Capítulo 2
El Principio del Fin
ChangBum se agachó lentamente y se
colocó junto al hombre, sentado en el suelo. La mano del profesor seguía
apretando fuertemente su muñeca, como si temiera que si la soltaba, el otro se
escaparía. El chico tenía miedo, no sabía qué hacer en aquella situación, nunca
había tenido que consolar a una persona que llorara y, además, la relación que
tenía con aquel profesor no era precisamente cordial.
—¿Profesor? —volvió a llamar.
—Sólo quédate hasta que me calme
—susurró.
—Está bien.
Los minutos comenzaron a pasar
rápidamente. ChanYong seguía respirando fuertemente, intentando retener sus
lágrimas y los temblores de su cuerpo. El chico comenzó a hacer conjeturas
sobre cuál era la causa de aquel estado en aquel siempre correcto profesor,
pero cada idea que surcaba su cabeza era cada vez más disparatada que la
anterior y ninguna de ellas podía ser.
Sin saber qué más poder hacer,
ChangBum pasó su brazo por alrededor de los hombros del profesor y comenzó a
tratar de consolarlo, acariciando arriba y abajo el brazo derecho del hombre.
Lentamente, este se fue tranquilizando, hasta que finalmente terminó por
calmarse.
—¿Mejor? —preguntó el chico.
—Sí. Gracias. Puedes irte.
—¿No necesita nada más?
—No. Puedes irte.
—¿Puedo preguntar por qué…?
—No es asunto tuyo.
—Está bien. Pero creo que sería
mejor que se fuera a casa.
—Sí, eso haré.
—No debería conducir así.
—No me des órdenes.
—No es una orden, solo estoy
sugiriendo algo que será bueno para usted.
—Muy bien. Iré andando.
Ambos se levantaron del suelo. El
hombre recogió sus cosas del escritorio y se secó las lágrimas con las mangas
de la camisa. Tenía los ojos rojos e hinchados, así que iba a ser muy difícil
para él ocultarlo. Por ese motivo, ChangBum abrió su mochila y sacó de ella
unas gafas de sol. Se las tendió y el profesor lo miró, alzando una ceja.
—No vas a poder ocultar esos ojos si
no es con esto.
—Bien.
Se colocó las gafas de sol y luego,
ambos salieron de la habitación. Recorrieron lentamente los pasillos del instituto,
atrayendo diversas miradas. Que el profesor más serio, pero a la vez más guapo
de todos los institutos en 50 kilómetros a la redonda, llevara unas gafas de
sol que lo favorecían enormemente era algo bastante extraño, más cuando estaba
acompañado por el alumno más popular y con el que se llevaba a matar.
Salieron del lugar y ambos giraron
hacia la derecha, caminando juntos, pero a algo de distancia. Otro giro en la
misma dirección y el hombre paró en seco, extrañado.
—¿Estás acompañándome?
—No. Casualmente vivo por aquí.
—Según tu ficha vives en la otra
dirección.
—Tengo cosas que hacer aquí. Ya
sabe, ver a una novia y luego quedar con mis amigos…
—Woo ChangBum…
—Está bien. Lo estoy acompañando.
Pero si no quiere y le pasa algo en mitad de la calle que le haga perder toda
su reputación luego no me venga llorando —gritó antes de irse.
Durante unos momentos, el hombre se
quedó estático en el mismo lugar, viendo cómo la espalda de su alumno se
alejaba de él hasta desaparecer en una de las esquinas que anteriormente habían
pasado. Solo pudo reaccionar cuando se dio cuenta de que todavía llevaba las
gafas de sol del chico y no se las había devuelto.
ChangBum caminó rápidamente,
alejándose del hombre, pisando con fuerza el suelo, hasta que giró la esquina.
En ese momento, se detuvo y se pegó a la pared para observar al profesor, que
parecía un poco perdido. Lo vio sacudir la cabeza y luego echar a andar en la
otra dirección.
En ese momento, sus piernas se
movieron solas y comenzó a andar tras él, dándose cuenta de lo que hacía
segundos después.
“¿Pero
qué estoy haciendo?” se preguntó
“¿qué me importa que llegue o no a su casa bien? ¿Por qué me preocupa?”
Sin embargo, sus piernas siguieron
moviéndose, ajenas a las órdenes que le mandaba su cerebro. ChangBum quería
detenerse, dar media vuelta y caminar en dirección a su casa, pero lo que hacía
era andar detrás de su profesor de Química, escondiéndose para no ser
descubierto y vigilando que el hombre estuviera bien.
Le había impactado bastante
encontrarlo de aquel modo en su despacho y todavía estaba bastante sorprendido.
Jamás hubiera imaginado presenciar algo así. El hombre fuerte y entero, siempre
enfocado en su trabajo, con mal humor y pocas sonrisas se había convertido en
alguien débil que lloraba encerrado en su despacho.
Aquello podría haber sido motivo de
burla, de chantaje, pero ChangBum sentía que aquello no estaría bien. El
profesor Kim tenía que estar sufriendo cualquier tipo de mal y no podía hacerle
aquello. No podía hundirlo más de lo que ya parecía que estaba.
Lo vio girar en una esquina y luego
entrar a un bloque de apartamentos deslucido. El chico siempre había pensado
que sus profesores vivían en sitios de lujo, pero parecía que no era así.
Ingresó al edificio después de que un vecino le abriera la puerta tras
contestar un “soy yo” y se quedó estático al ver a su profesor de brazos
cruzados frente a él.
—¿No te habías ido? —preguntó el
hombre esbozando una pequeña sonrisa.
—Yo…
—No pasa nada. De hecho creo que
tenemos que hablar de esto —comentó—. ¿Subes?
—¿A su casa?
—Sí. No te voy a comer.
—Oh… Está bien…
Siguió al profesor, que ya había
comenzado a subir por las desvencijadas escaleras, hasta la segunda planta,
donde este se detuvo, caminando hacia una de las puertas y abriéndola con una
llave. Se hizo a un lado y le indicó al chico que podía pasar al interior. Este
entró, quitándose los zapatos en la entrada.
—¿Quieres algo? ¿Té? —preguntó
ChanYong. Negó con la cabeza tomando las pantuflas que le ofrecía el mayor—.
¿Agua?
—No quiero nada.
—Está bien. Si abres la puerta a tu
izquierda entrarás a la sala, espera allí mientras voy a por un vaso de agua
para mí —dijo—. Como si estuvieras en tu propia casa.
ChangBum asintió y luego se dirigió
hacia donde le habían indicado. Abrió la puerta corredera y entró a una pequeña
sala en la que solo había un sofá, una mesa baja y una televisión de tubo. El
chico se extrañó, ya que esas televisiones eran una reliquia del pasado.
Parecía que su profesor tenía
problemas económicos. Sacudió su cabeza, desechando aquellos pensamientos y se
sentó en el viejo sofá.
No pasó ni un minuto cuando el
profesor Kim regresó con una bandeja con dos vasos de agua. La dejó sobre la
mesa y de debajo de esta sacón un cojín para sentarse en el suelo, frente a
ChangBum. El chico hizo el ademán de levantarse pero el hombre lo detuvo.
—No te levantes, tú eres mi invitado
—dijo. Este asintió lentamente antes de volver a acomodarse en el sofá—. Creo
que te estarás preguntando por qué tu serio profesor de Química estaba de esa
forma tan deplorable en su despacho, ¿me equivoco?
—No niego que no tengo curiosidad
sobre ello —comentó—. Pero si es algo personal o difícil no quiero forzarlo a
que me dé ninguna explicación.
—La verdad es que creo que me
vendría bien exteriorizarlo —murmuró el hombre—. Llevo demasiado tiempo
guardándolo dentro —ChangBum asintió—. Si no te importa escuchar, me gustaría
contártelo, aunque antes me tienes que prometer que nada de lo que diga saldrá
de aquí.
—Seré una tumba —contestó el chico.
—Bien… Entonces comenzaré.
El
primer día de ChanYong había sido todo lo horrible que podía. Todo le había
salido mal, incluso la cosa más mínima y el chico llegó a casa completamente
derrotado, sin ganas de levantarse de nuevo a la mañana siguiente para regresar
a aquel lugar en que lo había pasado fatal. Sin embargo, el joven no pensaba
rendirse. Había sacrificado mucho para poder estar allí y no lo iba a echar
todo por la borda solo porque había pasado un mal primer día.
Por ese
motivo, a la mañana siguiente se levantó con la convicción de que todo le
saldría perfectamente aquel día y que no tendría que preocuparse por
absolutamente nada.
ChanYong
caminaba por el pasillo creado por los árboles de cerezos en flor que llevaba a
la universidad, mirando maravillado el colorido espectáculo que estos le
brindaban, observando cómo sus pequeños pétalos rosados se iban desprendiendo
de las flores con las ráfagas de viendo que de vez en cuando soplaban. El chico
estaba perdido en sus propios pensamientos, así que no se dio cuenta de que
caminaba directamente hacia un muchacho que, de espaldas a él y subido sobre
una bici, tampoco sabía que iba a ser arrollado en unos pocos segundos.
Cuando
ChanYong impactó contra otro cuerpo y
ambos cayeron al suelo, todo fue un lío de piernas, brazos y partes de una
bicicleta durante unos momentos, pero cuando aquel lazo se pudo desenredar, el
chico vio que acababa de atropellar a una persona que parecía encarnar la más
pura perfección.
Unos
grandes ojos oscuros lo miraron desde arriba, un rostro de piel pálida y unos
labios rosas entreabiertos le dieron la bienvenida a un nuevo mundo lleno de
brillo, de color y lleno de grandes posibilidades. ChanYong siempre se había
sentido por los hombres, pero nunca se había enamorado perdidamente de nadie,
nunca había sentido cómo si su corazón quisiera salírsele de su pecho,
rompiendo incluso sus costillas para abrirse paso a través de su piel.
—Lo
siento —murmuró, en voz baja, tímida y grave—. No miraba por dónde caminaba.
—No te
preocupes —respondió una voz dulce y cálida—. Yo tampoco estaba atento a nada —el
chico esbozó una sonrisa y luego se levantó del suelo, tendiéndole una mano
para ayudarlo a levantarse—. Mi nombre es MinWoo, por cierto —le dijo.
—ChanYong.
—Encantado
de conocerte, ChanYong —sonrió—, aunque haya sido de esta manera tan
desastrosa.
—Lo
mismo digo.
El
primer día en la universidad para ChanYong había sido simplemente horroroso,
pero el segundo día había comenzado de una forma tan perfecta que al chico le
dio igual tener unos pocos de moretones en su cuerpo porque había encontrado a
la persona con la que le gustaría pasar el resto de su vida.
—Profesor Kim… Me está contando algo
muy personal… —comentó ChangBum cuando el hombre hizo una pausa para beber
agua.
—Lo sé. Pero he sentido que podía
confiarte esto a ti —respondió. Bebió un gran buche de agua y tras tragar
inspiró hondo—. Haz que no me arrepienta de contarte esto —murmuró antes de
continuar.
El primer
año de universidad se pasó entre unas cosas y otras, corriendo de un lado a
otro para poder entregar los trabajos a tiempo y haciendo mil cosas a la vez,
sin tener tiempo apenas para él mismo, pero ChanYong siempre sacaba algo de
tiempo para poder estar junto a MinWoo. Daba igual que tuviera miles cosas que
entregar, daba igual que se muriera de sueño, daba igual todo cuando se trataba
de él.
El segundo
y el tercer año también pasaron de aquella forma y ChanYong comenzó a percibir
que su vida no tenía sentido sin MinWoo.
Fue a
principios del cuarto año cuando el otro por fin dio muestras de interés en él
y ChanYong se agarró a un clavo ardiendo, hizo todo lo posible para que MinWoo
se enamorara de él y, tras muchos meses en los que lo intentó todo por llamar
su atención de esa forma, el chico por fin se dio por aludido.
Aquella noche
habían salido de fiesta, ambos estaban bailando en la pista, el calor era
completamente insoportable, pero ChanYong necesitaba sentir el cuerpo del otro
mucho más cerca. Jamás supo si fue por las luces que se reflejaron en los ojos
de MinWoo o realmente lo que vio fue el color real de estos, pero sus iris se
pudieron ver de color rojo un segundo antes de cruzar la distancia que los separaba
para que sus bocas se encontraran.
—En ese momento pensé que todo iría
bien —murmuró ChanYong—. Fui un iluso.
Después de terminar la facultad,
ambos se fueron a vivir juntos porque, de todas formas, ya estaban saliendo y
ChanYong creyó que aquel tiempo fue el más feliz de su corta vida; sin embargo,
todo comenzó a tornarse extraño conforme el tiempo pasaba y sentía que su
cuerpo no estaba en óptimas condiciones algunas veces que pasaba demasiado
tiempo con MinWoo.
Al principio, el chico lo había
achacado a que se había enamorado perdidamente del otro, pero más tarde se dio
cuenta de que había algo, una especie de magnetismo que lo atraía, que lo hacía
volverse loco por él sin que pudiera contenerse. ChanYong se sentía enfermo
cuando no podía encontrarse con MinWoo y todos sus males desaparecían estando
junto a él.
Solo fue después de mucho tiempo,
cuando se dio cuenta de que algo iba realmente mal, que estar con el otro lo
consumía por dentro, pero que aun así lo necesitaba como al aire para respirar.
En ese momento, él se fue, dejándolo solo, arrastrándose por el piso del
apartamento que ambos compartían, deseando la muerte antes que estar alejado de
MinWoo.
—Esa es mi historia —terminó—. Eso es
lo que no me deja dormir por las noches, esas son las pesadillas que me acosan
incluso durante el día.
—Si hay algo que pueda hacer por
usted… —se encontró diciendo ChangBum sin siquiera pensarlo.
—Ya has hecho bastante escuchando
esto, aunque no tenías por qué hacerlo —dijo el hombre—. Muchas gracias por
traerme hasta casa y por escucharme.
ChangBum interpretó aquellas
palabras como que su profesor quería que lo dejara solo, así que el chico se
despidió de él y luego salió de su casa, pensando en aquello que acababa de
escuchar. La fantasía y las cosas sobrenaturales no eran algo en lo que
creyera, pero el miedo en los ojos de su profesor había sido tan real que el
chico no dudaba ni por un asomo en que aquella historia fuera terriblemente
cierta.
Ósperis cuánto tiempo hace ya de esta historia!!!!! Me fui a leer el primer capítulo para refrescarme la memoria, aunque ha resultado que lo recordaba bastante bien :3 (para esto me sirve la buena memoria y no para los exámenes, maldita interesada ¬¬).
ResponderEliminarOins ChangBum es un cielito >.< Y LOL eso de que le abra un completo desconocido sólo con decir "soy yo" xDDD La verdad es que lo he pensado mil veces, algún día me atreveré a probar si de verdad funciona (?)
Madre mía como se nota que esto es un fanfic y que por eso la gente se sincera con cualquiera a las primeras de cambio (?????) No pero ChanYong podría haber probado a ir a un psicólogo al menos xDDD Antes de ponerse tan mal y terminar contándole probablemente su secreto más íntimo a un alumno con el que se lleva a rabiar (?) Claro que entonces nos chafarían el fic xD
Y yo iba a decir algo más pero me he distraído y ya no me acuerdo... Ah sí! Que me encanta que a ChangBum se le ocurra lo de la fantasía y las cosas sobrenaturales xD Por que si no creyera en ellas como dice no se le habría ocurrido (?) (a mí de hecho ni se me había pasado por la cabeza).
Esperando los siguiente~ Te agradecería que no tardaras tanto en subirlos como has tardado con éste (?) Puedo esperar, pero aun así... xD
Bye bye =P
Demasiado tiempo... muchísimo tiempo... Eso es bueno!!! Que lo recordaras más o menos es muy bueno!!! (aunque vendría bien para los exámenes, sí señora)
EliminarChangBum sí, es completamente adorable ^^ Jajajajaja XD Funciona, te lo digo yo, una vez lo hice porque no me acordaba exactamente dónde estaba la casa de una amiga y llamé a otro y me abrieron XD
Cómo se nota, ¿verdad? Podría haber ido a un psicólogo, pero no, él se lo cuenta todo a su alumno con el que se lleva a matar (en verdad lo único que quería era continuar lo que había empezado hace tanto tiempo y he seguido lo que planeé al principio, por lo que sé que no está del todo bien XD)
Jajajajajajaja XD Las distracciones son malas para la memoria (?) Es... algo raro... pero bueno XD
Tranquila, ya está todo escrito, solo falta subirlo y solo son dos caps más, así que no pasará mucho para que esté por aquí rondando XD
Bye, bye <3