Título: The cute babysitter
Autora: Riz Aino
Pareja: DongDae (DaeHyeon + DongHan)
(WEi)
Clasificación: PG
Géneros: AU, college, romance,
fluff, humor
Número de
palabras:
1.131 palabras
Resumen: DaeHyeon es el niñero
de los vecinos de DongHan y éste no puede evitar tratar de ligar con él cada
vez que se lo cruza.
Notas: inspirado por todas
esas veces en las que DaeHyeon está tranquilamente viviendo su vida y de
repente DongHan flirteando con él.
Comentario
de autora:
a veces viene bien algo cuqui en esta vida, no pude resistirme a escribirlo.
Espero que os guste.
The cute babysitter
—¿Ya has terminado
hoy? Es tarde. ¿Quieres que te acompañe a casa?
Las preguntas sobresaltaron a
DaeHyeon, que justo se acababa de girar para comenzar a bajar las escaleras del
edificio, encontrándose de golpe con el chico que las había dicho. Casi le dio
un ataque al corazón porque era fácilmente impresionable y absolutamente todo
lo sobresaltaba o le daba pánico, por lo que se llevó la mano al pecho para
tratar de calmar el errático latido de su corazón.
—DongHan —dijo—. No
te esperaba aquí.
—Oh, lo siento, ¿te
he asustado? —preguntó mientras subía un par de escalones hasta llegar al de
abajo al que se encontraba él, quedándose sus rostros a la misma altura—.
Volvía a casa cuando he visto que estabas saliendo de la casa de los Yoo.
—Ahhh… —murmuró él,
sin saber qué más decir.
Realmente, cuando se encontraba con
DongHan nunca sabía qué decir. Se ponía nervioso, le sudaban las manos, el
corazón le iba a la velocidad de la luz. DongHan le gustaba, pero él nunca
había sido lo suficientemente valiente como para decir algo sobre ello. Le
dedicó una sonrisa tímida y después dio un paso hacia el lado para poder
bordearlo y comenzó a bajar las escaleras. No esperaba que DongHan lo siguiera
porque no le había contestado a lo que le había propuesto sobre acompañarlo a
casa, pero aún así, DongHan comenzó a bajar tras él. Realmente no era la
primera vez que lo hacía, lo de acompañarlo a casa, pero DaeHyeon nunca se lo
esperaba.
—¿Te da mucha guerra YongHa? —le preguntó cuando salieron del
edificio y se colocó a su lado para caminar junto a él—. ¿O las ojeras son por
la facultad?
—Ambas… creo —respondió, sintiéndose algo extrañado porque el
otro se hubiera fijado en sus ojeras, más que nada, porque aquel día llevaba
sus gafas enormes de pasta que le cubrían bastante bien las ojeras—. A veces no
duermo todo lo que debo.
—Si alguna vez te toca quedarte con YongHa y estás muy cansado,
me puedes llamar y bajo a echarte una mano y así puedas descansar un rato —le
propuso DongHan.
Durante un segundo, DaeHyeon se imaginó la situación. Ambos en
casa del niño que cuidaba de vez en cuando, tirados en el sofá, mientras veían
alguna película de Disney, con DongHan abrazándolo desde atrás mientras él
sujetaba a YongHa y quedándose dormido arrullado por el sonido de su voz
comentando la película. DaeHyeon sintió cómo su cara se encendía por completo
tras aquel salvaje pensamiento y tuvo que negar con su cabeza para salir de
aquella ensoñación. No obstante, antes de que fuera realmente consciente de lo que
ocurría a su alrededor de vuelta en la realidad, DaeHyeon sintió un fuerte
tirón en su brazo izquierdo y, al instante, su rostro estaba encajado en el
pecho de DongHan mientras el claxon de un coche que pasaba por su lado, volvía
aún más ruidosa la circulación.
—Ufff… ha faltado poco —murmuró DongHan—. ¿No te habías fijado
que el semáforo estaba rojo?
DaeHyeon se sintió bastante avergonzado por aquello y se acabó
escondiendo un poco más en el pecho de DongHan porque un poco más y habría sido
atropellado por un coche simplemente porque había estado fantaseando con
DongHan envolviéndolo entre sus brazos mientras veían una película. Se sentía
también terriblemente avergonzado porque en aquellos momentos estaba siendo apretado
firmemente contra su cuerpo y no sabía qué era peor, si seguir escondido en su
pecho o mostrarle su cara completamente roja. Su corazón latía rápidamente
también y todo su cuerpo temblaba.
—Lo siento —acabó murmurando, sin atreverse a salir todavía de
su pecho—. A veces soy bastante… despistado.
—¿Estás bien? —le preguntó DongHan, separándolo levemente de su
cuerpo para mirarlo, quedándose unos momentos callado observándolo antes de
decir—: eres adorable.
DaeHyeon notó cómo el calor le ascendía a las mejillas y se le
ponía la cara todavía más roja, si aquello era posible. Rápidamente se alejó
del cuerpo de DongHan y se dio la vuelta, fijando sus ojos en la calle y en los
coches que pasaban. Tras él, escuchó una leve risa, pero no se giró hacia el
otro. Su corazón ahora latía muchísimo más rápido de lo que lo había hecho
nunca antes y el chico sentía que igual podía colapsar en cualquier momento.
DongHan no le había podido decir que era adorable. Tenía que haberlo escuchado
mal… o si lo había dicho, tenía que haber sido una broma de mal gusto. Por ese
motivo, no se volvió hacia él en todo lo que quedó de trayecto hacia su casa,
ni siquiera le habló, simplemente compartieron el camino en silencio mientras
DaeHyeon trataba de calmarse lo suficiente como para que todo su ser volviera a
funcionar como debía. Solo cuando llegaron hasta el edificio donde vivía,
DaeHyeon se volvió hacia DongHan, simplemente para darle las gracias por
haberlo acompañado hasta casa, pero la sonrisa encantadora que el otro tenía en
su rostro, hizo que a DaeHyeon se le olvidara cómo hablar y simplemente abrió
la boca una y otra vez sin saber qué decir.
—Eres realmente adorable.
Aquello fue lo único que dijo DongHan, justo antes de dar un
paso en su dirección y acortar a cero la distancia que los separaba,
inclinándose sobre él para tomar sus labios con los suyos en un beso breve pero
que dejó a DaeHyeon en estado catatónico. No podía ser. No lo acababa de besar.
No podía evitar pensar que aquello no podía haber pasado. Pero DongHan se
separó de sus labios, le dedicó otra sonrisa encantadora y dijo:
—Hace tiempo que intento flirtear contigo, pero al final he
pensado que la única manera de que te dieras cuenta de que me interesas era
dejándotelo así de claro, espero que no te haya molestado.
DaeHyeon no respondió a aquello, no al menos inmediatamente
porque su mente iba a toda velocidad, pero cuando finalmente acabó entendiendo
la situación, lo único que pudo hacer fue volver a acercarse al rostro de
DongHan, llevando sus brazos a su cuello y poniéndose levemente de puntillas
para besarlo de vuelta, sintiendo contra sus labios la sonrisa de DongHan.
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