jueves, 9 de enero de 2020

[Part Two] 그러다 봄 (Spring Again) {SeungWooSeok}


Part Two

            WooSeok miró por vigésima cuarta vez el reloj de su móvil mientras esperaba en la parada del bus que había cerca de su piso a que el que estaba esperando llegara. No llevaba ni mucho tiempo en el lugar porque había calculado lo que tardaría, pero se le estaba haciendo muy largo y lo único que quería era que el dichoso autobús apareciera lo más rápido posible. No era que él tuviera prisa en llegar a ningún lugar o llegara tarde, no, WooSeok simplemente se encontraba en la parada esperando a que el bus llegara porque en él iba SeungWoo y había quedado con éste. Su corazón llevaba latiendo demasiado rápido desde que hacía un par de días habían concertado aquel encuentro… un encuentro en el que simplemente el otro chico se iba a bajar del autobús en aquella parada para poder hacer intercambio de la ropa de WooSeok que había lavado y que WooSeok le devolviera la que éste le había prestado, para luego esperar a otro que lo llevara a la estación de autobuses para volverse a casa para echar allí las vacaciones de verano.


            Después de aquel encuentro en la fiesta en la que el otro chico había aparecido repentinamente y el percance por el cual se había tenido que cambiar de ropa, no se habían vuelto a ver en persona… aunque sí que se habían mandado algunos mensajes para darse ánimos con los exámenes o hablar en momentos de aburrimiento. SeungWoo era bastante divertido y encantador y eso hacía que WooSeok no pudiera dejar de pensar en él casi cada segundo que tenía libre. Era extraño para él, porque nunca antes había interactuado con sus crushes de aquella forma y, cada día que pasaba, sentía que estaba cayendo más y más por él.

            Un autobús llegó a la parada y WooSeok se tensó al darse cuenta de que era aquel en el que SeungWoo le había dicho que iba montado, para después buscar con nerviosismo al chico entre la marea de gente que se bajó del bus, hallándolo prácticamente al instante porque su cabeza sobresalía por encima de los demás. No obstante, WooSeok no pudo acercarse a él porque había demasiada gente y, hasta que no se despejó un poco el lugar, el otro no reparó en su presencia y fue hasta él, con una sonrisa totalmente encantadora en su rostro, dándole la bienvenida.

            —¿Has estado mucho rato esperando? —le cuestionó al verlo. WooSeok negó con la cabeza porque realmente no había estado mucho, solo se le había hecho eterno porque quería verlo lo más pronto posible—. Menos mal —dijo, sonriendo ampliamente y tendiéndole una bolsa de papel en la que se encontraba la ropa que WooSeok había llevado el día de la fiesta—. Gracias por venir, aunque vaya a ser super rápido.
            —No es nada —dijo él—, tenía que darte las gracias otra vez por lo de la otra noche —le enseñó la bolsa que llevaba—, y tenía que devolverte también tu ropa.
            —Los pantalones me hacen mucha falta, el otro día JunHo hizo la colada por primera vez en su vida y no sé cómo narices me rompió mis vaqueros favoritos —confesó el chico, cogiendo de la bolsa la camiseta que le había prestado y tendiéndosela—. Esto te lo puedes quedar… de todas formas, te queda mucho mejor a ti que a mí.

            WooSeok quiso replicar, pero en ese momento otro autobús entró en la parada y SeungWoo le anunció que ese era el que tenía que coger para la estación, así que, se despidió rápido de él para arrastrar su maleta hasta el bus y subirse a él antes de que le cerraran las puertas. WooSeok se quedó allí plantado, sin saber qué hacer o qué decir hasta que el otro lo saludó con la mano desde dentro del vehículo y respondió por pura inercia, devolviéndole el gesto hasta que el autobús salió de la parada. Después, el chico no pudo evitar quedarse mirando la camiseta de SeungWoo que, al parecer ahora era suya, y esbozar una pequeña sonrisa antes de guardarla con la ropa que le había devuelto el chico.

            WooSeok volvió a su piso prácticamente saltando por aquello… aunque cuando entró de nuevo al lugar, el chico quiso salir inmediatamente por la puerta por la que acababa de entrar.

            —A mí no me parece especialmente guapo SeungWoo —estaba diciendo SeungYoun cuando él había entrado.
            —Pues yo me lo empotraba como un mueble del Ikea —replicó HanGyul, llevándose por decir eso un manotazo sobre el pecho de SeungYoun que debió dejarlo sin respiración.
            —Que hay niños delante, cuidado con lo que dices —le dijo éste.

Los niños, DoHyon, EunSang, MinHee y HyungJun, estaban demasiado enfrascados jugando al Mario Kart, así que ni se dieron por aludidos. WooSeok simplemente puso los ojos en blanco, no queriéndose meter en la conversación, porque no quería gilipolleces aquel día con lo feliz que estaba después de lo que le acababa de pasar. Sin embargo, aunque trató de pasar desapercibido y entrar a su cuarto sin que nadie le diera la tabarra, HanGyul lo pilló.

            —Tú querrías que fuera SeungWoo hyung el que te empotrara, ¿verdad? —le dijo el chico, dejándolo clavado en la entrada, sintiendo cómo los colores se le subían—. Eso es que sí, míralo, se ha puesto como un farolillo —le señaló a SeungYoun y el otro soltó una carcajada.
            —Creo que no me habéis visto lo suficientemente cabreado en los últimos tiempos —murmuró entre dientes WooSeok, tratando de calmarse por dentro, de dejar de pensar en situaciones en las que SeungWoo lo pudiera empotrar tal y como había dicho HanGyul—. ¿Queréis que os coja de los huevos y os los machaque? —inmediatamente ambos se cruzaron de piernas y WooSeok sonrió—. Ya me parecía a mí… me voy a estudiar, que mañana me queda el último examen, como hagáis ruido vosotros o los enanos os lanzo a todos por la ventana sin pensármelo ni un segundo.

            Y, tras decir aquello, el chico se dirigió a su habitación y se encerró en ella para que nadie lo molestara, tirándose inmediatamente sobre la cama en plancha y hundiendo su cara en la almohada para ahogar el grito que quería dar en ese momento, no sabía si de felicidad o por qué. Porque realmente apenas había podido estar junto a SeungWoo, que era lo que más le hacía ilusión, aunque todavía no pudiera comportarse como una persona normal a su alrededor; pero, aunque el encuentro había sido breve, al menos había sacado algo de él… su camiseta —ya había perdido un poco de su encanto porque WooSeok había tenido que lavarla y había perdido por completo el olor de SeungWoo, pero seguía siendo algo que le había regalado y porque le había gustado cómo le quedaba—.

            WooSeok quiso patalear sobre la cama como si fuera un adolescente sin poder contener todos sus sentimientos en aquellos momentos, pero ya no era un adolescente y simplemente se contuvo de ello agarrando fuertemente la almohada y espachurrándola entre sus brazos. Estaba mucho más emocionado en aquellos momentos de lo que lo había estado antes y sabía perfectamente que se debía a que aquel gesto que había tenido SeungWoo con él tenía que significar que él también estaba interesado.

            Lo único malo de todo aquello era que las vacaciones de verano estaban en medio y no se iban a poder volver a ver hasta dentro de algo más de un mes y WooSeok no sabía cómo iba a resolver todavía aquello porque no era alguien que hablara tantísimo ni con las personas que conocía de toda la vida o sus amigos de hacía muchos años. Trataría de ser valiente y empezar él también alguna conversación con SeungWoo porque hasta el momento había sido el mayor quien había escrito primero y, si aquello seguía de aquella forma, probablemente se aburriera de él y WooSeok no quería eso… WooSeok quería conocerlo mucho más y quería que éste se quedara a su lado por muchísimo tiempo. Quizás… podía empezar a ser valiente en ese mismo instante.

            WooSeok se dio la vuelta en la cama para quedar con la espalda tocando el colchón y sacó del bolsillo de sus pantalones su teléfono para buscar el chat con SeungWoo. Tenía un par de mensajes sin leer de su amigo JinHoo, pero los ignoró porque podían esperar perfectamente un poco más a ser respondidos y comenzó a escribir y reescribir un mensaje para SeungWoo mientras de fondo se empezaron a escuchar lo primeros gritos desde el salón, que no tardarían mucho en ir in crescendo. Tardó más de diez minutos en hacerlo, borrando todos y cada uno de los mensajes que escribía porque no le parecían adecuados hasta que encontró la combinación perfecta y envió finalmente el mensaje.

No he podido darte las gracias antes porque el bus ha llegado muy pronto
Pero muchas gracias por la camiseta, hyung, me la pondré todo lo que pueda
Que el viaje a Busan te sea leve, pero si te aburres mucho puedes hablarme
La panda de críos del salón no deja de gritar así que no voy a estudiar más

            Y, una vez todos los mensajes estuvieron mandados, el chico dejó su teléfono bloqueado sobre la cama no queriendo saber nada de él hasta que no le llegara el mensaje en respuesta y saliendo de la habitación para cantarles las cuarenta a los energúmenos que estaban en el salón.

~

            Hyung… hyung… hyung… ¡HYUNG!

            SeungWoo se sobresaltó ante el repentino grito en su oreja y casi tiró el móvil al suelo por el susto, pero en el último segundo y tras varios malabares, lo salvó de una temprana muerte. El chico se llevó el móvil al pecho de forma protectora y suspiró profundamente de puro alivio antes de volverse hacia la persona que le acababa de dar el susto de su vida y que casi le había hecho tirar al suelo —y probablemente romper— su móvil nuevo, el que tanto le había costado conseguir porque para comprárselo había estado ahorrando más de un año y había tenido que seguir utilizando aquel cachivache viejo que siempre se le quedaba pillado o se le apagaba en los momentos más inoportunos en el entretanto. Su hermano menor, DongPyo, se encontraba allí a su lado, con los brazos cruzados y de morros porque no le había hecho caso hasta que no le había gritado.

            —¿Con quién hablas tanto que no me haces caso la mayor parte del tiempo, hyung? —le dijo su hermano, todavía de morros.
            —Pero si cada vez que voy a darte abrazos y besitos me apartas como si fuera la peste —replicó SeungWoo—, creía que ya eras mayor para eso y no querías más mi amor.

            DongPyo le bufó como si fuera un gato ante aquello y después se dio la vuelta y se fue de su habitación dando un portazo, dejándolo de nuevo solo en el lugar. SeungWoo no pudo evitar soltar una carcajada por aquello. Su hermano estaba en una fase muy rara de la vida en la que quería todavía abracitos y cariñitos y se enfadaba si nadie le hacía caso, pero quería también que todo el mundo dejara de tratarlo como un bebé y cuando trataban de darle algo de amor bufaba y se escapaba corriendo. Más tarde aprovecharía algún momento en el que su hermano estuviera desprevenido para cogerlo por banda y no soltarlo hasta que no lo hubiera llenado de besos.

            SeungWoo volvió a mirar el móvil, dándose cuenta de que todavía no había recibido la respuesta de la persona que le interesaba, aunque tenía varios mensajes de SeungSik y de YoHan y el grupo de su clase estaba llenísimo porque algunas personas habían comenzado a intercambiar sus opiniones sobre un tema y otros se habían unido a la conversación y habían acabado discutiendo por tener diferentes pareceres. SeungWoo había dejado de entrar al grupo y, cuando se calmaran los humos, ya se enteraría más tarde de lo que había pasado y cómo había acabado la cosa. El chico contestó a los mensajes de sus amigos y después volvió al chat con WooSeok para ver cómo éste pasaba todo el rato de “escribiendo” a “en línea”, síntoma de que llevaba un buen rato escribiendo y borrando lo que había escrito. La primera vez que lo había visto, SeungWoo había pensado que probablemente el chico le quería decir que dejaran de hablarse porque no le interesaba más y le era difícil encontrar las palabras para ello, pero después se había dado cuenta de que, incluso para la frase más corta o estúpida, el chico hacía aquello siempre. SeungWoo le había acabado preguntando a JinHyuk por ello y éste le había contestado que con sus amigos no tardaba nada en mandar los mensajes, pero que él era su crush y seguramente no querría cagarla poniendo algo que se pudiera malinterpretar de alguna forma o que no estuviera correctamente escrito. Por eso, SeungWoo había dejado de darle importancia y, a veces, se quedaba incluso embobado esperando la respuesta de WooSeok.

            No se habían visto desde aquel fugaz encuentro en la parada del autobús porque SeungWoo se estaba pasando el verano en Busan con su familia y el otro chico estaba haciendo exactamente lo mismo; sin embargo, a pesar de ello, habían estado hablando prácticamente todos los días, mandándose un montón de mensajes sobre lo que hacían o dejaban de hacer y también mandando fotos. Al principio, SeungWoo había tenido que romper el hielo él cada vez, pero poco a poco se encontraba con que WooSeok había empezado una conversación y eso lo animaba bastante porque significaba que no solo él tenía interés en el chico, sino que éste también estaba interesado por él.

Me parece bien quedar cuando volvamos para el semestre
¿Cuándo llegas a Seúl?
El 20 ¿y tú?
El 22
Podríamos quedar al día siguiente
Si no te parece mal
Me parece perfecto

            SeungWoo casi saltó de su cama al leer el último mensaje, sin poder creerse que aquella tarde que había comenzado con un selfie de WooSeok porque estaba aburrido hubiera acabado con ellos concertando una cita para verse justo en cuanto volvieran de las vacaciones. Porque aquello sería una cita de las de verdad, no como aquella especie de encerrona que les habían hecho sus amigos —comunes y no comunes— que los había llevado a acabar en su piso para cambiarse de ropa y el posterior breve encuentro para devolvérsela.

            Siguió hablando un buen rato más con el chico después de aquello, concertando los detalles de la cita porque no les quedaba más que una semana y media para ésta hasta que lo dejaron todo completamente atado y después de eso soltó el móvil finalmente para buscar a su hermano y darle un poco la lata. No tardó demasiado en hallarlo en el salón, porque el piso en el que vivía la familia Han era bastante pequeño. El chico estaba demasiado entretenido haciendo los deberes que les habrían mandado para ese verano en el instituto, así que, lo primero que hizo fue abalanzarse sobre él mientras éste estaba desprevenido para darle un abrazo por la espalda.

            ¡HYUNG! —se quejó DongPyo inmediatamente, forcejeando para que lo soltara también, pero SeungWoo lo doblaba en tamaño y, obviamente tenía mucha más fuerza que él—. Hyung~ —volvió a quejarse el chico, haciendo un puchero adorable.

            En alguna ocasión, SeungWoo lo había soltado cuando su hermano le había hecho cualquier cosa mona, pero aquel día no tenía ganas de dejarlo escapar tan pronto, no cuando éste había ido hasta su habitación porque quería mimos y luego se había ido, completamente indignado porque no los había recibido. Por ese motivo, en vez de dejarlo ir, SeungWoo lo abrazó mucho más fuerte para que no tuviera la posibilidad de soltarse y después comenzó a darle besitos por todas partes que provocaron que el chico comenzara a chillar como un delfín llamando a su madre para pedirle ayuda, unas llamadas que, obviamente, su madre iba a ignorar porque tenía cosas mucho más importantes que hacer.

            Hyung, suéltame —le pidió DongPyo muy serio y dejando de forcejear.
            —Bueno… si me lo pides así… —respondió él.

            Dejó de sujetar a su hermano menor después de darle un último achuchón y después se alejó de él y de su mano rápida, siempre dispuesta a dar algún manotazo. SeungWoo sonrió al ver que se había alejado a tiempo y, en cuanto le vio las intenciones a DongPyo de alzarse para acercarse más a él y poder pegarle, salió corriendo. Su hermano solo tardó un segundo en salir tras él y comenzaron a corretearse por todas las habitaciones del piso. Podían haber cumplido muchos años… pero había cosas que no cambiaban.

~

            WooSeok estaba sumamente nervioso mientras caminaba los escasos metros que separaban lo separaban de la cafetería en la que había quedado con SeungWoo para verse después de las vacaciones. Bueno… decir que solo estaba nervioso no le hacía justicia a cómo se sentía realmente, porque estaba atacado y no sabía qué hacer para calmarse. Se había pasado todo el verano hablando con SeungWoo, mandándose mensajes prácticamente cada día, y lo que había pensado que jamás llegaría a ningún lado porque el otro chico era un dios bajado a la tierra y él no se comparaba en absoluto —que también era guapo, mono, resultón y todo eso, pero no llegaba a tales niveles de hermosura—, había avanzado bastante en las últimas dos semanas y ambos habían comenzado un flirteo extraño que lo dejaba con las orejas y las mejillas ardiendo cada vez que SeungWoo le decía algo. No sabía lo que iba a pasar una vez estuvieran en la cafetería, no sabía qué era lo que se iba a encontrar, no sabía si SeungWoo iba a seguir flirteando con él o simplemente iban a tomar café y nada más.

Por esa incertidumbre, el corazón parecía que se le quería salir del pecho y WooSeok había querido darse media vuelta en varias ocasiones, llegar a su piso y meterse debajo de las sábanas de su cama para no volver a salir de allí nunca más. No obstante, en todas esas ocasiones había decidido que tenía que seguir adelante hasta que prácticamente había llegado al lugar del encuentro… pero una vez allí, una vez se encontraba a tan solo unos pasos de la puerta del local, el chico era incapaz de avanzar más, como si hubiera una barrera invisible que le impedía el paso o como si algún tipo de magia negra hubiera provocado que su cuerpo dejara de moverse a voluntad.

            WooSeok respiró profundamente un par de veces y, con la mano en el pecho, trató de calmarse por milésima vez en tan solo unos momentos. Podía hacerlo. Podía hacerlo. Solo era cuestión de mover un pie y luego el otro, nada que no hiciera a diario.

            Autoconvenciéndose de que todo estaría bien, el chico finalmente se dirigió hacia la cafetería y entró a ella, sintiendo una ráfaga de aire congelado del aire acondicionado que lo hizo tener un escalofrío involuntario. WooSeok se recompuso del escalofrío saliendo de la corriente del aire acondicionado y adentrándose en el local para buscar un lugar en el que sentarse y esperar a SeungWoo, porque a pesar de todo el rato que había necesitado para convencerse de que todo estaría bien, al final había llegado a la cafetería algo antes de la hora en la que habían quedado. No obstante, mientras buscaba una mesa, lo que encontró fue la encantadora sonrisa de SeungWoo, que hizo que se le parara el corazón por un instante antes de latir como loco dentro de su pecho porque SeungWoo era hermoso.

            —Has llegado temprano —le dijo el chico cuando llegó a la mesa y se sentó frente a él, una vez se había calmado lo suficiente como para acercarse a SeungWoo sin que le diera un ataque al corazón—. Pensaba que llegarías a la hora.
            —Tenía un par de cosas que hacer aquí cerca y me vine antes —mintió WooSeok, no queriendo decirle que había salido con mucho tiempo de antelación porque aquel encuentro lo tenía muy nervioso—. Como terminé pues… decidí venir a esperarte, pero ya estás aquí —esbozó una sonrisa que fue replicada por el mayor y su corazón se saltó otro latido.
            —Me alegra porque eso significa que pasaremos más tiempo juntos —comentó SeungWoo, guiñándole un ojo—. ¿Qué quieres de beber?
            —AA, por favor —dijo él, tratando de calmar su corazón por millonésima vez en unos minutos.

            SeungWoo se levantó de la mesa y fue a pedir las bebidas de ambos, dejándolo a él allí todavía con el corazón a mil. No sabía si iba a sobrevivir a aquello o no porque simplemente acababa de llegar y ya le habían dado unos cuantos ataques al corazón porque el otro había flirteado con él de la misma forma que lo había hecho en los últimos tiempos. WooSeok podía decir en aquel momento que si él seguía aquel juego y dejaba que su corazón tomara el control, en lugar de su cabeza llena de pensamientos y de situaciones en las que todo saliera mal, probablemente todo sería mucho más fácil para los dos y, puede que incluso acabaran saliendo juntos, algo que ni en sus mejores sueños había sido capaz de imaginar… porque cuanto más había conocido a SeungWoo a lo largo de sus largas conversaciones ese verano, más se había enchochado con él porque era literalmente perfecto.

            SeungWoo no tardó demasiado en volver con su ice americano y con una limonada para él, dejando ambas bebidas sobre la mesa con cuidado y sentándose frente a WooSeok con una gran sonrisa.

            —Bueno, cuéntame más cosas sobre ti que no me hayas contado este verano —le pidió, dándole un sorbo a la limonada—. Y puedes preguntarme todo lo que quieras saber también.

            WooSeok no era una persona muy dada a hablar sobre cosas de sí mismo, hablaba mucho, a veces no había quien lo callara cuando comenzaba a hablar sobre algo, pero sobre sí mismo o su familia solía tener poco que decir; no obstante, SeungWoo le había preguntado porque estaba interesado en él, en cómo era su vida porque quería conocer más cosas de él, así que, WooSeok decidió que podía hablar un poquito de cómo era todo. Y le habló de su familia, de cómo era todo con ellos, de cómo había sido pasar el verano en la casa y cómo no había echado para nada de menos a los idiotas de sus amigos y a los gilipollas de sus compañeros de piso; también le habló de la carrera, de cómo algunas asignaturas se le atragantaban un poco, pero en general le gustaba lo que hacía. No perdió la oportunidad de preguntarle a SeungWoo por lo mismo y él comenzó a hablarle que aquel era el último semestre en la carrera y que todavía no tenía muy claro su futuro y de su hermano pequeño y de lo mayor que se estaba haciendo.

            —Sigue midiendo medio metro, pero cada vez que lo veo es mucho más maduro que antes y… —es lo que estaba diciendo el chico sobre su hermano cuando se calló repentinamente, mirando más allá de él.

            WooSeok no sabía si era buena idea lo de girarse o no para ver por qué se había callado, pero al final la curiosidad mató al gato y se giró, viendo que tras él se encontraban dos chicos, uno que conocía muy bien y otro al que había visto en ocasiones contadas, pero del cuál le habían hablado mucho, DongYeol y HanSe, ambos vestidos de negro de arriba abajo a pesar de que el calor apretaba fuera, como buenos e-boys que eran.

            —¿Tú no venías mañana, hyung y por eso no podías quedar esta noche con todos? —le preguntó DongYeol, alzando una de sus cejas.
            —Era mi intención —respondió WooSeok—, pero al final he podido llegar hoy y SeungWoo hyung me dijo de venir a por un café y aquí estamos —mintió como un bellaco esperando que DongYeol no se diera cuenta—. Tenía intención de mandaros al grupo un mensaje preguntando en qué habíais quedado luego.
            —Sí, sí —murmuró su amigo irónicamente—. Que habías quedado con el tortolito y no querías decirlo para que no te molestásemos —terminó, guiñándole.

            WooSeok quiso levantarse de la silla y agarrar por el pescuezo a su amigo para que no siguiera hablando más, pero trató de contenerse porque estaban en un espacio público y si alguien llamaba a la policía, se lo llevarían detenido por intento de homicidio con premeditación y él era demasiado joven y guapo como para que lo metieran en la cárcel —no había matado todavía a SeungYoun y a HanGyul después de todas las gilipolleces que decía al cabo del día, no iba a asfixiar a DongYeol por aquello—.

            —Si tú lo dices —respondió al final, encogiéndose de hombros y girándose hacia SeungWoo para no dedicarle más atención a su amigo—. ¿Hyung, podemos ir a otro lugar más tranquilo en el que no haya idiotas molestando? —le cuestionó.
            —Por supuesto —dijo el mayor con una sonrisa de oreja a oreja, levantándose—. HanSe, nos vemos mañana —comentó poniéndole una mano en el hombro al novio de DongYeol—, y dile a SuBin que se prepare para todos los besos y abrazos del mundo que lo he echado mucho de menos.

            Ambos salieron de la cafetería después de aquello, dejando a sus amigos allí dentro, probablemente mandándoles mensajes al resto de personas que los conocían para decirles que los habían pillado en mitad de una cita. WooSeok se había molestado porque los hubieran encontrado allí porque con aquel encuentro quería determinar si su relación con SeungWoo podía seguir más allá o no, pero con la interrupción ahora ya no sabía qué hacer… y, sobre todo, le habían molestado las últimas palabras que SeungWoo había dicho sobre comerse a besos a otro chico.

            —No sabía que conocías a HanSe —murmuró, tratando de quitarse de la cabeza todo lo demás, mientras caminaban en busca de otro lugar en el que pasar el resto de la tarde.
            —Sí —respondió SeungWoo—. El año pasado era el compañero de piso de SeungSik y me pasé mucho tiempo en ese piso haciendo todos los trabajos grupales que tenía que entregar. Me encariñé con él y con SuBin un montón de tanto tiempo que pasé allí y son como mis hijos —dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
            —Ah… —dijo WooSeok, sintiéndose demasiado idiota en aquellos momentos por haberse molestado sin saber, pero eso tenía arreglo—. Cuéntame más sobre tus amigos —pidió… y SeungWoo le respondió todo lo que quiso mientras iban de un lado a otro por la ciudad.

~

            —Entonces… ¿no estáis saliendo juntos todavía? —le preguntó JinHyuk.
            —Por milésima vez desde que entraste por la puerta… no —replicó SeungWoo, harto de que la conversación no avanzara.
            Pero si HanSe te vio de cita con él el otro día —dijo ByungChan, provocando que quisiera darse de cabezazos contra la mesa.

            Hacía más de una hora que ambos lo habían pillado por banda en la biblioteca mientras hacía uno de los últimos turnos que le tocaban en el lugar para finalizar sus prácticas y no lo habían dejado hacer absolutamente nada porque no habían parado de preguntarle por WooSeok y por cómo se lo había montado para después de las vacaciones estar saliendo juntos, aunque no se hubieran visto en éstas. También había salido al menos treinta veces en la conversación el tema de que HanSe y DongYeol los habían visto de cita y le habían increpado varias veces que no les hubiera dicho que estaban juntos.

ByungChan lo había llamado “mal amigo” más veces de las que SeungWoo estaba interesado en contar a aquellas alturas y JinHyuk parecía escéptico con eso de que no hubiera avanzado tanto su relación con WooSeok como él quería. A SeungWoo también le habría gustado que su relación avanzara más de lo que lo había hecho porque quería salir con WooSeok, cada día que pasaba hablando con él le parecía una persona más maravillosa e increíble, pero el verano había estado por medio y aparte de hablar con él y tratar de flirtear un poco, no había podido hacer mucho más.

            —Ojalá hubiera sido una cita de verdad —replicó a lo que había dicho ByungChan después de un rato—. Simplemente él llegó antes a Seúl de lo que pretendía, yo le hablé como cada día, me dijo que estaba en la ciudad y me lancé a la piscina con una excusa para quedar.

            Aquello que acababa de decir era una vil mentira, pero eso sus amigos no tenían por qué saberlo y, además, aquella había sido la versión oficial de lo que había pasado que ambos habían acordado contar para que WooSeok tuviera una excusa sobre la cena con sus amigos que había rechazado de primeras —y a la que había tenido que asistir después de mala gana, porque según le había contado a SeungWoo, sus amigos se habían puesto igual de pesados con él como se estaban poniendo los suyos en aquel momento con SeungWoo—. A veces, podía llegar a entender por qué se ponían de aquella forma, porque hacía tiempo que no tenía ninguna relación, demasiado enfrascado en sus estudios y pasando más horas delante de libros de lo que era realmente sano, y entendía que les hiciera ilusión que estuviera entusiasmado por salir con alguien —y parecía que por la parte de WooSeok era más o menos igual— pero también quería un poco de privacidad y que dejaran de cuestionarle todo lo que hacía y dejaba de hacer con WooSeok a todas horas.

            —Me parece fatal que todavía no estéis saliendo juntos cuando se os nota que estáis pilladísimos el uno por el otro —replicó entonces JinHyuk—. En la cena el otro día WooSeok acabó dándole de hostias a HwanHee para que se callara y lo dejara tranquilo… y eso que últimamente estaba reformándose y solo gritaba cuando estaba enfadado, había dejado las manos quietas.
            —Le hacéis sacar lo peor de él con tanta tontería —murmuró SeungWoo—, dejadlo tranquilo, hombre.
            —Mira, mira… —ByungChan le dio un par de golpes suaves a JinHyuk en el brazo—. Si ya hasta lo defiende.

            SeungWoo puso los ojos en blanco mientras los otros dos cuchicheaban y se emocionaban por aquello que acababa de decir. Claro que lo defendía, si no paraban de darle la lata como a él, entendía perfectamente que el chico estuviera hasta las narices de todo, perdiera la poca paciencia con la que parecía contar y acabara dando ostias a diestro y siniestro. Si él tuviera menos paciencia también habría hecho aquello en más de una ocasión… pero había nacido con una paciencia infinita y para hacerlo saltar de mala forma había que darle mucho la lata y eso había ocurrido solo en contadas ocasiones.

            —¡Oh, mira quién viene por ahí! —dijo de repente JinHyuk.

Aquello provocó que, tanto ByungChan como SeungWoo, giraran su cabeza en la dirección a la que el otro chico había señalado, encontrándose al hacerlo con WooSeok, que acababa de entrar a la biblioteca. JinHyuk alzó su mano rápidamente para saludarlo y llamar su atención y el chico se quedó clavado en el suelo cuando lo vio, pareciendo tener un conflicto interno sobre si seguir adelante y encontrarse con éste o salir corriendo… pero en ese momento sus ojos se encontraron con los de SeungWoo y el mayor le dedicó una sonrisa tranquilizadora, feliz de verlo allí. WooSeok pareció decidirse en ese momento a seguir con sus planes de entrar a la biblioteca, echando a andar de nuevo, caminando en dirección al mostrador, donde ellos se encontraban.

            —Hombre, WooSeok —lo saludó JinHyuk—. Precisamente estábamos hablando de ti.
            —No voy ni a preguntar lo que hablabais de mí —replicó el chico, sin siquiera mirar a su amigo, abriéndose paso entre éste y ByungChan para colocarse frente a SeungWoo y, con una pequeña sonrisa, tenderle un post-it con una numeración escrita—. ¿Me puedes sacar este libro del depósito, hyung?
            —Para eso estoy aquí —respondió él. Inmediatamente buscó en el primer cajón de la mesa el juego de llaves de la biblioteca en el que se encontraba la de la puerta del depósito—. Ven conmigo —le pidió al chico en cuanto las encontró, saliendo de detrás del mostrador—, y vosotros, ya que estáis aquí echadle un ojo a esto y así vais practicando para cuando os toque hacerlo.

            Después de decir aquello echó a andar por el pasillo principal de la biblioteca y WooSeok rápidamente lo siguió, poniéndose a su altura. Ninguno dijo una palabra hasta que no estuvieron algo lejos de la mesa, para cerciorarse de que sus amigos no los podrían escuchar.

            —Ya creía que no ibas a venir hoy —comentó SeungWoo—. Mi turno se acaba dentro de un cuarto de hora.
            —He venido a esta hora a propósito —dijo el chico en respuesta—, porque no quería molestarte mucho durante el rato que estuvieras trabajando… se ve que he hecho bien porque no me apetecía estar de interrogatorio y de bromas otra vez, que supongo que es por lo que estaban aquí JinHyuk y ByungChan —SeungWoo asintió—. Aunque me sabe mal haberte dejado solo ante el peligro con esos dos —añadió WooSeok.
            —No te preocupes —contestó—, ya sé torearlos bastante bien y aunque sean unos pesados no me sacan de mis casillas.
            —Me alegra… porque a mí me sacan demasiado de mis casillas todos —replicó WooSeok—. En los últimos meses me he planteado más de una vez y más de dos cambiar de amistades y de compañeros de piso porque acaban con mi paciencia.
            —Cuando veas que te superan mándalos a la mierda y vente conmigo —le propuso SeungWoo, tratando de ser amable y algo valiente a la vez, aunque al segundo se arrepintió de haberlo hecho porque tampoco se conocían tantísimo como para que le hubiera propuesto eso y todavía no eran novios por más que el mayor quisiera que eso fuera una realidad—. Si no lo ves un inconveniente… —añadió rápidamente.
            —Te tomo la palabra —murmuró WooSeok en respuesta, provocando que el corazón de SeungWoo se saltara un latido.

            Después de aquello, el silencio se instaló entre ellos mientras avanzaban por los pasillos de la biblioteca y bajando las escaleras hasta la última planta del edificio, donde se encontraba el depósito de libros. En aquel lugar sus pasos resonaron sobre el suelo de losa mucho más de lo que lo habían hecho en las plantas superiores porque allí nunca había nadie, solo se bajaba al depósito cuando algún alumno o profesor de la universidad necesitaba un libro en concreto que no se encontraba en las estanterías de las plantas superiores porque ya estaba pasado de moda o se utilizaba poco. Los latidos de su corazón parecieron también resonar en el lugar, aunque SeungWoo sabía que aquello era imposible.

            Cuando llegaron al depósito, SeungWoo probó un par de llaves parecidas hasta encontrar la que era la de la puerta y la abrió con un poco de dificultad porque aquella puerta de metal pesaba un montón. Después de exhalar un suspiro profundo, se adentró en la sala llena de estanterías móviles y le hizo un gesto a WooSeok para que entrara con él al lugar, el chico lo hizo, aunque titubeando un poco porque probablemente sería aquella la primera vez que entraba a aquel lugar. SeungWoo movió levemente su cabeza para quitarse de ella el pensamiento de lo precioso y monísimo que estaba siendo el chico en ese momento y miró el post-it que éste le había entregado antes con la signatura del libro que necesitaba, para después buscar con la mirada la estantería que lo debía de guardar, encontrándola unos momentos después. Con la práctica de llevar muchas horas en la biblioteca ya, SeungWoo movió las estanterías hasta dejar libre aquella que necesitaba y después se adentró en el pasillo que acababa de crear para buscar en las baldas, siguiendo el contorno de los lomos de los libros con la yema de su dedo hasta encontrar aquel que WooSeok le había pedido.

            —Aquí está —le dijo, caminando hacia él—. ¿Es este? —le preguntó, tendiéndoselo y WooSeok asintió.
            —Muchas gracias —murmuró el chico.

            WooSeok alzó su mirada hacia él en ese momento, sus ojos brillando a través de sus redondas gafas que le cubrían prácticamente toda la cara y el corazón de SeungWoo volvió a saltarse un latido, aunque trató de que no se le notara y le dedicó una sonrisa al chico, dispuesto a decirle que no hacía falta que le diera las gracias porque aquel era su trabajo… pero antes de poder decir absolutamente nada, WooSeok se acercó a su cuerpo un poco más, se puso de puntillas y dejó un corto beso sobre su mejilla derecha, separándose después rápidamente de él, encendido como un farolillo. El corazón de SeungWoo se llenó de calidez en ese momento, sintiendo todavía el calor que habían dejado los labios de WooSeok sobre su mejilla a pesar de que éste se había alejado de él ya.

~

            —Lee HanGyul… recuérdame por qué tu hermano y su amigo del alma están otra vez aquí —preguntó WooSeok, señalando a DoHyon y a EunSang, los dos adolescentes que se encontraban en el suelo del salón, peleándose por el último dorito de la bolsa.
            —Tienen que hacer un trabajo juntos y mi madre me ha pedido que los vigile —respondió el chico, sin siquiera levantar la vista de su móvil.
            —Y tu vigilancia consiste en simplemente estar presente en el salón mientras ellos hacen lo que les sale de los huevos, presupongo —replicó él, a lo que HanGyul se encogió de hombros. WooSeok respiró hondo. No iba a perder los nervios. Solo tenía que entregar un trabajo al día siguiente y había tomado la imprudente decisión de hacerlo en casa porque se suponía que iba a estar solo y lo podría hacer con total tranquilidad… no había contado con que en aquella casa nunca había tranquilidad y que cuando parecía que la habría siempre llegaban dos o cuatro adolescentes para romperla en cualquier momento—. HanGyul… diles que si quieren ser dos ratas peleándose por un churro que al menos lo hagan en silencio si no quieren que los mande a la luna de una patada.
            —Niños —dijo HanGyul—. Lo que ha dicho el borde de WooSeok.

            WooSeok le dio un puñetazo en el brazo a HanGyul, que se quejó por ello, pero WooSeok no le prestó atención alguna a sus quejas, simplemente les lanzó una mirada asesina a los dos chicos que los puso firmes y se fue del salón a grandes zancadas. Cuando llegó a su habitación recogió el móvil de la cama, donde lo había dejado caer, para mandarle un mensaje a SeungWoo, preguntándole dónde estaba porque en casa no lo dejaban trabajar tranquilo y no tenía ganas de tonterías, teniendo presente lo que el otro le había dicho unos días antes sobre que podía irse con él siempre que lo necesitara. Solo recordó que después de aquello le había dado un beso en la mejilla y había huido del lugar sin darle tiempo a reaccionar al mayor y desde entonces no se habían visto. SeungWoo había evitado hablar del tema por mensajes, pero WooSeok estaba seguro que en cuanto se vieran el otro lo sacaría y él no estaba para contestar a sus preguntas porque aún no sabía qué narices se le había pasado por la cabeza para hacer algo como aquello. WooSeok quiso entonces borrar el mensaje antes de que el mayor lo leyera, pero ya era tarde, SeungWoo le había contestado.

Estoy en casa
Puedes venir cuando quieras, sin problema
Si no recuerdas dónde es te dejo la dirección
O el bus y la parada y voy a recogerte

            WooSeok leyó los mensajes treinta veces, con su corazón latiendo desbocado dentro de su pecho y sin saber qué poder contestarle. Podía echarse atrás y decirle que los niños ya no estaban armando jaleo y ya no necesitaba irse de allí —lo cual era una mentira más grande que aquel bloque— o podía decirle que se iba a la biblioteca de la facultad que le pillaba —lo cual era otra mentira enorme y el chico lo iba a pillar— o simplemente podía apechugar con lo que había hecho, irse a casa de SeungWoo, hacer su trabajo y volver rápidamente, sin darle tiempo a que éste pudiera preguntarle nada sobre aquel beso. No había opción buena en realidad… y WooSeok decidió ser un poco valiente, aunque no lo suficiente como para hacer que el otro lo recogiera en la parada del bus y tener que caminar con él hasta su piso, propiciando momento para la conversación que quería evitar, por eso simplemente le contestó que le diera la dirección.

            WooSeok recogió sus cosas rápidamente y las metió en su mochila, cogiendo su móvil y saliendo de su habitación de su casa, cogiendo el bus después hasta la parada que SeungWoo le había indicado y llegando hasta el lugar en poco tiempo, con sus auriculares puestos, escuchando algunas de las canciones del gran Park HyoShin que hacían que se calmara, porque su corazón estaba latiendo como si estuviera en medio de una maratón. No era la primera vez que iba a la casa de SeungWoo… y no es que fueran a estar solos, el mayor ya le había dicho que su compañero de piso y su novio iban a estar allí también, así que, no tenía que estar tan nervioso por todo, pero WooSeok no podía evitar estar nervioso porque le daba mil vueltas a las cosas y con SeungWoo se sentía muy bien y quería estar con él y quizás salir con él porque le encantaría poder abrazarlo y besarlo y todo cuando estaba junto al chico pero tampoco quería precipitarse demasiado y lo que el otro día había hecho había sido por un impulso que no sabía de dónde había salido y tenía ganas desde entonces de meterse en un agujero muy profundo para no volver a salir de él.

            El chico decidió dejar de pensar en aquello. Había ido hasta allí porque tenía un trabajo que acabar y lo tenía que hacer, durante todos aquellos días había acallado sus pensamientos sobre el tema y se había dedicado a lo que tenía que hacer, así que, aunque SeungWoo estuviera ante él, haría lo mismo. No pensaría en aquello y se dedicaría a hacer el trabajo sin más.

            WooSeok llamó al interfono para que le abrieran la puerta del edificio y ésta le fue abierta por el compañero de piso de SeungWoo, el chico que había estado en aquella cena antes de las vacaciones con todos, no recordaba su nombre. Después se subió al ascensor hasta la planta en la que se encontraba el piso, moviendo nerviosamente su pierna y quitándose la música que en aquella ocasión poco le había ayudado. La puerta del piso estaba abierta para cuando salió del ascensor y SeungWoo se encontraba echado sobre el marco de ésta con una sonrisa preciosa en su rostro que por una parte calmó el corazón de WooSeok y por otra lo hizo saltar dentro de su pecho.

            —Me alegra que tuvieras en cuenta mi oferta —le dijo SeungWoo, dejándole paso al interior de su piso—, aquí me he encargado de que ninguno de los dos te vaya a molestar, así que no te preocupes.
            —Gracias —murmuró en respuesta WooSeok.

            Dejó sus zapatos en la entrada y caminó hasta el salón siguiendo a SeungWoo, quien le indicó después que podía sentarse en el sofá para ponerse con su trabajo y que se sintiera como en casa mientras él se sentaba en un sillón que había junto a la ventana y recogía un libro que había estado leyendo. WooSeok no pudo evitar observarlo durante unos momentos antes de sacar su portátil y sus folios de la mochila antes de sentarse él también y enfocarse en trabajar sin ningún ruido más que el de SeungWoo pasando páginas de su libro de vez en cuando y su bolígrafo apuntando cosas en una pequeña libretita que tenía a su lado. WooSeok se pudo concentrar sin problemas en lo suyo sin pensar más de lo necesario en lo que había pasado entre ellos días antes y sin que nadie lo molestara como en su piso.

            En algún momento de la tarde, SeungWoo se levantó de su puesto junto a la ventana, con el libro ya terminado y se fue del salón durante unos momentos, al volver llevaba en la mano dos tazas con agua y dejó una delante de WooSeok, antes de volver a desaparecer volviendo con su portátil para pasar a éste las notas que había estado tomando del libro que había leído. WooSeok le echó varios vistazos al otro a lo largo de la tarde y, en alguno de ellos, SeungWoo lo había cazado mirándolo y le había sonreído, provocando que el chico sintiera que su cuerpo se volvía de mantequilla. Aparte de aquello, pocas interrupciones tuvo WooSeok y acabó y mandó a su profesor el trabajo mucho antes de lo que se había imaginado que lo haría. Una vez estuvo todo listo, simplemente apagó el portátil y lo dejó sobre la mesa con un suspiro profundo y cansado.

            —¿Ya has terminado? —le preguntó SeungWoo en ese momento.
            —Sí, ya está todo —respondió—. Gracias. En casa no lo habría acabado, seguro que me tendría que haber quedado hasta la madrugada.
            —Puedes venirte aquí cada vez que lo necesites entonces —dijo éste—. Esté yo aquí o no, porque siempre habrá alguien en el piso que te pueda abrir la puerta.
            —Gracias —repitió WooSeok otra vez.

            Después de aquello, SeungWoo volvió a dedicarse a su libro, mientras WooSeok guardó todas sus cosas y estuvo un rato mirando su móvil, respondiendo los mensajes que le habían mandado mientras hacía el trabajo, incluyendo entre estos un mensaje lleno de caritas sugerentes de SeungYoun preguntándole por su paradero y que si estaba haciendo manitas con SeungWoo —ese lo contestó con un meme que había encontrado por internet de alguien con cara de estar juzgando seriamente— hasta que unos momentos más tarde SeungWoo dejó todas sus cosas y se sentó junto a él en el sofá, muy cerca, sus piernas rozándose la una con la otra, dedicándole una sonrisa completamente encantadora que provocó que el corazón de WooSeok latiera como loco dentro de su pecho.

            —Si quieres quedarte a cenar hice al medio día pasta italiana y ha sobrado como para comer tres veces más —le dijo el mayor.
            —Oh… no… no quiero molestar más… —respondió WooSeok.
            —No molestas —replicó éste—. Prefiero mil veces más tu compañía a la de YoHan y JunHo, puedes quedarte todo lo que quieras.
            —¡HYUNG! —se escuchó gritar en forma de protesta, desde algún lugar del piso y SeungWoo se rio.
            —Es verdad —dijo después, en un tono de voz mucho más bajo—. Prefiero estar contigo mucho más.

El corazón de WooSeok dio un vuelco en ese momento, cuando tras aquellas palabras SeungWoo acercó su rostro al suyo para dejar un corto beso sobre su nariz, alejándose de él un momento después. El chico sintió su cara arder por aquello y supuso que se acababa de volver de color rojo de arriba abajo, mientras no podía dejar de mirar al mayor. Este no había dicho nada de lo que había pasado la otra vez, cuando él le había dado aquel beso, pero había hecho aquello… le había dado un beso en la punta de la nariz y le estaba sonriendo de aquella forma que tanto adoraba WooSeok, con sus ojos desapareciendo en dos medias lunas y la punta de sus orejas también de color rojo fuerte. No necesitaban palabras en ese momento, no necesitaban explicarse el uno al otro lo que estaba sucediendo, se gustaban el uno al otro y aquello era suficiente, en cualquier otra situación hablarían de ello, pero no en ese instante.

~

            —Necesito que me cuentes qué es eso que me ha dicho YoHan de que el otro día te morreaste en el sofá con WooSeok —le dijo JinHyuk, sentándose en su clase delante de él y girándose para encararlo, alertando a SeungSik y SeJun, que se encontraban a su lado—. Porque no me puedo creer que me haya tenido que enterar por él y no porque tú me lo hayas dicho… que somos colegas, hyung, y encima WooSeok es mi amigo del alma y él tampoco me lo ha dicho. Me parece muy fuerte, que lo sepas, y luego voy a ir a darle la chapa a él.
            —Primero, no me besé con WooSeok en el sofá y segundo, ¿tú no tienes clase? ¿Qué haces aquí? —le respondió al chico.
            —No mientas, que YoHan te vio morrearte con él y luego estabais los dos sonriendo como idiotas —replicó JinHyuk.
            —¿Tienes churri? —le cuestionó en ese momento SeJun.
            —No tengo churri —dijo a SeJun—. Y no lo morreé —contestó a JinHyuk.
            —¿Entonces YoHan está ciego? —cuestionó el chico, incrédulo.
            —Como un topo —replicó.
            —Explícame la situación por si tengo que matar al niño por darme esperanzas de que ya te habías liado con WooSeok —le pidió el otro.
            —Eso, cuenta, que ya que estamos aquí nos enteremos de qué va la cosa —dijo SeungSik y SeJun también asintió a aquello.

            SeungWoo miró a todos sus amigos y trató de pensar en algo que pudiera sacarlo de aquella situación porque no tenía ninguna gana de tener que contarles lo que había pasado entre WooSeok y él… pero no encontró nada y al final tuvo que comenzar a hablar. Como SeungSik y SeJun no tenían muchos datos sobre el tema, empezó desde el principio, contándoles que se lo había encontrado en la biblioteca, que se habían gustado desde ese momento y que sus maravillosos amigos —JinHyuk entre ellos— habían decidido que les podían hacer de celestinas. Después de aquello les contó que habían estado hablando y habían quedado algunas veces y que estaban tonteando un poco desde entonces pero no habían pasado de ahí hasta… ahora.

            —El otro día cuando fui a coger un libro para él del depósito me lo agradeció dándome un beso en la mejilla —contó primero, para poder explicarles después lo que había pasado en la casa que YoHan había malinterpretado.
            —Y parecía tonto cuando lo compramos —dijo JinHyuk, refiriéndose a WooSeok—. No creía que fuera él el primero en hacer eso, ¿no te ha herido el orgullo que el niño tímido haya dado el primer paso?
            —JinHyuk… a estas alturas de mi vida no es que tenga mucho orgullo —replicó—. Pero, de todas formas, no. Yo quería ir paso a paso porque no estaba seguro de lo que podía esperarme si forzaba mucho las cosas, así que, me alegro que fuera él quien marcara el ritmo.
            —Y entonces tú aprovechaste que se fue a tu piso para morrearlo después de lo de la biblioteca, ¿no? —SeJun le puso la mano sobre el hombro—. Mis respetos, tío.
            —No lo morreé —volvió a decir—. Simplemente… es demasiado cuqui con esas gafillas que no pude resistirme y darle un besito en la punta de la nariz.

            La pequeña audiencia que estaba escuchando su explicación se quedó completamente en silencio durante unos momentos y SeungWoo supo a la perfección que en cuanto reaccionaran acabaría siendo el meme de toda una generación por lo que había hecho, pero él se sentía muy orgulloso de haber dado aquel pequeño paso y habiendo confirmado de esa forma que lo suyo con WooSeok iba bien. No necesitaba más por ahora, cuando tuvieran un momento para hablar de todo definirían lo que había surgido entre ellos, pero mientras tanto, SeungWoo iba a aprovechar para darle todos los besitos que pudiera.

            —Eres un puto moñas —dijo JinHyuk cuando reaccionó.
            —Yo no sé por qué… pero me imaginaba algo así —comentó SeungSik—. Bueno, sí sé por qué me lo imaginaba… siempre has sido así de moñas.
            —Y no hay nada malo en ser así de moñas —replicó él—. A falta de confirmación oficial he conseguido al chico que me gusta siendo moñas.
            —Espera… ¿cómo a falta de confirmación oficial? —cuestionó SeJun—. ¿Todavía no estáis saliendo?
            —¿Te crees que somos adolescentes que se dan un pico y ya son novios?
            —Es lo que han hecho HanSe y DongYeol —dijo SeungSik.
            —Pero son como adolescentes, así que no cuenta —contestó SeungWoo.
            —También es cierto.
            —Entonces… ¿todavía tenéis que hablar eso de salir juntos o no? —le preguntó JinHyuk y él asintió—. ¿Y qué haces que todavía no has ido a por él a pedirle que sea tu novio?
            —¿Qué parte de soy un moñas al que le gusta ir lento no ha entendido esta cabecita tuya? —le cuestionó.
            —Bueno… vale, haz lo que te dé la gana.
            —Gracias.
            —Pero que sepas que voy a contarle todo esto a los demás y que os vamos a estar dando la tabarra todos hasta que digáis que sois novios —lo amenazó—, y ya sabes que somos muy pesados.
            —No hace falta que lo jures…

            Y JinHyuk quiso protestarle, pero no pudo hacerlo porque en ese momento entró a la clase el profesor que tenía que impartir la asignatura de aquella hora y el chico se despidió de ellos moviendo simplemente los labios y saliendo como si fuera un ladrón de guante blanco que no pudiera ser visto por las cámaras de seguridad, salió de la clase sin que nadie se hubiera percatado de que había estado allí alguna vez. SeungSik y SeJun parecieron también quedarse con ganas de saber más cosas de su nueva vida amorosa, pero pronto estuvieron los tres enfrascados en tomar apuntes y aquella curiosidad quedó aparcada. SeungWoo lo agradeció porque ya había contestado demasiadas preguntas por aquel día y porque tampoco quería seguir dando explicaciones de lo que hacía o dejaba de hacer. Cuando fuera el momento adecuado, hablaría con WooSeok sobre lo que debía de ser su relación de ahora en adelante, pero una vez había confirmado que el otro chico también tenía sentimientos por él y quería estar con él, se había relajado un poco y pensaba dejar que todo corriera su curso.

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