jueves, 17 de junio de 2021

[One Shot] bOss {WookSung}

Título: bOss

Autora: Riz Aino

Parejas: WookSung (Love + Nine) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, romance, smut, pwp

Numero de palabras: 3.072 palabras

Resumen: JiSung y WookJin a veces necesitan un pequeño estímulo para que el sexo no se haga monótono ni aburrido.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas basadas en el BDSM, si no os sentís cómodas con este tipo de lectura, salid por donde habéis entrado.

Notas: Love comentó en este OriOn que casi había estrangulado a Nine en uno de los ensayos y, sobre todo, lo que dice Nine al final me dieron esta idea.

Comentario de autora: desde que salió la coreografía de libidO y vi todo lo que hacían con las cintas estuve dándole vueltas a hacer algo de este estilo porque era muy necesario. Espero que os guste.

 


            —¡Daisy! Daisy! ¡Daisy! —grita WookJin, con el escaso aire que todavía le queda en sus pulmones.

 

            Inmediatamente, la presión en su cuello se afloja y el chico boquea en busca de aquel aire tan necesario que le ha faltado durante unos segundos. Su pecho sube y baja con rapidez y su corazón late dentro de su pecho completamente desbocado. Al menos, la palabra clave que acordaron antes de comenzar con aquello, ha servido para no morir de forma estúpida en un desastroso primer intento de BDSM con su pareja, lo cual lo alivia bastante, aunque tarda todavía un rato en volver a recuperar su estado normal y cuando lo hace, traga saliva para poder recobrar el habla.

 

            Honey, please be gentle —dice, en inglés, con el poco aire que ha podido recobrar, y con una sonrisa, divertido por la situación a pesar de que casi se queda sin aire por un error de cálculos.

 

            Ante él, JiSung suelta el aire que parece haber estado conteniendo todo aquel rato al ver que está lo suficientemente bien como parara bromear y se sube de rodillas a la cama con él para abrazarlo, estrechándolo con fuerza entre sus brazos. WookJin sabe que debe haber pasado miedo, pero él, de alguna forma, se siente excitado y quiere probarlo otra vez, de una forma quizás más suave… y mientras el mayor lo penetra, porque generalmente le falta el aire cuando lo hace, pero si le añaden aquel pequeño estímulo con aquel largo lazo negro de seda, será incluso mejor. Lo lleva pensando desde hace un tiempo y siempre lo ha querido probar, aunque después de aquel pequeño susto no sabe si JiSung quiere seguir adelante con aquello.

 

            Sus relaciones sexuales se habían vuelto bastante monótonas y aburridas, a pesar de que siempre han tratado de hacer cosas nuevas, buscar posturas nuevas, tratar de encontrar alguna zona erógena nueva en el otro… pero tras cuatro años de relación, las ideas se les habían acabado. Y WookJin propuso tratar algunas prácticas de BDSM. JiSung pareció encantado con la idea, siempre le había gustado dominar, tanto en la cama, como fuera de ella, aunque a veces perdiera la dominancia en cuestión de segundos, por eso lo habían querido probar, dar un nuevo giro de aquella forma a sus relaciones sexuales, un pequeño estímulo.

 

            —Lo siento —murmura JiSung en su oreja—. No creo que sea capaz de hacer esto bien, no quiero hacerte daño de nuevo.

 

            WookJin lo entiende. Es comprensible que tenga miedo de hacerle daño de nuevo si se pasa de fuerza, como antes, cuando estaban haciendo aquella pequeña prueba… y lo más probable es que suceda, porque cuando JiSung lo penetra, no tiene nada más en mente que el movimiento de sus caderas y sujetar su cuerpo con fuerza, hundiendo sus dedos en su carne. Si el lazo estuviera en sus manos y alrededor del cuello de WookJin, probablemente no lo contaría, así que, quizás era mejor desechar aquello de la lista de cosas que pueden hacer esa noche y centrarse en otras cosas, el BDSM no era solo breathplays, hay tantas y tantas formas de encontrar el placer en el dolor e innovar, que pueden probar cualquiera de ellas… aunque en el fondo, a WookJin aquello de ser casi estrangulado le ha gustado bastante y, si en algún momento JiSung se lo pregunta, no tendrá reparos en decírselo.

 

            —Podemos hacer otras cosas —contesta, provocando que JiSung se separe de él y lo mire durante unos momentos antes de preguntarle.

            —¿Quieres seguir después de esto?

            —Estoy… muy excitado —reconoce—. Así que esta noche quiero tu polla en mi culo.

 

            JiSung abre los ojos como platos al escucharlo decir aquello y, antes de que pueda hacer o decir nada, el mayor ya le ha dado un tortazo en el trasero con la mano abierta por el vocabulario que acaba de usar. JiSung tiene la mano bastante ligera siempre y WookJin tampoco se queda atrás, pero nunca le ha dado mientras estaban en una situación como aquella y el menor no sabe si es porque está un poco condicionado a que esa noche están tonteando con el BDSM o porque está descubriendo que le gusta el sadomasoquismo, pero aquel tortazo en el culo lo pone a cien y ahora solo quiere que JiSung siga.

 

            —Mmmm… spanking… —murmura, esbozando una de aquellas sonrisas pícaras suyas—. Puedes seguir si quieres.

 

            Y JiSung sí que le da otro tortazo, pero en aquella ocasión en el brazo. WookJin sabía de sobra que el mayor siempre ha sido algo impresionable, pero en la cama nunca se había asustado de algo que él dijera o le pidiera, de hecho, cuando le propuso lo del BDSM hacía tan solo unos días, le había encantado la idea. WookJin imagina que está reaccionando así porque la situación en la que se encuentran es completamente diferente a la de siempre y no se acostumbra a ella, como si le diera vergüenza o algo por el estilo. Eso lo extraña un poco porque ninguno de los dos ha tenido vergüenza nunca y no conocen siquiera el significado exacto de la palabra.

 

            Hyung… si te vas a poner nervioso como si esto fuera tu primera vez, te juro que ahora mismo cojo el lazo y te hago el breathplay a ti —dice WookJin.

            —No seas ridículo, WookJin —replica el mayor—. ¿Cuándo has podido dominarme tú a mí?

 

            La forma en la que JiSung dice aquello suena como a un reto en los oídos de WookJin. Siempre ha tratado de imponerse y nunca lo ha conseguido hacer de verdad porque cuando lo ha conseguido ha sido porque el mayor lo ha dejado y esa es una espinita que tiene clavada y que en aquellos momentos quizás por fin pueda sacarse. No obstante, en aquel momento él está muy excitado, lleva todo el día pensando en lo que iban a hacer esa noche y después del breathplay lo único que quiere es que JiSung siga tratando de dominarlo y de jugar con él con las cosas que han preparado. Es por eso que WookJin lleva su mano izquierda al trasero de JiSung y agarra su glúteo, con fuerza, aprovechando que el mayor tiene algo de carne donde agarrar, sorprendiéndolo con su acción. Pero aquello no es todo, porque con su mano derecha le agarra su miembro también fuertemente, a través de la tela de los pantalones, provocando que un pequeño grito de dolor salga de la boca de JiSung.

 

            Cuando WookJin mira a los ojos a JiSung, ve en ellos un fuego que arde entre la rabia y el deseo y sabe que con aquello lo ha cabreado y que, ahora se va a dedicar a darle su merecido, como él quiere que haga.

 

            —Te vas a arrepentir de esto, Jung WookJin —le dice, acercándose a su rostro, siseando con uno de los tonos más fríos que lo ha escuchado usar nunca.

            —Por favor —no puede evitar jadear WookJin—. Haz que me arrepienta.

 

            JiSung es rápido. Siempre ha sido rápido. Pero en aquellos momentos es mucho más rápido de lo que lo ha sido nunca y antes de que WookJin pueda procesar qué es lo que se le viene encima y lo que el mayor va a hacer, éste le ha quitado sus manos de encima, ha cogido el lazo negro de seda que había quedado olvidado y le ha atado las manos juntas por las muñecas en un nudo extraño y fuerte del que el chico sabe que no va a poder liberarse jamás.

 

            —Yo soy el jefe —dice JiSung entonces con aquel fuego intenso ardiendo en su mirada, provocando que WookJin se excite muchísimo más.

 

            Retira lo que ha dicho antes. Definitivamente su impresionable novio no tiene vergüenza ni la conoce, no está nervioso y, sobre todo, le va a dar todo lo que le WookJin espera de la noche… y quizás hasta más. Excitadísimo, espera a que JiSung haga algún movimiento más, pero el mayor solo lo observa, de arriba abajo, con aquella mirada llena de deseo por él y por su cuerpo y WookJin solo puede tragar saliva porque la boca se le ha quedado completamente seca. Es en ese momento cuando JiSung por fin hace un movimiento. Se acerca más a su cuerpo, salva la escasa distancia que hay entre sus rostros y atrapa sus labios, con furia, con deseo, con hambre. Sus labios parecen ser como el encuentro de una playa después de la sabana, por el ansia con el que lo besa. WookJin responde al beso, responde a la demandante lengua del mayor que trata de abrirse paso dentro de su boca separando sus labios y después enredándose con ella, explorándose mutuamente, a veces incluso enredadas fuera de sus bocas. Ambos jadean contra los labios del otro y la respiración de WookJin se hace más pesada, casi no entra aire en sus pulmones por el beso y todavía siente la falta de aire por el intento de antes, pero no quiere que paren. Quiere agarrarse a la nuca de JiSung, quiere enredar sus dedos en su pelo, ahora que lo lleva un poco más largo, pero sus manos están atadas, inmovilizadas entre sus cuerpos y lo único que puede hacer es agarrarse a la camiseta del mayor como si le fuera la vida en ello hasta que finalmente JiSung se separa de su boca, dejando besos cortos una y otra vez contra sus labios hasta que por fin se aleja del todo y WookJin vuelve a respirar de nuevo correctamente.

 

            —Vuelvo en un momento, cierra los ojos —le pide JiSung.

 

            WookJin es obstinado, incorregible y siempre hace lo contrario de lo que se le dice, pero en aquellos momentos, por primera vez, y sin que sirva de precedente, cierra los ojos tal y como JiSung le ha indicado y espera a que el mayor vuelva hasta él. En su mente se suceden imágenes sobre qué es lo que le puede estar preparando y cosas que quiere que le haga esa noche, porque quiere de verdad saber cómo se siente encontrar el placer en el dolor y quiere probarlo todo. JiSung tarda en volver a su lado, hundiendo el colchón bajo su peso y WookJin abre los ojos de nuevo, pero éste el vuelve a pedir que los cierre y le hace caso otra vez porque parece que lo que quiere hacer es algo que no quiere que vea por el momento y espera con ansias a que JiSung comience con lo que tiene planeado.

 

            El mayor le deshace el nudo del lazo que mantiene sus manos unidas y WookJin no puede evitar mover sus muñecas inmediatamente porque las siente un poco adoloridas después de no haber podido moverlas en un rato. Después siente cómo los dedos de JiSung agarran el filo de su camiseta y tiran de ella hacia arriba. WookJin se deja desnudar, poniéndoselo fácil, alzando sus brazos para que le pueda quitar la camiseta por encima de la cabeza. Con los brazos todavía en alto porque no pasa ni un segundo, siente cómo JiSung vuelve a juntar sus muñecas con el lazo negro de seda y, además, las ata al cabecero de barrotes de la cama, restringiendo aún más sus movimientos. WookJin abre sus ojos y se encuentra con el rostro de JiSung a escasos centímetros del suyo, sus miradas se encuentran y el mayor le vuelve a pedir que cierre los ojos, pero ahora ya no le hace caso y los deja bien abiertos, observando aquel rostro que parece esculpido por los mismísimos dioses y queriendo besar aquellos labios rosáceos que lo vuelven loco.

 

            —Si no cierras los ojos voy a tener que vendártelos —le amenaza JiSung, hablando medio en broma, medio en serio.

            —Véndamelos —le pide WookJin—. Átame también los tobillos, hazme lo que te dé la gana… solo por hoy… come boss me —acaba diciendo.

 

            Una sonrisa pícara aparece en el rostro de JiSung al oír aquellas palabras y después se acerca a él para darle otro intenso pero corto beso. WookJin se queda con ganas de más cuando se separa, pero JiSung no parece dispuesto a seguir besándolo, al menos no por el momento. El mayor se aleja de él y coge entonces un trozo de tela oscuro y tupido con el que se le acerca al rostro y le venda los ojos. WookJin trata de ver a través de la tela, pero es completamente imposible, así que, a partir de aquel momento está totalmente a ciegas y lo único que puede hacer es guiarse por su oído para saber qué es lo que hace JiSung… y lo que el mayor hace inmediatamente después de vendarle los ojos es llevar sus manos hasta la cinturilla de sus pantalones para desabrochárselos y quitárselos, bajándoselos lentamente por las piernas. Lo siguiente que nota WookJin es cómo se mueve sobre la cama, acercándose mucho más a él, le abre las piernas, se introduce entre ellas y entonces comienza la fantasía.

 

            El tacto. WookJin siempre ha sido muy sensible a cualquier tipo de roce. Su piel se vuelve mucho más sensible con cada roce y el vello se le pone de punta, siente escalofríos por todo el cuerpo y, allí donde las manos o los labios de JiSung tocan, siempre dejan una especie de ardor, una marca de fuego por donde han pasado. Siempre ha sido así… pero con los ojos vendados, es todavía mayor la sensibilidad de su piel porque no puede ver nada, no sabe qué es lo que JiSung va a hacerle y cada roce lo siente como mil veces más intenso y su cuerpo reacciona diez mil veces más de lo que lo hace normalmente. Y JiSung aprovecha y toca. Lo toca por todas partes, toca sus brazos, toca sus piernas, toca su torso, toca su cuello, sus pezones, mete las manos entre sus piernas, acercándose peligrosamente a la zona en la que su miembro comienza a endurecerse dentro de sus calzoncillos. Lo toca, toca y toca. Y WookJin jadea de forma pesada, la respiración le falta casi de inmediato, los escalofríos se suceden unos a otros por todo su cuerpo y su corazón se acelera muchísimo. Pronto no solo jadea, pronto está gimiendo como no lo ha hecho nunca porque las yemas de los dedos de JiSung son literalmente fuego contra su sensible piel.

 

            —Más… más… más…

 

            WookJin pide por más entre jadeos, suspiros y gemidos y JiSung reemplaza sus manos por sus labios y besa todo su cuerpo, de arriba abajo, deteniéndose en cada centímetro de su piel, lento, torturándolo. Porque WookJin quiere mucho más, quiere que lo toque y lo bese, pero que lo toque y le bese su miembro, que le dé todas las atenciones que le está dando al resto de su piel, pero JiSung sabe lo que quiere y no se lo da todavía, porque seguro que le parece mucho más divertido hacer aquello, lo tiene enteramente a su disposición y hace con él lo que le da la gana. Y WookJin quiere más, pero también le gusta aquello, le gusta no saber qué es lo que va a sentir ni dónde, le gusta descubrir a través de su piel qué es lo que JiSung está haciendo con él, su cuerpo reacciona mucho más de aquella forma, pero no se puede aguantar las ganas de tocarse para correrse ya… y no puede hacerlo porque tiene las manos atadas al cabecero de la cama.

 

            Cuando JiSung finalmente decide que es el momento de dedicarle todas sus atenciones a su entrepierna, WookJin se siente casi en el paraíso a pesar de que el mayor lo único que hace es retirar la gomilla de sus calzoncillos para sacar su miembro. Al tocarlo, WookJin se deshace en gemidos que no puede contener JiSung se aprovecha de que lo conoce como nunca lo ha conocido nadie antes y sabe qué es lo que debe hacer dónde y cómo debe tocarlo para que no pueda dejar de sentir el más absoluto y exquisito de los placeres, pero no dejándolo llegar al orgasmo de forma inmediata, deteniéndose, evaluándolo, dejándolo con las ganas de correrse una y otra vez, al borde del abismo y sintiéndose a punto de estallar. JiSung sabe qué le gusta, qué no le gusta y sabe que no puede contenerse más cuando es su caliente boca la que envuelve su erección en lugar de solo sus dedos. Su lengua experta traza todo el contorno de una de sus venas, lo saborea entero y WookJin se derrite, pero aquella vez completamente. El orgasmo le sobreviene como nunca antes lo ha hecho y lo deja temblando sobre la cama, viendo estrellas tras sus párpados cerrados, mientras nota cómo JiSung traga su semen y limpia su miembro antes de finalmente alejarse de él.

 

            Los dedos del mayor agarran su mentón poco después, con algo de fuerza y sus labios se encuentran, sus lenguas se reconocen la una a la otra y WookJin puede sentir su propio sabor en la boca de JiSung, pero no se queja. Tampoco se queja de que le vuelve a faltar el aire porque todavía no se ha recuperado del orgasmo, solo recibe aquel beso y lo devuelve como si no hubiera un mañana y cuando JiSung se separa de él, protesta.

 

            —Tranquilo —le dice, susurrándole al oído de forma sensual—. Todavía nos queda toda la noche…

 

            Y WookJin solo desea que aquella noche no se acabe nunca.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Estuve dudando durante bastante tiempo sobre si hacerlo AU o canon, pero al final me decidí por el AU porque quiero preparar otra cosa para canon del estilo.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario