Título: Rock Your Body
Pareja:
2Tae (TaeIl x TaeYong) (NCT)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, rock&roll, smut, pwp
Número
de palabras: 2.033 palabras
Resumen:
a TaeIl siempre le ha gustado llevar una vida tranquila y relajada… o al menos
así había sido hasta que conoció a Lee TaeYong.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas y uso de drogas. Las drogas son malas, niños,
alejaos de ellas.
Notas:
Seolemi
estuvo haciendo un llamamiento porque no había nuevos smuts con bottom!taeil y
me dio la oportunidad perfecta para escribir yo algo.
Comentario de autora: esta historia estaba
desde el 2015 en proceso con un ship de EXO, pero al final, viendo que habían
pasado seis años y que no había hecho nada, decidí que era hora de cambiar la
pareja y sacarla del baúl de los recuerdos. Espero que os guste.
TaeIl caminaba por los pasillos del sótano de la empresa
de madrugada, después de haber terminado de preparar unas cosas importantes
para el día siguiente, que no tardaría en llegar. Estaba cansado y solo quería
irse a casa, pero le tocaba asegurarse antes de irse que todo el mundo se hubiera
ido antes. Trainees, artistas, compositores. Ya era bastante tarde, así que era
mejor volver a casa. En las salas de ensayo no quedaba nadie, todas las luces
apagadas y las puertas cerradas, pero en la zona de las salas privadas y los
estudios, TaeIl se detuvo nada más entrar en aquel pasillo. Ya desde el inicio
del pasillo se podía identificar el olor a marihuana, amargo, como a verdura
que se estaba pudriendo, totalmente asqueroso. Tuvo que taparse la nariz con el
escote de su camiseta e inspirar hondo dentro de ella, antes de adentrarse en
aquel pasillo, sabiendo exactamente cuál era la habitación de la cual procedía
ese pestilente olor. Cuando llegó, TaeIl llamó con los nudillos a la puerta
ante él, esperando que la persona que se encontraba dentro no estuviera
demasiado colocada y todavía pudiera abrirle la puerta. Tuvo que esperar unos
momentos, todavía con la nariz metida dentro de su camiseta, hasta que
finalmente la puerta de aquel estudio privado se abrió y, por ella, apareciera
Lee TaeYong, el líder de una de las bandas de rock más laureadas del país, con
una sonrisa de idiota pintada en su rostro y desprendiendo aquel pestilente
olor a marihuana por todos sus poros. Al abrir la puerta, también lo recibió un
olor mucho mas concentrado de aquella hierba podrida, casi le dio un guantazo
en toda la cara y TaeIl tuvo que dejar de respirar durante unos momentos.
—Hyung… ¿qué haces aquí? —le preguntó TaeYong,
arrastrando las palabras al hablar y echado sobre el marco de la puerta—. Es
tarde.
—Asegurarme de que no quedara nadie en la empresa antes
de irme por eso mismo, porque es tarde —le respondió, sin sacar todavía la
nariz de su camiseta—. ¿No se suponía que habías dejado la maría?
TaeYong rio y su risa reverberó en el pasillo desierto y
en los oídos de TaeIl. Encima tenía la desfachatez de reírse. Había unos meses
que lo había pillado fumando marihuana y le había tenido que recordar varias
veces que, aparte de mala para su salud y su garganta, era ilegal en el país.
TaeYong le había asegurado que solo la fumaba cuando estaba demasiado atascado
con alguna ocasión y que la maría le abría la mente y lo hacía pensar con mucha
más claridad. TaeIl lo dudaba, pero le había dado un ultimátum y, como el chico
le había prometido que aquello no era serio y que dejaría de fumar si se lo
pedía, no le había echado más cuentas al asunto. En aquellos momentos, se
sentía un poco decepcionado porque éste había roto su promesa y encima se reía
de él. Aún con la nariz metida dentro de su camiseta y tratando de no respirar
aquel pestilente olor de la marihuana, que se le empezaba a colar incluso por
la tela, le dedicó una mirada fija a TaeYong, con el ceño fruncido,
evidenciando que estaba enfadado con él.
—Lo siento hyung… —murmuró entonces TaeYong—. Me
quedaba un poco en el cajón y esta canción en la que estoy trabajando no
avanzaba, así que… he caído en la tentación —se excusó—. Pero te juro que ya no
tengo más y he borrado y bloqueado el número del tío que la pasaba, así que, no
voy a comprar más.
—Ventila el estudio, echa tres litros de ambientador y
vámonos a casa.
TaeIl hizo el amago de girarse para echar a andar y salir
de aquel lugar. No podía respirara en aquel ambiente tan cargado del olor a
marihuana y sabía que si estaba unos minutos más expuesto a ello se iba a
comenzar a marear. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso para alejarse
del estudio de TaeYong, éste lo agarró de la muñeca y lo dejó clavado donde
estaba. TaeIl acabó sacando la nariz de su camiseta con aquel movimiento brusco
y el olor de la marihuana le volvió a dar un tortazo en la cara.
—Hyung… te he prometido que no fumaré marihuana
más… —dijo—. Pero quiero fumarte entero a ti.
TaeIl cerró sus ojos tratando de calmarse y pensar con
claridad. No podía inspirar hondo porque entonces la marihuana se le colaría
aún más en su sistema y no lo dejaría pensar. Desde que había entrado a
trabajar en aquella empresa, desde que lo habían asignado como staff propio de
aquella banda de rock, su vida había dado un giro de 180 grados y, en gran
parte, se debía a Lee TaeYong. TaeIl siempre le había
gustado su vida tranquila y relajada, pero no había podido rechazar aquella
oferta de trabajo porque le pagaban muy bien y necesitaba el dinero… sin
embargo, desde el momento en el que conoció a Lee TaeYong, su vida ya no había
vuelto a ser tranquila y relajada. Porque aquel chico era un torbellino y
porque se le había colado demasiado dentro de la piel y, antes de que se diera
cuenta de lo que sucedía, TaeIl se había quedado prendado de él, incluso con
sus defectos y con aquel tipo de cosas, como fumar marihuana cuando no debía
hacerlo. TaeYong había mostrado también interés en él desde el principio y, al
final, ambos habían acabado cediendo el uno al otro y su relación, si bien era
conocida por aquellos más cercanos —Johnny, Yuta y DongYoung, los miembros de su
banda, y algunos amigos—, no era de dominio público por lo que
aquello pudiera ocasionar en la imagen del grupo. En momentos como el de ahora,
TaeIl se sentía tentado a seguir al otro en sus locuras, dejarse llevar y hacer
algo porque su caótica nueva vida fuera aún más caótica… pero, en el fondo,
TaeIl siempre había sido sensato.
—No me pienso acostar contigo en tu estudio —replicó.
—Eso dices ahora —le contestó TaeYong.
El chico tiró de la muñeca que todavía agarraba hacia él
e hizo que TaeIl acabara tan solo a unos centímetros de su rostro. TaeYong era
algo más alto que él, por lo que con su otra mano lo cogió del mentón para
alzar su rostro y hacer que sus labios se encontraran en un beso perezoso,
lánguido, donde sus lenguas se encontraron y con sabor a marihuana. Cuando se
separaron, TaeIl no pudo evitar la expresión de disgusto que apareció en su
rostro porque ahora se le había quedado aquel sabor en su propia boca. Por un
instante, odió al chico que tenía delante, pero al ver la sonrisa socarrona y
cómo sus ojos no estaban realmente enfocados en él, supo que no estaba actuando
de manera completamente racional. Se lo iba a pasar solo por aquello.
—Recoge tus cosas y vamos a casa —le dijo—. Allí podrás
hacerme lo que quieras —prometió, provocando que los ojos de TaeYong brillaran
con deseo mal contenido.
~
Cuando TaeYong le había dicho un rato antes que quería
fumárselo entero, TaeIl no se imaginó aquello exactamente. Habían llegado a la
casa que compartían desde hacía pocos meses y, un algo más despierto TaeYong,
de inmediato lo había llevado hasta la habitación, donde lo había desnudado
antes de que TaeIl pudiera darse cuenta de lo que hacía. El chico no había
tardado en inclinarse sobre él y comenzar a besar y chupar todo su cuerpo de
arriba abajo, sin dejarse un solo centímetro por explorar, empezando por su
cuello, bajando por sus brazos, besando lunares, llegando hasta sus manos,
donde chupó todos y cada uno de sus dedos mientras lo miraba a los ojos,
teniendo en cuenta todas y cada una de sus reacciones, de forma totalmente
erótica. Había besado también sus pies, sus piernas, su pecho, se había
entretenido con sus pezones, con su ombligo, había rondado por la zona de su
entrepierna una y otra vez y había hecho caso omiso a su miembro, que esperaba
por las atenciones que estaba recibiendo todo su cuerpo, un cuerpo que cada vez
estaba más sensible a aquel tacto de los labios suaves de TaeYong por todo su
ser. No obstante, éste se había entretenido en su cuerpo. Deteniéndose en cada
lugar para que cada zona de su cuerpo ardiera allí donde era besada por sus
labios… y solo cuando consideró que ya era suficiente, se movió hacia su
miembro y le dio todas las atenciones que estaba esperando —y más— porque
cuando TaeYong finalmente usó su boca en su miembro, TaeIl casi tiene un
orgasmo allí mismo.
TaeYong besó la punta de su miembro,
la rozó con la lengua, abriendo su boca levemente, comenzando a tragarse su
leve erección. Su boca caliente envolviendo su pene, haciendo que creciera cada
vez más y más en su boca. Se entretuvo también en besar y lamer sus testículos,
usando su lengua para penetrarlo en ocasiones, arrancando gemidos de los labios
de TaeIl, que, a aquellas alturas, no podía contenerlos porque necesitaba más,
más, más. Pero TaeYong se lo fumó como si se estuviera fumando un canuto
de mariguana, lo hizo lento, saboreándolo, disfrutando de sus reacciones,
disfrutando de saber que él estaba provocando aquellas reacciones. No dejó de hacerlo.
No dejó de tratar su miembro de aquella forma ni mientras introducía sus dedos
en su interior, abriéndose camino dentro de él gracias al lubricante, sabiendo
las pausas que debía de hacer cuando estaba a punto de correrse para dejarlo al
borde del abismo, sabiendo justo el momento exacto en el que TaeIl se volvería
completamente loco y dejándolo ahí, casi sin sentido, rogándole porque le diera
lo que necesitaba… pero TaeYong solo dejó de torturar su miembro cuando finalmente
comenzó a introducirse en él, lento, muy lento, demasiado lento porque llevaban
semanas sin hacerlo y estaba desacostumbrado. Una vez estuvo dentro, el ritmo
comenzó a ir in crescendo, sin detenerse. El miembro de TaeYong
encontrando una y otra vez aquel punto dentro de él que lo acercaba cada vez
más y más a tocar con la punta de sus dedos las estrellas. Y TaeIl finalmente
se corrió, envuelto en la saliva de TaeYong y con el orgasmo más placentero que
jamás había tenido en su vida, sintiendo a través de la semi consciencia del
orgasmo cómo el chico seguía moviéndose todavía dentro de él en embestidas cada
vez más rápidas y fuertes buscando su propio orgasmo hasta que finalmente lo
encontró.
Ambos jadeantes y satisfechos se
enredaron en las sábanas y entre ellos cuando TaeYong finalmente salió de su
cuerpo. Se quedaron así mucho tiempo, recuperándose, con la mente todavía
viciada por los orgasmos que habían tenido y, al menos TaeIl sin ser capaz de
decir una palabra coherente. Su mente se fue aclarando poco a poco y lo único
en lo que podía pensar era en lo mucho que había cambiado su vida desde que en
ésta se había cruzado TaeYong, el líder de aquella banda de rock que tonteaba
con las drogas y que siempre que le prometía buen sexo se lo daba. Cuando TaeIl
finalmente pudo recobrar el habla, solo pudo decir una cosa.
—A partir de ahora, espero que lo único que te
fumes sea a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario