EXO (4ª Temporada)

Título: EXO 4ª Temporada

Autora: Minako Aino (Riz Aino / Annalovesasianboys) (@sbeaea)

Parejas: BaekYeol (ChanYeol x BaekHyun), Kray (Kris x Lay), HunHan (SeHun x Lu Han), ChenMin (Chen x XiuMin), SuSoo (SuHo x D.O.) y TaoKai (Tao x Kai) (EXO) y mención a otras (Varios).

Clasificación: R

Géneros: AU, poderes, romance, fantasía, drama, humor, fluff, smut

Número de palabras: 25.332 palabras

Número de capítulos: 12 Capítulos + Epílogo

Resumen: Doce Chicos, Doce Dioses, Doce Poderes, Un Enemigo...

Avisos: sexo explícito, violencia y muerte de personajes (nada grave (?))

Notas: última temporada de un fic, leer las tres primeras antes de esta si no queréis sufrir grandes spoilers (aquí podéis hacerlo).

Comentario de autora: todavía no me puedo creer que por fin haya conseguido llegar hasta la última temporada porque cuando empecé con este proyecto era tan niñata y tan inocente y tan poco disciplinada que no creía que pudiera llegar algún día hasta aquí. Espero que os gusten estos últimos capítulos que desencadenan el final más absoluto de esta historia.

EXO

Cuarta Temporada

Capítulo 1

Un Nuevo Comienzo

            Abrí mis ojos lentamente, aunque los párpados me pesaban toneladas y me sentía cómo si alguien hubiera roto todos los huesos de mi cuerpo para después volvérmelos a recolocar. Lo primero que me encontré al poder hacerlo fue el rostro de YiXing, esbozando una sonrisa preciosa. Intenté moverme, pero me dolía todo el cuerpo demasiado y, además, mi chico no me dejó hacerlo, poniendo una de sus manos sobre mi pecho para que me quedara tumbado sobre la cama.

            —No te muevas —murmuró él y yo le hice caso porque cada milímetro que me movía era una tortura demasiado grande—. ¿Cómo te encuentras? —preguntó, parecía preocupado.

            —Bastante dolorido y cansado —contesté. Sentía mi voz demasiado ronca y rasposa, mucho más de lo normal.

            —No es de extrañar —dijo YiXing—. Te convertiste en un dragón.

            —¿Dragón? —cuestioné.

            No sabía de lo que me estaba hablando, pero justo en ese momento, un flash vino a mi mente en el que YiXing yacía entre mis brazos, muerto, porque las lágrimas de unicornio no habían hecho efecto. En ese momento, la rabia se había apoderado de mi cuerpo y ya no recordaba más que oscuridad.

            —YiFan… —murmuró YiXing, sacándome de mis pensamientos.

            —¿Estás bien? —pregunté y él asintió.

            —Perfectamente gracias a ti —respiré aliviado por su respuesta, pero una duda asaltó mi mente en ese momento.

            —¿Qué fue lo que pasó? —él me miró y esbozó una pequeña sonrisa.

            —No lo sé con seguridad… —dijo—. Estaba inconsciente y cuando me desperté, tú también lo estabas y pensé que te había pasado algo malo y que yo tenía la culpa… pero Lu Han me contó que te habías transformado en un dragón y que habías acabado con él enemigo y después, al convertirte en humano de nuevo estabas inconsciente.

            —No recuerdo nada…

            —Yo tampoco recuerdo nada de cuando me convertí en unicornio —comentó él—, pero lo importante ahora que es que estás bien —negué con la cabeza.

            —Lo importante es que estamos todos bien…

-oooOOOooo-

            Daba vueltas en la habitación de la residencia sin poder detenerme porque hacía unos segundos había notado algo, algo que se parecía demasiado a ZiTao, pero había sido solo durante un segundo, por lo que no estaba completamente seguro. Los días anteriores también había sentido aquello, pero no me daba tiempo a nada porque tan rápido como venía se iba. Me estaba poniendo de los nervios, quería ir a rescatarlo ya, pero no podía encontrar la localización exacta y, además, les había prometido a los demás que no haría nada porque era peligroso y porque puede que pudiera entrar, pero nadie me aseguraba que pudiera salir y entonces no podríamos rescatar a ZiTao.

            Lo echaba tanto de menos que a veces no podía ni siquiera respirar, lo extrañaba tanto, deseaba tanto poder abrazarlo, besarlo y, sobre todo, decirle aquello que no me había atrevido cuando estaba conmigo. Decirle cuánto lo amaba.

-oooOOOooo-

            —¿Cómo está JongIn? —pregunté y mi chico me miró haciendo un puchero, por lo que entendí que su amigo estaba bastante mal. Me sentía muy culpable por no poder haber hecho nada para salvar a ZiTao de las garras del enemigo.

            —En cuanto Tao esté con nosotros de nuevo estará mucho mejor —murmuró.

            —¿Siente dónde está? —SeHun negó.

            —A veces tiene la sensación de que lo ha encontrado, pero es durante muy poco tiempo y se frustra por no poder sentirlo por más tiempo —contestó.

            —Creo que después de esto no lo voy a volver a molestar más —dije—. Se nota demasiado que ama a ZiTao de verdad y sería muy cruel por mi parte.

            —Estás cambiando, Lu Han —murmuró mi chico, tomándome la mano por debajo de la mesa de la cafetería en la que nos encontrábamos.

            —Todos estamos cambiando poco a poco —contesté—. Tú también has cambiado mucho.

-oooOOOooo-

            YiFan se abrazó a mí fuertemente mientras estábamos tumbados en su cama, tanto que casi me deja sin respiración, pero no me quejé, muy pocas veces se mostraba tan cariñoso y lo que menos me apetecía hacer era apartarlo, aunque me asfixiara. Me gustaba demasiado que él estuviera siendo de aquella forma conmigo después de todo lo que habíamos pasado juntos. Ya no era la persona que simplemente me quería por mi cuerpo, ahora podía ver que de verdad me amaba con todo su ser.

            —Es algo raro que todavía no hayas atacado mi cuerpo —murmuré.

            —Hoy solo quiero abrazarte —sonreí ante su respuesta y noté cómo escondía su rostro en mi cuello y aspiraba mi aroma.

            —Estás más calentito de lo normal —comenté—. Es muy agradable estar así a pesar de que el verano esté a punto de comenzar.

            —Después de transformarme mi temperatura corporal ha aumentado un par de grados —contestó—, pero creí que te habías dado cuenta antes.

            —No hemos podido estar así desde hace tiempo, no me había dado cuenta —noté cómo sonrió por mis palabras, pero era la pura verdad. Hacía casi una semana que se había transformado, pero desde que se había despertado, unos días después, había estado recuperándose y no habíamos podido estar de aquella forma.

            —YiXing, me gustaría decirte algo —asentí dándole permiso para que pudiera seguir hablando. Eso era algo que también me gustaba de él, que hubiera empezado a hablar más y no solo dirigirme algunos monosílabos—. Sé que no te lo he dicho nunca antes, pero… te amo… —sus palabras me dejaron en una nube por los cielos y sonreí demasiado feliz, sin saber cómo expresar correctamente lo feliz que me sentía por escucharlo decir aquello.

            —Yo también te amo… te amo mucho, YiFan… —murmuré, besando sus labios, volcando en aquel beso todos mis sentimientos por él.

-oooOOOooo-

            Llevaba algunos días pensando en lo que podría sucedernos en el futuro, en lo que podría pasarnos a todos después de haber visto lo fuerte que era el último enemigo al que nos habíamos enfrentado. Tenía tanto miedo de que nos ocurriera algo a KyungSoo o a mí en cualquier momento, que lo único que quería era pasar todo el tiempo que pudiera junto a él, aprovechando cada instante, tocándonos el uno al otro y disfrutando de nuestro amor al máximo, como si todas las veces, fueran la última.

            Los besos que nos estábamos dando subieron de intensidad con cada segundo que pasaba, sus manos y las mías no paraban quietas en ningún momento, tocando el cuerpo del otro, aquel cuerpo ya tan conocido para ambos, después de los últimos días en los que no habíamos salido de su cama. Nos separamos unos momentos para poder respirar correctamente y pude ver aquel brillo en sus ojos oscuros que hacía que se me nublara el raciocinio. No pude aguantarlo más y volví a lanzarme a besar sus labios de una manera desesperada.

            —Quiero… —murmuré mientras nos dábamos otro beso excitante—, quiero que hoy… —su lengua rozando mis labios para que abriera mi boca—, seas tú quien la meta… —acabé de decir y él se alejó rápidamente de mí, mirándome con miedo.

            —Hyung… yo no… —comenzó, pero lo corté.

            —Hazlo… quiero sentirte dentro… —jadeé y llevé mi mano a su entrepierna y la agarré, haciéndolo gemir—. Métemela, KyungSoo.

            Durante solo unos segundos me siguió mirando de aquella forma, pero luego sonrió y asintió, sorprendiéndome gratamente cuando se subió sobre mí, rozando nuestros miembros de forma deliberada y haciéndonos gemir a ambos. Me quitó mi camiseta y se quitó la suya también, para luego comenzar a besar mi cuello, mi pecho… todo mi cuerpo.

            Los gemidos se escapaban de mis labios sin que yo pudiera retenerlos. Las sensaciones que me provocaba su boca de gruesos labios eran realmente deliciosas. Me agarré a las sábanas fuertemente y me mordí el labio inferior mientras él descendía por mi cuerpo, besando y mordiendo a partes iguales, hasta que llegó a mi entrepierna y me miró fogosamente cuando retiró mis pantalones con tanta fuerza que los rompió y se llevó con ellos mis bóxeres.

            Gemí al sentir el contacto del aire frío contra mi caliente extensión, pero grité de puro placer en cuanto sentí que sus labios besaron la punta de mi miembro. Era tan delicioso, tan increíble. La humedad de su boca y su lengua recorriéndolo entero era la mejor sensación del mundo. Arriba y abajo, mirándome fijamente con sus penetrantes ojos oscuros. Yo ya no podía más. Si seguía así, me correría inevitablemente y aun no me había penetrado, que era lo único que yo quería.

            —Soo… —jadeé—. Hazlo… —él se separó de mi miembro y me miró a los ojos de nuevo, asintiendo. Los minutos que pasó preparándome para que no me doliera se me hicieron eternos y cuando por fin pude sentir su pene dentro de mí me sentí en el paraíso—. Más, más, más —pedí y él no tardó en darme lo que deseaba. Al principio fueron embestidas lentas y tortuosas, pero después fueron rápidas y certeras y no tardamos demasiado tiempo en llegar ambos al orgasmo.

-oooOOOooo-

            —Repíteme por qué estamos aquí —dijo ChanYeol otra vez y yo lo miré, un poco cansado de responder a esa pregunta.

            —JongDae quiere hablar con nosotros sobre Kevin y las cosas que no nos cuenta —contesté de nuevo.

            —¿Por qué?

            —Ya sabes que no se fía de él y que necesita tener a alguien más de su lado —dije.

            —¿Para qué? —cuestionó mi chico.

            —No lo sé, no me lo ha dicho —dije, cansado—. Nos enteraremos cuando lleguemos a la residencia.

-oooOOOooo-

            Estaba corriendo en la oscuridad, siguiendo un punto de luz en la lejanía. No sabía por qué lo seguía, pero sí que era importante que no lo perdiera porque en aquel lugar en el que me encontraba era lo único que podía ver, lo único que me daba un poco de calidez. Sin embargo, a pesar de saber que era muy importante, la luz corría demasiado rápido y finalmente la perdí. En ese momento, me quedé solo en la oscuridad y comencé a llorar y a llamar a la persona que más deseaba ver en aquel momento.

            Como si todos mis deseos pudieran hacerse realidad en aquel lugar, sentí unas manos demasiado conocidas en mis mejillas, retirándome las lágrimas que no paraban de caer por ellas. Había una pequeña claridad que me dejó ver sus rasgos levemente y sonreí aliviado porque parecía que estaba bien, que no le había pasado nada malo.

            —Tao… —murmuré. Él sonrió y cuando estaba a punto de decirle lo mucho que lo había echado de menos y cuánto lo quería, de repente, la oscuridad se cernió sobre nosotros y dejé de sentir sus manos. Una pequeña claridad volvió un par de segundos después, pero ZiTao ya no se encontraba conmigo y grité.

            Abrí mis ojos y me incorporé en la cama respirando entrecortadamente. Sentía algo extraño, algo extraño y a la vez conocido en mi cuerpo. Solo tardé un par de segundos en descubrir que se trataba de la presencia de ZiTao y extrañamente, esta no desapareció como las otras veces. Podía encontrarlo, sabía cómo llegar hasta él, podía ir y rescatarlo, podía volver a verlo.

            —JongIn, ¿qué pasa? —cuestionó SeHun, haciéndome volver al mundo real. Lo miré, lleno de esperanza, y comencé a calmarme. Podía encontrarlo, pero debía tener un plan para sacarlo de allí, así que tenía que hablar cuanto antes con Kevin para sacarlo lo más rápido de aquel lugar oscuro y frío en el que se encontraba—. JongInnie —murmuró mi amigo de nuevo y le sonreí para que se tranquilizara antes de contestar:

            —Sé cómo encontrar a ZiTao.