miércoles, 24 de abril de 2013

Don't Lie


Don’t Lie


Capítulo 1
¿Qué Buscas?


   Llegamos a mi casa y nada más traspasar la puerta de la entrada lo empotré contra la pared y comencé a comérmelo. Él soltó un quejido, pero no me importó, seguí besando esos adictivos labios tan voluminosos y mis manos acariciando esa piel tan suave y tan exótica. El sonido de mi teléfono móvil comenzó a escucharse en el lugar, pero yo no dejé de hacer lo que estaba haciendo, así que, simplemente ignoré ese sonido irritante.

   -Hyung… -murmuró él en el momento en el que abandoné sus labios para dedicarme a su cuello- tu móvil… ahhh… mmm- gimió mientras intentaba hablarme- mmm…ahhh… hyung… suena… mmm…
   -Lo sé- contesté contra su piel, dando un pequeño mordisquito.
   -Ahh… no… dejes… mmm… marcas…- pidió.
   -Tranquilo… sé que tu novio se enfadaría… si las viera…- seguí besando y chupando esa parte de piel, que sabía que lo volvía tan loco.

   Sí, yo era el amante de este chico, que cuando estaba con su novio era el activo, pero que quería también que se la metieran, por eso, acudía a mí. La verdad, no me importaba ser el segundo plato de alguien, porque yo también tenía mis secretos. Dejé que el móvil se siguiera escuchando hasta que paró de sonar, mientras me dedicaba al chico que tenía delante.

   Desabroché su sudadera y la bajé, dejando al descubierto sus hombros, sólo cubiertos por los tirantes de su camiseta negra. Comencé a besar esa parte de su cuerpo mientras sentía sus manos colarse bajo mi ropa y tocar, palpar, agarrar y arañar, todo lo que estaba a su alcance. Me separé un poco de él y le quité la sudadera de una vez por todas, para ir a por su camiseta ahora, y levantarla para sacarla por su cabeza, dejando expuesto para mí, sus trabajados abdominales, sus pezones marrones y su piel exótica. Empecé a pellizcarle los pezones, mientras mis labios se dirigían a los suyos y un beso excitante tenía lugar.

   -Ahh… SuHo…- gimió mi nombre… o por lo menos el nombre que él conocía- ahh…

   Seguí estimulando sus pezones, a la vez que mi lengua exploraba una y otra vez su boca y jugaba con la lengua ajena. Nos separamos jadeando y dejamos nuestras frentes juntas mientras recuperábamos el aliento, para mirarnos fijamente a los ojos. Después, sus manos me quitaron mi chaqueta y él la tiró por algún lugar, después, metiendo las manos bajo mi camiseta, fue levantándola lentamente, a la vez que tocaba mi piel, haciéndome suspirar.

   Al final, la camiseta acabo tirada en algún lugar del pasillo de mi apartamento y yo me lancé de nuevo hacia el para comerle la boca. Fui bajando mis labios por todo su cuerpo, besando y a la vez chupando con mi lengua aquella deliciosa y exótica piel, hasta que llegue al filo de su pantalón vaquero. Desabroché la prenda y tiré de ella hacia abajo, poniéndome yo ahora de rodillas en el suelo, para tener un mejor acceso.

   Lleve una de mis manos a su trasero y comencé a masajeárselo, a la vez que mi otra mano, jugueteaba dando toques de mariposa a su miembro, por encima de sus boxers negros.

   -Ahh... SuHo... ahhh... mmm... ahhh... ya... tócame ya... mmm- gemía e intentaba que no se notara lo desesperado que estaba, pero su miembro erecto, solo con unos cuantos besos, me decía lo desesperado que estaba porque se la metiera.

   Baje sus boxers y comencé a tocarle, bombeando lentamente, a la vez que mi otra mano, torturaba sus testículos. Él se agarraba a la pared como podía, pero el placer lo embargaba y casi ni se sostenía.

   -Ahh... ya... quiero tu boca...- lo miré travieso- por favor...- susurró y yo sonreí.

   Dejé que mis manos fueran a su trasero para agarrarme firmemente a él, y después, saque mi lengua para darle un lametón a la punta y notar sus manos en mi cabeza intentando que me la metiera de una vez en la boca. Comencé a chupársela y él a gemir de una manera muy excitante, hasta que unos minutos después, se corrió, aun dentro de mi boca. Tragué y me saqué su miembro, a la vez que él cayó al suelo, temblando y respirando agitado. Me encorvé sobre él y lo besé.

   -Sabes exquisito, Kai- murmuré con voz ronca.

   Después, llevé mis dedos a mi boca y los lamí, bajo la atenta mirada de Kai, para luego, tras unos segundos, llevarlos a su boca y dejar que los embadurnara con su saliva, moviendo su lengua de una manera totalmente excitante por ellos. Unos minutos después, alejé mis dedos de su juguetona lengua y le abrí bien las piernas, para, comenzar así, a tocar su entrada, haciéndolo dar respingos y suspiros por igual.

   Empecé a penetrarlo lentamente con mis dedos, creando hueco. Debido a que llevaba algo de tiempo sin metérsela, estaba bastante apretado, así que, me tomé mi tiempo. Si su novio supiera que lo engañaba, podría pasar algo muy malo, y yo no quería que aquello pasase o me quedaría sin su piel exótica, su voz excitante gimiendo mi nombre… me quedaría sin nada. Cuando varios de mis dedos ya entraban y salían con holgura, los saqué y le metí mi miembro hasta el fondo.

   -Ahhh… SuHo… ahh… mmm… ahh…- gimió y comencé a penetrarlo, al principio lento, pero después desenfrenado, salvaje, con locura. Él rodeó mis caderas con sus piernas para que llegara más adentro y yo puse mis dos manos en sus caderas, para sujetarlo y ayudarlo con el vaivén, haciéndonos sentir así a los dos, mucho más placer.

   Cuando noté que estaba a punto de llegar al orgasmo, comencé a bombear su miembro de arriba abajo, rápidamente, y los gemidos de ambos se intensificaron, siendo así, lo único que se escuchaba en el pasillo de la entrada de mi apartamento, y posiblemente en el descansillo de fuera. Seguí así un poco de tiempo, hasta que ambos nos corrimos. Salí de él rápidamente, ahogando un gemido, ya que sus paredes, comenzaban a apretar mi sensible miembro, acabé echándome sobre él.

   -Ya… echaba… de menos… mmm… esto…- dijo respirando entrecortado.
   -Yo también…
   -¿Cuándo… volveré… a verte…?- me preguntó y yo sonreí, para luego llegar hasta su oído y mordisqueárselo antes de contestar.
   -Siempre que quieras que alguien te la meta, sabes que puedes venir…












martes, 23 de abril de 2013

Crazy Night


Crazy Night


   Después de ganar el premio al que optábamos esa noche, nos fuimos de fiesta junto con los demás ganadores a la discoteca más exclusiva de la ciudad. Muy pocas veces teníamos la oportunidad de hacer eso, por lo que bebimos, bailamos e hicimos todo lo que se nos vino a la cabeza sin que nadie nos dijera nada.

   Los cinco acabamos la noche borrachos. ¿Cómo llegamos a casa? Yo por lo menos no lo recuerdo, el primer recuerdo que tuve desde que entré a la discoteca, fue de la mañana siguiente.

   Me dolía la cabeza horrores no volvería a ver más en toda mi vida. Ja, ni yo mismo me lo creía. Iba a seguir bebiendo como un cosaco cada vez que pudiera salir (N.A.: Beber como un cosaco, expresión que significa beber mucho). Sentí un pinchazo en mi cerebro de nuevo y grité de dolor.

   Aun con los ojos cerrados intenté levantarme de la cama para tomarme una pastilla y el mejunje de JinKi para volver a estar como nuevo. Pero hubo dos cosas que me impidieron hacerlo. La primera, un mareo enorme que me dejó en el sitio, y la segunda, unos finos brazos, de piel suave y blanca que rodeaban mi torso.

   Abrí mis ojos rápidamente asustado por lo que hubiera podido hacer esa noche. Borracho como estaba podría haberme tirado a cualquier tía y eso no sería nada bueno, ni nada conveniente. Me relejé un poco cuando vi que a quien tenía abrazado a mí, era a KiBum, pero me volví a tensar cuando vi marcas en su cuellos, sus labios destrozados y su cuerpo denudo, al igual que el mío.

   Su cuerpo perlado de sudor, subiendo y bajando sobre el mío, gimiendo, gritando, suspirando mi nombre.

   Casi grito al tener ese recuerdo tan vívido de anoche y me volví a marear, pero no por el alcohol, sino por lo que había hecho. Me había acostado con KiBum. Me levanté de la cama intentando no despertarlo y fui al baño que había en nuestro cuarto. En el espejo, vi cómo tenía un montón de marcas por todos lados. No podría ocultarlas, así que ni siquiera lo intentaría, ninguno de mis compañeros se extrañaría.

   Abrí el grifo del lavabo y me eché el agua helada por el rostro para refrescarme y aclararme un poco los pensamientos. Salí del baño y vi a KiBum tendido en la cama, dormía tranquilamente. Suspiré y comencé a buscar mis bóxers por el suelo y cuando los encontré me los puse rápidamente. Volví a girarme hacia él. Estaba medio destapado, así que me acerqué y lo cubrí, no pudiendo retener el impulso de darle un pequeño beso en la frente, después, salí de allí, dirigiéndome a la cocina en busca del mejunje de JinKi.

   -Buenos días- me saludó mi único hyung alegremente cuando entré al lugar.
   -No me grites, por favor- llevé mis manos a mi cabeza, su voz me retumbaba en el cerebro.
   -¿Resaca?- asentí sentándome- ¿quieres mi mejunje?- volví a asentir- así no se piden las cosas- me entraron ganas de asesinarlo, él seguía allí plantado, con su encantadora sonrisa, mientras yo me desmoronaba por dentro.
   -Por favor, hyung, necesito tu mejunje- acabé diciendo.
   -Así me gusta…

-oooOOOooo-

   Estaba muy bien, muy calentito, me agradaba sentirme así, pero de repente, sentí un movimiento a mi lado y el calor que me envolvía desapareció. Abrí mis ojos lentamente, justo cuando la puerta del baño se cerraba.

   Me estiré como un gato y de repente sentí una punzada muy fuerte en mi trasero que me hizo quedarme quieto. Sabía lo que eso significaba, me había acostado con un tío mientras estaba borracho, y ese tío no había tenido ningún cuidado al metérmela, ahora no podría hacer movimientos bruscos en un par de días. Pero lo peor de todo, era que  ese hombre estaba ahora en el baño.

   Justo en ese momento, el hombre salió del baño y antes de cerrar los ojos para hacerme el dormido, pude ver que era JongHyun. Me había acostado con mi mejor amigo, con mi compañero de grupo, de cuarto. ¿Cómo había podido pasar? Bueno, eso lo sabía, pero, ¿por qué?

   Sentía su pene en mi interior mientras yo botaba una u otra vez sobre su cuerpo. Sus manos recorrían mi espalda y las mías sus pectorales bien marcados.

   -Ahh… ahh… Jong… te amo… ahh… ahh…

   Casi abro mis ojos de la sorpresa y por la nitidez de ese recuerdo, pero en ese momento sentí como las sábanas me volvían a cubrir y un suave beso sobre mi frente.

   En cuanto escuché la puerta cerrarse, comencé con la tarea de levantarme. Me dolía horrores el trasero, pero debía aguantar. Cuando estuve sentado en mi cama, me puse de pie lentamente, agarrándome a todo lo que encontré y luego caminé hacia el baño, una distancia de dos metros que tardé en salvar cinco minutos.

   Me eché agua en la cara y cuando me incorporé, pude ver por todo mi cuerpo miles de marcas. Me entró una mala leche enorme y me metí en la ducha para intentar relajarme. ¿Cómo narices haría para disimularlas? Bueno, podría maquillarme y decirle a TaeMin que me acompañara a comprar algo de ropa, así, mataría tres pájaros de un tiro, sí, tres. Ocultaba las marcas, me alejaba de Jong, y de paso, ya que estaba, me quitaba la frustración.

   Cuando terminé de ducharme, me vestí para salir y me maquillé, después cogí todas las cosas que me hacían falta y salí hacia la sala, donde seguro que estaría mi pequeño jugando a lo que fuera con MinHo, y no me equivocaba, allí estaba.

   -Minnie, ¿vendrías conmigo a comprar ropa?- le puse cara de perrito y al final se levantó.
   -Vale, iré contigo, pero primero quiero pasar por la cocina- contestó.
   -Ok, bebé.

   Nos dirigimos a la cocina y lo vi. Vi allí a la causa de todos mis problemas, y en ese momento estuve seguro de que seguiría dándome problemas, pero de otra manera, una manera que me agradaba.

-oooOOOooo-

   Por fin tenía en mis manos el mejunje de JinKi. Estaba asqueroso, pero no me importaba, me despejaba. No sabía con qué narices lo hacía, pero bueno, no me importaba antes, y ahora tampoco me iba a comenzar a importar, tenía cosas más importantes que hacer y en las que pensar.

   De repente, por la puerta, apareció la causa de mis problemas, unos problemas que al verlo me parecieron insignificantes, porque en su rostro noté que lo sabía, porque sus labios mostraban una sonrisa, una sonrisa sincera, dirigida solo a mí, entonces supe que aquella noche loca lo cambiaría todo, pero para mejor…











domingo, 21 de abril de 2013

Cinderella


Cinderella


   Su cuerpo subía y bajaba sobre el mío, engullendo su trasero mi miembro una y otra vez haciéndome gritar y gemir de placer. Su piel blanca estaba perlada de sudor y su cabello largo y negro se pegaba a su frente mientras su boca suspiraba mi nombre una y otra vez.

   Me corrí dentro de él, y al salir, todo el semen comenzó a resbalarle por los muslos lentamente. La vista que me estaba ofreciendo en esos momentos era hermosa y excitante, podría volver a hacerlo con él en unos minutos con sólo ver su cuerpo desnudo, pero eso, no estaba permitido.

   Él se levantó de la cama, fue recogiendo su ropa poco a poco y luego poniéndosela lentamente. Se giró para mirarme una vez ya vestido.

   -Espero que haya disfrutado, señor Choi, vuelva cuando desee, y no se olvide de pagar en la entrada a mi compañero diciendo mi nombre- y salió de la habitación.

   Sí. Mi vida era muy triste, tan triste que para tener placer iba a una casa de putos, que aunque tuviera otro nombre, más bonito, Super Junior, eso es lo que era, una casa de placer para homosexuales. Y yo esperaba con ansiedad la llegada del fin de semana para ir a aquel lugar y satisfacer mis deseos sexuales con él, siempre con él.

   Me quedé unos momentos más en la cama, recordando las sensaciones que él me había provocado, y luego, me levanté y me vestí. No encontré mi pañuelo, pero tampoco le tomé importancia, tenía muchos iguales a ese en casa. Salí de la habitación que siempre reservaba y me encaminé a la salida, allí, me acerqué al mostrador para entregar el dinero al hombre fornido que casi siempre estaba allí.

   -Del señor Choi para Cinderella- dije, y el hombre guardó el dinero en uno de los cajones.
   -Tenga un buen día- me deseó con una sonrisa- vuelva cuando quiera.

-oooOOOooo-

   -No deberías hacer eso- me regañaba mi único hyung en el lugar.
   -Oh, cállate, LeeTeuk- dije- no te importa lo que yo haga o deje de hacer.
   -Soy tu hyung, tengo que cuidar de ti…
   -Déjate de palabras bonitas, para mí no son más que bobadas.
   -HeeChul…
   -Ese no es mi nombre aquí, ya lo sabes- contesté borde- no me vuelvas a llamar así aquí dentro.

   Me levanté del sofá en el que estaba y me fui, caminando lentamente, porque aunque fuera un puto, seguía doliendo que te la metieran por el culo. Me dirigí al lugar que tenía asignado como habitación y me tumbé en la cama. Saqué el pañuelo que tenía guardado en mi bolsillo y aspiré su aroma.

   -Señor Choi…- suspiré, y me quedé dormido.

-oooOOOooo-

   -Me alegro de verlo por aquí de nuevo, señor Choi- me saludó el hombre del mostrador- ¿a quién desea para esta noche?
   -A Cinderella.
   -Cinderella está ocupado ahora mismo- contestó- ¿no querría a alguien más?
   -Prefiero esperar.
   -Pero…
   -Cinderella o nada- él pareció debatirse consigo mismo hasta que después de unos momentos contestó.
   -Como desee, se lo notificaré a él- asentí ante sus palabras- espere aquí por favor.

-oooOOOooo-

   Estaba en nuestra sala común, tumbado en el cómodo sofá boca abajo y desnudo. Mis demás compañeros miraban mientras el mayor de ellos curaba mis heridas.

   -Te podía haber negado- me susurró LeeTeuk mientras desinfectaba la gran herida de mi espalda.
   -Arhg- me quejé, aquello dolía como un demonio- no podía- apreté los dientes para mitigar el dolor- ¿quién lo haría sino?
   -Yo podría haber…- comenzó él, pero yo lo corté antes de que siguiera.
   -No, tú no puedes cuidar de todos todo el tiempo.
   -Soy el mayor, debo protegeros…
   -Yo también soy mayor- de repente llamaron a la puerta y KangIn entró.
   -HeeChul- llamó- requieren tus servicios.
   -No, no, no- dijo LeeTeuk- me niego, me niego rotundamente a que vaya en este estado.
   -Yo iré en su lugar- se ofreció YeSung.
   -El cliente lo pidió a él y solo a él- contestó KangIn- además, él necesita un pasivo.
   -¿Pero no ves en qué estado está?- dijo LeeTeuk.
   -No importa- susurré levantándome- el señor Choi no me hará daño, JungSoo, JongWoon, gracias, pero yo iré.
   -Pero…- comenzaron a protestar.
   -Estaré bien- me vestí con el mayor cuidado que pude y luego salí hacia la habitación que siempre reservaba él.

-oooOOOooo-

   -Señor Choi- me llamó el hombre- ya está todo listo- y me dio la llave de la habitación que siempre reservaba.

   Me dirigí hacia allí, subiendo las escaleras y girando a la derecha luego, para introducir la llave en la segunda puerta y entrar a la habitación seguidamente. Me lo encontré sentado en la cama, muy erguido y con las piernas cruzadas.

   Caminé hacia él y me coloqué delante suya. Lo miré a los ojos intensamente, con deseo y lujuria durante unos segundos antes de lanzarme a besar sus labios con hambre. Apoyé mis manos en el colchón mientras me iba recostando sobre él y lo besaba, introducía mi lengua en su boca, saboreándolo completamente. Acabé tumbándolo de espaldas y yo sobre él. Cuando dentro del beso sentí cómo gritaba de dolor. Me separé rápidamente y él se volvió a sentar sobre la cama.

   -¿Estás bien?- pregunté.
   -Sinceramente no- dijo.

   Y antes de que pudiera preguntar nada más, él se levantó la camiseta con mucho cuidado y me enseñó su espalda. Abrí los ojos como platos al ver las heridas en ese lugar, todavía sangrando en algunos puntos. Me acerqué a él con todo el cuerpo temblándome.

   -¿Quién te hizo eso?- pregunté con miedo a su respuesta.
   -Un cliente- contestó- también se ofrecen servicios de sadomasoquismo…
   -Eso… eso… es…
   -No tenía más opción que hacerlo, no quiero que los chicos sufran.
   -Pero…

   No cabía en mí todo el asombro, enfado y más cosas que estaba sintiendo en ese momento que no sabía diferenciar entre toda la maraña. Pero tuve la suficiente cabeza fría para tomar una decisión.

   -¿Por qué trabajas aquí?
   -Por el dinero, pagan bien.
   -Si te ofrecieran otro empleo en el que te pagaran mejor y no tuvieras que hacer esto, ¿te marcharías?
   -No puedo dejar tirados a aquellos a los que debo proteger.
   -¿Y si todos tuvieran otro trabajo y también pudieran salir de aquí?
   -¿Qué intenta decirme, señor Choi?
   -Intento decirte que os pienso asegurar otro futuro.
   -¿Haría eso?
   -No lo haría, lo haré.
   -¿Por qué?
   -Porque no pienso dejar que esto le pase a nadie más.

   Él sonrió mucho y me abrazó, echándome sus brazos al cuello. Noté sus lágrimas caer sobre mi hombro y lo tomé de la cintura delicadamente, intentando no hacerle ningún daño.

   -Gracias, muchas gracias, se lo agradezco mucho, señor Choi… yo… no sé qué decir…
   -Simplemente que no te separarás de mí- contesté. Él sonrió.
   -Nunca lo haré, nunca me separaré de usted, nunca.





sábado, 20 de abril de 2013

Paradise


Paradise


   Era un día como cualquier otro en la vida de los doce chicos que formarían EXO, en unos cuantos meses. Bueno, en realidad no era un día como cualquier otro, ese día, salía el primer Teaser grabado por SeHun, y su hyung, LuHan, no puede estar más orgulloso, viendo como su pequeño, aunque todavía no se haya confesado, lo piensa como suyo, se mueve en el video y eso lo hace poner cara de bobo. Pero aunque intente evitarlo, sabe que no puede, porque ama a ese niño desde la primera vez que lo vio y sabe que lo suyo no puede ser, porque él es menor, porque ambos son hombres y porque ha sorprendido muchas veces al pequeño, observando a sus noonas, como él lo observaba.

   Por eso él no dice nada, y por eso, nadie más que él mismo, sabe que SeHun ocupa su corazón.

   Cuando aquel día le proponen salir de fiesta para celebrar lo bien que iba el grupo, aun sin haber debutado, no hace más que negarse, ya que su pequeño también se queda en casa y no quiere dejarlo solo. Sería como su pequeño paraíso el poder estar a solas con él, sin JongIn revoloteando alrededor de su pequeño. Cuando ya todos se han marchado y ambos se han quedado solos, no puede evitar quedarse prendado de su pequeño, cada vez que gira su cabeza en su dirección, y se pierde varios minutos de la película mala que están echando en la tele y de la que su pequeño no se pierde nada.

   Comienzan los anuncios y LuHan no se da cuenta, porque sigue mirándolo embobado, por eso, cuando SeHun lo descubre, se sorprende e intenta aparentar normalidad y tranquilidad, aunque por dentro su corazón bombee contra sus costillas de una manera ensordecedora y quiera morirse de vergüenza.

   -¿Pasa algo, hyung?- pregunta preocupado su pequeño y LuHan no puede hacer nada más que negar con la cabeza, las palabras se han atorado en su garganta y no puede hacerlas salir por sus labios- ¿yo tengo algo?- pregunta inocente y él vuelve a negar con la cabeza- entonces… ¿por qué me miras tan fijamente?

   Y LuHan no sabe que contestar. Puede decirle una mentira y que SeHun la crea, pero eso es huir y no enfrentar los problemas, y LuHan nunca ha sido un cobarde. Pero decirle a alguien que lo amas nunca es fácil, y se atraganta la primera vez que lo intenta, haciendo que el rostro ya preocupado de por sí de su pequeño, se vuelva aún más preocupado. Y al final LuHan no puede decir las palabras mágicas, por lo que vuelve a negar con la cabeza, antes de soltar la mentira más grande que ha dicho en su vida.

   -No pasa nada, SeHun… no pasa nada- y su pequeño sonríe y se abraza a él, para ver la película desde su pecho.

   LuHan los acomoda a ambos, y al final, acaban tumbados sobre el sofá. Intenta concentrarse en la película, pero su mente sólo piensa en él, y sus ojos sólo lo buscan a él. Tiene la tentación de acariciar su cabello, y al final cae en ella, cuando su mano se mueve inconscientemente hacia ese lugar y comienza a juguetear con sus mechones. Un suspiro proveniente de los labios de SeHun, hace que deje lo que hace, asustado, pero su pequeño sólo alza la cabeza y lo mira con un puchero adorable en su rostro.

   -¿Por qué paras, hyung?- pregunta y LuHan traga saliva.
   -Pensé que no te gustaba- es lo que contesta, tiene miedo de que así sea y él se aleje, pero éste sólo niega con la cabeza y luego esconde su rostro de nuevo en su pecho.
   -Me gusta- murmura en una voz queda- es agradable…- LuHan respira tranquilo y vuelve a acariciar el cabello de su pequeño, entrando así en su pequeño paraíso- hyung es agradable- escucha el leve susurro de SeHun y se tensa casi imperceptiblemente- me gustas- y es en ese momento cuando el mayor no puede evitar sonreír como un bobo, hasta que segundos más tarde se da cuenta de que sólo lo habrá dicho porque le agrada y no porque tenga sentimientos por él- te amo…- su pequeño intenta esconderse aún más en su pecho, pero LuHan ha entrevisto como un sonrojo se extendía por sus mejillas y sonríe.
   -¿Lo dices en serio, Hunnie?- es lo único que es capaz de preguntar y su pequeño alza la cabeza para mirarlo fijamente, con sus mejillas rojas y asiente. A LuHan le parece demasiado adorable y sonríe de nuevo como el tonto enamorado que es antes de contestarle- yo también te amo- y una gran sonrisa se extiende por el rostro de SeHun antes de que sus labios, se unan a los de LuHan por unos momentos, en su primer beso juntos, aunque después vinieran muchos más, y LuHan se siente como si estuviera en el paraíso.





viernes, 19 de abril de 2013

EXO


Especial 2
Compañeros de Piso



   Acababa de llegar a la ciudad, no conocía a nadie, pero había conseguido un apartamento de tres habitaciones alquilado para poder vivir, lo malo, era que si lo alquilaba yo solo, me costaría demasiado caro y tendría que trabajar para costeármelo, cosa que no podría permitirme, porque si no, no me dedicaría a mis estudios, pero, no conocía a nadie. Me pasé por mi facultad y puse unos cuantos carteles, después, me dirigí a las demás, e hice exactamente lo mismo.

   Pasaron unos cuantos días, y nadie llamaba a mi teléfono, casi me estaba desesperando. Visité de nuevo todas y cada una de las universidades, mirando mis carteles, y descubriendo que nadie había cogido ni un solo papel con mi número. Me entristeció bastante eso, claro que el único requisito que yo pedía era que mi compañero supiera chino, para que me pudiera ayudar con el idioma, porque aunque supiera muchísimo coreano, todavía no me sentía capaz de enfrentar la Universidad con mi nivel.

   En todas las universidades me pasó lo mismo, nadie había cogido ni un dichoso papel, pero al llegar a la de Económicas, vi a un chico muy alto, delante del tablón donde había colgado mi anuncio, mirándolo fijamente. Sonreí y me acerqué al chico.

   -¿Te gustaría compartir piso conmigo?- pregunté llegando a él- soy el que puso ese anuncio- el chico se giró hacia mí con una mirada de mala leche impresionante, que me hizo encogerme en el sitio, a la vez que mi corazón se aceleraba, del susto, mayormente, y me arrepentí de haberle preguntado siquiera.
   -No me gustaría- contestó- pero necesito un sitio barato donde vivir- me relajé un poco al escuchar su respuesta y sonreí.
   -Entonces yo soy tu destino- dije- el apartamento que quiero compartir, para dos personas es algo barato, y además es espacioso y tiene mucha luz, también- vi cómo seguía mirándome con mala leche, a lo mejor le molestaba que hablara tanto, pero tenía que decirle un par de cosas más- ¿sabes chino?- pregunté y él asintió- pues entonces… si quieres… puedes venir conmigo a ver el piso.
   -Eso estaría bien- dijo.
   -Zhang YiXing- me presenté.
   -Kevin Wu.
   -Encantado de conocerte- dije con una sonrisa.
   -Igualmente- y tras escuchar su respuesta, eché a andar, con él tras de mí.

   Apenas en media hora, estábamos en el piso y yo le enseñaba todo el lugar. Al parecer, quedó encantado y al día siguiente quedamos en hablar con el casero para contarle que al final, íbamos a ser dos personas las que viviríamos en aquel apartamento. Cuando a la semana siguiente, Kevin estuvo instalado, me sentí feliz, porque seguro que aunque siempre tuviera esa cara de amargado, sería una buena persona, y también, porque sentí, que aquello sería el inicio de una nueva etapa en mi vida, que tarde o temprano, me acabaría gustando.

   En ese momento nunca hubiera imaginado cuánto me acabaría gustando mi nueva vida, junto a aquel chico serio y amargado, Kevin Wu.









jueves, 18 de abril de 2013

Fan Fiction


Fan Fiction


   El EunHae. La pareja por excelencia de Super Junior. Esa pareja que gusta y que todas las ELFs aman, esa pareja de la que todos escriben y que todos piensan que es real. Pero en Super Junior se sabía una cosa, y ésa era que el EunHae, no era para nada real, por lo menos, ninguno de los miembros tuvo constancia de que allí se pudiera formar algo, hasta esa noche.

   Llegaban tarde y cansados del trabajo, pero eso no le importó a EunHyuk, que en la soledad de su habitación, encendió su portátil y comenzó a buscar algo de yadong. Se tumbó en su cama con el portátil en las rodillas y comenzó a entrar en una página tras otra, pero en una de ellas, se dio cuenta de que no era lo que buscaba, sino una página con fanfics subiditos de tono, yaoi, y encima, entre los miembros de grupos kpop.

   Le entró la curiosidad por saber qué era lo que pensaban las fans sobre ellos, y además, YeSung ya había leído algunos, y aunque había acabado tan cabreado que el único que se había podido acercar a él en varios días para intentar calmarlo fue RyeoWook, ya que se había leído un fic en el que acababa con KyuHyun haciendo cosas extrañas, y no se le pasó el cabreo, hasta que un día, de repente, dejó de estar enfadado sin motivo alguno. Ése hyung era muy raro.

   Por eso EunHyuk sentía curiosidad, y no pudo hacer más que entrar  buscar Super Junior. Le salió una enorme lista de parejas, tríos y orgías. Sus ojos se desorbitaron por completo al leer todas las entradas que había de ellos. Inmediatamente, sus ojos se dirigieron al EunHae, y pinchó allí. Le salieron una barbaridad de entradas con fanfics, sin saber a cual entrar, puesto que no tenía criterio ninguno, miró las entradas populares y clicó en uno que se llamaba ‘Dancing In The Rain’. (N.A.: Es el título de un fic EunHae que estoy escribiendo lentamente… pero que aún me queda mucho para terminar ^^)

   Comenzó a leer con dudas, pero inmediatamente después, la historia lo atrapó. Ellos dos pasaban una serie de infortunios y penalidades, no se atrevían a declararse, sufrían por sus sentimientos, etc. Tan metido estaba en el fanfic, que ni cuenta se dio de que la puerta de su habitación se abría y asomaba por ella la cabeza de un pez curioso.

   -Hyuk-ah, ¿qué haces?- preguntó entrando al cuarto.

   El aludido se asustó y bajó la tapa de su portátil rápidamente mientras miraba con los ojos desorbitados cómo cierto pez entraba a su habitación, cerraba la puerta y se dirigía hacia él con una sonrisa entre tímida y pícara.

   -¿Ya estabas viendo yadong?

   EunHyuk se puso rojo como un tomate y comenzó a tartamudear sin saber qué contestarle. ¿Cómo decirle que se estaba leyendo un fanfic yaoi en el que los dos eran los protagonistas de un amor maravilloso pero triste? DongHae se sentó en la cama y le tocó la cabeza revolviéndole el pelo.

   -No seas tímido- murmuró el pez- si ya todos sabemos de tu afición… incluso las fans y tu madre lo saben.
   -Es que… yo…

   Antes de que pudiera hacer nada, DongHae agarró el portátil y sin que EunHyuk pudiera evitarlo, abrió la tapa viendo qué era lo que estaba haciendo su amigo y alzó una ceja, incrédulo.

   -¿Estabas leyendo?- el mono/anchoa asintió con la cabeza lentamente y DongHae le echó un vistazo comenzando a leer- “El chico lloraba desconsoladamente mientras su mejor amigo lo abrazaba fuertemente contra su pecho y le decía palabras de aliento para tratar de reconfortarlo, pero no había nada que pudiera hacerlo…”- antes de que siguiera leyendo, EunHyuk le quitó el portátil y le dio una colleja- auch- se quejó el pez- eso duele, ¿por qué lo has hecho?
   -Para que aprendas a no coger las cosas de los demás sin permiso y ponerte a cotillear- volvió a cerrar la tapa y colocó el portátil en el escritorio, que estaba al lado de su cama- por cierto- murmuró al darse cuenta- ¿tú qué haces aquí?
   -Vine con vosotros.
   -¿Por qué?
   -Mañana tenemos grabación a primera hora de la mañana y era más cómodo para mí quedarme aquí- contestó Hae.
   -¿Y qué haces en mi habitación si la de LeeTeuk hyung está libre?- el pez negó con la cabeza.
   -Está ocupada completamente por KangIn hyung, vengo de allí intentando moverlo para dormir con él… pero nada- EunHyuk suspiró. Últimamente el mapache se pasaba muchas noches en el apartamento, se metía en el cuarto que era del líder y dormía allí.
   -¿Y con Ryeo?
   -ShinDong hyung se ha quedado con él, también le venía mejor quedarse con todos a irse a casa con Nari- contestó DongHae.
   -¿Y el apartamento de abajo?
   -Me han echado.
   -¿Incluso YeSung hyung?- preguntó EunHyuk asombrado y sin creérselo, por muy raro que fuera su hyung, siempre estaba dispuesto a ayudar en lo que pudiera. Se quedó mas tranquilo cuando escuchó la respuesta de su mejor amigo.
   -No, YeSung hyung estaba por dejarme entrar cuando Kyu-ah me dijo que ya tenían suficientes molestias con SungMin cabreado por lo de hoy y me cerró la puerta en las narices.
   -Propio de nuestro pequeño evil…
   -Por eso pensé que a lo mejor podría dormir contigo…- EunHyuk se hizo a un lado y el pez se metió en la cama, pero de repente se acordó de algo.
   -Un momento… ¿soy tu última opción?- DongHae comenzó a negar rápidamente con la cabeza y con las manos.
   -No, es que… cómo vi luz en tu habitación… pues… por eso fui a los demás sitios antes porque no quería molestarte en lo que tuvieras haciendo… además… creía que estabas viendo yadong… y…
   -¿Y luego el pervertido soy yo?- ironizó EunHyuk- estaba leyendo, ya lo viste…
   -Era algo muy dramático, me extraña que no te pusieras a llorar- comentó DongHae.
   -Yo no lloro por esas nimiedades- EunHyuk se puso digno.
   -Ya, ya…
   -¿Quieres dormir en el suelo, Hae-ah?- amenazó.
   -Hyuk-ah es un chico fuerte que no llora por tonterías y al que quiero mucho, por eso me dejará dormir hoy con él~- canturreó y se abrazó fuertemente a su amigo repartiendo besos por aquí  por allá cariñosamente.
   -Yah, quita, pez pegajoso- intentó quitárselo de encima pero no podía, DongHae seguía dándole besitos por todas partes, hasta que en uno de ellos, sus labios se rozaron y el pez se apartó rápidamente.
   -Lo siento Hyuk-ah- dijo DongHae y se tumbó en la cama dándole la espalda- buenas noches.

   EunHyuk se quedó durante unos segundos sin hacer nada, sin pensar. Ése leve contacto lo había dejado muy pillado. Todavía sentías los labios de su amigo sobre los suyos, e inconscientemente, llevó sus dedos a sus labios y los rozó. Lo que había pasado le recordó al fanfic que se había estado leyendo. ¿Y si lo que le estaba pasando ahora mismo era porque le gustaba DongHae y no lo sabía? No era normal que de un momento a otro pudiera comenzar a sentirse de esa manera tan extraña con el chico que estaba tumbado en su cama. Decidió ponerlo todo a prueba. Se tumbó en la cama y se abrazó a Hae por la espalda, comenzando a masajear su estómago por encima de la ropa y notó cómo el pez se tensaba.

   -No hace falta que te disculpes, mi pececito pegajoso- susurró en su oído y le dio un beso en la nuca. Sintió contra su cuerpo el escalofrío que recorrió al ajeno y sonrió- te quiero pececito, buenas noches.

   No obtuvo más respuesta que un suspiro cuando volvió a besar su nuca y apretó más fuerte su agarre. No sabía si realmente le pasaba lo mismo que en el fanfic o no, pero sí sabía que a partir de ese momento, pondría todo su empeño en averiguar si el EunHae podía ser Real, o no.





martes, 16 de abril de 2013

EXO

Especial 1
Cuando Éramos Pequeños



   Teníamos ambos seis años y corríamos por todo el jardín de mi casa, intentando escapar de mi hermana mayor, que con una careta de monstruo, nos perseguía para intentar comernos, o eso creíamos nosotros. Reíamos mientras escapábamos de ella y al final, nos separamos, yendo yo hacia un lado y BaekHyun hacia otro. Dejé de correr cuando noté que mi hermana ya no me perseguía, y entonces vi, cómo el perseguido ahora era mi amigo y que estaba a punto de ser atrapado por el monstruo.

Salí corriendo en aquella dirección y cuando llegué hasta ellos, comencé a pegarle a mi hermana, con toda la fuerza que podía tener un niño de seis años, para que soltara a mi amigo, hasta que lo hizo y yo lo agarré y lo puse a mi espalda, cogiendo una rama fina que había en el suelo y apuntando a mi hermana con ella como si fuera una espada.

   -El príncipe que viene a salvar a la princesa- dijo ella- eso te hace quedar muy mal, BaekHyunnie… tú eres el mayor y tienes que cuidar de mi hermanito.

   BaekHyun le sacó la lengua y me cogió de la mano para volver a echar a correr por el jardín, pero ésta vez no nos quedamos en mi jardín, sino que salimos a la calle y cruzamos hacia la casa de enfrente, que era la suya. Entramos como una exhalación por la puerta y subimos las escaleras hasta su habitación. Cuando entramos a ella, él me soltó la mano y comenzó a cargar una silla para ponerla contra la puerta, después me sonrió, cansado y se tumbó en la cama. Me acerqué allí y me subí a la cama, para tumbarme junto a él y recuperar el aliento.

   -Así ed montuo… no porá… cogenos…- lo escuché decir.
   -Ed veda- dije- he savado a la pincesa BaekHyunnie del montuo… Channie quiede un beso de la pincesa…
   -Yo no soy pincesa- se quejó él incorporándose de la cama- tu ser pincesa, yo te sadvé- negué con la cabeza y me lacé sobre él a hacerle cosquillas, sabiendo que tenía muchas y así, intentando hacer que se rindiera y dijera que él era la princesa y que yo me merecía un beso por rescatarlo del malvado monstruo de mi hermana.
   -Pada… pada…- dijo riéndose- vade… soy la pincesa- dejé de hacerle cosquillas y él se sentó frente a mí, muy serio.
   -Ahoda pincesa agadece a píncipe.
   -Eta bien…- murmuró y se acercó a mí para darme un beso en la mejilla- pincesa agadeció a píncipe…- sonreí y me volví a tumbar en la cama, sintiendo cómo mi amigo se tumbaba a mi lado, así que me giré y lo abracé contra mí, para sumirnos a los dos en el mundo de los sueños, sin importarnos que nuestros padres intentaran entrar una y otra vez, sin éxito alguno a su habitación, debido a la silla que había colocado BaekHyun antes, obstruía su camino a ésta.







EXO

Capítulo 24
Two Moons



   -Vivíamos en un planeta que entre todos nombramos EXO, en paz, y en tranquilidad. Pero todo se fue torciendo, aunque en ese momento no nos diéramos cuenta que todo lo provocaba una presencia maligna, y llegado un momento, nos separamos, incapaces de poder estar juntos por más tiempo. Nos separamos en dos grupos de seis- vi las caras que todos pusieron y me tensé ante aquellas palabras- Vuelo, Hielo, Curación, Rayo, Tiempo y Telequinesis, formamos un grupo- volví mi rostro hacia SeHun, al notar la presión que hizo en mis dedos- Agua, Fuego, Luz, Tierra, Teletransportación y Aire, fueron otro. Luchamos entre nosotros, nos odiábamos, y todo aquello fue preparado por ÉL, y cuando estuvimos lo suficientemente débiles como para destruirnos, simplemente, se acercó a nuestro planeta, y lo destruyó, junto a nosotros- contó y luego suspiró- el chico me dijo que la historia se volvería a repetir, y que no podíamos hacer nada para impedirlo.
   -No lo entiendo…- murmuró SeHun- no entiendo nada…- todos lo miraron y asintieron.
   -¿Por qué tenemos que separarnos?- pregunté apretando la mano de mi chico fuertemente. Yo no quería separarme de él. Nunca.
   -Porque es la única manera de que todo cambie- me contestó Kevin.
   -Creía que…- comenzó a murmurar Tao, pero él lo cortó.
   -Sí, yo también pensé que no se podría hacer nada si todo seguía como hasta ahora, pero ése chico me dijo algo, que me hizo cambiar de opinión.
   -¿Qué te dijo?- preguntó BaekHyun.
   -Que todo esto estaba pasando por algo que hizo YiXing en el pasado- todos nos volvimos a mirar al chico y éste, se intentó medio esconder entre los brazos de Kevin, que lo mantenía agarrado muy de cerca- si eso es así, puedo suponer que todo cambiará, que nada pasará como aquella vez, porque YiXing no tiene ni una pizca de maldad y no hubiera hecho nada, sino pensara que todo podía arreglarse.
   -¿Entonces?- preguntó JongDae.
   -Debemos separarnos, es nuestra única solución, no mantener contacto entre nosotros, como si no existiéramos para los otros- mi corazón comenzó a latir fuertemente. No podía alejarme de mi pequeño. No podía dejarlo solo- es nuestra única baza a favor en esto.
   -¿Y si nos negamos?- escuché preguntar a mi pequeño.
   -Todos moriremos.

-oooOOOooo-

   Salimos todos del apartamento después de aquella extraña reunión que habíamos tenido. No podía creerme lo que Kevin había dicho, pero, ¿qué otra opción tenía? Él era el que sabía las cosas, sólo podíamos hacer aquello. Pretender que nos odiábamos entre todos y sobrevivir. Suspiré y noté cómo mi vecino se giraba para mirarme.

   -¿Te pasa algo, hyung?- preguntó y yo negué con la cabeza- ¿de verdad?- insistió.
   -Es solo que… me gustaría que todo esto fuera un mal sueño- contesté.

-oooOOOooo-

   Nada más acabar la reunión, YiXing fue a su cuarto y se encerró, yo me quedé unos momentos en el salón, pensando en todo y recordando algunas situaciones del pasado en las que Lay se enfurruñaba y yo tenía que hacer algo para cambiar eso. Me levanté del sofá, dejando a Tao comiendo dulce mientras veía un dorama y me dirigí a su habitación. Sin siquiera llamar, entré a su cuarto. Me lo encontré tumbado en la cama, con un puchero en su rostro y me acerqué a él.

   -¿Por qué?- preguntó.
   -Para que todo salga bien- él cerró sus ojos con fuerza intentando contener en vanos las lágrimas que acudían a sus ojos. Me acerqué más y lo envolví entre mis brazos, él se apretó fuertemente contra mí.
   -¿Qué fue lo que hice?- murmuró- ¿qué fue lo que hice?

-oooOOOooo-

   -¿Seguro que nos podemos fiar de lo que él dice?- le pregunté a mi compañero de habitación.
   -Vamos, JongDae… no seas tan desconfiado- me dijo él y yo suspiré.
   -¿Quién nos dice que no es un enemigo y que podemos confiar en él?- dije muy desconfiado.
   -YiXing confía en él- contestó y yo bufé.
   -YiXing está enamorado de él aunque no lo reconozca, eso no me sirve.
   -Pues tendrás que acostumbrarte a él, a partir de ahora pasaremos mucho tiempo a su lado.
   -Ni me lo recuerdes.

-oooOOOooo-

   Un incómodo silencio era lo único que había en la habitación. Sentado en la silla de escritorio de SeHun, veía a la pareja estar perdidos el uno en el otro. No lo iban a soportar, ellos lo sabían, y yo lo sabía, no iban a poder estar separados el uno del otro, por mucho que eso supuestamente pudiera salvar nuestras vidas.

   -¿Cómo lo haremos?- salió de la nada de mis labios y ambos me miraron sin comprender lo que quería decir- sé que vosotros no querréis estar separados, pero por lo menos… habrá que aparentar que así es.
   -¿Qué te propones, Jonggie?- preguntó SeHun, pero vi cómo LuHan lo había captado todo.
   -Pregúntale a LuHan… aquí es él el listo.

-oooOOOooo-

   No entendía nada. No entendía cómo de repente todo se había truncado. Tenía una vida normal, hasta que desarrollé mis poderes y ahora, todo estaba patas arriba, incluso mi condición sexual, porque a mí me gustaban antes las mujeres, pero ahora dejaba que Kevin me tocara y me hiciera llegar al paraíso, como estaba haciendo en estos momentos.

   Lo agarré fuertemente contra mí, mientras sentía el líquido salir de mi interior y me quedé abrazado a él, respirando entrecortado, intentando calmar los latidos de mi corazón, mientras él se dedicaba a besar la sensible zona que era mi cuello.

   -¿Cuándo me dejarás meterla?- preguntó de una manera excitante en mi oído, susurrando esas palabras con su voz grave.
   -Cuando tengamos condones…

-oooOOOooo-

   Yo no quería regresar a mi habitación en la Residencia después de la reunión, y ChanYeol no quería volver a su casa y dejarme solo, así que, allí estábamos, sentados en los columpios de un parque, quitándoles el sitio a los niños pequeños, que nos miraban con pucheros y mala leche, pero ninguno se daba por aludido, y seguíamos balanceándonos levemente.

   -Ahora que empezaba a pasar más tiempo con JongDae empezaba a caerme bien- murmuró ChanYeol de la nada- antes ni recordaba cómo se llamaba, y eso que dormía contigo- suspiró- incluso el insulso de Kevin me podría llegar a caer bien con el tiempo… pero ahora…
   -¿Qué prefieres?- pregunté- ¿vivir o morir?
   -Vivir- contestó sin siquiera pensarlo, sonreí y me levanté del columpio, momento que aprovechó un enano para subirse.
   -Podría haber sido peor- comenté colocándome a la espalda de ChanYeol y empujándolo suavemente- por lo menos estamos juntos- él paró el movimiento del columpio con sus pies y se giró con una gran sonrisa en los labios.
   -Ven- me agarró la mano y me hizo rodearlo hasta quedar frente a él, después, me giró y me abrazó por la cintura, sentándome en el columpio con él y apoyando su barbilla en mi hombro- me alegra poder estar junto a ti.

-oooOOOooo-

   -No sé si podré hacerlo- murmuró mi pequeño- yo quiero estar contigo todos los días, como ahora.
   -Pero entonces…- comenzó a hablar JongIn, pero lo callé con un gesto de mi mano.
   -Yo también quiero estar contigo a cada momento, pero no puede ser…- contesté pasando mis dedos por su rostro.
   -Claro que puede ser- dijo- mandamos a la mierda a todos estos y nos vamos a China- sonreí y le di un beso en su mejilla, haciéndolo ruborizar.
   -¿A mí también me mandáis a la mierda?- preguntó JongIn y enseguida SeHun se levantó de mi lado y fue hacia él para negarle aquello.

   Suspiré. Iba a ser muy duro eso de no estar con él en todo momento, pero podríamos intentar aparentarlo, mientras nos veíamos a escondidas. Pero había un problema que solucionar. Yo no podía quedarme en la Residencia o levantaría sospechas.

   Cogí mi teléfono móvil y miré los contactos que había adquirido en aquella reunión, fijándome en uno de ellos durante más tiempo y presionando encima para llamar.

-oooOOOooo-

   Al final, después de insistirle mucho a BaekHyun, acabó acoplándose a mi casa de nuevo. Cuando llegué con él, mis padres ni se sorprendieron, es más, parecía que les agradaba la visita de mi amigo. Al acabar de cenar, ambos subimos a mi habitación y nos metimos en la cama, para intentar dormir. Lo abracé fuertemente y lo atraje hacia mí, porque, eran más fuerte las ganas de dormir abrazándolo y arriesgarme a tener otra erección, que el dormir solo en una esquina, sin notar su cuerpo. Así que, así, me quedé dormido.

   Estaba en un lugar oscuro, sin vida, sin nada, lo único que había a mi alrededor eran cuerpos de personas muertas. Me entraron ganas de vomitar, pero las contuve y me dirigí hacia uno de los cuerpos, tambaleándome, respirando forzadamente y sintiendo un nudo en mi pecho.

   Me derrumbé al lado del cuerpo cuando llegué, y noté que lágrimas saladas recorrían mi rostro, al descubrir quién era aquella persona. Gritaba un nombre, pero no era su nombre. Intentaba que despertara, pero él no despertaba. Me incliné sobre su rostro y besé sus labios rosas, que en otros momentos siempre estaban calientes y húmedos, pero que ahora estaban fríos. Cuando me separé, rocé su rostro de porcelana y acomodé su cabello castaño.

   -Mi dulce compañero- me oí susurrar y cerré mis ojos justo después de ver a un hermoso unicornio, sólo ante aquella presencia oscura, que lo envolvía y llenaba todo, resplandeciendo, como la luz de la esperanza.