Título: Crush
Autora: Riz Aino
Pareja:
DoubleHyun (JaeHyun + DongHyun) (Golden Child)
Clasificación: PG
Géneros:
AU, high school, romance, fluff
Número de palabras: 912 palabras
Resumen: JaeHyun tiene un crush
enorme con DongHyun, uno de los chicos que forma parte del club de baile del
instituto.
Notas: el drabble no tiene nada que ver con la canción homónima,
solo he cogido el título y he hecho con ella un poco lo que me ha dado la gana.
Comentario de
autora: probablemente a pocos os
guste este ship, pero a mí me da la vida cada vez que hacen algo juntos siendo
bonitos, son demasiado cuquis para mí. Espero que os guste.
Crush
La
primera vez que JaeHyun vio a su crush
fue a través del cristal de la puerta de la sala que tenían reservada los
alumnos del club de baile. El chico había salido tarde de las actividades de su
propio club y, mientras caminaba por el pasillo, escuchó salir de aquella sala
una canción que le gustaba bastante, por lo que, casi sin darse cuenta de lo
que hacía, se acercó hasta la puerta de la sala y se asomó por la pequeña
ventana rectangular que había en ella, viendo cómo un chico bailaba en el
centro de la habitación, cara al espejo. JaeHyun se sintió completamente
embelesado desde el principio, sin poder apartar la mirada de aquel chico, de
sus movimientos fluidos, preciosos y muy rápidos, siguiendo el ritmo de la
canción que resonaba en la sala y en el pasillo. JaeHyun solo pudo reaccionar,
solo pudo volver a pensar y salir de su trance cuando la música dejó de sonar y
el chico que había estado observando se tumbó en el suelo, con su pecho
subiendo y bajando rápidamente mientras tomaba aire.
Aquella
había sido la primera vez que JaeHyun había visto a su crush, pero no había sido la última.
Desde aquel
día, JaeHyun comenzó a quedarse hasta más tarde en el instituto solo para poder
ver bailar a aquel muchacho a través del cristal de la puerta. Todos y cada uno
de los días de la semana que tenía actividades extraescolares, JaeHyun hacía
aquello, convirtiéndose en un hábito para él y haciendo que, el día que no
podía pasar un rato observándolo, se le hiciera completamente insoportable,
como si estuviera experimentando el síndrome de la abstinencia. Pero cada
oportunidad que tenía de verlo, el chico se quedaba completamente embelesado
por sus movimientos, como si fuera la imagen viva del ritmo, como si lo llevara
en las venas, porque cada canción, cada estilo, cada baile lo hacía suyo y lo
bordaba… y JaeHyun se quedaba totalmente embelesado mientras lo observaba.
Sin
embargo, observarlo no había sido lo único que había hecho, ya que JaeHyun
había aprovechado sus contactos en el instituto para preguntar de una forma “desinteresada”
por aquel chico, descubriendo muchas cosas sobre éste. JaeHyun aprendió que se
llamaba Kim DongHyun, que iba a su mismo curso, pero a una clase diferente, que
le encantaba bailar y se quería dedicar profesionalmente a ello; también
aprendió que los deportes se le daban bien y que algunas otras asignaturas se
le daban especialmente bien, mientras que en otras era un caos, aprendió que
era un chico encantador que sonreía como los ángeles o que se llevaba muy bien
con algunos chicos de cursos superiores.
JaeHyun aprendió muchísimas
cosas sobre su crush en muy poco
tiempo, mientras seguía observándolo a través del cristal… pero JaeHyun no
había aprendido que el chico era muy observador, no había aprendido que se
fijaba en los detalles y que, por lo tanto, hacía tiempo que lo había cazado mirándolo
por el cristal, pero estaba esperando el momento oportuno para hacérselo saber.
No obstante, JaeHyun no tuvo que esperar demasiado tiempo para aprender aquello
de DongHyun.
En una
de las tardes que se había quedado más de lo necesario en su club simplemente
para poder ver cómo el otro chico ensayaba, cuando JaeHyun se asomó a la sala a
través del rectangular cristal, no pudo ver al chico bailando al ritmo de la
música que resonaba en el lugar, como siempre. Aquello lo extrañó, pero pensó
que el otro habría salido para algo y que él justo había llegado en el momento
en el que no estaba. Por ese motivo, dejó escapar un suspiro de resignación
porque no lo había podido ver y se dio la vuelta para emprender su camino a
casa; sin embargo, al girarse, JaeHyun se sobresaltó porque justo tras él se
encontraba DongHyun.
—No
hace falta que me espíes a escondidas —le dijo el chico—. Siempre que quieras
puedes entrar a verme bailar directamente, porque así, yo también podría verte
directamente durante todo el tiempo.
DongHyun
le guiñó un ojo después de aquellas palabras y el corazón de JaeHyun se saltó
un latido antes de comenzar a zumbar rápidamente dentro de su pecho, sin poder
creerse que su crush le hubiera dirigido
la palabra y sin poder creer que éste hubiera “ligado” con él. Pero JaeHyun
acabó por creérselo porque, a partir de aquel día, ya no tuvo que conformarse
con solo observar al otro a través del cristal de la puerta, sino que pudo
comenzar a hacerlo dentro de la sala, de camino a casa, de camino al instituto,
en los almuerzos y en los fines de semana.
Notas finales:
—Después
de la sersualidad del anterior me apetecía hacer algo más cuqui aunque quedara
un poquitín más corto.
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