Título: Shanghai Nights
Pareja: KrisHun
(Kris x SeHun) (EXO)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, histórico, romance, drama
Número
de palabras: 7. 746 palabras
Resumen: SeHun
nunca quiso llevar aquella vida, pero no pudo evitarlo. A YiFan nunca le habían
importado las demás personas… O eso aparentaba.
Avisos: mención a violaciones y sexo.
Notas: historia escrita para la sexta edición de Doce
Reyes (12eyes) que tiene como Rey de una Noche a Kris.
Comentario
de Autora: no sé si ha quedado del
todo bien, es un tema bastante delicado el que he tratado y aunque no he
querido tratarlo a la ligera, seguro que no lo he hecho con la seriedad que
merece. Aun así, espero que os guste.
Antes de leer: los nombres de los
personajes están en chino porque la historia se desarrolla en Shanghái. Para
saber más, ir a las Aclaraciones del
final.
Apuntes históricos de relevancia:
—La época en la
que se desarrolla la historia es durante la Segunda República en Nankín
(1927–1937).
—Durante esta
década el país comienza a industrializarse, haciendo que se enfrenten así, la
economía tradicional y la economía capitalista. La industrialización de China
parte de las zonas colonizadas, mientras que la sociedad del interior continúa
siendo campesina, con cultivos de subsistencia y dominada por terratenientes.
—La pobreza de
los campesinos los lleva a buscar cualquier forma de sobrevivir y se tienen
registros de la venta de alguno de los hijos (generalmente de género femenino)
que no son rentables de mantener para poder obtener algo de dinero.
—En 1937
estalla la guerra chino–japonesa y la situación del país se desestabiliza.
La oscuridad de la noche apenas era
disipada por las débiles luces que procedían de las lámparas de aceite
colocadas cada varios metros en las calles del distrito del placer en la
bulliciosa cuidad de Shanghái. La luz de la luna iluminaba poco el camino que
recorría YiFan, evitando cualquier contacto con las personas con las que se
cruzaba. Un hombre como él no debía ser visto en un lugar como aquel, pero como
todo hombre tenía deseos y debía satisfacerlos con algo que no fuera su propia
mano.
El hombre miró a izquierda y
derecha, buscando a cualquier persona sospechosa que pudiera delatarlo si lo
reconocía. Tras asegurarse que ninguno de los vagabundos o putas lo podría
hacer, se internó en uno de los callejones de aquel lugar, dirigiéndose al
lugar que exhibía un farolillo de color blanco con una flor roja estampada en
él y que, sobre la entrada, tenía un cartel destartalado en el que se podía
leer: 雙月之夜.
Llamó
a la puerta con los nudillos y segundos después, esta se deslizaba hacia su
izquierda, desvelando a un joven algo más bajo que él y de rostro aniñado y
puro, todo lo contrario a lo que era en realidad, YiFan lo había probado en sus
propias carnes alguna vez que otra, cuando sentía que lo que necesitaba era
tener sexo sin preocuparse de las marcas que quedaran en su cuerpo.
—Bienvenido, señor Wu —dijo haciendo
una pequeña reverencia, destinada a hacer ver que estaba bajo completa
sumisión, aunque ambos sabían que aquello no era del todo cierto—. ¿Qué lo trae
por aquí?
—Lo mismo de siempre —contestó. El
chico se hizo a un lado y lo dejó pasar.
—¿Qué es lo que prefiere esta noche,
señor Wu? —le preguntó—. Tenemos nuevos productos que satisfarán todas y cada
una de sus necesidades —el chico se colocó tras un mostrador y miró un libro
que había sobre él, que tenía los caracteres escritos de una forma apretada
pero a la vez pulcra.
—Prefiero no arriesgarme mucho esta
noche —respondió—. Y no hace falta que me trates con formalidades, LuHan, nos
conocemos desde hace mucho.
—Seis años, si no recuerdo mal —apuntó
el otro con una sonrisa ladina.
—El tiempo pasa volando —comentó
YiFan—. ¿Quién está libre esta noche?
—Veamos —LuHan repasó de nuevo el
libro, esta vez pasando su dedo por encima de la página—. ¿Prefieres chico o
chica?
—Depende de quién esté libre.
—BaiXian, Qian, YiYun y ZiTao —nombró.
—Dile a BaiXian que se prepare —YiFan
comenzó a buscar en sus bolsillos para sacar el dinero que debía abonar por
pasar una noche con aquel chico.
—Gran elección. BaiXian se ha pasado
los últimos seis meses quejándose porque te habías ido de negocios y ninguno de
nuestros clientes lo satisfacía como tú —rio LuHan—. Creo que todos aquí
sabemos el motivo —le giñó un ojo—, pero han venido clientes que lo han hecho
disfrutar bastante y de eso no lo he escuchado hablar.
—Así es BaiXian. Proclama a los
cuatro vientos todo lo que no le gusta, pero cuando algo sí lo hace, no dice
nada.
—Veo que tantos años entre estas
paredes te han hecho comprender bastantes cosas —comentó LuHan—. Bueno, espera
aquí un momento, iré a avisar a BaiXian.
YiFan asintió y el chico desapareció
tras una puerta por la que el otro jamás había entrado, pero que suponía era el
lugar en el que esperaban a ser reclamados por los clientes. A veces YiFan
sentía lástima por ellos, pero luego recordaba que el motivo por el que estaban
allí la mayoría era porque les gustaba el trabajo que hacían.
LuHan
era el dueño de 雙月之夜 y les pagaba lo suficiente como para que después de un par de
años pudieran salir de aquel lugar y buscar algún trabajo más honrado.
No pudo seguir
más el hilo de sus pensamientos porque en ese momento, la misma puerta se abrió
y BaiXian salió al vestíbulo, con una gran sonrisa en su rostro. Caminó hacia
YiFan rápidamente y se lanzó sobre él, agarrándose a su cintura con las piernas
para no caerse aunque el otro no lo sujetara.
—¿Has vuelto de tus negocios? —le
preguntó, aunque el tono que utilizó fue más una afirmación que una pregunta.
El hombre asintió—. Es genial tenerte de vuelta —le susurró en el oído—, no hay
nadie como tú en toda la ciudad.
—BaiXian —llamó LuHan—. Nada de
provocaciones en el vestíbulo, llévatelo a tu habitación.
—A sus órdenes, LuLu —el dueño del
prostíbulo suspiró a la vez que el chico se bajaba del cuerpo de YiFan y lo
agarraba de la mano para arrastrarlo escaleras arriba, hacia la habitación que
tenía asignada.
Conforme más peldaños ascendían, los
sonidos que desde el piso inferior eran inaudibles, se hacían más fuertes y mostraban
la verdadera cara del lugar. Los gemidos, tanto de hombres como de mujeres,
llenaban el silencio de la noche y hacían que la sangre de YiFan comenzara a
acumularse en un lugar que de momento estaba oculto bajo aquellos pantalones
con raya que vestía.
BaiXian deslizó una de las puertas e
ingresó a la pequeña habitación de unos veinte metros cuadrados en la que lo
único destacable que había era un jiazi–chuang
sobre el cual se dedicarían a hacer sus actividades nocturnas hasta que
YiFan se fuera del lugar, satisfecho por las atenciones del otro.
En cuanto ambos estuvieron dentro de
la habitación, BaiXian se despojó del zansae
que vestía de una forma bastante provocativa que terminó por endurecer el
miembro de YiFan, provocando que la tela de sus pantalones se estirara sobre su
entrepierna, dejando ver claramente su bulto. El otro se relamió los labios y
se acercó al cliente, guiándolo hacia la cama en donde, antes de sentarlo, le
quitó el cinturón, bajó los pantalones de su traje y ropa interior hasta sus
tobillos.
—Hazme saber que lo disfrutas… —murmuró
BaiXian metiendo su cabeza entre las piernas del otro.
—Lo haré —contestó YiFan,
convirtiendo la última sílaba en un gemido ronco provocado por la experta
lengua del chico contra su miembro.
Durante su estancia en América había
olvidado lo que era sentir aquello, había estado tan ocupado con sus negocios
que no tuvo tiempo de ir a alguno de los burdeles de Nueva York, aunque le
hubiera gustado poder hacerlo para así probar otras formas distintas de sexo.
La lengua de BaiXian recorría toda
la extensión de su falo y, a veces, incluía sus dientes en su trabajo, haciendo
que el cliente gimiera por el placer que le ofrecía. El chico intentó
introducir el miembro en su boca, pero ésta siempre había sido demasiado
pequeña para YiFan; sin embargo, al hombre le gustaba cómo simplemente su
glande era tomado por aquellos labios para maltratarlo, a la vez que con sus
manos hacía fricción en su pene y masajeaba sus testículos.
Poco después, YiFan sentía que llegaba
al clímax y se corría dentro de aquella cavidad húmeda, llenándola de semen que
el chico tragó sin decir ni una palabra.
BaiXian comenzó a retirar la parte
superior del traje de YiFan para poder seguir con lo que había pagado el
cliente, pero en esos momentos, se escucharon dos voces en el cuarto de al
lado. El chico inmediatamente se detuvo y giró su cabeza hacia la dirección de
la que procedían aquellas voces. En el silencio que se había adueñado de la
habitación en la que ambos estaban solo se podían escuchar los jadeos de YiFan
provocados por su reciente eyaculación.
—¡NO! ¡Detente! —gritó la voz de un
chico que por mucho que quiso, el hombre no identificó—. ¡No! Por favor —las
últimas palabras fueron dichas en un tono más bajo, suplicante—. No puedo
hacerlo.
—He pagado por ti —dijo una voz
grave—. Así que ábreme tu culo para que pueda follarte.
—No… Yo… ¡NO! —el grito de dolor fue
tan desgarrador como probablemente lo había sido su penetración y YiFan sintió
nauseas. Era la primera vez que escuchaba algo de aquel tipo en aquella casa de
putas.
El tiempo pareció detenerse mientras
escuchaban llorar al chico de la otra habitación y gritar de dolor hasta que el
hombre que lo violaba terminó con él.
—Muy estrecho, me gustan los
vírgenes —oyeron decir al hombre—. Son mejores que las demás putas que hay.
El sonido de la puerta deslizándose
y de pasos que se alejaban de la habitación, seguidos de algunos sollozos aún
más fuertes, los sacaron de su ensimismamiento y BaiXian rápidamente se alejó
de YiFan.
—Creo que…
—Ayúdalo y no te preocupes por mí —fueron
las palabras que dijo mientras se arreglaba la camisa.
—Gracias, YiFan… Te agradeceré esto
la próxima vez —murmuró recogiendo su ropa del suelo y colocándosela antes de
salir.
YiFan se quedó solo en la habitación
y agudizó su oído para escuchar al otro entrar en la habitación de al lado para
ayudar a su compañero. A YiFan nunca le habían importado las personas, pero el
estado en el que pudiera haber quedado aquel chico desconocido le preocupaba.
El hombre se mordió el labio
inferior antes de seguir vistiéndose y salir de aquella casa. Intentó que su
mente viajara a las cuentas que debía realizar al día siguiente para calcular
los beneficios de su negocio en América, pero lo único que podía escuchar
dentro de su cabeza eran los gritos desgarradores del chico de la habitación de
al lado.
上海
YiFan pensó que una semana alejada
de aquella casa de putas serviría para dejar de escuchar aquellos gritos en su
cabeza, por lo que, cuando pasaron siete días, en los que no se dejó respirar
siquiera un minuto, se encontró frente a la puerta de aquella casa tan conocida
como la suya propia, a varias manzanas de allí, en uno de los mejores barrios
de la ciudad.
Llamó a la puerta y esta fue abierta
por YiXing. El hombre no se extrañó al ver allí a otro de los chicos que
trabajaba para LuHan, seguramente este estaría ofreciendo sus servicios a algún
cliente con tendencias masoquistas.
—Oh, YiFan —dijo sin ninguna
formalidad—. ¡Qué agradable sorpresa! —exclamó invitándolo a entrar.
—Me alegra verte más jovial que la
vez anterior —comentó el hombre. El otro esbozó una sonrisa triste. Cuando vio
por última vez a YiXing el chico acababa de perder a su madre, por lo que no
tenía ningún ánimo, pero parecía algo más recuperado.
—La vida sigue, ¿no es eso lo que se
dice siempre? —YiFan asintió—. ¿Qué servicios quieres recibir?
—BaiXian me prometió una gran noche
la semana pasada. Si está libre me gustaría cobrármela —contestó.
—Mmm… —YiXing comenzó a mirar el
libro que había sobre el mostrador y en el cual estaban apuntados los servicios
que estaban realizando en el momento los chicos y con quien los realizaban—. Me
temo que BaiXian está un poco ocupado esta noche —murmuró—. Pero si quieres te
puedo hacer un buen precio por los gemelos Zheng.
—Mejor no —dijo YiFan agitando sus
manos, dándole más fuerza a su negación—. La última vez me dejaron agotado —YiXing
rio.
—Está bien —el chico volvió a mirar
el libro—. ¿Qué te parece ZhongRen?
—Perfecto.
Minutos después, YiFan subía a la
habitación de ZhongRen y se quitaban la ropa mutuamente hasta quedar
completamente desnudos sobre la cama. El chico era completamente opuesto a
BaiXian y, en general, a todos los que trabajaban en aquel lugar. Sus ojos eran
tan oscuros y penetrantes que podías perderte en la intensidad, sus músculos
eran fuertes y su piel de color caramelo. Era bastante similar a ZiTao en
cuanto a físico, pero sus personalidades y sus formas de encarar el sexo eran
muy distintas.
Sin decir una palabra, ZhongRen
masturbó el miembro de YiFan con sus manos hasta que este estuvo completamente
duro. Luego, se dejó penetrar por el hombre una y otra vez hasta que ambos
acabaron llegando al orgasmo. En aquel mutismo en el que ambos se sumergían
cada vez que tenían encuentros, solo se podían escuchar sus respiraciones
agitadas y la cama crujir bajo ellos.
ZhongRen se levantó de la cama y se
vistió, después se inclinó levemente ante YiFan y salió de la habitación. El
hombre se quedó tumbado unos momentos en la cama, hasta que unos sollozos lo
sobresaltaron y rápidamente se incorporó.
—Por favor… Pare… Duele… —escuchó
decir desde la habitación contigua—. ¡Duele!
YiFan reconoció la voz. Pertenecía
al mismo chico al que habían violado hacía una semana. No podía creer que LuHan
permitiera que volvieran a penetrarlo aun cuando debía tener el recto en carne
viva. Rápidamente se vistió, abrochándose mal la camisa sin darse cuenta, y fue
hace la planta baja. Tras el mostrador se encontraba ahora LuHan, despidiéndose
con una sonrisa pícara de un cliente que parecía ser de la altura de YiFan,
aunque no tan guapo como él.
En cuanto el hombre salió de la
casa, YiFan bajó las escaleras con tanta premura que casi se tropieza con sus
propios pies, por suerte, mantuvo el equilibrio y se acercó hasta donde estaba
LuHan.
—¿Por qué el chico al que violaron
la otra noche está con un cliente cuando aún no está recuperado? —fue lo
primero que dijo, antes de darle tiempo a hablar al otro.
—No puedo mantener a nadie que no
trabaje —comentó el otro. YiFan apretó sus puños—. Sé que suena cruel, pero no
he tenido otra opción.
—¿Cuánto vale? —preguntó el hombre
en un arrebato que no estaba seguro de dónde procedía ni hacia dónde lo
llevaría.
—¿Pasar la noche con él? Lo mismo
que ZiTao —contestó LuHan.
—A partir de ahora, compro todas sus
noches, venga aquí o no —dijo con firmeza antes de depositar el importe por las
siguientes tres noches de aquel chico.
上海
—Señor Wu —llamó uno de los sirvientes
que YiFan tenía en la casa.
—¿Sí? —preguntó, levantando la
cabeza de los papeles que llevaba toda esa mañana repasando.
—Hay alguien que quiere verlo —contestó.
—Dile que pase al salón, QuingZhu,
en seguida lo atenderé —ordenó.
—Sí, señor —el chico se retiró y
YiFan se concentró en las cuentas de nuevo. Apuntó en un papel aparte la cifra
que había calculado y sonrió. Si seguía con aquel ritmo de crecimiento, su
negocio sería uno de los grandes del país.
El hombre se levantó y se alisó con
las manos el traje que vestía, después, se dirigió al salón. Cuando deslizó la
puerta, se encontró a QuingZhu dejando dos tazas de té humeantes frente a una
persona muy conocida que sonrió en cuanto lo vio.
—JunMian —dijo YiFan—. ¿Qué te trae
por aquí? —ambos hombres se fundieron en un abrazo. Llevaban sin verse desde
hacía casi un año, sus negocios los mantenían alejados la mayor parte del
tiempo.
—Bueno, he vuelto a Shanghái por
unos asuntillos con los ingleses y quería pasarme a ver si te encontraba en
casa —contestó con una gran sonrisa.
JunMian llevaba bien los treinta, se
veía más joven cuando sonreía, ojalá YiFan pudiera decir lo mismo de sí. Desde
que empezó con su negocio aparentaba más de treinta, aunque la edad que tenía
en sus comienzos no era ni un cuarto de siglo.
—Me alegra volver a verte —sonrió
YiFan.
Pasaron el día hablando de los
sucesos de aquellos meses en los que no se habían visto, los lugares que habían
visitado, los negocios que habían hecho en ellos y trazando planes de futuro en
los que sus ingresos se vieran multiplicados. Solo hacía unos años de la Caída
de la Bolsa de Nueva York y el mercado asiático estaba en auge, siendo Shanghái
el mayor puerto comercial del mundo.
Por la noche, salieron a beber, como
los buenos amigos que eran, para celebrar que todo les iba a pedir de boca. Más
tarde, JunMian se empeñó en que YiFan lo guiara a la casa de putas雙月之夜 de la que este tanto le había
hablado, tanto sobrio como ebrio.
La puerta fue
abierta por LuHan después de que YiFan llamara con sus nudillos a esta. Su
expresión fue de estupefacción al ver al hombre que tanto conocía en el estado
en el que se encontraba, pero sin decir palabra, los dejó pasar.
—¿Qué desean, caballeros? —preguntó,
instalándose tras el mostrador.
—Alguien con quien pasar la noche,
obvio —contestó JunMian. Su lengua se trabó con algunas sílabas, pero la frase
fue medianamente entendible.
—¿Mujer u hombre? —cuestionó el
dueño del lugar.
—Mujer. Los hombres no son lo mío —respondió
este.
—¿Señor Wu?
—Primero atienda al señor Jim —dijo
el hombre. Sentía la lengua pastosa al hablar y su cabeza estaba un poco
embotada, pero todavía estaba lo suficientemente lúcido como para no indicar
sus preferencias delante de su amigo.
—Claro —LuHan miró el libro de
registros—. Tenemos libre a Jia, Qian y Jessica.
—¿Jessica? —preguntó JunMian. El
otro asintió—. ¿Es extranjera?
—Mitad.
—Entonces me quedo con ella —sentenció.
Minutos después, subía las escaleras, siguiendo como un perrito faldero a la
chica menuda que se contoneaba ante él.
—¿Y bien? —inquirió LuHan una vez
que ambos desaparecieron de su vista.
—Te pagué por esta noche también,
¿verdad? —preguntó. El otro asintió—. Entonces dile al chico que suba.
—¿Vas a…?
—¡NO! Solo quería conocerlo —aclaró.
LuHan rio.
—Sube a la habitación junto a la de
BaiXian —dijo—. Lo ayudaré a subir ahora.
—Está bien.
YiFan subió las escaleras y luego
entró en la habitación que se le había indicado. Era exactamente igual que
todas las demás, pero esta tenía algo más, allí era el lugar en el que aquel
chico había sufrido. El hombre sacudió su cabeza para quitarse aquellos
pensamientos de la mente. Nunca se había preocupado de nadie más que de sí
mismo o, en su defecto, de su amigo JunMian, las demás personas no eran de su
interés. Pero escuchar su voz clamando por ayuda y gritando de dolor, le había
conmovido un corazón que no sabía que seguía latiendo.
El sonido de la puerta deslizándose
lo sacó de sus pensamientos y se giró hacia esta, a la vez que un chico,
bastante alto, pero muy delgado, entraba a la habitación, andando con cierta
incomodidad. YiFan se mordió el labio inferior. Lo había hecho subir aunque
sabía que le debía de doler bastante y se recriminó mentalmente por ello, así
que, hizo un ademán de acercarse al chico para ayudarlo a caminar, pero este se
quedó paralizado y se encogió un poco. Sus ojos se movían rápidamente de un
lado a otro, intentando evitar el contacto visual de YiFan. El hombre entendió
que le debía de tener miedo.
—No voy a hacerte daño —dijo. El
chico lo miró lentamente—. Mi nombre es Wu YiFan… Y por si LuHan no te lo ha
dicho, he comprado tus noches para que no tengas que hacer nada que no quieras
mientras no estés en condiciones para ello —el chico asintió lentamente y
esbozó una pequeña sonrisa.
—Gracias… —murmuró. Por su acento,
YiFan ubicó que su ciudad natal debía estar en el interior, bastante alejada de
la costera ciudad de Shanghái.
—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó,
intentando comenzar una conversación.
—ShiXun…
—Encantado de conocerte, ShiXun —dijo
el hombre esbozando una gran sonrisa.
上海
A la mañana siguiente, JunMian se
fue porque tenía que atender sus negocios, no sin antes decirle que la tal
Jessica se movía como los ángeles sobre él y que le había hecho cosas que no
sabía siquiera que se hacían. YiFan le asintió, dándole la razón porque hasta
que probó con BaiXian, Jessica había sido su favorita.
La vida de YiFan siguió igual que
siempre, la misma rutina de despertarse al alba, hacer negocios con hombres de
la metrópolis durante la mañana y la tarde y algo que anteriormente no formaba
parte de esta, pero que lo hizo sin darse cuenta, ir cada noche a雙月之夜 para poder pasar tiempo con
ShiXun.
上海
La puerta fue abierta por ZiTao una de
las noches. El chico le sonrió de una manera encantadora y lo hizo pasar a la
casa. Justo cuando la puerta se cerraba tras ellos, ZiTao lo tomó por la nuca y
estampó sus labios contra los de YiFan, que no opuso resistencia alguna, le
gustaba lo impulsivo que era aquel chico y sus besos con lengua eran de los
mejores que le habían dado.
—Bienvenido —le dijo en cuanto se
separó.
—Ojalá todas la bienvenidas fueran
así —musitó el hombre, haciendo reír a ZiTao.
—Si quieres, a partir de ahora puedo
darte la bienvenida cada vez que vengas… Y algo más si subimos a la habitación —el
chico le giñó un ojo, insinuándose descaradamente. Aunque en aquellos momentos
estuviera tan lanzado, en cuanto la ropa era retirada de sus cuerpos, se
convertía en una persona completamente sumisa y bastante cariñosa.
—Me gustaría mucho —contestó YiFan—,
pero por ahora no puedo.
—¿ShiXun? —adivinó. El hombre
asintió—. ¿Por qué lo haces?
—Si te hubieran violado varias veces
y siguieran penetrándote, ¿cómo te sentirías?
—Como una mierda, un desecho,
alguien despreciable —contestó sin dudar.
—Por eso hago esto por ShiXun. No
creo que se merezca sentirse así, más cuando puedo ver claramente que no está
aquí porque quiera, como vosotros —ZiTao asintió lentamente—. ¿Alguien sabe
cómo acabó aquí?
—Solo LuHan —dijo—. Pero el chico no
habla mucho y tampoco quieres relacionarse mucho con nosotros, por lo que no se
le puede sacar nada.
—Yo me encargaré de ello —comentó
muy seguro de sí mismo.
上海
A YiFan le costó más de dos semanas
poder mantener una conversación más o menos normal con ShiXun. El chico hablaba
poco, al igual que él, por lo que a ambos les costaba mucho esfuerzo poder
comunicarse con normalidad, más cuando a su alrededor solo podían escucharse
los gemidos ahogados de los clientes y los compañeros del menor. Aquellos
sonidos hacían que la atmósfera se volviera incómoda y el aire se enrareciera.
—¿Por qué hace esto, señor? —preguntó
repentinamente ShiXun una noche.
—¿Hacer qué?
—Pagar por unos servicios que no
está recibiendo —aclaró el chico.
—Oh. Bueno, podría decirse que es
para hacer una buena obra —respondió—. Durante toda mi vida solo me he
preocupado por mí y por mis negocios, nada más ocupaba mi tiempo ni mi mente,
pero sentí que debía ayudarte y protegerte —ShiXun asintió lentamente.
—¿A qué se dedica?
—A la industria textil —contó—.
Vendo sedas a Occidente y ropa occidental en Oriente.
La noche pasó deprisa con las
preguntas de ShiXun y las respuestas de YiFan, las historias de sus viajes, los
lugares que había visitado, las personas que había conocido y muchas más cosas.
Casi comenzaba a amanecer cuando el chico echó la cabeza sobre su hombro y
cerró sus ojos despacio. Arrullado por la grave voz de YiFan y, sintiendo
confianza en alguien por primera vez desde que llegó a la ciudad, se quedó
dormido.
上海
ShiXun tenía la cabeza echada sobre
sus piernas mientras escuchaba atentamente la historia de cómo YiFan había
conocido a su gran amigo JunMian. El mayor le acariciaba el corto cabello negro
con cuidado a la vez que hablaba. Se había convertido en una costumbre que el
menor escuchara lo que el hombre tuviera que contarle sobre su vida en aquella
posición. La incomodidad había desaparecido completamente y ambos se tenían una
confianza que al principio jamás pensaron que tendrían.
El chico también hablaba, pero muy pocas
veces. Cuando lo hacía, evitaba hablar de su familia, su ciudad natal y, en
general, historias de su pasado, solo le contaba cómo le iba en雙月之夜 y cómo los demás chicos
intentaban portarse bien con él, pero quien mejor lo hacía era YiXing, que lo
cuidaba como si fuera su hermano menor.
—ShiXun…
—llamó el hombre.
—Mmm…
—¿Por qué nunca hablas de tu pasado?
—preguntó. El chico rápidamente se incorporó de su regazo y lo miró fijamente,
enfadado—. Perdón por preguntar —murmuró—, pero al igual que tú sientes interés
por mi pasado, a mí me gustaría conocer el tuyo —ShiXun asintió.
—Algún día se lo contaré, señor Wu —respondió—.
Pero todavía no creo estar preparado.
—Está bien… No te forzaré —le indicó
con la mano que volviera a su regazo y el chico se acostó de nuevo—. ¿Quieres
que te cuente la historia de mi primer viaje a América?
—Sí, por favor.
上海
—Creo que si sigues viniendo todas
las noches, LuHan te pondrá en nómina y trabajarás con nosotros —dijo YiYun
cuando le abrió la puerta.
—Yo también me alegro de verte,
YiYun —contestó él. La chica de pelo corto le dedicó una sonrisa y luego avanzó
hasta él para abrazarlo fuertemente.
—Te echo de menos en mi cama —le
susurró en el oído.
—Yo echo de menos el sexo —le
confesó.
—Y… ¿Qué te parece si esta noche no
pagas por ShiXun y lo haces por mí? —la chica la sonrió de lado,
seductoramente.
—Pagué por ShiXin la noche de hoy el
lunes pasado —contestó—. Pero puedo pasar un rato contigo antes de ir a verlo.
—Me gusta cómo suena eso —murmuró la
chica.
YiFan llevaba casi un año sin sentir
el interior de una vagina y gimió solo con la humedad y el calor que le
proporcionaba aquella parte de la anatomía femenina. Se movía sobre YiYun,
penetrándola una y otra vez, mientras esta se deshacía en gemidos, peticiones
por más y jadeos entrecortados. Sus pequeños pechos vibraban con cada embestida
y sus manos se aferraban a los hombros del hombre como si fueran un salvavidas
y ella no supiera nadar.
Después de unos minutos de danza
desenfrenada ambos se ahogaron en el placer del orgasmo.
上海
YiFan notó que ShiXun estaba
comportándose extraño desde que entraron a la habitación, pero jamás se imaginó
que el motivo de esto fuera que se estaba planteando seriamente si contarle
sobre su pasado o no, por eso, cuando ShiXun comenzó a hablar, diciendo que
tenía un hermano mayor que lo ayudaba mucho cuando estaba en casa, el hombre se
quedó sumamente sorprendido.
—Se llamaba ZhongDa —dijo—. Siempre
estaba para mí cuando lo necesitaba y me ayudaba cuando estábamos trabajando en
las tierras y yo no podía seguir labrando —esbozó una sonrisa triste—. Pero ni
siquiera él pudo hacer algo cuando mis padres decidieron que lo mejor para la
familia era venderme a una casa de putas porque no era rentable tenerme con
ellos —un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas y YiFan las secó
inmediatamente con sus dedos. Tenía el corazón encogido por lo que acababa de
escuchar. ¿Cómo alguien podía vender a su hijo?—. La situación es bastante
complicada en el interior —murmuró—. Apenas nos da para vivir lo poco que
cultivamos y la mayoría vive en la más extrema pobreza. Vender a alguno de tus
hijos es la mejor solución para que los demás miembros de la familia
sobrevivan.
YiFan sintió como si el chico fuera
a romperse después de terminar de hablar, por lo que lo abrazó y unió los
pedazos antes de que estos cayeran al suelo y se rompieran en fragmentos mucho
más pequeños y más difíciles de unir. Notaba como las lágrimas y los mocos del
chico empapaban su camisa, pero no le importó, simplemente abrazó a ShiXun
hasta que este, agotado, se quedó dormido en su pecho.
上海
Cuando YiFan se despertó a la mañana
siguiente, no reconoció el techo que tenía sobre sí y se asustó durante unos
pocos segundos hasta que un aroma almizclado inundó sus fosas nasales y sonrió
al reconocerlo. Era el olor que desprendía ShiXun. El chico seguía durmiendo
sobre él y su rostro se asemejaba al de un ángel caído del cielo. El hombre
sonrió. Se había quedado a dormir allí porque no había tenido corazón para
despertarlo y quitarle el calor de su cuerpo. Se dijo idiota mentalmente y
luego comenzó a acariciar el cabello y el rostro de ShiXun hasta que el chico
abrió sus ojos lentamente.
Sus ojos castaños estaban un poco
rojos y levemente hinchados, al igual que sus mejillas, por el llanto de la
noche; pero aun así, a YiFan le pareció una vista hermosa. El chico le sonrió
levemente y se intentó levantar de su cuerpo, pero el hombre lo tumbó de nuevo
con cuidado sobre él.
—Quédate —le pidió—. Se está muy
bien así —la sonrisa de ShiXun se hizo mucho más amplia y se abrazó
completamente a él, haciendo que su corazón se acelerara como si acabara de
tener el mejor orgasmo de su vida.
上海
Llevaba tres días sin ir a 雙月之夜 y, por lo tanto, sin ver a
ShiXun. Había tenido que salir de la metrópolis para cerrar un negocio que no
podía esperar o perdería una gran suma de dinero. Nunca podías rechazar las
telas que ofrecía MinShuo porque con sus contactos por medio mundo podía echar
a perder todo tu negocio. Sin embargo, antes de irse, había pagado las noches
por el chico, no quería que durante su ausencia pudiera pasarle algo malo.
Cuando LuHan le
abrió la puerta el día que regresó, no le preguntó absolutamente nada, pero
tampoco hizo bromas con él, simplemente aceptó el dinero que pagaba por ShiXun
y después subió las escaleras como alma que lleva el diablo en cuanto YiXing lo
relevó en su puesto.
—Nunca ha sido muy agradable —comentó
YiFan—, pero hoy se ha llevado el premio gordo, ¿qué le pasa?
—Ha vuelto el cliente masoquista —le
susurró el chico tras pedirle que se acercara—, y parece que le gusta demasiado
azotarlo —le guiñó un ojo—. BaiXian cree que posiblemente nuestro LuHan se
sienta atraído por ese gigante con cara de idiota.
—¿Quién lo hubiera dicho? —murmuró
YiFan. YiXing rio.
—ShiXun ya está en la habitación —le
comentó—. Creo que tiene muchas ganas de verte —el hombre asintió—. Oh… Gracias
por ayudarlo a abrirse, ahora es mucho más hablador y receptivo.
—No es nada —dijo antes de subir las
escaleras.
En cuanto YiFan atravesó la puerta
de la habitación, ShiXun se levantó de la cama como si tuviera un resorte y se
acercó a él con una gran sonrisa.
—Bienvenido —murmuró antes de
extender sus brazos y abrazarlo luego fuertemente por la cintura. YiFan
correspondió el abrazo, aunque no de forma tan efusiva.
—¿Tanto me has echado de menos? —preguntó
el hombre encarando una ceja.
—Sí.
La respuesta susurrada de ShiXun
hizo que su corazón se acelerara de una manera increíble. El menor descansó su
cabeza sobre su pecho y YiFan rezó para que no escuchara el ritmo enloquecido
que llevaba aquel órgano. No supo cuánto tiempo estuvieron así, solo
abrazándose, pero el mayor no quería que aquello terminara.
上海
Los abrazos mientras dormían y
cuando se encontraban, pasaron poco a poco de ser amistosos a convertirse en
algo necesario en sus vidas, si no sentían el cuerpo de la otra persona entre
sus brazos era como si les faltase algo, por eso, cada vez que YiFan no podía
ir a雙月之夜 durante algunos días porque tenía negocios que atender tanto
fuera como dentro de la metrópolis de Shanghái, al reencontrarse estos abrazos
se volvían necesitados, como una bocanada de aire al salir del agua después de
bucear.
YiFan nunca había
tenido la sensación de que le faltaba algo, pero cuando no estaba con ShiXun el
chico ocupaba todos sus pensamientos. Pensaba en si estaría bien, si comería,
si YiXing lo estaba cuidando bien y si ZiTao no lo molestaba demasiado. Si lo
echaría de menos tanto como él.
上海
A pesar de que YiFan tenía mucho
arrojo cuando se trataba de negocios, en su vida normal, si no tenía algo
seguro no arriesgaba.
Había descubierto que los
sentimientos que tenía por ShiXun eran algo que rayaba la amistad, eran mucho
más profundos, mucho más intensos. Se había enamorado de él pero no podía decir
el momento exacto en el que pasó. Al principio solo quería protegerlo, pero
después de pasar varios meses a su lado quería poder verlo a cada momento,
quería besarlo y quería hacerle el amor para que olvidara todo lo malo que le
había pasado.
Pero no podía hacer ningún
movimiento hasta no estar completamente seguro, no quería perder aquello que
tenía con él, le había costado demasiado que confiara en él y no podía echar
por la borda todo lo que había conseguido, ShiXun era muy importante para él.
Pero eso no significaba que no
pudiera besar su rostro cuando el chico dormía, ni tampoco que no se atreviera
a tomar sus delgados labios entre los suyos cuando, sumido en un profundo
sueño, ShiXun no tenía constancia de ellos.
YiFan besó los labios del chico
cuando se aseguró que se había quedado dormido, cuando su respiración se hizo
regular y pesada. Apenas fue un pequeño contacto, pero fue lo único que
necesitó el hombre para que su corazón latiera acelerado. Se había vuelto
adicto a aquellos delgados y dulces labios. Sonrió levemente y, en ese momento,
sintió que los labios que besaba se movían contra los suyos lentamente.
Abrió sus ojos, sorprendido y se
encontró con los de ShiXun, mirándolo con dulzura a la vez que lo besaba. YiFan
sintió que su pecho explotaba de felicidad. Cuando se separaron, se miraron a
los ojos a la vez que sonreían levemente.
—¿Desde cuándo lo sabías? —preguntó
YiFan contra sus labios.
—Desde el primer día —contestó el
chico.
—¿Y cuándo pensabas…?
—Estaba esperando a que te
decidieras de una vez a besarme cuando estuviera despierto —murmuró—. Pero no
lo hacías…
—No quería asustarte. No quería
perder lo que teníamos.
—No lo ibas a perder…
—Pero yo no lo sabía —ShiXun rio.
—¿No era obvio que yo sentía lo
mismo? Los chicos llevan molestándome semanas con ello.
—Lo siento…
—¿Por qué lo sientes?
—Porque podríamos haber aprovechado
esas semanas en algo productivo —murmuró antes de besarlo de nuevo.
上海
Con besos, las visitas a ShiXun eran
mucho mejores que cuando solo hablaban o dormían; sin embargo, cuantos más besos
se daban, más quería avanzar YiFan. No obstante, después de todas las
experiencias sexuales que había tenido el chico, no era lo más apropiado. El
hombre lo sabía, pero cada vez que probaba aquellos adictivos labios se
excitaba de sobremanera y luego tenía que aplacar su erección en soledad con
la, a veces insuficiente, ayuda de su mano. Desde que ShiXun le había
correspondido el beso no había dejado que ninguno de los habitantes de aquella
casa de putas se le acercara con intención de seducirlo.
上海
Los besos que habían comenzado
calmados, suaves y con sentimiento, poco a poco se volvieron calientes,
desenfrenados y necesitados. Sin saber cómo había pasado, YiFan se encontraba
sobre ShiXun, besándolo hambriento de más. Sus manos se pasearon por los costados
del chico y en ese momento, el hechizo que los mantenía ajenos a todo se
rompió.
—¡NO! —gritó ShiXun empujándolo
lejos.
Durante unos segundos, YiFan no pudo
reaccionar, pero los ojos llorosos del chico que lo miraban con miedo, lo
sacaron de su ensimismamiento. Rápidamente, se levantó de la cama, se arregló
su traje y, sin decir ni una palabra, salió de la habitación.
ShiXun seguía teniendo miedo a que
lo tocaran y él se había dejado llevar. No podía perdonárselo.
“Lo
siento mucho”.
上海
A la mañana siguiente, aun con la
culpa en el cuerpo por lo que había hecho y recordando una y otra vez la mirada
de ShiXun, tomó un barco a Hong Kong para hacer algunos negocios y así alejarse
durante unos días de Shanghái, donde estaba todo aquello que lo hacía sentir
mal. Sin embargo, a pesar de que lo intentó con todas sus fuerzas, no podía
olvidarse de雙月之夜, por agentes internos y externos.
En la cena con
los demás empresarios que habían viajado a HongKong reconoció a uno de ellos
como al favorito de LuHan, al hombre que siempre pedía los servicios de
sadomasoquismo y que tenía una relación parecida a la de él con ShiXun, pero
con el dueño.
Cuando los
presentaron supo que se llamaba CanLie y que trabajaba en la exportación de
alimentos de Oriente por todo Occidente. Intentaron actuar como si fueran
completos desconocidos, pero ambos sabían de la existencia del otro y más de
una vez se habían visto en la casa de putas, por lo que la incomodidad fue
palpable. No obstante, cuando el alcohol ya corría en más abundancia que la
sangre por las venas, la incomodidad desapareció, al igual que la mayoría de
los recuerdos de la noche.
上海
La semana pasó demasiado rápido para
el gusto de YiFan, parecía que acababa de llegar, cuando ya estaba en el barco
de vuelta a Shanghái. No obstante, no había desaprovechado aquellos días y
había cerrado algunos grandes negocios, pero también se había enterado del
clima de inestabilidad que había en el mar de China y también en Europa, donde
tenía algún que otro negocio. Se avecinaban malos tiempos en el 1937, pero el
hombre no podía imaginar cuán malos iban a ser.
Antes de darse cuenta siquiera de lo
que hacía, estaba siguiendo a CanLie por las calles del distrito del placer de
Shanghái, haciendo el recorrido casi siempre había hecho solo, hasta llegar a
una casa con un letrero muy conocido y un farolillo blanco con una flor
iluminando la entrada. El otro llamó a la puerta con sus nudillos y esta o
tardó en ser abierta por LuHan, al que se le iluminaron los ojos al ver a
CanLie.
En ese momento, YiFan recordó el
miedo de la mirada de ShiXun y estuvo a un segundo de dar un paso hacia atrás y
perderse entre las calles de aquel lugar antes de regresar a casa junto a
QuingZhu. Sin embargo, fue detenido por el dueño, que lo hizo entrar a
regañadientes en la casa.
—ShiXun lleva toda la semana muy
deprimido —le susurró—. No sé lo que pasó porque no ha querido contármelo, pero
creo que está muy arrepentido de algo.
—Yo…
—No quiero que me lo cuentes, quiero
que lo arregles con él —YiFan asintió—. Sube, lleva esperándote toda la semana.
Con un nudo en la garganta, el
hombre subió las escaleras y se dirigió a la que era la habitación de ShiXun.
Lentamente, avanzó por el pasillo y cuando se detuvo frente a la puerta,
inspiró hondo antes de deslizarla y entrar. Todavía no había cerrado la puerta
cuando ya tenía al chico entre sus brazos, apretándolo fuertemente con sus delgados
brazos y sollozando contra su pecho.
—Lo siento, lo siento, lo siento —decía
una y otra vez—. No sabes cuánto lo siento, de verdad, lo siento —YiFan
devolvió el abrazó y aspiró el aroma almizclado de su cabello.
—Yo también lo siento. Me dejé llevar
cuando aún no estás preparado para algo así —murmuró.
—Si me das tiempo… —susurró ShiXun—.
Creo que podré hacerlo.
—No te forzaré a nada.
—Gracias… Te amo… —dijo contra su
boca antes de depositar un suave beso en sus labios que le mostraba lo mucho
que había sufrido durante su ausencia y lo mucho que lo había extrañado y que
lo quería. YiFan devolvió aquel beso con los mismos sentimientos.
上海
La mañana del catorce de agosto fue
completamente caótica en la ciudad de Shanghái. Hacía algunos meses que las
tensiones entre el gobierno chino y el japonés habían aumentado en el Norte,
cerca de la capital, pero la ciudad de Shanghái nunca se había visto afectada
por estas. Sin embargo, el bombardeo autorizado del gobierno chino a los barcos
japoneses anclados cerca del puerto de la metrópolis hizo que la vida de los
habitantes fuera un completo caos.
Hacía unos meses que YiFan había
estado pensando en salir de la ciudad, en emigrar a América, donde tendría una
nueva vida, ya que su negocio textil estaba cayendo debido a las fuertes
tensiones que había en todo el mundo. Las grandes potencias se armaban hasta
los dientes y el dinero que antes era utilizado en productos de lujo de
Oriente, ahora se convertía en capital para crear armas para la inminente guerra
que se avecinaba.
Sin embargo, aunque lo había pensado
mucho, todavía no se decidía. No podía dejar a ShiXun en aquel lugar si se iba,
pero seguramente tampoco podría llevárselo de allí. El chico era un esclavo de
LuHan porque sus padres se lo habían vendido a él.
Lo había pensado mucho, pero aquel
bombardeo cerca del puerto, hizo que el hombre se decidiera finalmente y fuera
a hablar con LuHan.
—¿Qué te trae por aquí? —le preguntó
cuándo lo vio en la puerta de la casa por la mañana.
—Vengo a hablar contigo de un asunto
—contestó. El otro le indicó que podía pasar y así lo hizo, luego, le indicó
que lo siguiera hasta la habitación que había en la planta baja y a la que
nunca antes había entrado. Se trataba de un salón en el que las personas que
tenía trabajando allí esperaban a ser llamados para satisfacer a los clientes,
tal y como había pensado YiFan siempre.
—Bien. Tú dirás.
—Me voy a América —dijo, haciendo
que el otro se sorprendiera—. Y quiero llevarme conmigo a ShiXun.
—YiFan… No puedes hacer eso…
—Haré lo que sea, te pagaré lo que
sea, pero no puedo dejarlo aquí… —el hombre se arrodillo en el suelo e hizo una
reverencia pronunciada hasta que LuHan lo levantó de este.
—No hagas eso…
—¿Entonces qué puedo hacer para poder…
—Si me buscas un local allá donde
vayas para poder seguir con mi negocio, dejaré que ShiXun se vaya contigo —contestó,
sin darle tiempo a terminar de formular la pregunta.
—Te lo conseguiré.
—Entonces, trato hecho.
上海
Encontrar
un lugar para que LuHan siguiera realizando sus negocios no fue nada difícil,
YiFan tenía muchos contactos en el país y en apenas unos días ya estaba todo
listo para poder trasladarse. Por ese motivo, YiFan estaba demasiado feliz aun
con el clima bélico que se respiraba en el ambiente.
Cuando lo tuvo todo listo, el hombre
envió todas sus pertenencias a San Francisco, y más tarde, fue a雙月之夜 por última vez para recoger a
ShiXun y salir de una buena vez del país. Nada más traspasar la puerta de la
casa, un sentimiento de nostalgia lo invadió, no iba a volver a aquel lugar
nunca más y tampoco iba a encontrar en él a quiénes habían sido como su familia
los últimos siete años de su vida.
En la nueva
cuidad, LuHan no iba a contar con la mayoría de los chicos, ya que estos habían
decidido comenzar una nueva vida en distintas partes del mundo. Por este
motivo, YiFan también se sentía algo triste, pero al ver el rostro de ShiXun,
enterró todos aquellos sentimientos en el fondo de su corazón y sonrió para él.
—Hola
—le dijo al chico. Este sonrió y lo abrazó por la cintura.
—Hola —contestó.
—¿Lo tienes todo listo? —ShiXun
asintió desde su pecho—. Entonces podemos irnos.
—¿Dónde vamos?
—A un lugar maravilloso, a América.
Aclaraciones:
—雙月之夜 significa ‘Dos Lunas’. Elegí
el nombre por la canción de EXO-M que lleva el mismo título y cantan los
raperos del grupo junto a Key (SHINee) como una forma de hacer ver que el
protagonista de la historia es Kris.
—YiFan,
como creo que todos sabemos, es el nombre real de Kris en chino.
—YiYun
es el nombre chino de Amber de F(x) y Qian el de Victoria.
—BaiXian
es el nombre chino de BaekHyun y ZiTao el nombre completo de Tao.
—Jiazi–chuang:
cama con dosel para colgar cortinas o mosquiteros. Generalmente estas camas están
dotadas de barandilla de tracería en tres de sus lados. (Información extraída de Wikipedia.
Para saber más sobre camas tradicionales chinas, pincha aquí).
—Zansae:
transformación del qipao tradicional
en una prenda algo más esbelta y ajustada. Utilizado tanto por hombres como por
mujeres, nació en Shanghái hacia el 1900 y siguió utilizándose durante todo el
siglo XX, incluso hoy en día se usa.
—Qipao:
ropa tradicional china instaurada por la Dinastía Qing.
—上海 es la
forma de escribir Shanghái en chino.
—YiXing
es el nombre real de Lay.
—Los
gemelos Zheng no son otros que los chicos de Tasty, DaeRyong y SoRyong.
—ZhongRen
es el nombre chino de JongIn (Kai), QuingZhu el de KyungSoo (D.O.) y JunMian el
de JunMyeon (SuHo).
—Jia
integrante de Miss A y Jessica miembro de Girls’ Generation.
—ShiXun
es el nombre chino de SeHun, ZhongDa el de JongDae (Chen), MinShuo el de
MinSeok (XiuMin) y CanLie el de ChanYeol.
Notas finales:
siento si tantas notas, aclaraciones y datos históricos han enturbiado un poco
la lectura, pero creo que eran necesarias para la comprensión de la historia.
Espero que os haya gustado.