sin poder contenerse a saber la opinión de aquel chico que no había salido corriendo. El otro lo pensó durante unos momentos y luego respondió.
   -Pienso que eres una persona interesante… y que me gustaría ser tu amigo… en un principio- JongHyun sonrió ampliamente.
   -Me alegra saber eso.

-oooOOOooo-

   El teléfono de MinHo comenzó a vibrar en el bolsillo delantero de su pantalón vaquero y dejó lo que estaba haciendo (besar a TaeMin), para descolgar rápidamente al ver el nombre y la foto de su hermana en la pantalla.

   -Dime- contestó.
   -Oppa… la operación de unir al perro con el pollo está dando resultado, JinKi oppa no ha salido despavorido de la casa todavía- dijo la chica
   -Información de radio patio- escuchó MinHo decir a SooJung, la chica con la que su hermana compartía piso por detrás.
   -Shh… calla.
   -Gracias por hacerme este favor, SeolRi- dijo él ignorando lo que le había dicho su hermana a su amiga.
   -¿Cuántas veces te he dicho que me llames Sulli, oppa?- regañó la chica.
   -Está bien, está bien, Sulli… no te enfades, saeng, y gracias.
   -De nada, oppa- y colgó, MinHo se volvió hacia su novio y le sonrió.
   -¿Qué dice tu hermana?- preguntó.
   -La operación ha sido un éxito- TaeMin sonrió.
   -Espero que les vaya bien. 
   -Yo también.




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