Part Two
WooSeok
miró por vigésima cuarta vez el reloj de su móvil mientras esperaba en la
parada del bus que había cerca de su piso a que el que estaba esperando
llegara. No llevaba ni mucho tiempo en el lugar porque había calculado lo que
tardaría, pero se le estaba haciendo muy largo y lo único que quería era que el
dichoso autobús apareciera lo más rápido posible. No era que él tuviera prisa
en llegar a ningún lugar o llegara tarde, no, WooSeok simplemente se encontraba
en la parada esperando a que el bus llegara porque en él iba SeungWoo y había
quedado con éste. Su corazón llevaba latiendo demasiado rápido desde que hacía
un par de días habían concertado aquel encuentro… un encuentro en el que
simplemente el otro chico se iba a bajar del autobús en aquella parada para
poder hacer intercambio de la ropa de WooSeok que había lavado y que WooSeok le
devolviera la que éste le había prestado, para luego esperar a otro que lo
llevara a la estación de autobuses para volverse a casa para echar allí las
vacaciones de verano.
Después
de aquel encuentro en la fiesta en la que el otro chico había aparecido
repentinamente y el percance por el cual se había tenido que cambiar de ropa,
no se habían vuelto a ver en persona… aunque sí que se habían mandado algunos
mensajes para darse ánimos con los exámenes o hablar en momentos de aburrimiento.
SeungWoo era bastante divertido y encantador y eso hacía que WooSeok no pudiera
dejar de pensar en él casi cada segundo que tenía libre. Era extraño para él,
porque nunca antes había interactuado con sus crushes de aquella forma y, cada
día que pasaba, sentía que estaba cayendo más y más por él.
Un
autobús llegó a la parada y WooSeok se tensó al darse cuenta de que era aquel
en el que SeungWoo le había dicho que iba montado, para después buscar con
nerviosismo al chico entre la marea de gente que se bajó del bus, hallándolo
prácticamente al instante porque su cabeza sobresalía por encima de los demás.
No obstante, WooSeok no pudo acercarse a él porque había demasiada gente y,
hasta que no se despejó un poco el lugar, el otro no reparó en su presencia y
fue hasta él, con una sonrisa totalmente encantadora en su rostro, dándole la
bienvenida.
—¿Has
estado mucho rato esperando? —le cuestionó al verlo. WooSeok negó con la cabeza
porque realmente no había estado mucho, solo se le había hecho eterno porque
quería verlo lo más pronto posible—. Menos mal —dijo, sonriendo ampliamente y
tendiéndole una bolsa de papel en la que se encontraba la ropa que WooSeok
había llevado el día de la fiesta—. Gracias por venir, aunque vaya a ser super
rápido.
—No
es nada —dijo él—, tenía que darte las gracias otra vez por lo de la otra noche
—le enseñó la bolsa que llevaba—, y tenía que devolverte también tu ropa.
—Los
pantalones me hacen mucha falta, el otro día JunHo hizo la colada por primera
vez en su vida y no sé cómo narices me rompió mis vaqueros favoritos —confesó
el chico, cogiendo de la bolsa la camiseta que le había prestado y
tendiéndosela—. Esto te lo puedes quedar… de todas formas, te queda mucho mejor
a ti que a mí.
WooSeok
quiso replicar, pero en ese momento otro autobús entró en la parada y SeungWoo
le anunció que ese era el que tenía que coger para la estación, así que, se
despidió rápido de él para arrastrar su maleta hasta el bus y subirse a él
antes de que le cerraran las puertas. WooSeok se quedó allí plantado, sin saber
qué hacer o qué decir hasta que el otro lo saludó con la mano desde dentro del
vehículo y respondió por pura inercia, devolviéndole el gesto hasta que el
autobús salió de la parada. Después, el chico no pudo evitar quedarse mirando
la camiseta de SeungWoo que, al parecer ahora era suya, y esbozar una pequeña
sonrisa antes de guardarla con la ropa que le había devuelto el chico.
WooSeok
volvió a su piso prácticamente saltando por aquello… aunque cuando entró de
nuevo al lugar, el chico quiso salir inmediatamente por la puerta por la que
acababa de entrar.
—A
mí no me parece especialmente guapo SeungWoo —estaba diciendo SeungYoun cuando
él había entrado.
—Pues
yo me lo empotraba como un mueble del Ikea —replicó HanGyul, llevándose por
decir eso un manotazo sobre el pecho de SeungYoun que debió dejarlo sin
respiración.
—Que
hay niños delante, cuidado con lo que dices —le dijo éste.
Los niños, DoHyon,
EunSang, MinHee y HyungJun, estaban demasiado enfrascados jugando al Mario
Kart, así que ni se dieron por aludidos. WooSeok simplemente puso los ojos
en blanco, no queriéndose meter en la conversación, porque no quería
gilipolleces aquel día con lo feliz que estaba después de lo que le acababa de
pasar. Sin embargo, aunque trató de pasar desapercibido y entrar a su cuarto
sin que nadie le diera la tabarra, HanGyul lo pilló.
—Tú
querrías que fuera SeungWoo hyung el que te empotrara, ¿verdad? —le dijo
el chico, dejándolo clavado en la entrada, sintiendo cómo los colores se le
subían—. Eso es que sí, míralo, se ha puesto como un farolillo —le señaló a
SeungYoun y el otro soltó una carcajada.
—Creo
que no me habéis visto lo suficientemente cabreado en los últimos tiempos
—murmuró entre dientes WooSeok, tratando de calmarse por dentro, de dejar de
pensar en situaciones en las que SeungWoo lo pudiera empotrar tal y como había
dicho HanGyul—. ¿Queréis que os coja de los huevos y os los machaque?
—inmediatamente ambos se cruzaron de piernas y WooSeok sonrió—. Ya me parecía a
mí… me voy a estudiar, que mañana me queda el último examen, como hagáis ruido
vosotros o los enanos os lanzo a todos por la ventana sin pensármelo ni un
segundo.
Y,
tras decir aquello, el chico se dirigió a su habitación y se encerró en ella
para que nadie lo molestara, tirándose inmediatamente sobre la cama en plancha
y hundiendo su cara en la almohada para ahogar el grito que quería dar en ese
momento, no sabía si de felicidad o por qué. Porque realmente apenas había
podido estar junto a SeungWoo, que era lo que más le hacía ilusión, aunque
todavía no pudiera comportarse como una persona normal a su alrededor; pero,
aunque el encuentro había sido breve, al menos había sacado algo de él… su
camiseta —ya había perdido un poco de su encanto porque WooSeok había tenido que
lavarla y había perdido por completo el olor de SeungWoo, pero seguía siendo
algo que le había regalado y porque le había gustado cómo le quedaba—.
WooSeok
quiso patalear sobre la cama como si fuera un adolescente sin poder contener
todos sus sentimientos en aquellos momentos, pero ya no era un adolescente y
simplemente se contuvo de ello agarrando fuertemente la almohada y
espachurrándola entre sus brazos. Estaba mucho más emocionado en aquellos
momentos de lo que lo había estado antes y sabía perfectamente que se debía a
que aquel gesto que había tenido SeungWoo con él tenía que significar que él
también estaba interesado.
Lo
único malo de todo aquello era que las vacaciones de verano estaban en medio y
no se iban a poder volver a ver hasta dentro de algo más de un mes y WooSeok no
sabía cómo iba a resolver todavía aquello porque no era alguien que hablara
tantísimo ni con las personas que conocía de toda la vida o sus amigos de hacía
muchos años. Trataría de ser valiente y empezar él también alguna conversación
con SeungWoo porque hasta el momento había sido el mayor quien había escrito
primero y, si aquello seguía de aquella forma, probablemente se aburriera de él
y WooSeok no quería eso… WooSeok quería conocerlo mucho más y quería que éste
se quedara a su lado por muchísimo tiempo. Quizás… podía empezar a ser valiente
en ese mismo instante.
WooSeok
se dio la vuelta en la cama para quedar con la espalda tocando el colchón y
sacó del bolsillo de sus pantalones su teléfono para buscar el chat con SeungWoo.
Tenía un par de mensajes sin leer de su amigo JinHoo, pero los ignoró porque
podían esperar perfectamente un poco más a ser respondidos y comenzó a escribir
y reescribir un mensaje para SeungWoo mientras de fondo se empezaron a escuchar
lo primeros gritos desde el salón, que no tardarían mucho en ir in crescendo.
Tardó más de diez minutos en hacerlo, borrando todos y cada uno de los mensajes
que escribía porque no le parecían adecuados hasta que encontró la combinación
perfecta y envió finalmente el mensaje.
No he podido darte las
gracias antes porque el bus ha llegado muy pronto
Pero muchas gracias por
la camiseta, hyung, me la pondré todo lo que pueda
Que el viaje a Busan te
sea leve, pero si te aburres mucho puedes hablarme
La panda de críos del salón
no deja de gritar así que no voy a estudiar más
Y,
una vez todos los mensajes estuvieron mandados, el chico dejó su teléfono
bloqueado sobre la cama no queriendo saber nada de él hasta que no le llegara
el mensaje en respuesta y saliendo de la habitación para cantarles las cuarenta
a los energúmenos que estaban en el salón.
~
—Hyung…
hyung… hyung… ¡HYUNG!
SeungWoo
se sobresaltó ante el repentino grito en su oreja y casi tiró el móvil al suelo
por el susto, pero en el último segundo y tras varios malabares, lo salvó de
una temprana muerte. El chico se llevó el móvil al pecho de forma protectora y
suspiró profundamente de puro alivio antes de volverse hacia la persona que le
acababa de dar el susto de su vida y que casi le había hecho tirar al suelo —y
probablemente romper— su móvil nuevo, el que tanto le había costado conseguir
porque para comprárselo había estado ahorrando más de un año y había tenido que
seguir utilizando aquel cachivache viejo que siempre se le quedaba pillado o se
le apagaba en los momentos más inoportunos en el entretanto. Su hermano menor,
DongPyo, se encontraba allí a su lado, con los brazos cruzados y de morros
porque no le había hecho caso hasta que no le había gritado.
—¿Con
quién hablas tanto que no me haces caso la mayor parte del tiempo, hyung?
—le dijo su hermano, todavía de morros.
—Pero
si cada vez que voy a darte abrazos y besitos me apartas como si fuera la peste
—replicó SeungWoo—, creía que ya eras mayor para eso y no querías más mi amor.
DongPyo
le bufó como si fuera un gato ante aquello y después se dio la vuelta y se fue
de su habitación dando un portazo, dejándolo de nuevo solo en el lugar.
SeungWoo no pudo evitar soltar una carcajada por aquello. Su hermano estaba en
una fase muy rara de la vida en la que quería todavía abracitos y cariñitos y
se enfadaba si nadie le hacía caso, pero quería también que todo el mundo
dejara de tratarlo como un bebé y cuando trataban de darle algo de amor bufaba
y se escapaba corriendo. Más tarde aprovecharía algún momento en el que su
hermano estuviera desprevenido para cogerlo por banda y no soltarlo hasta que
no lo hubiera llenado de besos.
SeungWoo
volvió a mirar el móvil, dándose cuenta de que todavía no había recibido la
respuesta de la persona que le interesaba, aunque tenía varios mensajes de
SeungSik y de YoHan y el grupo de su clase estaba llenísimo porque algunas
personas habían comenzado a intercambiar sus opiniones sobre un tema y otros se
habían unido a la conversación y habían acabado discutiendo por tener diferentes
pareceres. SeungWoo había dejado de entrar al grupo y, cuando se calmaran los
humos, ya se enteraría más tarde de lo que había pasado y cómo había acabado la
cosa. El chico contestó a los mensajes de sus amigos y después volvió al chat
con WooSeok para ver cómo éste pasaba todo el rato de “escribiendo” a “en
línea”, síntoma de que llevaba un buen rato escribiendo y borrando lo que había
escrito. La primera vez que lo había visto, SeungWoo había pensado que
probablemente el chico le quería decir que dejaran de hablarse porque no le
interesaba más y le era difícil encontrar las palabras para ello, pero después
se había dado cuenta de que, incluso para la frase más corta o estúpida, el
chico hacía aquello siempre. SeungWoo le había acabado preguntando a JinHyuk
por ello y éste le había contestado que con sus amigos no tardaba nada en
mandar los mensajes, pero que él era su crush y seguramente no querría
cagarla poniendo algo que se pudiera malinterpretar de alguna forma o que no
estuviera correctamente escrito. Por eso, SeungWoo había dejado de darle
importancia y, a veces, se quedaba incluso embobado esperando la respuesta de
WooSeok.
No
se habían visto desde aquel fugaz encuentro en la parada del autobús porque
SeungWoo se estaba pasando el verano en Busan con su familia y el otro chico
estaba haciendo exactamente lo mismo; sin embargo, a pesar de ello, habían
estado hablando prácticamente todos los días, mandándose un montón de mensajes
sobre lo que hacían o dejaban de hacer y también mandando fotos. Al principio,
SeungWoo había tenido que romper el hielo él cada vez, pero poco a poco se
encontraba con que WooSeok había empezado una conversación y eso lo animaba
bastante porque significaba que no solo él tenía interés en el chico, sino que
éste también estaba interesado por él.
Me parece bien quedar cuando volvamos
para el semestre
¿Cuándo llegas a Seúl?
El 20 ¿y tú?
El 22
Podríamos quedar al día
siguiente
Si no te parece mal
Me parece perfecto
SeungWoo
casi saltó de su cama al leer el último mensaje, sin poder creerse que aquella
tarde que había comenzado con un selfie de WooSeok porque estaba
aburrido hubiera acabado con ellos concertando una cita para verse justo en
cuanto volvieran de las vacaciones. Porque aquello sería una cita de las de
verdad, no como aquella especie de encerrona que les habían hecho sus amigos
—comunes y no comunes— que los había llevado a acabar en su piso para cambiarse
de ropa y el posterior breve encuentro para devolvérsela.
Siguió
hablando un buen rato más con el chico después de aquello, concertando los
detalles de la cita porque no les quedaba más que una semana y media para ésta
hasta que lo dejaron todo completamente atado y después de eso soltó el móvil
finalmente para buscar a su hermano y darle un poco la lata. No tardó demasiado
en hallarlo en el salón, porque el piso en el que vivía la familia Han era
bastante pequeño. El chico estaba demasiado entretenido haciendo los deberes
que les habrían mandado para ese verano en el instituto, así que, lo primero
que hizo fue abalanzarse sobre él mientras éste estaba desprevenido para darle
un abrazo por la espalda.
—¡HYUNG!
—se quejó DongPyo inmediatamente, forcejeando para que lo soltara también,
pero SeungWoo lo doblaba en tamaño y, obviamente tenía mucha más fuerza que
él—. Hyung~ —volvió a quejarse el chico, haciendo un puchero adorable.
En
alguna ocasión, SeungWoo lo había soltado cuando su hermano le había hecho
cualquier cosa mona, pero aquel día no tenía ganas de dejarlo escapar tan
pronto, no cuando éste había ido hasta su habitación porque quería mimos y
luego se había ido, completamente indignado porque no los había recibido. Por
ese motivo, en vez de dejarlo ir, SeungWoo lo abrazó mucho más fuerte para que
no tuviera la posibilidad de soltarse y después comenzó a darle besitos por
todas partes que provocaron que el chico comenzara a chillar como un delfín
llamando a su madre para pedirle ayuda, unas llamadas que, obviamente, su madre
iba a ignorar porque tenía cosas mucho más importantes que hacer.
—Hyung,
suéltame —le pidió DongPyo muy serio y dejando de forcejear.
—Bueno…
si me lo pides así… —respondió él.
Dejó
de sujetar a su hermano menor después de darle un último achuchón y después se
alejó de él y de su mano rápida, siempre dispuesta a dar algún manotazo.
SeungWoo sonrió al ver que se había alejado a tiempo y, en cuanto le vio las
intenciones a DongPyo de alzarse para acercarse más a él y poder pegarle, salió
corriendo. Su hermano solo tardó un segundo en salir tras él y comenzaron a
corretearse por todas las habitaciones del piso. Podían haber cumplido muchos
años… pero había cosas que no cambiaban.
~
WooSeok
estaba sumamente nervioso mientras caminaba los escasos metros que separaban lo
separaban de la cafetería en la que había quedado con SeungWoo para verse
después de las vacaciones. Bueno… decir que solo estaba nervioso no le hacía
justicia a cómo se sentía realmente, porque estaba atacado y no sabía qué hacer
para calmarse. Se había pasado todo el verano hablando con SeungWoo, mandándose
mensajes prácticamente cada día, y lo que había pensado que jamás llegaría a
ningún lado porque el otro chico era un dios bajado a la tierra y él no se
comparaba en absoluto —que también era guapo, mono, resultón y todo eso, pero
no llegaba a tales niveles de hermosura—, había avanzado bastante en las
últimas dos semanas y ambos habían comenzado un flirteo extraño que lo dejaba
con las orejas y las mejillas ardiendo cada vez que SeungWoo le decía algo. No
sabía lo que iba a pasar una vez estuvieran en la cafetería, no sabía qué era
lo que se iba a encontrar, no sabía si SeungWoo iba a seguir flirteando con él
o simplemente iban a tomar café y nada más.
Por esa incertidumbre,
el corazón parecía que se le quería salir del pecho y WooSeok había querido
darse media vuelta en varias ocasiones, llegar a su piso y meterse debajo de
las sábanas de su cama para no volver a salir de allí nunca más. No obstante, en
todas esas ocasiones había decidido que tenía que seguir adelante hasta que
prácticamente había llegado al lugar del encuentro… pero una vez allí, una vez
se encontraba a tan solo unos pasos de la puerta del local, el chico era
incapaz de avanzar más, como si hubiera una barrera invisible que le impedía el
paso o como si algún tipo de magia negra hubiera provocado que su cuerpo dejara
de moverse a voluntad.
WooSeok
respiró profundamente un par de veces y, con la mano en el pecho, trató de
calmarse por milésima vez en tan solo unos momentos. Podía hacerlo. Podía
hacerlo. Solo era cuestión de mover un pie y luego el otro, nada que no hiciera
a diario.
Autoconvenciéndose
de que todo estaría bien, el chico finalmente se dirigió hacia la cafetería y
entró a ella, sintiendo una ráfaga de aire congelado del aire acondicionado que
lo hizo tener un escalofrío involuntario. WooSeok se recompuso del escalofrío
saliendo de la corriente del aire acondicionado y adentrándose en el local para
buscar un lugar en el que sentarse y esperar a SeungWoo, porque a pesar de todo
el rato que había necesitado para convencerse de que todo estaría bien, al
final había llegado a la cafetería algo antes de la hora en la que habían
quedado. No obstante, mientras buscaba una mesa, lo que encontró fue la
encantadora sonrisa de SeungWoo, que hizo que se le parara el corazón por un
instante antes de latir como loco dentro de su pecho porque SeungWoo era
hermoso.
—Has
llegado temprano —le dijo el chico cuando llegó a la mesa y se sentó frente a
él, una vez se había calmado lo suficiente como para acercarse a SeungWoo sin
que le diera un ataque al corazón—. Pensaba que llegarías a la hora.
—Tenía
un par de cosas que hacer aquí cerca y me vine antes —mintió WooSeok, no
queriendo decirle que había salido con mucho tiempo de antelación porque aquel
encuentro lo tenía muy nervioso—. Como terminé pues… decidí venir a esperarte,
pero ya estás aquí —esbozó una sonrisa que fue replicada por el mayor y su
corazón se saltó otro latido.
—Me
alegra porque eso significa que pasaremos más tiempo juntos —comentó SeungWoo,
guiñándole un ojo—. ¿Qué quieres de beber?
—AA,
por favor —dijo él, tratando de calmar su corazón por millonésima vez en unos
minutos.
SeungWoo
se levantó de la mesa y fue a pedir las bebidas de ambos, dejándolo a él allí
todavía con el corazón a mil. No sabía si iba a sobrevivir a aquello o no
porque simplemente acababa de llegar y ya le habían dado unos cuantos ataques
al corazón porque el otro había flirteado con él de la misma forma que lo había
hecho en los últimos tiempos. WooSeok podía decir en aquel momento que si él
seguía aquel juego y dejaba que su corazón tomara el control, en lugar de su
cabeza llena de pensamientos y de situaciones en las que todo saliera mal,
probablemente todo sería mucho más fácil para los dos y, puede que incluso
acabaran saliendo juntos, algo que ni en sus mejores sueños había sido capaz de
imaginar… porque cuanto más había conocido a SeungWoo a lo largo de sus largas
conversaciones ese verano, más se había enchochado con él porque era
literalmente perfecto.
SeungWoo
no tardó demasiado en volver con su ice americano y con una limonada para él,
dejando ambas bebidas sobre la mesa con cuidado y sentándose frente a WooSeok
con una gran sonrisa.
—Bueno,
cuéntame más cosas sobre ti que no me hayas contado este verano —le pidió,
dándole un sorbo a la limonada—. Y puedes preguntarme todo lo que quieras saber
también.
WooSeok
no era una persona muy dada a hablar sobre cosas de sí mismo, hablaba mucho, a
veces no había quien lo callara cuando comenzaba a hablar sobre algo, pero
sobre sí mismo o su familia solía tener poco que decir; no obstante, SeungWoo
le había preguntado porque estaba interesado en él, en cómo era su vida porque
quería conocer más cosas de él, así que, WooSeok decidió que podía hablar un
poquito de cómo era todo. Y le habló de su familia, de cómo era todo con ellos,
de cómo había sido pasar el verano en la casa y cómo no había echado para nada
de menos a los idiotas de sus amigos y a los gilipollas de sus compañeros de
piso; también le habló de la carrera, de cómo algunas asignaturas se le
atragantaban un poco, pero en general le gustaba lo que hacía. No perdió la
oportunidad de preguntarle a SeungWoo por lo mismo y él comenzó a hablarle que
aquel era el último semestre en la carrera y que todavía no tenía muy claro su
futuro y de su hermano pequeño y de lo mayor que se estaba haciendo.
—Sigue
midiendo medio metro, pero cada vez que lo veo es mucho más maduro que antes y…
—es lo que estaba diciendo el chico sobre su hermano cuando se calló
repentinamente, mirando más allá de él.
WooSeok
no sabía si era buena idea lo de girarse o no para ver por qué se había
callado, pero al final la curiosidad mató al gato y se giró, viendo que tras él
se encontraban dos chicos, uno que conocía muy bien y otro al que había visto
en ocasiones contadas, pero del cuál le habían hablado mucho, DongYeol y HanSe,
ambos vestidos de negro de arriba abajo a pesar de que el calor apretaba fuera,
como buenos e-boys que eran.
—¿Tú
no venías mañana, hyung y por eso no podías quedar esta noche con todos?
—le preguntó DongYeol, alzando una de sus cejas.
—Era
mi intención —respondió WooSeok—, pero al final he podido llegar hoy y SeungWoo
hyung me dijo de venir a por un café y aquí estamos —mintió como un
bellaco esperando que DongYeol no se diera cuenta—. Tenía intención de mandaros
al grupo un mensaje preguntando en qué habíais quedado luego.
—Sí,
sí —murmuró su amigo irónicamente—. Que habías quedado con el tortolito y no
querías decirlo para que no te molestásemos —terminó, guiñándole.
WooSeok
quiso levantarse de la silla y agarrar por el pescuezo a su amigo para que no
siguiera hablando más, pero trató de contenerse porque estaban en un espacio
público y si alguien llamaba a la policía, se lo llevarían detenido por intento
de homicidio con premeditación y él era demasiado joven y guapo como para que
lo metieran en la cárcel —no había matado todavía a SeungYoun y a HanGyul
después de todas las gilipolleces que decía al cabo del día, no iba a asfixiar
a DongYeol por aquello—.
—Si
tú lo dices —respondió al final, encogiéndose de hombros y girándose hacia
SeungWoo para no dedicarle más atención a su amigo—. ¿Hyung, podemos ir
a otro lugar más tranquilo en el que no haya idiotas molestando? —le cuestionó.
—Por
supuesto —dijo el mayor con una sonrisa de oreja a oreja, levantándose—. HanSe,
nos vemos mañana —comentó poniéndole una mano en el hombro al novio de
DongYeol—, y dile a SuBin que se prepare para todos los besos y abrazos del
mundo que lo he echado mucho de menos.
Ambos
salieron de la cafetería después de aquello, dejando a sus amigos allí dentro,
probablemente mandándoles mensajes al resto de personas que los conocían para
decirles que los habían pillado en mitad de una cita. WooSeok se había
molestado porque los hubieran encontrado allí porque con aquel encuentro quería
determinar si su relación con SeungWoo podía seguir más allá o no, pero con la
interrupción ahora ya no sabía qué hacer… y, sobre todo, le habían molestado
las últimas palabras que SeungWoo había dicho sobre comerse a besos a otro chico.
—No
sabía que conocías a HanSe —murmuró, tratando de quitarse de la cabeza todo lo
demás, mientras caminaban en busca de otro lugar en el que pasar el resto de la
tarde.
—Sí
—respondió SeungWoo—. El año pasado era el compañero de piso de SeungSik y me
pasé mucho tiempo en ese piso haciendo todos los trabajos grupales que tenía
que entregar. Me encariñé con él y con SuBin un montón de tanto tiempo que pasé
allí y son como mis hijos —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
—Ah…
—dijo WooSeok, sintiéndose demasiado idiota en aquellos momentos por haberse
molestado sin saber, pero eso tenía arreglo—. Cuéntame más sobre tus amigos
—pidió… y SeungWoo le respondió todo lo que quiso mientras iban de un lado a
otro por la ciudad.
~
—Entonces…
¿no estáis saliendo juntos todavía? —le preguntó JinHyuk.
—Por
milésima vez desde que entraste por la puerta… no —replicó SeungWoo, harto de
que la conversación no avanzara.
—Pero si HanSe te vio de cita con él el otro día —dijo
ByungChan, provocando que quisiera darse de cabezazos contra la mesa.
Hacía
más de una hora que ambos lo habían pillado por banda en la biblioteca mientras
hacía uno de los últimos turnos que le tocaban en el lugar para finalizar sus
prácticas y no lo habían dejado hacer absolutamente nada porque no habían
parado de preguntarle por WooSeok y por cómo se lo había montado para después
de las vacaciones estar saliendo juntos, aunque no se hubieran visto en éstas.
También había salido al menos treinta veces en la conversación el tema de que
HanSe y DongYeol los habían visto de cita y le habían increpado varias veces
que no les hubiera dicho que estaban juntos.
ByungChan lo había
llamado “mal amigo” más veces de las que SeungWoo estaba interesado en contar a
aquellas alturas y JinHyuk parecía escéptico con eso de que no hubiera avanzado
tanto su relación con WooSeok como él quería. A SeungWoo también le
habría gustado que su relación avanzara más de lo que lo había hecho porque
quería salir con WooSeok, cada día que pasaba hablando con él le parecía una
persona más maravillosa e increíble, pero el verano había estado por medio y
aparte de hablar con él y tratar de flirtear un poco, no había podido hacer
mucho más.
—Ojalá
hubiera sido una cita de verdad —replicó a lo que había dicho ByungChan después
de un rato—. Simplemente él llegó antes a Seúl de lo que pretendía, yo le hablé
como cada día, me dijo que estaba en la ciudad y me lancé a la piscina con una
excusa para quedar.
Aquello
que acababa de decir era una vil mentira, pero eso sus amigos no tenían por qué
saberlo y, además, aquella había sido la versión oficial de lo que había pasado
que ambos habían acordado contar para que WooSeok tuviera una excusa sobre la
cena con sus amigos que había rechazado de primeras —y a la que había tenido
que asistir después de mala gana, porque según le había contado a SeungWoo, sus
amigos se habían puesto igual de pesados con él como se estaban poniendo los
suyos en aquel momento con SeungWoo—. A veces, podía llegar a entender por qué
se ponían de aquella forma, porque hacía tiempo que no tenía ninguna relación,
demasiado enfrascado en sus estudios y pasando más horas delante de libros de
lo que era realmente sano, y entendía que les hiciera ilusión que estuviera
entusiasmado por salir con alguien —y parecía que por la parte de WooSeok era
más o menos igual— pero también quería un poco de privacidad y que dejaran de
cuestionarle todo lo que hacía y dejaba de hacer con WooSeok a todas horas.
—Me
parece fatal que todavía no estéis saliendo juntos cuando se os nota que estáis
pilladísimos el uno por el otro —replicó entonces JinHyuk—. En la cena el otro
día WooSeok acabó dándole de hostias a HwanHee para que se callara y lo dejara
tranquilo… y eso que últimamente estaba reformándose y solo gritaba cuando
estaba enfadado, había dejado las manos quietas.
—Le
hacéis sacar lo peor de él con tanta tontería —murmuró SeungWoo—, dejadlo
tranquilo, hombre.
—Mira,
mira… —ByungChan le dio un par de golpes suaves a JinHyuk en el brazo—. Si ya
hasta lo defiende.
SeungWoo
puso los ojos en blanco mientras los otros dos cuchicheaban y se emocionaban
por aquello que acababa de decir. Claro que lo defendía, si no paraban de darle
la lata como a él, entendía perfectamente que el chico estuviera hasta las
narices de todo, perdiera la poca paciencia con la que parecía contar y acabara
dando ostias a diestro y siniestro. Si él tuviera menos paciencia también
habría hecho aquello en más de una ocasión… pero había nacido con una paciencia
infinita y para hacerlo saltar de mala forma había que darle mucho la lata y
eso había ocurrido solo en contadas ocasiones.
—¡Oh,
mira quién viene por ahí! —dijo de repente JinHyuk.
Aquello provocó que,
tanto ByungChan como SeungWoo, giraran su cabeza en la dirección a la que el
otro chico había señalado, encontrándose al hacerlo con WooSeok, que acababa de
entrar a la biblioteca. JinHyuk alzó su mano rápidamente para saludarlo y
llamar su atención y el chico se quedó clavado en el suelo cuando lo vio,
pareciendo tener un conflicto interno sobre si seguir adelante y encontrarse
con éste o salir corriendo… pero en ese momento sus ojos se encontraron con los
de SeungWoo y el mayor le dedicó una sonrisa tranquilizadora, feliz de verlo
allí. WooSeok pareció decidirse en ese momento a seguir con sus planes de
entrar a la biblioteca, echando a andar de nuevo, caminando en dirección al
mostrador, donde ellos se encontraban.
—Hombre,
WooSeok —lo saludó JinHyuk—. Precisamente estábamos hablando de ti.
—No
voy ni a preguntar lo que hablabais de mí —replicó el chico, sin siquiera mirar
a su amigo, abriéndose paso entre éste y ByungChan para colocarse frente a
SeungWoo y, con una pequeña sonrisa, tenderle un post-it con una
numeración escrita—. ¿Me puedes sacar este libro del depósito, hyung?
—Para
eso estoy aquí —respondió él. Inmediatamente buscó en el primer cajón de la
mesa el juego de llaves de la biblioteca en el que se encontraba la de la
puerta del depósito—. Ven conmigo —le pidió al chico en cuanto las encontró,
saliendo de detrás del mostrador—, y vosotros, ya que estáis aquí echadle un
ojo a esto y así vais practicando para cuando os toque hacerlo.
Después
de decir aquello echó a andar por el pasillo principal de la biblioteca y
WooSeok rápidamente lo siguió, poniéndose a su altura. Ninguno dijo una palabra
hasta que no estuvieron algo lejos de la mesa, para cerciorarse de que sus
amigos no los podrían escuchar.
—Ya
creía que no ibas a venir hoy —comentó SeungWoo—. Mi turno se acaba dentro de
un cuarto de hora.
—He
venido a esta hora a propósito —dijo el chico en respuesta—, porque no quería
molestarte mucho durante el rato que estuvieras trabajando… se ve que he hecho
bien porque no me apetecía estar de interrogatorio y de bromas otra vez, que
supongo que es por lo que estaban aquí JinHyuk y ByungChan —SeungWoo asintió—.
Aunque me sabe mal haberte dejado solo ante el peligro con esos dos —añadió
WooSeok.
—No
te preocupes —contestó—, ya sé torearlos bastante bien y aunque sean unos
pesados no me sacan de mis casillas.
—Me
alegra… porque a mí me sacan demasiado de mis casillas todos —replicó WooSeok—.
En los últimos meses me he planteado más de una vez y más de dos cambiar de
amistades y de compañeros de piso porque acaban con mi paciencia.
—Cuando
veas que te superan mándalos a la mierda y vente conmigo —le propuso SeungWoo,
tratando de ser amable y algo valiente a la vez, aunque al segundo se
arrepintió de haberlo hecho porque tampoco se conocían tantísimo como para que
le hubiera propuesto eso y todavía no eran novios por más que el mayor quisiera
que eso fuera una realidad—. Si no lo ves un inconveniente… —añadió
rápidamente.
—Te
tomo la palabra —murmuró WooSeok en respuesta, provocando que el corazón de
SeungWoo se saltara un latido.
Después
de aquello, el silencio se instaló entre ellos mientras avanzaban por los pasillos
de la biblioteca y bajando las escaleras hasta la última planta del edificio,
donde se encontraba el depósito de libros. En aquel lugar sus pasos resonaron
sobre el suelo de losa mucho más de lo que lo habían hecho en las plantas
superiores porque allí nunca había nadie, solo se bajaba al depósito cuando
algún alumno o profesor de la universidad necesitaba un libro en concreto que
no se encontraba en las estanterías de las plantas superiores porque ya estaba
pasado de moda o se utilizaba poco. Los latidos de su corazón parecieron
también resonar en el lugar, aunque SeungWoo sabía que aquello era imposible.
Cuando
llegaron al depósito, SeungWoo probó un par de llaves parecidas hasta encontrar
la que era la de la puerta y la abrió con un poco de dificultad porque aquella
puerta de metal pesaba un montón. Después de exhalar un suspiro profundo, se
adentró en la sala llena de estanterías móviles y le hizo un gesto a WooSeok
para que entrara con él al lugar, el chico lo hizo, aunque titubeando un poco
porque probablemente sería aquella la primera vez que entraba a aquel lugar.
SeungWoo movió levemente su cabeza para quitarse de ella el pensamiento de lo
precioso y monísimo que estaba siendo el chico en ese momento y miró el post-it
que éste le había entregado antes con la signatura del libro que necesitaba,
para después buscar con la mirada la estantería que lo debía de guardar,
encontrándola unos momentos después. Con la práctica de llevar muchas horas en
la biblioteca ya, SeungWoo movió las estanterías hasta dejar libre aquella que
necesitaba y después se adentró en el pasillo que acababa de crear para buscar
en las baldas, siguiendo el contorno de los lomos de los libros con la yema de
su dedo hasta encontrar aquel que WooSeok le había pedido.
—Aquí
está —le dijo, caminando hacia él—. ¿Es este? —le preguntó, tendiéndoselo y
WooSeok asintió.
—Muchas
gracias —murmuró el chico.
WooSeok
alzó su mirada hacia él en ese momento, sus ojos brillando a través de sus
redondas gafas que le cubrían prácticamente toda la cara y el corazón de
SeungWoo volvió a saltarse un latido, aunque trató de que no se le notara y le
dedicó una sonrisa al chico, dispuesto a decirle que no hacía falta que le
diera las gracias porque aquel era su trabajo… pero antes de poder decir absolutamente
nada, WooSeok se acercó a su cuerpo un poco más, se puso de puntillas y dejó un
corto beso sobre su mejilla derecha, separándose después rápidamente de él,
encendido como un farolillo. El corazón de SeungWoo se llenó de calidez en ese
momento, sintiendo todavía el calor que habían dejado los labios de WooSeok
sobre su mejilla a pesar de que éste se había alejado de él ya.
~
—Lee
HanGyul… recuérdame por qué tu hermano y su amigo del alma están otra vez aquí
—preguntó WooSeok, señalando a DoHyon y a EunSang, los dos adolescentes que se
encontraban en el suelo del salón, peleándose por el último dorito de la bolsa.
—Tienen
que hacer un trabajo juntos y mi madre me ha pedido que los vigile —respondió
el chico, sin siquiera levantar la vista de su móvil.
—Y
tu vigilancia consiste en simplemente estar presente en el salón mientras ellos
hacen lo que les sale de los huevos, presupongo —replicó él, a lo que HanGyul
se encogió de hombros. WooSeok respiró hondo. No iba a perder los nervios. Solo
tenía que entregar un trabajo al día siguiente y había tomado la imprudente
decisión de hacerlo en casa porque se suponía que iba a estar solo y lo podría
hacer con total tranquilidad… no había contado con que en aquella casa nunca
había tranquilidad y que cuando parecía que la habría siempre llegaban dos o cuatro
adolescentes para romperla en cualquier momento—. HanGyul… diles que si quieren
ser dos ratas peleándose por un churro que al menos lo hagan en silencio si no
quieren que los mande a la luna de una patada.
—Niños
—dijo HanGyul—. Lo que ha dicho el borde de WooSeok.
WooSeok
le dio un puñetazo en el brazo a HanGyul, que se quejó por ello, pero WooSeok
no le prestó atención alguna a sus quejas, simplemente les lanzó una mirada
asesina a los dos chicos que los puso firmes y se fue del salón a grandes
zancadas. Cuando llegó a su habitación recogió el móvil de la cama, donde lo
había dejado caer, para mandarle un mensaje a SeungWoo, preguntándole dónde
estaba porque en casa no lo dejaban trabajar tranquilo y no tenía ganas de
tonterías, teniendo presente lo que el otro le había dicho unos días antes
sobre que podía irse con él siempre que lo necesitara. Solo recordó que después
de aquello le había dado un beso en la mejilla y había huido del lugar sin
darle tiempo a reaccionar al mayor y desde entonces no se habían visto.
SeungWoo había evitado hablar del tema por mensajes, pero WooSeok estaba seguro
que en cuanto se vieran el otro lo sacaría y él no estaba para contestar a sus
preguntas porque aún no sabía qué narices se le había pasado por la cabeza para
hacer algo como aquello. WooSeok quiso entonces borrar el mensaje antes de que
el mayor lo leyera, pero ya era tarde, SeungWoo le había contestado.
Estoy en casa
Puedes venir cuando quieras, sin
problema
Si no recuerdas dónde es te dejo la
dirección
O el bus y la parada y voy a recogerte
WooSeok
leyó los mensajes treinta veces, con su corazón latiendo desbocado dentro de su
pecho y sin saber qué poder contestarle. Podía echarse atrás y decirle que los
niños ya no estaban armando jaleo y ya no necesitaba irse de allí —lo cual era
una mentira más grande que aquel bloque— o podía decirle que se iba a la
biblioteca de la facultad que le pillaba —lo cual era otra mentira enorme y el
chico lo iba a pillar— o simplemente podía apechugar con lo que había hecho,
irse a casa de SeungWoo, hacer su trabajo y volver rápidamente, sin darle
tiempo a que éste pudiera preguntarle nada sobre aquel beso. No había opción
buena en realidad… y WooSeok decidió ser un poco valiente, aunque no lo
suficiente como para hacer que el otro lo recogiera en la parada del bus y
tener que caminar con él hasta su piso, propiciando momento para la
conversación que quería evitar, por eso simplemente le contestó que le diera la
dirección.
WooSeok
recogió sus cosas rápidamente y las metió en su mochila, cogiendo su móvil y
saliendo de su habitación de su casa, cogiendo el bus después hasta la parada
que SeungWoo le había indicado y llegando hasta el lugar en poco tiempo, con
sus auriculares puestos, escuchando algunas de las canciones del gran Park
HyoShin que hacían que se calmara, porque su corazón estaba latiendo como si
estuviera en medio de una maratón. No era la primera vez que iba a la casa de
SeungWoo… y no es que fueran a estar solos, el mayor ya le había dicho que su
compañero de piso y su novio iban a estar allí también, así que, no tenía que
estar tan nervioso por todo, pero WooSeok no podía evitar estar nervioso porque
le daba mil vueltas a las cosas y con SeungWoo se sentía muy bien y quería
estar con él y quizás salir con él porque le encantaría poder abrazarlo y
besarlo y todo cuando estaba junto al chico pero tampoco quería precipitarse
demasiado y lo que el otro día había hecho había sido por un impulso que no
sabía de dónde había salido y tenía ganas desde entonces de meterse en un
agujero muy profundo para no volver a salir de él.
El
chico decidió dejar de pensar en aquello. Había ido hasta allí porque tenía un
trabajo que acabar y lo tenía que hacer, durante todos aquellos días había acallado
sus pensamientos sobre el tema y se había dedicado a lo que tenía que hacer,
así que, aunque SeungWoo estuviera ante él, haría lo mismo. No pensaría en
aquello y se dedicaría a hacer el trabajo sin más.
WooSeok
llamó al interfono para que le abrieran la puerta del edificio y ésta le fue
abierta por el compañero de piso de SeungWoo, el chico que había estado en
aquella cena antes de las vacaciones con todos, no recordaba su nombre. Después
se subió al ascensor hasta la planta en la que se encontraba el piso, moviendo
nerviosamente su pierna y quitándose la música que en aquella ocasión poco le
había ayudado. La puerta del piso estaba abierta para cuando salió del ascensor
y SeungWoo se encontraba echado sobre el marco de ésta con una sonrisa preciosa
en su rostro que por una parte calmó el corazón de WooSeok y por otra lo hizo
saltar dentro de su pecho.
—Me
alegra que tuvieras en cuenta mi oferta —le dijo SeungWoo, dejándole paso al
interior de su piso—, aquí me he encargado de que ninguno de los dos te vaya a
molestar, así que no te preocupes.
—Gracias
—murmuró en respuesta WooSeok.
Dejó
sus zapatos en la entrada y caminó hasta el salón siguiendo a SeungWoo, quien
le indicó después que podía sentarse en el sofá para ponerse con su trabajo y
que se sintiera como en casa mientras él se sentaba en un sillón que había
junto a la ventana y recogía un libro que había estado leyendo. WooSeok no pudo
evitar observarlo durante unos momentos antes de sacar su portátil y sus folios
de la mochila antes de sentarse él también y enfocarse en trabajar sin ningún
ruido más que el de SeungWoo pasando páginas de su libro de vez en cuando y su
bolígrafo apuntando cosas en una pequeña libretita que tenía a su lado. WooSeok
se pudo concentrar sin problemas en lo suyo sin pensar más de lo necesario en
lo que había pasado entre ellos días antes y sin que nadie lo molestara como en
su piso.
En
algún momento de la tarde, SeungWoo se levantó de su puesto junto a la ventana,
con el libro ya terminado y se fue del salón durante unos momentos, al volver
llevaba en la mano dos tazas con agua y dejó una delante de WooSeok, antes de
volver a desaparecer volviendo con su portátil para pasar a éste las notas que
había estado tomando del libro que había leído. WooSeok le echó varios vistazos
al otro a lo largo de la tarde y, en alguno de ellos, SeungWoo lo había cazado
mirándolo y le había sonreído, provocando que el chico sintiera que su cuerpo
se volvía de mantequilla. Aparte de aquello, pocas interrupciones tuvo WooSeok y
acabó y mandó a su profesor el trabajo mucho antes de lo que se había imaginado
que lo haría. Una vez estuvo todo listo, simplemente apagó el portátil y lo
dejó sobre la mesa con un suspiro profundo y cansado.
—¿Ya
has terminado? —le preguntó SeungWoo en ese momento.
—Sí,
ya está todo —respondió—. Gracias. En casa no lo habría acabado, seguro que me
tendría que haber quedado hasta la madrugada.
—Puedes
venirte aquí cada vez que lo necesites entonces —dijo éste—. Esté yo aquí o no,
porque siempre habrá alguien en el piso que te pueda abrir la puerta.
—Gracias
—repitió WooSeok otra vez.
Después
de aquello, SeungWoo volvió a dedicarse a su libro, mientras WooSeok guardó
todas sus cosas y estuvo un rato mirando su móvil, respondiendo los mensajes
que le habían mandado mientras hacía el trabajo, incluyendo entre estos un
mensaje lleno de caritas sugerentes de SeungYoun preguntándole por su paradero
y que si estaba haciendo manitas con SeungWoo —ese lo contestó con un meme que
había encontrado por internet de alguien con cara de estar juzgando seriamente—
hasta que unos momentos más tarde SeungWoo dejó todas sus cosas y se sentó
junto a él en el sofá, muy cerca, sus piernas rozándose la una con la otra,
dedicándole una sonrisa completamente encantadora que provocó que el corazón de
WooSeok latiera como loco dentro de su pecho.
—Si
quieres quedarte a cenar hice al medio día pasta italiana y ha sobrado como
para comer tres veces más —le dijo el mayor.
—Oh…
no… no quiero molestar más… —respondió WooSeok.
—No
molestas —replicó éste—. Prefiero mil veces más tu compañía a la de YoHan y
JunHo, puedes quedarte todo lo que quieras.
—¡HYUNG!
—se escuchó gritar en forma de protesta, desde algún lugar del piso y SeungWoo
se rio.
—Es
verdad —dijo después, en un tono de voz mucho más bajo—. Prefiero estar contigo
mucho más.
El corazón de WooSeok
dio un vuelco en ese momento, cuando tras aquellas palabras SeungWoo acercó su
rostro al suyo para dejar un corto beso sobre su nariz, alejándose de él un
momento después. El chico sintió su cara arder por aquello y supuso que se
acababa de volver de color rojo de arriba abajo, mientras no podía dejar de
mirar al mayor. Este no había dicho nada de lo que había pasado la otra vez,
cuando él le había dado aquel beso, pero había hecho aquello… le había dado un
beso en la punta de la nariz y le estaba sonriendo de aquella forma que tanto
adoraba WooSeok, con sus ojos desapareciendo en dos medias lunas y la punta de
sus orejas también de color rojo fuerte. No necesitaban palabras en ese
momento, no necesitaban explicarse el uno al otro lo que estaba sucediendo, se
gustaban el uno al otro y aquello era suficiente, en cualquier otra situación
hablarían de ello, pero no en ese instante.
~
—Necesito
que me cuentes qué es eso que me ha dicho YoHan de que el otro día te morreaste
en el sofá con WooSeok —le dijo JinHyuk, sentándose en su clase delante de él y
girándose para encararlo, alertando a SeungSik y SeJun, que se encontraban a su
lado—. Porque no me puedo creer que me haya tenido que enterar por él y no
porque tú me lo hayas dicho… que somos colegas, hyung, y encima WooSeok
es mi amigo del alma y él tampoco me lo ha dicho. Me parece muy fuerte, que lo
sepas, y luego voy a ir a darle la chapa a él.
—Primero,
no me besé con WooSeok en el sofá y segundo, ¿tú no tienes clase? ¿Qué haces
aquí? —le respondió al chico.
—No
mientas, que YoHan te vio morrearte con él y luego estabais los dos sonriendo
como idiotas —replicó JinHyuk.
—¿Tienes
churri? —le cuestionó en ese momento SeJun.
—No
tengo churri —dijo a SeJun—. Y no lo morreé —contestó a JinHyuk.
—¿Entonces
YoHan está ciego? —cuestionó el chico, incrédulo.
—Como
un topo —replicó.
—Explícame
la situación por si tengo que matar al niño por darme esperanzas de que ya te
habías liado con WooSeok —le pidió el otro.
—Eso,
cuenta, que ya que estamos aquí nos enteremos de qué va la cosa —dijo SeungSik
y SeJun también asintió a aquello.
SeungWoo
miró a todos sus amigos y trató de pensar en algo que pudiera sacarlo de
aquella situación porque no tenía ninguna gana de tener que contarles lo que
había pasado entre WooSeok y él… pero no encontró nada y al final tuvo que
comenzar a hablar. Como SeungSik y SeJun no tenían muchos datos sobre el tema,
empezó desde el principio, contándoles que se lo había encontrado en la
biblioteca, que se habían gustado desde ese momento y que sus maravillosos
amigos —JinHyuk entre ellos— habían decidido que les podían hacer de
celestinas. Después de aquello les contó que habían estado hablando y habían
quedado algunas veces y que estaban tonteando un poco desde entonces pero no
habían pasado de ahí hasta… ahora.
—El
otro día cuando fui a coger un libro para él del depósito me lo agradeció
dándome un beso en la mejilla —contó primero, para poder explicarles después lo
que había pasado en la casa que YoHan había malinterpretado.
—Y
parecía tonto cuando lo compramos —dijo JinHyuk, refiriéndose a WooSeok—. No
creía que fuera él el primero en hacer eso, ¿no te ha herido el orgullo que el
niño tímido haya dado el primer paso?
—JinHyuk…
a estas alturas de mi vida no es que tenga mucho orgullo —replicó—. Pero, de
todas formas, no. Yo quería ir paso a paso porque no estaba seguro de lo que
podía esperarme si forzaba mucho las cosas, así que, me alegro que fuera él quien
marcara el ritmo.
—Y
entonces tú aprovechaste que se fue a tu piso para morrearlo después de lo de
la biblioteca, ¿no? —SeJun le puso la mano sobre el hombro—. Mis respetos, tío.
—No
lo morreé —volvió a decir—. Simplemente… es demasiado cuqui con esas gafillas
que no pude resistirme y darle un besito en la punta de la nariz.
La
pequeña audiencia que estaba escuchando su explicación se quedó completamente
en silencio durante unos momentos y SeungWoo supo a la perfección que en cuanto
reaccionaran acabaría siendo el meme de toda una generación por lo que había
hecho, pero él se sentía muy orgulloso de haber dado aquel pequeño paso y
habiendo confirmado de esa forma que lo suyo con WooSeok iba bien. No
necesitaba más por ahora, cuando tuvieran un momento para hablar de todo
definirían lo que había surgido entre ellos, pero mientras tanto, SeungWoo iba
a aprovechar para darle todos los besitos que pudiera.
—Eres
un puto moñas —dijo JinHyuk cuando reaccionó.
—Yo
no sé por qué… pero me imaginaba algo así —comentó SeungSik—. Bueno, sí sé por
qué me lo imaginaba… siempre has sido así de moñas.
—Y
no hay nada malo en ser así de moñas —replicó él—. A falta de confirmación
oficial he conseguido al chico que me gusta siendo moñas.
—Espera…
¿cómo a falta de confirmación oficial? —cuestionó SeJun—. ¿Todavía no estáis
saliendo?
—¿Te
crees que somos adolescentes que se dan un pico y ya son novios?
—Es
lo que han hecho HanSe y DongYeol —dijo SeungSik.
—Pero
son como adolescentes, así que no cuenta —contestó SeungWoo.
—También
es cierto.
—Entonces…
¿todavía tenéis que hablar eso de salir juntos o no? —le preguntó JinHyuk y él
asintió—. ¿Y qué haces que todavía no has ido a por él a pedirle que sea tu
novio?
—¿Qué
parte de soy un moñas al que le gusta ir lento no ha entendido esta cabecita
tuya? —le cuestionó.
—Bueno…
vale, haz lo que te dé la gana.
—Gracias.
—Pero
que sepas que voy a contarle todo esto a los demás y que os vamos a estar dando
la tabarra todos hasta que digáis que sois novios —lo amenazó—, y ya sabes que
somos muy pesados.
—No
hace falta que lo jures…
Y
JinHyuk quiso protestarle, pero no pudo hacerlo porque en ese momento entró a
la clase el profesor que tenía que impartir la asignatura de aquella hora y el
chico se despidió de ellos moviendo simplemente los labios y saliendo como si
fuera un ladrón de guante blanco que no pudiera ser visto por las cámaras de
seguridad, salió de la clase sin que nadie se hubiera percatado de que había
estado allí alguna vez. SeungSik y SeJun parecieron también quedarse con ganas
de saber más cosas de su nueva vida amorosa, pero pronto estuvieron los tres
enfrascados en tomar apuntes y aquella curiosidad quedó aparcada. SeungWoo lo
agradeció porque ya había contestado demasiadas preguntas por aquel día y
porque tampoco quería seguir dando explicaciones de lo que hacía o dejaba de
hacer. Cuando fuera el momento adecuado, hablaría con WooSeok sobre lo que
debía de ser su relación de ahora en adelante, pero una vez había confirmado
que el otro chico también tenía sentimientos por él y quería estar con él, se
había relajado un poco y pensaba dejar que todo corriera su curso.
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