Título: Graduation
Autora: Riz Aino
Pareja: 2Park (Park
WooJin + Park JiHoon) (Wanna One)
Calificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, fluff
Número de palabras:
2.630 palabras
Resumen:
el instituto es una parte muy importante en la vida de los jóvenes y graduarse
marca el inicio de algo nuevo.
Aclaraciones:
esta es la primera de las tres partes de la historia Adulthood. La segunda será
“First times” y la tercera “Flower road”.
Notas: historia
inspirada en el vlive que hicieron en el día de su graduación… y en este día en
general. Aquí podéis verlo con subtítulos.
Comentario de autora:
el año y los meses que Wanna One han estado juntos ha sido un tiempo muy
especial y, es por ese motivo, que me decidí a hacer esto. Espero que os guste
esta primera historia (y que las otras dos que quedan os gusten más y más).
Graduation
El acto de graduación se había
alargado un poco más de lo que debía haberlo hecho por diversos problemas
técnicos, pero a JiHoon no le había importado en lo más mínimo porque así había
podido disfrutar un poco más de aquel momento. Aquel era su último día en el
instituto, el último día que iba a pisar aquellos terrenos, que iba a estar en
el gimnasio, que iba a pasear por los pasillos del edificio, que iba a comer en
la cafetería o que iba a dar vueltas al patio por llegar tarde por las mañanas.
Su etapa en el instituto había acabado, había dejado de ser un adolescente y
ahora era un adulto, una nueva persona que iba a tener que preocuparse por
muchas cosas más aparte de los estudios y de estar con sus amigos; iba a tener
muchas más responsabilidades y muchos más quehaceres. JiHoon iba a echar
muchísimo de menos aquella etapa de su vida, pero también estaba expectante por
ver qué era lo que le esperaba en la siguiente, qué era lo que se sentía en el
nuevo mundo que estaba por llegarle. Por todo aquello, el chico disfrutó de la
ceremonia de graduación a pesar de que ésta se hubiera alargado más de lo
necesario, porque aquellos iban a ser sus últimos recuerdos de aquella etapa de
su vida.
Cuando finalmente la ceremonia
finalizó y los alumnos y sus familias salieron del instituto, JiHoon se juntó
con sus amigos y se hizo un montón de fotos con todos ellos, fotos decentes que
podrían enseñarse y fotos con muchos caretos raros en ellas que quedarían para
la posteridad como memes que pasarse por el grupo que compartían y al que le
darían mucho más uso porque a partir de aquel día no se podrían ver cada día de
sus vidas porque cada uno iba a hacer una cosa diferente con su vida a partir
de aquel momento. Esa era una de las cosas que más entristecía a JiHoon, no poder
estar junto a sus amigos como hasta aquel momento, viéndose cada día en el
instituto; pero, aunque cada uno seguiría su propio camino, el chico sabía que
no iban a dejar de estar en contacto porque habían forjado una amistad que
seguiría adelante a pesar de que ya no se pudieran ver cada día. El chico
también se hizo un montón de fotos con profesores y otros compañeros y
compañeras de clase con los que no hablaba asiduamente, pero a los que les
tenía mucho cariño e iba a echar de menos y, sobre todo, se hizo muchas fotos
con sus padres, orgullosos de que su hijo se hubiera graduado, pero también
bastante ocupados porque solo habían podido escaparse un rato del trabajo para
ir a verlo y darle un ramo de flores.
Mientras JiHoon se encontraba en el
patio junto a sus amigos, arrastrando lo máximo posible la despedida del
instituto porque ninguno quería irse de allí después de que sus padres se
hubieran ido de vuelta al trabajo con la promesa de que por la noche comerían
algo rico, el chico sintió cómo unos brazos rodeaban su cintura desde atrás y
un cuerpo conocido se pegaba a su espalda, transmitiéndole algo de calor e
impregnando sus fosas nasales con el olor familiar de su mejor amigo. JiHoon se
sobresaltó porque no había esperado el abrazo y sobre todo porque no había
esperado que el chico apareciera por allí cuando aquel día era también el de su
graduación y le había dicho anteriormente que no se iban a poder ver. no
obstante, allí estaba abrazándolo fuertemente contra su cuerpo, haciendo que
una sonrisa enorme se instalara en el rostro de JiHoon.
—Enhorabuena por tu graduación —le dijo al oído
el otro, alzando una de sus manos para que JiHoon viera que le había llevado un
ramo de flores—. Creía que no te iba a encontrar aquí todavía y que iba a tener
que correr a casa.
Sus amigos les dedicaron un par de
sonrisas y movimientos insinuantes de cejas por cómo ambos se encontraban, pero
JiHoon no les hizo ningún caso a los chicos y simplemente se volvió en los
brazos de WooJin para poder verlo y dedicarle una sonrisa en agradecimiento,
para después pasar sus brazos por su cuello y devolverle el fuerte abrazo que
estaba recibiendo.
—Enhorabuena a ti también —le respondió—. No
esperaba que vinieras, se suponía que ibas a comer con tus padres.
—Cambio de planes —comentó el chico—. Mi
ceremonia ha acabado muy pronto y al final vamos a cenar todos juntos esta
noche, con tus padres y los míos, así que he decidido pasarme por aquí para
llevarte a comer.
JiHoon escuchó los murmullos de sus
amigos en respuesta a aquello y quiso pegarles porque llevaban bastante tiempo
con la cantinela de que WooJin y él debían casarse porque en vez de amigos de
toda la vida parecían novios. Sin embargo, WooJin y él eran solamente amigos,
amigos desde hacía muchísimo tiempo y muy cariñosos el uno con el otro porque
solo habían sido ellos dos durante la mayor parte de sus vidas —hasta que cada uno
había sido admitido en un instituto diferente y habían tenido que ampliar su
mundo—. Para sus amigos no era así, obviamente, así que, en cuanto se separó
del cálido abrazo de WooJin en aquella fría mañana, se dedicó a pegar a sus
amigos para que dejaran de insinuar cosas hasta que éstos se empezaron a quejar
de que les dolían los brazos. Después de eso, los abrazó fuertemente a todos
para despedirse de ellos aquel día, aunque no quería hacerlo realmente porque
iba a pasar un tiempo antes de que pudieran verse de nuevo todos de aquella
forma; pero la promesa de la comida con WooJin era muy tentadora, así que, era
lo que tocaba hacer —igualmente, sus amigos tendrían que comer con sus padres y
celebrar aquel día—.
Con sus hombros pegados el uno al
del otro, ambos salieron de los terrenos del instituto de JiHoon y se
dirigieron a la parada de autobús más cercana para coger el bus que los dejaba
más cerca de casa, donde podrían comer en un restaurante tranquilo que había
allí y en el que seguro que acabarían consiguiendo comida gratis porque la
mujer que lo llevaba los adoraba y era su graduación, así que el chico estaba
expectante por lo mucho que podría comer y lo poco que tendría que pagar por
ello. Cuando llegó el autobús, tan solo unos minutos después de que ambos
llegaran a la parada, se montaron y buscaron un lugar en el que ambos se pudieran
sentar juntos y JiHoon se puso en el asiento de la ventana, colocando sus dos
ramos de flores de forma que no les pasara nada y WooJin se dejó caer junto a
él, pegándose lo más posible a su cuerpo con una sonrisa enorme en su rostro.
Entre JiHoon y WooJin el espacio
personal nunca había existido, siempre habían estado invadiendo el uno el del
otro lo máximo que podían. JiHoon sabía por las miradas que recibían de las
personas y por las bromas de sus amigos que aquello no era lo más normal entre
dos amigos, pero para ambos aquello era lo natural, lo único que podían hacer
estando el uno con el otro, se viera aquello como se viera desde fuera y JiHoon
disfrutaba de la cercanía de WooJin, disfrutaba de cómo sus cuerpos se
amoldaban el uno al otro, aunque jamás lo admitiría en voz alta porque eso
quizás acabaría con la relación que ambos tenían, demasiado cerca de la línea
de una relación romántica, pero sin llegar a cruzarla nunca.
—Voy a echar de menos el instituto —murmuró
WooJin, dejando caer su cabeza en el hombro de JiHoon—, pero quiero empezar la
universidad ya para poder vivir contigo.
—A mí me pasa igual —respondió JiHoon.
Echaría muchísimo de menos todo lo
que había supuesto aquella etapa de su vida, echaría de menos el instituto, no
poder ver a sus amigos cada día, pero estaba demasiado expectante por comenzar
su vida universitaria y vivir junto a WooJin, ya que habían sido aceptados
ambos en el mismo campus y se habían agenciado la misma habitación en la misma
residencia para poder estar juntos. JiHoon no sabía cómo acabaría aquello, si
podría salir bien vivir junto a la persona que adoraba con toda su alma, pero
él quería intentarlo, quería estar con WooJin el máximo tiempo posible y no
podía desaprovechar aquella oportunidad que les había dado la vida.
—Deberíamos hacer el viaje que queríamos antes
de empezar con las clases de nuevo —dijo WooJin—. A Hadong.
—Estaría bien, deberíamos planearlo —respondió.
WooJin alzó su cabeza de su hombro y
comenzó a mirar en su teléfono cosas que se podían hacer en el lugar y el viaje
hasta casa en el autobús se les hizo demasiado corto mientras planeaban lo que
querían hacer, demasiadas cosas quizás para el poco presupuesto que tenían,
pero irían viendo y descartando un poco más adelante. Al bajarse del autobús se
dirigieron directamente hasta el restaurante para comer y fueron recibidos con
grandes abrazos por la señora que regentaba el local y felicitaciones intensas
por sus graduaciones, con la promesa de carne de calidad gratis. A JiHoon se le
iluminó el rostro al escuchar aquello y mientras se sentaron en un lugar
apartado para seguir hablando del viaje sin molestar a los demás clientes,
mientras esperaban por la carne y que se calentara la parrilla.
En el local hacía calor, al
contrario que en la calle, por lo que WooJin, que siempre había sido muy
caluroso, se quitó además del abrigo la chaqueta del uniforme, quedándose
simplemente con la camisa blanca que llevaba debajo y JiHoon no pudo evitar
quedarse mirando la chaqueta de color marino, que contrastaba enormemente con
las suya de color amarillo brillante. El color de sus uniformes contrastaba
casi tanto como el color de sus personalidades, porque JiHoon siempre había
sido más brillante y encantador y WooJin mucho más tímido y metido en su mundo.
—¿Quieres probártela? —le preguntó WooJin,
señalando su chaqueta, al darse cuenta de lo mucho que la había estado
observando JiHoon.
—¿Por qué no? —murmuró él—. Seré de Hanlim por
un día.
WooJin le dedicó una sonrisa
encantadora y le pasó la chaqueta por encima de la mesa, pidiéndole además que
le diera la chaqueta de su uniforme para intercambiárselas, así que, JiHoon se
quitó la suya y se la pasó a su amigo y ambos se pusieron las del otro y se
miraron después de tenerlas colocadas. Era extraño ver a WooJin con la chaqueta
amarilla, demasiado extraño, pero estaba demasiado guapo con ella y JiHoon no
pudo evitar sonreír, pero sentirse algo triste a la vez recordando cómo habían
tenido que separarse y no poder ir juntos al mismo instituto. Sin embargo, el
chico mandó aquellos pensamientos a lo más profundo de su mente y enfocarse en
otra cosa.
—¿Cómo se siente ser de SOPA por un día? —le
cuestionó a WooJin.
—Raro —respondió él.
—Yo también me siento raro así vestido —comentó
JiHoon.
Sin embargo, las sonrisas no desaparecieron
de sus rostros mientras se observaron el uno al otro con el uniforme que
siempre habían visto en el contrario. Era raro, pero a la vez era algo
maravilloso de ver, al menos así lo sentía JiHoon, y no quería volver a
intercambiar su chaqueta en todo el tiempo que estuvieran comiendo allí. WooJin
se debía de sentir de aquella misma forma porque su amigo no dejó de mirarlo
fijamente y JiHoon comenzó a notar cómo sus mejillas y la punta de sus orejas
debían de estar poniéndose de color rojo brillante, como uno de los jerséis
oversized que solía vestir.
—¿Qué pasa? —le preguntó—. ¿Tengo algo en la
cara? —WooJin negó con su cabeza y le dedicó una sonrisa aún más encantadora—.
¿Entonces?
—Solo creo que estás demasiado guapo con mi
chaqueta —replicó.
JiHoon notó cómo su cara se
calentaba por completo y debía de parecer un farolillo en aquellos momentos
tras lo que le había dicho WooJin porque los cumplidos como esos nunca habían
estado a la orden del día entre ellos, normalmente se molestaban y se decían al
uno al otro que eran los más feos y que tenían suerte de ser amigos porque
nadie los querría siendo tan feos. Era extraño escuchar aquello de parte de
WooJin y el corazón de JiHoon reaccionó latiendo de manera arrítmica dentro de
su pecho mientras su cara expresaba una gran confusión por esas palabras. Su
amigo se rio de forma nerviosa y después se tapó la cara con las manos, como si
no pudiera creerse lo que acababa de decir.
—No quería decirlo en voz alta —murmuró WooJin—,
pero creo que me da pie para decirte algo que llevo tiempo queriendo decirte…
aunque me da miedo tu reacción.
JiHoon se sintió completamente
confuso. No entendía nada y quiso preguntarle al otro qué era lo que quería
decirle que no hubiera podido, pero antes de que pudiera abrir la boca, WooJin
comenzó a hablar de nuevo.
—Igual me odias después de esto, pero me
prometí que te lo diría después de que nos graduáramos, así que, voy a hacerlo
antes de que me arrepienta —dijo, y después cogió aire para seguir hablando—.
Me gustas mucho, JiHoonnie… mucho más que como amigo… desde hace tiempo… pero
no quería estropear nuestra amistad…
El corazón de JiHoon se saltó un
latido y después comenzó a latir mucho más fuerte al escuchar aquella
declaración, el chico tuvo ganas de llorar por aquello, pero se contuvo. Ni en
sus mejores sueños habría pensado que WooJin le pudiera decir algo como aquello
porque siempre había creído que sus sentimientos estaban equivocados, que no
eran más que amigos, que con el chico no iba a tener nada más que amistad y que
se iba a tener que tragar sus verdaderos sentimientos… pero no era así.
—Antes de que digas nada… yo… —comenzó WooJin,
pero JiHoon lo calló inmediatamente porque él también tenía cosas que decir.
—Yo también —dijo—. Yo también me siento de la
misma forma.
WooJin lo observó con los ojos como
platos durante unos momentos, pero después comenzó a reír y JiHoon se sintió
completamente aliviado, como si le hubieran quitado un gran peso de los hombros
que no sabía que había tenido hasta aquel momento. Ambos habían sido demasiado
tontos y deberían hablar mucho de aquello, de cómo todo iba a cambiar sus vidas
después de aquello, pero en ese momento la comida comenzó a llegar y ambos la
priorizaron. Tendrían tiempo para hablar más tarde de la nueva etapa de sus
vidas que comenzaba, por el momento, darle fin con aquella comida a la anterior
era lo más importante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario