viernes, 31 de julio de 2015

Foto en blanco y negro

Título: Foto en blanco y negro
Autora: Minako Aino (Riz Aino / Annalovesasianboys) (@sbeaea)
Pareja: Kray (Kris x Lay) y leve HunHan (SeHun x Lu Han) (EXO)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, humor, drama
Número de palabras: 4.038 palabras
Resumen: YiXing es un muy buen bailarín y YiFan un fotógrafo en busca de inspiración.
Notas: comencé a escribir este fic en el 2012, más o menos por el tiempo en el que salió la foto de la portada porque me gustó muchísimo y me inspiró para empezar esta historia, sin embargo, como siempre, a falta del final la dejé.
Comentario de autora: me he propuesto acabar todos aquellos fics que se encuentran en mi baúl de los recuerdos y este es uno de ellos (que no se note por las parejas que es uno de los primeros, ¿eh? Que no se note nada). Espero que os guste ^^





            Mis ojos estaban cerrados mientras mi cuerpo se movía al compás de la suave música que llenaba la sala de baile ya vacía por ser tan tarde. Siempre ensayaba a altas horas de la noche debido a que no tenía más tiempo libre para hacerlo en otro momento, por las mañanas iba a las clases de la universidad y por las tardes ayudaba en el café de la familia que me había acogido en su casa para pagarles con mi trabajo su hospitalidad. Sin embargo, tampoco podría ensayar tan tarde si no fuera por mi amistad con el hijo del dueño del local.

            Gracias a Lu Han y a JongDae me podía permitir la vida en una ciudad tan cara como Seúl y me haría falta una vida muy larga para poder pagarles por todo lo que me habían ayudado desde que llegué a la ciudad, un par de años atrás.

            Seguí moviéndome, sintiendo la música hasta lo más profundo de mi ser, haciendo los movimientos sin ser consciente de ello. Siempre había sido así, desde que era pequeño.

            Me encantaba la música y bailar, sobretodo bailar.

            Hice un giro, y en ese momento, la música fue perturbada por el sonido de un ligero “click”. Abrí mis ojos rápidamente en busca de lo que había provocado aquel ruido y me encontré con un chico muy alto en el umbral de la puerta, sujetando una cámara de fotos profesional. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, mis mejillas se tiñeron de rojo y mis ojos se abrieron de par en par, a la vez que el chico apartaba la cámara de su rostro y esbozaba una sonrisa tímida.

            Lo siento murmuró—, no quería perturbar tu baile.
            ¿Quién eres? pregunté intentando recomponerme, cruzando mis brazos y poniendo una expresión seria.
            Oh… sí… perdón por no presentarme dijo él, y llevó una de sus manos a su cabello para despeinarlo, algo avergonzado—. Mi nombre es Wu YiFan se acercó lentamente a mí hasta estar a un par de pasos y rebuscó algo en el bolsillo de su chaqueta de cuero negra—. ah, toma sacó una tarjeta y me la entregó.

            Alcé la mano para cogerla y nuestros dedos se tocaron por una décima de segundo antes de que yo apartara la mía y mirara con detenimiento la tarjeta.

            Kris, fotógrafo de la Agencia M leí y alcé la vista hacia él—. ¿No te llamabas Wu YiFan? pregunté alzando una ceja.
            Kris es mi nombre para la Agencia contestó y yo volví a mirar la tarjeta. Tenía un teléfono de contacto y también un e-mail.
            ¿Por qué estás aquí y cómo has entrado? —pregunté.

            No sabía cómo podía haber entrado a este lugar, si yo lo había cerrado todo con llave. Además, me daba igual que me acabara de entregar una tarjetita que pudiera que era fotógrafo profesional, me había hecho una foto a traición y era una persona desconocida, no sabía qué intenciones podía tener conmigo. Puede que estuviera bastante delgado y fuera un tirillas, pero tenía pinta de tener algo de fuerza.

            Con llave dijo sacando del bolsillo de su pantalón unas cuantas llaves enganchadas a un llavero de un micrófono y que reconocí como el de mi amigo JongDae.
            ¿Conoces a JongDae? pregunté y él asintió.
            Sí, aunque él prefiere que le diga Chen-Chen, cosa que nunca hago contestó y yo esbocé una pequeña sonrisa. Si JongDae le había dicho aquello es que lo conocía bastante y confiaba en él—. Ah… y… bueno… el motivo por el que estoy aquí es porque él me recomendó que viniera esta noche a la sala lo miré sin comprender y se intentó explicar mejor—. Yo… necesitaba algo de inspiración para hacer una fotografía increíble que me diera la oportunidad de entrar en un concurso, así que, le hice caso y vine sonrió levemente—, y me encontré contigo. Siento haberte molestado se inclinó un poco—, ya tengo lo que necesitaba el chico se giró y comenzó a andar hacia la puerta, pero algo en mi interior no quería que se fuera, así que lo detuve.
            Me echaste una foto, ¿no? dije y él se volvió hacia mí. Con una tímida sonrisa en su rostro asintió—. Me gustaría verla.
            Te puedo llamar cuando la tenga revelada y quedamos contestó—. Esto… ¿tu nombre era…? en ese momento caí en que ni siquiera me había presentado, sólo le había hecho preguntas a aquel chico.
            Zhang YiXing me presenté mientras él avanzaba hacia mí, tendiéndome su teléfono móvil.
            ¿Te importaría apuntarme tu número, YiXing? dijo y yo lo tomé entre mis manos para escribir mi número y guardarlo en la memoria del teléfono—. Gracias.

            Cogió el móvil y luego se giró de nuevo hacia la puerta, echando a andar hacia ella y despidiéndose con un gesto de su mano, dejándome de nuevo solo en aquella sala de baile. Durante unos momentos me quedé mirando la puerta por la que aquel chico se había ido, pero después, volví a lo que hacía antes de ser interrumpido: bailar.


            Eres un maldito cretino le dije a mi amigo agarrándolo con mi brazo por el cuello y apretando un poco, pero sin llegar a hacerle daño.
            ¿De qué te quejas? preguntó soltándose y mirándome pícaro—. Ahora tienes la fotografía que ansiabas y encima has conocido al chico más encantador del mundo sonrió—. Tío, en una noche lo has conseguido todo.
            Pues a mí no me pareció tan encantador le comenté, recordando como aquel chico me miraba.

            Sinceramente, cuando lo había conocido no me había parecido para nada “encantador”, sino todo lo contrario. Había sido bastante brusco y había estado a la defensiva en todo momento conmigo. Vale que hubiera entrado al lugar en el que estaba bailando y le hubiera hecho una foto sin pedirle permiso, pero tampoco era para que me mirara de aquella forma.

            Eso es que Xing-Xing es muy tímido al principio dijo y me dio una palmadita en la espalda. Puse mala cara por aquello porque JongDae llegaba a ser muy sobón y no me gustaba del todo que me tocaran a todas horas y en todo momento.
            Si tú lo dices… —murmuré, no muy convencido—. Espero que cuando lo vea la próxima vez sea un poco más “encantador”.
            ¿Lo vas a ver otra vez? asentí—. ¿Habéis quedado? negué.
            Todavía no… cuando…
            Un momento… ¿te dio su número? preguntó y yo asentí, en ese momento comenzó a reírse como si le fuera a dar un ataque.
            ¿Qué haces? pregunté apartándome de él un poco.

            Estábamos sentados en el banco de un parque y todas las personas que pasaban por allí nos miraban raro, bueno, a mí me miraban raro porque estaba con aquel loco que acaparaba casi todas las miradas.

            Es que me parece que ahí va a surgir una bonita relación dijo cómo si fuera omnipotente y lo supiera todo.
            No digas tonterías Kim JongDae dije, intentando negar lo evidente, y lo evidente era que al ver a ese chico bailar mi corazón se había acelerado como nunca lo había hecho en la vida.
            Tus mofletes colorados no dicen lo mismo… murmuró y yo llevé las manos a mis mejillas, no notándolas para nada calientes, entonces suspiré y vi como a mi lado, él se volvía a reír como un loco.
            Si es que cuando digo que eres un troll de primera, es porque lo eres… dije negando con la cabeza, ante mi estupidez por haber caído en aquello.
            Bueno, dejemos eso contestó—. ¿Cuándo lo vas a llamar?
            Cuando revele la foto que le tomé dije sin entrar en más detalles para que no me pudiera tomar más el pelo.
            ¿Y a qué esperas para ponerte manos a la obra y revelarla? preguntó, levantándose del banco como una exhalación—. Vamos, levanta ese culo plano del banco y vamos a tu cuarto oscuro una mujer que pasaba por allí junto con un niño pequeño nos miró asustada y cogió al niño de la mano para salir corriendo de nuestro lado. Miré mal a mi amigo y éste se encogió de hombros—. Que no se hubiera puesto a escuchar conversaciones ajenas.

           

            ¿Lu Han? llamé a mi amigo intentando captar su atención, pero éste tenía sus cinco sentidos puestos en el muchacho que acababa de entrar por la puerta de la cafetería de sus padres—. ¿Me estás escuchando, Lu Han? dije pasando mi mano por delante de su cara, sin obtener reacción alguna por su parte, así que utilicé mi última carta—. ¿Sabes? A lo mejor me declaro al muchacho este que viene siempre y pide un Bubble Tea dije poniendo un dedo en mis labios de forma pensativa.
            Ni se te ocurra dijo saliendo por fin de su embobamiento—. Ese tipo es MÍO suspiré.
            Hasta que por fin me haces caso… comenté y vi cómo volvía a girar su rostro hacia el chico—. ¡Lu Han! él se giró de nuevo hacia mí—. Préstame atención aunque sean unos segundos.
            Sí… si yo te presto atención… eso fue lo que dijo, pero sus ojos buscaron el cuerpo del chico del Bubble Tea.
            No tienes remedio… lo agarré de la camisa del uniforme y lo llevé hasta las escaleras que llevaban hasta la planta superior, donde estaba su casa, y la mía, ya que me había permitido quedarme allí.
            ¿Qué haces? intentó zafarse de mi agarre, pero lo apreté más fuertemente—. Vale, YiXing… me estás asustando hizo un puchero con sus labios a la vez que me miraba poniendo ojitos—. No me violes, ¿vale?
            No quiero violarte lo solté cómo si quemara—, quiero que me escuches y dejes de mirar a aquel tipo.
            Ok, habla, te escucho —dijo, centrándose por fin en mí.
            Anoche cuando estaba bailando, apareció un chico que parece ser amigo de JongDae y me echó una foto conté.
            Pervertido murmuró él, pero no le hice caso.
            Necesitaba una foto para presentarse a un concurso de no sé qué y JongDae le dijo que allí encontraría algo que fotografiar… por lo que por eso hizo la foto.
            Ah… pero yo sigo diciendo que es un pervertido.
            Bueno,  lo que tú digas murmuré—. El caso es que yo quería ver la foto, así que, cuando la tenga revelada me va a llamar y vamos a quedar…
            Esto me huele a boda… dijo y yo le di un golpe en la nuca.
            No digas tonterías fue lo que le contesté, saliendo de allí y yendo a la mesa en donde esperaba el chico del Bubble Tea, junto con otro chico de piel morena, a que se le tomara su pedido, pero la verdad, era que mi corazón comenzó a latir fuerte cuando lo escuché decir aquello. ¿Qué me pasaba?


            Había pasado una semana desde que me había encontrado con aquel chico, YiXing, bailando en la sala y ahora, después de haber terminado todo lo que tenía por medio, por fin había comenzado a revelar la foto que le tomé. Saqué el papel del líquido con unas pinzas delicadamente y luego lo llevé hacia el tendedero improvisado que tenía en aquella habitación para secar las fotografías. Cuando la dejé bien sujeta con una pinza de la ropa apagué la luz roja desde el interruptor de la puerta y salí por esta, intentando que entrara la menor cantidad de luz posible.

            Al entrar en el salón me llevé un susto de muerte cuando vi tumbado en mi sofá a JongDae, ya que ni lo había oído llegar, ni antes estaba en ese lugar. Fui hacia él frunciendo mi ceño, visiblemente molesto.

            Tú quieres matarme, ¿no? le dije.
            No, hyung, sólo pasaba a visitarte contestó como si nada cogiendo el mando de la tele y cambiando a otro canal.
            Las visitas que no avisan antes de venir, no son bien recibidas murmuré entre dientes y él sonrió, dándole al botón del contestador, que estaba parpadeando.
            “Tiene un mensaje nuevo” dijo la voz de la máquina—. “Hola, soy Kris, si no te contesto al teléfono es que no estoy en casa, si es urgente, llámame al móvil” me escuché decir—. “Deje su mensaje después de la señal” volvió a hablar la máquina y un pitido desagradable salió de ella, antes de dejarme escuchar la voz de JongDae—: “Tío, me aburro, voy para tu casa” lo miré con mala hostia—. “No tiene más mensajes nuevos” dijo de nuevo la máquina y yo me senté resoplando en el sofá a su lado.
            ¿Ves cómo había avisado? se recochineó encima.
            ¿Tú no tienes otra cosa qué hacer aparte de molestarme? pregunté.
            No mucho, la verdad.


            Mi teléfono móvil comenzó a sonar y le hice una señal a Lu Han para que me cubriera mientras yo iba a contestar, pero éste estaba más pendiente del chico del Bubble Tea, y de su moreno acompañante, que de cualquier otra cosa que sucediese en el local. Mientras que aquel muchacho se encontrara en la cafetería esta podía salir ardiendo que mi amigo no se daría cuenta de absolutamente nada.

            ¿Sí? pregunté al descolgar.
            Hola… esto… ¿YiXing? preguntó una voz grave que se me hizo familiar al otro lado de la línea.
            Sí, ¿quién es?
            Ah… soy Wu YiFan… o Kris… el chico de la foto… se explicó él, pero yo ya no necesitaba más explicación y una sonrisa se extendió por mi rostro.
            “Me ha llamado” pensé—. Sí, se quién eres…te recuerdo… fue lo que dije, sin embargo.
            Bueno, pues… sólo quería decirte que ya revelé la foto… y como querías verla, pues… te llamé.
            Oh… genial… no salió otra cosa de mis labios por más que lo intentara. Estaba muy nervioso y el móvil hacía equilibrios y en mi sudorosa mano, prometiendo una desastrosa caída si no lo sujetaba con firmeza.
            ¿Cuándo te viene bien quedar para ver la foto? preguntó rápidamente, como si él también estuviera terriblemente nervioso.
            Pues… por las mañanas estoy en la facultad… y por las tardes trabajo en una cafetería… puse un dedo en mis labios, pensando—. Los domingos son los únicos días libres que tengo pero esta semana lo tengo pillado para hacer un trabajo para clase… seguí contándole mi vida casi sin darme cuenta—. ¿Te importaría venir un rato a mi trabajo una tarde que puedas? pregunté.
            No, en absoluto dijo él.
            Bien… entonces… ¿cuándo…?
            Hoy estoy algo liado murmuró—. Mañana estoy libre.
            Genial, ¿tienes papel y boli cerca? pregunté.
            Un momento lo oí hacer un poco de ruido por el lugar—. Ya.
            Apunta, que te digo la dirección y comencé a darle todo lo que necesitaba para llegar hasta el café—. Te espero aquí mañana dije al acabar.
            Allí nos vemos se despidió y yo colgué con mi corazón latiendo a mil por hora.


            Colgué el teléfono y suspiré. No había sido para tanto al final, pero el haber estado dos horas decidiéndome si llamarlo o no, había hecho mella en mí. Me dejé caer sobre el sofá y me tendí cuan largo era, tirando las zapatillas de andar por casa a algún lugar, sin importarme donde cayeran. Estaba más preocupado con otras cosas.

            Iba a verlo al día siguiente, y aquello, extrañamente, me ponía feliz. Una pequeña sonrisa asomó en mis labios, pero la quité inmediatamente al darme cuenta de que no estaba solo en mi apartamento.

            ¿Cómo coño entras a mi apartamento sin que yo te abra? le pregunté a JongDae incorporándome del sofá y mirándolo mal.

            Siempre pasaba lo mismo, sin que yo le abriera la puerta él entraba a mi apartamento y cuando me lo encontraba, me llevaba unos sustos que cualquier día me mataba allí mismo de un infarto.

            Pues por la puerta contestó. No voy a entrar por la ventana.
            —¿Cómo? —volví a preguntar.
            —Me sé tu código.
            Imposible dije sin poder creérmelo, acercándome a él para ver si mentía o no, pero no había duda, si entraba allí era porque tenía que saberse la contraseña del piso—. ¿Cómo? pregunté y él se encogió de hombros—. Yo nunca te he dicho mi pin JongDae sonrió de lado, de una manera que no me hizo presagiar nada bueno.
            Tú no me lo has dicho contestó—, pero eres demasiado obvio, Wu YiFan. La fecha de tu cumpleaños no es un buen código para guardar tu piso.
            —Cualquier día apareces en la acera sobre un charco de sangre —amenacé, medio en broma, medio en serio.
            —No creo que lo hagas —comentó—. Sabes que eres demasiado cool para ir a la cárcel —y lo peor era que tenía razón en aquello.
            —Siempre puedo hacer como si te hubieras suicidado —sonreí y él me devolvió la sonrisa, pero luego abrió la boca para decirme algo más, aunque su respuesta quedó cortada por el sonido de su teléfono móvil.
            —Ahora seguimos —murmuró antes de contestar—. ¿Sucede algo, NiNi?

            JongDae se alejó de mí mientras hablaba por teléfono con su hermano menor y yo utilicé aquellos momentos de paz y tranquilidad antes de que regresara a darme la lata para pensar. Lo único que había en mi cabeza aquellos momentos era que volvería a ver a YiXing y mi corazón no paraba de latir rápidamente solo por el pensamiento. Al principio me había parecido alguien realmente borde, pero después, tras entender que se podía haber sentido un poco violento por mi llegada me sentí algo mal, y ahora, tras haber revelado la foto que le había tomado, no hacía más que pensar en él de una forma en la que llevaba mucho tiempo sin pensar en nadie.

            Tomé la fotografía que se encontraba sobre la mesa y observé el perfil del bailarín en blanco y negro mientras realizaba un movimiento preciso y precioso. YiXing era precioso y desprendía un aura agradable incluso desde aquella fotografía.

            Sonreí. No podía esperar hasta que fuera mañana.


            Llevaba todo el día nervioso y estaba mucho más patoso de lo que era habitual en mí, pero no podía evitarlo. Wu YiFan… o Kris… iba a venir a la cafetería aquella tarde y eso me hacía comportarme de aquella forma. No lo entendía del todo, no entendía cómo podía estar así solo por aquello cuando solo lo había visto una vez, pero intuía qué era. El chico era guapo, muy guapo, y me había llamado mucho la atención.

            —¿Qué te pasa hoy, Xing? —escuché que me preguntaba Lu Han y me giré hacia él—. Estás mucho más distraído de lo normal.
            —Y me lo dice el que no puede ver a nadie más cada vez que entra el chico del Bubble Tea —repliqué, haciendo que mi amigo bufara—. No me pasa nada —contesté luego—, solo estoy nervioso porque va a venir YiFan a enseñarme la foto que me tomó hace un par de semanas.
            —¿El pervertido? —preguntó él, pasando un trapo por la barra.
            —No es un pervertido…
            —Bueno, no lo conoces, así que quizás sí lo es —dijo con una maquiavélica sonrisa en su rostro de niño bueno.
            —Es amigo de JongDae así que…
            —Peor me lo pones —rió—. JongDae es de todo menos santo.
            —¿Y qué dices que soy entonces?

            La voz de JongDae se hizo escuchar de repente al otro lado de la barra, asustándonos a ambos y haciendo que diéramos un saltito en nuestros sitios antes de girarnos hacia él y verlo con una sonrisa gatuna en su rostro.

            —Eres el mismísimo demonio —contestó Lu Han, todavía con una mano puesta sobre su pecho.
            —Sabes que no, que aquí el único Luficer que hay eres tú —dijo, y luego se giró hacia mí—. Xing, te traigo a tu cita.
            —¿Mi cita? —pregunté sin entender y mi amigo me señaló detrás de él, lugar en el que pude ver a la persona a la que estaba esperando.
            —¡JongDae! —repliqué, avergonzado, pero aquello solo hizo que él riera más fuerte, acompañado de Lu Han.

            Puse mis ojos en blanco y les recordé a aquellos dos demonios que cuidaran bien del lugar antes de dirigirme hacia el chico que aún se encontraba en la puerta del establecimiento.

            —Buenas —me saludó cuando llegué a su lado.
            —Hola —respondí—. ¿Nos sentamos por aquí? —él asintió. Lo guié hasta una de las mesas y cuando él se sentó le dije—: ¿Qué quieres de tomar?
            —Por ahora nada —murmuró—. Siéntate —me tomó de la muñeca suavemente con una de sus grandes manos e hizo que me sentase en la mesa.
            —Si quieres algo no dudes en pedírmelo, ¿eh? —dije y él asintió de nuevo, esbozando una sonrisa. Un silencio algo incómodo se instaló entre nosotros y tuve que agregar—: ¿Has traído la foto?
            —Oh… sí… claro —murmuró él nerviosamente, comenzando a rebuscar en la cartera que llevaba—. La foto… la foto… —pareció encontrarla y me miró, esbozando una sonrisa tímida antes de entregarme un sobre—. Ábrelo.

            Agradeciéndole con una sonrisa también abrí lentamente el sobre para no estropearlo y saqué la foto que allí se encontraba. Mis ojos casi se me salen de las cuencas al verme allí retratado de aquella manera tan magistral. Ni siquiera parecía yo, parecía otra persona completamente distinta la que me devolvía la mirada desde la fotografía, aunque llevaba mis ropas y mi pelo y no podía ser nadie más que yo.

            —Wow —murmuré. Me había quedado sin palabras.
            —La voy a presentar a un concurso de fotografía que hay a finales de este mes —contó YiFan.
            —Es preciosa.
            —Todo gracias al modelo —respondió con una sonrisa encantadora.
            —Bueno… pues si ganas el concurso esperaré que me invites a salir como compensación —dije rápidamente y, enseguida me arrepentí de mis palabras, pero cuando miré a YiFan él sonreía de oreja a oreja y aquella expresión lo hacía parecer mucho más guapo.
            —Eso ni lo dudes.




            Dos meses después…

            La música resonaba en las paredes llenas de espejos de la sala de baile mientras me movía al ritmo que esta marcaba, dejándome llevar con ella y sin prestar atención a nada más. Estaba concentrado en aquello, pero mi concentración se desvaneció cuando mi teléfono móvil comenzó a vibrar incesantemente dentro del bolsillo de mi pantalón y tuve que parar para cogerlo. Ni siquiera miré el nombre en la pantalla antes de contestar.

            —¿Sí?
            —¿Estás libre este domingo? —dijo una voz grave al otro lado de la línea, una voz que hizo que mi corazón comenzara a ir mucho más rápido de lo que ya lo hacía.
            —Sí… —murmuré—. ¿Por qué?

            Nunca había quedado con YiFan después de la vez en la que me había enseñado la fotografía y las pocas veces que nos habíamos visto en los anteriores meses había sido porque él se había pasado por el café, así que me extrañaba que me llamara para decirme algo como aquello.

            —Me dijiste que tenía que invitarte a salir si ganaba el primer premio con tu foto… —contestó—, así que aquí me tienes —me quedé callado durante quizás demasiado tiempo, por lo que él agregó—. ¿Quieres salir conmigo, Zhang YiXing?
            —Sí.














Notas finales: ¡¡¡y por fin lo termino!!! Creía que nunca llegaría este día. Espero que os haya gustado esta historieta aunque no sea demasiado buena.

4 comentarios:

  1. Mira, tu haz un Kray y me tienes ahí como una campeona leyendo como tonta jajaja. Sea malo, sea bueno, un Kray es un Kray :v


    Y me ha gustado, la verdad es que me hubiese gustado que se desarrollara un poco más la historia entre los dos, pero bueno, para explicar de lo que iba el tema se entiende todo super bien :D

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    1. Pero no puedo ir haciendo birrias, se supone que he mejorado escribiendo y eso se tiene que notar en lo que haga, no puedo volver a mis inicios ;;____;;

      Lo sé... esto es algo que tengo que cambiar, no voy a dejarlo estar. Voy a escribir mejor próximamente. Lo juro.

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  2. AAAAAAALSÑDKVJKHGKLSFÑ.
    Yifan debería de hacerle todas las fotos que quiera ( ͡° ͜ʖ ͡°) (?)
    Me pones tonta cuando escribes Kray, shoro, asdlldldkfjkklgll

    Saludos! <3

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    1. Todas las que quiera y más *O* Porque YiXing es demasiado bonito <3
      El Kray es muuuuuy bonito <3
      Saludos ^^

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