lunes, 1 de noviembre de 2021

[One Shot] Drink It {BbangNyu}

Título: Drink It

Autora: Riz Aino

Pareja: BbangNyu (YoungHoon + New) (THE BOYZ)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, fantasy, vampires, “romance”, smut, pwp

Número de palabras: 3.278 palabras

Resumen: YoungHoon se adentró en aquel lugar sin saber que lo que le esperaba al hacerlo era algo casi peor que la muerte.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas y sangre, mucha sangre.

Notas: historia inspirada por el mv y la letra de Drink It.

Comentario de autora: nada más salir la canción me enganché muchísimo y decidí que debía de hacer un fanfic sí o sí porque escribir de vampiros siempre viene de lujo. Espero que os guste.

 

 


 

—Ha entrado un humano —murmuró SangYeon después de olfatear el aire, llamando la atención de ChanHee—. Huele muy bien.

 

            ChanHee cerró sus ojos y se concentró en buscar la fragancia del humano que se había adentrado en sus dominios. No tenía el olfato tan desarrollado como el otro vampiro y tuvo que buscarlo durante unos momentos, aislando el resto de olores hasta que lo encontró, un aroma dulce, casi empalagoso, sangre fresca. ChanHee se relamió porque esa sangre debía de ser totalmente exquisita y quería que fuera para él. Abrió sus ojos después de localizar el lugar exacto en el que se encontraba el humano y miró a SangYeon, que estaba sentado bebiéndose tranquilamente una copa a rebosar de sangre. El vampiro estaba bien alimentado, así que, no creía que tuviera ningún problema en que él se quedara con aquella delicia que acababa de entrar por la puerta.

 

            —Será mi presa —comentó, provocando que SangYeon se encogiera de hombros antes de contestarle.

            —Si lo coges tú antes que cualquiera de los demás, porque se están moviendo para reclamarlo como suyo todos.

 

            SangYeon no tuvo que decirle nada más. ChanHee salió corriendo, a la velocidad del rayo, con sus ojos cerrados para concentrarse mejor en el aroma dulce que el humano desprendía. Debía de llegar hasta el antes que los demás vampiros que residían allí lo hicieran y lo reclamaran porque quería reclamarlo él y hacerlo suyo. Todavía era incapaz de aparecerse, de teletransportarse de un lado a otro porque no tenía los siglos suficientes para ello, pero tenía que ser el primero en llegar hasta él.

 

~

 

            YongHoon sabía que se debía de haber perdido entre los laberínticos pasillos de aquel lugar abandonado en el que había entrado; no obstante, no se sentía asustado ni angustiado por ello, tenía tiempo para buscar la salida, pero había entrado allí para buscar algo y quería encontrarlo, no se iba a ir de allí hasta que lo encontrara, de hecho. Había escuchado demasiados rumores, rumores que hablaban de que en el lugar había un nido de vampiros que se alimentaban de todas las personas que entraban allí no volvían a salir. Muchos decían que era porque las desangraban totalmente después de alimentarse de ellas, otros decían que era porque convertían a todo el mundo en vampiros. Él no se creía ni una ni la otra versión, de hecho, ni siquiera se creía que esa clase de seres —ni cualquier otra— existiera de verdad, por eso había entrado al lugar, para demostrar que los rumores no eran verdad y que simplemente era un edificio abandonado.

 

            Todo estaba en silencio y solo sus pisadas resonaban en los pasillos de hormigón que nunca habían sido pintados. YoungHoon fue entrando en las habitaciones que se encontraba, mirando por las esquinas por si había algo que fuera extraño, pero hasta el momento solo se había encontrado con habitaciones llenas de polvo y medio en ruinas. Siguió adentrándose en el lugar, entrando en aquella ocasión a una especie de baño en donde había un lavabo del cual caía una gota del grifo de vez en cuando y sobre éste un espejo roto y manchado de lo que parecía ser sangre. YoungHoon entró al baño y se acercó al espejo para observarlo con detenimiento, si aquellos regueros sobre el espejo eran sangre debían de tener muchísimo tiempo y estar completamente oxidados porque no lo parecían.

 

            YoungHoon se sintió de repente observado y dejó de centrar su atención en el espejo para mirar a su alrededor, para encontrar el origen de aquel escalofrío que había recorrido toda su columna vertebral de arriba abajo, pero no encontró nada extraño y, sobre todo, no encontró a nadie.

 

            YoungHoon no lo supo, ni siquiera lo vio, pero a su lado había tenido a un vampiro, un vampiro que lo había seguido al interior del baño y lo había observado fijamente, oculto entre las sombras, para después acercarse a su cuello, su nariz pegada prácticamente a su piel y sus colmillos asomando entre sus labios rojos. YoungHoon no lo supo porque salió del baño antes de que sucediera nada, antes de que aquel vampiro hincara los dientes en su carne.

 

~

 

            —ChanHee lo ha reclamado —dijo SangYeon, sujetando a duras penas a ChangMin, cuyos ojos se acababan de volver rojos y su sed de sangre comenzaba a nublarle la consciencia—. Yo que tú no me metería en su camino.

 

            ChangMin lo miró fijamente y trató de zafarse de su agarre, pero no lo consiguió hacer porque Jacob apareció en aquel momento y lo sujetó también. SangYeon le agradeció con un pequeño asentimiento de cabeza al recién llegado por ayudarlo y éste simplemente sujetó con mucha más fuerza a ChangMin, que no estaba en sus cabales porque la sangre del humano era demasiado golosa. Se colocó ante él para que se enfocara en él y no en el humano que había salido del baño y volvía a deambular por los pasillos sin rumbo fijo.

 

            —La última vez que te enfrentaste a ChanHee por una presa no acabó bien —le recordó a ChangMin.

 

            El joven vampiro pareció volver en sí después de aquella frase y SangYeon supo que había tenido mucho que ver el hecho de que el olor del humano hubiera comenzado a diluirse. Sus ojos volvieron a ser castaños y sus colmillos dejaron de asomar en sus labios, así que ya no había ningún peligro. SangYeon lo soltó y ChangMin se soltó con rabia del agarre que Jacob mantenía sobre él también, dedicándoles una mirada de odio a ambos antes de irse en dirección contraria a la que el humano había tomado momentos antes.

 

~

 

            YoungHoon siguió avanzando por los pasillos del edificio abandonado, adentrándose más y más en él, sin ver absolutamente nada extraño. Solo debía de llevar allí una media hora y ya casi se había recorrido la planta baja, así que, decidió que debía de subir a las demás plantas y comenzó a buscar una escalera más o menos firme por la que subir. Dio varias vueltas antes de encontrarla, pero al final encontró una que parecía ser lo suficientemente firme para soportar su peso y se dirigió hasta ella. No obstante, antes de poner el primer pie en ésta, un movimiento a su derecha captó su atención y YoungHoon se paró en seco. El hormigón en la pared de enfrente estaba un poco desecho y se veían los hierros que habían usado para la construcción y, a través de ellos, una habitación que le había pasado desapercibida antes.

 

            Miró a su alrededor por si encontraba la entrada, pero no la vio y acabó simplemente agachándose y acercándose al agujero para ver qué era lo que había allí detrás. YoungHoon se pego a la pared y abrió los ojos como platos porque allí, en aquella habitación para la que no había encontrado la puerta, se encontraba un chico más o menos de su edad con una especie de canicas de color rojo brillante en sus manos, levitando. YoungHoon abrió los ojos como platos sin poder creer lo que estaba viendo, porque no podía ser real, nadie podía hacer levitar objetos. Mientras observaba la escena, los ojos del joven de la habitación se encontraron con los suyos e, inmediatamente, su posición cambió, estando al momento, en un parpadeo, justo frente a él, observándolo fijamente y sobresaltándolo. Su corazón le dio un vuelco en aquel momento y su cuerpo reaccionó solo, alejándose del agujero con gran rapidez, perdiendo el equilibrio y apoyando su mano derecha en el suelo para sujetarse, con la mala suerte de que en aquel lugar había cristales de una ventana cercana rota y se los clavó en la mano.

 

            —Ahh… —jadeó sin poder reprimir su voz.

 

            YoungHoon se miró la mano y se sacó los cristales que se le habían quedado incrustados en la herida, por eso no se dio cuenta de que el joven al que había observado tras la pared ya no se encontraba allí, sino justo junto a él, mirándolo fijamente. YoungHoon reprimió las ganas de gritar y abrió la boca, intentando encontrar las palabras para poder preguntarle a aquel muchacho qué hacía allí y lo que era; sin embargo, antes de que pudiera hacer nada, decir nada, éste le agarró la mano, pasando sus dedos por la herida, llevándose con ellos parte de la abundante sangre que no paraba de salir. YoungHoon no supo qué esperar, pero desde luego no esperaba que éste llevara sus dedos manchados de sangre hasta su rostro y se los pasara por los ojos, manchándole la zona. Cuando abrió sus ojos de nuevo, lo único que vio fue al otro lamiendo la sangre de sus dedos, justo antes de huir de él, asustado, como si hubiera visto a un fantasma.

 

~

 

            ChanHee no había parado de dar vueltas por la planta baja del edificio, siguiendo en círculos el aroma del humano, pero sin dar con él. Parecía que había estado caminando en círculos, alejándose de él cuando el vampiro creía que ya había dado con él porque su esencia estaba en todas partes y le resultaba sumamente confuso encontrar el rastro más reciente. Le habría venido bien que SangYeon lo guiara, pero éste había tenido que ir a avisar a los demás vampiros para que no se acercaran a humano, su esencia la había encontrado junto a la de varios de los vampiros que vivían en el lugar. No obstante, repentinamente, la esencia del humano se hizo mucho mas fuerte y ChanHee pudo percibirla sin necesidad de tener que concentrarse, lo que significaba que había derramado sangre.

 

Rápidamente, sin perder ni un solo segundo, ChanHee corrió en lugar a la dirección desde la cual procedía aquel aroma tan dulce. El vampiro recorrió los pasillos de la planta baja hasta llegar a uno de los accesos a las plantas superiores, encontrándose con el humano allí, en el suelo, mirando su mano con una herida profunda y con su cara llena de sangre. Junto a su esencia ChanHee podía distinguir la de JuYeon y SangYeon, así que, debía de haber alejado al otro de su humano antes de que siguiera con su ritual antes de hincarle el diente.

 

            ChanHee se acercó al muchacho con cuidado, tratando de aparentar inocencia para ganarse su confianza y llevárselo hasta su guarida, donde ninguno de los demás lo pudieran molestar mientras se comía enterito a aquel humano tan incauto que se había adentrado en aquel nido de vampiros.

 

            —¿Estás bien? —le preguntó, sobresaltándolo—. Lo siento, no quería asustarte —ChanHee se terminó de acercar a él y se agachó a su lado—. Parece una herida profunda habría que curártela antes de que siga sangrando y se infecte.

 

            El muchacho pareció querer decirle algo, pero cuando abrió su boca, las palabras no le salieron y ChanHee imaginó que se había quedado en shock, probablemente debía haber visto a JuYeon haciendo algo no humano o con los ojos rojos y los colmillos asomando.

 

            —No te preocupes —le dijo—. Voy a curarte y a sacarte de aquí.

 

            ChanHee se rompió parte de la camisa blanca que llevaba y después cogió la mano del humano para vendársela con cuidado, esbozando una sonrisa encantadora que pareció hacer que el muchacho se relajara lo suficiente como para confiar en él.

 

~

 

            YoungHoon siguió al muchacho delgado que había aparecido ante él y le había vendado con cuidado la herida escaleras arriba. Realmente no sabía por qué lo estaba haciendo, por qué lo estaba siguiendo, cuando lo que tenía que hacer era salir de allí cagando leches porque se había encontrado cada a cara con uno de los seres de los cuales había ido a desmentir su existencia, porque el chico que había visto a través de la pared y el que le había manchado la cara de sangre tenía que ser un vampiro. La forma en la que había aparecido y desaparecido al instante, cómo movía aquellas canicas de color rojo intenso, no podía ser un humano normal. Por eso, tenía que haber salido de allí, tenía que haber huido para que no lo encontraran, para que los vampiros no lo desangraran y lo mataran, pero había aparecido aquel muchacho bajito y delgado que le había vendado la mano y le había dicho que lo iba a curar y YoungHoon no había podido pensar en otra cosa que no fuera en su encantadora sonrisa y su voz suave y delicada.

 

            —Ya hemos llegado —comentó el muchacho, entrando a una habitación que estaba bastante oscura porque solo había una pequeña ventana por la que no entraba demasiada luz y en la que simplemente había un colchón en el suelo con varias mantas descuidadamente echadas por encima y algunos libros ajados por los años—. Siéntate —le pidió éste, señalándole el colchón y YoungHoon sintió sus indicaciones, dejándose caer en él—. Ahora voy a curarte, no tengas miedo.

 

            El muchacho se sentó en el suelo frente a él tras decir aquello y en aquel lugar escasamente iluminado, sus facciones delicadas parecían tremendamente hermosas, su piel blanca y suave como si estuviera tallada por algún maestro escultor en alabastro. YoungHoon no sintió miedo de él, de hecho, tuvo que contener sus deseos de tocar aquella piel y dejó que éste volviera a cogerle la mano herida, esta vez para retirarle el trozo de tela que había usado como venda improvisada. Llevó su mano cerca de su rostro y observó la herida fijamente, sacando un par de cristales pequeños cuidadosamente de ésta. YoungHoon sintió un pequeño pinchazo en el lugar, pero ni siquiera se quejó del dolor porque inmediatamente después, la boca del muchacho se encontraba sobre su herida, lamiéndola.

 

            Su corazón comenzó a latir rápidamente y YoungHoon no supo si por miedo o excitación. No pudo dejar de mirar cómo éste le daba lametones a su herida, de una forma que le debía de estar poniendo los pelos de punta porque la única explicación para que hiciera aquello era porque también debía de ser un vampiro, pero lo estaba haciendo tan erótico, tan sensual, que YoungHoon se sintió completamente confuso sobre qué era lo que estaba sintiendo en aquellos momentos y lo único que pudo hacer fue quedarse totalmente inmóvil, solo observando con detenimiento cómo el otro lamía su herida hasta que la sangre dejó de salir abundantemente por ella.

 

            —¿Mejor? —le preguntó el chico, alejándose de su mano y relamiéndose.

 

            YoungHoon tuvo que apartar la vista de aquellos labios que ahora estaban completamente rojos por su sangre y se fijó en su mano, en cómo se había formado una costra sobre el corte y se había hecho mucho más pequeño. No pudo evitar mirar al chico de nuevo, sorprendido, encontrándose al hacerlo con una expresión risueña en su rostro.

 

            —¿Cómo es posible? —no pudo evitar preguntar.

            —Porque tengo poderes especiales —le replicó el otro.

 

            Sus ojos comenzaron a cambiar y el brillo castaño oscuro de éstos se volvió repentinamente rojo y YoungHoon tragó saliva de forma bastante notable. Aquel muchacho frágil que tenía ante él era un vampiro y él tenía que estar asustado porque estaba en una habitación solo con uno de aquellos seres, en su guarida, donde le podía hacer todo lo que quisiera porque absolutamente nadie iba a ir a salvarlo. YoungHoon debía de tener miedo, pero lo único que sentía en esos momentos era excitación y no sabía por qué, una excitación que le recorría todo su cuerpo, como su torrente sanguíneo. No sabía por qué, pero lo único que quería en aquellos momentos era besar al vampiro que tenía ante él, besarlo y comérselo entero; no obstante, antes de que pudiera hacerlo, éste se abalanzó sobre él.

 

~

 

            Todos los vampiros solían tener un ritual antes de beber la sangre de un humano, antes de comerse a su presa y dejarla completamente seca. JuYeon tenía aquel extraño ritual en el que usaba la sangre de su víctima para manchar su rostro, generalmente la zona de sus ojos, como le había hecho a aquel humano antes de que ChanHee llegara a por él, mientras que ChangMin solía acechar desde las sombras, invisible al ojo humano y atacar cuando menos lo esperaban… ChanHee usaba el sexo. Le gustaba excitar a sus víctimas, hacer que se volvieran locos por él y que no pudieran pensar en otra cosa que no fuera en estallar de placer junto a él, pero solía reservar aquel ritual para cuando la presa realmente lo mereciera. El humano que se le había presentado en bandeja aquel día lo merecía totalmente porque su sangre era espectacular y, además, era increíblemente guapo, así que, ChanHee estaba ávido por acostarse con él.

 

            Lo desnudó en un santiamén, sin darle tiempo a pensar, entre besos, lametones y caricias, provocando que su deseo por él aumentara más y más, volviéndolo completamente sensible a su toque hasta que el muchacho humano no pudo parar de gemir, con su miembro completamente duro y apuntando al techo. ChanHee llevaba tiempo sin tener una presa igual de apetecible y él mismo también se encontraba completamente excitado, solo deseando que el chico se corriera en su interior para morderlo en el éxtasis del sexo, por lo que apenas tardó en encontrar la mejor posición para subirse sobre él y comenzar a cabalgar su miembro, arrancando gemidos de sus bocas. Con las rodillas a cada lado de sus caderas, sentado a horcajadas sobre él, ChanHee tomó impulso mientras no paraba de besar los labios del humano, besar sus mejillas, su nariz, lamer la sangre que comenzaba a secarse alrededor de sus ojos, notando en su lengua también el sabor del sudor del chico, sintiéndose completamente lleno de él, pero queriendo mucho más. El humano, tan excitado como estaba, no tardó demasiado en estallar de placer en su interior y Chanhee sintió un pequeño escalofrío en ese mismo instante. Había sido rápido, pero increíble.

 

            Antes de que se le pasara el efecto del orgasmo, antes de que el humano sintiera miedo de él, ChanHee terminó su ritual, inclinándose sobre su cuello, allí donde su sangre latía con mucha fuerza y le hincó sus colmillos, prologándole el sentimiento de placer al joven y alimentándose de aquella sangre dulce que, de inmediato, lo hizo sentir en el paraíso porque nunca había bebido nada así, nunca había encontrado una sangre tan increíble como aquella, que parecía casi un manjar de los mismísimos dioses. ChanHee se acabó separando de éste por fuerza de voluntad tras lamerle la herida del cuello para que ni una sola gota de su sangre siguiera vertiéndose porque era totalmente valiosa, como la piedra preciosa más rara del mundo, teniendo sumamente claro que haría todo lo posible para que ese humano se quedara con él para siempre, porque no quería dejar de beber esa sangre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Como os habréis podido dar cuenta he incluido algunas de las escenas del mv porque me venían al pelo para la historia, mientras que otras simplemente las he desechado y he ido al grano de lo que quería para no alargarme demasiado.

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