lunes, 13 de mayo de 2013

Cinco Sentidos


Cinco Sentidos


   El sentido de la vista es algo que está sobrevalorado. Tan buena puede ser la vida de una persona que ve, como lo puede ser para otra persona que no ve. Yo, por ejemplo, desde que tengo memoria, no recuerdo haber visto nada. No sé cómo son los colores, porque nunca los he visto, tampoco sé cómo es el cielo ni las nubes. Nunca he visto un atardecer, ni un amanecer. Pero yo no me quejo, no echo de menos esas cosas, puesto que nunca las vi, por lo tanto, vivo mi vida, feliz.

   Además, tengo otros cuatro sentidos más, ¿quién iba a echar de menos uno que solo pone trabas?

   El sentido de la vista sólo sirve para juzgar todo y los seres humanos no somos quiénes para juzgar nada, para eso está Dios. Yo no juzgo a nadie, ni por su aspecto, ni por su raza, ni por la ropa que viste, porque no puedo ver. Tampoco me creo mejor persona, o peor, incluso, solo por eso, yo me considero alguien igual a los demás, pero dentro de esa igualdad, por pertenecer a la especie homo sapiens, todos somos diferentes, cada uno tiene algo que lo hace diferente a los demás, su voz, su personalidad, su físico… yo tengo mi ceguera.

   Pero vivo mi vida de una manera completamente normal, me falta un sentido, ¿y qué? Yo me guío por mi oído, por mi tacto, por mi olfato y por mi gusto.

   Nunca he visto la Torre de Seúl, pero sé que forma tiene, tocando relieves. Nunca he visto a mi madre, pero puedo identificarla sólo por el sonido de sus pisadas. Nunca he visto un plato de kimchi, pero sé que sabor tiene. Nunca he visto el mar, pero sé cuál es su olor.

   Mi vida por lo tanto, es completamente normal. Tengo amigos, que me quieren por cómo soy y no por lo que soy, que me ayudan en lo que sea que necesite. También tengo un novio, porque a pesar de creer en Dios, y en lo que dicen sus enseñanzas, creo en el amor, y yo me enamoré de él, de un chico, como yo.

   Me enamoré del sonido de su voz, me enamoré del suave tacto de su piel, me enamoré del sabor dulce de sus labios y del olor de su cuerpo. Me enamoré de la forma en la que me trataba, suave y cariñosa, de los abrazos que me daba, de sus besos fugaces cuando estábamos cerca, de sus manos traviesas envolviendo mi cintura, de sus labios gruesos que me hacían tocar con mis dedos el paraíso, y de su personalidad juguetona. Me enamoré de él, de una persona fuerte que se acercó a mí, un chico al que no le importó mi diferencia y que estaba a mi lado en los buenos y en los malos momentos. Porque las personas como yo, también tienen derecho a enamorarse.

   Me desperté esa mañana, rodeado por unos brazos cálidos y sintiendo cada roce de sus labios contra mi cabello.

   -Buenos días, KyungSoo- lo escuché decir- ¿dormiste bien?
   -En tus brazos, perfectamente…- murmuré, acomodándome mejor sobre su cuerpo y notando el agarre más fuerte de sus brazos a mi cintura, haciendo que se me erizara la piel, siempre sensible a su tacto.
   -Me alegra que estés bien- dijo- te amo…- susurró en un tono apenas audible, pero que yo pude escuchar perfectamente.
   -Yo también te amo, JongIn- contesté y tracé un camino de besos hasta dar con sus labios, notando su sabor dulce y el olor a sexo de la habitación.









jueves, 9 de mayo de 2013

Please, Don't Go



Please Don’t Go


   Otra vez le tocaba irse a mi compañero de habitación. Malditas promociones de SuJu-M en China que lo obligaban a alejarse de mí cada dos por tres. Odiaba eso, odiaba tener que separarme de él durante tanto tiempo. Estar tanto tiempo sin él, sin sentir su presencia a mi lado, sin oír su risa, sin ver su perfecto rostro. Todo eso, hacía que lentamente, algo en mi interior sufriera y cada vez que lo veía marchar, siempre mis labios pugnaban por hacerle aquella petición, que no estaba en mis manos ni en las suyas.

   Lo veía poner la ropa encima de la cama para elegir qué llevarse a China. Lo veía meter las prendas elegidas en la maleta. Lo veía ir de un lado a otro cogiendo, guardando y sacando todo tipo de cosas de su lado de la habitación. A medida que su maleta se iba llenando más y más, mi corazón dolía cada vez más y se encogía dentro de mi pecho.

   Cuando se giró para verme, ya habiendo terminado de arreglar lo que necesitaba, su mirada estaba triste y no pude resistirme a estirar mi mano hacia él, que la tomó sin dudarlo y se acercó a mí, sentándose en mi cama, pero yo no quería que se sentara solo, así que lo hice tumbarse a mi lado, y luego me tumbé sobre su pecho, a la vez que él me abrazaba.

   Nos quedamos así bastante tiempo, sin hacer nada, sólo disfrutar de la compañía que en pocas horas ya no íbamos a tener. Noté sus manos sobre mi cabeza, jugueteando con mi pelo, como si estuviera acariciando a un gatito y yo lo dejé, así se estaba bien.

   -Hyung…- lo oí murmurar.
   -¿Sí, pequeño?- me acomodé mejor sobre su pecho para ver su rostro.
   -Voy a echar de menos estar así contigo durante estos meses- dijo y sentí cómo mi corazón paraba de latir al escucharlo.
   -“Por favor, no te vayas”- pensé, pero no lo dije- yo también te echaré de menos- acabé por contestar- esto no será lo mismo sin ti pululando por aquí- escuché su risa y su pecho vibró por tal acción.
   -Me gustaría quedarme a dormir aquí hoy- me propuso y me sentí muy feliz, así que, lo abracé fuertemente y lo atraje más a mí.
   -Me parece bien.
   -Buenas noches, Minnie- me dio un beso en la frente.
   -Buenas noches, Kyu- y besé su cuello.

   Cuando me desperté a la mañana siguiente, KyuHyun ya no estaba a mi lado, pero su maleta seguía en la habitación, por lo que no había podido marcharse todavía. Me levanté y lo busqué por todos lados hasta que lo encontré, sentado en la cocina, tranquilamente hablando con los demás chicos. Los saludé a todos y me senté a su lado, dispuesto a pasar el poco tiempo que me quedaba junto a él.

   -¿Cómo has dormido, hyung?- me preguntó.
   -Perfectamente- contesté con una sonrisa- ¿y tú, Kyu?
   -Muy calentito- dijo, y mi sonrisa se hizo más amplia.

   Pasamos un rato agradable de desayuno, hasta que el mánager llegó y los chicos que tenían que viajar fueron a sus habitaciones a recoger sus cosas. Llegó la hora de la despedida y los abrazos y besos se extendieron por la entrada del apartamento, al igual que las lágrimas contenidas y las palabras de ánimo, de apoyo, los deseos de que les fuera bien y las promesas de que volverían pronto.

   Me abracé fuertemente a mi pequeño y sollocé un poco en sus brazos, sin que nadie más que él, lo notara, y estuvimos así hasta que él tuvo que separarse de mí para irse.

   -Volveré pronto- “no te vayas”- antes incluso de que te des cuenta, estaré aquí- “por favor, no te vayas”- nos vemos…- “no me dejes”.

   Pero yo nunca dije esas palabras en voz alta y él salió por la puerta del apartamento. Dejándome solo.









lunes, 6 de mayo de 2013

El Vino y La Muerte



El Vino y La Muerte


   Antes de que comencéis a leer debéis saber que este Shot es una adaptación del capítulo “El Vino y La Muerte” de mi manga Proyecto Olimpo. En él, los protagonistas son Dioniso, el Dios de los festejos y el vino, Hades, el Dios que gobierna el Inframundo y Ariadna, princesa cretense hija del rey Minos, a la que dejó abandonada en una isla el héroe Teseo.


   Llegamos a casa, después de un largo día. Todavía no me podía creer lo que aquellos extranjeros nos habían contado. Era simplemente increíble. ¿Cómo podían ir diciendo por ahí que eran la reencarnación de los antiguos Dioses Griegos del Olimpo? Pero lo más increíble de todo… ¿cómo podían decir que nosotros dos éramos como ellos? No lo entendía.

   Me dejé caer en el sofá, agotado. No me había sentado en todo el día y me dolían los pies horrores. A mi lado de sentó mi amigo y luego echó su cabeza en mi hombro. Parecía que él tampoco entendía nada de lo que todos aquellos chiflados nos habían dicho.

   -¿Hyung…?- murmuró y yo llevé mi mano a su cabello para revolvérselo un poco con cariño.
   -Dime.
   -¿Los crees?- preguntó- quiero decir… ¿crees que somos la reencarnación de unos Dioses que ni siquiera existieron?
   -No lo creo… no creo que lo seamos… es demasiado inverosímil- contesté.
   -Lo sé- dijo- pero… ellos pueden hacer cosas… como tú…
   -No es lo mismo- respondí cortante. No era igual, ellos me habían demostrado que controlaban algunas cosas. Uno de los chicos había provocado una tormenta en unos momentos y una chica, había hecho crecer una flor de la nada. Yo… yo…
   -Hyung… puedes ver muertos, no me digas que eso es normal- dijo y yo suspiré.
   -No puedo ver a todos los muertos- contesté- solo los que quieren aparecer ante mí.
   -Pero eso es raro- hizo una pausa y se incorporó de su posición para poder mirarme bien- bueno, hyung eso es raro, no me extrañaría que fueras el tal Hades ese que han dicho ellos.
   -Lo que no entiendo es que digan que tú eres también un Dios- comenté- que yo sepa, beber vino y estar todo el día de fiesta no es ningún poder.
   -Bueno- se rascó la cabeza- esta habilidad para beber vino no la he adquirido en un día, esto lleva su tiempo y…
   -KyuHyun- lo corté diciendo su nombre y él me miró fijamente- mira, yo no creo en ellos- dije y él asintió, serio- si tú quieres creerlos es cosa tuya, yo seguiré pensando que lo mío es un don como el de la tía de “Entre Fantasmas”.
   -No me jodas, hyung- me dio un golpe en el brazo- no puedes decirme que no crees en ellos porque es inverosímil y vas luego y sueltas esa chorrada- me dio otro golpe- eres un inútil- se cruzó de brazos y se sentó en la otra punta del sofá. Suspiré.
   -¿Y qué quieres que te diga, KyuHyun?- pregunté y él se volvió hacia mí, mirándome mal- ¿quieres que te diga que creo a unos desconocidos que nos han abordado hoy a la salida de la Universidad para decirnos que somos la reencarnación de unos Dioses- dije- ¿quieres que te diga eso?- pregunté.
   -No- dijo- pero tampoco quiero que me digas que no eres nada especial, que tienes ese poder porque sí- se acercó de nuevo a mí- vamos, JongWoon, sabes que eso que puedes hacer, no puede hacerlo nadie.
   -Las videntes, las espiritistas…- contesté enumerando con mis dedos.
   -¿No me digas que crees en esas cosas y no en lo otro?- asentí y él se volvió a acercar para pegarme en el brazo- eres un inútil.
   -Si sigues pegándome me saldrá un moratón- dije.
   -Me da igual, si así se te abre esa cabeza dura que tienes…- murmuró y volvió a cruzarse de brazos.
   -KyuHyun… entiéndeme…
   -No puedo, hyung- y me volvió la cara.

   Suspiré y luego pasé de él, mirando hacia el otro lado y encontrándome con que había otra persona más en aquella habitación. Una persona con la piel blanca que despedía una leve luminosidad y que flotaba a varios centímetros del suelo. Una persona muerta. Se acercó a mí y se colocó a mi lado, sin hacer el más mínimo ruido, desplazándose por el espacio sin crear la más mínima alteración.

   -¿Puedes verme?- preguntó.
   -Sí- contesté y noté que KyuHyun se volvía hacia mí.
   -¿Has dicho algo?- preguntó, pero no le hice caso, debía ayudar a aquella chica de pelo castaño y largo.
   -¿Él no puede verme?- dijo extrañada.
   -No, él no puede verte, solo puedo verte yo- respondí.
   -¿Otro muerto?- escuché decir a KyuHyun y me volví hacia él, mirándolo con mala leche. La mayoría de los que se me cruzaban eran seres que todavía no sabían lo que eran y estaban confundidos.
   -¿Estoy… estoy muerta?- preguntó ella. Su voz temblaba y cuando la volví a mirar, su cuerpo titilaba. Aquello era mala señal. Si estaba allí era porque tenía un asunto pendiente y no se podía ir, pero si desaparecía ahora, vagaría por el resto de la Eternidad en un lugar oscuro del que no podría salir, el limbo.
   -Escúchame- dije con voz suave. Mi voz normalmente los hacía calmarse y eso era lo que aquella chica necesitaba- no le hagas caso a este bruto, ¿está bien?- ella asintió levemente- él no tiene nada que ver en nuestra conversación…
   -Está bien…- murmuró y yo sonreí.
   -¿Cómo te llamas?- pregunté.
   -Seo JunHyun- contestó- pero todo el mundo me llama SeoHyun.
   -¿Puedo llamarte yo SeoHyun?- ella asintió- bien, yo me llamo JongWoon, aunque muchos me dicen YeSung.
   -¿Puedo llamarte YeSung?- dijo ella con timidez.
   -Claro que sí- sentí cómo KyuHyun se acercaba a mí y se echaba sobre mí.
   -¿Dónde está?- preguntó en mi oído susurrando para que el espíritu no se enterara.
   -Justo delante de nosotros- murmuré y la escuché hablar de nuevo.
   -¿Por qué solo tú me puedes ver, YeSung?
   -Porque tengo el don de hacerlo.
   -¿Por qué los demás no pueden?
   -Porque has pasado a un plano convergente en el que sólo somos unos pocos los que podemos acceder- contesté.
   -No lo entiendo.
   -¿Qué es lo último que recuerdas?- le pregunté y ella pasó unos momentos en silencio, buscando en su memoria.
   -Iba de compras con una amiga… y cruzamos la calle… entonces… todo se volvió oscuro…- susurró y me miró con los ojos brillantes. Si hubiera estado viva, las lágrimas surcarían sus mejillas, pero los muertos no pueden llorar.
   -¿Recuerdas algo más?- ella negó.
   -Simplemente… me he despertado y estaba en tu jardín, así que he entrado y te he visto y tú me has visto, al igual que ese perro que tienes allí… pero tu vecina no me ha visto…- asentí.
   -Mi perro también puede ver a la gente que está en ese plano- contesté.
   -¿Y luego dices que no eres Hades?- murmuró KyuHyun en mi oído- si hasta tienes un perro guardián a la entrada de tu casa… como el Dios en su palacio… lo único… que este no tiene tres cabezas…
   -Cállate, KyuHyun- le dije.
   -¿Estoy muerta?- preguntó ella asimilando un poco la poca información que yo le había dado y lo que ella me había contado.
   -Sí- SeoHyun suspiró.
   -¿Y por qué estoy aquí?
   -Tienes un asunto pendiente…- contesté- pero yo no sé cuál es.
   -Sí… tengo algo que hacer…- murmuró- yo… tengo algo qué hacer…
   -En cuanto lo hagas irás al lugar al que perteneces- dije.
   -¿Cómo es ese lugar?- preguntó.
   -Precioso.
   -Gracias… YeSung…- susurró y tras darme un beso en la mejilla, se desvaneció. Ahora aparecería en el lugar en el que debía llevar a cabo su última voluntad y después se iría de este mundo. Una lágrima cayó por mi mejilla y sentí los dedos de KyuHyun, secándola.
   -¿Por qué lloras?- preguntó.
   -No lo sé…
   -¿Ya se ha ido?
   -Sí…
   -Ven aquí- y tiró de mí hasta que me acunó en sus brazos. Cuando sentí la calidez de su abrazo, comencé a llorar- está bien… todo está bien…- murmuró.
   -Es duro…- susurré.
   -Lo sé… pero para eso estoy yo aquí- me abrazó más fuertemente- somos como el día y la noche, peleamos más que hablamos, pero somos los mejores amigos, somos complementarios, somos pareja, uno no podría existir sin el otro- sonreí levemente- tú consuelas a los muertos y los guías hacia su destino… yo te consuelo a ti tras eso…
   -¿Y quién te consuela a ti?- pregunté.
   -El vino- contestó- y tus labios…- y en ese momento me besó.

~.~.~

   Me desperté cuando un rayo de solo me dio en todo el ojo y me molestó. No había bajado la persiana y esa era la consecuencia. Me revolví en la cama y noté que había un cuerpo a mi lado, así que fijé mi vista para descubrir que era KyuHyun. Habíamos vuelto a pasar la noche juntos.

   -Kyu…- susurré y comencé a tocar su labio superior- Kyu… despierta…
   -Deja de ser tan random, JongWoon- me regañó aun sin abrir los ojos y yo quité mi mano de su boca.
   -Será random… pero te has despertado- contesté y él sonrió.
   -¿Qué querías?- murmuró girándose hacia mí y envolviéndome en un cálido abrazo.
   -Decirte que quiero volver a hablar con ellos…- contesté- y también… que te quiero…
   -Lo primero me ha dejado muy pillado- comentó- cambias más de opinión que de ropa interior- eso me hizo sonreír, porque era verdad- y lo segundo…- se acercó a mí y me dio un beso- yo también te quiero…



Girl Dressed


Girl Dressed


   Todavía no sabía por qué estaba en aquel lugar y haciendo aquello. No me lo explicaba. Tampoco recordaba cómo había sido la conversación que habíamos tenido varios días antes para acabar en esto. Y menos recordaba el momento en el que la apuesta fue hecha. Pero él lo había grabado y en el vídeo se me ve a mí, borracho, aceptando aquella estúpida y rara apuesta.

   -Intenta quedarte quieto, Baekkie- dijo y yo lo miré con mala leche- esta camiseta debe quedar de una manera determinada o si no se te verá todo.
   -ChanYeol- murmuré mientras él me ajustaba la bendita camiseta que había cogido del armario de su hermana, al igual que la falda, los zapatos y el sujetador que ya llevaba puestos.
   -¿Qué quieres?- preguntó mordiéndose el labio inferior muy concentrado en su tarea.
   -¿Por qué…?- iba a comenzar a preguntar, pero él no me dejó seguir y alzó su cabeza, mirándome fijamente.
   -Lo aceptaste.
   -Lo sé, pero…- suspiré- ¿por qué surgió esta apuesta?
   -¿Recuerdas a Kris?- preguntó después de un rato y yo asentí. Era su mejor amigo cuando yo apenas lo conocía porque éramos compañeros de clase, pero nada más. Él era un par de cursos mayor y siempre estaban juntos y se llevaban genial. Pero un día dejaron de hablarse y Kris se fue a Canadá, fue entonces cuando ChanYeol y yo comenzamos a ser amigos.
   -¿Qué tiene él que ver en esto?- pregunté confundido.
   -Pues…- agachó la cabeza y comenzó a juguetear con sus dedos- la verdad es que… yo… estaba… enamorado de él y me confesé, por eso se fue y ahora va a volver y tiene una novia espectacular y yo no quiero ser menos… por eso…- soltó de sopetón mirándose los pies. Al principio no lo procesé muy bien, había dicho demasiadas cosas en muy poco tiempo, pero cuando lo hice, sonreí y le alcé la cabeza para que me mirara.
   -Voy a ser la novia más linda y agradable que jamás nadie tendrá- él me sonrió y pasó sus brazos por mi cintura, apretándome fuertemente contra él.
   -Gracias, Baekkie…
   -No hay de qué- contesté- y ahora, termina de arreglar a esta belleza exótica- sonrió y asintió.
   -Vamos a tener que hacer algo con esa voz de macho tuya- le pegué en el brazo y luego carraspeé y afiné mi voz para ponerla como la de una chica.
   -Park ChanYeol, como lleguemos tarde a la cita, no te lo perdonaré- dije y él se quedó sorprendido por la voz que había puesto, pero luego sonrió.
   -Así está mejor- comentó y se giró para coger algo- ahora te pondré la peluca- asentí y él me colocó aquella mata de pelo castaño ondulado, ajustándomela bien a la cabeza con una diadema- perfecto- murmuró- te delinearé los ojos y te pondré brillo en los labios, si hago algo más serás demasiado guapa y tendré que quitarte a todos los moscones de encima.
   -Yo me los puedo quitar solito- contesté- por cierto, ¿cómo sabes hacer todo esto?- pregunté.
   -Mi made y mi hermana se maquillan mucho y cuando era pequeño las seguía a todas partes y aprendí.
   -Me parto- dije y él me miró mal- bueno, da igual- murmuré- ponme guapa, que quiero ver la cara que pone Kris al ver a la belleza de novia que te has echado.

   Y seguimos con la sesión de belleza hasta que estuve completamente listo, pero él no me dejó verme en el espejo hasta que según él, no aprendiera modales. Me enseñó a moverme delicadamente y a sentarme y a hacer los mismos gestos que una chica. Cuando vio que más o menos lo había pillado, se arregló él y solo cuando acabó de vestirse y arreglarse, me llevó al baño para que me viera en el espejo, cuidándose de que su madre no nos viera.

   Cuando me vi reflejado en el espejo no supe qué decir. No era yo quien estaba reflejado, pero a la vez sí era yo. Realmente parecía una chica. ChanYeol había hecho un buen trabajo, aun sin haberme maquillado mucho.

   -Mi hermosa novia, Baekkie- murmuró y me abrazó por la cintura desde atrás, dándome un beso en el cuello que me hizo estremecer.
   -Llegamos tarde- murmuré y él se separó de mí para cogerme de la mano y tirar de mí, escaleras abajo, intentando que su madre no se percatara de nada.

   Tuvimos suerte, ya que al parecer, había salido de casa. Avanzamos por las calles sin prestar mucha atención a los tíos que se me quedaban mirando como si se les fueran a salir los ojos. Aunque cada vez que alguno me miraba demasiado, ChanYeol se hacía el posesivo y pasaba su mano por mi cintura. Una media hora más tarde, llegábamos a una cafetería del centro y por el cristal, vimos a Kris con una rubia despampanante sentados en una de las mesas. Tragué saliva y cuando miré a mi amigo, vi como una sombra de tristeza aparecía en sus vivaces ojos, así que le agarré la cara y lo puse a mi altura.

   -Óyeme bien, Park ChanYeol- dije mirándolo fijamente a los ojos- no dejes que esto te supere y compórtate como un buen novio o te dejaré en la estacada- él sonrió.
   -Seré el mejor novio que nadie jamás haya tenido- contestó.
   -Así me gusta- y entonces lo agarré de la mano y tiré de él hasta que entramos a la cafetería. Caminamos entre las mesa hasta que llegamos al lugar en el que Kris estaba con la rubia despampanante.
   -Tiempo sin vernos- dijo ChanYeol llamando la atención del otro, a la vez que apretaba fuertemente mi mano.
   -Tiempo sin vernos- contestó el otro y se levantó haciendo que su acompañante también lo hiciera- yo soy Kris- se presentó dirigiéndose hacia mí- ella es Alice- dijo señalando a la rubia. Asentí y miré a ChanYeol, que parecía un poco perdido. Le di un codazo disimulado en las costillas y reaccionó.
   -Oh… encantados de conocerte, Alice- ella asintió- yo soy ChanYeol y ella es BaekHyun-me incliné como una señorita.
   -Encantados- murmuró Kris- ¿nos sentamos?- preguntó.

   Los cuatro nos sentamos a la mesa. Aunque ChanYeol hizo una cosa muy rara antes. Esperó a que me sentara y luego arrimó mi silla como un verdadero caballero. Le sonreí cuando se sentó y luego cogió mi mano fuertemente, dándole igual que esta estuviera colocada en mi muslo.

   -Y bueno… ¿qué te trae por aquí después de tantos años?- preguntó ChanYeol fingiendo una sonrisa amable.
   -Tenía ganas de volver al lugar que considero mi casa- contestó el otro- ¿cómo te ha ido todos estos años?- preguntó.
   -Pues bien- dijo- acabé el instituto, entré a la Universidad y encontré una chica encantadora- se volvió hacia mí con una gran sonrisa y se acercó hasta darme un beso en la mejilla, haciendo que me sonrojara y que para ocultarlo, agachara mi cabeza, dejando caer el pelo de la peluca sobre mi rostro- es muy tímida- noté su mano retirando el pelo de mi cara y colocándolo tras mi oreja- pero es encantadora- hizo una pausa y escuché cómo mi corazón golpeaba fuertemente contra mi pecho- ¿qué ha sido de ti?
   -Fui a la Universidad, me gradué y encontré a esta hermosa señorita- rozó su mejilla y ella sonrió- ¿queréis pedir algo?- preguntó y ChanYeol asintió. En ese momento, aproveché para poner mi dulce voz femenina.
   -Sí, por favor- murmuré y luego bajé mi cabeza, avergonzado. Eso me había sonado demasiado femenino.

   Pasamos una tarde agradable. Al principio fue tenso, pero después, la cosa se fue calmando, hasta que pareció que los cuatro éramos amigos de toda la vida. Solo cuando nos íbamos, la cosa se torció. Al salir de la cafetería y despedirnos, Kris se acercó a ChanYeol y le dio un abrazo, diciendo unas palabras que hicieron que mi sangre hirviera.

   -Dejémoslo todo y estemos juntos.

   Eso fue lo que salió de sus labios. Antes de que ChanYeol pudiera hacer o decir nada, lo agarré del brazo y tiré de él hacia mí, mirando mal a Kris.

   -No pienso separarme de él y dejártelo a ti- dije con mi voz de chica.
   -Baekkie…- murmuró ChanYeol y yo lo cogí de la cara y me puse de puntillas para llegar a sus labios y besarlo.
   -Nadie te separará de mí- murmuré contra sus labios y él sonrió, después, se volvió hacia Kris.
   -Lo siento, pero ya tengo a alguien- dijo- encantado de conocerte, Alice… y… ya nos veremos, Kris- y después de eso, tiró de mí y nos alejamos- wow BaekHyun- murmuró- eso ha sido… wow- me miró y yo agaché mi cabeza, avergonzado- ¿ha sido para que no cayera en sus brazos…o… por otra cosa?- preguntó y yo me detuve en mitad de la acera.
   -Me gustas- murmuré y noté sus manos retirando el pelo de mi cara.
   -Tú también me gustas- dijo él y yo alcé mi cabeza para ver la sonrisa más sincera y dulce que jamás le había visto y que hizo que una igual adornara mi cara.
   -Suena raro- murmuré- quiero decir… ambos somos hombres…
   -¿Y?- preguntó- te gusto, me gustas, ¿puede haber algo más?- negué con la cabeza.
   -No… pero… la sociedad…
   -Pues si eso es lo que te preocupa…- retiró el pelo de mi cara- cada vez que quiera estar contigo… te disfrazaré de chica.
   -Preferiría ser yo… y no mi versión chica- contesté.
   -Entonces no hay ningún problema- se acercó a mí y me dio un beso en los labios. Cuando nos separamos grandes sonrisas se extendían por nuestros rostros.

   Después de todo, vestirme de chica no había sido tan malo...



sábado, 4 de mayo de 2013

Solos


Solos


   Estaban solos, solos en el apartamento, sin los demás molestando, sin los demás interrumpiéndolos en todo momento, sin los demás haciendo ruido. Estaban solos e iban a aprovechar aquella bendita oportunidad.

   SeHun se lanzó sobre el mayor y comenzó a besarlo desesperadamente, introduciendo su lengua en la boca ajena, entrelazándola con la otra, explorando toda esa excitante cavidad, mordiendo sus labios y succionándolos después. Apenas se separaron unos momentos para respirar y otro beso igual de apasionado comenzó.

   Las manos de ambos volaban por sus cuerpos, levantando ropa, tocando la piel que ardía bajo sus dedos, arañando esa misma piel y dejando unas marcas que tardarían varios días en borrarse, pero que mostrarían que ya tenían dueño y que nadie podía acercarse.

   LuHan se separó de SeHun y le mordió el labio inferior de manera juguetona, para luego lanzarle una mirada completamente obscena e intercambiar los roles, rodando sobre la pequeña cama y quedando ahora él arriba. Ambos rieron y comenzaron otro beso, mientras el mayor levantaba la camiseta de rayas que tanto le estorbaba y tocaba el torso de SeHun arriba y abajo con sus manos, subiéndolas cada vez  más por aquella blanca piel , hasta que llegó a sus pezones, que comenzó a pellizcar haciendo gemir al pequeño dentro del beso.

   Se volvieron a separar, y esta vez aprovecharon el momento para quitarse sus respectivas camisetas, quedando ambos con el torso desnudo. SeHun se incorporó hacia delante, quedando ahora, ambos sentados y comenzó a pasear su boca y su lengua por cada rincón del cuello del mayor.

   -Ahh… ahh… mmm…- gemía LuHan, agarrándose a la espalda del menor y clavando sus uñas en ella sin poder evitarlo, presa del placer que le estaba dando SeHun, solo jugando con su cuello.

   SeHun comenzó a bajar lentamente por el níveo cuerpo del mayor, besando, mordiendo, succionando, todo a su paso, tumbándolo a la vez de espaldas en la cama, con cuidado. Jugó con su lengua en sus pezones hasta que estos estuvieron completamente endurecidos y luego bajó por su torso hasta llegar a su ombligo, que comenzó a penetrar con su lengua un y otra vez. Mientras, paseaba sus manos por las piernas de LuHan, llevándolas arriba y abajo, tocándolo desesperadamente, hasta que las llevó a la cintura del pantalón y lo bajó, dejándolo sólo con los boxers.

   El miembro de LuHan, aprisionado por la prenda y levemente erecto, con los toques y los besos excitantes, pugnaba con salir y comenzaba a doler dentro de aquella prisión. El menor sonrió malicioso y se agachó sobre el miembro, para soplarlo y luego darle un lametón, aun con la tela de por medio. Esto hizo que LuHan se revolviera en el colchón y gritara.

   -Ahh… más… ahh… joder…
   -¿Cuánto más?- preguntó SeHun.
   -Todo…

   Ye no se hizo esperar más. El menor le quitó el bóxer y lo dejó expuesto ante él, admirando su cuerpo desnudo de una manera golosa, especialmente aquel trozo de carne que se elevaba recto, caliente y húmedo. Se relamió los labios y se inclinó sobre el miembro de LuHan, comenzando a darle lametones, a morderlo levemente. Los gemidos lanzados por la voz dulce del mayor no esperaron para hacerse oír y llenaron toda la habitación.

   -Ya… tu boca…- gritó LuHan, perdiendo los nervios, cegado por la sensación pero queriendo aquel exquisito placer que le brindaba aquella húmeda y excitante cavidad que era la boca de SeHun. El menor sonrió malicioso, porque lo tenía donde quería y se introdujo de golpe su miembro en la boca- ahhh… mmm… ahhh…- gemía una y otra vez LuHan a la vez que el otro subía y bajaba su cabeza, embadurnando de saliva el pene del mayor, saboreándolo, mientras una de sus manos se entretenía en sus testículos y la otra toqueteaba los pezones de LuHan, mientras que este, se agarraba firmemente al cabello del menor y a las sábanas, muriéndose de placer. En unos minutos, el mayor sintió aquella electricidad recorrer su estómago y supo que el orgasmo iba a llegar, pero el menor se alejó de él, dejándolo a medias- ¿qué haces?- protestó jadeando.
   -Quiero meterla antes de que te corras.

   Y nada más decir esto, se quitó la ropa que le quedaba y colocó al mayor de espaldas, a cuatro patas, para tener un mejor acceso. Se tocó su miembro, preparándolo y luego se introdujo de una sola embestida en el cuerpo del mayor, haciendo que este no pudiera sostenerse al quedarse sin respiración. SeHun gimió al adentrarse en aquel apretado hueco y no tardó en comenzar a moverse, adelante y atrás, al principio lento, pero luego mucho más desenfrenado, enloquecido por el placer que le hacía sentir estar dentro de LuHan.

   Salió del mayor y lo acomodó de nuevo de espaldas sobre el colchón, para penetrarlo ahora, intentando entrar cada vez más y más profundo en su interior. Colocó sus brazos a cada lado de la cabeza de LuHan y comenzó a besarlo otra vez, mientras entraba y salía de él. El beso estaba descoordinado por los gemidos de ambos, pero a ninguno les importó.

   En un momento dado, SeHun dio con aquel lugar que volvía al mayor loco y lo hizo gemir de una manera completamente extasiada. Eso hizo que el menor se excitara aún más si cabe y comenzara a embestirlo una y otra vez en aquel lugar.

   -Más… más… más…- gritaba un ay otra vez LuHan, sintiéndose cada vez más cerca del orgasmo, hasta que este llegó y lo cegó por momentos, enviándole una exquisita sensación a todos los poros de su cuerpo y dejándolo como un muñeco flácido, con temblores, en brazos del menor, que siguió embistiéndolo hasta que se corrió en su interior, lanzando un gemido ronco.

   El menor cayó sobre él, muerto de placer y salió lentamente de LuHan, haciendo que ambos experimentaran más sensaciones placenteras y alargando aquel letargo que se había instalado en sus cuerpos. Respirando entrecortados, pegajosos de sudor y semen y con una sonrisa en sus labios, se quedaron dormidos.

   Deberían quedarse más veces a solas… era simplemente exquisito...






viernes, 3 de mayo de 2013

Las 15 Cosas que me Enamoraron de Kim HeeChul


Las 15 Cosas que me Enamoraron de Kim HeeChul


   Mi nombre es HanGeng, y por ahora, soy el único miembro chino reconocido en el grupo Super Junior, puesto que ZhouMi y Henry sólo tienen actividades en la sub-unidad Super Junior-M y promocionan normalmente en China. Soy una persona tímida y agradecida, que respeta a los demás cuando ellos me respetan a mí, y también, por último, aunque no por eso menos importante, ya que cambió mi vida, soy homosexual, y estoy irremediablemente enamorado de mi raro y extravagante hyung, Kim HeeChul.

   ¿Cómo puede ser eso posible? Eso es lo que seguramente todos os estáis preguntando, así que os responderé. Yo al principio también pensaba igual, no lo tenía muy claro, eran sobre todo dudas lo que tenía en la cabeza, pero ahora, aunque sea ahora, me he dado cuenta de que es lo que siento por él y todo lo que me enamoró, está en esta lista.

   Las 15 Cosas que me Enamoraron de Kim HeeChul:

1.    Su apariencia delicada, casi como la de una hermosa mujer.
2.    Su carácter y su lengua viperina.
3.    Su, aunque la tiene muy escondida, timidez ante algunas situaciones.
4.    Su bipolaridad típica de su sangre AB.
5.    Su cuidada imagen de tipo duro y prepotente aunque realmente fuera una persona encantadora.
6.    Su fortaleza ante la adversidad.
7.    Su ternura con sus dongsaengs.
8.    Su esfuerzo por hacerlo mejor cada día.
9.    Su hacerse querer, incluso entre personas que anteriormente lo odiaran.
10.  Sus ideas claras.
11.  Sus intentos encubiertos de ayuda a los demás para no parecer débil.
12.  Su bondad.
13.  Su particular manera de llamar la atención pasando de todo y de todos.
14.  Su gusto implacable y personal a la hora de vestir.
15.  Su manía por compararnos a todos y cada uno de nosotros con cualquier cosa que se le viniera a la mente, como animales o personajes de las películas Disney.

   Por estas 15 razones, me enamoré de él, aunque pueda parecer raro o malo, pero lo peor, es que no me di cuenta de esto antes, no me di cuenta hasta este momento. Dejé la lista bajo su almohada y suspiré, a partir de ahora tendría que cambiar mi presentación, porque desde este momento ya no hay ningún miembro chino reconocido en Super Junior, aunque sigue habiendo dos en la sub-unidad, Super Junior-M.

   Te amo, Kim HeeChul, por estas quince cosas y por mil más que te hacen único. Adiós.



jueves, 2 de mayo de 2013

Don't Lie


Capítulo 4
Todo



   Un chico moreno se levantó de la cama, notándola vacía y echando de menos al otro ocupante. Se dirigió después al baño para arreglarse y luego fue a la cocina, en busca de su chico, pero lo único que encontró, fue una nota.

   Me voy a la Universidad, te he dejado el desayuno hecho en la nevera. Aprovecha el día, nos vemos esta tarde.
   Te quiero,
KyungSoo

   El chico dobló la nota y sonrió. Abrió la nevera y se encontró con su desayuno, lo sacó de allí y comenzó a comer, pensando en qué haría ese día, ya que lo iba a tener libre de trabajo y en soledad, porque su novio se había ido a clases. Se removió en la silla, pensando y una pequeña punzada en el trasero le hizo dar con su respuesta.

   -Iré a ver a SuHo.

   En cuanto acabó de desayunar y recoger, se vistió y salió del apartamento, para dirigirse al otro, con una gran sonrisa en su cara y preparándose para un día lleno de sexo sin más. Unos veinte minutos andando, y llegó al lugar, subió hasta el piso seis y luego llamó a la puerta. Esperó, pero nadie le abrió. Se agachó y levantó el felpudo para coger la llave que SuHo le había dicho que había allí debajo. Se dispuso a abrir la puerta cuando escuchó un ruido dentro. El chico se quedó unos segundos dudando, pero luego, se decidió a abrir.

   Entró al apartamento, dejando la llave en su sitio y cerrando la puerta tras él. Caminó por el pasillo, dejando la cocina atrás y dirigiéndose al salón, de donde parecían provenir esos ruidos. Se quedó en el umbral de la puerta, asomando su cabeza levemente, y mirando con los ojos desorbitados la escena que se encontró ante sus ojos.

  SuHo se la estaba metiendo a otro, y ése otro no era él, claro que no estaban en una relación, y podían hacer lo que quisieran, pero le dolió. Aunque lo que más le dolió aún, fue descubrir quién era el chico que gemía bajo el otro. Su novio, KyungSoo.

   Dio un par de pasos hacia el sofá en el que se encontraban, dispuesto a hacer una escena, pero, ¿qué derecho tenía él? Él también engañaba a su novio, y además, con el mismo chico. Su mente dio un giro de 180º y pasó de querer matar a ambos, a hacer algo más divertido… y placentero. Tosió fuertemente y el ruido hizo que SuHo alzara su cabeza y lo viera. La expresión que puso el chico, fue digna de ver, pero la mejor expresión, fue la de su novio, que con los ojos desorbitados, no podía creerse lo que veía.

   -¿Qué haces aquí, Kai?- preguntó el mayor de allí.
   -¿Kai?- dijo KyungSoo desorientado, pero luego se recompuso- JongIn, cariño, no es lo que piensas- se levantó del sofá y fue corriendo, desnudo hasta su novio.
   -Ah, ¿no?- preguntó alzando una ceja, decidido a jugar un poco- ¿entonces no te lo estabas montando con SuHo?
   -No… eh… bueno… yo…- se rascó la cabeza, nervioso, y agachó su cabeza- pero… ¿quién es SuHo?- JongIn le señaló a la otra persona que estaba en el lugar- él se llama JunMyeon- se giró hacia el chico- ¿verdad?
   -¿Os… os conocéis…?- preguntó él sin saber qué decir en esa situación.
   -Somos novios- contestó KyungSoo.
   -Un… un… momento…- dijo alzando las manos- ¿Kai, D.O. es el novio ese que no se podía enterar que lo engañabas y viceversa?- preguntó y ambos asintieron. El pobre dueño de la casa no sabía qué cara poner ya, eso era todo muy extraño. Ambos se estaban poniendo los cuernos, y lo hacían con el mismo hombre… o sea él- esto es muy raro.
   -Espera- dijo KyungSoo al darse cuenta de algo- ¿me engañabas con él?
   -Tú también, ¿de qué te extrañas?
   -Pero… ah…- iba a replicar, pero se lo pensó mejor- es verdad… por cierto, ¿qué es lo que buscabas de él que yo no te daba?- preguntó.
   -Exactamente eso- murmuró JongIn- que no me dabas, y yo de vez en cuando, necesito que me den por atrás- el chico abrió sus grandes ojos a más no poder- ¿y tú? ¿Por qué me engañabas?
   -Porque él es muy bueno en la cama… en el sofá, en la cocina, en el suelo, contra la pared…- comenzó a contar con sus dedos.
   -Ya… me lo vas a contar a mí…
   -¿Hola?- dijo JunMyeon muy confundido- ¿no os vais a tirar de los pelos o algo?- ambos negaron- yo pensé que cuando os enterarais… se iba a armar la de San Quintín.
   -¿Por qué?- preguntaron los dos.
   -Si ambos nos engañamos, no hay razón de ser- contestó KyungSoo.
   -Y además, con el mismo tío…- señaló JongIn.
   -¿No estáis enfadados?- ambos negaron- entonces os dejo solos para que habléis- intentó levantarse del sofá, para recoger la ropa y luego irse a su habitación, pero JongIn se colocó ante él y lo detuvo.
   -Tú no vas a ningún sitio- murmuró roncamente y con una voz que excitó al ya de por sí excitado, JunMyeon- ahora… los tres… vamos a pasarlo bien…- el chico miró al otro que estaba allí, y lo vio sonreír.
   -Pues si nos vamos a divertir los tres, hay una cama muy bonita y grande en el dormitorio.
   -Está bien.

   KyungSoo se dirigió hacia la habitación y JongIn, levantó a JunMyeon del sofá y lo llevó hasta aquel lugar también. El otro chico ya los esperaba, sentado en la cama, mirándolos sensualmente, y JongIn sintió cómo su miembro le daba un tirón ante semejante visión erótica.

   Los tres acabaron sobre la cama, dos ya estaban sin ropa, por lo que el juego comenzó, dejando a JongIn desnudo. Lo sentaron en medio de los dos y comenzaron a quitarle la ropa. KyungSoo le sacó la camiseta, rozando su torso, y mandando escalofríos a la columna de este, a la vez que JunMyeon le masajeaba su miembro, levemente, por encima de sus boxes, haciéndole gemir, a la vez que con la otra mano, intentaba, bajarle lentamente los pantalones.

   Arqueó su espalda, en el mismo momento en el dejó escapar un gemido, provocado cuando JunMyeon metió su mano dentro de los boxers y tocó la piel de su miembro directamente. KyungSoo aprovechó ese momento para girar levemente el rostro de JongIn, a la vez que endurecía sus pezones pellizcándolos con sus dedos. Cuando el moreno quedó completamente desnudo y su miembro despierto, JunMyeon le agarró fuertemente los testículos, haciéndolo jadear.

   -Quiero que me la chupes- dijo y el chico se agachó sobre su miembro, para comenzar a dar lametazos, haciendo gemir al mayor de los tres. KyungSoo se puso de morros, porque lo ignoraban, y encima, era su novio el que lo ignoraba, así que, sujetó la cabeza de JongIn para que no siguiera, pero éste continuó moviendo su lengua, así que, no se lo pensó más y comenzó a toquetear el trasero de su novio.
   -Ah… ¿qué haces?- preguntó al notar cómo su entrada era presionada.
   -Nunca te la he metido- contestó KungSoo- quiero probarlo- el chico llevó un dedo a su boca y lo lamió, para luego meterlo en aquel lugar, haciendo que su novio diera un respingo.

   Mientras JongIn intentaba concentrase en su tarea de lubricar al mayor, notaba cómo su entrada estaba siendo dilatada por su novio, que tenía la firme intención de metérsela, y cuando notó el miembro de KyungSoo en aquel lugar, se desconcentró del todo y dejó de chupársela a JunMyeon, para intentar disfrutar de lo que su novio le estaba dando. KyungSoo, en el séptimo cielo, porque nunca pensó en que se sentiría así de bien, comenzó a penetrar una y otra vez a su novio, primero lento, luego más rápido.

   Se corrió sin poder evitarlo en el interior de JongIn, y cuando salió de él, su semen comenzó a derramarse desde el ano del chico. KyungSoo se quedó jadeando, tras el orgasmo, tumbado en un rincón de la gran cama, viendo cómo su novio, que no se había corrido, ya que su pene no había recibido ninguna atención, era penetrado por JunMyeon, que a la vez que embestía, toqueteaba y bombeaba el miembro del menor.

   Esa visión tan excitante que se extendía ante los ojos de KyungSoo, comenzó a hacer que su miembro empezara a endurecerse cada vez más, y deseoso de más, comenzó a tocarse, observando atentamente aquella escena y escuchando cada gemido que los otros dos lanzaban. El chico acabó llevando sus dedos a su propia entrada y comenzó a embestirse con ellos, jadeando y susurrando los nombres de los otros dos, cerrando los ojos, ante el placer que se estaba brindando.

   Con los ojos cerrados, como estaba, no se dio cuenta de cómo los otros dos se corrían a la vez y lo miraban con una perversión absoluta, mientras se intentaban empalmar de nuevo el uno al otro, para llevar a cabo el plan que se les había ocurrido.

   -Pervertido- susurró JongIn en la oreja de su novio, tras haberse acercado a él sin que el otro se diera cuenta. El chico abrió los ojos y se encontró con la mirada lasciva de JongIn- ven aquí… que vas a disfrutar…- llevó a KyungSoo ante él y le hizo sentarse en su miembro, entrando por completo en él, debido a la insistente preparación que se había hecho su chico, después, lo levantó un poco y llamó a JunMyeon- ya puedes entrar- y él, llevó su miembro hasta la entrada de KyungSoo, entrando lentamente en su interior y rozándose con el palpitante miembro de JongIn al hacerlo. Las descargas de placer de esta última acción, para los tres, fueron las mejores y, cuando comenzaron a moverse, a distintos tiempos, en el interior de KyungSoo, se sintieron morir de placer.

-oooOOOooo-

   -¿Entonces?- preguntó JunMyeon- ¿Qué es lo que haremos?
   -Estar todos juntos y follar como locos- ésa fue la respuesta de JongIn.
   -A mí me parece bien- dijo KyungSoo- nunca se había sentido tan bien.
   -Decidido entonces- contestó el mayor, y los tres sonrieron.