Chapter Seven
InSeong se
encontraba sentado en el suelo, apoyando la espalda contra la pared fría de
azulejos del hospital, mordiéndose las uñas hasta casi el hueso. Hacía más de
dos horas que había llegado al lugar y había firmado todos los papeles
necesarios, desde ese momento, se había apalancado delante de la sala de
operaciones en la que estaba SeungJun. En el hospital no le habían sabido decir
mucho, solo que había tenido un accidente de tráfico y que habían llamado al
número que tenía apuntado en su agenda como “casa” porque tenían que hacerle
una operación y no había nadie consciente que pudiera firmarles los papeles.
Desde entonces, el chico se había quedado esperando a que todo saliera bien
porque estaba asustado, asustado por lo que le pudiera pasar a SeungJun,
asustado por cómo podían reaccionar su madre y el señor Park al saber de
aquello, asustado por la reacción de Mina y de las demás fans de KNK; pero,
sobre todo, el chicho estaba muy asustado por lo primero, porque algo grave le
fuera a pasar al otro.
Un tiempo
después, del quirófano comenzó a salir el personal sanitario y el chico se
levantó rápidamente del suelo, ansioso por saber lo que había pasado allí
dentro. Fue una de las enfermeras la que se le acercó a comentarle cómo había
ido.
—¿El guardián de
Park SeungJun? —le preguntó. InSeong asintió—. Está estable —le dijo—. Tenía un
par de costillas rotas que necesitábamos arreglar para que no le hicieran daño
en ningún órgano. Todo ha salido bien, aunque ahora está inconsciente por la
anestesia —InSeong sintió cómo todo su cuerpo se relajaba al escuchar las
palabras “todo ha salido bien”—. Lo dejaremos en observación lo que queda de
noche y mañana a medio día probablemente lo subamos a planta. Si quieres irte a
casa a descansar o a preparar las cosas para quedarte los próximos días, es el
momento, si sucede algo, déjanos el número de tu busca para que te dejemos un
mensaje.
—Muchas gracias —murmuró
InSeong—. Volveré lo más rápido que pueda.
Cuando salió del
hospital, el chico caminaba tambaleante, porque no tenía fuerza en las piernas
que sujetaran el peso de su cuerpo. Lo había pasado muy mal desde que había
recibido la llamada del hospital y aunque le hubieran dicho que el otro estaba
estable y que podía irse a casa para preparar las cosas, que lo llamarían si
pasaba algo mientras estaba fuera, pero que era muy improbable que pasara, él
seguía todavía bastante asustado por todo. Hasta aquel momento, InSeong no se
había dado cuenta necesariamente de que se preocupaba por SeungJun, no había
pensado que se asustaría de aquella manera si al otro le pasara algo; pero allí
estaba, con su cuerpo todavía temblando, con su corazón latiendo muy
fuertemente dentro de su pecho, haciéndole daño casi, y con unas ganas de
llorar que difícilmente estaba aguantando. No sabía si quería llorar por el
susto, porque estaba preocupado o por el alivio, pero tenía infinitas ganas de
llorar.
En el camino a
casa, se aguantó aquellas ganas, pero en cuanto llegó al piso y cerró la puerta
a sus espaldas se dejó caer contra la superficie de madera y se echó a llorar
sin poder aguantarlo mucho más. InSeong se quedó dormido en la entrada, agotado
cuando las lágrimas dejaron de correr por sus mejillas.
Al despertarse,
vio cómo la hora de ir al instituto había pasado, así que, el chico simplemente
le dejó un mensaje a JaeYoon y otro a Mina diciéndoles que le había surgido una
cosa importante y que no había podido ir a clase por ello, más adelante les
contaría lo que había sucedido realmente. Después de aquello, cogió algo de
ropa suya y de SeungJun y se lavó la cara para ocultar cualquier rastro de sus
lágrimas. Les dejó también un mensaje en el hotel a su madre y al señor Park
para que supieran lo que había sucedido y para que volvieran lo más pronto que
pudieran, aunque asegurándoles que todo estaba bien y que no tenían mucho de lo
que preocuparse, antes de salir de nuevo hacia el hospital.
El camino se le
hizo eterno, porque quería llegar cuanto antes al lugar, pero el tráfico no
ayudaba y el taxi estuvo en un atasco encerrado durante bastante tiempo. En ese
tiempo, InSeong no pudo hacer otra cosa más que ponerse nervioso porque los
coches a su alrededor no se movían y pensar, darle vueltas a todo, a pesar de
que hacía tan solo dos días se había prometido no volver a pensar tanto. Sin
embargo, el objeto de sus pensamientos en aquel momento era otro: Park
SeungJun, y no porque lo molestara que hubiera hecho algo, sino porque seguía
preocupado. Realmente no tenían ninguna relación estrecha, pero el accidente
debía de haber sido bastante grave y podrían haber pasado muchas cosas y eso
hacía que sintiera cómo su corazón dolía dentro de su pecho al latir. ¿Por qué?
Eso era lo que lo tuvo todo el camino entretenido, pero no pudo sacar una
conclusión a aquella pregunta que parecía muy fácil pero que, en el fondo, no
lo era.
Al llegar al hospital
preguntó por el lugar en el que estaba SeungJun y después se dirigió a la
habitación a la que lo habían subido en planta. Quizás no pudiera hacer mucho
allí porque le habían comentado que todavía no estaba consciente, pero al menos
se sentiría un poco más tranquilo sabiendo y viendo que el otro estaba bien. Al
entrar a la habitación pudo comprobar que se trataba de una de las destinadas a
gente vip, en las que solo se encontraba la persona en cuestión y recibía un
buen trato. Por un momento, el chico sonrió porque se había olvidado de que KNK
era el grupo de la nación y SeungJun siempre había sido el más popular, por lo
que era normal que lo trataran de aquella forma; sin embargo, la preocupación
por el otro seguía estando ahí, porque había tenido un accidente de tráfico,
porque lo habían operado y porque todavía no había despertado después de todo
aquello, así que, InSeong temía que SeungJun no volviera a despertar.
InSeong se dejó
caer sobre el sillón que había al lado de la cama en la que el otro estaba
tumbado, conectado a un par de máquinas y a un gotero con suero y exhaló un
suspiro profundo mientras su mente se adentraba en terrenos muy peligrosos.
Porque InSeong
no paraba de pensar en la posibilidad de que SeungJun no despertara y no paraba
de sentir cómo su corazón se encogía y dolía como si un alambre de espinos se
hubiera cernido alrededor de él, apretándolo más y más y, de la misma forma, no
paraba de cuestionarse el motivo por el cual se sentía así. Hasta hacía solo
unas pocas semanas, SeungJun ni siquiera le caía bien, si le hubiera pasado
aquel accidente entonces él simplemente se habría preocupado de que a Mina no
le diera una embolia; solo hacía unos días que le había comenzado a caer bien,
solo hacía unos días que lo había aceptado como parte de su vida y que había
comenzado a apreciarlo en ella de alguna forma, pero ese sentimiento de aprecio
debía ser superficial, demasiado superficial, tan superficial que aquel
accidente solo lo tenía que haber asustado un poco. Pero InSeong no se había
asustado solo un poco, no se había preocupado solo un poco… y eso lo asustaba
demasiado, casi tanto como el hecho de que SeungJun no pudiera despertar de
nuevo.
Las horas fueron
pasando lentamente para InSeong, horas en las que su mente no se detuvo ni un
solo segundo, horas en las que vio entrar a la habitación a un par de
enfermeras y al médico que había operado al chico para ver su evolución, horas
en las que InSeong lo único que pudo hacer fue esperar, mordiéndose las uñas…
hasta que finalmente SeungJun comenzó a moverse lentamente. Con rapidez,
InSeong buscó el botón para llamar al personal del hospital y en un par de
minutos llegaron a la habitación para ver cuál era el estado del chico, que
poco a poco se estaba despertando. A InSeong no lo echaron del lugar, pero él
mismo decidió que necesitaba salir de allí, así que, se fue al pasillo, donde
se quedó sentado en el suelo, apoyando su espalda contra la pared, se llevó las
rodillas al pecho y se tapó el rostro con sus manos para comenzar a llorar, sin
saber si aquellas lágrimas eran de alivio, de alegría, de frustración o de
todas aquellas emociones mezcladas.
Solo cuando se
calmó, pudo levantarse para ir hacia el baño y echarse agua fría en la cara
para tratar de bajar la hinchazón y rojez de su cara y de sus ojos. Después de
aquello se dio una vuelta por la planta del hospital para que fueran mucho
menos visibles los rastros de las lágrimas que había derramado por SeungJun y
no volvió a la habitación hasta que no sintió que estaba realmente preparado
para ello —y cuando todos aquellos que habían entrado al lugar para ver cómo se
encontraba SeungJun se habían ido de allí—. Sin embargo, cuando abrió la puerta
y su corazón empezó a latir fuertemente bajo la mirada clara del otro chico,
InSeong pensó que no se había preparado para nada.
—Me había
parecido verte cuando he despertado —le dijo el otro, con la voz algo más grave
de lo habitual—, pero no estaba seguro de si seguía soñando o te había visto de
verdad… aunque ahora tampoco estoy muy seguro de no seguir soñado, me parece…
irreal…
—Suenas como si
soñaras conmigo a menudo —murmuró InSeong, cerrando la puerta a sus espaldas y
después dirigiéndose hacia el sillón que había ocupado durante horas para
volver a sentarse junto al otro—. No se si serán sueños buenos o saldré
pateándote en todos ellos —trató de bromear.
—Si sales tú en
ellos siempre son buenos sueños.
SeungJun le
dedicó una sonrisa encantadora después de responderle, haciendo que InSeong
volviera a sentir cómo el alambre de espino se enredaba de nuevo fuertemente entorno
a su corazón. Al entrar en la habitación había tratado de que no se le notara
lo mucho que le había afectado lo ocurrido, lo mucho que le había afectado ver a
SeungJun despierto, sonriéndole y diciéndole que soñaba con él… pero había
fallado de forma estrepitosa y, antes de que pudiera evitarlo, una solitaria
lágrima descendió por su mejilla izquierda, captando la atención del otro.
—¿InSeong…? —murmuró.
—Perdona, ha
sido involuntario —el chico se limpió la mejilla—. Es solo que… anoche me
dieron un susto de muerte cuando me llamaron del hospital y desde entonces he
acumulado mucha tensión, han… pasado muchas cosas…
—Me lo imagino —respondió
SeungJun—, puedes llorar todo lo que quieras por mí, estoy acostumbrado a que
mis fans lloren por mí a todas horas —bromeó.
—Capullo.
SeungJun sonrió
ante su respuesta y luego simplemente se hizo a un lado en la cama, indicándole
a InSeong que se subiera a ella con él. El InSeong de hacía solo unas semanas
lo habría mandado a la mierda, pero el InSeong del momento no protestó y
simplemente se subió con él al colchón, tratando de no moverlo demasiado para
no causar inconveniente en el paciente. Estar allí con él, con sus brazos
rozándose el uno contra el otro hizo que se sintiera un poco más tranquilo
porque se estaba asegurando con ese roce de piel tan real que él tampoco estaba
soñando y que SeungJun estaba despierto, aunque con las mismas heridas que
antes.
—Sé que no ha
debido de ser un tiempo agradable —dijo el chico, dejando caer su cabeza en el
hombro de InSeong—. Cuando chocamos, hubo unos segundos que pasaron para mí
como si hubieran sido horas y pensé que igual iba a morir, así que me dio un
miedo terrible —contó—. Me dio un miedo terrible porque pensé que no te
volvería a ver…
A InSeong se le
quedó de repente la boca seca y tuvo que tragar saliva, completamente seguro de
que no había oído correctamente lo que el otro había dicho, que seguramente eso
que creía haber oído no eran más que imaginaciones suyas, que se le había
tenido que ir la cabeza de tanto pensar, pensar y pensar en todo.
—Creo que tuve
mucho miedo porque durante todo este tiempo no he sido realmente sincero contigo,
InSeong —continuó—, porque siempre ha habido algo que he querido decirte, desde
que nos vimos por primera vez en la cena que orquestaron nuestros padres… ahora
también tengo mucho miedo por decirlo, pero en los sueños que he tenido desde
el accidente tú te alejabas de mí y yo no podía alcanzarte y me gustaría ser sincero
por una vez.
El corazón de InSeong
comenzó a latir de forma errática. No sabía qué era lo que esperaba él o su
corazón, éste simplemente reaccionó como le dio la real gana y ante las
palabras de SeungJun. Su cabeza pensaba tantas cosas a la vez que InSeong no
podía poner en orden sus pensamientos, así que, ni lo trató y simplemente
inspiró hondo un par de veces mientras esperaba que la voz del otro chico se
volviera a alzar en el silencio de la habitación.
—InSeong… tuve
mucho miedo de no volverte a ver porque me gustas desde el primer día que te vi…
—el corazón de InSeong se detuvo por un momento, mientras SeungJun cogía aire
para seguir hablando—. Me gustas mucho a pesar de que quizás sea lo más raro
que has escuchado jamás… un chico al que le gusta otro chico… ¿qué sentido
tiene? No tiene ningún sentido, pero es así…
No tenía ningún
sentido. InSeong estaba completamente de acuerdo con aquello, la parte racional
de su cerebro estaba completamente de acuerdo con aquella afirmación porque no
era normal, era raro, era antinatural… pero, en lo más profundo de su mente,
para InSeong tenía un poco de sentido, con aquello, las cosas comenzaban a
estar algo más claras, las piezas del puzle encajaban sin ningún esfuerzo. Su corazón
seguía latiendo a un ritmo muy acelerado y el chico no sabía realmente cómo
tomarse aquello porque era tan raro que InSeong no había pensado en una
posibilidad como aquella mientras le había dado vueltas y vueltas en su cabeza
al por qué aquel accidente y el estado de SeungJun le habían afectado de
aquella forma cuando con SeungJun no había tenido ninguna clase de relación
hasta hacía poco tiempo, no le había hablado más que lo necesario hasta hacía
solo unos días. Pero las piezas iban una por una haciendo clic y el chico no
sabía en qué situación lo dejaba aquello.
SeungJun le
había dicho que le gustaba, por lo que eso se traducía en que era gay y su
corazón no había parado de resonar dentro de su pecho como si estuviera
bailando al ritmo de una canción especialmente movida… ¿eso lo convertía a él
en gay también? InSeong cerró sus ojos fuertemente y apretó sus dientes durante
unos segundos, confuso, cansado, con ganas de salir de aquella cama y tirarse
por la ventana de la habitación.
—No quiero preguntarte
qué piensas porque sé que sueles pensar muchas cosas a la vez… —murmuró
SeungJun, rompiendo el silencio que se había instalado entre ambos mientras su
mente no paraba de dar vueltas—. Pero me gustaría saber qué es lo que piensas de
todo esto.
SeungJun se
levantó de su hombro y se inclinó un poco hacia delante, para ponerse en el
campo de visión de InSeong y éste pudo ver cómo sus ojos brillaban con
curiosidad, pero sobre todo con miedo. Miedo a que InSeong lo pudiera rechazar
de la peor manera posible y que las pesadillas que decía haber tenido en las
que se alejaba de él se hicieran realidad. InSeong no quería hacer que sus
pesadillas se volvieran realidad porque él mismo había derramado muchísimas
lágrimas a lo largo de aquel día pensando en lo que sucedería si SeungJun no
volvía a abrir sus ojos y se había dibujado un mundo muy oscuro ante él.
InSeong no había querido pensar en aquello, había desviado sus pensamientos
cada vez que iban en aquella dirección sin su permiso… pero en esos momentos,
ese tren de pensamientos era imparable.
—No sé qué es lo
que pienso… —murmuró, sin saber siquiera qué iba a decir mientras hablaba, como
si se hubiera desconectado la parte que hacía que el filtro cerebro-boca funcionara
correctamente—, pero yo he pasado también muchísimo miedo pensando que no… que
no ibas a volver a despertar, porque las horas pasaban y pasaban y tú seguías
sin despertar…
InSeong no había
terminado de decirlo todo, pero su filtro volvió a funcionar de nuevo y se
quedó callado, sin saber qué era lo que iba a decir ni qué pensar de todo
aquello. No le había mentido a SeungJun en lo que había dicho, no sabía qué
pensar, estaba demasiado confuso en aquellos instantes.
—Puedo… tratar
de ayudarte a pensar… —dijo SeungJun—. ¿Quieres… que te ayude?
El chico no sabía
cómo el otro pretendía ayudarlo con el embrollo que en aquellos momentos tenía
en su cabeza, pero asintió, porque toda la ayuda que pudiera obtener era
válida; sin embargo, no se imaginó cuál era la clase de ayuda que SeungJun
estaba dispuesto a brindarle, ni siquiera se le pasó por la cabeza. Pero SeungJun
sí parecía saber exactamente qué es lo que iba a hacer para ayudarlo, porque
llevó una de sus manos al cuello de InSeong e hizo un poco de presión hacia
abajo, para llevar sus rostros al mismo nivel antes de tomar sus labios con los
suyos. El chico se sorprendió ante el repentino contacto porque no lo había
esperado y porque los labios de SeungJun eran suaves contra los suyos, cálidos,
húmedos, electrizantes… aquel era el primer beso de InSeong y no sabía cómo se
suponía que debían de ser los besos, pero aquel beso volvió aún más errático el
ya errático de por sí latido de su corazón. El contacto no duró más que unos
pocos segundos y cuando SeungJun se separó de él, lo hizo con una gran sonrisa
en sus labios.
—Puedes pegarme
si quieres —le dijo—, por haberte besado.
Pero InSeong no
quería pegarle. InSeong quería pegarse a sí mismo, pegarse un buen porrazo en
la cabeza para ver si así se quedaba tonto y dejaba de pensar porque estaba
sumamente harto de pensar.
—No quiero
pegarte —respondió.
—¿Quieres
matarme? —preguntó SeungJun, él negó lentamente—. ¿Me odias?
—¿Cómo iba a
odiarte? —murmuró en respuesta—. ¿Por qué iba a odiarte?
Después de que JaeYoon
lo hubiera hecho pensar en ello, InSeong se había dado cuenta de que no odiaba
a SeungJun de ninguna forma, ni antes del beso, ni después… al principio le
había molestado su presencia, al principio lo había querido fuera de su vida
más pronto que tarde; pero aquello había cambiado y aun después de llevarse su
primer beso y sin preguntar antes si podía hacerlo, InSeong seguía sin odiarlo.
—Me quitas un
peso de encima… —dijo el otro, exhalando un suspiro—. Sé que tienes que estar
confuso y cansado porque han sido demasiadas cosas, así que, vamos a hacer lo
más sensato, ¿vale? —comentó—. Vamos a dormir, vamos a descansar y vamos a
dejar esto por ahora, mañana tendremos tiempo para hablar de ello.
InSeong asintió.
Lo mejor era que descansaran para poder las cosas con otra perspectiva, para
que pudieran consultar con la almohada las próximas cosas a decir, así que,
ambos se tumbaron en la cama que era un poco más grande que la que InSeong
tenía en su habitación y en la que podían dormir un poco más holgados que de
costumbre, pero como de costumbre, el chico sintió unos brazos largos rodear su
cintura y un cuerpo cálido apretarse contra su espalda y se sintió como si
estuviera en casa. InSeong cerró los ojos, tratando de conciliar el sueño,
aunque pensaba que éste tardaría en venir, pero antes de que se diera cuenta, el
sueño ya lo había vencido por completo.
A la mañana
siguiente el chico se despertó simplemente porque escuchó muchas voces hablar cerca
de él, pero sin ubicar exactamente a quiénes pertenecían al principio. Poco a
poco, se fue despertando más y más hasta que pudo identificar las voces como la
de su madre, el señor Park y SeungJun, así que abrió sus ojos, asustado, porque
estaba durmiendo en la cama de una persona que acababa de tener un accidente de
tráfico, una persona que además era un chico y que, a ojos legales era ahora su
hermanastro y se incorporó lo más rápido que pudo.
—¿Te hemos
despertado, cariño? —le dijo su madre—. Lo sentimos.
InSeong observó
los rostros de todos y no vio ninguna señal de reproche a que se hubiera
despertado en la cama de una persona convaleciente, algo que lo extrañó un
poco, pero supuso que el susto del accidente habría opacado cualquier otra cosa
y que encontrarlos durmiendo juntos no había sido ningún shock porque probablemente
los dos se habrían sentido aliviados porque SeungJun estuviera bien y porque él
se hubiera quedado junto a él para cuidarlo en el hospital. Al menos eso era lo
que a InSeong le parecía más lógico que hubiera pasado, no se le ocurría otra
cosa más lógica.
En ese momento,
el chico sintió cómo la mano de SeungJun rozaba la suya bajo las sábanas de la
cama y, por un instante, sintió la necesidad de apartarla, pero después de ver
la sonrisa que el otro le dedicó antes de comenzar a contarles a sus padres cómo
él había estado allí con él desde el principio y lo había ayudado, ese impulso
se detuvo. Ambos tenían que hablar de muchísimas cosas e InSeong tenía que
pensar muy bien todo aquello, tenía que darle vueltas a todo lo que había sucedido
entre ellos y a cómo se sentía en el fondo sobre ello.
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