Título: Broken compass
Autora: Riz Aino
Pareja:
2Sung (Yoon JiSung + Ha SungWoon) (WANNA ONE)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, pirates, drama, romance
Número de palabras: 839 palabras
Resumen: una brújula rota es lo que sella el destino del pirata
JiSung y de SungWoon, un joven normal de una ciudad portuaria.
Notas: en los pedidos que tuve a nadie se le ocurrió pedirme
algo de SungWoon, así que, en los huecos que dejé libres para escribir yo lo
que me apeteciera decidí poner algo para él también porque no quería que se
quedara sin aparecer en la colección.
Comentario de
autora: a la vez que pensaba sobre
qué podía escribir en esta historia, estaba preparando una historia de piratas
para otro grupo (que veréis en los próximos meses por aquí) y me dieron ganas
de continuar con la piratería. Espero que os guste.
Broken compass
En aquella pequeña ciudad
portuaria en la que Ha SungWoon vivía, todos los habitantes sabían qué era lo
que debían de hacer cuando los piratas la atacaban y sobrepasaban las murallas;
todos sabían que debían correr y esconderse en algún lugar en el que los
piratas no los pudieran encontrar, porque si los encontraban, se los llevarían
en su barco, haciéndolos primero prisioneros y después vendiéndolos como
esclavos. SungWoon había vivido con aquello desde siempre y desde siempre, se
había ocultado perfectamente para que ningún pirata pudiera ponerle la mano
encima y llevárselo de allí. por ese motivo, cuando las campanas sonaron
anunciando la llegada de los piratas a la ciudad, el joven rápidamente se
adentró en las intrincadas calles de la zona baja, donde se encontraba el
mercado al cual había ido a por algunas cosas que necesitaba y se escondió en
el lugar más recóndito que supo, esperando en completo silencio a que la
conmoción se detuviera y a que los piratas se fueran de allí.
No era la primera vez que
al joven le pasaba algo como aquello cerca del puerto, no era la primera ni
sería la última en la que serían atacados por los piratas de turno… sin
embargo, aquella fue la primera vez que los pasos apresurados de los piratas no
pasaron de largo del lugar en el que se había escondido, en un pequeño callejón
entre dos casas, detrás de una pila de maderos dispuestos allí para hacer de
ellos leña para calentar las chimeneas en el crudo invierno. No. Aquella vez
los piratas no pasaron de largo, sino que SungWoon los escuchó cada vez más y
más cerca de su escondite, sus pasos fuertes de sus botas de cuero contra el
suelo de tierra, sus voces graves y agudas, gritando y el tintineo de sus
espadas al rozar en sus fundas mientras sus dueños caminaban hacia el lugar en
el que él estaba escondido, como si por alguna razón supieran con total
seguridad que estaba allí.
—¿Estás seguro, jefe? —cuestionó una
voz—. ¿Por qué seguir la dirección de una brújula rota?
—Ya lo sabes, Ong —respondió otra
voz, totalmente autoritaria—. Esta brújula me la dio aquel precioso sireno y me
dijo que me llevaría indudablemente hasta lo que más deseara… y hasta el
momento no ha fallado.
—No creo que en un callejón entre
dos casas se encuentre escondido un gran tesoro —replicó otra voz, con sorna.
—Puede que sí —respondió la voz
autoritaria.
En ese momento, la cabeza del pirata
se había asomado sobre la pila de maderos tras la cual SungWoon se escondía y
le había dedicado una sonrisa pícara al joven, mostrando un par de dientes de
oro en ella. SungWoon pensó en ese momento que todo había acabado para él, su
libertad y su vida, porque los piratas lo habían encontrado… aunque no podía
estar más equivocado.
—Creo que he encontrado al mayor
tesoro.
~
Un año y medio después de haber sido
capturado por los piratas, SungWoon se había habituado a la vida en el barco y,
no solo eso, sino que había aprendido a vivir en aquel lugar que al principio
le había parecido huraño y sin salida, pero que más tarde se había convertido
en su hogar. El barco de JiSung, el rey de los piratas, era el único lugar en
el que el joven deseaba estar debido a que, aunque había sido llevado hasta
allí a la fuerza en un primer momento, había encontrado en aquel lugar a una pequeña
familia de sinvergüenzas y al amor de su vida, aquel que lo había encontrado utilizando
una brújula que no marcaba el norte, sino que indicaba el lugar en el que se
encontraba lo que más se deseaba. El rey de los piratas lo había encontrado
utilizando aquella brújula que parecía rota pero que realmente era mágica y,
así, ambos habían sellado sus destinos juntos.
Notas finales:
—Si
en algún momento me siento especialmente inspirada me gustaría hacer alguna
escena más de esta historia, probablemente un one shot en el que SungWoon se
vaya habituando a su nueva vida en el barco y acabe enamorado de JiSung.
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