martes, 20 de noviembre de 2018

[One Shot] Adulthood: Graduation {2Park}


Título: Graduation
Autora: Riz Aino
Pareja: 2Park (Park WooJin + Park JiHoon) (Wanna One)
Calificación: PG–13
Géneros: AU, romance, fluff
Número de palabras: 2.630 palabras
Resumen: el instituto es una parte muy importante en la vida de los jóvenes y graduarse marca el inicio de algo nuevo.
Aclaraciones: esta es la primera de las tres partes de la historia Adulthood. La segunda será “First times” y la tercera “Flower road”.
Notas: historia inspirada en el vlive que hicieron en el día de su graduación… y en este día en general. Aquí podéis verlo con subtítulos.
Comentario de autora: el año y los meses que Wanna One han estado juntos ha sido un tiempo muy especial y, es por ese motivo, que me decidí a hacer esto. Espero que os guste esta primera historia (y que las otras dos que quedan os gusten más y más).

Graduation

            El acto de graduación se había alargado un poco más de lo que debía haberlo hecho por diversos problemas técnicos, pero a JiHoon no le había importado en lo más mínimo porque así había podido disfrutar un poco más de aquel momento. Aquel era su último día en el instituto, el último día que iba a pisar aquellos terrenos, que iba a estar en el gimnasio, que iba a pasear por los pasillos del edificio, que iba a comer en la cafetería o que iba a dar vueltas al patio por llegar tarde por las mañanas. Su etapa en el instituto había acabado, había dejado de ser un adolescente y ahora era un adulto, una nueva persona que iba a tener que preocuparse por muchas cosas más aparte de los estudios y de estar con sus amigos; iba a tener muchas más responsabilidades y muchos más quehaceres. JiHoon iba a echar muchísimo de menos aquella etapa de su vida, pero también estaba expectante por ver qué era lo que le esperaba en la siguiente, qué era lo que se sentía en el nuevo mundo que estaba por llegarle. Por todo aquello, el chico disfrutó de la ceremonia de graduación a pesar de que ésta se hubiera alargado más de lo necesario, porque aquellos iban a ser sus últimos recuerdos de aquella etapa de su vida.


            Cuando finalmente la ceremonia finalizó y los alumnos y sus familias salieron del instituto, JiHoon se juntó con sus amigos y se hizo un montón de fotos con todos ellos, fotos decentes que podrían enseñarse y fotos con muchos caretos raros en ellas que quedarían para la posteridad como memes que pasarse por el grupo que compartían y al que le darían mucho más uso porque a partir de aquel día no se podrían ver cada día de sus vidas porque cada uno iba a hacer una cosa diferente con su vida a partir de aquel momento. Esa era una de las cosas que más entristecía a JiHoon, no poder estar junto a sus amigos como hasta aquel momento, viéndose cada día en el instituto; pero, aunque cada uno seguiría su propio camino, el chico sabía que no iban a dejar de estar en contacto porque habían forjado una amistad que seguiría adelante a pesar de que ya no se pudieran ver cada día. El chico también se hizo un montón de fotos con profesores y otros compañeros y compañeras de clase con los que no hablaba asiduamente, pero a los que les tenía mucho cariño e iba a echar de menos y, sobre todo, se hizo muchas fotos con sus padres, orgullosos de que su hijo se hubiera graduado, pero también bastante ocupados porque solo habían podido escaparse un rato del trabajo para ir a verlo y darle un ramo de flores.

            Mientras JiHoon se encontraba en el patio junto a sus amigos, arrastrando lo máximo posible la despedida del instituto porque ninguno quería irse de allí después de que sus padres se hubieran ido de vuelta al trabajo con la promesa de que por la noche comerían algo rico, el chico sintió cómo unos brazos rodeaban su cintura desde atrás y un cuerpo conocido se pegaba a su espalda, transmitiéndole algo de calor e impregnando sus fosas nasales con el olor familiar de su mejor amigo. JiHoon se sobresaltó porque no había esperado el abrazo y sobre todo porque no había esperado que el chico apareciera por allí cuando aquel día era también el de su graduación y le había dicho anteriormente que no se iban a poder ver. no obstante, allí estaba abrazándolo fuertemente contra su cuerpo, haciendo que una sonrisa enorme se instalara en el rostro de JiHoon.

            —Enhorabuena por tu graduación —le dijo al oído el otro, alzando una de sus manos para que JiHoon viera que le había llevado un ramo de flores—. Creía que no te iba a encontrar aquí todavía y que iba a tener que correr a casa.

            Sus amigos les dedicaron un par de sonrisas y movimientos insinuantes de cejas por cómo ambos se encontraban, pero JiHoon no les hizo ningún caso a los chicos y simplemente se volvió en los brazos de WooJin para poder verlo y dedicarle una sonrisa en agradecimiento, para después pasar sus brazos por su cuello y devolverle el fuerte abrazo que estaba recibiendo.

            —Enhorabuena a ti también —le respondió—. No esperaba que vinieras, se suponía que ibas a comer con tus padres.
            —Cambio de planes —comentó el chico—. Mi ceremonia ha acabado muy pronto y al final vamos a cenar todos juntos esta noche, con tus padres y los míos, así que he decidido pasarme por aquí para llevarte a comer.

            JiHoon escuchó los murmullos de sus amigos en respuesta a aquello y quiso pegarles porque llevaban bastante tiempo con la cantinela de que WooJin y él debían casarse porque en vez de amigos de toda la vida parecían novios. Sin embargo, WooJin y él eran solamente amigos, amigos desde hacía muchísimo tiempo y muy cariñosos el uno con el otro porque solo habían sido ellos dos durante la mayor parte de sus vidas —hasta que cada uno había sido admitido en un instituto diferente y habían tenido que ampliar su mundo—. Para sus amigos no era así, obviamente, así que, en cuanto se separó del cálido abrazo de WooJin en aquella fría mañana, se dedicó a pegar a sus amigos para que dejaran de insinuar cosas hasta que éstos se empezaron a quejar de que les dolían los brazos. Después de eso, los abrazó fuertemente a todos para despedirse de ellos aquel día, aunque no quería hacerlo realmente porque iba a pasar un tiempo antes de que pudieran verse de nuevo todos de aquella forma; pero la promesa de la comida con WooJin era muy tentadora, así que, era lo que tocaba hacer —igualmente, sus amigos tendrían que comer con sus padres y celebrar aquel día—.

            Con sus hombros pegados el uno al del otro, ambos salieron de los terrenos del instituto de JiHoon y se dirigieron a la parada de autobús más cercana para coger el bus que los dejaba más cerca de casa, donde podrían comer en un restaurante tranquilo que había allí y en el que seguro que acabarían consiguiendo comida gratis porque la mujer que lo llevaba los adoraba y era su graduación, así que el chico estaba expectante por lo mucho que podría comer y lo poco que tendría que pagar por ello. Cuando llegó el autobús, tan solo unos minutos después de que ambos llegaran a la parada, se montaron y buscaron un lugar en el que ambos se pudieran sentar juntos y JiHoon se puso en el asiento de la ventana, colocando sus dos ramos de flores de forma que no les pasara nada y WooJin se dejó caer junto a él, pegándose lo más posible a su cuerpo con una sonrisa enorme en su rostro.

            Entre JiHoon y WooJin el espacio personal nunca había existido, siempre habían estado invadiendo el uno el del otro lo máximo que podían. JiHoon sabía por las miradas que recibían de las personas y por las bromas de sus amigos que aquello no era lo más normal entre dos amigos, pero para ambos aquello era lo natural, lo único que podían hacer estando el uno con el otro, se viera aquello como se viera desde fuera y JiHoon disfrutaba de la cercanía de WooJin, disfrutaba de cómo sus cuerpos se amoldaban el uno al otro, aunque jamás lo admitiría en voz alta porque eso quizás acabaría con la relación que ambos tenían, demasiado cerca de la línea de una relación romántica, pero sin llegar a cruzarla nunca.

            —Voy a echar de menos el instituto —murmuró WooJin, dejando caer su cabeza en el hombro de JiHoon—, pero quiero empezar la universidad ya para poder vivir contigo.
            —A mí me pasa igual —respondió JiHoon.

            Echaría muchísimo de menos todo lo que había supuesto aquella etapa de su vida, echaría de menos el instituto, no poder ver a sus amigos cada día, pero estaba demasiado expectante por comenzar su vida universitaria y vivir junto a WooJin, ya que habían sido aceptados ambos en el mismo campus y se habían agenciado la misma habitación en la misma residencia para poder estar juntos. JiHoon no sabía cómo acabaría aquello, si podría salir bien vivir junto a la persona que adoraba con toda su alma, pero él quería intentarlo, quería estar con WooJin el máximo tiempo posible y no podía desaprovechar aquella oportunidad que les había dado la vida.

            —Deberíamos hacer el viaje que queríamos antes de empezar con las clases de nuevo —dijo WooJin—. A Hadong.
            —Estaría bien, deberíamos planearlo —respondió.

            WooJin alzó su cabeza de su hombro y comenzó a mirar en su teléfono cosas que se podían hacer en el lugar y el viaje hasta casa en el autobús se les hizo demasiado corto mientras planeaban lo que querían hacer, demasiadas cosas quizás para el poco presupuesto que tenían, pero irían viendo y descartando un poco más adelante. Al bajarse del autobús se dirigieron directamente hasta el restaurante para comer y fueron recibidos con grandes abrazos por la señora que regentaba el local y felicitaciones intensas por sus graduaciones, con la promesa de carne de calidad gratis. A JiHoon se le iluminó el rostro al escuchar aquello y mientras se sentaron en un lugar apartado para seguir hablando del viaje sin molestar a los demás clientes, mientras esperaban por la carne y que se calentara la parrilla.

            En el local hacía calor, al contrario que en la calle, por lo que WooJin, que siempre había sido muy caluroso, se quitó además del abrigo la chaqueta del uniforme, quedándose simplemente con la camisa blanca que llevaba debajo y JiHoon no pudo evitar quedarse mirando la chaqueta de color marino, que contrastaba enormemente con las suya de color amarillo brillante. El color de sus uniformes contrastaba casi tanto como el color de sus personalidades, porque JiHoon siempre había sido más brillante y encantador y WooJin mucho más tímido y metido en su mundo.

            —¿Quieres probártela? —le preguntó WooJin, señalando su chaqueta, al darse cuenta de lo mucho que la había estado observando JiHoon.
            —¿Por qué no? —murmuró él—. Seré de Hanlim por un día.

            WooJin le dedicó una sonrisa encantadora y le pasó la chaqueta por encima de la mesa, pidiéndole además que le diera la chaqueta de su uniforme para intercambiárselas, así que, JiHoon se quitó la suya y se la pasó a su amigo y ambos se pusieron las del otro y se miraron después de tenerlas colocadas. Era extraño ver a WooJin con la chaqueta amarilla, demasiado extraño, pero estaba demasiado guapo con ella y JiHoon no pudo evitar sonreír, pero sentirse algo triste a la vez recordando cómo habían tenido que separarse y no poder ir juntos al mismo instituto. Sin embargo, el chico mandó aquellos pensamientos a lo más profundo de su mente y enfocarse en otra cosa.

            —¿Cómo se siente ser de SOPA por un día? —le cuestionó a WooJin.
            —Raro —respondió él.
            —Yo también me siento raro así vestido —comentó JiHoon.

            Sin embargo, las sonrisas no desaparecieron de sus rostros mientras se observaron el uno al otro con el uniforme que siempre habían visto en el contrario. Era raro, pero a la vez era algo maravilloso de ver, al menos así lo sentía JiHoon, y no quería volver a intercambiar su chaqueta en todo el tiempo que estuvieran comiendo allí. WooJin se debía de sentir de aquella misma forma porque su amigo no dejó de mirarlo fijamente y JiHoon comenzó a notar cómo sus mejillas y la punta de sus orejas debían de estar poniéndose de color rojo brillante, como uno de los jerséis oversized que solía vestir.

            —¿Qué pasa? —le preguntó—. ¿Tengo algo en la cara? —WooJin negó con su cabeza y le dedicó una sonrisa aún más encantadora—. ¿Entonces?
            —Solo creo que estás demasiado guapo con mi chaqueta —replicó.

            JiHoon notó cómo su cara se calentaba por completo y debía de parecer un farolillo en aquellos momentos tras lo que le había dicho WooJin porque los cumplidos como esos nunca habían estado a la orden del día entre ellos, normalmente se molestaban y se decían al uno al otro que eran los más feos y que tenían suerte de ser amigos porque nadie los querría siendo tan feos. Era extraño escuchar aquello de parte de WooJin y el corazón de JiHoon reaccionó latiendo de manera arrítmica dentro de su pecho mientras su cara expresaba una gran confusión por esas palabras. Su amigo se rio de forma nerviosa y después se tapó la cara con las manos, como si no pudiera creerse lo que acababa de decir.

            —No quería decirlo en voz alta —murmuró WooJin—, pero creo que me da pie para decirte algo que llevo tiempo queriendo decirte… aunque me da miedo tu reacción.

            JiHoon se sintió completamente confuso. No entendía nada y quiso preguntarle al otro qué era lo que quería decirle que no hubiera podido, pero antes de que pudiera abrir la boca, WooJin comenzó a hablar de nuevo.

            —Igual me odias después de esto, pero me prometí que te lo diría después de que nos graduáramos, así que, voy a hacerlo antes de que me arrepienta —dijo, y después cogió aire para seguir hablando—. Me gustas mucho, JiHoonnie… mucho más que como amigo… desde hace tiempo… pero no quería estropear nuestra amistad…

            El corazón de JiHoon se saltó un latido y después comenzó a latir mucho más fuerte al escuchar aquella declaración, el chico tuvo ganas de llorar por aquello, pero se contuvo. Ni en sus mejores sueños habría pensado que WooJin le pudiera decir algo como aquello porque siempre había creído que sus sentimientos estaban equivocados, que no eran más que amigos, que con el chico no iba a tener nada más que amistad y que se iba a tener que tragar sus verdaderos sentimientos… pero no era así.

            —Antes de que digas nada… yo… —comenzó WooJin, pero JiHoon lo calló inmediatamente porque él también tenía cosas que decir.
            —Yo también —dijo—. Yo también me siento de la misma forma.

            WooJin lo observó con los ojos como platos durante unos momentos, pero después comenzó a reír y JiHoon se sintió completamente aliviado, como si le hubieran quitado un gran peso de los hombros que no sabía que había tenido hasta aquel momento. Ambos habían sido demasiado tontos y deberían hablar mucho de aquello, de cómo todo iba a cambiar sus vidas después de aquello, pero en ese momento la comida comenzó a llegar y ambos la priorizaron. Tendrían tiempo para hablar más tarde de la nueva etapa de sus vidas que comenzaba, por el momento, darle fin con aquella comida a la anterior era lo más importante.

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