Título:
Snowy Wish
Pareja:
SuBaek (SuHo x BaekHyun) y mención a KrisYeol (Kris x ChanYeol) (EXO)
Clasificación:
G
Géneros:
AU, romance.
Número de palabras:
3.609 palabras.
Número de capítulos:
Two-Shot.
Resumen:
BaekHyun creía que por fin había tomado las riendas de su vida, que todo estaba
bien, solo necesitaba un reportaje en un pueblo de montaña para darse cuenta de
que aquello no era del todo cierto.
Notas:
historia escrita para celebrar los cumpleaños de BaekHyun y SuHo y, también,
para darle un poco de frescura al ambiente caldeado. Espero que os guste y que
os quite un poco el calor ^^
Comentario de Autora:
muchas, muchas, muchísimas gracias a Daleth por la portada. Te quiero, pequeña
<3 (Ya te recompensaré todo lo que haces por mí *wink*)
Parte I
Hacía tanto frío fuera de la cama
que aunque Byun BaekHyun llevaba al menos media hora necesitando ir al baño, no
quería salir de debajo de las mantas. Lo había intentado algunos minutos antes
y había fracasado estrepitosamente, por eso todavía se encontraba allí a pesar
de la hora que era. De todos modos, no tenía ningún compromiso y si lo tuviera,
no podría asistir. La nevada que había caído hacía un par de noches lo había
dejado atrapado en aquella cabaña en la que se encontraba en mitad de la nada.
El chico había ido a aquel lugar a
hacer un reportaje para el periódico para el que trabajaba, ya que parecía que
en aquel lugar apartado de la civilización ocurrían a veces una serie de “milagros”
y había tenido la mala suerte de que había caído la nevada del siglo y se
encontraba atrapado. La señal de su teléfono móvil iba y venía a placer, por lo
que no podía mantener una conversación ni siquiera por kakao talk para pedir ayuda y su portátil tampoco le servía por los
mismos motivos.
Cualquier otra persona que hubiera
estado en aquella situación no habría podido mantener la calma, pero BaekHyun
no era como los demás. Era una persona bastante calmada, que no se alteraba
mucho y que se divertía alterando a las demás personas, por lo que se había
tomado aquello como unas vacaciones adelantadas, de todas formas, la Navidad
estaba a la vuelta de la esquina.
BaekHyun finalmente se levantó de la
cama y fue al baño, no podía aguantar más, pero en cuanto hizo sus necesidades,
corrió bajo las mantas que aún conservaban el calor, a pesar de haberse
enfriado un poco. Se arrebujó en estas y se dispuso a dormir de nuevo. Estaba
de vacaciones y debía aprovechar el momento.
Golpes incesantes contra algo de
madera fueron los que despertaron a BaekHyun del sueño en el que se había
sumido. El chico intentó levantarse de la cama, pero el frío lo dejó clavado.
Durante unos segundos pensó que podía dejar fuera a la persona que estaba
golpeando la puerta, pero en ese momento, recordó que estaba atrapado y que lo
más probable era que la persona que estaba llamando a la puerta fuera alguien
que había ido a sacarlo de aquel lugar helado.
Rápidamente se levantó de la cama y
corrió por todo el lugar, dándole absolutamente igual lo gélido que se
encontraba el ambiente, hasta llegar a la puerta, que abrió tirando de ella
fuertemente. Algo de nieve entró en la casa y le cayó en los pies, por lo que
el chico se alejó un poco de la puerta, siendo cegado en ese momento por la luz
del sol.
—Maldición —se quejó, colocando su
mano en su frente en forma de pantalla para hacer sombra sobre sus ojos y poder
ver algo.
Lo primero que pudo enfocar, fue a un
chico que sería más o menos de su edad, vestido con un traje blanco que parecía
demasiado fino para combatir el intenso frío que hacía fuera y con una sonrisa
encantadora. BaekHyun se quedó paralizado unos momentos por la belleza y la
tranquilidad que emanaba de aquel chico. Solo pudo volver a la realidad cuando
escuchó la suave y musical voz de la persona que tenía ante él.
—¿Podrías… Dejarme entrar? Aquí
fuera hace mucho frío.
BaekHyun ni siquiera lo pensó. Se
hizo a un lado y dejó pasar al otro, después, se asomó un poco al exterior y se
extrañó al no ver el surco en la nieve por donde el chico tendría que haber
caminado. Con algo de recelo, cerró la puerta y se encaró al recién llegado,
que se sacudía un poco la nieve que se había quedado pegada a la parte inferior
de sus pantalones, algo mojados por esta, pero no tanto como deberían.
—¿Cómo has llegado hasta aquí? —preguntó
BaekHyun.
—¿Eso es lo primero que se le
pregunta a un invitado? —comentó el otro—. Creía que me ibas a ofrecer una
manta y ropa seca.
Tras escuchar aquello, el chico
reconoció que no había tenido modales y fue en busca de ropa suya y cogió una
de las mantas de la cama. Le indicó el lugar en el que podía cambiarse de ropa
y le ofreció un chocolate caliente, además de la manta. En cuanto todo estuvo
como debía de estar para que el recién llegado estuviera cómodo, BaekHyun
habló.
—Mi nombre es Byun BaekHyun, ¿y el
tuyo? —el chico lo miró sonriente durante unos momentos antes de contestar.
—SuHo.
—¿Perdón? ¿Puedes repetirlo? Creo
que no lo he escuchado bien.
—SuHo —repitió—. Mi nombre es SuHo.
—Curioso… —murmuró BaekHyun—. Mmm…
Bueno… ¿Cómo has llegado hasta aquí?
—Si te lo dijera, no me creerías.
—Prueba… Soy abierto de mente.
—He llegado volando —contestó.
—Bueno… Eso explicaría por qué no
hay pisadas en la nieve y por qué tus pantalones no estaban tan mojados —SuHo
sonrió—. Aunque eso es bastante inquietante.
—No pareces muy impactado.
—La verdad es que estoy aquí para
hacer un reportaje sobre los “milagros” que ocurren por este lugar, así que,
¿por qué tendría que impactarme que una persona apareciera en la puerta de la
cabaña en la que llevo atrapado dos días diciendo que ha llegado hasta aquí
volando? No, no me ha impactado para nada.
—Eso lo has dicho con un poco de
sarcasmo, ¿no?
—Con mucho sarcasmo —respondió
BaekHyun—. ¿Quién eres?
—Soy SuHo, ya te lo dicho.
—Entonces… ¿Qué eres?
—Alguien que ayuda a los demás a ser
felices, podría ser algo parecido a un ángel —contestó esbozando una sonrisa.
—¿Por qué has aparecido ante mí?
—Porque necesitabas mi ayuda.
—En realidad no, la nieve se
derretirá en un par de días y podré salir de aquí —respondió el chico—. Tengo
comida en la nevera y el suministro eléctrico funciona a pesar de que la
cobertura telefónica no lo haga. No necesitaba ayuda de nadie.
—No es por eso.
—Entonces no sé qué haces aquí, por
lo demás estoy perfectamente —BaekHyun le dio la espalda al otro y fue hacia su
habitación. No quería escuchar lo que sabía que el otro iba a decir, pero a
pesar de la distancia que puso, la cálida y suave voz de SuHo le llegó con
claridad.
—¿Así que estás perfectamente? ¿Ya
has olvidado la traición de tus dos mejores amigos? ¿Ya has olvidado cómo tu
familia te dio la espalda? ¿Ya has olvidado cuál era tu sueño? —cada palabra fue
una grieta que se abría paso más y más hondo en su corazón y el chico tuvo que
llevar su mano a su pecho para intentar que este no se resquebrajara.
—Siento ser un mal anfitrión —susurró
sin voz—, pero te tengo que pedir que te marches —BaekHyun se metió entre las
mantas, que se habían enfriando y se tapó con ellas hasta la cabeza, intentando
así, protegerse del ángel y de sus palabras. Casi sin darse cuenta se quedó
dormido, pensando que todo lo sucedido había sido un mal sueño.
Cuando volvió a despertar apenas
entraba luz del exterior y el chico comprendió que se había pasado durmiendo
todo el día. Se levantó de la cama a pesar del frío y fue hacia la cocina,
abrió la nevera y tomó el cartón de leche, echó el contenido en un vaso y lo
calentó en el microondas. Cuando sonó el pitido tomó el vaso caliente y se
dirigió al salón. Allí, encontró a un chico vestido con un traje blanco,
sentado en el sillón, esperándolo. BaekHyun se sobresaltó un poco, pero
inmediatamente recordó lo que había sucedido horas antes y quién era aquel
chico. No había sido un sueño, después de todo.
—¿Sigues aquí?
—Sí —respondió SuHo—. No puedo irme
hasta que te ayude.
—No quiero tu ayuda.
—No es cuestión de que la quieras o
no —dijo—. Tienes que aceptarla o no podré irme de tu lado nunca.
—¿Y qué es lo que pretendes hacer
para poder irte?
—Ayudarte.
BaekHyun quiso tirarse de los pelos
ante la respuesta. Él no necesitaba su ayuda, lo había sobrellevado todo
perfectamente durante los últimos años y ahora que todo había pasado y que ya
estaba bien, ¿venía un “ángel” a decirle que lo iba a ayudar con todos sus
problemas?
—Ahora no te necesito, te necesitaba
hace tres años —murmuró.
—Hace tres años no podía ayudarte.
—¿Por qué?
—Porque no estabas aquí y yo no
puedo moverme de este pueblo —BaekHyun notó cómo la sonrisa que el otro
mantenía se desvaneció al decir aquellas palabras.
—¿Por…
—Es una larga historia —cortó SuHo—.
Además, estoy aquí para ayudarte, piensa que soy como un regalo de Navidad
adelantado —el otro lo miró de reojo, algo receloso, pero SuHo había vuelto a
mostrar aquella sonrisa encantadora, ya no había rastro de pesar.
—¿Y cómo piensas “ayudarme”?
—Volveremos a tres momentos de tu
vida en los que no dijiste lo que realmente pensabas porque estabas dolido o
porque no fuiste capaz de hacerlo —contestó SuHo.
—No lo entiendo.
—No hace falta que lo entiendas, por
ahora —el “ángel” se levantó del sillón en el que se había mantenido sentado
durante toda la conversación y se acercó a BaekHyun, tendiéndole su mano
derecha—, en estos momentos, solo debes confiar en mí.
—Eres un desconocido, así que no
puedo confiar en ti —replicó el chico, cruzándose de brazos.
—Te dije antes que no podría irme de
tu lado hasta que no te ayudara —comenzó SuHo—, sino haces esto, me temo que
tendrás que soportarme por el resto de tu vida —BaekHyun lo miró desafiante
durante unos minutos, pero finalmente se rindió ante la fuerza que desprendías
los ojos puros del otro y le tendió su mano.
—Allá vamos…
BaekHyun sintió como todo a su
alrededor se volvía blanco de repente y la habitación en la que se encontraban
desparecía. El chico miró a un lado y a otro, confundido, pero lo único que
encontró fue a SuHo, sonriéndole de una forma cálida y tranquilizadora, justo
cuando estaba a punto de devolverle la sonrisa todo se volvió negro.