martes, 23 de noviembre de 2021

[One Shot] Lustful {YongWook}

Título: Lustful

Autora: Riz Aino

Parejas: YongWook (Mill + Nine) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, romance, fluff, drama, humor, smut, pwp

Número de palabras: 2.912 palabras

Resumen: YongSoo está harto de que WookJin se ría de sus intentos de ser el activo en sus relaciones sexuales y tiene un libidinoso plan para cambiar las tornas… aunque sea solo por una vez.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas y (tengo que avisarlo porque esto va a pasar muy pocas veces, si es que va a volver a pasar) top!mill.

Notas: tuve esta idea porque Mill es adorable, pero a veces saca un poco de genio y se pone firme (aunque no le dura mucho).

Comentario de autora: tenía ganas de probar esta dinámica porque adoro hacer dinámicas nuevas, pero es que Mill es tan bottom. Espero que os guste.

 



            —¿Cuándo vas a dejar que te la meta? —preguntó YongSoo, después de dejar un beso contra el ombligo de WookJin. El chico notó el cuerpo de su novio vibrar por la risa justo después y YongSoo no pudo evitar el puchero que se formó en sus labios—. ¿Esa risa es un “nunca jamás”? —le cuestionó.

            —Es un… lo pensaré —le dijo WookJin, todavía con el eco de la risa escuchándose en su voz—. Alguna vez… quizás.

            —Eso es nunca —acabó murmurando YongSoo, en un susurro que no había sido pensado para que WookJin lo escuchara, sino más bien como una queja—. Nunca me dejas.

 

            YongSoo no pudo evitar suspirar profundamente y después le lamió el ombligo a WookJin, provocando que un escalofrío de placer le recorriera todo el cuerpo. Estaba harto de aquello. Harto de que WookJin se riera de todos sus intentos de ser el activo cada vez que se acostaban. YongSoo disfrutaba de cómo WookJin se adentraba en él hasta lo más profundo, de cómo se movía en su interior y lo hacía alcanzar el clímax, dejando su cuerpo completamente laxo y relajado… no obstante, siempre había querido probar, siempre había querido hacerle sentir a WookJin lo que WookJin le hacía sentir a él. No obstante, su chico no parecía pensar lo mismo y siempre acababa frustrando todos sus intentos, aprovechando que tenía más fuerza que él y estaba más musculoso. En todas las veces que YongSoo lo había intentado en los últimos tiempos, lo único que había conseguido había sido meterle un dedo durante un segundo, antes de que WookJin se alejara de él y después cambiara las tornas para atrapar su cuerpo contra el colchón y acabar penetrándolo una y otra vez hasta que YongSoo casi alcanzó a tocar el cielo con las yemas de sus dedos.

 

            A pesar de todos sus fracasos, YongSoo no iba a desesperar ni a cesar en su empeño. No sabía si WookJin no quería porque tenía miedo o porque no se fiaba de él, realmente no le importaba el motivo. YongSoo tenía las manos pequeñas, los dedos cortos y regordetes, al contrario que las de WookJin que eran enormes, sus dedos larguísimos y huesudos, y cuando los introducía en su interior YongSoo se sentía en el paraíso; pero a pesar de que sus manos no fueran como las de WookJin, él sabía usar sus dedos bien. Se había dado placer a sí mismo en muchísimas ocasiones con sus dedos, cuando no podía ver a WookJin durante bastante tiempo, en aquellos solitarios momentos se había penetrado a sí mismo con ellos y había visto las estrellas. También lo había hecho en alguna ocasión en presencia de WookJin, se había preparado él mismo bajo su atenta mirada, sus oscuros ojos ardiendo de deseo, de deseo por él mientras se masturbaba ante él. YongSoo sabía usar a la perfección sus manos y sabía que iba a hacer a WookJin disfrutar si tan solo éste lo dejaba… por eso, aquel día había urdido un plan, un libidinoso y maléfico plan para por fin acabar dentro de WookJin sin que éste pudiera decir una palabra.

 

            YongSoo siguió besando el cuerpo de WookJin hacia abajo, llegando hasta la cinturilla elástica de sus calzoncillos. Aquella prenda le estorbaba en lo que había planeado, pero decidió torturar un poco a su chico antes de hacer algo que le iba a encantar. Siguió besando por encima de la tela su miembro erecto, aquel bulto que sobresalía, duro, caliente, húmedo, provocando que un gemido se escapara de los labios de WookJin, haciendo que una sonrisa se extendiera por sus labios porque iba a aprovechar el mayor punto débil de su novio para hacer lo que quisiera con él. A YongSoo no le gustaba usar su boca en el miembro de WookJin, no le gustaba el sabor que se le quedaba después, no le gustaba la forma en la que después la mandíbula le protestaba un poco por la posición forzada… no obstante, sabía que a WookJin le encantaba que le comiera la polla. YongSoo no sabía si de verdad era tan bueno con su boca, con su lengua, o solo era porque no solía hacerlo que cuando decidía hacerlo en alguna ocasión, WookJin lo sentía magnificado. Fuera como fuese, se iba a aprovechar de ello al máximo e iba a dejar a su novio completamente seco y satisfecho, sin fuerzas y temblando de placer para poder introducirse en él.

 

            Después de varios besos y mordisquitos por encima de la tela, YongSoo finalmente retiró la prenda, bajándola por sus piernas y tirándola por el cuarto, dándole igual donde cayera, WookJin no iba a necesitar sus calzoncillos en un buen rato. Una vez su miembro estuvo completamente expuesto, YongSoo se inclinó de nuevo sobre el cuerpo de su novio y tomó su miembro con sus pequeñas manos para sujetarlo mientras comenzaba a besarlo. El contacto de sus labios contra su piel sensible y caliente provocó que WookJin volviera a gemir, esta vez mucho más alto, sin aguantarse ni contenerse y YongSoo sonrió contra su miembro antes de lamer su húmeda punta, introduciendo levemente la punta de su lengua en su uretra, haciendo luego movimientos circulares alrededor de la piel que se había retirado al crecer su miembro.

 

            —YongSoo… ahhhhh… —gimió, llamándolo por su nombre—. ¿Por qué… lo estás haciendo…? —le cuestionó—. No… te gusta…

            —No me gusta —respondió y después lamió un de las venas que recorrían el miembro de WookJin, de la punta hasta la base, sintiendo cómo todo el cuerpo de su novio se arqueaba de placer—, pero a ti te encanta.

 

            WookJin no le respondió a aquello, no pudo tampoco porque lo único que salió de sus labios fueron gemidos, uno tras otro, a veces fuertes, reverberando en los oídos de YongSoo, otras veces no más que jadeos intensos porque perdía la capacidad de respirar, todo porque YongSoo no dejaba de lamer, besar y mordisquear su miembro, amagando varias veces con introducírselo en la boca, pero sin llegar a hacerlo porque quería jugar con él, dejarlo al borde del abismo y esperar a que WookJin le suplicara. WookJin era demasiado obstinado, no le gustaba suplicar, pero cuando YongSoo hacía aquello, acababa haciéndolo, antes o después lo hacía, así que, por eso esperó pacientemente, jugando con su miembro, envolviendo solo la punta con sus labios, después volviendo a besar y lamerlo entero.

 

            —YongSoo… ahhhh… YongSoo… ya… hazlo ya… ahhhh… YongSoo… —le suplicó WookJin y él no pudo evitar la sonrisa que apareció en su rostro.

 

            Aquello era lo que había querido, así que, YongSoo finalmente cedió a la súplica de WookJin y se introdujo su miembro en su boca, lentamente, usando sus labios para envolver su erección, su lengua para recorrerla desde la punta hasta la base. WookJin gimió alto, se agarró con fuerza a las sábanas y levantó sus caderas, haciendo que su miembro entrara un poco más hondo en su boca. A YongSoo no le gustaba aquello, pero hizo todo lo posible porque a WookJin le gustara, sabiendo qué era lo que debía hacer para usar sus puntos débiles en su contra. Sabía cómo tenía que hacerlo y sabía qué tenía que hacerle para que WookJin perdiera la cabeza y no tardó más que unos minutos en conseguir que su novio se corriera dentro de su boca, llegando al orgasmo, su cuerpo tensándose durante un segundo, antes de relajarse por completo, quedándose laxo sobre el colchón, con sus piernas abiertas, su miembro deshinchándose en su boca. YongSoo lamió su miembro un par de veces más, retirando todo el semen, antes de finalmente sacarlo de su boca y tragando su semen, observando a WookJin. No le gustaba aquel sabor, pero sabiendo que WookJin, aun con la mirada medio perdida en el infinito por el placer del orgasmo, lo observaba, tragó, para calentarlo más.

 

            —Eres… increíble… —le dijo WookJin—. Deja que… me reponga un… poco… y haré que… te corras gritando mi… nombre…

 

            YongSoo le sonrió y WookJin cerró sus ojos, descansando su cabeza sobre la almohada, su pecho subiendo y bajando rápidamente, su cuerpo todavía completamente relajado por el placer que había recorrido todas sus terminaciones nerviosas. Aquel era el momento. No podía perder el tiempo. O lo hacía ya o WookJin ganaría de nuevo la fuerza en sus músculos y al final todo lo que acababa de hacer habría sido en vano. Por ese motivo, YongSoo agarró rápidamente el bote de lubricante que habían dejado en una esquina de la cama, junto con un condón y continuó con su plan. El ano de WookJin estaba pulsando, sus músculos contrayéndose y relajándose por el reciente orgasmo, perfecto para que YongSoo pudiera introducir uno de sus dedos y buscar rápidamente su próstata para dejarlo k.o. y poder hacer lo que llevaba mucho tiempo queriendo hacer.

 

            Rápidamente, se echó lubricante en su dedo y, antes de que WookJin se diera cuenta de lo que estaba haciendo, tocó su ano durante un segundo, antes de introducirle su dedo de golpe. Inmediatamente, el cuerpo de WookJin se tensó y YongSoo supo que una protesta saldría de sus labios justo después, pero antes de que pudiera hacerlo, movió su dedo en su interior, arqueándolo y buscando alcanzar su próstata hasta que la encontró y la protesta que iba a salir de los labios de WookJin finalmente se convirtió en un gemido que dejó su cuerpo otra vez completamente laxo sobre el colchón de nuevo. YongSoo se sintió bastante satisfecho con aquella reacción y continuó moviendo su dedo, tocando una y otra vez aquel lugar para que WookJin no dejara de sentirse bien ni un solo momento. WookJin no dejó de gemir ni un solo segundo, agarrándose fuertemente a las sábanas, sus talones hundidos en el colchón, levantando incluso sus caderas, buscando más contacto.

 

            —¿Te gusta? —no pudo evitar preguntarle a WookJin.

            —Eres… ahhh… un traidor… ahhhh…. YongSoo… ahhh… —replicó su chico, entre gemidos.

            —Tranquilo —le dijo él en respuesta—. Lo mejor está todavía por llegar.

            —Te odio… —jadeó WookJin—, pero… no pares…

 

            YongSoo sonrió ampliamente después de escuchar aquello último porque no se había esperado un cambio tan rápido de actitud por parte de WookJin. Había esperado que protestara, había esperado que se moviera y que intentara alejarse de él como había hecho en otras ocasiones, que acabara usando su fuerza para inmovilizarse, pero el chico no había hecho nada de eso y YongSoo no sabía si era porque finalmente se había rendido ante él y por fin iba a dejar de reírse de sus intentos por metérsela o porque había dado a la primera con su próstata y el placer lo había silenciado. Fuera como fuese, YongSoo estaba contento de poder seguir haciendo aquello.

 

            Tras unos momentos, sacó su dedo y echó mucho más lubricante en su ano y de nuevo sobre sus dedos para introducirle aquella vez dos. WookJin protestó por aquella intrusión, mucho más molesta que la primera porque sus músculos tenían que relajarse y acostumbrarse a ella, por lo que, YongSoo llevó su mano izquierda hasta el miembro de WookJin para comenzar a tocarlo y distraerlo de aquella incomodidad hasta que el placer recibido por ambos lugares finalmente lo hiciera olvidarse de todo. Su chico tardó un buen rato en volver a gemir como lo había estado haciendo antes, constante y alto, pero cuando finalmente lo hizo, sus músculos se empezaron a relajar y YongSoo pudo comenzar a mover sus dedos, abriéndolos, haciendo más hueco para su miembro. Estaba un poco nervioso porque aquella iba a ser la primera vez que se la iba a meter a alguien y quería hacerlo correctamente, así que, se entretuvo al máximo en preparar a WookJin, haciendo que sus músculos se relajaran por completo y se acostumbraran totalmente a la intrusión y solo cuando sintió que no debería de haber ningún problema ni ningún dolor para su novio, sacó finalmente sus dedos de su interior.

 

            YongSoo cogió el condón y abrió el sobre con sus dientes porque con las manos resbalosas por el lubricante no podía. Su miembro no había sido atendido en ningún momento, ni siquiera se había tocado, pero con toda la excitación estaba bastante duro… aun así, no tuvo más tocarse durante unos segundos para estar completamente erecto. WookJin siguió tendido sobre la cama, sin moverse, con sus piernas abiertas, mirándolo fijamente, provocando que un escalofrío recorriera todo su cuerpo. Le gustaba aquella mirada pícara, le gustaba que finalmente le hubiera cedido aquel poder, aunque fuera solo por esa vez, le gustaba que estuviera completamente a su merced, le gustaba que, por una vez, fuera el quien pudiera hacer que WookJin se deshiciera en gemidos mientras lo penetraba una y otra vez. Por ese motivo, YongSoo no tardó en ponerse el condón y en colocarse entre las piernas de WookJin, de rodillas, usando una de sus manos para sujetar las caderas de éste y la otra para guiar su miembro hasta el ano de su chico, una vez estuvo en posición, echó más lubricante sobre su miembro, mucho lubricante, y después empezó a moverse e internarse dentro de su cuerpo. WookJin se tensó. Todo su cuerpo se puso completamente rígido y siseó.

 

            —Tienes que relajarte —le pidió—. No quiero hacerte daño y que no te guste esta sensación… quiero que disfrutes tanto como disfruto yo.

 

            WookJin asintió a lo que le había pedido e inspiró profundamente varias veces, su cuerpo relajándose con cada respiración. YongSoo, a medio camino de internarse en él, se quedó completamente quieto hasta que WookJin no relajó su cuerpo por completo y, solo cuando no notó resistencia alguna a su penetración, siguió metiéndose lentamente en él. WookJin protestó, pero su protesta no fue de dolor como lo había sido antes, sino más bien de incomodidad. Aun así, YongSoo se detuvo de nuevo y alcanzó con su mano su miembro para comenzar a tocarlo de nuevo y así distraerlo de ello. De aquella forma, WookJin volvió a gemir en apenas unos momentos.

 

            —Si no puedes soportarlo, dímelo —le dijo a WookJin.

            —Lo haré…

 

            YongSoo siguió tocándolo, provocando que su miembro se pusiera duro de nuevo, y después comenzó a moverse de nuevo, lentamente, dentro y fuera de él, solo avanzando unos pocos centímetros cada vez. La sensación de las paredes de su recto apretando su miembro era completamente deliciosa y YongSoo casi podía perderse en aquel placer, en el simple placer de penetrarlo de aquella forma, pero trató de encontrar su próstata en sus embestidas, para que WookJin comenzara también a sentirse increíble con aquello. Cambió un poco su postura, inclinándose sobre el cuerpo de su chico, colocándose sobre él, buscando sus labios al hacerlo, sacando su lengua para abrirse paso en la boca de WookJin y enredarla con la suya en un beso intenso y húmedo que los dos necesitaban en aquellos momentos. La nueva postura lo hizo llegar más lejos, más profundo, y el ángulo por fin le permitió rozar su próstata y WookJin gimió dentro del beso.

 

            —Joder… —jadeó.

 

            Y YongSoo tomó aquello como que podía comenzar a moverse más rápido y lo hizo, alcanzando una y otra vez su próstata con el movimiento. Los gemidos de WookJin pronto quedaron ahogados en su boca, los besos se volvieron erráticos y descoordinados, lo mismo que sus movimientos. YongSoo trataba de mantener un ritmo rápido, pero a la vez suave, pero en la locura provocada por el placer, al final no coordinaba realmente sus movimientos y solo movía sus caderas una y otra vez, chocando con las de WookJin. Tampoco pudo contener sus gemidos porque penetrar a WookJin se sentía demasiado bien y le gustaba demasiado y podría hacerlo toda la vida. Sintiéndose cada vez más a punto de llegar al orgasmo, YongSoo no dejó de moverse, cada vez más rápido, rozando entre sus estómagos el miembro de WookJin, hasta que finalmente, WookJin acabó corriéndose entre ellos y las contracciones de su recto hicieron que YongSoo también acabara llegando al orgasmo, tan solo un instante después. El chico lo sintió en todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo y éste se quedó sin fuerzas casi inmediatamente, provocando que no pudiera seguir sujetándose y acabara cayendo sobre el pecho de WookJin.

 

            Ambos cansados, ambos jadeantes, ambos sudorosos, pero ambos satisfechos. Aquel había sido uno de los orgasmos más increíbles de su vida y, por cómo WookJin tampoco podía recuperar la movilidad ni la consciencia, quería poner la mano en el fuego porque para el chico también debía de haber sido increíble. Su plan libidinoso y maléfico había acabado dando sus frutos —y esperaba que pudiera volver a darlos en un futuro cercano—.

No hay comentarios:

Publicar un comentario