Título: bOss
Autora: Riz Aino
Parejas: WookSung (Love + Nine)
(OnlyOneOf)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, romance, smut,
pwp
Numero de palabras: 3.072 palabras
Resumen: JiSung y WookJin a
veces necesitan un pequeño estímulo para que el sexo no se haga monótono ni
aburrido.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas basadas en el BDSM, si no os sentís cómodas con
este tipo de lectura, salid por donde habéis entrado.
Notas: Love comentó en este
OriOn que casi había estrangulado a Nine en uno de los ensayos y, sobre todo,
lo que dice Nine al final me dieron esta idea.
Comentario de autora: desde que salió la coreografía de libidO y vi todo lo que hacían con las cintas estuve dándole vueltas a hacer algo de este estilo porque era muy necesario. Espero que os guste.
—¡Daisy! Daisy! ¡Daisy! —grita WookJin, con el
escaso aire que todavía le queda en sus pulmones.
Inmediatamente, la presión en su
cuello se afloja y el chico boquea en busca de aquel aire tan necesario que le
ha faltado durante unos segundos. Su pecho sube y baja con rapidez y su corazón
late dentro de su pecho completamente desbocado. Al menos, la palabra clave que
acordaron antes de comenzar con aquello, ha servido para no morir de forma
estúpida en un desastroso primer intento de BDSM con su pareja, lo cual lo
alivia bastante, aunque tarda todavía un rato en volver a recuperar su estado
normal y cuando lo hace, traga saliva para poder recobrar el habla.
—Honey, please be gentle —dice, en
inglés, con el poco aire que ha podido recobrar, y con una sonrisa, divertido
por la situación a pesar de que casi se queda sin aire por un error de cálculos.
Ante él, JiSung suelta el aire que
parece haber estado conteniendo todo aquel rato al ver que está lo
suficientemente bien como parara bromear y se sube de rodillas a la cama con él
para abrazarlo, estrechándolo con fuerza entre sus brazos. WookJin sabe que
debe haber pasado miedo, pero él, de alguna forma, se siente excitado y quiere
probarlo otra vez, de una forma quizás más suave… y mientras el mayor lo
penetra, porque generalmente le falta el aire cuando lo hace, pero si le añaden
aquel pequeño estímulo con aquel largo lazo negro de seda, será incluso mejor.
Lo lleva pensando desde hace un tiempo y siempre lo ha querido probar, aunque
después de aquel pequeño susto no sabe si JiSung quiere seguir adelante con
aquello.
Sus relaciones sexuales se habían
vuelto bastante monótonas y aburridas, a pesar de que siempre han tratado de
hacer cosas nuevas, buscar posturas nuevas, tratar de encontrar alguna zona
erógena nueva en el otro… pero tras cuatro años de relación, las ideas se les
habían acabado. Y WookJin propuso tratar algunas prácticas de BDSM. JiSung
pareció encantado con la idea, siempre le había gustado dominar, tanto en la
cama, como fuera de ella, aunque a veces perdiera la dominancia en cuestión de
segundos, por eso lo habían querido probar, dar un nuevo giro de aquella forma
a sus relaciones sexuales, un pequeño estímulo.
—Lo siento —murmura JiSung en su oreja—. No
creo que sea capaz de hacer esto bien, no quiero hacerte daño de nuevo.
WookJin lo entiende. Es comprensible
que tenga miedo de hacerle daño de nuevo si se pasa de fuerza, como antes,
cuando estaban haciendo aquella pequeña prueba… y lo más probable es que
suceda, porque cuando JiSung lo penetra, no tiene nada más en mente que el movimiento
de sus caderas y sujetar su cuerpo con fuerza, hundiendo sus dedos en su carne.
Si el lazo estuviera en sus manos y alrededor del cuello de WookJin,
probablemente no lo contaría, así que, quizás era mejor desechar aquello de la
lista de cosas que pueden hacer esa noche y centrarse en otras cosas, el BDSM
no era solo breathplays, hay tantas y tantas formas de encontrar el
placer en el dolor e innovar, que pueden probar cualquiera de ellas… aunque en
el fondo, a WookJin aquello de ser casi estrangulado le ha gustado bastante y,
si en algún momento JiSung se lo pregunta, no tendrá reparos en decírselo.
—Podemos hacer otras cosas —contesta,
provocando que JiSung se separe de él y lo mire durante unos momentos antes de
preguntarle.
—¿Quieres seguir después de esto?
—Estoy… muy excitado —reconoce—. Así que esta
noche quiero tu polla en mi culo.
JiSung
abre los ojos como platos al escucharlo decir aquello y, antes de que pueda
hacer o decir nada, el mayor ya le ha dado un tortazo en el trasero con la mano
abierta por el vocabulario que acaba de usar. JiSung tiene la mano bastante
ligera siempre y WookJin tampoco se queda atrás, pero nunca le ha dado mientras
estaban en una situación como aquella y el menor no sabe si es porque está un
poco condicionado a que esa noche están tonteando con el BDSM o porque está
descubriendo que le gusta el sadomasoquismo, pero aquel tortazo en el culo lo
pone a cien y ahora solo quiere que JiSung siga.
—Mmmm…
spanking… —murmura, esbozando una de aquellas sonrisas pícaras suyas—.
Puedes seguir si quieres.
Y
JiSung sí que le da otro tortazo, pero en aquella ocasión en el brazo. WookJin
sabía de sobra que el mayor siempre ha sido algo impresionable, pero en la cama
nunca se había asustado de algo que él dijera o le pidiera, de hecho, cuando le
propuso lo del BDSM hacía tan solo unos días, le había encantado la idea.
WookJin imagina que está reaccionando así porque la situación en la que se
encuentran es completamente diferente a la de siempre y no se acostumbra a
ella, como si le diera vergüenza o algo por el estilo. Eso lo extraña un poco
porque ninguno de los dos ha tenido vergüenza nunca y no conocen siquiera el
significado exacto de la palabra.
—Hyung…
si te vas a poner nervioso como si esto fuera tu primera vez, te juro que ahora
mismo cojo el lazo y te hago el breathplay a ti —dice WookJin.
—No
seas ridículo, WookJin —replica el mayor—. ¿Cuándo has podido dominarme tú a
mí?
La
forma en la que JiSung dice aquello suena como a un reto en los oídos de
WookJin. Siempre ha tratado de imponerse y nunca lo ha conseguido hacer de
verdad porque cuando lo ha conseguido ha sido porque el mayor lo ha dejado y
esa es una espinita que tiene clavada y que en aquellos momentos quizás por fin
pueda sacarse. No obstante, en aquel momento él está muy excitado, lleva todo
el día pensando en lo que iban a hacer esa noche y después del breathplay
lo único que quiere es que JiSung siga tratando de dominarlo y de jugar con él
con las cosas que han preparado. Es por eso que WookJin lleva su mano izquierda
al trasero de JiSung y agarra su glúteo, con fuerza, aprovechando que el mayor
tiene algo de carne donde agarrar, sorprendiéndolo con su acción. Pero aquello
no es todo, porque con su mano derecha le agarra su miembro también
fuertemente, a través de la tela de los pantalones, provocando que un pequeño
grito de dolor salga de la boca de JiSung.
Cuando
WookJin mira a los ojos a JiSung, ve en ellos un fuego que arde entre la rabia
y el deseo y sabe que con aquello lo ha cabreado y que, ahora se va a dedicar a
darle su merecido, como él quiere que haga.
—Te
vas a arrepentir de esto, Jung WookJin —le dice, acercándose a su rostro,
siseando con uno de los tonos más fríos que lo ha escuchado usar nunca.
—Por
favor —no puede evitar jadear WookJin—. Haz que me arrepienta.
JiSung
es rápido. Siempre ha sido rápido. Pero en aquellos momentos es mucho más
rápido de lo que lo ha sido nunca y antes de que WookJin pueda procesar qué es
lo que se le viene encima y lo que el mayor va a hacer, éste le ha quitado sus
manos de encima, ha cogido el lazo negro de seda que había quedado olvidado y
le ha atado las manos juntas por las muñecas en un nudo extraño y fuerte del
que el chico sabe que no va a poder liberarse jamás.
—Yo
soy el jefe —dice JiSung entonces con aquel fuego intenso ardiendo en su mirada,
provocando que WookJin se excite muchísimo más.
Retira
lo que ha dicho antes. Definitivamente su impresionable novio no tiene
vergüenza ni la conoce, no está nervioso y, sobre todo, le va a dar todo lo que
le WookJin espera de la noche… y quizás hasta más. Excitadísimo, espera a que
JiSung haga algún movimiento más, pero el mayor solo lo observa, de arriba
abajo, con aquella mirada llena de deseo por él y por su cuerpo y WookJin solo
puede tragar saliva porque la boca se le ha quedado completamente seca. Es en
ese momento cuando JiSung por fin hace un movimiento. Se acerca más a su
cuerpo, salva la escasa distancia que hay entre sus rostros y atrapa sus
labios, con furia, con deseo, con hambre. Sus labios parecen ser como el
encuentro de una playa después de la sabana, por el ansia con el que lo besa.
WookJin responde al beso, responde a la demandante lengua del mayor que trata
de abrirse paso dentro de su boca separando sus labios y después enredándose
con ella, explorándose mutuamente, a veces incluso enredadas fuera de sus
bocas. Ambos jadean contra los labios del otro y la respiración de WookJin se
hace más pesada, casi no entra aire en sus pulmones por el beso y todavía
siente la falta de aire por el intento de antes, pero no quiere que paren.
Quiere agarrarse a la nuca de JiSung, quiere enredar sus dedos en su pelo,
ahora que lo lleva un poco más largo, pero sus manos están atadas,
inmovilizadas entre sus cuerpos y lo único que puede hacer es agarrarse a la
camiseta del mayor como si le fuera la vida en ello hasta que finalmente JiSung
se separa de su boca, dejando besos cortos una y otra vez contra sus labios
hasta que por fin se aleja del todo y WookJin vuelve a respirar de nuevo
correctamente.
—Vuelvo
en un momento, cierra los ojos —le pide JiSung.
WookJin
es obstinado, incorregible y siempre hace lo contrario de lo que se le dice,
pero en aquellos momentos, por primera vez, y sin que sirva de precedente,
cierra los ojos tal y como JiSung le ha indicado y espera a que el mayor vuelva
hasta él. En su mente se suceden imágenes sobre qué es lo que le puede estar
preparando y cosas que quiere que le haga esa noche, porque quiere de verdad
saber cómo se siente encontrar el placer en el dolor y quiere probarlo todo.
JiSung tarda en volver a su lado, hundiendo el colchón bajo su peso y WookJin
abre los ojos de nuevo, pero éste el vuelve a pedir que los cierre y le hace
caso otra vez porque parece que lo que quiere hacer es algo que no quiere que
vea por el momento y espera con ansias a que JiSung comience con lo que tiene
planeado.
El
mayor le deshace el nudo del lazo que mantiene sus manos unidas y WookJin no
puede evitar mover sus muñecas inmediatamente porque las siente un poco
adoloridas después de no haber podido moverlas en un rato. Después siente cómo
los dedos de JiSung agarran el filo de su camiseta y tiran de ella hacia
arriba. WookJin se deja desnudar, poniéndoselo fácil, alzando sus brazos para
que le pueda quitar la camiseta por encima de la cabeza. Con los brazos todavía
en alto porque no pasa ni un segundo, siente cómo JiSung vuelve a juntar sus
muñecas con el lazo negro de seda y, además, las ata al cabecero de barrotes de
la cama, restringiendo aún más sus movimientos. WookJin abre sus ojos y se
encuentra con el rostro de JiSung a escasos centímetros del suyo, sus miradas
se encuentran y el mayor le vuelve a pedir que cierre los ojos, pero ahora ya
no le hace caso y los deja bien abiertos, observando aquel rostro que parece
esculpido por los mismísimos dioses y queriendo besar aquellos labios rosáceos
que lo vuelven loco.
—Si
no cierras los ojos voy a tener que vendártelos —le amenaza JiSung, hablando
medio en broma, medio en serio.
—Véndamelos
—le pide WookJin—. Átame también los tobillos, hazme lo que te dé la gana… solo
por hoy… come boss me —acaba diciendo.
Una
sonrisa pícara aparece en el rostro de JiSung al oír aquellas palabras y
después se acerca a él para darle otro intenso pero corto beso. WookJin se
queda con ganas de más cuando se separa, pero JiSung no parece dispuesto a
seguir besándolo, al menos no por el momento. El mayor se aleja de él y coge
entonces un trozo de tela oscuro y tupido con el que se le acerca al rostro y
le venda los ojos. WookJin trata de ver a través de la tela, pero es
completamente imposible, así que, a partir de aquel momento está totalmente a
ciegas y lo único que puede hacer es guiarse por su oído para saber qué es lo
que hace JiSung… y lo que el mayor hace inmediatamente después de vendarle los
ojos es llevar sus manos hasta la cinturilla de sus pantalones para
desabrochárselos y quitárselos, bajándoselos lentamente por las piernas. Lo
siguiente que nota WookJin es cómo se mueve sobre la cama, acercándose mucho
más a él, le abre las piernas, se introduce entre ellas y entonces comienza la
fantasía.
El
tacto. WookJin siempre ha sido muy sensible a cualquier tipo de roce. Su piel
se vuelve mucho más sensible con cada roce y el vello se le pone de punta,
siente escalofríos por todo el cuerpo y, allí donde las manos o los labios de
JiSung tocan, siempre dejan una especie de ardor, una marca de fuego por donde
han pasado. Siempre ha sido así… pero con los ojos vendados, es todavía mayor
la sensibilidad de su piel porque no puede ver nada, no sabe qué es lo que
JiSung va a hacerle y cada roce lo siente como mil veces más intenso y su
cuerpo reacciona diez mil veces más de lo que lo hace normalmente. Y JiSung
aprovecha y toca. Lo toca por todas partes, toca sus brazos, toca sus piernas,
toca su torso, toca su cuello, sus pezones, mete las manos entre sus piernas,
acercándose peligrosamente a la zona en la que su miembro comienza a
endurecerse dentro de sus calzoncillos. Lo toca, toca y toca. Y WookJin
jadea de forma pesada, la respiración le falta casi de inmediato, los
escalofríos se suceden unos a otros por todo su cuerpo y su corazón se acelera
muchísimo. Pronto no solo jadea, pronto está gimiendo como no lo ha hecho nunca
porque las yemas de los dedos de JiSung son literalmente fuego contra su sensible
piel.
—Más…
más… más…
WookJin
pide por más entre jadeos, suspiros y gemidos y JiSung reemplaza sus manos por
sus labios y besa todo su cuerpo, de arriba abajo, deteniéndose en cada
centímetro de su piel, lento, torturándolo. Porque WookJin quiere mucho más,
quiere que lo toque y lo bese, pero que lo toque y le bese su miembro, que le
dé todas las atenciones que le está dando al resto de su piel, pero JiSung sabe
lo que quiere y no se lo da todavía, porque seguro que le parece mucho más
divertido hacer aquello, lo tiene enteramente a su disposición y hace con él lo
que le da la gana. Y WookJin quiere más, pero también le gusta aquello, le
gusta no saber qué es lo que va a sentir ni dónde, le gusta descubrir a través
de su piel qué es lo que JiSung está haciendo con él, su cuerpo reacciona mucho
más de aquella forma, pero no se puede aguantar las ganas de tocarse para
correrse ya… y no puede hacerlo porque tiene las manos atadas al cabecero de la
cama.
Cuando
JiSung finalmente decide que es el momento de dedicarle todas sus atenciones a
su entrepierna, WookJin se siente casi en el paraíso a pesar de que el mayor lo
único que hace es retirar la gomilla de sus calzoncillos para sacar su miembro.
Al tocarlo, WookJin se deshace en gemidos que no puede contener JiSung se
aprovecha de que lo conoce como nunca lo ha conocido nadie antes y sabe qué es
lo que debe hacer dónde y cómo debe tocarlo para que no pueda dejar de sentir
el más absoluto y exquisito de los placeres, pero no dejándolo llegar al
orgasmo de forma inmediata, deteniéndose, evaluándolo, dejándolo con las ganas
de correrse una y otra vez, al borde del abismo y sintiéndose a punto de
estallar. JiSung sabe qué le gusta, qué no le gusta y sabe que no puede
contenerse más cuando es su caliente boca la que envuelve su erección en lugar
de solo sus dedos. Su lengua experta traza todo el contorno de una de sus
venas, lo saborea entero y WookJin se derrite, pero aquella vez completamente.
El orgasmo le sobreviene como nunca antes lo ha hecho y lo deja temblando sobre
la cama, viendo estrellas tras sus párpados cerrados, mientras nota cómo JiSung
traga su semen y limpia su miembro antes de finalmente alejarse de él.
Los
dedos del mayor agarran su mentón poco después, con algo de fuerza y sus labios
se encuentran, sus lenguas se reconocen la una a la otra y WookJin puede sentir
su propio sabor en la boca de JiSung, pero no se queja. Tampoco se queja de que
le vuelve a faltar el aire porque todavía no se ha recuperado del orgasmo, solo
recibe aquel beso y lo devuelve como si no hubiera un mañana y cuando JiSung se
separa de él, protesta.
—Tranquilo
—le dice, susurrándole al oído de forma sensual—. Todavía nos queda toda la
noche…
Y
WookJin solo desea que aquella noche no se acabe nunca.
Notas finales:
—Estuve dudando durante bastante tiempo sobre
si hacerlo AU o canon, pero al final me decidí por el AU porque quiero preparar
otra cosa para canon del estilo.
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