Título:
TaeYeon en el País de las Pornopesadillas
Pareja: TaeYeon
centric, leve SoonYeon (TaeYeon x Sunny), leve HeeYeon (HeeChul x TaeYeon),
leve TaeNy (TaeYeon x Tiffany) y mención a ByunTae (BaekHyun x TaeYeon).
Clasificación:
NC–17 (y porque no hay mayor clasificación).
Género:
Au, porno, Wonderland.
Número de palabras: 9.293 palabras.
Número de capítulos:
3 partes.
Avisos:
sexo everytime, everywhere, everybody, penetraciones salvajes, tentáculos,
masturbaciones varias, inserciones extremas, torturas y, a veces, lenguaje vulgar.
Notas:
historia escrita para el anon del Ask, que fue tan pesado que al final consiguió
lo que quería (traumatizarme mientras escribía esto).
Comentario de autora:
si no os consideráis preparados para leer esto, no lo hagáis, prefiero no
cargar en mi conciencia con más traumas. Espero que os guste y que después de
esto no tengáis un mal concepto de mí.
Parte I
TaeYeon se levantó de la cama y las piernas
le flaquearon después de haber pasado toda la noche sin utilizarlas. Se sujetó
a la cama para no caer y esperó a que estas se acostumbrasen a su peso,
después, buscó por la habitación su camisón y se lo puso sobre su cuerpo
desnudo y pegajoso por el encuentro sexual de aquella noche. Cuando la chica
terminaba de arreglarse, vio por el espejo que tenía frente a sí que el señor
Byun también había acabado.
Los dos salieron de la habitación
sin dirigirse la palabra, ya se habían dicho todo lo que tenían que decirse en
la cama durante las anteriores horas. Bajaron las escaleras hacia la primera
planta, aunque TaeYeon lo hizo con un poco de dificultad porque aún sentía su
trasero más abierto de lo normal por la penetración anal, y aunque no le dolía
porque ya estaba acostumbrada a que sus clientes le pidieran aquello, sí que
era un poco molesto justo después del acto.
Cuando bajaron el último escalón, el
señor Byun le dedicó una sonrisa encantadora antes de darse la vuelta y salir
por la puerta de la casa de putas So Nyuh Shi Dae. La chica suspiró aliviada
porque por fin aquel hombre se iba, había pasado toda la noche intentando
entretenerlo con sus servicios, pero parecía que no se saciaba con nada. Estaba
a punto de dirigirse de nuevo a su habitación, cuando escuchó que alguien la
llamaba.
—TaeYeon —se giró al escuchar su
nombre, descubriendo a la dueña del lugar, SeoHyun.
—¿Sí, señora?
—Me gustaría hablar contigo de un
asunto —dijo la mujer.
—Claro.
SeoHyun echó a andar y la chica la
siguió. Era una buena mujer que acogía a todas las chicas que buscaban un lugar
donde vivir, las educaba en el arte del sexo y las enseñaba a cómo dar el mayor
placer a un hombre, les daba buena comida y un techo bajo el que guarecerse. La
profesión de prostituta no estaba bien vista en la sociedad, pero era un
trabajo tan digno como cualquier otro.
Entraron en el despacho de SeoHyun,
donde llevaba las cuentas de la casa y la mujer cerró la puerta después de que
TaeYeon ingresara al lugar.
—Iré directa al grano —anunció—. El
señor Byun, el cliente con el que acabas de estar, me ha pedido permiso para
comprarte y que te traslades a su casa para tenerte a disposición siempre que
te necesite y ante la gran suma de dinero que ha pagado por ti no he tenido más
opción que decir que sí.
—Pero…
—Antes de que protestes, el señor
Byun es un buen hombre que te va a tratar como a una reina —cortó—, estarás
mucho mejor en su casa que en este lugar y ya no tendrás que acostarte con más
hombres, solo con él.
—Señora, yo…
—Ya está hecho, TaeYeon —dijo la
mujer—, lo hago para que puedas tener una vida mejor. Y ahora, vete a dormir,
es más de medianoche y te quiero fresca como una lechuga cuando el señor Byun
venga a por ti mañana a medio día.
La chica quiso protestar, quiso decirle
que ella estaba bien en aquella casa, pero la mujer no la dejó. Le abrió la
puerta y la guio fuera de su despacho, asegurándole de nuevo que el señor Byun
la iba a tratar muy bien, como si fuera su amante.
♥♥♥
TaeYeon aun tenía reciente el
recuerdo de lo que le había dicho SeoHyun sobre su futuro inmediato cuando
escuchó la puerta de su habitación abrirse con mucho sigilo. Se hizo la dormida
pensando que se trataba de la dueña de la casa, pero cuando sintió un peso
sobre su cama y una risita que auguraba cosas malas, la chica supo
inmediatamente que se trataba de una de sus compañeras, Sunny, con la que mejor
se llevaba desde que había entrado a aquel lugar, hacía ya tres años. El tiempo
pasaba volando, cuando llegó a la casa de putas So Nyuh Shi Dae no era más que
una adolescente que se había escapado de casa por los continuos abusos de su
padre y ahora se había convertido en toda una mujer que había sido comprada por
uno de los hombres de más éxito y con más dinero del país.
—Tae, despierta —le dijo y ella se
levantó obedientemente, aunque haciéndose un poco la remolona para que no
sospechase que estaba despierta—. He traído algo para jugar —aquello alejó de
su mente por completo su pensamientos sobre la vida que tendría dentro de unas
horas cuando el señor Byun apareciera en la casa para llevársela de allí.
—¿De qué se trata? —preguntó
curiosa.
—Esta vez no he podido encontrar
ninguna botella —dijo con tristeza Sunny—, así que he traído esto —la chica
dejó caer sobre la cama dos zanahorias, dos pepinos y un calabacín enorme.
—Pero esto es comida, Sunny —le dijo
TaeYeon, abriendo sus ojos como platos.
—Lo sé, pero tienen la forma perfecta
para hacernos pasar un buen rato —contestó, abriéndose de piernas sobre la cama,
dejando a la vista su húmeda entrepierna, ya que se alzó el camisón para poder
tener mejor movilidad—. ¿Nos ayudamos mutuamente? —propuso.
—Hoy prefiero verte primero —sonrió
TaeYeon.
—Como gustes.
Sunny tomó una de las zanahorias con
una mano y la llevó a su boca para comenzar a chuparla, la otra mano la dirigió
a su clítoris para comenzar a maltratarlo y que su vagina se fuera lubricando
para recibir a aquel nuevo juguete bajo la atenta mirada de su amiga. Cuando ya
se encontraba lo suficientemente húmeda, empezó a jugar con la zanahoria, metiéndosela
unos centímetros en la vagina y sacándola rápidamente para acostumbrarse a su
tamaño hasta que se la introdujo, dejando solo un poco fuera para poder
retirarla luego. Después, cogió la otra zanahoria y tras chuparla, repitió lo
mismo que había hecho con la otra.
Unos minutos más tarde, dos
zanahorias eran movidas a distintas velocidades por las expertas manos de Sunny
dentro de sí dándole un gran espectáculo y una vista maravillosa a TaeYeon, que
comenzaba a calentarse. Cuando estaba a punto de correrse y era todo jadeos y
movimientos raquíticos, la chica se sacó las zanahorias con un suspiro y,
goteante, se colocó de rodillas sobre la cama, alzando el trasero en dirección
a TaeYeon e indicándole que tomara el calabacín y se lo metiera.
—Ayúdame un poco con esto, ¿quieres?
—le dijo.
TaeYeon no tardó en obedecer. Tomó el
calabacín y comenzó a lamer el lado menos grueso mientras la otra se masturbaba
con sus dedos y se abría al máximo la entrada. TaeYeon dirigió la verdura hacia
la vagina de la chica y comenzó a internarlo en ella lentamente, sacándolo y metiéndolo
con cuidado, esperando a que las paredes de esta se estirasen para poder
introducirlo hasta donde se lo permitiera.
Cuando pudo empujarlo hasta el fondo sin que la otra sintiera dolor lo dejó
allí quieto, esperando nuevas órdenes de su amiga.
—Ven aquí —la llamó Sunny y ella fue
hasta la otra punta de la cama, donde se encontraba el rostro de la chica.
Mientras se colocaba en posición, Sunny había comenzado a moverse hasta que
quedó sentada en la cama, con el calabacín aun en su interior—. ¿Desde cuándo
llevas sin tener sexo anal? —le preguntó.
—Desde haces unas horas —respondió.
—Entonces ábrete para mí.
TaeYeon hizo lo que le decía y se abrió
de piernas, subiéndose el camisón para que no dificultara la tarea. Vio como
Sunny tomaba los pepinos y los lamía seductoramente; luego dirigió uno de ellos
a su vagina, que introdujo casi sin resistencia, para después meter el otro por
el ano de la chica con un poco de más esfuerzo porque este ya había comenzado a
cerrarse después de haber terminado el sexo con el señor Park. Una vez ambos
agujeros estuvieron llenos, Sunny le indicó que comenzara a masturbarse con
ellos y así lo hizo.
Jadeos entrecortados salpicados de
gemidos comenzaron a escucharse en la habitación al ritmo que ambas chicas movían
las verduras en su interior hasta que las dos se corrieron, haciendo que sus
respectivos juguetes de la noche, salieran de sus vaginas por los espasmos que
recorrían sus cuerpos sudorosos. Sunny se tumbó sobre ella, dejando reposar su
cabeza sobre sus pechos mientras recuperaban la respiración.
—He escuchado la conversación que
has tenido con la señora SeoHyun —dijo la chica—. No acepto que te vayas con
ese hombre insaciable.
—Yo tampoco lo acepto —confesó
TaeYeon—, pero la señora ya ha cerrado el trato.
—Mañana hablaré con ella y le diré
que no me puede dejar sin compañera de juegos...
—Bueno, te las apañas bien sola —sonrió
TaeYeon, llevándose un mordisco en el pezón por el comentario.
—Pero contigo siempre es mucho
mejor.
♥♥♥
TaeYeon esperó a que Sunny se
durmiera para salir de la cama antes de que amaneciera y dar un paseo por el
bosque que había tras la casa de putas So Nyuh Shi Dae. Necesitaba pensar,
despejar su mente y sobre todo estar sola un rato. Caminó descalza por la casa
para no despertar a nadie y luego salió por la puerta trasera, cruzó la
distancia que separaba el bosque de la casa corriendo y luego se internó en
este, perdiéndose entre el mar de árboles.
Llevaba algunas horas dando vueltas
por el lugar, pensando en todo sin darse cuenta siquiera de que ya había
comenzado a amanecer, cuando de repente, vio un destello blanco. La chica
arrugó su frente confundida, sin saber que podía ser aquello, si es que era real
y no producto de su imaginación por no haber dormido en toda la noche.
TaeYeon miró a su alrededor y volvió
a ver el destello, pero esta vez pudo diferenciar que era un conejo blanco con un
miembro demasiado grande, demasiado erecto y demasiado humano para ser el de un
conejo. Esto le dio curiosidad a la chica que salió corriendo en la dirección
en la que se había ido el conejo, olvidándose de que tenía que volver a casa.
Persiguió al conejo por el bosque, arañándose
los brazos y las manos con las ramas y sintiendo el suelo de este bajo sus
descalzos pies. No sabía a donde iba, pero tampoco le importaba, porque quizás
el animal era su única vía de escape ante lo que se le avecinaba. El conejo se
detuvo al pie de un árbol, se sacó un reloj de bolsillo de la nada y miró a
TaeYeon. Diciendo un “llego tarde” se
introdujo en la madriguera que había a los pies del árbol y desapareció.
TaeYeon se acercó con curiosidad al
agujero por el que había desaparecido el conejo que había estado persiguiendo.
Se agachó junto a las raíces del árbol y se asomó dentro de la madriguera. No
pudo ver nada porque estaba muy oscuro, pero cuando estaba a punto de sacar la
cabeza, con resignación por haber perdido la que iba a ser su única salida,
algo comenzó a tirar muy fuerte de ella y la introdujo por completo en el
agujero.
La chica comenzó a caer en la
oscuridad, sintiendo que se iba a estampar contra el suelo en cualquier
momento, hasta que de repente, hubo un destello de luz cegadora y tuvo que
cerrar sus ojos, a la vez que gritaba. Cuando los abrió de nuevo, seguía
cayendo a la misma velocidad, pero ya no estaba a oscuras, sino que a su
alrededor había algo de luz, por lo que pudo ver que caía acompañada de órganos
sexuales masculinos que intentaba por todos los medios colarse por su vagina.
Ella comenzó a apartarlos, pero a los diez minutos se cansó y se alzó el
camisón, permitiendo que uno de los genitales hiciera con ella lo que quisiera,
después de todo, era a lo que estaba acostumbrada. Uno de los miembros se
introdujo en su interior de forma algo brusca, pero una vez estuvo
completamente dentro, comenzó a penetrarla con un ritmo que la enloquecía y que
la hacía no poder aguantarse sus gemidos.
La velocidad de su caída comenzó a
aumentar, al igual que el ritmo de las embestidas y en ese momento, TaeYeon fue
capaz de ver el suelo. Sabía que debía intentar agarrarse a algo para no caer,
pero no había absolutamente nada que pudiera frenar su caída, y además, el pene
en su interior no la dejaba pensar con mucha claridad. Estaba llegando al
clímax y también sería su final porque si se estrellaba contra el suelo
moriría. Sin embargo, no le importaba lo que debía importarle porque un orgasmo
maravilloso estaba a punto de llegarle gracias a un pene que se movía por sí
solo.
Cerró los ojos, esperando lo que
llegara antes, pero a escasos centímetros del suelo, se detuvo de golpe. La
chica abrió sus ojos y suspiró aliviada al ver que había quedado suspendida a
unos centímetros del suelo. Sin embargo, cuando no se lo esperaba, cayó de culo
contra el suelo y el miembro de su interior se le clavó en lo más profundo
haciéndola llegar al orgasmo y poco después sintiendo cómo este dejaba dentro
su semen. TaeYeon se quedó disfrutando de las sensaciones y de los espasmos que
le producía tener el, ahora flácido, miembro en su vagina hasta que estos
terminaron y se lo sacó, dejando que el líquido blanco se escapara y se le
escurriera por las piernas hasta llegar al suelo.
Se levantó con las piernas
temblorosas y chupando el miembro como si fuera una piruleta para que se
volviera a poner duro para otra ronda. Miró a su alrededor y descubrió que se
encontraba en una sala circular en la que había una mesa de madera en el
centro y una puerta en miniatura en la
pared frente a ella. La chica se acercó y se agachó para poder ver a través del
ojo de su pequeña cerradura, descubriendo que tras esta se encontraba el
exterior.
—Finalmente puedo escapar del señor
Byun y ahora estoy atrapada en esta habitación —murmuró para sí misma,
mordisqueando el glande el pene—, quizás si fuera más pequeña podría pasar por
esa puerta y salir afuera.
Se levantó del suelo y dio una
vuelta por la habitación. El miembro en su boca ya estaba listo para penetrarla
de nuevo, pero en ese momento, la chica vio una botella de cristal
transparente, del mismo tamaño que las del vino, con una nota en su interior.
Se acercó a ella, la cogió y sacó la nota, desplegándola para leerla.
—“Úsame
para empequeñecer” —leyó—. ¿Cómo quieres que te use? —preguntó confundida.
En ese momento, una idea loca
apareció en su cabeza y tiró la nota por algún lugar, después, se tumbó en el
suelo, alzándose el camisón y dejando el miembro a un lado. Chupó el culo de la
botella de cristal antes de abrirse de piernas al máximo y comenzar a
introducirse aquel cilindro. Ahogó un grito de dolor porque nunca se había
introducido nada tan grande como eso —ya que las botellas que siempre había en
la casa era más pequeñas—, pero apretó los dientes con fuerza y cerró los ojos,
empujando con todas sus fuerzas hasta que la botella estuvo en su interior
hasta el cuello, lugar por el que la tenía sujeta.
Gimió al sentir el cristal chocar
contra su útero y luego comenzó con un lento vaivén, dejando que las paredes de
su vagina se acostumbrasen a la intrusión. Ya se había masturbado antes con
botellas, velas, verduras aquella misma noche y cualquier cosa con forma
cilíndrica que Sunny encontrara por la casa, pero nada tan grande como aquello.
Sin embargo, minutos más tarde ya estaba moviendo aquel dildo en su interior
con tal velocidad que rayaba la locura.
Con la mente ida y los ojos velados
de placer buscó el miembro erecto que había dejado por el suelo a su lado e
intento alcanzarlo, pero no llegaba, así que le ordenó que la penetrara también,
no sabiendo que aquello iba a funcionar hasta que el pene salió volando
disparado hacia su ano. TaeYeon abrió más sus piernas para darle cabida a ese
nuevo intruso y el miembro comenzó a empujar hasta que se introdujo por completo.
En ese momento, la chica jamás se había sentido tan llena y tan bien follada,
el sexo estaba siendo maravilloso y si hubiera tenido más cosas para
introducirse, lo habría hecho porque necesitaba mucho más.
Aumentó el ritmo de las embestidas
todavía más hasta que llegó al orgasmo y sintió cómo este, le recorría desde la
cabeza hasta los dedos de los pies. La chica arqueó su espalda y cerró los
ojos, disfrutando de la sensación y notando cómo su cuerpo sufría diversos
cambios. Cuando abrió los ojos de nuevo, se encontraba dentro de una maraña de
tela que debía ser su camisón porque era rosa claro, como este, y ella se
encontraba desnuda.
Se levantó y vio como la botella y
el miembro también habían encogido con ella. Gateó hasta salir de entre la ropa
y se dirigió a la puerta. Intentó abrirla, pero estaba cerrada con llave y tenía
una cerradura que ahora le parecía enorme, aunque no lo suficientemente grande como
para salir por ella. Gritó frustrada porque ahora que estaba a punto de salir
al exterior, había otra cosa que se lo impedía. Se giró e hizo una pataleta,
haciendo que su pie chocara contra algo de metal. Abrió los ojos como platos al
ver la llave de la puerta y se agachó rápidamente para cogerla y leer qué era
lo que había inscrito en ella.
—"Úsame
para abrirte al exterior" —TaeYeon se dio la vuelta e introdujo la
llave en la cerradura girándola y esperando escuchar un leve clic que le
indicara que la puerta había sido abierta. Sin embargo, no pasó nada. La chica
se fijó en que por aquella parte, la llave tenía otra inscripción—. "Úsame bien" —leyó—. ¿Qué
pasa? ¿En este lugar es todo sexual? —se quejó en voz alta.
No obstante, aunque estaba un poco
cabreada, no dudó en sacar la llave de la cerradura, sentarse en el suelo de
nuevo e introducirse la llave por la vagina. Llevaba ya dos orgasmos en el
breve tiempo que había pasado en aquella habitación, por lo que no le importaba
tener uno más, ya que estos habían sido mucho mejores de los que había tenido
nunca provocados por los clientes, Sunny o ella misma. Además, la irregularidad
de los dientes de la llave la habían hecho gemir mucho más alto de lo que lo
había hecho el culo de la botella.
Comenzó a mover la llave dentro y
fuera, disfrutando de las sensaciones y retorciéndola de vez en cuando en su
interior para que las paredes de su vagina le mandaran oleadas de placer
incontenibles por los dientes. Llevaba un ritmo lento porque todavía notaba en
sus carnes el orgasmo anterior que había encogido su tamaño y porque quería
recordar todas las sensaciones ya que nunca se había metido una llave. Sin
embargo, cuando el placer fue aumentando, el ritmo también lo hizo y TaeYeon se
encontró masturbándose a gran velocidad hasta que alcanzó el clímax.
En ese momento, escuchó el clic que
le indicaba que la puerta había sido abierta. Se levantó del suelo, sacándose la
llave en el proceso y se acercó a la puerta con el corazón latiéndole a mil, el
orgasmo aun recorriéndole el cuerpo y las piernas temblorosas y giró el pomo.
La puerta se abrió suavemente, dejándola ver el mundo exterior.
Ok esto me dejo en shock, y me provoco risa al mismo tiempo y eso que es la primera parte, pero es interesante (?)
ResponderEliminarBueno, al menos te ha provocado algo XD No sabía qué era lo que había provocado en la gente hasta ahora XD Espero que las demás también te parezcan interesantes ^^
EliminarUjuju que extrema ��
ResponderEliminarMucho XD
EliminarMe ha encantado el primer capitulo, estoy deseando leerme los otros...es tan genial!!!!! Pero lo de la llave me ha traumatizado un poquillo pero me ha encantado igual Pd: soy Male
ResponderEliminarOh Dios! En serio, no me explico como te puede gustar esta cosa random XD Es que tenías que estar traumatizada por todo, permíteme que te lo diga XD
Eliminar