Título: Guilty Pleasure
Autora: Riz Aino
Pareja: YongWookSung (Love + Mill
+ Nine) (OnlyOneOf)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, romance, drama, humor, smut, pwp
Numero de palabras: 8.321 palabras
Resumen: YongSoo ha jurado y perjurado demasiadas veces que jamás
va a cambiar de opinión… pero un día acaba sucumbiendo al placer culpable.
Advertencias: relaciones
sexuales explícitas en un trío (y algo de voyerismo).
Notas: esta historia está relacionada con fragile, podéis
leerla para una mayor comprensión de lo que aquí sucede, pero también se
entiende bien sin necesidad de hacerlo.
Comentario de autora: mi intención era simplemente
hacer fragile… pero después de haber hinteado relaciones entre los demás
personajes de la historia, no pude evitar lanzarme a escribir esto. Espero que os guste.
YongSoo inspiró hondo y
después dejó que el aire saliera lentamente de sus pulmones, tratando de calmarse.
Ya estaba allí, ya no podía echarse atrás, lo único que le quedaba por hacer
era llamar con sus nudillos a la puerta y esperar porque la persona a la que
había ido a buscar le abriera la puerta y lo invitara a pasar. Todavía dudaba
que aquello fuera una buena idea porque sabía que el otro se iba a reír de él
por el resto de la eternidad, pero también estaba bastante harto de sus burlas
hacia su virginidad y quería que se acabaran. Por eso estaba allí, frente a la
puerta de la habitación de WookJin. YongSoo volvió a inspirar hondo y levantó
el brazo derecho para llamar, pero justo cuando su puño estaba a punto de
entrar en contacto con la puerta, ésta se abrió y WookJin apareció en su campo
de visión.
—Hombre,
YongSoo, ¿cómo tú por aquí? —le preguntó al verlo, con una sonrisa socarrona.
—Venía
a verte —le dijo, sin especificar para qué porque parecía que el otro iba a
salir—. Pero si tienes que irte, no te preocupes.
—No, si tengo tiempo —respondió su amigo—. He quedado con
JiSung, pero siempre llega tarde, así que, me viene bien.
—Mmmmm… vale…
WookJin se hizo a un lado y lo invitó a pasar a su
habitación en aquella residencia y YongSoo acabó entrando al lugar, cerrando la
puerta al hacerlo. Si antes no estaba seguro de que lo que había decidido fuera
buena idea, ahora que tenía delante a WookJin, que había quedado con JiSung
para salir, lo tenía menos claro aún. ¿Cómo se suponía que debía empezar
aquella conversación? ¿Qué se suponía que tenía que hacer? Y, sobre todo, ¿cómo
se iba a tomar WookJin que después de dos años proponiéndole desvirgarlo
aceptase hacerlo ahora? YongSoo tenía demasiadas preguntas de las cuales no
quería conocer la respuesta. No sabía qué era lo que le había dado para hacer
aquello… bueno, sí que lo sabía, llevaba todo el día sintiendo la imperiosa
necesidad de tener sexo y ya se había masturbado un par de veces y todavía
necesitaba más. Había probado incluso meterse los dedos y había sido extraño,
pero sabía que no lo había hecho como debía para poder darse placer. Por eso
había acabado allí, porque sabía que WookJin, con su experiencia, lo iba a
dejar completamente satisfecho.
—¿Y
bien? —le preguntó WookJin sentándose en la cama—. ¿Qué te trae por mi humilde
morada?
Y, en ese momento, YongSoo acabó decidiendo que, ya que
había llegado hasta allí, no podía echarse atrás, así que, se lo dijo.
—Quiero… acostarme contigo.
La cara de WookJin fue todo un poema. Sus ojos se
abrieron como platos y en sus labios se formó una perfecta “o” por la sorpresa.
Estaba claro que lo que menos se había esperado que le dijera al llegar allí
era aquello y YongSoo también estaba sorprendido por haber acabado tomando
aquella decisión, pero las situaciones desesperadas requerían medidas
desesperadas. El menor no dijo nada tampoco durante unos momentos, como si en
su mente estuviera todavía procesando lo que acababa de escuchar, pero cuando
todo le terminó de encajar, una sonrisa pícara apareció en su rostro y YongSoo
quiso echar a correr al verla. Si en aquellos momentos le hubieran dado la
opción de regresar en el tiempo, habría tomado su oportunidad y se habría
alejado de allí lo más rápido posible para poder solucionar su problema de la
mejor forma, una que no incluyera a Jung WookJin a ser posible… pero no, nadie
le podía dar aquella opción ahora y tenía que apechugar con su decisión.
—Por fin —fue lo que le dijo WookJin en principio—. Tengo
que mirar cuál fue la última apuesta a cuándo me dejarías desvirgarte —siguió.
Aquello le sentó a YongSoo mal porque, aunque sabía que
WookJin no paraba de hacer apuestas de todo tipo con todos ellos y encima tenía
la poca decencia de ganarlas todas, no le gustaba nada que hubiera hecho una
apuesta así, con su virginidad, y lo miró entrecerrando sus ojos y frunciendo
su ceño.
—No me mires así, Lee YongSoo, tenías que saber que
también habría una apuesta sobre esto —le respondió—. Tenemos apuestas de todo
y de todos.
YongSoo lo sabía, claro que lo sabía, él mismo formaba
parte de muchas de aquellas apuestas y hacía no mucho habían hecho una apuesta
sobre cuándo se iba a acostar KyuBin con su nuevo novio, una apuesta que al
final había acabado perdiendo WookJin; pero aun sabiéndolo, le había sentado
mal que también hubiera una apuesta entre su grupo de amigos sobre cuándo iba a
perder su virginidad, y no solo eso, sobre cuándo la iba a perder finalmente
con WookJin, como si todos hubieran sabido desde el primer momento que más
tarde o más temprano iba a acabar acudiendo a él. Ahora no solo estaba
caliente, también estaba enfadado.
—Si te digo que lo siento por lo de la apuesta y que en
realidad no se me ocurrió a mí sino a JiSung, ¿me crees y me perdonas? —le
preguntó WookJin. YongSoo podía imaginarse al mayor comenzando una apuesta como
aquella también, pero estaba perfectamente claro que aquella la había comenzado
él porque la finalidad de esta era saber cuándo WookJin lo desvirgaría—. Vale,
por tu cara veo que no me crees, da igual, cuéntame al menos qué es lo que te
ha hecho cambiar de opinión y mandar dos años de negativas y juramentos sobre
que no dejarías que te tocase ni con un palo a la mierda.
YongSoo lo pensó. Podía decirlo, ya que estaba allí… de
todas formas siempre podía irse y poner de excusa que lo de la apuesta había
hecho que se le quitaran las ganas, aunque era la mentira más grande nunca
dicha por nadie en todo el universo, porque YongSoo seguía teniendo muchas
ganas de sexo en aquellos momentos, enfadado y todo con WookJin, lo único que
quería era que su amigo lo tocase y lo ayudase a aliviarse tal y como siempre le
había dicho que haría de forma sugerente.
—Llevo todo el día caliente y aunque me he masturbado
varias veces sigo caliente y necesito algo más, así que pensé que podía venir a
hacer uso de ti porque llevas dos años dándome el coñazo con que quieres acostarte
conmigo y desvirgarme —dijo, sin darse ni un solo segundo para respirar.
WookJin parpadeó un par de veces rápidamente,
probablemente tratando de procesar de nuevo lo que le acababa de decir, pero
esta vez al entenderlo no le puso aquella sonrisa pícara ni aquella cara de
pillo que solía hacer, solo asintió a sus palabras y le contestó:
—Entonces
quieres probar si el sexo de verdad te ayuda a dejar de estar caliente porque
no sabes qué más hacer y, obviamente no querías pedirle esto a ningún desconocido
y te fías mejor de mí, ¿no?
—Podría decirse… —murmuró YongSoo.
—Vale… voy a cancelar mis planes con JiSung, ve
quitándote la ropa —le dijo WookJin, sacando su teléfono móvil de sus vaqueros
y comenzando a escribir en él—. ¿No te desnudas? —le preguntó alzando su vista
un segundo.
—¿No? —replicó.
—¿Quieres que te desnude yo? —le cuestionó, soltando el
móvil.
—¿No…? ¿Sí…? No sé… —murmuró, sintiendo en ese momento
cómo su corazón comenzaba a latir rápidamente dentro de su pecho, con anticipación.
—Vale… creo que mejor hagamos una cosa… —comentó WookJin—.
Voy haciendo cosas y tú me dices si te gustan, no te gustan o quieres que haga
otra cosa.
Y YongSoo lo pensó. Realmente había ido allí y había
acudido a WookJin porque sabía perfectamente que, a pesar de que siempre estaba
de cachondeo, iba a hacer las cosas bien con él porque sabía que, en el fondo,
la decisión que acababa de tomar había sido una muy importante. También había
acudido a él porque sabía que hiciera lo que le hiciese, seguro que le iba a
gustar, más que nada porque WookJin sabía lo que hacía. En aquellos dos años
que lo llevaba conociendo, lo había escuchado hablar de muchos de sus ligues y
de las cosas que había hecho con ellos y lo había visto comerle la boca a más
de uno y a más de dos y dejarlos sin respiración con su lengua. Podía dejarse
llevar y podía dejarlo todo en manos de WookJin para que le bajara todo el
calentón, podía confiar en él porque era uno de sus mejores amigos y no pensar
en nada más. Al final, lo único que pudo hacer fue asentir.
—Perfecto —respondió WookJin.
Y antes de que YongSoo pudiera decir nada más,
preguntarle qué harían o cómo lo harían siquiera, WookJin ya había dado un paso
adelante y se había pegado por completo a su cuerpo, aprovechando que era más
alto que él y que tenía una complexión más fuerte para acorralarlo contra la
pared, colocando sus manos a cada lado de su cabeza y mirándolo fijamente a los
ojos. YongSoo tragó saliva porque aquella era la primera vez que tenía al chico
tan cerca y, sobre todo, aquella era la primera vez que estaba en una situación
como aquella y se le había quedado la boca seca. Sin poder evitarlo, abrió su
boca levemente y se pasó la lengua por los labios, gesto que no pasó
desapercibido por WookJin, ya que sus ojos oscuros se fijaron inmediatamente en
sus labios. Unos segundos, solo tuvieron que ser unos segundos, pero a YongSoo
se le hicieron eternos esos segundos antes de que sus bocas finalmente se
encontraran la una con la otra en un beso demandante desde primera hora.
Un beso húmedo, un beso en el que la lengua de WookJin se
internó en su boca directamente, explorándola, jugando con la lengua de
YongSoo, que respondió como pudo a aquello. No era la primera vez que besaba a
alguien, no era tampoco la primera vez que besaba a WookJin porque borrachos lo
habían hecho en alguna ocasión mientras jugaban, pero el chico estaba
desentrenado. Solo pudo seguir el ritmo marcado por su amigo, moviendo sus
labios y su lengua al compás que éste marcaba. Fue frenético y un poco caótico,
como ellos. Para cuando se separaron, a YongSoo le faltaba el aire, pero no
pudo evitar seguir el movimiento de la cabeza de WookJin hacia atrás y besarlo
de nuevo, esta vez tratando de llevar él el ritmo, arrancándole una sonrisa al
menor al hacerlo, que se dejó guiar por él en aquella ocasión hasta que YongSoo
finalmente separó sus bocas.
—No ha estado mal para un virgen —rio WookJin y YongSoo
alzó la mano para pegarle, pero éste la agarró y tiró de él para llevarlo hasta
la cama, donde YongSoo acabó sentado. En ocasiones como aquella no podía evitar
sentirse como un muñeco o peluche en manos de su amigo porque el chico era
mucho más fuerte que él y siempre lo aprovechaba—. Me gustan muchas cosas en la
cama —le dijo entonces, con una sonrisa pícara—, pero no que me peguen.
—Gilipollas —no pudo evitar decir.
—Lo seré —replicó WookJin—, pero te va a encantar follar
conmigo.
YongSoo puso los ojos en blanco ante aquello y WookJin
respondió a ello dándole un beso corto en los labios y llevando sus manos a su
entrepierna, para deshacer el nudo que mantenía en su sitio los pantalones del
chándal que el chico llevaba puestos. YongSoo no pudo evitar dar un pequeño
respingo porque no se había esperado aquello y WookJin se separó de su boca con
una sonrisa enorme pintada en su cara por su reacción. YongSoo quiso insultarlo
de nuevo porque aquella cara lo enervaba, pero antes de que pudiera encontrar
la palabra adecuada para ello, WookJin metió la mano dentro de sus pantalones y
de sus calzoncillos y tocó su miembro con ella. Lo que salió de sus labios no
fue un insulto, sino un jadeo porque después de aquel maldito día en el que
había estado todo el rato caliente y aquellos besos intensos que acababa de
compartir con él, su miembro estaba sensible, predispuesto a ser tocado, algo
endurecido incluso.
La mano de WookJin era grande, sus dedos eran largos y
huesudos, no se podía comparar con la suya propia, pequeñita, redondita, de
dedos cortos. Era una sensación completamente diferente ser tocado por aquella
mano, que envolvía su miembro totalmente, que tocaba sus testículos y que lo
hacía suspirar una y otra vez porque aquel contacto, el contacto de otra
persona, y no el suyo, lo estaba volviendo loco. Era una sensación extraña que
le nublaba la mente y no lo dejaba pensar correctamente… aunque tampoco tuviera
mucho que pensar en aquellos momentos, porque lo único coherente que podía
formar en su mente era que quería mucho más de aquel toque, más y más, hasta
que estuviera completamente erecto y hasta que no pudiera soportar más el placer.
Correrse en la mano de WookJin sonaba bastante bien y, solo de pensar en ello,
se sintió un paso más cerca del abismo.
—Estás
sensible —comentó WookJin, trayéndolo de vuelta a la realidad.
—Llevo caliente todo el día, WookJin —le recordó—. Ahora
mismo estoy a punto de correrme porque no puedo más.
Como respuesta recibió otra de sus sonrisas pícaras y su
mano derecha envolviendo su miembro con más fuerza, su dedo gordo bordeando su
sensible punta. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo desde la punta de su pelo
que apenas comenzaba a crecer después de perder una apuesta con WookJin hasta
los dedos de sus pies y una sonrisa de satisfacción se hizo presente en el
rostro de su amigo. Lo tenía al borde del abismo. Lo sabía. Y su intención
parecía ser jugar con él todo lo que quisiera. YongSoo en cualquier otro
momento se habría quejado porque él había ido allí a por sexo y no a que
WookJin se divirtiera a su costa, pero en aquellos instantes estaba tan al
borde del abismo que solo podía sentir los dedos del menor en su miembro,
haciendo maravillas con él.
Cerró los ojos, abandonándose a aquellas caricias,
perdido por completo, sabiendo que no le quedaban más que unos instantes para
que el orgasmo se apoderara de su cuerpo. Y, sin embargo, antes de que pudiera
correrse, WookJin retiró la mano de su miembro, por lo que YongSoo abrió los
ojos para dedicarle una mirada de reproche.
—¿No querrás correrte en tu ropa? —le cuestionó su amigo—.
Porque yo te puedo prestar algo, pero te va a quedar enorme.
—¿Y no podrías haberme desnudado antes? —le replicó—. No
justo ahora, que me cortas todo el rollo.
—Ah… ¿quieres que te desnude? —preguntó WookJin, alzando
una ceja sugerentemente. YongSoo puso los ojos en blanco—. Además… he parado
para que dure más la diversión.
YongSoo le quiso pegar porque él no quería diversión,
quería correrse. Lo necesitaba… de hecho, lo necesitaba para ayer. Pero WookJin
volvió a besarlo, metiéndole la lengua lo más profundo que pudo, saboreando y
explorando su boca, dejando de nuevo sin respiración a YongSoo hasta que
finalmente se separó de él para comenzar a desnudarlo. Todavía con la mente
infectada por aquel beso, YongSoo apenas se dio cuenta de que WookJin por fin
comenzaba a desnudarlo hasta que éste no lo animó a levantar sus brazos, para
poder sacarle la camiseta por la cabeza. Las manos del chico recorrieron todo
su torso innecesariamente, provocándole escalofríos a medida que subía, para
después simplemente tirar la camiseta al suelo cuando por fin se la quitó.
Inmediatamente, se quitó la suya, dejando al descubierto aquel cuerpo trabajado
que YongSoo siempre había envidiado porque sus abdominales estaban totalmente
definidos y sus brazos eran fuertes —no estaba tan petado como lo estaba
KyuBin, pero eso era prácticamente imposible—. YongSoo alargó sus manos hacia
la cintura de WookJin, agarrándolo y atrayéndolo hacia él, en un impulso,
acercando su rostro hasta su estómago y besando sus abdominales y su ombligo,
sintiendo el cuerpo de WookJin temblar bajo sus dedos y debido a sus besos.
—Eh… eh… eh… —murmuró el chico, colocando sus manos en
sus hombros para empujarlo levemente de él, haciendo que YongSoo no pudiera
seguir besando su piel—. ¿No se suponía que tú eras virgen?
—¿No puedo querer besarte siéndolo? —le cuestionó.
—No… es que… —comenzó, pareciendo no encontrar las
palabras adecuadas—. No me esperaba que tomaras la iniciativa —sonrió—. Me ha
gustado, mucho, pero ahora mismo quiero que nos centremos en ti, ratita.
—¿Cómo que ratita? —se quejó YongSoo.
Obviamente, WookJin no le contestó. Lo calló dándole otro
beso corto en los labios y después le sacó los pantalones del chándal y le
quitó también los calzoncillos, dejándolo completamente desnudo ante él y sobre
su cama. Por un pequeño instante, YongSoo se sintió algo cohibido porque,
aunque no era la primera vez que había estado desnudo delante de WookJin,
aquella vez no era como las demás. Era diferente. Demasiado diferente. No
obstante, se olvidó de aquel sentimiento cuando su amigo se quitó sus vaqueros
y se quedó en calzoncillos, porque en éstos se adivinaba el contorno de su
miembro, no completamente erecto, pero sí algo duro, todo producto de los
candentes besos que se habían estado dando en todo aquel rato, lo que
evidenciaba que WookJin también estaba excitado por él. YongSoo se apuntó aquello
como una pequeña victoria, porque no era él solo el que estaba caliente en esa
habitación.
—Recolócate sobre la cama —le pidió WookJin. YongSoo
salió de sus pensamientos y asintió, moviéndose sobre el colchón para que el
menor también pudiera entrar con él en la estrecha cama—. Ábreme las piernas.
YongSoo alzó una ceja, pero la expresión de WookJin en
aquellos momentos era bastante seria, así que, simplemente hizo lo que le pidió
y, echado contra la pared del cabecero de la cama, abrió sus piernas. El menor
entonces se colocó en medio de ellas y, al contrario de lo que YongSoo pensó
que haría, se inclinó sobre su cuerpo, para tomar su erección con su boca, en
lugar de con sus manos. Un gemido ahogado salió de sus labios al sentir cómo
éste engullía su miembro en aquella cavidad húmeda y caliente que momentos
antes había estado besando y acabó tapándose la boca con sus manos para no
dejar que ningún gemido tan alto volviera a escaparse de sus labios. Estaban en
la residencia, una residencia solo de chicos, no podía hacer tantísimo ruido
porque alguien los podía escuchar. Por eso, cuando la caliente y larga lengua
de WookJin comenzó a recorrer su extensión, entreteniéndose en una de las venas
que la surcaban, de abajo arriba, de arriba abajo, saboreando el líquido espeso
que comenzaba a desbordarse de su punta, lo único que YongSoo pudo hacer fue
apretar los dientes mientras el placer se le desbordaba por todo el cuerpo.
Apenas tardó en correrse. El orgasmo le sobrevino mucho
antes de lo que se esperaba, tensando su cuerpo un solo segundo, antes de
relajarse por completo, sintiéndose ligero como una pluma, tanto en su cuerpo
como en su mente. YongSoo cerró sus ojos y se dejó llevar, no sabiendo qué era
lo que pasaba a su alrededor, solo sintiendo demasiado porque aquel había sido
el mejor orgasmo de su vida. Probablemente le tendría que dar las gracias a
WookJin por aquello, pero cuando abrió sus ojos, se lo encontró lamiéndose el
semen que se le había quedado en los labios al separarse de él, su semen, y a
YongSoo se le olvidó cómo respirar, cómo pensar y cómo seguir viviendo. Nunca
se había imaginado que una imagen como aquella le pudiera provocar eso, pero se
lo estaba provocando y simplemente quería comerle la boca a WookJin y pedirle
que lo follara toda la noche, pero ni su cuerpo ni su mente le respondían.
—¿Ha estado bien? —le preguntó WookJin. No supo si
asintió o no lo hizo porque no era dueño de su cuerpo todavía—. Va a estarlo
mejor.
Una especie de escalofrío recorrió su cuerpo de arriba
abajo después de escuchar aquella promesa sensual salida de los labios de su
amigo y YongSoo supo que esa noche iba a ser muy larga y que se iba a entregar
demasiado a aquel placer culpable con WookJin. No supo cuántos minutos pasaron
ni lo que WookJin estuvo haciendo cuando se levantó de la cama porque estuvo
demasiado perdido en tratar de recobrar el sentido y la cordura, pero para
cuando finalmente lo consiguió, lo que lo sacó de su ensimismamiento fue uno de
los dedos del menor, frío, con algún líquido viscoso, rondando su ano. Con
rapidez, se incorporó y cerró sus piernas, para no dejarle a WookJin ningún
tipo de acceso a aquella parte de su cuerpo, mirándolo con los ojos muy
abiertos, sorprendido, sobre todo, pero también algo asustado.
—¿No has venido aquí para que te desvirgue? —le cuestionó
WookJin.
—Sí.
—¿Entonces por qué huyes? —le preguntó.
—No huyo —contestó. No lo estaba haciendo—. No me lo esperaba
y es una sensación extraña.
Aquella mañana mismo había tratado él de penetrarse a sí
mismo con sus dedos. Había sido raro, molesto, aunque igual había podido
encontrar un punto de placer en ello. Y… sí. Había ido allí para que WookJin lo
hiciera con él. Para tener sexo con él por primera vez en su vida y para
sentirse bien y quitarse aquel calentón que no terminaba de bajársele a pesar
de que acababa de tener un orgasmo increíble. No obstante, eso no quitaba que
siguiera siendo raro y que le fuera a doler. Porque le iba a doler. Él solo se
había introducido un dedo y le había molestado… no sabía qué era lo que iba a
sentir aparte de dolor cuando WookJin lo hiciera con aquellos dedos tan largos
que tenía. Además, éste les había contado con pelos y señales su primera
experiencia sexual años atrás y les había dicho lo mucho que le había dolido
porque el tío con el que lo había hecho no había tenido ningún cuidado con él,
algo que había provocado que tanto KyuBin como JiSung soltaran veneno por sus
bocas y quisieran asesinar a aquel antiguo compañero de clase en su instituto y
que había provocado temores en YongSoo porque él todavía no había tenido su
primera vez.
—Tranquilo —le dijo, tratando de calmarlo con su voz—. Sabes
que no voy a hacerte daño… al menos no mucho.
—Lo sé… —murmuró. YongSoo suspiró profundamente—. Vale…
¿qué tengo que hacer?
—Lo primero… relajarte —contestó WookJin esbozando una
sonrisa amplia—. Lo segundo, ponerte a cuatro patas, para que te duela menos.
—¿Quieres que sea un perro sumiso? —no pudo evitar
soltar, provocando que WookJin se riera a carcajadas.
—No, no te preocupes, para perro ya tengo a JiSung —le
respondió, todavía riéndose—. Aunque aún lo tengo que terminar de domesticar —añadió—,
pero esto es para que te duela menos, en serio, es la mejor postura para que
sea más fácil.
YongSoo no quiso preguntar nada de a qué había venido
aquello de JiSung porque tampoco quería saber nada, los tejemanejes que se
tuvieran entre ellos nunca le habían interesado, no le iban a interesar ahora
tampoco. Al final simplemente inspiró hondo para tratar de relajarse como
WookJin le había dicho que debía hacer y después se colocó sobre el colchón a
cuatro patas. Se sintió un poco avergonzado por la postura, pero si aquella era
la única forma en la que podía hacerse aquello para que no le doliera tanto,
tenía que apechugar con aquella vergüenza. Sintió a WookJin recolocarse en el
colchón tras él y después se preparó para sentir la intrusión, pero lo que
primero sintió fue un líquido viscoso y frío caer por su trasero. Aquello lo
tensó un momento, pero se recordó que tenía que relajarse, así que, volvió a
respirar hondo para relajar su cuerpo.
Inmediatamente notó el dedo de WookJin tanteando su ano
hasta que finalmente se internó en él. La sensación fue rara. Entre el
lubricante y el dedo de su amigo, YongSoo se sintió incómodo, pero trató de no
pensar en ello, porque si pensaba en ello, acababa pensando en que, si un dedo
lo hacía sentir incómodo, no sabía qué sería de él cuando WookJin introdujera
su miembro en él. No, no quería ni pensarlo. Se relajaría lo máximo posible y
dejaría que el chico lo preparara lo mejor posible porque al día siguiente
tenía clases y una de ellas era obligatoria porque el capullo del profesor
pasaba lista, así que, a esa clase, como mínimo, tenía que asistir y poder
estar sentado durante una hora era algo que tenía que aguantar.
Tan perdido en sus pensamientos estaba, que no se dio
cuenta de que la puerta de la habitación se abría, ni que por ella entraba una
persona, hasta que ante él no vio unas piernas. YongSoo se tensó de inmediato y
sintió miedo y vergüenza porque alguien había entrado allí y los había pillado
desnudos y manteniendo relaciones sexuales. Intentó moverse para alejarse de
WookJin, taparse o esconderse debajo de la cama incluso para no ser visto, sin
siquiera comprobar quién era la persona que se encontraba ante él, pero WookJin
lo sujetó por las caderas con la mano izquierda y lo dejó anclado a la cama
mientras seguía introduciendo y sacando su dedo de su interior, acostumbrándolo
a la intrusión.
—Mejor que no te muevas —le dijo—. Te harás daño.
—Pero… —trató de replicar, aunque no pudo decir nada más
que aquel “pero” porque una voz conocida sonó en la habitación.
—Oye, me podríais haber avisado que ibais a estar
follando —dijo.
YongSoo alzó su cabeza para encontrarse ante a él a
JiSung, arreglado para salir, cruzado de brazos y observándolos a los dos con
reproche. No parecía sorprendido, solo enfadado porque no le habían dicho que
aquello estaba pasando entre ellos. En los dos años que lo conocía, siempre
había pensado que JiSung era bastante raro porque se comportaba de forma muy
extraña y decía cosas aun más extrañas en ocasiones, pero en aquel momento, se
estaba comportando de forma aún más extraña.
—Hyung… —dijo WookJin tras él—. Te dije que me
había surgido un problema y que no iba a poder ir a nuestra cita.
—Sí y después has dejado de responder a mis mensajes y
mis llamadas y me he preocupado —respondió JiSung—. ¿No puedo preocuparme?
—No seas dramas, hyung —replicó WookJin. En ese
momento, su dedo salió de su cuerpo y YongSoo trató de moverse para alejarse de
él, pero el férreo agarre del chico en su cintura, no lo dejó moverse—. No te
muevas porque te va a doler cuando te meta el otro.
—JiSung hyung —fue lo único que pudo decir.
—No te preocupes por él —respondió el chico—. Le gusta
mirar.
YongSoo no pudo evitar abrir los ojos como platos al
escuchar aquello, pero antes de que pudiera replicar o pedirle alguna
explicación más, WookJin aprovechó para meter dos de sus dedos en su interior y
todo su cuerpo se tensó irremediablemente. Intentó por todos los medios
relajarse porque aquello dolía, pero la situación no estaba de su parte. ¿Cómo
que a JiSung le gustaba mirar? ¿Qué era lo que estaba pasando allí?
—No me trates de un voyeur cualquiera —dijo JiSung—.
Aparte de mirar, me gusta tocar y lo sabes muy bien —el mayor de los tres guiñó
un ojo—. Me imagino que vas a desvirgarlo tú y que aquí no voy a tener nada que
hacer, ¿no?
—Ha venido a mí para que lo desvirgue —contestó WookJin,
siguiendo a lo suyo, moviendo sus dedos dentro de él, suave, pero firmemente,
abriéndolos para crear un poco más de espacio—. Si después sigue teniendo ganas
de mambo contigo os podéis acostar juntos —añadió—. JiSung es muy bueno en la
cama, para que lo tengas en cuenta —le dijo, solo a él, inclinándose sobre su
cuerpo y susurrando aquellas palabras.
Durante un solo segundo, YongSoo no pudo evitar formar en
su mente la idea de acostarse con JiSung. Fue un pensamiento intrusivo,
demasiado, pero por alguna razón, aquella idea no le desagradó en absoluto, es
más, casi le entusiasmó porque JiSung se había ganado bastante fama entre las
chicas y los chicos del campus de ser un increíble amante. Corrían rumores
sobre él y, en más de una ocasión —y más de dos—, WookJin también había
comentado cosas como aquella. Ese último pensamiento lo trajo de vuelta porque
si el menor sabía lo bueno que JiSung era en la cama, significaba que también
se habían debido de acostar, además varias veces, para saber qué era lo que le
gustaba.
—¿Estáis liados? —acabó preguntando, mientras todo su
cuerpo se llenaba de sensaciones porque los dedos por fin dejaban de molestarle.
—No realmente —contestó JiSung, sentándose tranquilamente
en la silla de escritorio de WookJin—. Tenemos algunas citas, nos acostamos de
vez en cuando, a veces nos decimos cosas bonitas, pero nada serio.
—Hyung, eso suena a que estáis saliendo y… —tuvo
que detenerse un momento porque WookJin acababa de tocar algo con sus dedos que
lo dejó sin respiración—, dios, WookJin, no puedo concentrarme en hablar si
haces eso.
—Eso significa que estás casi listo —replicó el otro.
—¿Soy el único al que le parece extraña esta situación? —preguntó
YongSoo.
—Sí —respondieron los dos a la vez.
—No sé ni para qué pregunto.
—¿Quieres que pare y lo dejemos para otro momento? —cuestionó
WookJin, alcanzando su próstata en ese momento y dejando a YongSoo sin
respiración durante unos segundos.
—No, joder —dijo cuando recuperó el habla.
No quería que parase porque a pesar de que todo aquello
era la situación más surrealista que había vivido en su vida —y eso que había
estado en situaciones muy surrealistas porque estaba acostumbrado a estar con
JiSung y WookJin prácticamente todos los días—. No quería que parase, de hecho,
lo único que quería es que WookJin lo terminara de preparar para se la metiera
de una vez por todas porque estaba demasiado caliente y necesitado. Lo ponía
incómodo que JiSung estuviera allí, observándolos, pero sabía que no lo estaba
poniendo tan incómodo como debía porque, en el fondo, esperaba y deseaba que se
uniera a ellos en aquella locura, porque desde el principio había sido una
absoluta locura, ¿qué más daba si aquello se volvía todavía más locura?
—Vale.
Aquella fue la única respuesta que obtuvo de WookJin,
quien justo después saco sus dedos de su interior. YongSoo no pudo evitar que
su cuerpo siguiera su movimiento, sintiendo un vacío ahora que ya no había nada
dentro de él. Pudo ver ante él a JiSung lamerse los labios, mirando tras él,
mirando a WookJin como si se lo quisiera comer enterito, sus ojos
oscureciéndose por el deseo. Fue un poco extraño estar allí en medio de aquella
tensión, pero no tuvo mucho tiempo para pensarlo porque sintió de nuevo aquel
líquido viscoso del lubricante contra su trasero y supo que WookJin estaba
completamente listo para penetrarlo. Las manos del menor se apoyaron en su
cintura y YongSoo sintió la punta de su miembro con el condón rozar su entrada.
No pudo evitar contener la respiración, aunque tratando de relajarse para no
hacer aquello más doloroso para él. Inmediatamente notó cómo WookJin comenzaba
a abrirse paso en su interior, empujando poco a poco, lentamente
introduciéndose en él. YongSoo sintió toda la penetración y tuvo que apretar
los dientes para no gritar porque aquello era demasiado. Molestaba, dolía,
quería que la sacara y a la vez no.
YongSoo sintió entonces unas manos extra en su rostro,
haciendo que alzara la cabeza. JiSung estaba frente a él, mirándolo a los ojos
con aquel deseo apenas contenido que había visto antes en ellos. WookJin se
internó un poco más en él y YongSoo jadeó porque cada vez estaba más profundo y
cada vez molestaba más, pero sin atreverse a decir absolutamente nada y sin
poder decirlo, aunque se hubiera atrevido, porque cuando abrió la boca para
dejar escapar aquel jadeo, la boca de JiSung encontró la suya. YongSoo
correspondió el beso casi sin darse cuenta de lo que hacía, simplemente
moviendo sus labios al compás de los del mayor enfocándose en ellos, en cómo se
movían contra los suyos, demandantes, con ganas de más. Solo tuvieron que pasar
unos instantes hasta que la boca de JiSung se abrió y buscó con su lengua
adentrarse a la suya y YongSoo no opuso resistencia, simplemente partió sus
labios para que el otro hiciera lo que quisiera con él, abandonándose a aquel
beso que lo dejaba sin respiración, relajando todo su cuerpo, dejando de sentir
el dolor mientras WookJin lo penetraba, simplemente notando la intrusión en su
cuerpo.
—Ahhhhhhhh —jadeó cuando los labios de JiSung finalmente
se alejaron de los suyos, para después buscar desesperadamente aire.
—¿Mejor? —le preguntó éste.
—Demasiado… —susurró, todavía falto de aire.
WookJin moviéndose lentamente en su interior, abriéndose
paso, llenándolo por completo, era una sensación extraña, diferente. No sabía
cómo calificarla, pero le gustaba, ahora le gustaba, porque su cuerpo se había
relajado por completo durante el beso con JiSung y ya no dolía. Imaginaba que
el mayor lo había hecho con aquella intención, para distraerlo de aquel dolor,
enfocarlo en sus besos, relajarlo y había funcionado. Había sido demasiado para
él, porque su cuerpo se había llenado de demasiadas sensaciones con ambos
ocupando diferentes partes de su ser. El beso había sido increíble y quería
más. Nunca había besado a JiSung, pero ahora no quería dejar de besarlo.
Aprovechando que todavía las embestidas de WookJin eran
suaves y lentas en su trasero, tratando de acostumbrarlo a la intrusión,
YongSoo se movió un poco hacia atrás y se irguió sobre sus rodillas, alzando su
torso y llevando sus manos a los hombros de JiSung para apoyarse en él y
atraerlo más a su cuerpo. El movimiento provocó que el miembro de WookJin se
internara más profundo en él y YongSoo no pudo evitar el gemido que salió de
sus labios, alto, claro, agudo. No tenía que haber gemido tan fuerte porque las
paredes de la habitación eran demasiado finas, pero no había podido contenerse
y, después de aquello, cerró sus ojos y se abandonó a aquella sensación porque
era la mejor que había sentido en toda su vida.
—Si me pones esa cara tan erótica no voy a poder dejarte
en paz —escuchó decir a JiSung.
—No lo hagas… entonces… —acabó murmurando, invitándolo a
que siguiera compartiendo aquello con él y con WookJin.
Las manos de JiSung acunaron inmediatamente su rostro
para después inclinarse sobre él y besarlo de nuevo, haciendo que YongSoo
volviera a sentir que todo aquello era demasiado para él, pero aun así
queriendo muchísimo más de ambos. Era su primera vez. Era la primera vez que
tenía relaciones sexuales y las estaba manteniendo no solo con su mejor amigo,
sino con otro de sus amigos que, además, parecía estar en una especie de
relación abierta con su mejor amigo. YongSoo sabía su primera experiencia era
completamente única y que, aunque lo fuera a contar por ahí, nadie se creería
que había acabado en un trío en su primera vez. Tampoco es que tuviera muchas
personas a la que contárselo, estaban allí con él dos de ellas y el tercero
estaba tan enchochado con su nuevo novio que apenas le veían el pelo. Su mente
no podía dejar de ir a mil por hora, pensando tonterías, mientras su corazón
latía dentro de su pecho demasiado rápido y se iba quedando progresivamente sin
respiración, debido a los besos con lengua de JiSung y las penetraciones de
WookJin, cada vez más rápidas, cada vez más fuertes, cada vez más
enloquecedoras.
YongSoo
no sabía si quería que aquello acabara alguna vez porque todo era increíble y
demasiado.
La respiración de WookJin tras él se volvió pesada,
dificultosa, sus manos se aferraron mucho más fuerte a sus caderas, hincando
sus dedos en su carne, comenzando a moverse muchísimo más rápido. El cuerpo de
YongSoo también se movió de forma diferente por aquellas penetraciones y sus
labios chocaron con los de JiSung, una vez, otra, le mordió el labio inferior
al mayor en un intento de contener un gemido que trataba de abrirse paso por su
garganta. Se aferró con más fuerza a los hombros de JiSung, dejando de besarlo
porque no podía concentrarse en ello, no podía concentrarse en mover su boca
contra la suya, simplemente dejo caer su cabeza sobre su pecho y siguió
sintiendo a WookJin moverse de forma cada vez más enloquecedora, dentro, fuera,
dentro otra vez. La fricción era increíble y, a veces tocaba su próstata,
dejándolo sin respiración.
WookJin gimió. Un gemido largo, profundo, y dejó de
moverse. YongSoo lo sintió contraerse contra su cuerpo y supo que había acabado
corriéndose. La sensación fue extraña. El menor temblando de placer contra su
cuerpo, agarrado firmemente a sus caderas, quedándose inmóvil durante unos
momentos, tratando de recuperar el aire y la cordura después, saliendo
finalmente de su interior y dejándolo completamente vacío.
—No me puedo creer que te hayas corrido tú primero y no
hayas hecho nada para que disfrute —dijo JiSung en ese momento, pareciendo
indignado.
—Antes de que llegaras… le he hecho la mamada de su vida…
—replicó WookJin, aun recuperando el aire.
—Eso dices tú —contestó JiSung, divertido—. ¿Quieres
hacerlo conmigo también? —le preguntó, dirigiéndose a él.
YongSoo alzó la cabeza de su pecho, donde todavía estaba
y observó al mayor frente a él, cerca, demasiado cerca. Tan cerca que si alzaba
su rostro un poco más podría besar aquellos labios que lo habían estado
volviendo loco unos minutos antes. ¿Quería? No lo sabía. Todavía podía sentir
aquella sensación en su trasero, WookJin adentrándose en él una y otra vez,
como una especie de reflejo fantasma porque sentía que estaba allí, aunque ya
no lo estaba. Quería más de aquello. Quería seguir teniendo sexo porque no se
había quedado satisfecho por completo, todavía se sentía caliente, excitado, su
miembro se había comenzado a endurecer otra vez también. Quería más. Quería
probar si de verdad JiSung era tan increíble, aunque solo pudiera comprobarlo
con la experiencia que acababa de tener con WookJin. Quería alcanzar el cielo
de nuevo con sus dedos y tener otro orgasmo increíble.
—Sí
—acabó diciendo.
Una sonrisa se extendió
por el rostro de JiSung en cuanto escuchó su asentimiento y no tardó en
levantarse de la cama para desnudarse bajo la atenta mirada de YongSoo. Como a
WookJin, YongSoo lo había visto desnudo en muchas ocasiones, a veces casi más
de las que se suponía que uno debía de ver a sus amigos desnudos, pero en
aquella ocasión era especial, porque la situación era especial, se estaba
desnudando para él, se estaba desnudando para adentrarse en él y hacerlo pasar
el mejor rato de su vida y aquello tuvo a YongSoo conteniendo la respiración
hasta que JiSung acabó completamente desnudo frente a él y, volvió a subirse a
la cama.
—Me
he puesto un poco duro por haberos estado viéndoos —le dijo—, pero si quieres
hacer los honores para ponerme aún más, yo te los cedo.
YongSoo asintió y después
desvió su vista hasta el miembro semierecto de JiSung. Aquella sería la primera
vez que tocaba un pene que no era el suyo, pero suponía que todos sentían lo
mismo y, si tocaba en los lugares en los que se tocaba él mismo, debía de hacer
que JiSung sintiera muchísimo placer. Por eso, alargó su mano derecha hasta él
y comenzó a tocarlo, despacio, envolviéndolo con ella, arriba y abajo. Una
especie de gemido grave salió de los labios de JiSung y YongSoo sintió
satisfacción por haber sido él el causante de aquello, atreviéndose a mover su
mano de forma diferente, tratando de darle mucho más placer al mayor.
—Para
ser la primera vez, no lo haces mal —le comentó JiSung, provocando que se
enorgulleciera mucho más de lo que estaba haciendo y de cómo lo estaba haciendo—.
WookJin, YongSoo tiene unas manos mucho más pequeñas que las tuyas y es más
delicado que tú —le dijo al otro.
WookJin ya se había levantado de la cama en aquel
intertanto y había tirado el condón a la papelera de la habitación, todavía
desnudo y sin que pareciera tener la intención de volverse a vestir. El menor
de los tres le sacó la lengua a JiSung después de escucharlo soltar aquel
comentario y JiSung lo invitó con su dedo índice a ir hacia ellos. WookJin
esbozó una de sus sonrisas pícaras y se acercó hasta la cama de nuevo para
inclinarse sobre JiSung, cogerlo del mentón con firmeza y darle un beso en los
labios. YongSoo no pudo evitar quedarse embobado mirándolos, encendiéndose por
ello. En algún momento tuvo que dejar de mover su mano porque JiSung se separó
de WookJin para dedicarle una mirada de disconformidad y YongSoo se dio cuenta entonces
de que se había quedado tan embobado mirándolos que se había detenido, así que,
siguió tocando a JiSung mientras este no dejaba de besarse con WookJin.
A cada momento que pasaba,
el miembro de JiSung estaba más y más duro y más y más sensible, porque le
mayor gemía entre beso y beso y, al final, tuvo que detener a YongSoo, cogiendo
su mano con la suya y apartándola de su miembro, alejándose también de WookJin
para poder hablar, respirando de forma entrecortada.
—Si
sigues así… me voy a correr —le dijo, con una sonrisa—. WookJin, tráeme un
condón y el lubricante.
WookJin puso los ojos en blanco, pero después de darle un
beso corto en los labios, se separó finalmente de él para ir hasta el lugar
donde guardaba los condones. Le lanzó uno a JiSung y éste trató de cogerlo al
vuelo, pero se le escapó de las manos y acabó sobre el colchón. El mayor se rio
y YongSoo tampoco pudo evitar que una sonrisa se formara en su rostro porque
JiSung siempre había sido un poco torpe en todo, siempre estaba cayéndosele
todo de las manos o tropezando con sus propios pies. En vez de lanzarle el bote
del lubricante, esta vez WookJin se lo dio en la mano y JiSung murmuró un
pequeño “gracias” cuando lo cogió.
YongSoo comenzó a moverse sobre la cama para ponerse a
cuatro patas, tal y como había estado con WookJin anteriormente, pero JiSung
negó con la cabeza. YongSoo se sintió algo perdido, pero se quedó quieto,
esperando por más instrucciones de éste. JiSung sacó el condón de su envoltorio
y se lo puso, después se echó un poco de lubricante por encima y le indicó a
YongSoo que se acercara a él.
—¿Quieres
intentar ir bajando tú mismo? —le preguntó.
YongSoo entendió cuál era su intención y asintió, lo más
probable era que quisiera que fuera a su ritmo, que parara si lo necesitaba o
siguiera adelante si veía que todo iba bien. Se movió sobre el colchón y colocó
sus rodillas a cada lado de las caderas de JiSung, alzándose y tomando el
miembro de JiSung para guiarlo hacia su entrada, notando su punta contra ésta y
empezando a descender lentamente. No notó la misma resistencia que había notado
cuando WookJin lo había penetrado la primera vez y supuso que fue porque su
cuerpo todavía estaba preparado para ello. Siguió bajando, apoyándose en los
hombros de JiSung y con las manos del mayor en su cintura, sujetándolo, poco a
poco, cada vez más profundo, hasta que el miembro de JiSung estuvo finalmente
dentro por completo, llenándolo, dejándolo sin respiración. JiSung le dio un
beso y después, con una palmada en el trasero, lo animó a que comenzara a
moverse.
YongSoo empezó lentamente a moverse, arriba y abajo,
sintiendo algo completamente diferente a lo que había sentido cuando WookJin lo
había hecho. Ya no le molestaba tanto y ya no le dolía absolutamente nada. Su
cuerpo se había acostumbrado a aquel tipo de intrusión y cada vez le gustaba
más, le hacía sentir más. Siguió moviéndose, lento, a veces algo más rápido,
pero pronto se cansaba porque no estaba acostumbrado a aquel tipo de ejercicio —ni
a ninguno en general— y tenía que parar unos segundos antes de volver a moverse
de nuevo. Solo estaba enfocado en aquello, en sentirlo todo, en encontrar el
máximo placer en ello y por eso prefería moverse lento, notando cómo a veces
encontraba su próstata de aquella forma, deteniendo completamente su movimiento
en esas ocasiones y dejándose llevar por el placer. Aquello era exquisito, pero
JiSung parecía tener otros planes para él una vez vio que se había acostumbrado
perfectamente a la intrusión.
Sin salir de su cuerpo,
JiSung se inclinó hacia delante y provocó que la espalda de YongSoo acabara
contra el colchón. Por puro acto reflejo, el chico se agarró con sus piernas a
la cintura del mayor y lo atrajo muchísimo más a su cuerpo, haciendo que su
miembro se internara aún más profundo dentro de él. Ambos gimieron, sin poder
controlarse. JiSung tardó unos segundos en empezar a moverse, pero cuando lo
hizo, el ritmo fue completamente diferente y dejó a YongSoo sin respiración
porque una y otra vez, daba contra su próstata debido a aquella posición.
YongSoo no pudo parar de jadear y gemir en todo aquel rato, agarrándose al
cuerpo de JiSung con fuerza, rozando su miembro con el estómago trabajado del
mayor, sintiéndose duro y a punto de estallar. Aquello estaba siendo demasiado
para él, pero tampoco quería que se acabara porque era completamente increíble.
No obstante, tenía que acabar.
YongSoo terminó
corriéndose entre sus cuerpos, alcanzando el orgasmo, quedándose completamente
laxo en los brazos de JiSung, su cuerpo temblando, respirando de forma
entrecortada. El mayor siguió moviéndose dentro de él un poco más, haciéndose
paso a través de sus músculos que se contraían de forma involuntaria por el
orgasmo, hasta que finalmente acabó él también. YongSoo lo sintió porque todo
su cuerpo se tensó un segundo antes de relajarse por completo y caer como un
peso muerto sobre él, respirando de forma irregular. Aquello había sido
completamente increíble.
Todavía tardaron en
recuperarse y sus cuerpos no comenzaron a obedecerlos hasta un rato después,
cuando JiSung se empezó a mover sobre él y salió de su cuerpo finalmente.
YongSoo acabó incorporándose con lentitud, bajo la atenta mirada de las otras
dos personas que se encontraban con él en la habitación, sintiendo un pequeño
pinchazo en su baja espalda, pero nada que no pudiera soportar. WookJin estaba
sentado en la silla de su escritorio, todavía desnudo, con una mano en el culo
del mayor, que estaba a su lado. YongSoo no supo por qué, ya que después de lo
que había hecho con los dos no debería sentir ningún tipo de vergüenza, pero
repentinamente le dio un ataque de vergüenza y acabó cubriéndose la cara con
sus manos solo de pensar en todo lo que acababa de pasar entre ellos tres.
—¿Cómo
ha sido tu primera vez? —le preguntó WookJin y, por el tono de su voz, parecía
divertido.
—Desde luego no ha sido muy convencional —respondió
JiSung.
YongSoo quiso pegarles, porque encima de todo se estaban
riendo de él, pero al final no lo hizo y simplemente suspiró profundamente,
quitándose las manos de la cara y mirándolos fijamente antes de responderles.
—Ha estado genial —contestó, sincero—, pero me imagino
que habréis perdido la apuesta porque ninguno habría pensado que al final se
uniría JiSung.
WookJin abrió los ojos como platos al darse cuenta de
aquello y después comenzó a pegarle al mayor por haberse metido por medio.
YongSoo no pudo evitar reír. Todo aquello había sido demasiado caótico e
inesperado, como lo eran sus amigos, pero se alegraba de haber podido compartir
aquella experiencia con ellos a pesar de que al principio siempre se hubiera
negado. En el fondo, esa decisión que había tomado simplemente porque no podía
bajarse solo el calentón, había sido una decisión muy acertada y se lo había
pasado muy bien, con ambos. Se había entregado a aquel placer culpable y estaba
seguro de que probablemente no sería la única vez que lo haría… aunque lo que
no tenía claro era si quería volver a hacerlo con los dos a la vez porque
aquella experiencia había sido demasiado para él.
—Lo pasé fatal mientras escribía la introducción al fic
porque no encontraba cómodo ni natural absolutamente nada, me tiré días
tratando de sacarla y lo abandoné en un par de ocasiones porque se me hizo
completamente imposible seguir, pero una vez pasé de ese punto todo fue más fácil.
Hay algunas cosas que me siguen sonando awkward en la introducción, pero
imagino que como la situación es así, awkward, deben de sonar así.
—La historia se alargó
sola también, se suponía que mi máximo eran 5k, pero al final se me han ido a
más de 8k y no sé ni cómo ha pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario